Capitulo 23
Los días que le siguieron al incidente del restaurante, fueron muy monótonos. La rutina de Rapha era prácticamente la misma, levantarse temprano, entrenar, estudiar un poco, irse al Palacio, regresar, entrenar y volver a estudiar, la ventaja que tenía ahora era que podía conducir el auto rojo de Saki que le había gustado, algo bueno después de todo.
Y hablando de Saki, después de lo ocurrido, este se limitó a enfocarse en su trabajo, pues se la pasaba yendo y viniendo del dojo principal del Clan del Pie, bajo el pretexto de que la calidad de los nuevos integrantes no era la mejor, y que debía solucionarlo.
Así empezaron a ser todos los día, y Rapha comenzaba a sentirse extraño al no tener a Midori en la Mansión deseándole un buen día o dándole consejos de como comportarse frente a la princesa de japón, y es que, horas después de la pelea, la doctora optó por no regresar a la casa de Saki. Al principio Rapha supuso que ella pasaría la noche en un hotel maldiciendo a Destructor, que a la mañana siguiente volvería, y las cosas regresarían a la normalidad.
Pero no fue así.
Midori no había regresado a la Mansión Oroku desde hace varios días y Rapha comenzaba a preocuparse de que no lo hiciera, y aunque por un lado, le agradaba realizar sus actividades sin la interferencia de la doctora, por el otro, comenzaba extrañar su compañía. Le era curioso, pero la doctora, le recordaba un poco a Mikey, no lo quería para nada cerca de él, pero cuando no estaba, echaba de menos su compañía.
Y a esas alturas dudaba que Midori regresara pronto, uno, porque sabía que Saki tardaría un rato en dar el primer paso y dos, porque el video donde Saki casi asesina al editor aun era tendencia en redes sociales.
Si, alguien que estuvo presente en el restaurante, tuvo las agallas de grabar para la posteridad el acontecimiento y subirlo a internet. No era una buena imagen para el líder del Clan del Pie, pero por suerte, nadie había podido identificarlo a excepción de Kameko.
A la mañana siguiente de los sucesos, una curiosa Kameko no pudo contenerse y preguntó acerca de lo ocurrido apenas lo vio a su amigo llegar al Palacio, Rapha le cuestionó el cómo se había enterado, pero en menos de dos minutos, la princesa le mostró el video que circulaba en internet. La gente si que era rápida para divulgar chismes.
Rapha le contó a Kameko todo lo que ocurrió esa noche, ella escuchó atentamente sin atreverse a interrumpirlo, solo hizo un par de preguntas al final, y le dijo que ese tipo de problemas se resolvían con el tiempo, que en menos de lo que canta un gallo, su padre y su novia se reconciliarían.
-¿Ya se reconciliaron tú padre y su novia? - preguntó Kameko una mañana que vio a Rapha llegar al Palacio. De nuevo era un clima lluvioso, por lo que los jóvenes permanecieron en la habitación de la princesa, solo que está vez, Kameko no tenía deberes pendientes y había aprovechado su tiempo libre para retar a su guardaespaldas a una ronda de videojuegos.
-Aún no – dijo Rapha dejando escapar un suspiro y sin apartar la vista de la pantalla, pues era un juego de peleas y no iba a permitir que la princesa tomase la delantera. Todavía se sentía un poco incomodo escuchando al mundo decir que Saki era su padre, sabía que era una coartada, pero una a la que muy difícil se acostumbraría. ¿Por qué no acordaron decir que Destructor era su tío?
-¿No sientes extraño que tú padre salga con otra mujer? - le cuestionó Kameko abruptamente, a los pocos segundos se percató de lo que dijo y trató de enmendarlo. - Es decir, entiendo que tú padre quería mucho a tú mamá, pero como ella esta...no, perdona, no era lo que quería decir…
-Entiendo lo que dices – dijo Rapha enterneciéndose al ver como la chica se hacía bolas ella sola. - Y la verdad, no tengo problemas, creo que es bueno que Saki salga con otras personas. Es un lado de él que nunca creí ver. - y más para si mismo agregó. -Mis hermanos no me creerían si les constase todo lo que he visto.
-¿Saki? - Kameko enarcó una ceja. -¿Llama a tu padre por su nombre?
-Eeeh…es que….yo…
-¡FATALITY! ¡En tú cara Ryu!
La princesa saltó de su asiento festejando su triunfo en el videojuego y restregándoselo en la cara a su guardaespaldas, Rapha solo se limitó a torcer la boca no muy contento ante su derrota, ¿Cómo era posible? Cuando jugaba con sus hermanos, era el mejor de los cuatro, solo Mikey podía darle batalla, pero al final, terminaba ganando. En cambio, con la princesa le estaba costando mucho trabajo, pues ya llevaban siete rondas, en donde ella había obtenido todas las victorias. Al menos, aquel triunfo, hizo que Kameko perdiera el interés en su antigua pregunta.
-Bueno, ¿nos vamos? - dijo Kameko retomando su postura.
-¿A dónde? - preguntó Rapha, y para cuando se dio cuenta Kameko ya se encontraba abriendo la puerta de su habitación con una chaqueta puesta y una bolsa de lado sobre su hombro. Rápidamente se levantó de su lugar y la interceptó antes de que la princesa saliera del cuarto -¡Espera! ¡¿Qué planeas hacer?!
-Restaurar la unión de tu padre y su novia.
Rapha pudo advertir que la princesa mostraba determinación en sus ojos, y no era desconocido para él que cuando la chica se proponía algo, lo hacía sin dudar, pero esto no era nada comparado a lo que ella había visto.
-Agradezco que quieras ayudar en este problema. -dijo la ex-tortuga -Pero creo que sería mejor dejar que se resuelva por si solo.
-Ryu, esas tipo de problemas se resuelven con un poquito de ayuda. - respondió Kameko. - Y nosotros seremos la ayuda.
-Pero…
-¿Quieres que tú padre pase el resto de su vida desdichado y con pena de amor?
-¡Aaaaaaah! No.
-Entonces debemos actuar ya.
Diez minutos más tarde, un Rapha vestido con ropa casual conducía un auto Porshe color rojo por las calles de Tokio, a su lado se encontraba Kameko, quien desde que salieron del Palacio Imperial no podía deshacer la enorme sonrisa en su rostro.
-Esto es una locura – dijo Rapha sin apartar la vista del camino. -Perderé mi trabajo y si Saki no me mató en el Empire State lo hará cuando se enteré que volví a ceder ante tus caprichos.
Kameko enarcó una ceja ante las palabras de su guardaespaldas, desde que lo conoció se percató que de vez en cuando, él solía decir cosas que para ella no tenían sentido, como expresiones extrañas o maldiciones cuyo significado tal ves era mejor no averiguar, pero al final lo redujo a que así hablaban en América, por lo que esta vez a igual que las anteriores, optó por no hacerles caso y continuar con su propósito del día.
Operación restaurar corazones en duelo….el nombre aún estaba a selección.
-Nadie se dará cuenta – dijo Kameko segura de sus palabras. -Mi abuela está en una de sus juntas de todo el día y le pedí a una de las sirvientas que nos cubriera en el caso de que alguien preguntase por nosotros. - Rapha frunció el ceño no muy convencido. -Tranquilo, todo saldrá bien.
La princesa tocó el hombro de Rapha en señal de asentimiento, este aún seguía sin confiar en que las cosas saldrían bien, tomando en cuenta el historial que ya llevaba ampliando, pero al igual que las otras ocasiones, suspiró resignado y cedió ante la petición de la chica.
Además, la ex-tortuga ya estaba harto de la actitud de Saki al respecto de su ruptura con Midori, o si es que se le podía llamar "ruptura" al tiempo fuera que se habían tomado los dos adultos. Ahora estaba más amargado que nunca y durante los entrenamientos era más rudo con él, le exigía más esfuerzo en la katas y si llegaba a fallar por un milímetro en la forma, Saki lo amonestaba con un zape en la cabeza o presionando un punto de presión, en especial el del cuello, ese era el que le dolía más. Y sin olvidar mencionar las varias veces que lo había encontrado bebiendo enormes cantidades de sake a mitad de la noche, lo curioso es que en vez de sufrir como un hombre despechado al borde de las lágrimas, Saki solo se sentaba a beber en su sillón favorito de la sala y a maldecir furioso en japonés.
La rutina se repetía día tras día y Rapha debía admitir que ya estaba cansado de eso. Quizá debía darle la razón a Kameko, como veía las cosas, pasarían un millón de años antes de que Midori y Saki se reconcilien, por lo que si quería que esto terminase de una vez, debía ayudarlo a dar el primer paso.
-¿Qué tienes en mente que pueda sernos de útil? -preguntó Rapha.
-¡Detente! - gritó Kameko y Rapha solo atinó a frenar de golpe, provocando que el auto que iba detrás de él pitara el claxon con enojo.
-No vuelvas a hacer eso – dijo Rapha no muy contento.
-Lo siento – Kameko se encogió de hombros para luego señalar con felicidad hacía la calle. -Ahí tienes la respuesta a tu pregunta.
La ex-tortuga llevó la vista hacía donde estaba señalando la princesa y vio que se trataba de una tienda de flores.
-Bienvenidos a la Florería Keiko, las mejores flores que hay en el barrio -los recibió una chica joven al momento que Rapha y Kameko entraron en la tienda.
Rapha echó un vistazo rápido al local, no era muy grande, el color azul predominaba el lugar, había un especie de candelabro de cristal en el techo justo en el centro y por todos lados había estantes repletos de flores de todos los colores y tamaños.
-¿Buscas algo para tú novia? - preguntó la empleada del local a Rapha.
-¡Qué! - exclamó Rapha sorprendido por esa pregunta y sin poder evitarlo, sintió como sus mejillas se ponían un poco rojas. - No, no eso, verá, es que...Saki...Midori...el restaurante….
Kameko al verlo balbucear apenado, dejó escapar una risa y decidió ayudarlo ante tal malentendido.
-En realidad son para su madre – dijo la princesa a la empleada. - ¿Tendrá algún arreglo bonito?
-¡Oh ya veo! - dijo la empleada con una sonrisa. -Disculpe el malentendido, últimamente han estado viniendo hombres en busca de arreglos para sus parejas y supuse que era uno de ellos. - hizo una pequeña pausa - Si me siguen por aquí, los llevaré a la sección de arreglos para familia, puede que alguno de ellos les agrade.
Kameko y Midori siguieron a la empleada al fondo del local, donde había un estante con arreglos de distintos tamaños, algunos en floreros de vidrio, otros en peceras, otros en canastas, algunas flores incluso estaban colocadas de tal manera que formaban un corazón o estrellas. En fin, había un montón de opciones y Rapha solo pudo agradecer que Kameko estuviera allí para ayudarle a escoger algo.
-¿Por qué la mujer tuvo que suponer que Kameko era mi novia? -pensó Rapha molesto al mismo tiempo que observaba las flores. - ¿Qué acaso cree que todos los hombres y mujeres que entran juntos en la tienda son pareja?
"¿Te diste cuenta que Kameko no negó que era tú novia?" la conciencia de la ex-tortuga habló en el peor momento posible.
-"No es un buen momento para esto, así que cállate"
"Solo date cuenta. Están pasando un buen momento juntos, sin nadie que los interrumpa y ella está tomando el papel de tu novia. Aprovecha la oportunidad antes de que se esfume.
-"Estamos en una misión."
"Entonces aprovecha la misión para actuar, ¿o acaso me dirás que la chica no te atrae para nada? Porque créeme, sé que es todo lo contrario.
-"Yo…..."
-¡Qué hermosas! - dijo Kameko al ver un sin fin de flores y trayendo a la ex-tortuga a la realidad -Huelen delicioso.
-Nuestra filosofía es Si se ven hermosas, huelen esplendido – dijo la empleada sin perder la sonrisa. -¿Qué tipo de mensaje quieren expresar con las flores?
-¿Mensaje? - Rapha enarcó una ceja confundido. -¿Qué no solo se regalan y ya?
-No Ryu – le respondió Kameko sin poder creer lo que decía su guardaespaldas. - Las flores tienen un significado de fondo.
-¿De verdad? Creí que solo eran simples plantas decorativas.
-¡Por Kami! Si que estas perdido.- Kameko se acercó a Rapha y enganchó su brazo izquierdo con el derecho de Rapha y lo condujo hacía las flores que estaba viendo ella hace unos segundos. -¿Qué ves ahí?
-Unas flores – respondió él aún sin entender eso del significado.
-Si, son unas flores, pero, ¿qué más ves?
-Yo solo veo unas flores blancas y ya – comentó sintiéndose un poco estresado.
-Esas flores son lirios blancos, significan pureza, inocencia y paz. Es más común verlos en conjunto con otras flores. ¿Ahora me entiendes?
-No. Yo solo veo plantas de colores.
Kameko ahogó un pequeño grito de desesperación y Rapha pudo jurar que ella lo estaba fulminando con la mirada y aguantándose las ganas de ahorcarlo hasta la muerte, pero a los pocos segundos y después de un par de exhalaciones la chica pareció tranquilizarse y volver a su estado normal. La ex-tortuga tuvo que admitir que aquello le había causado un poco de miedo. ¿Acaso era así como se sentía Donnie cuando Abril lo miraba molesta? Empezaba a creer que si.
-No hay de que preocuparse – dijo la empleada hacía Kameko. -Tú novio no es el único que ha pisado esta tienda sin saber el significado de las flores. Cuando salga de esta tienda será todo un experto.
-Eso espero – dijo Kameko cruzándose de brazos.
-Entonces, ¿qué tipo de sentimiento quieren expresar?
-Un "lo siento mucho, fui un estúpido" – respondió Kameko con una sonrisa.
La empleada torció la boca a modo de pensar el una buena opción, después de unos segundos dijo:
-Podría recomendar las rosas rosas, pero si no es molestia, ¿podrían decirme la falta que ofendió a su madre?
-Mejor aclaro esto antes de que haya confusión con eso del significado de las plantas – se apresuró a decir Rapha. -El pleito fue entre Sa...es decir, mi padre y mi...madre – al final Rapha optó por seguir el juego de que Midori era su madre, no tenía muchas ganas de explicar todo el parentesco de fondo. - Y quiero algo que ayude a que se reconcilien de una maldita vez.
-¡Ahora todo tiene sentido! - dijo la empleada juntando sus manos. -En ese tipo de casos recomendaría firmemente Margaritas, Rosas rosas, Lirios, orquídeas blancas, liliums rosas, tulipanes blancos, todos ellos significan arrepentimiento, amor puro y sincero y voluntad para cambiar.
-¿Y qué tal esa flor roja de ahí? - señaló Rapha un florero con varias flores rojas. - Esas se ven bonitas.
-Ryu – dijo Kameko como si éste no se hubiera percatado de una estupidez que hizo. - Será mejor evitar ese tipo de flores.
-¿Por qué? No se ven tan mal.
-Son Lycoris Radiata, son flores de la muerte.
-¡Ah! - Rapha se mordió la lengua, ahora tenía sentido porque en los animes que veía cuando aparecía esa flores solía morir alguien. - ¿Y esas de ahí? – señaló otras de color naranja.
-Lily naranja, quieren decir odio.
-¿Y esas?
-Muerte.
-¿Qué tal esas?
-Muerte.
-¿Esas de allá?
-Muerte.
-¡¿Hay alguna que no signifique muerte?!
-Señor – habló la empleada. -Las flores que está señalando son de uso exclusivo de funerales.
Rapha miró un letrero que estaba a su lado, su japonés aun no era del todo perfecto, pero sin problemas podía ver que decía "Flores para funerales". Así que mejor optó por alejarse de la sección para no hacer más el ridículo.
-Llevaremos una mezcla de orquídeas blancas y rosas de color rosa – dijo Kameko a la empleada.
-En seguida. - dijo la mujer con una reverencia y procediendo a tomar las flores solicitadas para hacer el ramo.
Minutos más tarde, Rapha y Kameko, está última sujetando felizmente el ramo de flores, salieron del local y subieron al auto. La ex-tortuga estaba más que feliz de abandonar la tienda, ya que juraba que si veía otra flor la aplastaría.
-Ahora solo falta escribir un mensaje bonito en la tarjeta – dijo Kameko.
-Eso es fácil – dijo Rapha con una sonrisa. - Escribe "Fui un imbécil".
-No puedo poner eso, arruinaría el encanto.
-Pero si es la verdad.
-Quizá, pero no si realmente quieres que se reconcilien, debemos poner algo bueno.
-Solo escribe algo bonito en la tarjeta y ya -dijo al final Rapha frunciendo el ceño y fijando la vista en el camino. -Pero que no sea muy cursi o Midori no creerá que son de parte de Saki.
Kameko procedió a sacar una pluma y agitarla entre los dedos mientras pensaba que sería bueno poner en la tarjeta antes de llegar al su próximo destino.
-¿Estas seguro de que aquí vive la novia de tu padre? -preguntó Kameko.
-Tiene que ser – respondió Rapha. -Poco después de que se fue de casa, Saki mandó a su gente a localizarla. Esta es la dirección con la que regresaron.
Ambos chicos se encontraban en un barrio bastante bonito, lleno de casas familiares considerablemente grandes, con jardines bien cuidados y de limpieza impecable. Había un grupo de niños jugando a la pelota sobre la acera y otro de mujeres que intercambiaban palabras con felicidad en sus rostros. Los chismes del barrio, podría suponerse.
-Si que es un lindo lugar – dijo Kameko observando a detalle la casa que tenía enfrente.
La casa en particular, era grande, de dos pisos, y con una ventana de techo a piso que daba hacía la sala de estar. Rapha y Kameko cruzaron el portal para llegar hacía la puerta principal y antes de llegar, los dos pudieron advertir que el jardín delantero, Midori tenía sembradas rosas rosas. La princesa sonrió con satisfacción y le dijo a su guardaespaldas que habían hecho bien en escoger esas flores, pues de seguro serían sus favoritas.
Kameko le entregó las flores a Rapha, éste las sujetó con una mano y con la otra tocó el timbre de la casa.
-No sé si esto vaya a funcionar – dijo Rapha mientras esperaba a que abrieran la puerta.
-Si funcionará – respondió Kameko segura de sus palabras.
No pasaron más de cinco segundos cuando la puerta se abrió y una Midori usando lentes de lectura y vistiendo ropa casual salió a recibirlos. Apenas vio a Rapha esbozó una sonrisa.
-¡Rapha! ¡Pero que agradable sorpresa! - dijo la doctora con alegría en su voz, luego posó su vista en las flores. -¿Y eso?
-¡Eh!...Son….de parte de Saki – respondió Rapha con una sonrisa nerviosa. -Este…eeem….Quiere que…
Al escuchar el nombre de Saki, la sonrisa de alegría que se reflejaba en el rostro de la doctora se esfumó, en su lugar, frunció el ceño con desagrado y cerró la puerta con fuerza. Dejando a Rapha y a Kameko sin palabras.
-Definitivamente no esperaba eso – comentó Kameko. Rapha solo asintió en acuerdo. -Bueno, no llegamos tan lejos para nada.
La princesa sin temer a las represalias, empezó a tocar el timbre repetidas veces, hasta que una Midori molesta abrió la puerta de nuevo y dijo:
-No quiero nada que ve con ese hombre…
-Por favor – la interrumpió Kameko empujando un poco a la ex-tortuga para estar frente a la doctora. Para sorpresa de Rapha, la princesa había juntado las manos en forma de suplica y puso una cara de perrito triste -Acepta el regalo, hicimos un viaje de muchos kilómetros para traértelo.
Midori abrió la boca con sorpresa al ver a la princesa de Japón parada en el umbral de su puerta, llevó su vista a Rapha, quien se encogió de hombros en respuesta a la pregunta muda "¿Qué hace ella aquí?" y luego regresó a mirar a la princesa, la cual no había cedido en su actuación.
-Ra...es decir Ryu – dijo al fin la doctora con sorpresa en su voz. -¿Por qué no me dijiste que la princesa estaba contigo? Por favor pasen.
Rapha y Kameko entraron a la casa de Midori. En su interior, ambos chicos pudieron advertir que la doctora era muy pulcra y ordenada, el piso era de madera y brillaba de lo pulido que estaba, en las paredes había cuadros con fotos de su familia y amigos y otros de diplomas que premiaban su trabajo.
-Por aquí – dijo Midori conduciéndolos a su sala de estar, que al igual que la recepción, los muebles, libreros, lamparas y demás, estaban en perfecto orden. - ¿Les ofrezco un poco de té?
-Si, gracias – respondió Kameko al mismo tiempo que se sentaba en uno de los sillones.
-Ryu, ayudame por favor.
Rapha antes de seguir a Midori, miró a Kameko, quien alzó los pulgares en señal de aprobación, al mismo tiempo que lo instaba a ir con la doctora para entregarle las flores que por cierto, no había soltado.
Una vez estando en la privacidad de la cocina la doctora encaró a la ex-tortuga
-¡¿Pero se puede saber que demonios haces aquí?! - le cuestionó Midori cruzándose de brazos.
-¡Eeeeh! Verás… -empezó a decir Rapha buscando las palabras correctas y a la vez, sintiéndose intimado por la doctora. -Saki me pidió que te trajera unas bonitas flores – la ex-tortuga se las extendió esperando a que Midori las tomara. - Ya sabes que es muy idiota para hacerlo por si solo, tú misma me lo dijiste.
-Si, es cierto – respondió la doctora, dándole la razón. - Pero, ¿por qué te mandó a ti y no al servicio de mensajería como normalmente suele hacer?
-Este….yo….me ofrecí para hacerlo porque….quería saber si te encontrabas bien. Te extrañaba.
La mirada seria de Midori se tornó a una de enternecimiento, y sin poder resistir más, cogió las flores que Rapha le estaba ofreciendo y lo abrazó fuertemente.
-Yo también te extrañé -dijo Midori y separándose agregó. -Pero tú sabes perfectamente lo que pasó y no puedo perdonar a Saki fácilmente.
-Pero él te extraña – comentó Rapha. - Créeme, nunca lo había visto así, y tú sabes perfectamente que lado de Saki es al que estoy acostumbrado.
-Te entiendo, pero la respuesta es no. Y no insistas. -Midori colocó las flores en un florero de cristal, luego sacó un juego de té del estante que tenía cerca y cuando los hubo puesto en la mesa, miró a Rapha con una sonrisa enorme, la cual la ex-tortuga identificaba sin problemas -¿Y cómo es que la princesa de Japón está contigo?
-Midori no es el momento – dijo Rapha cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, le molestaba esa actitud de la doctora por meterse en su vida privada.
-¡¿Cómo qué no lo es?! Rapha, cariño, ella se encuentra en mi sala porque tú la trajiste. Así que, ¿por qué no me cuentas cómo es que llegaste a ese nivel?
-No es para tanto, ella...solo se ofreció a acompañarme. - mintió, no sé quería imaginar cómo reaccionaría la doctora al enterarse que Saki no era el autor de las flores.
-¡Oh vamos! Debe de haber algo más. ¿Le dijiste que te gusta? ¿Ella se confesó primero?
-¡¿Qué?! ¡NO! ¡Ya te dije que somos amigos! ¡Deja de insistir!
-Entre más lo niegues, en el fondo es verdad – Midori colocó las hierbas en la tetera. -Mirame Rapha, te haré una pregunta. ¿Por qué te aferras a no querer dar el siguiente paso?
La ex-tortuga la miró en silencio por unos segundos. Sabía exactamente que responderle ante esa pregunta, pero no tenía el valor de decirlo, solo había una sola persona que sabía perfectamente su sentir con respecto a ese tema, y esa persona se encontraba en Nueva York probablemente causando alborotos o asustando a las personas que caminaban despistadas en la calle.
-Ya hicimos esperar a Kameko mucho – dijo Rapha al final.
-De acuerdo – dijo Midori resignada, no había pasado por alto la reacción del chico, pero tenía razón ya habían hecho esperar a la princesa por bastante tiempo. Luego se encargaría de hablar a solas con Rapha, pues esto lo veía serio. - Cariño, pasame las galletas integrales de ese estante por favor.
Después de pasar un par de horas en la casa de Midori, en donde la princesa habló alegremente con la doctora de distintos temas. Rapha y Kameko tomaron rumbo devuelta al Palacio Imperial, en donde esperaban que nadie hubiese notado su ausencia de todo el día.
-¡Vuelvan pronto a visitarme! - dijo Midori mientras los veía subir al auto y agitando la mando en señal de despedida. -Les prepararé algo delicioso.
-Midori es muy agradable- dijo Kameko mientras se ponía el cinturón y se despedía de la doctora. -¿Qué te dijo cuando vio las flores?
-No le agrado la idea de que eran de Saki – admitió Rapha dando marcha al auto. - Pero las aceptó cuando le dije que extrañaba verla.
-¡Buena movida! – lo felicitó Kameko dándole un pequeño golpe en el hombro izquierdo. - Pero esto solo es el comienzo.
-¿Por qué tengo un mal presentimiento acerca de es….¡OYE! ¡FIJATE POR DONDE VAS!
Rapha frenó de golpe y comenzó a tocar el claxon con enojo, pues justo cuando estaba dando vuelta en una calle para salir del barrio familiar, una camioneta que parecía ser de un servicio de mensajería de flores se atravesó en su dirección.
-Ya veo que los conductores son igual de idiotas como los de Nueva York - dijo Rapha cuando por fin pudo cruzar la calle sin interrupciones.
