«No había sido muy genial la atención de parte del alumnado junto con las miradas de asombro y desprecio que les lanzaban por el dichoso ejemplar El Profeta. Potter al parecer discutió con Weasley, porque este salió furioso del comedor y los demás Gryffindor a su lado parecían tranquilos»

«Cuando escuchó el anuncio de la directora le dio un escalofrío, lo último que necesitaban eran problemas. Se había jurado antes de subir al tren que este año se portaría de maravilla. Y bueno si se habían escapado ayer domingo…»

Salieron del Gran comedor al igual que Potter y Luna, al esperarse unos a otros en el vestíbulo, se saludaron y nervioso preguntó:

—¿Nos irá a castigar?

—Eso es obvio. —Le respondió Pansy.

—Todo se puede esperar de McGonagall. Déjenme manejarlo a mí, tengo mucha experiencia en este tipo de situaciones. —dijo Potter.

—¿Experiencia cómo? —preguntó Theo.

—Ya verán.

No dijeron nada más hasta llegar al despacho en el tercer piso. Una gárgola les pidió la contraseña.

—¿Alguien sabe cuál es la contraseña? —Interrogó Luna.

—No. —respondió Draco.

Potter paso al frente de ellos y dijo:

—Pastel de limón.

La gárgola se hizo a un lado e hicieron un sonido de asombro.

—Les dije que tengo experiencia.

«¿Qué tipo de experiencia tendría Potter? Sabía la contraseña con un solo intento».

Dejó de preguntarse, cuando al entrar al despacho la mirada severa de la directora los taladraba a todos.

—¿Por qué siempre que algo pasa, lo envuelve a usted Señor Potter?

—Créame profesora, yo me pregunto lo mismo.

«Sí, ahí estaba el toque Slytherin escondido de Potter»

—Señores y señoritas no sé cómo escaparon de Hogwarts. Pero me temo que…

—¿ Nos va a expulsar no es así ?

—No, hoy no señor Zabini.

«¡Uff!, menos mal»

—Como decía antes que me interrumpieran—McGonagall lo miró fijamente—no tengo la menor idea como salieron del colegio, saben ustedes señores Malfoy, Nott, Zabini y señorita Parkinson que están bajo la estricta lupa del Ministerio , deberían andar con pies de plomo.

—Sí, lo sabemos. —respondió Draco respetuosamente.

—Asumo toda la culpa.

—Muy noble de su parte señor Potter, pero no, todos fueron y merecen un castigo apropiado. ¿Por cierto que estaban haciendo en Hogsmeade ?

—Compartiendo un helado como amigos—Respondió Luna con voz inocente.

—¿Es eso cierto Srta. Parkinson?

—Sí, señora.

McGonagall tensó los labios y sonrió por un instante para volver a su talante serio.

—¿Cuál será nuestro castigo directora? —preguntó Theo.

—Ninguno, por favor tomen una galleta. —Dijo señalándoles un recipiente de vidrio lleno de galletas de avena y chocolate.

De manera incómoda cada uno tomó una respectiva galleta y Potter miró de manera divertida a McGonagall, esta hizo un gesto de complicidad.

«¡Hmm! Aquí olía a historia del pasado… algo compartía Potter con la directora. Potter definitivamente lo ayudaría con sus futuras aventuras.»

— ¿Cómo dijo? —dijo sorprendida Luna.

—Como oyó señorita Lovegood. No habrá castigo.

—Quite esa expresión de felicidad Sr Zabini, aunque no haya castigo serán ejemplo para una actividad que tengo planeada con fin de fomentar la unión entre casas y espero su entera cooperación.

—Por supuesto, Sra. Directora, cuente con ello.

Salieron del despacho comentando sobre la increíble experiencia de ser librados del castigo.

«¿Pero cuál sería la actividad planeada? Ya se enteraría después»

—Luna y Potter definitivamente ser amigos de ustedes es una bendición.

—Yo les dije que traería beneficios.

—Cierto Draco.

Se despidieron y cada uno fue a sus respectivas clases del día.


El resto de la jornada escolar pasó sin problemas, ya en la tarde en la sala común terminaron la dichosa tarea para estudios muggles , no se demoraron demasiado gracias a los apuntes que habían tomado en la tutoría.

Subieron a su habitación escondiendo a Pansy entre los tres gracias a sus estaturas. Y una vez cómodos dijo:

—No llevamos ni siquiera una semana en Hogwarts y ya nos ha pasado de todo.

—¡Sí! quien iba pensar que las cosas nos resultarían así. —Aportó Draco.

—Y ustedes diciendo que no querían venir este año.

Ellos se cruzaron de brazos para después reírse.

«Como estaba un poco inquieto, decidió realizar su actividad favorita: molestar a Pansy»

—No creas Pansy, que no note las atenciones de Potter hacia ti en la heladería.

—¡Tú no digas nada! Que esas confianzas que traes con Luna son sospechosas.

—Solo congeniamos de maravilla.

—Muchachos no discutan. —Les dijo Theo.

—Mira quien habla, ayer prácticamente se te confesaron y no hiciste nada.

—Porque no me causó ningún efecto.

Y para su sorpresa Draco sonrió de lado y dijo:

—Lo dice el no tan asexual, si vi que te sonrojaste Theo.

Y sí, ahí estaba el sonrojo nuevamente del pequeño Theo.