Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y la historia está escrita sin fines de lucro.
Por otro lado, dos días después, en el pueblo de Nerima, siendo aún muy temprano, Kuno se encontraba desayunando en el comedor de su casa y mientras lo hacía, leía el periódico. Su hermana aún no había bajado de su habitación y no quiso esperarla para empezar a comer.
Una de sus empleadas, llamada Anna (una chica de cabello castaño, un poco corto y ondulado, de piel blanca y ojos color café, que llevaba dos años de trabajar en la hacienda y que tenía un año de haberse casado con Ryu, uno de los peones de la hacienda y amigo de Mousse), se acercó a servirle un poco más de te:
- ¿Desea algo más, señor Tatewaki?
- No, Anna -dijo, un poco reseco- puedes retirarte.
- Muy bien, con permiso -dijo, haciendo una reverencia, para dirigirse a la cocina-.
Al irse ella de ahí, Kuno bufó fastidiado y dejó a un lado el periódico que estaba leyendo, pues, por más que lo intentara, no podía concentrarse ni un poco en la lectura. Desde que supo que Akane no vendría esta vez al pueblo a pasar las vacaciones con su familia, se mantuvo de muy malhumor.
Pasó una de sus manos por su cabello y pensó:
Tenía tantos deseos de verla, pero, bueno, debo ser paciente... tengo que ser paciente: ya falta muy poco para que por fin sea mi esposa... -hizo una pausa y después, sonrió- quizás yo deba ir a visitarla y darle una sorpresa...
De pronto, su hermana lo sacó de sus pensamientos:
- Hola, Kuno -dijo, saludándolo y tomando asiento-.
- Hola -dijo, sin muchos ánimos y llamó a las empleadas para que le sirvieran el desayuno a su hermana-.
Las empleadas llegaron rápidamente y mientras le servían el desayuno, Kodachi aprovechó para hablar con él:
- Kuno...
- ¿Qué rayos quieres? -dijo, bastante irritado-.
Kodachi se molestó al escuchar el tono con el que le había hablado:
- ¡Oye! -dijo, en el mismo tono- ¡¿vas a seguir en la misma actitud?! ¡yo no tengo la culpa de que tu "amada prometida" no haya venido esta vez!... ¡¿por qué te desquitas conmigo?!
Kuno golpeó la mesa con una de sus manos y le dijo:
- ¡Diablos! ¡¿qué no hay un solo día en el que no quieras pelear?!
- ¡Tú empezaste al hablarme de esa manera!
Las empleadas se sintieron muy incómodas al presenciar esa discusión y se fueron rápidamente de ahí:
- ¡¿Sabes qué?! -continuó Kuno- ¡sinceramente, ya me cansé de ti!
- ¡Yo te digo lo mismo, "querido hermanito" y ya no puedo esperar más para irme de esta casa!
- ¡Eso sucederá cuando yo lo diga!, ¡¿me escuchaste?!
Kodachi se le quedó viendo un momento y después, le dijo:
- No te entiendo, Kuno, de verdad que no -hizo una pausa- dices que ya te cansaste de mí, entonces, ¿por qué insistes en retenerme aquí?
Kuno se quedó callado y ella continuó:
- ¿Por qué no me dices al menos a quién le concediste mi mano? -hizo una pausa- ya hace unas semanas de eso y aún no me has querido decir su nombre.
- ¿De verdad quieres saberlo? -preguntó, sarcásticamente-.
- Sí, Kuno, por favor, dímelo... merezco saberlo.
Kuno se le quedó viendo un momento. Negó con la cabeza, sonriendo irónicamente y después, le dijo:
- Esta bien, te lo diré...
Kodachi estaba ansiosa por saber:
- Te casarás con... Gosunkugi.
Kodachi se quedó de piedra al escucharlo y Kuno no hizo más que reír al ver su expresión:
- ¡¿Q… Q… Qué?! -dijo, al fin- es una broma, ¿verdad?
Kuno seguía riendo:
- ¡Kuno, dime que es una broma, por favor! -dijo desesperada, agarrándolo de la camisa-.
- No, mi hermosa hermanita... yo no soy de esas personas a las que les gusta hacer bromas -hizo una pausa- estoy hablando muy en serio: te vas a casar con Gosunkugi y no hay nada más que hablar.
- ¡No, Kuno, por favor!... ¡eso no!... ¡haré lo que tú digas, de verdad, pero, no me obligues a casarme con Gosunkugi, te lo suplico!
Kuno sonrió sarcásticamente. La apartó de él y le dijo:
- Lo siento, pequeña, pero ya di mi palabra y yo no soy de los que se retractan.
Kodachi no podía creerlo y él continuó:
- Mejor ve a alistarte porque saldrás con él esta tarde.
- ¡No, Kuno, eso no sucederá!... ¡no voy a salir con él y me niego a ser su esposa!
Kuno volvió a reír un poco:
- ¡Tú harás lo que yo diga!, ¡¿entiendes?! -dijo, agarrándola del brazo-.
- ¡Pero, Kuno!
- ¡Y que ni se te ocurra hacer algo "estúpido" como intentar escapar!, ¡¿me escuchaste?! ¡porque todavía no me conoces y no sabes de lo que soy capaz!
Kodachi se asustó mucho al escucharlo y él continuó:
- ¡Así que, más te vale estar lista a la hora para salir con él! -la soltó y diciendo eso último, se fue de ahí, dejándola completamente desconcertada-.
Mientras tanto, en Ichiyaga, dos jóvenes se encontraban platicando en uno de los pasillos de la Academia del Ejército Imperial Japonés:
- Muchas gracias -dijo Akane, muy sonrojada, recibiendo una flor que Ranma le había regalado- está muy bonita -dijo, acercándola a su nariz para olerla-.
- Pero, no tanto como tú, muñequita de porcelana -dijo Ranma, viéndola detenidamente- porque tú… tú eres... eres realmente, lo más hermoso que puede existir.
Akane se puso aún más roja de lo que ya estaba al escuchar esa voz tan varonil.
Sintió como si una corriente eléctrica hubiera recorrido todo su cuerpo al tener tan cerca a ese chico que se veía aún más apuesto con su uniforme de soldado y no pudo evitar que la embargara una inmensa alegría por la oportunidad que la vida le había concedido de reeencontrarse con él… pero, de pronto, entró en razón: ¡no podía ser lo que estaba sintiendo por él!… ella era una mujer comprometida: ¡debía ponerle un alto cuanto antes a esta situación!:
- Akane, yo... -dijo Ranma- mira, tal vez te parezca una locura lo que te voy a decir, pero, es que... yo... yo, realmente estoy muy… muy interesado en ti -hizo una pequeña pausa- y... me gustaría que me permitieras conocerte mejor.
Iba a decir algo más, pero, ella lo interrumpió:
- Yo... yo... de verdad, le agradezco mucho los detalles que ha tenido conmigo durante estos días, pero, por favor, le voy a pedir que ya no lo vuelva a hacer.
Ranma se sorprendió mucho al escucharla:
- Pero, ¿por qué, Akane?... creí que…
- Yo... yo... yo soy una mujer comprometida... -hizo una pequeña pausa- esto no es correcto, además, yo vine aquí a trabajar, así que... por favor, le voy a pedir que ya no me busque más.
Él se le quedó viendo un momento, sin poder creerlo:
- Akane... yo... no puedo... no puedo aceptar que me pidas algo así... es que, es imposible que pueda sacarte de mi mente y… de mi corazón -hizo una pausa- Akane, desde que te vi por primera vez, hace ya algunos años, me cautivaste por completo y...
Ella lo interrumpió y le dijo, con algo de desesperación:
- ¡Por favor, ya no insista con eso!... ¡en más de una ocasión le dejé muy claro que me está confundiendo con alguien más!...
- Pero, es que...
Akane tomó aire:
- ¡Yo amo a mi prometido y muy pronto nos vamos a casar! -dijo, mintiendo- ¡estoy muy enamorada de él y le debo respeto!
Ranma negó con la cabeza al escucharla y ella continuó:
- Espero que pueda comprender, por favor, que yo... yo... yo no correspondo a sus sentimientos -hizo una pequeña pausa y después, le dijo:- ahora, creo que es mejor que se vaya... podría tener problemas si lo ven acá -dijo extendiendo su brazo, para devolverle la flor que él le había regalado-.
Ranma se le quedó viendo detenidamente:
- No, Akane -dijo, con voz apagada- quédate con ella -dio un pequeño suspiro, con algo de frustración y después, le dijo- perdona... perdona mi atrevimiento, por favor... pero, es que... no pude evitarlo... no puedo evitar lo que siento por ti -dijo, inclinando su rostro-.
- Yo... yo... de verdad... lo... lo siento mucho -dijo Akane, con voz casi inaudible y se fue rápidamente de ahí:-
¡No puedo! ¡no puedo permitirme sentir algo así por él! -dijo, internamente- ¡todo sería tan distinto si pudiera decidir mi vida! -pensó, mientras se dirigía al centro médico- ¡le hice una promesa a mi padre y voy a cumplirla!... ¡tengo que cumplirla! -hizo una pausa- además, ya falta muy poco para irme de aquí y estoy segura que cuando eso suceda, él se olvidará de mí -dio un pequeño suspiro- y yo... yo me olvidaré de él.
Cuando ingresó al centro médico, algunas enfermeras se le quedaron viendo y empezaron a murmurar entre ellas, al ver la flor que traía en sus manos. Akane volteó a verlas y se sintió mal, pero, prefirió no decir nada y hacerse la desentendida, porque no era la primera vez que hacían algo así.
Shampoo se acercó a ella y le dijo:
- ¡Qué flor tan linda, Akane!... ¿dónde la encontraste? -hizo una pequeña pausa y después, le dijo pícaramente- o mejor dicho... ¿quién te la dio? ¿eh? Jajaja.
Akane inclinó el rostro y le dijo, un poco triste:
- Te la regalo -y se la entregó- si te gusta, quédate con ella.
Shampoo se sorprendió al recibirla:
- Pero, ¿por qué, Akane? ¿qué sucede?
- Nada, no pasa nada -y dio un pequeño suspiro-.
Shampoo se le quedó viendo y después, le dijo:
- Fue Ranma nuevamente, ¿no es así? -pues, Shampoo ya sabía su nombre y con ésta iban tres veces que él le regalaba flores a Akane-.
Ella no respondió y Shampoo continuó:
- Akane, ese chico está muy interesado en ti...
- Sí, acaba de... decírmelo.
- ¡¿Qué?! -dijo, más que sorprendida- ¡¿Ranma se te declaró?!
Todos voltearon a ver y Akane le dijo, muy avergonzada:
- Shampoo, baja la voz.
- Lo siento jajaja, -dijo, riendo nerviosamente- pero, volviendo al tema, ¿por qué no te das una oportunidad con él?... ¡es tan apuesto! -hizo una pausa, dio un largo suspiro y después, dijo- ay, si Kirin no existiera...
- Shampoo -dijo Akane, algo molesta- dejemos hasta aquí este tema, ¿quieres?
- Pero, Akane...
- Ya muy pronto nos iremos de aquí… además, hoy... hoy le dejé muy claras las cosas para que ya no vuelva a buscarme...
Shampoo solo negó con la cabeza y ella continuó:
- Así que, hasta aquí llegó esta tontería...
- Pero...
- Ya, Shampoo, por favor... ahora, vamos a seguir trabajando -y se fue de ahí rápidamente, para que ya no le dijera algo más-.
Por otro lado, después de unas horas, nuevamente en el pueblo de Nerima, en la hacienda Tatewaki, Anna (una de las empleadas) se encontraba lavando platos en la cocina, cuando de pronto, su esposo y Mousse, se acercaron a ella:
- ¡Hola! -dijo Ryu, abrazándola por detrás y dándole un beso en la mejilla-.
- ¡Ryu, me asustaste! -dijo, con algo de reproche- ¡ya te he dicho que no vengas acá!... ¡el señor Tatewaki, puede despedirnos si te ve aquí!...
Mousse rio un poco y Ryu dijo, sonriendo:
- Lo siento, pero, es que, tengo hambre... hoy no desayuné.
- Yo te dije en la mañana que comieras algo antes de irte a trabajar -dijo, algo molesta-.
- Sí, pero, ya ves que ahora hay mucho más trabajo y debo presentarme más temprano.
- Sí, Anna -dijo Mousse- ahora hay más que hacer y...
- Tú tampoco desayunaste, ¿verdad? -dijo Anna, interrumpiéndolo-.
Mousse sonrió nerviosamente y ella negó con la cabeza:
- ¡Qué remedio!... ahora les sirvo algo.
Ambos se sentaron rápidamente en una pequeña mesa que había ahí. Ella se acercó a servirles y mientras lo hacía, unas empleadas entraron platicando:
- Pobre la señorita Kodachi, jamás imaginé que el señor Tatewaki hiciera algo así -dijo una de ellas-.
- Tienes razón -dijo otra- qué mal que la haya comprometido con el señor Gosunkugi... ¿en qué estaría pensando cuando lo hizo?
Mousse se sorprendió mucho al escucharlas y Anna les dijo:
- Oigan, tengan cuidado: el señor Tatewaki las puede escuchar...
- Ay, Anna -dijo una de ellas, con reproche- pero, si es la noticia del día.
- Sí -dijo otra- es que, todos nos sorprendimos mucho al enterarnos y...
- ¿Qué... qué... es... es lo que acaban de decir? -preguntó Mousse, con la voz algo entrecortada, levantándose de la mesa-.
Ellas voltearon a verlo, confundidas y él continuó:
- ¿El señor Tatewaki... comprometió a la señorita Kodachi... en matrimonio?
- Sí, así es -dijo una de ellas- ya habíamos escuchado rumores por ahí, pero no sabíamos con quién... hasta hoy se lo dijo el señor Tatewaki a su hermana.
- Sí -dijo otra- en la mañana tuvieron una discusión muy fuerte y al fin se lo dijo.
Mousse no podía asimilar lo que acababan de contarle y salió rápidamente de ahí, sin decir nada más:
- Bueno, ¿y a éste qué le pasa? -dijo otra de las empleadas, algo desconcertada por la actitud de Mousse-.
Ryu también se sorprendió mucho al enterarse de esa terrible noticia:
- ¿Qué le pasa a Mousse, Ryu? -dijo Anna, dirigiéndose a su esposo-.
- Pobre Mousse, pero, yo se lo advertí... -dijo Ryu, más para sí mismo-.
- ¿Qué le advertiste? -preguntó Anna-.
- Nada, olvídalo... creo que es mejor que regrese a trabajar.
- Pero, no comiste nada.
- No te preocupes, tal vez después -le dio un beso rápidamente y también se fue de ahí-.
Mientras tanto, en el comedor de la Academia del Ejército Imperial Japonés, todos los cadetes se encontraban almorzando y platicando, pero, Shinnosuke y Sentaro veían que Ranma aún estaba muy desanimado desde su encuentro con Akane por la mañana:
- Oye, Ranma -dijo Shinnosuke- mira, yo te comprendo muy bien, pero, hay que seguir adelante -hizo una pausa- piensa en tu carrera: esto fue lo que siempre quisiste y ya falta muy poco para la ceremonia de graduación.
- Sí, Ranma -dijo Sentaro- la vida no se va a acabar porque te hayan mandado por un tubo... bueno, quizás para alguien como tú, esto es algo nuevo porque siempre has tenido varias chicas tras de ti, pero, tienes que comprenderla: ella está comprometida y además... mira, no quiero criticarte, pero, aunque la chica sea muy hermosa y lleves años de estar enamorado de ella, no podías venir así no más y declarártele...
- ¿Y por qué no? -dijo Ranma- solo le dije lo que siento.
- Sí -dijo Sentaro- pero, hasta para eso se deben seguir ciertas reglas...
- ¿A qué te refieres? -dijo confundido-.
- ¡Ranma! -dijo Sentaro, muy sorprendido- ¡no puedo creer que no sepas cómo conquistar a una chica!
Ranma se le quedó viendo y después, le dijo:
- ¿Qué no solo debes decirles lo que sientes y ya?
Sentaro solo negó con la cabeza y Shinnosuke rio un poco:
- No, Ranma -dijo Sentaro- primero debes hacerte su amigo, para que puedan conocerse y ya después, el tiempo dirá si puede darse algo más o no... -se quedó callado un momento y después, le dijo:- a ver, Ranma, dime, ¿nunca antes habías tenido novia?
- Pues, no que yo recuerde jajaja -dijo, riendo un poco-.
- Ya veo -dijo, negando con la cabeza- ¡con razón! jajaja... creo que Shinno y yo vamos a tener que darte un curso intensivo sobre cómo conquistar a una chica jajaja -después, se dirigió a Shinnosuke- ¿verdad, Shinno? jajaja.
- Bueno, yo -dijo Shinnosuke, riendo nerviosamente- yo tampoco he tenido novia jajaja.
- ¡¿Qué?! -dijo Sentaro, muy sorprendido- ¡no lo puedo creer!... pero, ¿en qué planeta viven ustedes dos? ¿eh? jajaja.
Siguieron riendo un poco más, sin percatarse que desde otra mesa, un poco lejos de donde ellos estaban, Kengyu y sus amigos los estaban observando:
- ¡Ya no hallo la hora de borrarle a Saotome esa odiosa risita! -dijo Kengyu, bastante molesto-.
- Bueno, ya podrás desquitarte en el próximo entrenamiento que tendremos en las montañas -dijo uno de sus amigos-.
- ¡Sí, pero, todavía faltan dos semanas para eso! -dijo Kengyu, nuevamente-.
- Ya falta poco, Kengyu, piensa que ahí podremos deshacernos de él definitivamente -dijo otro- ése es el lugar perfecto para aparentar que fue un accidente solamente jajaja.
- Oigan -dijo otro más de sus amigos- ¿de verdad piensan matarlo?... yo pensé que solo querían darle "una pequeña lección".
- ¡Nah! -dijo Kengyu- cambié de opinión, porque si vamos a hacer algo, hay que aprovechar para hacerlo en grande, ¿no lo crees? jajaja.
Rieron un poco más y después, Kengyu dijo:
- Por lo pronto, voy a empezar a hacerle algunas visitas a esa hermosa enfermera -se refería a Akane- que me ha tenido en vela todas estas noches...
- Oye, ten cuidado -dijo otro de sus amigos- no vayas a echar a perder el plan, porque, si el Teniente Chardin o Saotome se dan cuenta...
- ¡Nah! el Teniente a mí me hace los mandados jajaja -dijo Kengyu, muy confiado- y en cuanto a Saotome, no tengo por qué pedirle permiso para acercarme a ella y me importa muy poco si se da cuenta o no, porque ya me decidí y esa chica va a ser para mí jajaja.
Por otro lado, al llegar la noche, en Nerima, se llevaba a cabo la pedida de mano de Ukyo en la hacienda de su padre.
Casi todo el pueblo había llegado a tan importante evento y muchos se sorprendieron al enterarse que Ryoga y Ukyo tenían ya años de estar comprometidos y que habían mantenido su relación en secreto.
Algunas de las chicas veían a Ukyo con envidia porque Ryoga era uno de los muchachos más apuestos del pueblo y de igual manera, los chicos sentían envidia por Ryoga, al enterarse que ya no tenían posibilidad alguna con Ukyo.
Las familias de los prometidos estaban muy felices porque al fin se había dado a conocer su relación y después de llevarse a cabo la pedida de mano, los empleados empezaron a servir la comida y las bebidas a los invitados.
La señora Aiko veía a su hijo junto a Ukyo y le alegraba en sobre manera que se fueran a casar por amor:
- Me alegra mucho que Ryoga y Ukyo estén tan enamorados -le dijo a su suegra. Después dio un pequeño suspiro y dijo- cómo me gustaría ver así también a Akane junto a Kuno.
- Bueno, Aiko -dijo la señora Cologne- yo recuerdo que hace tiempo, Ryoga nos platicó que Akane sí se había enamorado de Kuno.
- Y aunque no se haya enamorado de él -dijo el señor Soun algo molesto, interviniendo- ya dio su palabra de casarse con él, así que no vienen al caso sus sentimientos.
La señora Aiko se le quedó viendo y después le dijo, también un poco molesta:
- ¿Por qué siempre tienes que arruinarlo todo con esa clase de comentarios?... además, a mí, a diferencia de ti, sí me daría mucho gusto que mis hijos se casaran por amor.
El señor Soun bufó fastidiado al escucharla y después, le dijo:
- Yo lo único que espero es que Akane no vaya a salirnos con alguna "tontería" estando tan lejos…
- ¿Otra vez con eso, Soun? -dijo la señora Aiko, cansada de ese tema- si sigues con lo mismo, voy a pensar que tú, en realidad, deseas que ella haga algo malo.
- ¿Cómo puedes decirme algo así? -preguntó ofendido-.
- Pues, entonces ya deja de decir todas esas cosas.
- Yo solamente estoy recalcando que no voy a tolerar ningún error, porque de verdad, estoy dispuesto a matar a quien…
- Se atreva a manchar tu honor -dijo la señora Aiko, interrumpiéndolo y completando la frase- sí, ¿cuántas veces no lo hemos escuchado?
El señor Soun se le quedó viendo, algo molesto y después le dijo:
- Bueno, entonces, espero que haya quedado claro lo que podría suceder, porque seré implacable y no me detendré por nada del mundo, si se trata del honor de nuestra familia -hizo una pausa y después dijo, levantándose de la mesa donde estaba sentado junto a su esposa y sus padres- ahora si me disculpan, iré con "mi hijo", el que sí ha sido obediente y no me ha dado dolores de cabeza -y se dirigió hacia donde estaba Ryoga y su prometida-.
La señora Aiko solo se le quedó viendo y después, pensó:
Solo espero que Akane esté muy bien, porque no he dejado de tener esos malos presentimientos -dio un pequeño suspiro- ay, mi niña, deseo que todo te salga excelente, que puedas cumplir tu sueño, finalmente y que muy pronto regreses con tu familia, sin ninguna novedad.
Por otro lado,después de dos días, nuevamente en Ichiyaga, Akane se encontraba leyendo un libro en su hora de descanso, en uno de los jardines de la Academia del Ejército Imperial Japonés, que estaba algo apartado.
Kirin le había dicho que no se alejara mucho, pues, le preocupaba que se fuera a perder, pero, ella necesitaba algo de silencio para concentrarse. Estaba sentada en una banca, comiendo una manzana.
Después, vio su reloj y ya era momento de regresar a trabajar. Cerró su libro, se levantó de la banca y empezó a caminar para volver al centro médico. Pero, mientras iba por uno de los pasillos, Kengyu le apareció de frente, tomándola por sorpresa:
- Hola, preciosa... ¿cómo te va? -dijo, sonriendo-.
Akane se le quedó viendo un momento y después, le dijo:
- Buen día -e iba a seguir caminando, pero, él la tomó del brazo:-
- Espera, ¿a dónde vas tan de prisa?
- De... debo... regresar a... trabajar -dijo, algo asustada al ver que estaba apretando su agarre y que no había nadie más por ahí cerca- ¿podría... hacer el favor de soltarme?
- No te vayas tan pronto... podemos platicar un momento y...
- De verdad tengo que irme -dijo, interrumpiéndolo- suélteme, por favor.
Kengyu se le quedó viendo un momento y después, la sujetó también del otro brazo, provocando que botara su libro:
- ¿Por qué con Saotome no eres tan arisca, eh?
- No... no sé de qué me... me está hablando...
- Claro que lo sabes muy bien: te he visto varias veces coqueteando con él... ¿por qué conmigo te pones así?
- ¡Suélteme, por favor! -volvió a suplicarle-.
Ranma se encontraba en la oficina de correos para recibir las cartas que le habían enviado sus padres y algunas de sus admiradoras (pues, no hicieron caso a la advertencia de Mariko y siguieron comunicándose con él).
Dio un pequeño suspiro al ver que eran bastantes y después, aprovechó para enviar él también una carta a sus padres. Pero, cuando iba de regreso, escuchó la voz de Kengyu y de Akane en uno de los pasillos:
- Te voy a soltar, pero, si me das un beso -dijo Kengyu, acercándola más a él-.
- ¡No quiero, déjeme en paz! -dijo, con desesperación-.
- ¡No te hagas la inocente!... ¡estoy seguro que si él te lo pidiera, ahí sí aceptarías, ¿verdad?! -se estaba refiriendo a Ranma-.
- ¡Se lo suplico, suélteme, por favor!
- ¡Suéltala, miserable! -gritó Ranma, apartándolo inmediatamente de Akane y dándole un puñetazo en el rostro-.
Kengyu no se lo esperaba, pero, reaccionó rápidamente y empezó a lanzarle también varios puñetazos, pero, Ranma, supo esquivarlos muy bien, ya que, él era quien mejor había aprendido a defenderse de todos sus compañeros.
Akane estaba muy asustada al verlos pelear y no sabía qué hacer para detenerlos, porque Kengyu ya estaba demasiado golpeado y Ranma no se detenía, pues, estaba realmente furioso:
- ¡Basta, por favor! -dijo Akane, agarrando a Ranma del brazo- ¡ya no siga, se lo suplico!
- ¡Tengo que darle su merecido a este cobarde! -dijo, todavía furioso-.
- ¡Ya no! -dijo, desesperada- ¡por favor!
Ranma se sorprendió mucho al verla así y le dijo, todavía bastante molesto:
- Acaso... ¡¿estás defendiendo a este infeliz, después de lo que intentó hacerte?!
- ¡No, no es eso!
- ¡¿Entonces, qué es?!
- ¡No quiero que se meta en problemas por mi culpa! -e instintivamente, lo abrazó y empezó a llorar-.
Ranma se quedó estático, pues, no se esperaba algo así. Iba a atreverse también a abrazarla, pero, de pronto, aparecieron sus amigos y algunos de sus compañeros de entrenamiento, que al ver la escena, fueron rápidamente a llamar al personal médico para que atendieran a Kengyu, pues se veía que estaba muy mal:
- ¡¿Qué fue lo que sucedió aquí?! -dijo el Subteniente Sanzenin (el encargado de su preparación académica), llegando con ellos-.
- ¡Ese infeliz, quiso propasarse con Akane! -dijo Ranma furioso-.
- Eso no es... cierto -dijo Kengyu, con bastante dificultad, defendiéndose- yo no... no le hice nada a... a esa enfermera: ella me... me pidió que la besara y tú... tú interviniste.
Ranma se enojó mucho más al escucharlo y quiso acercarse nuevamente a él para golpearlo, pero, sus amigos los sujetaron, pidiéndole que se calmara:
- ¡No voy a tolerar esta clase de comportamiento, soldado! -dijo el Subteniente Sanzenin muy molesto, dirigiéndose a Ranma- ¡vamos ahora mismo con el Teniente Chardin! -y se lo llevaron rápidamente de ahí, sin dar tiempo siquiera para que Akane explicara lo que había pasado-.
Los médicos y enfermeros se llevaron a Kengyu para atenderlo rápidamente.
Después, Shampoo y Kirin llegaron con Akane y le dijeron:
- ¿Qué fue lo que pasó, Akane? ¿estás bien? -dijo Shampoo algo asustada, abrazándola- se escuchó el alboroto hasta allá.
- ¡Shampoo! -dijo Akane, llorando- ¡Ranma... él… él me defendió! ¡tengo que ayudarlo!
- ¿De qué te defendieron, Akane? -dijo Kirin, muy preocupado-.
- Es que... -dijo Akane, con algo de dificultad- uno... uno de los soldados intentó besarme a la fuerza y... él... él me defendió.
Kirin pasó una de sus manos por su cabello, con frustración y después, les dijo:
- ¡Yo las traje aquí irresponsablemente! ... ¡debí imaginar los peligros a los que las expondría!... ¡todo esto es mi culpa!
- No, Kirin -dijo Shampoo, tratando de tranquilizarlo- esto no es tu culpa...
- ¡Quiero que se vayan ahora mismo de aquí! -dijo Kirin, algo molesto- ¡no voy a permitir que sigan aquí un minuto más!
- Pero, Kirin... -dijo Shampoo-.
- ¡Vayan a alistar sus cosas, por favor! -volvió a decir Kirin-.
Ambas se le quedaron viendo y después, Akane le dijo:
- ¡Primero tengo que ayudarlo!... ¡no puedo irme y dejar que se cometa una injusticia!
Y empezó a caminar rápidamente hacia donde vio que se lo habían llevado:
- ¡Akane, espera! -gritó Shampoo, pero, ella no le hizo caso-.
Mientras tanto, Ranma se encontraba en la oficina del Teniente Chardin y después de unos minutos, se dispuso que tendría que quedarse en la celda de castigo hasta nuevo aviso:
- Si éste es el precio que debo pagar por haber defendido a esa chica de ese miserable, con gusto lo haré, porque no me arrepiento de nada -dijo Ranma, con bastante firmeza-.
- Mire, soldado -dijo el Teniente Chardin- ya van varias veces que me responde de esa manera tan altanera y déjeme decirle que no voy a tolerarlo más, ¿me escuchó?... además, nada justifica su comportamiento tan salvaje hacia su compañero de entrenamiento, así que, aténgase a las consecuencias de sus actos porque con esto, terminó de arriesgar por completo su carrera.
Ranma iba a decirle algo más, pero, el Teniente ya no se lo permitió porque pidió que se lo llevaran de ahí.
Cuando ya se lo habían llevado, Picolette sonrió internamente porque las cosas no habían podido salir mejor: ¡Ranma acababa de darle un motivo suficiente para expulsarlo, sin que él interviniera!
Estaba ensimismado, cuando de pronto, escuchó que alguien tocaba a la puerta de su oficina:
- Adelante -dijo el Teniente y entró uno de los sargentos:-
- Disculpe, Teniente.
- ¿Qué sucede? -dijo reseco-.
- Una de las enfermeras pidió hablar con usted... se llama Akane Tendo.
El Teniente supo inmediatamente de quién se trataba (pues, había averiguado su nombre, al estar muy interesado en ella) y le dijo:
- Hágala pasar, por favor.
- Como usted diga, señor.
El sargento volvió a salir y llamó a Akane para que entrara:
- Mademoiselle Tendo -dijo el Teniente sonriendo, al verla y después, se dirigió al sargento- déjenos a solas.
- Sí, señor -y salió de ahí-.
Al irse el sargento, el Teniente Chardin observó un momento a Akane y después, le dijo:
- Tome asiento, por favor.
- Gracias -dijo, tímidamente y se sentó-.
- Supongo que viene a contarme lo que pasó, ¿verdad, Mademoiselle?
- Sí, señor.
- No se preocupe, esos soldados serán castigados como corresponde y no volverán a molestarla.
Akane se le quedó viendo y después, le dijo:
- Señor, por favor, a Ranma no lo castigue... él me defendió de ese otro soldado.
- ¿Ranma? -dijo sonriendo, sarcásticamente- ya veo la familiaridad con la que se dirige a ese soldado jajaja.
Akane se le quedó viendo y después, le dijo:
- Le pido que lo deje en libertad, por favor.
Él se le quedó viendo:
- ¿Y por qué tanto interés en lo que pase con él, eh? -dijo, algo molesto-.
- No quiero que se cometa una injusticia... es eso, solamente.
Él se acercó un poco más a ella, la contempló un momento y después, le dijo:
- Lo siento mucho, pero mi decisión ya está tomada, Mademoiselle: él se quedará en la celda de castigo hasta nueva orden.
Akane se levantó rápidamente de la silla y le dijo, un poco desesperada:
- ¡Señor, por favor, él no hizo nada malo!... ¡no cometa una injusticia, se lo suplico!
Él volvió a observarla y después, le dijo:
- Nada va a hacerme cambiar de opinión… -hizo una pausa y se le ocurrió algo- a menos que...
- ¿Qué? -preguntó Akane-.
- A menos que... estés dispuesta a negociar -dijo, sonriendo nuevamente-.
- ¿Negociar? -dijo, muy sorprendida-
- Sí.
- No le entiendo, señor -dijo confundida-.
- Eres muy inocente y eso me gusta jajajaja.
Akane se le quedó viendo y él continuó:
- Podríamos hacer un trato, Akane -dijo, acercándose mucho más a ella- yo dejo en libertad a "Ranma" -dijo, irónicamente- a cambio de que tú aceptes tener una relación conmigo.
- ¿Q... Q... Qué? -dijo, muy asustada-.
- Me atraes mucho, Akane y eso jamás me había pasado con una mujer -dijo, empezando a acariciar su cabello- contigo hasta estaría dispuesto a casarme sin pensarlo dos veces.
Akane se alejó rápidamente de él y le dio la espalda:
- Si aceptas, Akane, te doy mi palabra de dejarlo en libertad -hizo una pausa y después, le dijo:- pero, si no lo haces, me voy a encargar de arruinar su carrera y de que sea expulsado de esta Academia definitivamente -sonrió, sarcásticamente- la decisión está en tus manos, hermosa.
Akane no podía creerlo: ¡el Teniente la estaba chantajeando!
CONTINUARÁ...
¡Hola, mis apreciados lectores! perdón por demorar nuevamente en actualizar esta historia, pero, de verdad, agradezco mucho sus reviews y que me sigan acompañando a leerla =)
Les comento que acabo de compartir una nueva historia que está participando en el #Gran_concurso_MundoFanficsIyR, que lleva por nombre #WeLoveFicsMundoFanficsIyR #Por_amor_al_fandom_MundoFanficsIyR de la página de Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma, la cual se titula CARTAS DE AMOR: DE MÍ, PARA TI. Por si aún no la han leído, los invito a hacerlo y a quienes ya lo hicieron, muchas gracias por sus reviews, por marcarla como favorita y seguirla. También agradezco mucho a todas las personas que están apoyando mi nueva historia con sus likes y comentarios en la publicación de la página de Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma.
De verdad, muchas gracias por el apoyo que ya me han dado al brindarme su valioso tiempo en leer mis historias =)
¡Saludos para todos desde Guatemala! ¡Hasta pronto! =)
