-Este fue el día que llevamos a casa al pequeño Ranma-señaló orgullosa Nodoka.
-Ay, que lindo era!-exclamó emocionada su nuera- Y que tiernos se ven los tres juntos.
La mujer asintió con una dulce sonrisa en el rostro.
La joven pareja de recién casados había decidido pasar la tarde en casa de los Saotome y Nodoka no podía estar más feliz por ello.
Su esposo e hijo se encontraban reunidos afuera festejando la noticia que acababan de recibir, mientras ella se había quedado dentro con su querida nuera.
La chica era tan encantadora que la sentía como a su propia hija. Su hijo no había podido elegir mejor compañera de vida. Estaba tan orgullosa de su muchacho. Él era tan varonil.
-Tía Nodoka, que edad tenía Ranma en esta fotografía?-preguntó señalando la siguiente página del álbum de fotos con el dedo índice.
-Casi tenía dos años-respondió con añoranza recordando lo difícil que fue para ella permitir que su pequeño hijo fuese separado de su lado en pro de su entrenamiento durante tanto tiempo.
La mujer junto a ella tomó su mano y la llevó hasta su vientre aún plano, que ya albergaba vida.
-Ranma y yo estaremos encantados y honrados si nos guía en esta nueva etapa-dijo dulcemente.
-oh, mi niña, estoy tan feliz de saber que serán padres!-exclamó sin poder contener su alegría. La futura madre de su nieto se fundió con ella en un reconfortante abrazo.
-Mamá, sabes sí?...-Ranma se detuvo en la entrada de la sala observando la escena con dulzura.-Está todo bien?
-Oh, cariño, por supuesto que está todo bien-respondió su madre instándolo a acercarse a ellas.
-Tú madre y yo veíamos el álbum familiar-añadió su esposa.
Ranma palideció pero dado el momento prefirió obviar todo y limitarse a sonreír mientras se sentaba junto a su esposa.
-Mamá, papá todavía tenía todo su cabello antes de que yo naciera?-preguntó tomando el álbum para ver las primeras imágenes
-Desde luego cariño, lo empezó a perder durante mi embarazo y para cuándo tú naciste...-respondió divertida Nodoka.
-Ranma... qué tal si tú también pierdes tu cabello!?-sugirió Akane falsamente alarmada.
-Oye!-se quejó él, indignado
Nodoka sonrió de buena gana y sin que la feliz pareja lo notase, perdidos en una infantil discusión, capturó en una instantánea aquel momento, inmortalizando el día en que fue anunciada la noticia del tan esperado heredero Saotome Tendo.
