Duelo por los vivos

Por Nochedeinvierno13


Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.

Esta historia participa en el Drabblectober de "[Multifandom] Casa de Blanco y Negro 3.0" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".

Prompt: Monstruo.


Marzo, 1998. Londres.

La idea de matarlo fue de Percy.

Lo pensó luego de que Oliver le dijera que el abusador era ese primo Andrew que Penny nunca había tolerado. Que había dejado embarazada a Leah Clearwater. Que ésta, al enterarse de que estaba grávida, se había arrojado al aljibe cuando cursaba el sexto mes de embarazo. Que los doctores le habían salvado la vida a la bebé de milagro.

—Tiene el mismo pelo que Penélope. Y la misma nariz —dijo Oliver. Luego, empezó a hablar del primo—. Andrew es auror muggle. Creo que se llama policía. Penélope pensó en poner la denuncia, pero… Si ni siquiera su padre le creyó a Leah, ¿por qué lo harían los compañeros de ese malnacido?

Percy comprendía su razonamiento. Así como él miraba para un costado cuando le requisaban la varita a un funcionario del Ministerio o le pedían sus antecedentes mágicos, lo mismo hacían los policías en el otro mundo. Se cubrían entre ellos.

—Hagamos justicia nosotros —contestó Percy. Aún le dolía el cuerpo y el alma por los golpes. Pensó que Oliver se marcharía al acabar, pero permaneció allí, a su lado, le cerró las heridas y susurró un «tienes razón, yo también le he fallado»—. Si lo hacemos ahora, no tendremos consecuencias. Puede que la policía busque la ayuda de los aurores al detectar alguna irregularidad, pero el Ministerio no se molestara en darle apoyo.

Su madre lo había dicho meses atrás. El Ministerio de Magia estaba corrompido desde las entrañas.

Oliver miró por la ventana del apartamento. Sus ojos viajaron por el cristal, escrutando la porción de ciudad que se extendía a lo lejos. A Percy le zumbaban los oídos, pero estaba seguro de percibir los engranajes de su cerebro reflexionando sobre su propuesta.

No lo llamó loco.

Tampoco monstruo.

Los dos sabían que el monstruo estaba en otra parte, seguro durmiendo sin perturbación alguna, como si no hubiera tornado la vida de una adolescente en una tragedia.

—¿Cómo lo haríamos?

—Lo seguiremos unos días. Estudiaremos su rutina y decidiremos la mejor forma de hacerlo. Limpiaremos nuestras huellas con magia y modificaremos nuestros recuerdos para mantenernos a salvo. —Oliver cabeceó; Percy prosiguió—: Es importante que hables con Penny. Que no ponga ninguna denuncia. Si lo hace y luego Andrew aparece muerto, la relacionarán directamente.

»También es importante que Penny se vaya con la niña. A otra ciudad, a otro país. Que empiece de nuevo en un lugar sin tanto dolor. ¿Crees que podrás convencerla?

Oliver asintió. También dijo que le daría todos sus ahorros para que se sintiera más segura.

—¿Y después de que lo matemos?

—Después de que lo matemos —continuó Percy—, cada uno irá por su lado. Es una forma de protegerla y de protegernos. No podemos… —El «estar juntos» le quedó anclado en la garganta.

Su relación nunca volvería a ser la misma. No era ni necesario decirlo. Pero, al menos, el sufrimiento de Penny sería resarcido y su hermana descansaría, por fin, en paz.