Estaba el otro día con una bruja, preparando caldos humanos... cuando me di cuenta que era hora de un nuevo capítulo...
Qué tal queridos lectores, ¿Cómo están?
Lamento la pequeña tardanza con este capítulo, tuve muchas dificultades con el tiempo, estuve ocupado con otros asuntos y tuve uno de otro bloqueo con las ideas. Pero aquí estamos de vuelta, con un capítulo interesante, así que, prepárense, porque se vienen cosillas… inesperadas. Advierto que el capítulo es un poco fuerte.
Sin más que decir… disfruten la lectura…
II - II
II - II
II – II
"Odio y crueldad... ambas cosas convierten a un ser, en el infierno mismo..."
II - II
II - II
II - II
Pánico, horror y dolor, tres factores que resuenan en dos lugares dentro de la basta selva del Amazonas. Por un lado, están el pánico y el horror dentro de un grupo de decenas de aves, equipadas con lanzas, ramas, piedras y puntas de roca, debido a que uno de sus miembros importantes, fue raptado. Alfred llegó con el grupo cazavampiros, sumamente alarmado por lo visto hace unos momentos. Su amigo Rafael, tucán que perdió a la mitad de sus hijos por culpa de una familia de guacamayas vampiras, fue raptado por estas mismas aves demoníacas.
Su estado era de alteración, preocupación y estrés, porque no se imaginaba lo que ellas le harían. Claro, son vampiras, así que la tortura, mutilación, burla y violación, eran algunos de sus actos más conocidos. Todos los miembros del grupo se alarmaron y tres de ellos fueron a avisar al otro grupo, que estaba bastante lejos.
Por el otro lado, el horror y el dolor se apoderaron del mencionado tucán, quien estaba dentro de la vieja torre, clavado en una tabla de madera que, a su vez, estaba clavada en el muro. A los ojos humanos, se podría decir que Rafael estaba crucificado, y las seis vampiras que yacían frente a él, solamente se burlaban de su dolor.
Rafael: *Coff* P-por favor, no lo hagas *traga un bulto*… te lo imploro – Dijo con la voz quebrada y los ojos rojos por el llanto.
Cordelia: Rafael querido, con cada súplica que me das, mis ganas por matarte aumentan jeje – Le dijo malvadamente, teniendo en el pecho del tucán un pelador humano un poco oxidado.
Amber se acercó, extendió un ala y obtuvo una lágrima en la punta de la misma, para luego llevársela al pico y saborearla.
Amber: Mmmm, saladitas jejeje.
Rafael: N-no entiendo aaghh… por qué me hacen esto. N-nosotros solamente *coff*… mmm… vivíamos en… en paz – Decía con dificultad.
Cordelia: ¿En serio? Adivina algo… eso no me importa – Le dijo mientras comenzaba a bajar el pelador a lo largo de su pecho y, por ende, comenzar a pelarle su plumaje y piel.
Rafael: ¡AaaaaAAAAAAAHHHHHHHH! ¡D-DETEEEENTE!
Cordelia: Awww no te quejes tanto, apenas estoy comenzando *empuja más y pela gran parte de su pecho*.
Rafael: ¡GGRRRRRRR! *Aprieta los ojos* ¡POR FAVOR YA! ¡ESTO ME ARDE!
Sangrelia: Aaaahhhhhh sí, me excitan esos gritos jeje – Dijo de forma enfermiza, complacida ante los gritos del tucán.
Cordelia dejó de pelarle el pecho a Rafael, retirando el objeto y dejando una larga marca que se ausentaba de plumaje y piel, mostrando nada más que los tejidos musculares. Soltó el artefacto y procedió a tomar sus alas clavadas de nuevo.
Cordelia: Di "aaaa" mi hermoso tucán *comienza a doblarle de nuevo las alas*.
*C-CRACK*
Rafael: ¡AA-A-AAAAHHHH! *Libera un mar de lágrimas* WAAAAAA QUE DOLOOOOOOR.
Velvet/Amber: JEJEJAJAJAJAJAJAJA.
Sangrelia: ¡Vamos Rafi! ¡Complácenos con tus gritos, bebé! ¡JAJAJAJA!
Cordelia lo miraba con una sonrisa demoníaca, que denotaba el odio que le tenía a Rafael.
Cordelia: ¿Te gusta? ¿Lo disfrutas? – Preguntó en un tono de demencia.
Rafael: ¡P-POR FAVOR! ¡HABLEMOS! *CRACK* ¡AAAAHHHHH!
Cordelia, satisfecha con esta fase de su tortura, lo soltó. Oficialmente, Rafael tenía las alas rotas, inservibles. Las lágrimas le llegaron al pico, su mente le ardía y los nervios lo comían por dentro. El dolor era el mismo infierno, pero, lastimosamente, Cordelia tenía más cosas que ofrecerle.
Cordelia: *Topa su pico a su oído y susurra* ¿Lo disfrutaste? ¿Te encanta no sentir tus alas? ¿Hm? Dime algo amorcito, ¿qué quieres?
Rafael: *Susurra* D-déjame… vivir… por *sniff*… p-por favor… q-quiero a mis... hijos.
Cordelia: *Levanta una garra y la ubica en su cloaca* Awwww, ¿por qué más debería liberarte?
Rafael: *Susurra* P-porque así… te mandaremos al… *sniff* al infierno *sniff*
Cordelia: Lástima, porque mami Cordelia… fue criada en un infierno.
De pronto la vampira apretó su garra y enterró las uñas en el área sensible de Rafael, despedazándole su pellejo sensible.
Rafael: AA-GGHH… A… A – Apenas gritaba, solamente liberaba gemidos ahogados, debido al dolor tan penetrante que comenzaba a nublarle la vista. Sintió el fuerte apretón en su zona, uno que le desgarró la piel y provocó que tanto plumaje como pellejo sensible, fueran machacados. Cordelia retiró rápidamente su agarre, dejando marcas de uñas enterradas alrededor del área sensible de Rafael, un área que se tornó más roja, en parte por la sangre goteante.
Valentina y Kali se acercaron y lamieron la cloaca ensangrentada de Rafael, extrayendo la sangre, mientras Cordelia se lamía la garra. Luego, Amber se le acercó.
Amber: Awww, adivina algo Rafael… ya no tendrás más hijos jijiji.
Las demás se rieron por el comentario. Las dos vampiras que lamían la sangre, retrocedieron.
Velvet: Awww, papi Rafael se quedó estéril jejeJAJAJAJAJA.
Valentina: Y ya no podrá procrear con su amada y repugnante esposa jeje.
Sangrelia JEJEJAJAJAJA ayyy no jeje. Qué divertido – Dijo liberando una lágrima de la risa.
Rafael estaba mentalmente quebrado, físicamente adolorido, los espasmos eran grotescos y la sangre caía sin cesar, formando un repugnante charco de sangre que provocaba emoción en las vampiras. Pero, Rafael comenzaba a desmayarse, esto gracias al inmenso dolor que sentía. Cordelia dejó de reírse ligeramente y observó que los ojos de Rafael se comenzaban a cerrar.
Cordelia: Awww Rafi, no te vas a desmayar, eso no lo permitiré – Dijo seductoramente – Amber, mi amor, puedes ir por el asador, por favor jeje.
Amber: Con gusto mami – Contestó, abriendo sus alas y levantando vuelo directo al almacén, donde obtuvo un arma muy querida por Cordelia. Al llegar, se la entregó a su madre, y el tucán pudo divisar apenas un objeto largo y negro.
Rafael: *COFF* ¿Q-qué agh…? ¿Qué es eso?
Cordelia: Mi arma favorita… el asador.
Lo que Cordelia tenía en su pata, era un largo hierro filoso y gris obscuro, con la punta hirviendo, de color rojo y naranja, propios del calor. Se acercó al tucán y topó la punta hirviendo en el largo y colorido hueso del pico, quemándole una parte del mismo, provocando que, el contacto del hueso con el hierro rojo, emanara humo, y le dejara una marca negra permanente al ser retirada.
Rafael: Mmmmm mire señora, n-no quise hacerle... eso a su hija, p-por favor hablemos... con calma, ¿sí? – Dijo sumamente aterrado, pero luchando por mantenerse consciente. Sus alas aún temblaban y su cloaca seguía derramando sangre.
Cordelia: Jijiji *Se acerca* No mi cielo, no quiero hablar contigo – Dijo burlonamente mientras alineaba la punta hirviendo en el hueso de su pata.
Rafael: *Suspira y libera lágrimas mientras sus fuerzas lo abandonaban*.
Cordelia: Ahh, agonía, sufrimiento y dolor… nunca olvidaré lo hermoso que es contemplar a una presa llorar por su vida – Dijo con una sonrisa malvada.
Rafael: Yo provoqué la muerte… de tu hija… de forma indirecta… nunca fue… mi intención *jadea un par de veces*… tú eres la maldita que vino y me jodió… Eres una pésima y repugnante madre.
Amber: Uuuuu Rafi, qué mala elección de palabras – Dijo esperando lo mejor.
Cordelia: ¿En serio? ¿U-una… una pésima… madre?
Mater Cordelia: ¿U-UNA… PÉSIMA *aprieta el pico y los puños*… MADRE? ¿Qué pasa si hago… ESTO? *Le topa el hierro en el hueso de la pata*.
*SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS*
Rafael: ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Ejerció más presión en el hierro y Rafel se jodía la garganta de tanto gritar. Sus lágrimas nuevas reemplazaban las secas, su llanto… solamente satisfacía los oídos de las vampiras. Segundos bastaron y Cordelia solamente sonrió cuando escucho algo caer.
Amber: Awwww, ¿Qué es esto? – Se preguntó en un falso tono inocente, sujetando en su garra… la pata desprendida de Rafael, con el hueso derretido por el contacto del hierro hirviendo.
Amber: *Le agita su pata en la cara* Creo que algo se te cayó, guapo jijiji.
Todas volvieron a reírse, y Cordelia solamente volvió a susurrarle.
Cordelia: Maldito imbécil, a ver si así aprendes a mantener ese pico cerrado.
Rafael: *Escupe un poco* Agh… *Sniff*
Sangrelia: Mejor dinos dónde están tus pequeños, así jugaremos en familia, les contaremos cuentos para dormir y… jiji… abusaremos de sus pequeños cuerpos…
Rafael: Agh grrrrr, ¡NO! ¡NO DIRÉ NADA!
Cordelia: Te conviene Rafael, ambos no queremos que te quite la otra pata, ¿O sí?
Rafael: MmmMMM, ¡TODAS SON UNAS PUTAS! ¡SE PUDRIRÁN EN EL INFIERNO!
Sangrelia: Awwwwwww, tan dulce.
Rafael: ¡N-NO DIRÉ NADA! ¡YA MÁTENME! ¡MÁTENME!
Velvet: Awwww lindura.
Cordelia: Jeje, no Rafael, te dejaré vivo para que, ammm *se pone la punta del ala en la barbilla*…
Kali: Podamos amarrarte el cuello como un perro…
Sangrelia: Y usarte como nuestro nuevo juguete sexual jijiji.
Amber: Awww sí, ahí te trataremos como nuestro sirviente, nuestro puto objeto de diversión jejeje.
Todas se rieron.
Cordelia: ¿Te gusta la idea? Quiera que no, aún tenemos mucho que ofrecerte *le soba el rostro*.
Rafael: S-solo… mátenme… no diré… nada…
Cordelia: Es cuestión de tiempo Rafael.
Lady Cordelia: Para que tu piel adorne mi plumaje jejejeje.
Cordelia: *Parpadea un poco* Muy bien, es hora de la diversión - Dijo con una sonrisa maligna, para luego tomarlo y desprenderlo del muro con tal violencia, que le despedazó más las alas. Ahora ya no estaba clavado, estaba tirado en el suelo.
Sangrelia lo volteó y le vio un beso.
Sangrelia: Ayyy jejeje, lindo piquito Rafi – Dijo burlona y seductoramente.
Rafael trató de arrastrarse un poco, pero solamente eso, cosa que no pudo cuando las vampiras comenzaron a jalar su plumaje y a reírse de él.
Amber: ¡Es mío!
Velvet: Ni soñar, ¡ahora yo lo quiero!
Sangrelia: ¡No! ¡Yo lo quiero!
Cordelia: Niñas, niñas, es suficiente. Cada una tendrá su momento de tortura *pone una garra sobre el pecho del tucán*… hay carne y sangre suficiente para todas – Acerca su rostro a él – Premio doble, tenemos a un Spix con su hermosa carne y al tucán que nos arrebató a Angeline – Dijo sedosamente, pasando su ala por el rostro y cuello de Rafael.
Amber: Entonces hay que jugar todas juntas… como familia jijiji.
Los minutos pasaron, minutos infernales para el tucán. Estaba tirado en el suelo, cerca de la mesa, con varias plumas arrancadas, el pico rayado, los ojos rojos, y una mirada vacía y traumante. ¿Qué sucedió? En los últimos minutos fue partícipe de múltiples abusos por parte de las vampiras. Las criaturas demoníacas lo rebajaron a tal nivel, que se convirtió justamente… en su juguete.
Los actos… imperdonables… vomitivos…
Sangrelia lo violó por tres minutos, seguida de Velvet y Amber.
Kali lo tomó del pelo con fuerza y lo obligó a lamer el suelo por un minuto entero.
Amber le pasó sus filosas uñas por todo el pico, rayándolo permanentemente y arruinando su atractivo color.
Valentina le arrancó varias plumas de su cuerpo y le cortó un par de su cola.
Estaba despedazado mental y físicamente, tal como Cordelia le dijo.
Cordelia: *Se acuesta a su lado y lo mira* ¿Cómo estamos?
Rafael: *Jadea*… *Jadea*… Por… *Jadea*… por… *Jadea*… favor… *Jadea*… mmm… ya… p-pa… para.
Cordelia: Awww, es una pena, no pienso detenerme *se relame los colmillos*. Mírate, estás solo *le gruñe un poco*.
Las vampiras se acercaron y rodearon de nuevo al tucán, estando muy concentradas, a excepción de Sangrelia, quien escuchó algo a lo lejos, gracias a su súper oído de vampira, junto a su hermana Velvet, por lo que ambas decidieron volar a las afueras de la torre.
Cordelia: ¿A dónde van? - Preguntó mientras se ponía de pie.
Sangrelia: Escuchamos algo afuera – Dijo bajando por las escaleras, volando, hasta la salida, junto a su hermana. Cuando se posaron sobre la grama, levantaron la vista y observaron su entorno, evaluando si había algo fuera de lo común.
Solamente observaron un entorno oscuro, por ser de noche.
Un entorno natural, por ser la selva.
Un entorno lleno de aves… aves… muchas aves…
Velvet: ¿Pero qué mierda… es eso? – Preguntó asustada al ver que decenas y decenas de aves rodeaban la parte superior del acantilado donde se escondía, todos parecían armados.
Rafael: Je… jeje… je…
Cordelia: ¿Hm? ¿De qué te ríes? – Preguntó molesta y extrañada de verlo reírse de la nada.
Rafael: *Traga*… ¿Crees… que vine… *Jadea*… solo? – Dijo con una ligera sonrisa.
Sangrelia: Ammm, m-mamá, ¡MAMI! – Gritó cuando ella y Velvet entraron rápidamente.
Velvet: ¡HAY DECENAS DE AVES QUE VIENEN ACÁ!
II "Inserte música: Blood and Stone by Audiomachine" II - (Reproducir en el segundo 0:50)
Cordelia: ¿QUÉ? *Mira a Rafael* ¡¿Qué hiciste?!
Amber: ¡Tenemos que salir de aquí! – Dijo un poco desesperada.
Cordelia: ¡No se asusten!
De pronto, Sangrelia fue atravesada en el costado por una lanza.
Sangrelia: *RUGE DE DOLOR* – Se quejó al sentir la lanza que retiró rápidamente.
Mas pronto que tarde, ave tras ave comenzó a entrar a la torre, por medio de la ventana de la habitación y la entrada principal. Armados con lanzas, ramas, rocas y antorchas.
Guacamayo: ¡Ahí están!
Cacatúa: ¡ASESÍNENLAS!
Cordelia: ¡SALGAN DE AQUÍ MIS NIÑAS! – Les ordenó cuando tomó la cabeza de un ave y la aplastó grotescamente, para luego ser atravesada por dos lanzas - ¡AAAGGH! *Toma una lanza y la tira con todo y ave, para luego escapar rápidamente por la ventana del comedor*.
Las demás vampiras lograron abrirse paso entre las aves, saliendo por la ventana del comedor, aunque Velvet terminó con una roca enterrada en el costado.
Velvet: ¡AGH! ¡HIJO DE PUTA! *Se retira la roca*.
Alfred: *Llega con Rafael* Rafi, hermano, ayyyy no, ¿q-qué te hicieron?
Rafael: Alfred… *coff*… las… las encontramos… je… m-mis niños… ¿Dónde…?
Alfred: No no no no te muertas, no dejarás a esos niños solos con su madre. ¡AYÚDENME! ¡Hay que llevarlo y tratar sus heridas!
Rafael: Agh… *coff*…
Alfred: *Sniff* N-no… GRRR, ¡ATRAPEN A ESAS PERRAS!
Las aves comenzaron a seguir a las vampiras, aunque ellas usaron su gran velocidad, pero, aun así, había aves esperándolas en la orilla del acantilado, por lo que estas aves volaron hacia ellas y les lanzaron rocas y lanzas.
Valentina: ¡CUIDADO! *Empuja a Velvet y recibe una lanza en el pecho* ¡AAGHH!
Cordelia rápidamente la tomó en sus garras y todas lograron salir del acantilado, volando en dirección horizontal. Lastimosamente, solo la mitad del grupo estaba atacándola, ya que las demás aves estaban ocultas por si escapaban.
Y así fue, las demás aves salieron de sus escondites y comenzaron a atacar a las vampiras.
Cordelia: ¡NO! *Esquiva rocas y lanzas* ¡No se separen!
Una cacatúa rosa logró darle en la espalda a Valentina con una lanza.
Valentina: *Cae* ¡AGH! ¡MAMÁ! – Pidió ayuda.
Cordelia atendió al llamado de su hija y rápidamente fue y le enterró las garras a la cacatúa, desmembrándola en un movimiento. Luego vino un tucán que trató de enterrarle una roca y ella le arrancó la mandíbula.
De pronto, Cordelia comenzó a ser rodeaba con varias aves que se abalanzaban sobre ella, lastimándole el cuerpo con sus lanzas y rocas. Sus hijas iban a ayudarla, pero no era necesario.
Cordelia: ¡AGH! *RUGE AGRESIVAMENTE* ¡DÉJENME! – Gritó cuando rápidamente usó su fuerza para elevarse en el aire y empujar a todos en el proceso. Rápidamente volvió con sus hijas, no sin antes arrancarle el cráneo a un guacamayo que estorbaba su camino.
Cordelia: *Llega con sus hijas* ¡Niñas! ¡Transformadas en murciélagos, ahora! ¡Y súbanse a mi espalda! – Les ordenó con desesperación, viendo cómo las antorchas y gritos, de las aves que deseaban matarlas, se aproximaban a ellas.
Cacatúa: ¡AHÍ ESTÁN!
Los murciélagos se subieron y aferraron a la espalda de Cordelia, pero ella se aterró al ver que dos lanzas aterrizaron cerca de ella, por lo que rápidamente alzó vuelo y comenzó a escapar de nuevo. Pero algo ocurrió.
II "Pausar música" II
Amber se había caído cuando ella voló. Se transformó en guacamaya por accidente y de pronto una lanza le penetró el ala y la rasgó.
Amber: ¡AGH! ¡M-MAMÁ! *Otra lanza le perfora el ala* ¡AAHHH! *Cae al suelo*.
Valentina: ¡MAMÁ!
Cordelia: ¡Silencio! ¡No se asusten!
Amber iba a levantarse, pero rápidamente llegaron dos tucanes y le rompieron las alas, mientras otros dos militares llegaron y le perforaron más las alas.
Amber: ¡AAAGGGH! ¡MAMÁAAAA! – Gritó de terror, pero fue puesta de rodillas de forma forzada. Alfred llegó con el grupo que la tenía capturada, mientras algunos iluminaban con sus antorchas.
II "Poner música en el minuto 2:35" II
Kali: ¡MAMÁ! ¡ESPERA, POR UN DEMONIO!
Cordelia: *Se detiene y todas se bajan de ella* ¡¿Y AHORA QUÉ?!
Kali: ¡AMBER SE QUEDÓ!
*Trueno*
Cordelia: *Abre los ojos* N-no…
Sin pensarlo, salió disparada en dirección contraria.
Cordelia: ¡AMBER! - Gritó su nombre con un terror sorprendente, sintiéndose una estúpida al dejar a su hija en las alas de unos cazadores. Se impulsó con sus alas para mayor velocidad.
Alfred: ¡Sujétenla! – Ordenó furioso.
Dos aves la agarraron fuertemente de sus alas perforadas y rotas.
Amber: ¡N-NO POR FAVOR! ¡SE LOS PIDO! ¡NO ME MATEN!
Cacatúa: ¡SILENCIO!
Alfred hizo caso omiso a esto, y tomó una lanza con la punta afilada de piedra, mientras, detrás de Amber, dos más tomaron la misma arma y se posicionaron detrás de la vampira.
Amber: ¡NOOOOOOOOOOO! *Lágrimas* ¡MAMÁAAAAAAAAAAAAAAA!
Cordelia: ¡AMBEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER!
Los tres levantaron las lanzas… apuntaron… y…
*TRUENO*
Cordelia cayó rendida en el suelo, al compás de un trueno que anunciaba el acercamiento de una tormenta, arrastrándose un poco y levantando la vista rápidamente. Con el plumaje manchado y la vista fija al frente, su mente se volvió a hacer pedazos.
Mater Cordelia: N-no…
Cordelia: *Susurra* N-no…
Alfred le atravesó el pecho a Amber, la cacatúa la espalda y el guacamayo jacinto le insertó la punta en el cuello. Repitieron este acto dos veces más. Retiraron las lanzas y Alfred volvió a levantarla, apuntando a la cabeza… lleno de furia y lágrimas…
Alfred: Muérete… perra.
Y la enterró en el cráneo de Amber, penetrando su cabeza, hasta enterrar toda la punta en la misma, y expulsar una gran cantidad de sangre.
Cordelia tenía los ojos bien abiertos, lagrimeando, con el cuerpo temblando y sin poder parpadear… estaba atónita
Amber fue asesinada ante sus ojos. Y rápidamente, su pecho comenzó a dolerle.
Cordelia: *Se agarra el pecho* AGH… N-no… aaaggg… *aprieta los ojos*... No - Se quejó por el dolor, al mismo tiempo que se retorcía un poco. Para su suerte, estaba en las faldas de un árbol, donde la sombra, junto a su capa negra, la ocultaban de la vista de los demás.
Alfred retiró la lanza y dijo…
Alfred: Escaparon, pero que esa maldita gigante se de cuenta *toca el rostro de Amber con la punta de la lanza* que esta selva no es de ella – Dijo muy seriamente.
Cacatúa: ¿Qué haremos? *Sueltan a Amber*.
Alfred: Déjenla aquí, que se pudra. Tenemos que buscar a las otras, no importa dónde estén. Pero luego *limpia su lanza*, por favor, síganme y ayúdenme a llevar a Rafael con su esposa, y cualquiera que sepa sobre curación, que me siga. Los demás comiencen con la búsqueda e informen a las aves ajenas a esta selva… que hay una familia de depredadora sueltas - Ordenó firmemente - Hay que esparcir la noticia a todos los que podamos, que se enteren de la existencia de estos monstruos.
Las aves se retiraron, dejando el cuerpo de Amber tirado, permitiendo que los pocos insectos se subieran en su plumaje escarlata. La primera hija menor de Cordelia, estaba muerta, aquella hembra de plumaje rojo, marcas faciales blancas y cabello semi largo, estaba desangrada y sin vida. Se podía ver una de sus alas rotas y rasgadas, temblar ligeramente. Dicha ala…
II "Inserte música: Hurt by Thomas Bergersen" II
Fue levantada por otra más grande, luego su cuerpo fue levantado hasta ser recostado en un pecho plumoso.
Su madre la recogió del suelo, su figura materna llena de lágrimas, dolor y furia. La acostó en su regazo y le susurró su nombre…
Cordelia: A-Ambi… *sniff* mi amor… despierta - Decía con la voz quebrada, pero no hubo respuesta. Ella la mesó un poco, la volvió a llamar… - Mi niña, p-por favor despierta *sniff* - Pero no hubo respuesta.
Fue cuando otro trueno, que anunciaba una tormenta próxima, fue escuchado por la madre, la cual temblaba y apretaba el abrazo de su hija muerta, sin importar si su sangre manchaba su plumaje. Solamente quería estar con ella… con su hija.
Libero un enorme grito de dolor materno.
Cordelia: ¡NOOOOOOOOO! ¡MI ÑINA, MI BEBÉeeEEeeeeeEEEEeee! *SNIFF* MI DULCE AMBI - Decía derramando las lágrimas sobre su hija difunta, sin poder sentir sus latidos.
Sus hijas, aún transformadas en murciélagos, llegaron con su madre y vieron a su hermana muerta y a su madre abrazándola. El golpe fue brutal, pero antes de caer en llanto, observaron algo.
Cordelia comenzó a sentir que algo se movía en su hija, por lo que levantó su vista y la fijo en ella, para ver que su plumaje… estaba cambiando.
Su color rojo se entremezcló con el negro, sus alas carmesíes pasaron a ser de un color naranja difuminado al final con negro, su cabello se tornó de un rojo más intenso, sus marcas faciales se volvieron naranjas y su cola se tornó negra.
Era su verdadera forma… su alma liberada del tormento de su madre. Sus hermanas estaban confundidas, y Cordelia… atónita y quebrantada, porque sabía lo que le estaba pasando.
Sangrelia: ¿Q-qué le pasa, mamá?
Cordelia: Es todo niñas *sniff*... *Deja el cuerpo de Amber*... Nos largamos de este mundo - Dijo con la voz llena de furia y dolor.
Río de Janeiro, 10:30 p.m.
Volviendo a la mágica y colorida ciudad de Rio de Janeiro, donde el ambiente era diferente al del Amazonas, las aves se encontraban realizando sus últimas actividades antes de ir a dormir a sus respectivos huecos. La vampira de cabello ondulado, Angeline, estaba sentada sobre la baranda de piedra, en el área de la estatua del Cristo Redentor, teniéndolo justo detrás. Estaba contemplando la hermosa vista, esperando a Vicent, ya que ella le dijo que deseaba verlo, luego del entrenamiento que tuvo hace unos momentos. El lugar estaba solitario.
Se sentía rara, como sí algo malo hubiera ocurrido esta misma noche. Era como si su corazón le dijera… que una de sus hermanas había sufrido alguna tragedia. Pero no quería pensar en eso, creyendo que su mente le estaba jugando un juego, por lo que solamente miró a la ciudad y respiró profundamente.
En estos últimos días estuvo entrenando junto a su amigo Vicent, aspectos como el control ante la sangre, cacería, incluso algo de combate. Su cariño hacia él aumentó gracias a todo el ánimo emocional que el encapuchado le brindó en estos días, algo que simplemente la hacía sentir bien. Dormía de día y se mantenía despierta de noche. El Spix llegaba varias veces a verla durante el día, asegurándose de que nada malo le estuviera pasando. Por el otro lado, el Spix se sentía muy feliz del cambio y manejo que la vampira tenía. Se sentía orgulloso de ella, incluso, sentía que esto los unía más y ayudaba a crear una amistad fuerte en tan pocos días, gracias a que él comprendía, en gran medida, el problema de Angeline.
Ambos se apoyaban y, poco a poco, creaban una fuerte amistad.
El miedo de Angie se reducía, pero aún se mantenía, porque sabía que debía controlar una cosa más, el aspecto mental. Pero eso sería luego, por ahora, ella estaba sentada en la orilla de la baranda, con sus garras colgando y viendo la bella ciudad nocturna. Vicent llegó y aterrizó cerca de ella, y la saludó.
Vicent: Hola Angeline – La saludó con una sonrisa.
Angeline: Hola Vi, ¿Qué tienes en tus garras?
Vicent: Ah, toma *le da un filete*, lo conseguí para ti – Dijo con una sonrisa al ofrecerle comida a su amiga.
Angeline: Awww Vicent, gracias – Dijo con una sonrisa, tomando con su pico el filete y pasándolo a sus garras, para más comodidad. Luego le arrancó un pedazo y comenzó a comer – Mmmm, delicioso.
Vicent: Si jeje, quería traerte la cena de una vez. Estaba algo preocupado de que no hubieras comido.
Angeline: Es un muy lindo detalle de tu parte Vi – Dijo con una sonrisa y mordiendo otro pedazo de carne.
Vicent: *Se sienta a su lado y se retira la capucha* La verdad estoy muy orgulloso por tu cambio Angeline, tanto emocional como físicamente. Has demostrado determinación ante el dolor y tu control de habilidades mejora bastante rápido - Dijo felizmente.
Angeline: Gracias Vicent, pero no lo hubiera logrado sin ti – Dijo viéndolo con una sonrisa y dando otro mordisco al filete.
Vicent: No es nada – Respondió con la misma expresión – Dime, ¿Qué has estado haciendo en estas madrugadas?
Angeline: Verás, he estado explorando un poco esta selva *muerde otro pedazo*, descubriendo todo, observando si ha habido cambios en estos últimos cien años – Le dijo la razón de su exploración nocturna luego de los entrenamientos, tomando en cuenta que no había visto el mundo en poco más de un siglo.
Vicent: Wow, es verdad, no habías visto el mundo en mucho tiempo. Ammm, ¿viste algo nuevo?
Angeline: En una selva creo que no mucho je, no es que haya muchos cambios, verdad jeje. Pero esto *señala la ciudad*… esto es asombroso. Mi madre me llevaba muy pocas veces a ver las casas de los humanos y wow, si comparo aquel pueblo con esto que estoy viendo… es impresionante – Dijo admirada por la vista y la evolución de los humanos en estos últimos cien años – Es una vista realmente hermosa *come otro pedazo*.
Vicent: Ya lo creo, es una vista realmente impresionante – Dijo viendo la ciudad con una amplia sonrisa – Es perfecta para venir, sentarse y relajarse. Despejar la mente…
Angeline: Huir del mundo…
Vicent: Alejarse de todos…
Angeline: Estar solo o…
Angeline/Vicent: En compañía de alguien…
Ambos se miraron y rieron un poco por haber dicho algo al mismo tiempo. Suspiraron y fijaron su vista en la ciudad. El silencio se apoderó del ambiente, ambas aves estaban viendo la ciudad en su máximo esplendor nocturno, sintiendo la brisa del viento en su plumaje y cabellos… ambos… observando con una tierna sonrisa.
Angeline: Jamás había visto una ciudad tan bella, como Rio. En serio, esa mezcla de luces, tonos y sonidos, forman una vista hermosa - Dijo enamorada de la ciudad.
Vicent: *Mente* No tan hermosa… como tú… *parpadea un par de veces*… ¿Qué acabo de decir?
Angeline estaba feliz, relajada, sabía que debía estar así y no dejar que el pánico o el miedo la dominara. Se sentía segura, pese a que su corazón le dolía por sus hermanas y madre, sabía que primero debía establecerse mentalmente, antes de intentar rescatarlas. Sin la ayuda de Vicent, quien en estos días estuvo pendiente de ella, cuidándola y preocupándose por su estado, ella probablemente se habría suicidado desde su liberación.
Bajó la mirada, con una dulce sonrisa, ya que este momento de calma y belleza lo estaba disfrutando, la ayudaba a relajarse, en parte porque se sentía bien con la presencia del encapuchado. Tenía la carne en su garra derecha, y con la izquierda tocó ligeramente la garra derecha del Spix, mientras la veía.
Vicent: ¿Hm?
Angeline: Tienes unas… lindas garras, Vi.
Vicent: Umm, pues gracias, supongo je – Dijo ligeramente confundido por el cumplido, pero igual decidió devolvérselo por caballerosidad – Igual tú, tienes unas garras preciosas, muy filosas, pero bonitas.
Angeline: Gracias – Dijo un poco sonrojada por el comentario.
Angeline volvió a contemplar el paisaje, pero, bajó la mirada al recordar que su mente fragmentada había progresado en su reconstrucción, por lo que decidió contarle más al Spix.
Angeline: A decir verdad *mira el alimento*, tu ayuda me ha beneficiado en la recuperación de mis memorias. Ahora recuerdo un par de cosas más – Dijo viendo sus garras sosteniendo la carne.
Vicent: ¿En serio? Ah bueno, esto es importante. Dame un momento – Le dijo cuando se puso de pie y saltó hacia el suelo, para recoger un objeto que llevó junto a ella – Ahora sí.
Angeline vio que tenía una libreta de cuero.
Angeline: ¿Eso es una libreta? *Come otro pedazo*.
Vicent: Si, es una. Esto he estado usando para anotar varias cosas sobre ti, cuando eras una hembra endemoniada, sin ofender – Dijo de forma caballerosa.
Angeline: No no, está bien, no te preocupes. ¿Puedo ver?
Vicent: Ammm, no, es personal – Dijo un poco serio.
Angeline: Oww, ya veo, está bien, entiendo.
Vicent: ¿Qué es lo que recordaste? – Dijo abriendo su libreta y sacando un pequeño lápiz que había en el interior.
Angeline: *Arranca otro pedazo* Mmm, yo… te mencioné que venía de otro lado, y es verdad. Yo vengo de un bosque nevado, llamado Rathmor – Dijo recordando el lugar de su infancia.
Vicent: *Anota* Bosque de Rathmor.
Angeline: Vivía en una cabaña, junto a mi madre y mis hermanas: Valentina, Velvet, Kali, Amber y Sangrelia – Dijo recordando con tristeza a sus hermanas.
Vicent: Wow *anota los nombres*, son bastantes. Tienes cinco hermanas – Dijo un poco sorprendido.
Angeline: Si Vicent, cinco hermosas hermanas, mis mejores amigas – Dijo en un tono melancólico, para luego morder otros dos pedazos y terminar su filete – Mmm *relame su pico*.
Vicent: ¿Algo más?
Angeline: *Mira sus patitas* Vivíamos con mi madre y… una bruja.
Vicent: ¿Cómo? ¿Una bruja? ¿Segura que recuerdas bien? – Dijo sumamente confundido por la mención de la entidad femenina.
Angeline: Si Vi *lo mira*, una bruja que era… como una segunda madre para nosotras. Su nombre era… Kyteler. Era una bruja adorable, jugaba con nosotras, junto a mi madre, incluso criaba a Sangrelia y a Amber, las veces que mi madre no podía. Ellas son las dos hermanas menores de la familia – Dijo un poco nostálgica.
Vicent: Angeline, tanto tú como yo, la intriga nos come, porque me has contado mucho de tu vida feliz, con tu madre, tus hermanas, incluso con una bruja, para que luego… todo se desmoronara – Dijo en un suave tono, que reflejaba empatía por la situación.
Angeline: *Abre un poco los ojos y se pone de pie* Recuerdo otra cosa… a alguien – Dijo un poco alertada.
Vicent: ¿A quién recuerdas?
Angeline: *Lo mira* Mi padre… un halcón de plumas negras, blancas y naranjas – Describió el plumaje de su padre – Un demonio… llamado Salem.
Cuervo: *Graznido*
Vicent volteó la vista al suelo y vio a dos cuervos peleando por lo que era un Rosario, probablemente robado.
Antes de que Vicent pudiera hablar, la vampira se puso de pie comenzó a caminar de lado a lado. Al parecer, estaba teniendo uno de esos golpes mentales, que le hacía recordar cosas del pasado. Su mente fragmentada estaba sellando más grietas.
Angeline: R-recuerdo que había gritos, golpes y sangre – Dijo un poco desesperada, continuando con su caminada en ambos sentidos, como señal de su estado.
Vicent: *Pasa a otra página y apunta rápidamente*.
Angeline: Y-y no estaba en mi hogar. *Mira la ciudad* Todo esto, no, no puede ser, estaba en un lugar rojo, Vicent. Habían cielos carmesíes, sangre, criaturas… lava… estaba en un volcán.
Vicent: *Anota* Un volcán – Repitió el lugar mencionado por ella.
Angeline: Mi madre, mi padre, estaban peleando y mi hermana Catriel y yo íbamos con ella, a salvarla – Dijo un poco desesperada, sin dejar de moverse en ambos sentidos,
Vicent: ¿Catriel?
Angeline: Era mi hermana mayor, la primera de todas nosotras. Pero ella *se detiene y mira al vacío*…
… ¡N-NO Catriel! ¡Sostente hija!...
Angeline: Cayó…
… Cuida a mis hermanitas, mamá…
Angeline: Dentro del volcán...
… ¡N-NOOOOOOOOOOOO!...
Angeline: *Lagrimea* Se sacrificó para salvarnos. *Mira sus alas de murciélago* Todo para que mi maldita madre nos hiciera esto – Dijo con odio y tristeza, dejando que sus ojos se cristalizaran.
Vicent se levantó y puso con cuidado ambas alas en sus hombros, esto para tranquilizarla.
Vicent: No fue tu culpa. Perdiste a tu hermana y tu madre enloqueció, se rompió mentalmente y no pensó en lo que hizo – Dijo suavemente.
Angeline: Eso es algo que no te he dicho – Dijo al sentarse de nuevo en la orilla de la baranda de piedra – Mi madre tiene un problema mental, sufre de algo que la atormenta.
*Se muestra a Cordelia, metida en un arroyo, con ambas alas en la cabeza… adolorida, luego de ser desterrada de su torre*.
Angeline: No recuerdo muy bien qué es lo que tiene, pero cuando mi hermana y padre cayeron en ese volcán… ella empeoró – Dijo tristemente.
Vicent: *Lo anota y la mira preocupada*.
Angeline: Luego ocurrió eso de que nos asesinó y nos convirtió en vampiras – Dijo agachando la cabeza, a lo cual Vicent se sentó a su lado y ambos se vieron.
Vicent: Tal vez eso fue Angie. Dices que su estado empeoró cuando tu hermana murió. ¿Crees que su problema mental tenga algo que ver?
Angeline: Puede ser, porque ella no era así, aún con sus problemas mentales, ella no era capaz de lastimarnos. Algo ocurrió, algo la obligó a hacerlo… Algo le hizo mi padre para envenenar su mente...
Cordelia: *Sniff* ¿Por qué no me dejas en paz? - Dijo llorando en silencio, con sus hijas murciélagos descansando en un hueco.
Astartelia: *Mente* Porque eres una puta malnacida, jeje, solamente eres eso.
Cordelia: *Sniff* ¡Aaagghh! *Se agarra más fuerte la cabeza*.
Angeline: Te juro que anhelo salvar a mis hermanas, pero no puedo, tengo mucho miedo de todo esto *suspira* - Dijo de forma deprimente, para luego recostar su cabeza en el hombro de Vicent, cosa que lo sorprendió y lo puso un poco nervioso – Solo quiero estar contigo, eres la única ave en la que confío y en la que me siento segura.
Vicent: Pues… no, no es nada Angie, sabes que cuentas conmigo – Dijo un poco nervioso por todo esto. Pero, aún así, dejó que ella siguiera recostada en su hombro. Deseaba abrazarla, solamente necesitaba levantar su ala y rodearla con la misma para darle más seguridad, pero no podía – Y emm, no pienso abandonarte.
Angeline: *Sonríe* Ya sé que lo he dicho un par de veces, pero en serio… yo estaría muerta, de no ser por ti. Eres un gran amigo Vi – Dijo suspirando feliz de estar con alguien que no huya de ella o intente atacarla y que, en cambio, la ayude a seguir adelante, a aceptarse a sí misma.
Vicent solamente sonrió un poco y recostó su cabeza en la de Angie. Ambos viendo la hermosa vista de Rio. De pronto, el encapuchado Spix bostezó durante tres segundos, lo que indicaba que su momento de sueño había llegado.
Vicent: Bueno Angeline, es algo tarde, tengo que volver a mi nido – Dijo tranquilamente, tratando de no sonar grosero.
Angeline: Oh, está bien Vi – Dijo un poco desanimada al dejar ir a Vicent.
Ambos se levantaron y abrieron sus alas para levantar vuelo, e ir primero al hueco de la vampira. Su vuelo fue silencioso, sin conversaciones, en parte porque Vicent no sabía de qué hablar y prefirió mantener el silencio. Angie, en cambio, no dejaba de ver a Vicent. Él no se daba cuenta, ya que estaba al frente de la vampira. Observó su figura voladora, la capa siendo golpeada por el viento y su daga colgando de su cintura. Desde que se conocieron, ella siempre ha tenido dudas sobre él. ¿Qué oculta en verdad? ¿Por qué lleva esa capa siempre? ¿De dónde sacó la daga? Ella tenía muchas dudas sobre él, pero no quiso ser entrometida, prefirió dejar que el tiempo revelara todo, poco a poco.
Al llegar al árbol de Angie, ambos se estrecharon el ala y el Spix salió volando en dirección a su hogar. Pero, cuando Angeline entró a su hueco, vio que alguien más lo ocupaba. Un guacamayo maracaná o severo.
Angeline: Umm, hola, hey *lo mueve un poco*, disculpa, estás en mi nido.
G. Severo: Umm, lárgate – Dijo molesto, sin querer moverse.
Angeline: *Suspira* Oye en serio, necesito que me devuelvas mi nido – Dijo un poco molesta, pero él seguía sin moverse – Vamos amigo *lo mueve más*.
G. Severo: ¡ARG! *Se levanta* ¡Quiero dormir! ¡Lárgate y busca otro nido! – Dijo sumamente enojado y levantando su tono.
Angeline: ¡No me hables así! – Respondió en el mismo tono.
G. Severo: ¡Te hablaré como se me dé la gana! *La empuja*.
Angeline: ¡Grrrr! ¡He dicho que te largues! – Dijo tomándolo a la fuerza y empujándolo a la salida.
G. Severo: ¡DIJE QUE NO! *La golpea*.
Vicent: *Se detiene* ¿Qué fue eso? – Se preguntó al escuchar el grito lejano.
G. Severo: ¡Yo vine primero! ¡AHORA LÁRGATE DE MI NIDO, ESTÚPIDA!
Angeline suspiró un par de veces y volteó lentamente para verlo directamente a los ojos… con una mirada de furia. Ahora que era una vampira… ella era mucho más sensible. Además, odia que la insulten.
Angie: Grrrr *saca sus colmillos y le gruñe*.
G. Severo: ¿Q-qué? *Retrocede* ¡¿Qué son esas cosas?! – Dijo aterrado al ver sus colmillos. Pero luego observó detenidamente su cuerpo, notando sus alas de murciélago - ¡¿Pero qué demonios eres?! ¡ERES UN ASQUEROSO FENÓMENO!
Angeline: *Saca las garras* ¡NO ME LLAMES ASÍ! – Le gritó para luego lanzarse, tumbarlo en el suelo del nido y morderle el cuello con tal brutalidad, que la sangre salió disparada a los muros del hueco.
G. Severo: ¡AHHH SUÉLTAME! – Dijo tratando de empujarla, pero ella lo tenía bien agarrado. La mordida le dolía mucho - ¡POR FAVOR! ¡ME DUELE!
Vicent: ¡ANGELINE! – Gritó alarmado ante los gritos de dolor que, de pronto, resonaron en el ambiente, así que voló rápidamente de vuelta al nido de la vampira.
Angeline dejó de morderlo y le rasguñó la cara con tal profundidad, que el ave terminó con el plumaje rasgado y el ojo roto debido al enorme filo de las uñas de la vampira. Luego, le dio vuelta y le enterró las garras en la espalda, penetrando su piel e incluso tocando su columna vertebral con las uñas, provocando que la sangre saliese y el guacamayo sintiera espasmos macabros de dolor.
G. Severo: ¡AAAHHHH! *SNIFF* PERDÓNAME.
Angeline: ¡MALDITO IMBÉCIL! ¡¿CREES QUE ES BUENO HABLARME ASÍ?! – Dijo mientras le enterraba más las garras en la espalda - ¡NO ES MI CULPA SER ESTA COSA!
G. Severo: ¡AAHHGG! ¡DÉJAME YA, MALDITA!
La vampira retiró sus uñas de la espalda, y procedió a enterrarlas en el costado y le arrancó un pedazo del mismo, luego procedió a arrancar la carne del otro costado, derramando la sangre en el suelo de madera.
G. Severo: ¡AAAHHHHH!
Angeline: *Le ruge agresivamente* ¡TE ENSEÑARÉ A RESPETAR A LOS DEMÁS! ¡MALDITO ABORTO PLUMOSO!
El violento acto fue interrumpido por Vicent, quien llegó a la entrada y se quedó horrorizado de lo que ella estaba haciendo. Tenía al guacamayo bajo de sus garras, con el cuello mordido, los costados arrancados, la cara rasguñada y la espalda ensangrentada.
La hermosa hembra que le hablaba tiernamente, estaba rompiéndole la piel a un guacamayo, a tal punto que su esbelto cuerpo se bañó de sangre.
Vicent: ¡ANGELINE! ¡¿Qué haces?!
Angeline: ¡Este idiota me llamó fenómeno! ¡Y NO SOY UNO! – Gritó realmente ofendida y furiosa.
G. Severo: *SNIFF* ¡A-AMIGO AYÚDAME! ¡ME DUELE MI CUERPO!
Vicent: ¡Angeline mírame! – Le ordenó muy seriamente.
Angeline: *Gruñe y lo ve*.
Vicent: Por favor *levanta un ala* déjalo – Dijo en el mismo tono, teniendo su pata en el mando de la daga, lista para sacarla.
Angeline: ¡Pero me llamó fenómeno! *Suspira* Y-y no soy uno – Dijo realmente angustiada por cómo la llamaron.
Vicent: Sé que no eres un fenómeno. Pero por favor Angeline… suéltalo. No lo mates – Le dijo bajando su tono, tratando de calmar este asunto.
G. Severo: *Traga* Ayyy *sniff* agh… jodeeeEEeEEer.
Angeline: *Jadea* P-pero no soy un fenómeno *jadea* – Repitió lo mismo. Realmente el nombre le afectó emocionalmente.
Vicent: No lo eres Angie. Solamente te pido *se acerca a ella lentamente* que lo sueltes… tomes mi ala… y respiremos, ¿sí? – Dijo suavemente, pero manteniendo una gran preocupación por el ave que estaba agonizando.
Angeline vio a Vicent a los ojos mientras jadeaba ligeramente, tenía las alas, el vientre, pecho y alas llenos de sangre, pero sus ojos estaban fijos en los de él. Aflojó su agarre y extendió su ala hacia la de él, pero en ese momento, el guacamayo aprovechó que Angie aflojó su agarre, para mover sus garras y rasgarle profundamente el vientre.
Angeline: ¡Aaarrrrrrrgggg!
Vicent: ¡NO! *Saca su daga*.
Esto fue la gota que derramó el vaso, ya que el guacamayo intentó levantarse, pero ella rápidamente lo levantó y estampó en un muro con sus alas, para luego morderlo en el cuello y acabar con su vida de una vez, tragando grandes cantidades de su sangre.
Angeline: *Gruñe mientras lo muerde*.
Vicent: ¡ANGELINE! *Le pone la daga en el cuello* ¡BÁJALO, AHORA!
Angeline sintió la punta de la daga y dejó de morderlo.
G. Severo: *SNIFF* WAAA JODER *SNIFF*… *Sniff* Me dueleEEeEeEEEeee – Se quejaba de dolor, mientras su visión se tornaba borrosa.
Vicent: ¡TE ORDENO QUE LO SUELTES, AHORA! – Dijo apretando un poco más la punta en su cuello. No había otra opción, tuvo que recurrir a una medida desesperada.
Angeline miró a la pobre e indefensa víctima, bañada en sangre, con las plumas despeinadas y mojadas por el líquido rojo. Sentía odio hacia él, se burló de ella y la insultó, la golpeó y trató de arrebatarle su hogar.
G. Severo: P-por favor agh… s-suéltame… agh… *sniff*.
Vicent: No Angeline. Por favor, suéltalo – Dijo seriamente - Ahora.
Angeline miró al ave mientras ella se relamía el pico. Su mirada de ojos entrecerrados, denotaba a otro ser.
Angeline: Dijiste que podía matar a las aves malvadas – Dijo en un extraño tono tranquilo. No parecía ella.
Vicent: Nunca dije eso. Por favor, libéralo – Dijo un poco desesperado, debido a que, mientras más tiempo pase, el ave seguirá desangrándose.
Angeline soltó al ave y esta se retorció de dolor. Ella solamente levantó las alas y se hizo a un lado. Pero la cosa… aún no termina.
G. Severo: *Coff* *Coff* ¡Llévame a algún lugar! *Sniff* ¡L-la aayyyy… la próxima vez *escupe un poco de sangre*… *sniff* controla a tu aagghh… pequeña perra!
Vicent: Ay no.
Angeline gruñó y se lanzó al ave para romperle el cuello.
*CRACK*
Vicent: ¡NO! *La toma fuertemente del ala y la aleja del ave* ¡¿Qué estás haciendo?! – Preguntó angustiado de que ella matara un ave por mero impulso. Angeline solamente lo vio, suspirando.
Angeline: N-no… *jadea* no sé… qué pasó. El me insultó, no soy un fenómeno, solamente quería hacerlo entender que no Vicent – Dijo aún con su ala sostenida por Vi.
Vicent: Pero, ¡debes matar en defensa propia! ¡Nunca por capricho!
Angeline: El tipo era malo, nadie lo recordará, ¿Cuál es la diferencia? – Dijo de forma arrogante.
Vicent: ¡Matar aves tiene consecuencias!
Angeline: *Libera su ala* ¿Por qué? ¡¿Cómo lo sabes?! ¡¿CÓMO LO SABES?!
Vicent: ¡No me hables así! ¡Si quieres que esto funcione, debes controlarte! ¡No debes matar aves cuando se te de la maldita GANA!
De pronto ella lo agarró del cuello con su pata.
Vicent: A-AGH, A-ANGELINE AGH – Suplicaba por oxígeno, debido al fuerte agarre de la vampira. Vicent no anticipó este movimiento por parte de ella, pero podía ver su furia y tristeza, todo gracias a las ofensivas palabras que el guacamayo le dijo y al hecho de que una vampira, es mucho más sensible – S… SUÉL-TA-ME.
Angeline: ¡TÚ NO ENTIENDES LO FURIOSA QUE ME PONE ESE NOMBRE! ¡NADIE ME LLAMA FENÓMENO! ¡PORQUE NO SOY UNO!
Vicent: ¡A-ANGIE! *Agarra su pierna* ¡SUÉL-TA-ME! ¡AGH!
Angeline: *LE RUGE AGRESIVAMENTE*.
Angeline de pronto dejó su expresión maligna, parpadeó un par de veces, y se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Tenía a Vicent agarrado del cuello con fuerza, mientras este suplicaba por aire. Sus colmillos estaban expuestos, goteando sangre y muy cerca del rostro del Spix. Estaba a punto de matarlo.
Angeline: A-ay no…
Vicent: A-angie… por… por favor… no…
Rápidamente lo soltó y este comenzó a recuperar oxígeno, mientras se frotaba su cuello. Angeline estaba aterrada por lo que había hecho, miró sus alas llenas de sangre y sintió sus colmillos gotear. Miró al ave muerta y a Vicent ligeramente manchado de sangre.
Angeline: Ayyy no, no, NOO, ¡l-lo siento Vicent! ¡No quise hacerlo! – Dijo aterrada por sus violentos actos.
Vicent: *Coff* A-Angie t-tranquila – Dijo levantándose con cuidado.
Angeline: ¡NO ME DEJES! ¡NO QUISE HACERLO! – Dijo yendo hacia él, para abrazarlo fuertemente, sin importar si su plumaje se manchase de sangre.
Vicent: O-oye...
Angeline: N-no Vi por favor, por favor no me dejes, no te asustes… ¡no me dejes por favor! ¡N-no quise hacerlo! ¡Esa no era yo! *Sniff* - Comenzó a llorar mientras su miedo a que Vi la dejara sola, debido a su asesinato, se hiciera realidad - *Sniff* N-no me dejes, esa no era yo *sniff*… ¡No quiero estar sola!
Vicent solamente dejó que ella llorara sobre su capa café, debido a que estaba angustiada de que él la abandonara por su acto violento. Estaba un poco alterado y confundido, pero solamente permaneció en silencio durante un rato.
Angeline: *Sniff* N-no me dejes Vi, prometo no volver *sniff* a h-hacerlo.
Vicent: S-si Angie, no *mira al ave muerta*… no te preocupes.
Luego de un par de minutos de desahogo, el encapuchado Spix la llevó al mismo estanque que se ubicaba cerca del hueco de la vampira. Enterró al ave entre tierra y hojas, deseándole el encuentro de una vida mejor en el más allá. Ya ubicado en el cuerpo de agua, junto a la vampira, procedió a limpiarle la sangre. Angeline estaba metida en el agua y Vicent estaba detrás, ayudándola a limpiarse, debido a que la guacamaya estaba un poco traumada por lo que hizo. Se podía ver cómo el agua se tornada ligeramente roja.
Angeline: Soy una asesina.
Vicent: Angeline, no lo eres – Dijo tomando más agua y pasándola en su espalda.
Angeline: Vicent… esa no era yo. Sentí tanta furia tan de repente que no pude controlarme – Dijo con la voz entristecida.
Vicent: Creo que no mencioné el hecho de que tu actitud se volvería más sensible al ser una vampira – Le dijo mientras esparcía más agua en su ala derecha, limpiándole la sangre.
Angeline: De por sí era sensible. Pero, *sniff* ahora que soy vampira, son muy propensa a volverme violenta. Y lo peor es que *sniff*, su sangre… se sentía tan bien, tan sabrosa que no podía dejar de morderlo, con tal de tragar cantidades enteras de la misma. Era como un impulso por beber más, ya que, cuando sentí el líquido rojo en mi paladar… era un manjar y solamente anhelaba más – Dijo sintiéndose como un monstruo al sentir lo bien que la sangre le caía.
Vicent: Angie-
Angeline: Vicent, la ayuda que me has dado, ha funcionado hasta cierto punto. Pero, así como me vez tranquila contigo, mis instintos me piden arrojarme a ti y morderte el cuello para beber tu sangre. Puedo oírla, olerla y solamente quiero beberla – Dijo cerrando sus ojos y apretándolos un poco.
Vicent no sabía qué responder. Solamente se inquietó un poco con las palabras de la vampira, incluso dejó de ayudarla, dejando que el silencio del arroyo fuera lo único audible en el ambiente.
Angeline: Pero no quiero hacerlo, eres la única ave que tengo en este momento, y no quiero separarme de ti. Pero, a la vez no quiero que me sigas ayudando, porque en cualquier momento siento que te atacaré, y no quiero hacerlo. En tan solo cuatro días, te has vuelto alguien muy importante para mí – Dijo con mucha sinceridad y un poco de ternura, entremezclada con dolor.
Vicent: Entiendo, pero aun sabiendo el peligro que representas, no te abandono. Lo que pasó fue un acto repentino, donde tu entrenamiento no funcionó debido a que influyeron otros aspectos para los cuales no estabas preparada. Es mejor estar preparado para otra oportunidad, que tener presente esa oportunidad y no estar preparado – Le dijo
Angeline: S-si, tienes razón – Respondió – Pero, ¿Qué es lo que tengo que entrenar? – Dijo mientras movía un poco sus alas en el agua.
Vicent: Tu impulso por beber sangre lo has controlado bien, pero tu impulso emocional no. Necesitarás entrenar eso.
Angeline: Mmm ya veo. Supongo que tocará fortalecer eso – Dijo al tomar un poco de agua en sus alas y lavarse la cara, mientras Vicent le esparcía un poco de agua en su costado, de forma circular. Esto lo hacía de forma voluntaria y con el fin de brindarle un poco de apoyo. Realizó el mismo movimiento circular en su otro costado y ella agarró un poco de agua y se lavó su pecho y vientre.
Ninguno de los dos decía algo, solamente el sonido del agua llegaba a sus oídos. El momento no era incómodo, pero se sentía… extraño. Angeline disfrutaba de la ayuda de Vicent, incluso, en un momento, ella… cerró los ojos y se relajó. Vicent tomó más agua y pasaba lentamente en su espalda, limpiando los últimos rastros de sangre. Era consciente de lo que hacía, pero su fin era el de calmar a Angie, no tenía otras intenciones.
Vicent: Bueno Angie, creo que ya estás. Si deseas, toma una hoja y sécate, luego te iré a dejar a tu hueco – Dijo tranquilamente, levantándose y dejando que la vampira se secara y acicalara en privado, evitando verla por respeto.
Angeline salió, sacudió su plumaje, tomó una hoja para secarse y luego se acicaló, dejando su plumaje peinado y elegante. Mientras tanto, Vicent esperaba pacientemente sobre una rama, hasta que notó una flor naranja y amarilla que yacía cerca de él, colgando. La tomó y la observó, le recordaba a Angeline, el cómo ella es un dulce y hermoso ser que alberga un lado sensible y violento, gracias a un cambio que ella no pidió.
A los segundos, escuchó que alguien aterrizó cerca de él. Era Angeline, la cual estaba limpia y con una expresión suave.
Vicent: Mira emm, te conseguí esta flor – Dijo el encapuchado - ¿Me permites?
Ella asintió e hizo la cabeza ligeramente a un lado, por lo que Vicent procedió a ponerle su flor en su cabello ondulado bicolor, mientras se lo ponía, notó su expresión deprimente, así que le dijo…
Vicent: *Susurra* Todo está en tu cabeza… déjalo ir, ya quedó atrás… Esto no es tu culpa…
Aquellas palabras resonaron en su cabeza, tenía razón, esto no era su culpa, su instinto es más fuerte y más sensible, por lo que el impulso puede arrebatarle su conciencia en cualquier momento. Solamente debía fortalecerse mentalmente. El Spix terminó de colocarle la flor y bajó su garra, momento donde ella lo vio directamente a los ojos.
Angeline: Gracias – Dijo suavemente.
Vicent: *Sonríe un poco* No es nada – Le dijo en el mismo tono, notando los bellos ojos de la vampira, por lo que no pudo evitar decírselo de forma respetuosa - Tienes… unos ojos hermosos, Angie – Le dijo tiernamente, un lado que no mostraba mucho.
Angeline: *Se sonroja un poco* Gracias Vi – Dijo halagada por el cumplido.
Ahora no solo era ella, ambos se quedaron viendo fijamente, clavando la mirada en el otro. No había nada más que silencio, y los parpadeos que de vez en cuando daban. Angeline no podía dejar de verlo, preguntándose por qué no era capaz de separar la mirada del Spix. Pero, en cambio, Vicent sentía algo dentro de sí, cosa que decidió ignorar rápidamente y apartar la vista.
Vicent: Umm bueno, creo que es hora de volver, Angie.
Angeline: E-está bien Vi – Dijo mientras desviaba la mirada, confundida por lo de hace rato.
Vicent: ¿Quieres que te acompañe? Por lo que pasó hace rato – Dijo un poco preocupado de dejarla sola de nuevo, más sabiendo lo ocurrido hace minutos.
Angie: Estaré bien, procuraré practicar mi autocontrol.
Vicent: Me parece bien. Igual podemos entrenar aspectos mentales mañana, y, si deseas, un poco de combate. Pero pasado no porque será el Carnaval – Dijo tranquilamente.
Angeline: ¿El qué?
Vicent: Es un evento enorme, según me han dicho, lleno de fiesta, música, colores y bailes. Suena divertido, a parte, nunca he visto uno – Dijo mientras se rascaba su ala con su pico.
Angeline: Yo nunca oí hablar de él. Pero, según la descripción que me das, suena divertido – Dijo con una ligera sonrisa.
Ante lo que dijo, Vicent tuvo una idea.
Vicent: Mira, sé que llevamos un par de días entrenando y conociéndonos un poco, pero amm, pienso que es momento de tomar un tipo de "noche libre", dejando los entrenamientos para ir a un momento de despeje. Pero, no sé, todos van a ir, así que, umm… Ay Dios, ¿Cómo lo dijo? Je.
Angeline: ¿Me estás invitando a una cita?
Vicent: N-no, es solo que, no quisiera que estuvieras sola en un día que asumo, será grande y muy alegre – Dijo un poco apenado.
Angeline: Pero, habrá muchas aves y no soy alguien que le guste estar con muchas.
Vicent: Tranquila, yo tampoco estoy muy acostumbrado a estar rodeado por tantas aves. A pesar de que mis amigos estarán dentro del evento, yo permaneceré alejado y viendo todo desde lejos. Si quieres… me acompañas – Le ofreció amablemente.
Angeline: No lo sé Vicent, no quiero ser una molestia para ti o para tus amigos, los cuales deben odiarme.
Vicent: No eres una molestia Angie, eres mi amiga y sabes que yo empatizo con gran parte de tu problema actual – Dijo de manera comprensiva – Y no te preocupes, cuando estés mentalmente estable, podrás hablar con mis amigos. Yo les he mentido y no les he dicho nada de ti… *mente* ni nada de mí.
Angeline: *Sonríe* Bueno, está bien. Iré contigo Vi, me gustaría conocer un poco más sobre ese evento – Dijo con una tierna sonrisa.
Vicent: Me parece bien. Nos vemos mañana entonces – Dijo sonriente - Y no te preocupes, todo mejorará para tí.
Angeline lo miró por unos segundos, pensando, y luego se acercó a él y besó su mejilla durante dos segundos.
Angeline: *Muuuack*… Gracias de nuevo Vi, nos vemos – Dijo mientras salía volando hacia su hueco.
Vicent se quedó sin palabras cuando ella le dio un beso en la mejilla, incluso se puso un ala en la misma, ya que jamás había sentido un beso en aquella área que no fuera de su madre o hermana, en tiempos pasados.
Vicent: Nos… nos vemos… Angeline… *sonríe*… linda.
Dos días después…
La noche había llegado. Y un canario se encontraba en el centro de la pista del famoso club de samba. Vestía un pequeño sombrero con plumas verdes y azules, además de traer pintura, obtenida de plantas, azul y verde a lo largo de su cuerpo y alas. Estaba rodeado por decenas y decenas de aves, entre ellos, sus amigos que traían atuendos llamativos y se les veía con una sonrisa en el rostro.
Nico: Bueno, ya revisamos todo, nos aseguramos que todo estuviera perfecto jeje – Dijo emocionado.
La multitud frotaba sus alas de emoción, los más pequeños daban pequeños saltos y algunos ponían expresiones de impaciencia.
Nico: Muy bien chicos, eso es todo jeje, ¡QUE EMPIEZE EL CARNAVAL!
Todos: ¡WOOOOOOOOOOOOO!
En medio del eufórico grito, un halcón de plumaje blanco y negro, salió de la entrada sin ser notado, vestido con un traje tradicional del Carnaval, el cual se quitó y dejó a un lado, para luego levantar vuelo y dirigirse a la azotea de un edificio, donde dos más igual a él lo esperaban, además de una cacatúa… y un guacamayo con una prenda negra que cubría su cuerpo.
Halcón 1: Ahí están jefe, los dos Spix que esta cacatúa mencionó.
¿?: Perfecto. Según el otro halcón, los vio junto a al ave que busco – Dijo con una voz un poco gruesa – *Suspira* Por fin, años buscando a ese imbécil, para finalmente encontrarlo acá. Con lo que me dicen es más que suficiente.
La cacatúa se acercó al borde, para ver el lugar festivo. Aquella cacatúa tenía un mal aspecto, además de portar una especie de chaleco verde y amarillo.
¿?: Maldito azulado de mierda, me aseguraré que los colores del Carnaval sean lo último que vean. Tú y tu pollita linda, ¡JAJAJAJAJAJA!
¿?: Ya déjate de reírte como imbécil.
¿?: ¿Por qué? Es mi risa malévola.
¿?: Cierra el pico Nigel. Lo único que quiero es que me traigas a ese tonto encapuchado, confío en que tú y mis hombres lo capturen. Dirígelos bien, así veré si vales la pena o no. No te distraigas por tu venganza hacia ese Blu o como mierda se llame.
Nigel: ¡No! ¡Me vengaré de ese tonto y luego te traeré a tu Spix!
¿?: *Lo toma del cuello* Escúchame cacatúa malnacida, distráete y te juro, que te lanzo al mar y me reiré mientras te ahogas. Me arriesgo al trabajar con un malhechor como tú. Agradece que te saqué de ese lugar y me deshice de esa puta rana molesta – Dijo de forma amenazante, revelando que su pierna era de un color blanco.
Nigel: Agh o-ok ok *se libera*… ufff, maldito. Está bien, como quieras. Tus hombres lograron rastrear a tu Spix con esa cosa café y al otro Spix que ansío romperle el cuello. Si capturo y amenazo a Blu y a su pollita, entonces él vendrá a salvarlos. Simple.
¿?: Como sea, solo ve por él.
Nigel: Vamos, ustedes tres, necesito que alguien me lleve – Dijo de forma grosera.
Halcón 2: Uhhh *lo toma y levanta vuelo*.
Nigel: Ten cuidado, mi poco plumaje es valioso – Dijo de forma presumida.
Halcón 2: Como sea… *mente* puta cacatúa.
Los tres halcones partieron al lugar donde sería el gran evento, junto a la malvada cacatúa que había retornado, no solo para vengarse de Blu y Perla, sino para atrapar a cierto Spix con capa que el otro encapuchado buscaba. Este solamente los vio alejarse, luego levantó su ala y fijó su vista y mente en ella, para generar algo… lumínico.
La palma de su ala generó una ligera llama blanca y negra.
II "Inserte música: Outlast OST – End Credits" II
¿?: Ayy Vicent, maldito hijo de perra… ya verás que nadie nos abandona… nadie…
Continuará…
Bueno, esto estuvo intenso, ¿verdad? ¿Esperaban la muerte de Amber? ¿Qué sintieron cuando Angie estuvo a punto de matar a Vicent? ¿Será buena idea llevarla al Carnaval? Nigel ha vuelto, pero, ¿Quién era el otro tipo? ¿Por qué busca a Vicent?
Tantas preguntas y pocas respuestas :)
Finalmente, el Carnaval ha llegado, en el siguiente capítulo veremos qué ocurrirá en el más famoso evento de Rio de Janeiro. Pueden ocurrir cosas bonitas… o no muajajaja. Además, con la muerte de Amber busco que sientan esa pena de ver a una de las hijas morir, sin tener la oportunidad de salvarse, ya que vimos, que es posible. Al menos se libró de su tormento.
Habrán notado que el título del fic tuvo un agregado, esto fue gracias al usuario Darkmaro, quien me brindó esta fantástica idea para el título. Una vez más, le mando un agradecimiento.
Si notaste algún error de gramática, diálogos, narrativa, etc., me lo puedes hacer saber a través de un comentario. O bien, si deseas, puedes dejarme una review con tu opinión para saber qué te ha parecido el capítulo. Las opiniones y sugerencias serán escuchadas, siempre y cuando estén relacionadas con la historia y se escriban con el debido respeto.
Aquí se retira II Sine Nomine II, y hasta la próxima queridos lectores…
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Astartelia: Van dos hijas :)
