...✿*·..·°*°·..✿.·°*°·..✿...

-Me pone nervioso verla subir a esos árboles.

-No te preocupes mi amor, no son muy altos. – la pareja miraba a su hija sentada en una rama – además no dejo que pase de la primera rama – ésta estaba a una altura de 1,50 m.

-Aun así, podría lastimarse si cae.

-Candy es muy ágil, te confieso que me asusté mucho cuando casi cae, pero logró sostenerse.

-Qué!? – miró incrédulo a su esposa – cuándo pasó eso?

-Ayer. – escondió su mirada, arrepentida de haberlo revelado, sabía que su esposo tenía el ceño fruncido.

-Con mayor razón, ahora mismo mandaré talar todos los árboles para que no se le ocurra volver a treparlos.

-No pasó nada. - lo miró con una leve sonrisa por lo exagerado de su comentario, aunque sabía que era capaz de cumplirlo – mírala – volvieron la vista nuevamente a su hija – volvió a subirse, no le tiene miedo a las caídas.

-Eso es porque no cayó, o si? - la miró nuevamente levantando la ceja derecha.

-Ayer no… pero la semana pasada…

-Rose!

-Will, Candy debe aprender a levantarse cuando caiga, no quiero que le tenga miedo a nada, menos a vivir. – sus ojos se llenaron de lágrimas – no quiero que sea como yo…

-Cariño - suavizó su voz – estaría feliz si nuestra hija se pareciera a ti.

-A alguien sumisa? Dejé que se aprovecharan de mí, tanto que…

-Rose…

-Will, prométeme que siempre apoyaremos a nuestra hija… no te digo que la expongamos a peligros y que la desprotejamos, sino que dejemos que sea libre.

-Lo prometo mi amor. – abrazó con fuerza a su esposa para consolarla. – siempre la cuidaré. – pensó lo último.

-Agradezco tanto que hayas llegado a mi vida - dijo con el rostro escondido en el pecho de su esposo – tú me salvaste… incluso de mi propia familia.

-Y tú me salvaste a mí – besó su cabeza – las amo tanto Rose.

-Papi! Mami! – vieron a Candy saludarlos mientras agitaba las manos con entusiasmo para que la vieran.

-Mejor vamos - dijo William regresando el saludo a su hija - no quiero que empiece a saltar y caiga.

William salió de su recuerdos al escuchar que la puerta del departamento se abría, dejó la fotografía que sostenía en la mesita, era una donde su esposa estaba con Candy en brazos, era la misma foto que él le entregó cuando la encontró llorando la ausencia de su madre. Tomó otra foto donde su hija estaba abrazada al castaño.

Terry estaba frente al padre de su esposa, escuchando todo lo que le decía, se dio cuenta como cambiaba su voz y la leve sonrisa que surgía en su rostro cada vez que mencionaba a su difunta esposa o a su hija. Fue obvio que el mayor intentaba justificar su comportamiento, claramente estaba arrepentido por lastimar a su hija, quería reparar la relación con Candy, por eso se estaba ahí tratando de acercarse a él.

-En muchas ocasiones, prometí que cuidaría de mi hija; pero mi esposa me hacía prometer que siempre la apoyaría y la dejaría vivir su vida.

-Y lo hizo señor, Candy me contó cuanto la protegía.

-La sobreprotegía – aclaró.

-Aun así, lo hacía por amor a su hija; estoy seguro que usted solo quiere lo mejor para ella, yo también lo quiero – William lo miró con atención – quiero hacerla feliz, así como ella lo hace conmigo.

-No me gusta verla en este lugar, rodeada de carencias y pobreza – vio como el ceño de Terry se fruncía levemente – pero debo aceptar que es algo que ella decidió, puedo confiar en que la protegerás y no permitirás que nada le pase?

-Puede estar seguro de eso.

-Terrence, si pudiera llevaría a Candy... y a ti también, pues eres su esposo – agregó – a mi casa, aunque por tu expresión estoy seguro que rechazarías la oferta y no quiero iniciar otra discusión.

-Con todo respeto señor – habló calmadamente – es mi deber proporcionarle una casa y alimento a mi esposa, no me sentiría cómodo siendo mantenido por usted. – William lo miraba levemente sorprendido por la convicción del castaño – sé que por ahora no podré darle una vida de lujos a su hija; pero le aseguro que no le faltará un techo, alimento y sobre todo amor.

Le gustó oír lo último; sabía que su hija era una soñadora, que desde pequeña soñaba casarse por amor y no simplemente por negocios o estrategias sociales y económicas, entonces lo recordó, la última promesa que le hizo a su esposa, - "nunca fuerces a Candy a casarse con alguien a quien no ama, que sea ella quien elija a su pareja, no quiero que sufra como yo"- un gran remordimiento lo abarcó, cómo pudo olvidar aquella petición de su esposa, cuando él mismo sabía que Rose casi fue forzada a casarse con un hombre 20 años mayor que ella y conocido por golpear mujeres, fue así como la conoció.

Era la boda de Roger Andrews, y después de despedir a la pareja de recién casados, William salió a uno de los balcones del salón para tomar aire, fue ahí cuando vio como un hombre abofeteaba a una mujer, tirándola al piso; sin pensarlo se acercó y le proporcionó un puñetazo a aquel cobarde derribándolo al instante, se giró para ayudar a la fémina que aún estaba tirada en el pasto, con el rostro cubierto por sus manos, cuando se las apartó fue hechizado por la belleza de la joven rubia de ojos verdes.

Más tarde ella le contó que aquel hombre era su prometido, la rabia y preocupación lo invadió, si ese cobarde era capaz de golpearla siendo solo prometidos, de qué sería capaz cuando sea su esposa?, por suerte era heredero de una gran fortuna, algo que convenció al padre de la joven de romper el compromiso, la familia de Rose, estaba eufórica por los beneficios que le traería la unión con la familia White, una de las más poderosas de Nueva York; sin embargo, poco después de casados, la alejó completamente de su familia, pues fue testigo cómo la lastimaban verbalmente e incluso físicamente para que ella lo convenciera de acceder a algunos negocios con su familia.

-Nunca dejes de amar a mi hija.

-No lo haré señor.

-De ahora en adelante, tú deberás cuidarla y protegerla.

-Así será señor.

-Nunca la alejes de mí, ella es lo único que me queda de mi esposa.

-No sería capaz de separarla de usted. Candy lo ama mucho, usted es muy importante para ella – Terry recordó las veces la vio llorar por no tenerlo a su lado.

-Gracias Terrence… - Terry sonrió levemente – una cosa más – el castaño lo miró atentamente – bienvenido a la familia. - le extendió la mano, la cual fue tomada al instante.

...·°*°·.*❁*.·°*°·…

-Todo estará bien, deja de caminar de un lado para otro, me mareas.

-Lo siento, es que… tengo miedo que cambie de opinión y le reclame a Terry por casarse conmigo.

-No creo que lo haga; pero si lo hace, Terry es fuerte y no dejará que lo provoque.

-Sí… - dijo bajando la cabeza – yo… deseo tanto que ellos se entiendan, quiero a mi papá conmigo, que forme parte de mi vida.

-No te pongas triste, ya verás que todo saldrá bien.

-Sí…

-Mejor ven, mira lo que mamá está confeccionando.

Karla tomó de la mano de Candy y la llevó a la habitación de María, donde había un maniquí con un vestido blanco.

-Es hermoso! - se acercó para acariciar la seda – la novia se pondrá feliz cuando lo vea ya terminado.

-Deseo, un día, vestir uno. – dijo Carla soñadora – cuando me case mi vestido será así de hermoso.

-Seguro que tu madre se esforzará mucho para que quede hermoso.

-Yo también le ayudaré – la sonrisa en la cara de las jóvenes era de ilusión – aunque no creo que me lo permita.

A escondidas María escuchaba la charla de las jóvenes, le causaba gracia que hablaran como si el acontecimiento estuviera cerca.

-Ya lo tienes todo planeado.

-Así es, la recepción, la iglesia… todo – la miró sonriendo - Ahora sólo debo encontrar al novio.

-No te costará mucho – dijo Candy riendo de aquella verdad – me di cuenta cómo te mira John.

-John!?

-No me digas que no te diste cuenta que él está enamorado de ti? – vio la confusión en el rostro de su amiga – Carla!

-Qué? Nunca le presté atención, pero… ahora que lo mencionas, él es muy atento conmigo.

-Bueno, por lo menos ahora lo sabes.

-Ahhh Candy! – se cubrió el rostro - cómo lo veré ahora?

-Sólo trátalo igual que siempre. – Candy estaba más relajada, por ese momento se olvidó del asunto de su padre y Terry, hasta que María la llamó.

-Candy… - la rubia la miró – Terry te llama.

-Oh! Ya terminó de hablar con mi papá? – cuestionó mientras corría hacia la puerta.

-Crees que todo salió bien? - cuestionó Carla mirando por donde salió su amiga, su madre solo sonreía.

...·°*°·.*❁*.·°*°·…

-Terry… Papá?

-Quería despedirme de ti cariño. - William se acercó para besar la frente de su hija.

-Ya te vas?

-Sí, debo regresar a la oficina, dejé solo a Roger. – acarició su rostro – los veré este fin de semana – al oír eso la rubia sonrió, a su padre le dio gusto ser el responsable de tan bella sonrisa.

-No faltaremos! - Saltó a los brazos de su padre - gracias papá - murmuró bajito.

-Nada de eso cariño, gracias a ti por no rechazarme.

-Sabes que jamás haría eso.

-Nos vemos el sábado. – le ofreció la mano a Terry y con un apretón se despidieron.

-Ahí estaremos señor. – vieron a William alejarse hacia la puerta.

-Qué pasó? - cuestionó al entrar a su departamento.

-Supongo que ya tienes una idea. - la rubia sonrió, pero lo instó a que le contará todo.

-Entonces todo está bien entre ustedes? – dijo cuándo el castaño terminó de relatar la conversación con su padre.

-Todo estará bien amor, para tu padre y para mí, tu felicidad es lo más importante; así que nos esforzaremos para entendernos, él dio un gran pasó y no seré yo quien retroceda.

Candy no dijo nada, sólo rodeó el cuello de su esposo y lo atrajo hacia ella para besarlo, gustoso rodeo su cintura acercándola más a él, la extrañaba tanto, y aprovechando la guió a la recamara, tenían meses que no estaban juntos.

-Terry…?

-Mmm? – pasaba su dedo distraídamente por su espalada desnuda.

-Terminaste de lavar la ropa?

-Jajaja - la giró y se posicionó sobre ella – eres una tirana.

-Sólo cuido nuestras cosas. – dijo con voz temblorosa al sentir los labios del castaño besar el largo de su clavícula.

-No debe preocuparse por eso mi señora, terminé con mis labores.

-De… acuerdo…

Esa entrega fue la más anhelada, ambos se habían extrañado, se sintieron más juntos, más conectados que antes, mucho más enamorados.

...·°*°·.*❁*.·°*°·…

-Cómo fue posible eso! – gritó el hombre furioso.

-Lo hice por amor! – se defendió la joven.

-Amor? – la miró con fuego en los ojos – sabes que tu "amor" me costó perder uno de los mejores actores que tengo?

-Robert…

-Estás despedida!

-No puedes hacerme eso…

-Puedo demandarte y sabes que Terry también.

-No lo harías… no… no tienes pruebas… - dijo con miedo.

-Eres tan tonta que guardaste la correspondencia… todos vieron cuando éstas cayeron de tu bolso.

-Pero él no lo sabe…

-Jane se encargará de hacérselo saber.

-Sí la amenazas…

-Y perder a otro elemento importante de mi compañía? – se giró para verla – te crees así de importante?

-Robert por favor… sabes que necesito el empleo.

-Eso debiste pensarlo antes de cometer semejante estupidez.

-Howard también es socio y él no lo permitirá.

-Pregúntale. – sonrió de lado – a Howard le interesa más el dinero.

Se vio perdida, pues el hombre tenía razón, Howard nunca la elegiría sobre el dinero, sabía que era un hombre muy ambicioso.

-Susana espera… - escuchó a Robert cuando estaba cerca de la puerta – te recomiendo que te vayas de la ciudad - ella lo miró sin entender – ocultaste los correos que Terry le envió a su esposa; pero lo más grave fue que escondiste los telegramas que le decían que ella estaba enferma - seguía sin entender y el hombre se dio cuenta – Terry ama profundamente a su esposa y cuando se enteré estoy seguro que será capaz de matarte, sin contar lo que hará el padre de su esposa.

-Terry no me mataría, a lo mucho se enfadaría conmigo - dijo segura y con altivez añadió - y que podría hacer un don nadie? – dijo refiriéndose al padre de la rubia, seguía pensando que Candy pertenecía a la clase obrera y que sólo trabajaba en casa de gente rica.

-En verdad consideras a William White como un don nadie? – la miró sorprendida – jajaja! – dejó escapar una gran carcajada – en serio no sabes que la esposa de Terry es una White? Vaya Susana! me sorprende que hasta ahora no te hayas enterado de eso… Candice White es la hija de uno de los hombres más poderosos de Nueva York y Chicago, ahora sabes con quien te metiste?

-M-mientes… - dijo con sorpresa y con miedo en los ojos.

-Por qué lo haría?

-Sólo quieres asustarme.

-Y crees que yo no lo estoy? - White tiene el poder para acabar con mi compañía, y todo por tu culpa.

-Terry no lo permitiría.

-Por su esposa, demostró que sería capaz de todo, acaso Howard no te contó que no le importó la amenaza de una demanda?

-Robert debes ayudarme.

-Por eso te sugiero que te marches, por la amistad que tengo con tu madre no haré nada en tu contra; pero tampoco abogaré ni te ayudaré cuando Terrence y su suegro se enteren.

-Dónde está Howard? Estoy segura que él me ayudará.

-Él fue más sensato que tú, aunque no hizo nada grave, prefirió no enfrentarse a los White; así que me vendió su parte de la compañía y se fue a Texas.

La actriz se vio perdida, Howard era su único aliado y ahora no estaba, qué debía hacer? Irse a otra ciudad significaba aceptar su derrota, no quería perder ante Candy, no quería dejar a Terry.

...·°*°·.*❁*.·°*°·…

-Cariño! – la rubia era rodeada por los brazos de la mujer mayor, mientras ésta dejaba escapar las lágrimas. -Cómo pasó?

-Amanda…

- Por qué no me llamaron? – tomó el rostro de Candy entre las suyas – oh claro! Estaba con la tonta de Elroy tratando de abrirle los ojos – se respondió a sí misma – oh mi niña! – llevó la cabeza de Candy hacia su pecho – debió ser duro para ustedes. – miró a Terry – te ofrecí mi ayuda y a la primera te fallo.

-No se preocupe, todo se resolvió bien.

-Por suerte no pasó nada grave. – no dejaba de abrazar a Candy.

Candy miró a Terry con infinito amor, cuando le preguntó cómo había cancelado la cuenta del hospital y con lo que él le respondió, se sintió muy culpable, lloró pidiéndole que la perdonara.

Flashback

Terry le contó que había vendido la cadena y reloj de oro que perteneció a sus padres, ella sabía que eso era lo único que le quedaba de ellos.

-Perdóname Terry – lloró - sé cuán importante eran para ti, era lo único que te quedaba de ellos.

-Tú eres más importante. - se acercó a ella.

-Pero… siempre me dijiste que eran tus tesoros.

-Y los cambie por uno más valioso.

-Me siento tan culpable… por mi irresponsabilidad perdiste…

-Ya basta Candy - la detuvo con firmeza – no me arrepiento de haberlos cambiado por efectivo, si con eso te salvaba.

-No creo que te hayan dado mucho… - dijo bajando la cabeza – qué más vendiste, ya tenía una idea – Terry? – cuestionó al no obtener respuesta.

-El anillo del duque… - respondió con la mirada seria, Candy sabía que tenía un anillo con el escudo de la familia de su verdadero padre, Terry le había dicho que no lo tenía como una posesión valiosa y querida, sino como un recordatorio de la persona que lastimó a su madre, prometió que cuando obtuviera éxito en su carrera, iría a visitarlo para tirárselo a la cara y decirle que no quería nada de él.

-Yo… - Terry la calló con un intenso beso.

-Tú lo vales, y me enfadaré si sigues culpándote, es mi responsabilidad cuidar de ti y falle en solo unos meses de casados – le puso un dedo en los labios al ver que diría algo – nada me hará cambiar de opinión, y cada vez que te culpes, yo me culparé dos veces más, por hacerte sentir así. – sabía que si le decía eso, Candy trataría de no culparse a sí misma.

Fin de flashback

-Ahora sí, no te dejaremos cariño, ya le dije a George que nos quedaremos en Nueva York por un largo tiempo.

-Amanda no es necesario.

-Por supuesto que lo es, si la cabeza dura de Elroy está aquí, claro que me quedaré cerca, George está de acuerdo conmigo. – la rubia desvió la mirada hacia el mencionado, quien sólo levantó los hombros sonriendo levemente.

-Lo siento. - se disculpó.

-No te preocupes, además se lo prometí hace tiempo.

-Mi tía sabe lo que me pasó?

-Por eso volvimos, William, la llamó y le contó lo que pasó.

Candy miró preocupada a Terry, conociendo a su tía, tomaría eso para atacar a su esposo intentando hacerlo sentir culpable por su condición económica para que se alejara de ella; pero Terry le devolvió una sonrisa segura, él intuía lo que vendría más adelante con Elroy, no se intimidaba, nada ni nadie lo alejaría de su esposa.

✿·*·..✿·*·..✿

Gracias por sus comentarios, son muy lindos y los aprecio mucho, que les pareció el capítulo, ya más cerca del final. Disfruten de su fin de semana y se cuidan mucho.