Fic

Historias de Albert y Candy

Amante Bandido

De Mayra Exitosa

Inspirada en la imagen de Loren Mont para OctoBert2022

Los cuatro hombres se fueron con la carreta vacía, dejando bien oculto y guardado los cofres de su sobrino, que una habitación enorme tenía, la mujer le salía muy hacendosa y la casa de estar lloviendo, adentro relucía, para cuando llegó el herrero cubierto hasta las sandalias, los casaba y se iba muy oriundo con un barril de whiskey en pago. Y todos festejando, aunque el novio lucía sonriente, cuando con ella lo habían dejado.

Candy estaba en su cama, cubierta hasta la barbilla, la ventana sonaba del viento que se movía, él la ducha de pajarito se daba, pues el frío arreciaba, con una cobija a su esposa le avisaba que le diera un espacio para estar a su lado, a lo que ella en un suspiro, las cobijas alzaba y el rubio aventando el tartán se metía luciendo cual cuerpo de Adán, dejando a la pobre dama con los ojos saltones, pues en vez de dos piernas le veía de más. - No se preocupe, ya es mi esposa, usted no tema de mi que la he de cuidar. - Y usted no tendrá frío que yo lo voy a calentar. De abrazo se le fue encima, él feliz y contento asegurándose que no le fallaría en el primer intento.

La abuela tenía un cuerno y con ello colocaba hacía arriba, esperando que su nieta se aguantara al hombre encima, preocupada estaba ella con los ojos bien pelones, pues ni un ruido se escuchaba solo el rechinido de los tablones, en la habitación la joven estaba acalorada y él con su cuerpo de todito se aprovechaba, si estaba muy bien proporcionada, sus vestidos lo anunciaban, más tenerla en su lecho, la vida le celebraba. Si fue duro o no, nadie dijo si lo notó, ambos estaban inmersos en su tarea inicial, no hubo descanso para esos tablones, la abuela los relacionaba con la música de los acordeones, al final su nieta tenía un buen marido, que no la dejaría dormir, ese ya no era su lío, el detalle es que la hacía recordar a su amado fallecido, que suspiros, que recuerdos, la viejita ajustaba sus labios, el rechinido aumentaba y ella con los brazos alzados festejaba.

Candy no vio la luz del día, ni supo de sí misma en horas, solo sabía que su cabello estaba desparramado, su cuerpo bien relajado y su marido ya se había levantado, el muy ingrato no la dejo descansar en toda la noche, pensaba que él iba a terminar más agotado que ella, fue darse un baño cuando escuchaba que la iba a acompañar, asegurando que el barril que usaba para la ducha, se lo iba a cambiar, ahora tenía una gran tinaja, donde el agua estaba tibia, él muy acomedido le había preparado todo, pensaba la muy ilusa, pero sorpresa se llevó cuando él primero se metió para jalarla dentro y probar la supuesta tina enorme de bronce, que la tenían que revisar, el rubio muy listo de gusto le dio vuelo al cubo y ella de arriba abajo cabalgando a su marido, hasta que probara la dichosa tinaja o el agua quedara fría para ayudarla más a seguir en esa tarea que no parecía terminar.

- Creo que debo ir a preparar la comida. - Ya la tengo lista, en un tiempo más nos vamos, que no llevamos prisa, entre que se iba a vestir, él volvía a su festín, dejándola recostada para que no se agotara, con tanta amabilidad que venía incluida en su marido, como que eso de casarse la iba tener demasiado ocupada, porque él gran esposo que le toco, la comida y la cena le llevó.

La rubia continuaba sin moverse en su gran habitación, sin ganas de levantarse, de solo cerrar las piernas, algo iba a estropearse, por lo que ni hizo el intento de quererse parar, mientras que él aparecía para ayudarla sin dejarla caminar. Estaba muy complacido que a su abuela le fue avisar que su mujer descansaba, por lo que sus alimentos él le fue a entregar, si salió buen cocinero, no dejaba nada pendiente, le paso tantos vestidos como si estuviera con mucha antelación listo para casarse, resultaba que esos pertenecían a su difunta madre, quien en el cielo no ocupaba todos esos atuendos, por lo que ahora le pertenecían a ella por ser la nueva señora Andrew.

- Y tu familia también murió, me dijo tu abuela. - Si, todas las cosas que eran de mi familia pasaron a ser de un tío lejano, ya sabes las mujeres no heredamos, y ahora gracias a esta boda, no nos quitaran la propiedad, los terrenos y todo lo que de mi abuela puedo alcanzar. - Nada te quitaran si de mi depende, al contrario, te llenare de hijos varones, todos verán por ti y tu abuela, en falta mía, tendrás muchos que vean que nada te falte. - Será mejor que estés con nosotras, de aquí a que tenga tantos hijos, y sobrevivan a todo, prefiero que estés a mi lado eso será más seguro. - No te molesta que no te deje descansar. - Ya había demasiado descanso, de solo estar sentada junto a mi abuela, así que estar en sus brazos para mantener el calor, es mucho más entretenido y mejor. - ¿con que eso crees?

El rostro de picardía, hizo que el rubio estuviera feliz, pensándola lastimada o cansada, ella no se quejaba, al parecer sus atenciones plenamente le agradaban.

La familia llegaba y muchos niños corrían por todos lados, la gran casona podía albergarlos, ella se hallaba encantada, ser hija única no era agradable, pero su marido también lo fue y ahora con todos esos tíos, no fueron necesarios aquellos que le quitaron su casa y sus valiosos recuerdos, ahora tenía multiplicados los familiares de su esposo y eso era para ella mucho mejor. Sin embargo, William les contaba de todo lo que su mujer había dejado por no poder heredar y los tíos planeaban al bandido de nuevo resucitar.

- Se irá para Francia, que ya huele a guerra, que mande a todos esos herederos a buscar lo que les roban, a ver si allá lo encuentran, nosotros haremos la ruta y le traes a tu mujer lo que es de ella, dice su abuela que no era mucho, pero era de ella, esa casa y esa propiedad, por lo que el equivalente bien se puede estimar y ver que trabaje el tío que de heredado no vivirá.

Continuará...


Muchas gracias por sus comentarios en esta historia, realizada para el OctoBert 2022, será pequeña y completarla es la meta.

Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa