7
—¿Estás lista Sakura? Esto será muy divertido—. Lee se frotó las manos en señal de entusiasmo mientras los demás personas terminaban de ocupar sus lugares en el juego, mientras que mis manos empezaron a sudar y mi estómago comenzaba a encogerse poco a poco.
—Demostremos que la llama de la juventud aún se encuentra encendida en nosotros.
El juego ya se había elevado unos cuantos metros, por lo que tuve que mirar hacia abajo en busca de los chicos que se habían logrado escabullir de las insistencias de Lee para subirnos todos juntos al juego mecánico. En realidad, no es como que yo hubiera aceptado de buenas a primeras, sino que me encontraba distraída imaginando la posibilidad de caer desde 50 metros en el primer instante que el juego nos pusiera de cabeza, y cuando por fin logré regresar a la realidad, Lee ya me había tomado de la mano y me estaba llevando en dirección a la fila del juego.
—¡SAKURA-CHAN!— escuché que gritaban desde abajo. Busqué con la mirada de quien provenía esa voz tan conocida. Vi a Naruto que estaba alzando la mano y agitándola en señal de saludo; estaba a lado de los chicos, quienes tenían una sonrisa divertida al observarme con una expresión pálida y a Lee con el gran entusiasmo de siempre. En seguida de Naruto estaba Hinata, los estaban agarrados de la mano, pero al fijar la vista atrás de ellos, mi corazón dio un salto gigante al ver a Sasuke parado con las manos en los bolsillos; me estaba viendo fijamente con una expresión seria y con el ceño levemente fruncido, sentía como podía observar cada de detalle en mí, como si estuviéramos a una distancia cortísima y no a una altura considerablemente larga. ¡Madre mía! un escalofrío me recorrió toda la espalda, esos ojos negros me estremecían completamente, y yo no hacía nada más que sentirme indefensa.
Llegó el punto en el que ya no aguantaba el sudor de mis manos, haciendo que las frotara contra mis pantalones para desaparecer la sensación en humedad ¿Qué esperaban para poner a funcionar a este maldito juego? Necesitaba moverme, necesitaba salir del enfoque de la vista de Sasuke. Y como sí mi deseo hubiera sido escuchado, el juego se empezó a mover. Aunque no había olvidado del todo que Sasuke estaba abajo esperando junto con los demás, pude relajarme y disfrutar el juego con Lee; nos reíamos y gritábamos a la misma vez. Una de las cosas que más disfruto de la amistad de Lee y Naruto es que tenemos momentos en los que podemos reírnos como niños, pero también son a los que les pondría mi vida en sus manos y en quienes confiaría en cualquier situación sin dudar.
Pasaron unos minutos más en los que el juego se mantuvo en movimiento hasta que poco a poco fue bajando la intensidad de estos. —¡Eso estuvo geniaaal! Deberíamos de volver a hacerlo—al parecer Lee estaba con más energía que antes, mientras que a mí me tomó unos segundos lograr que mi cabeza dejara de dar vueltas.
Uno de los que se encargan de la seguridad del juego se acercó a nosotros y liberó nuestros cinturones de seguridad. Lee me ayudó a levantarme del asiento, y cuando menos nos dimos cuenta muchas personas ya estaban bajando y otras subiendo por las escaleras que estaban en medio de la base alta sobre la que estaba el juego mecánico. Lee me indicó que bajáramos por un lado de las escaleras, él dio un salto de la base, pero yo me tomé todavía unos segundos más mirando hacia abajo, aun no me podía recuperar del todo de las vueltas que daba mi cabeza, y de repente, sentí cómo dos grandes brazos rodeaban mis muslos y me alzaban, mi reacción fue poner las manos sobre los hombros de la persona que me había rodeada, pero no tarde más de dos segundos en mirar hacia abajo y darme cuenta que era Sasuke quien me llevaba sobre sus hombros.
—¡Oye que estás haciendo, bájame! —los chicos estaban observando la escena y mirándose unos a otros sin decir nada. Sasuke no dijo nada y tampoco me bajaba aún, pasó en medio de los chicos alejándose del bullicio que estaba haciendo la gente en esa parte.
—Larguémonos de este lugar. Los chicos se miraron entre sí, pero no dijeron nada y empezaron a caminar siguiéndolo conmigo en brazos. Avanzó unos tres metros más cuando yo ya estaba a punto de pedirle que me bajara. Me paró frente a él, y no tuve más remedio que verlo directamente a la cara. Sus ojos me hablaban, pero de sus labios no salió ni una palabra…y siguió caminando.
— ¿Qué fue eso?—preguntó Ino rodeándome al mismo tiempo con uno de sus brazos y con la otra sosteniendo a Sai de la mano. —La cabeza me da vueltas aún. No sé exactamente qué está pasando.
—Al parecer Sasuke tuvo un instinto de protección hacia Sakura—dijo Sai.
—Ay cariño, lo que él quiere es cog…—Vamos a separarnos del grupo si nos quedamos aquí hablando de cosas SIN SENTIDO. —dije interrumpiendo y pronunciando las últimas palabras marcadamente. Miré a Ino en señal de que se quedara muda.
—Frente, la única que no piensa con sentido aquí eres tú. No quieres ver lo evidente. — Ella tenía razón. Empezamos a caminar entre la gente para buscar a los chicos que ya se habían alejado lo bastante para perderse de nuestra vista. Mientras nos habríamos paso entre la gente, yo no dejaba de recordar la sensación de las manos de Sasuke en mi cuerpo. Sentí como me iba sonrojando a medida que me negaba a soltar lo que paso minutos atrás.
—Ahí están—dijo Ino señalando con la mirada en dirección a donde se encontraban los demás. Estaban en un puesto de tiro con pistola. Naruto estaba como loco disparando por todos lados sin darle realmente a la figuras, y las demás personas que estaban a su alrededor solo lo observaban con una mezcla de diversión y asombro, porque no entendían cómo su Hokague no lograba dar en el blanco. Hinata estaba su lado sonrojada y con una expresión divertida por la situación. Lee, que hacía estado solo observando, tomó la escopeta y se posicionó enseguida de Naruto.
—Observa cómo se hace Naruto, y trata de copiar la genialidad de mi perfecto tiro.
Lee comenzó a disparar, y a dar en el blanco casi de manera perfecta. —¡Eso es cariño, eres genial!—dijo Ayame con entusiasmo.
—Eso es trampa Cejotas, yo puedo hacerlo aún mejor ¡de veras! —Los disparos de Naruto empezaron a hacerse más frenéticos, haciendo que la gente que estaba alrededor del puesto se alejara por precaución.
—Naruto-kun, ten cuidado… Hinata se empezó a sentir un poco más incómoda por la situación, pero jamás se separó del lado de Naruto. La situación lejos de causarme preocupación, me pareció de lo más divertida, al igual que a Ino, quien se estaba riendo a mi lado. En ese momento, Shikamaru y Choji se estaban acercando a nosotros; el primero caminaba despreocupada con los brazos detrás de la cabeza, y este último llevaba en ambas manos dango que disfrutaba en cada bocado que daba.
—¡Qué hay chicos! —saludó Choji.
—Eso tiene pinta de que se pondrá feo si no los detienen— dijo Shikamaru mientras observaba a Naruto y Lee en el tiro al blanco. El dueño del puesto, ya se encontraba incluso agachado cubriéndose la cabeza por miedo a recibir un tiro. Hinata había puesto delicadamente las manos sobre el brazo de Naruto, que mantenía alzado por la escopeta, para poder tranquilizarlo sin resultado.
Lancé un suspiro al aire, Shikamaru tenía razón, y como Hinata no tenía la suficiente rudeza para bajarle la adrenalina a Naruto, tenía que intervenir yo a mi modo.
—Oigan ustedes dos, ya fue suficiente. Bajen esas escopetas, están armando un escándalo—dije mientras me paraba en medio de los dos con ambas manos en la cadera.
—Estoy a punto de superar mi propio record Sakura, dame un momento y habré terminado—dijo Lee sin dejar de disparar.
—Olvídalo Sakura-chan, por fin he superado la puntería del Cejotas, no me pienso rendir tan fácilmente—dijo Naruto, mientras disparaba desquiciadamente igual o peor que antes.
—Eh… Naruto-kun, Sakura tiene razón, deberíamos de ir con los demás, incluso ir a alcanzar a Sasuke que se ha ido por una bebida.
Sentí que algo saltó en mi interior y mi postura se puso un poco más rígida al escuchar el nombre de Sasuke. Él no estaba por ningún lado, lo había notado desde que nos acercamos al puesto de tiro al blanco, y me había estado tratado de asegurar de que no se me notara mis ansias de buscarlo y sentirlo alrededor.
—¡Sí, lo hice! dame esos cinco cariño!—dijo Lee al terminar, alzando la mano hacia Ayame, quien saltó para alcanzarla y estrecharla con la mano de Lee igual de entusiasmada.
—Maldita sea Cejotas, esa última línea era mía—dijo Naruto echando humo por las orejas.
Después de la rabieta de Naruto, seguimos recorriendo la feria, deteniéndonos en varias atracciones y subiéndonos a algunas de ellas en diferentes parejas o grupos. El último juego mecánico que nos subimos, había dejado a Choji muy mareado haciéndolo vomitar en cuanto el juego de había detenido. Shikamaru y Sai lo sostenían de cada lado para que no cayera al piso.
—Eso te pasa por comer tanto Dango, Choji. La próxima vez, asegúrate de no comer tanto si piensas subirte a un juego mecánico—dijo Ino molesta porque Sai le había tenido que soltar la mano para ayudarlo.
—Deja de regañarme Ino, siento que la cabeza me da más vueltas al escucharte.
—Tranquila Ino, entre más pronto se recupere, podrá caminar por sí solo. Me estoy cansando de caminar con él a cuestas. —dijo Shikamaru.
A unos pasos detrás de ellos, caminábamos Lee, Ayame y yo. Mientras que al frente de todos, caminaban Naruto y Hinata. De repente, Naruto empezó a jalar a Hinata de la mano, mientras caminaba más rápido, adelantándose todavía más. —Maldito Sasuke ¿dónde te has metido?—gritaba mientras volteaba por todos los puestos buscándolo. Cuando de repente, a unos tres metros más adelante, Naruto regresó la mirada a lo que parecía ser un bar. Se dirigió a entrar rápido.
—Sasuke, te estábamos buscando ¿Por qué rayos no regresaste con nosotros?—Naruto entro al bar gritando, haciendo que las miradas estuvieran puestas en él y Hinata, haciendo a esta última sonrojarse al sentirse observada.
—Idiota, ¿Terminaste de jugar a las pistolitas?
Nosotros ya estábamos casi en frente del bar cuando escuché su voz. Mis pasos se volvieron más lentos y un poco titubeantes. Ino que siempre es consciente de la situación, se situó a mi lado, quedando nosotras dos a lo último. —Frente, podemos seguir recorriendo la feria y después reunirnos con los demás—dijo mirándome fijamente como una hermana mayor que cuida a su hermanita. Observé a los demás que ya estaban adentro y tomaban asiento en una mesa.
—Está bien Ino, quedémonos con los chicos. —Ino me miró unos segundos más, y después sonrió.
—Bien, tomemos unos tragos y después sigamos divirtiéndonos. — entrelazó su brazo con el mío, y nos dirigimos a dentro del bar.
La mesa era justamente para diez personas, dejando exactamente dos espacios disponibles. Sai que ya había tomado asiento, le estaba guardando un lugar a Ino, dándole palmaditas a la silla contigua a él. Ino, sonrojada y con una sonrisa en los labios, se sentó en donde su novio le indicaba. El lugar que quedaba libre era en medio de Hinata y Shikamaru, y disimuladamente, busqué con la mirada dónde estaba sentado Sasuke. Estaba sentado hasta el extremo de la mesa, dejando a Naruto enseguida de él; este estaba cruzado de brazos con los ojos levente cerrados, mirando hacia abajo con un tarro de cerveza en frente. Mientras que Naruto parecía estarle parlotearle algo, y Sasuke parecía que lo escucha hablar mientras le daba un trago a la bebida.
Lancé un suspiro al aire, y empecé a darme ánimos mentalmente al mismo tiempo que tomaba asiento. Podía sentirlo, a pesar de estar separados por dos personas, Hinata y Naruto, podía sentir su presencia casi rosándome la piel, como si aún tuviera sus grandes manos sobre mí. Observe disimuladamente una vez más hacia donde estaba él, y casi sin fijar la vista, pude más que observar, sentir su profundidad oscura. Gocé un poco más de la sensación en la que me hacía sentir envuelta, hasta que fue Ino quien me trajo de vuelta.
—Oie frente, deberíamos de pedir unos Gin de frutos rojos.
—¿No crees que es demasiado elegante como para beber en una feria?—dijo Shikamaru con una ceja alzada por la elección exótica de Ino.
—Tal vez te resulte demasiado porque no tienes el mismo paladar fino como nosotras ¿no es así, Sakura?
0000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
—¿En dónde demonios estaba el mesero con nuestras cervezas? —dijo Ino golpeando la mesa con su puño.
—Paladar fine, eh. No creo que pasar de 6 Gins a los tarros de cerveza más grandes del bar hable mucho de un paladar como el que dijiste hace rato. —Shikamaru no podía aguantar la expresión divertida al vernos a Ino y a mí estando atarantadas por todos los tragos que habíamos bebido.
Tenía mi frente recargada sobre mi frente, meditando si el tarro de cerveza que Ino había pedido al mesero, era realmente prudente que lo bebiera. —Voy a pasar de él, Ino. Una cerveza más, y regresaré todo lo que he bebido en cuanto me levante de esta silla.
—Vamos frentesota. Tú sabes que hemos podido con más.
—Me costó una cruda de una semana. Es un precio que no pienso volver a pagar.
—Buh, no seas aburrida Sakura. Come un poco del barbikiu. Te ayudará a aguantar un poco más. Se estiró para alcanzar un trozo de carne del plato de Choji a lo que este protesto.
—Oye, eso es mío.
Tranquilo Choji, si no come algo, tendremos a una Sakura vomitando en cada esquina, lo cual sería muy problemático—dijo Shikamaru.
—Cariño, deberías de comer un poco tú también —dijo Sai.
—Yo estoy bien, aún puedo seguir bebiendo al mismo ritmo jajaja. — Rió Ino al mismo tiempo que colocaba sus brazos alrededor de los hombros de sai, provocándole un notable sonrojo en el rostro de este. Él colocó sus manos sobre su cintura, en señal de buen recibimiento.
Estaba igual o peor de borracha que yo, y a diferencia de mí, ella si estaba disfrutando del todo el estado de ebriedad. Voltee a verlo, como lo había estado haciendo durante todo el rato. Con cada bebida, mi discreción se estaba yendo al carajo, y ahora estaba segura que él se había dado cuenta de que lo observaba. ¡Madre mía! Se veía más guapo de lo normal ¿cómo era posible? Parecía que el alcohol no le afectaba a pesar de estarle siguiendo el ritmo a Naruto, quien sí estaba bastante borracho. En ese momento, este último se paró golpeando la mesa con la palma de la mano.
—Está bien cejotas, te apuesto una ronda más de shots de tequila—grito.
—Cálmate idiota, nos están observando todos. —dijo Sasuke lanzando una mirada
—Acepto la apuesta, Naruto. ¡Mesero, tráiganos shops para todos! El mesero que se encontraba cerca de la mesa, porque ya sabía que en cualquier momento le pedirían una ronda, se acercó a servir tequila en el caballito de cada uno.
—Bien Ayame, hasta el fondo y ¡salud! —una vez que ella y Lee se lo tomaron de golpe, chocaron las manos con toda la energía del mundo, demostrando que eran el uno para el otro — ¿Eso es cariño, bien hecho!—dijo Lee.
—Vamos Hinata, nosotros también podemos hacerlo.
—Pero Naruto-kun…
—¡Al fondo!—sin esperar más, se lo bebido de un golpe. Hinata no tuvo otra opción más que imitarlo, evidenciando con sus muecas que estaba sufriendo por pasar el trago.
Mire mi shot, y de tan solo verlo, sentía como unas olas dentro de mí, me advertían que en cualquier momento saldría. Voltee a mi alrededor, y pude ver que todos ya lo habían bebido. La presión empezó a empujarme, y valientemente alcé el shot y lo bebí de golpe.
—¡Eso es frente! Dame cinco—Ino alzó la mano frente a mí. Pero en lugar de chocarla, mis dos manos se fueron a mi boca tratando de impedir todo lo que llevaba comiendo y bebiendo saliera.
— ¿Sakura, estás bien? Maldición Ino, te dije que esto sería problemático si seguían bebiendo así— Shikamaru puso su mano sobre mi espalda para poder darme algo de confort. Sentía como el lugar empezaba a dar vueltas, y el sonido de las voces y la leve música se hacían más lejanas. Mi atención estaba totalmente en las sensaciones de mi cuerpo, y mi concentración puesta en no dejar que el malestar me tomara por sorpresa y me ganara.
—Ino, cariño. Creo que deberíamos pagar la cuenta e ir a seguir con el recorrido de la feria—dijo Sai.
—Son todos unos aguafiestas. —Ino los miró a ambos con cara de pocos amigos. —Oigan chicos, nosotros nos adelantaremos, Sakura e Ino necesitan que el alcohol se les baje, además si no hago que Choji se levante de la mesa, no podremos pagar la cuenta. —Oye Shikamaru, yo estoy perfectamente, no me quiero ir aún.
—Ni que lo digas, claro que no te quieres ir.
—Oigan chicos, esto apenas estaba empezando. No deberían irse aún, deberas—dijo Naruto, y al escucharlo decir eso, mi cabeza empezó a dar más vueltas. Entonces, escuché que el sonido de una silla al deslizarse hacia atrás, lo que significaba que alguien se había levantado abruptamente.
—¡Oye Sasuke! ¿Tú también?
—No pienso cargarte porque te estés cayendo de borracho si tomas una cerveza más, idiota.
—Los demás tienen razón Naruto, nosotros también queremos seguir disfrutando de l. —escuch feria que dijo Lee.
—¡Oh, vamos chicos!
—Ellos tienen razón, Naruto-kun, deberíamos seguir todos juntos, Hip. — Hinata se llevó instantáneamente una mano sobre los labios al mismo tiempo que se ponía roja. Naruto miró rendido a Hinata mientras se rascaba la cabeza.
—Está bien, está bien. Iré a pagar la cuenta.
000000000000000000000000000000000000000000000000000
—Toma linda, te han mandado esto. Te ayudará a sentirte mejor.
Estaba recargada completamente sobre el respaldo de la silla, con un antebrazo sobre mis ojos. Levanté un poco el brazo para ver una bebida de color rojo que el mesero había dejado sobre la mesa. Lo acerqué hasta mi nariz para comprobar si tendría un olor extraño al igual que su aspecto. Busqué al mesero para preguntarle qué era, pero ya se había ida a seguir repartiendo bebidas. Le di un pequeño sorbo para probar su sabor, y lo primero que pude notar fue el concentrado de tomate y el gas de agua mineral. No era el mejor sabor del mundo, pero estaba soportable, sabía que el tomate y agua mineral ayudarían a sentirme mejor. Observe dudosa el líquido una vez antes de voltear a la salida del bar, y encontrarme a Sasuke recargado en la puerta con brazos cruzados, observándome detenidamente casi sin pestañear. Me miró y lo miré directamente a los ojos. Hasta que suspiré fue cuando rompí el contacto visual, para luego tomarme su extraña bebida, al parecer especial para mi condición.
—Sakura, la cuenta ya está pagada ¿Crees sentirte mejor si continuamos el recorrido?
Dejé el vaso vacío en la mesa. Me levante de la mesa un poco tambaleante y con una sonrisa en los labios, asentí con mi expresión a Sai, quien tenía a Ino risueña colgada de su cuello.
