Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

~Efecto Ishigami.~

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Advertencias: Este shot si bien es Senhaku, se centra principalmente en mi pequeño OC, así que si el personaje no es de su agrado les pido por favor y con toda la amabilidad del mundo que pasen del capítulo n.n gracias.

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Definitivamente el "acceso VIP" al laboratorio tenía ciertas ventajas y Kohaku bien lo sabía, bueno tampoco es como si realmente visitara las instalaciones muy seguido debido a su jornada de trabajo en la fuerza policial, pero al menos tenía la garantía de que podría ingresar sin problema al lugar si surgiera alguna situación de emergencia.

¿Ésta lo era acaso? Bueno, quizá.

Ni siquiera se molestó en golpear la puerta del cubículo para pedir permiso antes de entrar, como si lo necesitara y Kohaku tenía que hablar con Senku en ese mismo instante. Sin hacer ruido se quedó sólo un par de segundos en el dintel de la puerta, observándolo.

Senku estaba de pie frente a su pizarra improvisada colgada en la pared, con los brazos cruzados y los pies bien abiertos como si estuviera en una postura de batalla, sin embargo ese sería de lejos el caso. Senku al menos no era ese tipo de guerrero, él era un luchador incansable cuya arma era el conocimiento.

—Nos vimos hace tan sólo un par de horas ¿Ya me extrañas, Leona? —Él apartó la mirada de la enorme pizarra que contenía su más reciente hoja de ruta y dirigió sus ojos carmín hacia ella, esbozando en sus labios una socarrona sonrisa de medio lado para agregar cierto toque de cinismo—. Dame un descanso, ni siquiera me dejaste dormir la noche anterior.

¿Qué rayos? Las mejillas de Kohaku se calentaron ante la insinuación en las palabras del científico ¿Cómo siquiera podía él hablar de algo como eso? y ¿Así como así? Sin un maldito sonrojo en la cara y con esa mirada descarada y casi burlona.

Obviamente él estaba molestándola como siempre solía hacerlo. Esa pequeña escoria.

— ¡Ja! ¿Quién dice que te extraño? —pero Kohaku no le daría la victoria tan fácilmente—. De hecho ni siquiera vine a verte a ti…

—Por supuesto, fingiré que es así, Leona —él sonrió y se acercó a ella para atraerla contra él y así poder darle un rápido beso—. Sigue diciéndote eso hasta que te lo creas.

A pesar de esas burlonas palabras de su parte, Kohaku no hizo amago de apartarse ni mucho menos de disimular lo ansiosa que ese beso la había dejado. Pasarían semanas antes de que Senku y ella volvieran a estar de esta manera, o tan siquiera verse.

Sus respectivos trabajos, la búsqueda de los materiales necesarios para partes esenciales de la máquina del tiempo, para los nuevos proyectos en puerta, la modernización y la planificación de la nueva carrera espacial que tenía como principal objetivo la minería de asteroides y pequeños cuerpos celestes, todo eso limitó la cantidad de tiempo disponible entre ambos.

Está de más decir que incluso Senku se había perdido más de un par de acontecimientos importantes en ese lapso de tiempo.

—Creo que se te ha empezado a subir a la cabeza. —la guerrera bromeó, acariciando la cara del científico antes de darle otro beso, esta vez uno más prolongado que el anterior.

Kohaku aprovecharía todo el tiempo que le fuese posible para disfrutar de la cercanía con él. Esos pequeños momentos de privacidad eran demasiado preciados para dejarlos pasar.

—Rayos, pensé que sólo hacían eso en la casa cuando yo no estaba —una conocida voz bufó desde la entrada, ocasionando que ambos se separaran—. Sólo vine por la mochila que dejé junto al escritorio y luego me iré, esto definitivamente es algo que mis ojos no necesitan presenciar.

El pequeño intruso se estremeció interiormente. Los ojos aguamarina del niño se limitaron a mirar en silencio durante un minuto completo, procesando lo que sin intención alguna había presenciado. Lo cual no duró mucho más ya que Kohaku se apartó por fin de Senku y se acercó a él, estrechando severamente la mirada.

—¿Estuviste aquí todo el tiempo? —cuestionó la guerrera con ligera aprehensión y poniendo los brazos en las caderas para adquirir una apariencia más autoritaria—. ¿Estuvo aquí toda la tarde? —esta vez se dirigió con incredulidad a Senku, quien permaneció al margen de la situación.

El científico únicamente se limitó a encogerse de hombros con indiferencia ante la cuestión.

—Me dijo que tú sabías así que no le di mayor importancia, además se ofreció a monitorear los niveles de energía de los generadores mientras Chrome y yo hacíamos los ajustes en las pruebas de rendimiento del sistema.

¿Cómo podía Senku rechazar ese tipo de oferta? Como él dijo alguna vez, incluso hasta un gato sería de utilidad para la ciencia… si su hijo quería ayudar ¿Entonces por qué rechazar esa oferta? Xeno, Sai y Suika estaban trabajando en los mecanismos y sistemas de los prototipos de los REI-bots. El segundo equipo científico en los planos y diseños de las nuevas naves espaciales y las pruebas con los motores para éstas. Y el tercero, bueno, la tarea de ingeniería inversa de las medusas seguía siendo una tarea incansable para la modernización y el auge de la civilización.

—¡Ja! Ni siquiera debería preguntar si de verdad le creíste —acusó, estrechando la mirada en Senku y después en el niño, con un suspiro de resignación Kohaku se dirigió a él—. Pensé que te encontraría en el ala de entrenamiento pero me dijeron que no fuiste ¿Pasó algo?

A decir verdad fue bastante inusual, Kohaku tuvo que reconocer aquello. Byakuya parecía genuinamente interesado en las artes marciales y en aprender técnicas de lucha y defensa, a diferencia de su padre, el niño poseía una buena condición física y hasta cierto punto habilidades en cuanto a fuerza y destreza, quizá heredadas de ella.

De hecho fue él quien prácticamente le insistió a ambos para inscribirlo en los entrenamientos que Kinro, Mozu, Magma y Hyoga impartían en las instalaciones del complejo policiaco.

—Lo estás presionando Leona, quizá el cachorro sólo quiere descansar. —intervino Ishigami con un ligero tono de acusación mientras hurgaba en su oreja—. Podrá ir mañana si quiere…

—No iré —sentenció el chiquillo con tal convicción, cruzándose de brazos al tiempo que fruncía el ceño—. Entrenaré con mamá los fines de semana y ya, o por mi propia cuenta.

Una decisión irrevocable que tomó tras una larga cavilación en días anteriores, conociendo a su madre sabía que ella de una u otra forma tampoco lo obligaría a volver si él no quería. Sus razones eran más que poderosas pero no podía compartirlas con ellos.

—Y ayudaré al viejo aquí en el laboratorio después de la escuela. —siguió.

Tampoco es como si quisiera perder el tiempo en casa durante todo ese tiempo. Su madre regresaría unas horas después del anochecer y la mejor opción era su padre, después de todo no es como si nunca se hubiera interesado en las maravillas en las que Senku estaba trabajando para traer de vuelta al mundo a lo que alguna vez fue en el pasado. Y Byakuya admiraba esa dedicación y trabajo constante en él.

—Diez mil millones de puntos para ti, enano. Ryusui y Gen estarán ocupados con los viajes y las reuniones para llegar a un acuerdo con la embajada de los países instaurados recientemente, además de las negociaciones en la alianza para la nueva carrera espacial con las demás naciones. Chrome y yo necesitaremos al menos un par de manos extra en el laboratorio para las pruebas del supresor del campo de Higgs en el motor de la máquina del tiempo.

El niño pudo identificar en la mirada de su padre esa ardiente chispa de emoción ante la expectativa de su avance, y no pudo evitar compartir brevemente esa misma emoción. Sin embargo todo se disolvió cuando Kohaku volvió a hablar:

—Entonces esta repentina decisión de renunciar a los entrenamientos se debe a tu gran interés por la ciencia y a tu noble disposición por ayudar a tu padre con su más grande y ambicioso proyecto ¿No es así? —Kohaku se acercó peligrosamente al chiquillo, llevándose una mano a la barbilla como si en verdad estuviera analizando la veracidad de sus palabras al pronunciarlas en voz alta.

Casi por instinto el chiquillo se apartó sólo un paso de ella, tragando audiblemente sin saber exactamente cómo responder a dicha cuestión.

—Lo haces sonar como si fuera una mentira. —acusó él, lo cual no era… al menos no del todo.

Maldición, esta era una de las tácticas infalibles de su madre para hacerlo hablar, la misma que en ocasiones solía utilizar con su padre. Sí, Kohaku Ishigami a veces asustaba como el infierno.

—Sea lo que sea, suéltalo ya cachorro —Senku soltó con evidente diversión—. Créeme cuando te digo que no va a dejarte en paz hasta que confieses, así que escúpelo de una vez y termina con esta tortura.

Byakuya le envió una mala mirada a su padre tras sus palabras, reconociendo internamente que como siempre él tenía razón y más tratándose de ella.

—Es la pura verdad, no sé de qué están hablando. —reiteró con una falsa convicción.

—Oh ¿En serio? —Pero a pesar de ello, Kohaku tampoco daría por zanjado el tema en cuestión—. ¿Entonces Amy no tiene nada que ver con esta decisión verdad? —una enigmática sonrisa se instaló en los labios de Kohaku.

La sola mención de ese nombre estremeció ligeramente a Byakuya quien soltó un inaudible quejido. Él conocía ese nombre a la perfección y sí, de alguna inexplicable manera que él aún no podía llegar a entender, su madre había dado con el clavo. Amy… la causa directa de sus más recientes "desgracias".

— ¿Quién carajos es Amy? —quiso saber Senku con genuino interés y ligera apatía al intuir la respuesta que Kohaku iba a darle.

No se necesitaba tener mil doctorados para adivinar de qué se trataba o al menos hacerse una idea de la situación.

— ¡No es nadie! —se apresuró a responder Byakuya con exasperación, negando una y otra vez con la cabeza, ocasionando que los mechones de su cabello se alborotaran sin más.

—Es la hija de Mozu y Luna. —aclaró Kohaku con un tono que rayaba casi en la diversión.

Oh… entonces la comprensión se hizo presente en Senku, casi de inmediato le dio al chiquillo una mirada de inusitada empatía al saber exactamente lo que estaba pasando.

Simplemente genial. Pensó con sarcasmo el científico.

Bien, si ese era el caso entonces no había nada más que discutir al respecto, ya que conocía de sobra dicha situación.

—¡Ja! ¿Una simple derrota es suficiente para que quieras desistir de los entrenamientos? —Kohaku siguió, sacando sus propias conclusiones de los rumores que escuchó esa misma semana.

Por lo general los entrenamientos eran mixtos, únicamente seccionados de acuerdo a las edades de los pequeños que decidían tomar esas clases. Byakuya y Amy estaban en el mismo grupo, el que correspondía a la edad de diez años, el que fue asignado a Kinro debido al nivel de progreso que los niños ya tenían. Kohaku solía mirar de vez en cuando dichos entrenamientos e incluso a veces dar pequeñas demostraciones o lecciones a quienes lo necesitaran.

Entonces fue cuando lo notó, el repentino interés de la hija de Mozu por su cachorro y la manera en la que Byakuya parecía tratar de evitarla más por vergüenza que por otra cosa. Sí, definitivamente él al igual que su padre eran un caso perdido en este tipo de asuntos.

—¡Jum! Ya te dije mamá, sólo quiero ayudar a papá con la máquina del tiempo. Amy no tiene nada que ver con esto.

—Por supuesto… sigue diciéndote eso hasta que te lo creas. —Kohaku soltó con humor y sarcasmo, alejándose por fin de él. Ganándose en el proceso una mirada de incredulidad por parte de Senku al repetir exactamente las mismas palabras que él le dijo tan sólo minutos atrás.

Sin embargo ella hizo caso omiso a dicha mirada de su esposo.

— ¿Saben qué? Me voy… Touma, el Tío Chrome y Whyman están esperándome en la sala de prototipos para hacerle un examen de consciencia al Mecha-Senku que papá construyó.

—No olvides grabar la sesión para los registros de prueba y error en el prototipo. —pidió Senku sin más, arrojándole al niño uno de los más recientes dispositivos de grabación de bolsillo que el laboratorio se encargó de producir.

A diferencia de Kohaku, el asunto de la chiquilla de Mozu y Luna le tenía levemente sin cuidado o al menos no ameritaba especial atención o un drama como el que su esposa intentaba hacer. Viendo la actitud de Byakuya sobre el tema era más que obvio que era algo que no le interesaba en lo más mínimo.

Byakuya atrapó la cámara en sus manos sin problema alguno y después se despidió de sus padres, dándoles la espalda para salir corriendo por el pasillo en dirección a la sala donde efectivamente Chrome, su primo y la pequeña medusa estaban esperándolo. Sin embargo, el sentimiento de vergüenza no se esfumó de inmediato al recordar las palabras de su madre ¡Ella lo había atrapado!

El asunto de Amy no se reducía únicamente a la lista de derrotas en los entrenamientos (dos en realidad) sino a la reciente actitud de su autoproclamada rival, ella comenzaba a ponerlo nervioso con su sola presencia. Sí, quizá ella era un poco linda con ese extraño cabello rosa atado a un lado en una coleta, y con esa mirada determinada y confiada que a veces hacía temblar a sus oponentes pero no a él… ni qué decir de sus habilidades de batalla en las clases, Byakuya en realidad encontró divertido cada uno de esos enfrentamientos con la pequeña arrogante y también…

¡Esperen!

Byakuya sacudió la cabeza para apartar esos absurdos pensamientos de su mente ¡Qué ridículo! ¿Qué rayos sucedía con él? No, ni siquiera quería saberlo ni ahora ni nunca. Eso era todo, evitaría a esa molesta niña a como diera lugar, no tenía tiempo para esas absurdeces.

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—¿La historia se repite? ¿Eh? —comentó Kohaku con evidente diversión una vez que se aseguró de que su hijo ya no estuviera en las inmediaciones. Una socarrona sonrisa que bien podría competir con la de Senku cuando éste se metía con ella adornó su semblante.

Y él pareció entender el trasfondo de sus palabras, bufando audiblemente por la descarada insinuación.

—No molestes Leona… ya sabemos cómo terminaron las cosas. —le sonrió de vuelta acercándose a ella nuevamente para envolverla en sus brazos, al menos quería terminar lo que habían comenzado—. Estás sacando ilógicas conclusiones de nuevo.

—No lo sé, quizá sea el efecto Ishigami. Byakuya debió heredarlo de ti.

—"Efecto Ishigami" qué absurdo nombre para un fenómeno sin fundamentos lógicos y carente de una base científica comprobable. —se burló.

—Justo ahora, este es el efecto Ishigami. —la mirada de la Guerrera conectó con la del científico con evidente desafío y picardía.

Entonces Kohaku lo besó, si quería pruebas entonces ¿Qué mejor prueba de aquel fenómeno inexplicable que éste?

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Fin.

N/A:

Algo random XD honestamente no soy de escribir mucho sobre este OC en las historias pero he de agradecer a Gaby María Cordero Gómez autora de Souvenir 7u7 y otras geniales historias, a Hinamoriland y a KrashDaimont por el apoyo que me han dado con ese personaje… las amo!

Y bueno, Byakuya y Amy (a quién pronto presentaré en otro shot) son mis OC… junto con Touma (hijo de Ruri y Chrome)... Creo que estaré escribiendo sobre ellos en algunas historias…

Oh, y con respecto a Amy la hija de Mozu y Luna… culpo enteramente por mi gusto con esa Shipp a KrashDaimont 7u7

Espero el shot random fuera de su agrado y gracias por pasar a leer, los comentarios son bienvenidos siempre y cuando sean respetuosos n.n

Pd. Disculpen por el Ooc (personajes fuera de carácter) así como las faltas de ortografía y redacción que esto pueda tener u.u

Y hasta la próxima!