Día 20: Bruma

Una voz suave.

Suave y melodiosa.

Sí, eso fue lo que Tagiru escuchó, al fin, después de estar en medio de esa horrible y asfixiante oscuridad.

El niño, pálido y con ojeras por todo lo que había estado sufriendo al estar solo, abrió más sus ojos, notando que algo estaba formándose a su alrededor.

Una neblina.

Pero no era una neblina que le produjo temor.

No era fría.

Era… ¿cálida…?

El joven miró a su alrededor, sintiendo como su corazón se estaba calmando al ver como esa niebla tomaba más fuerza a cada segundo…

Eliminando así la oscuridad que lo había estado sofocando…


Taiki dejó de cubrirse el rostro al sentir como llegó a sus oídos esa suave canción.

Era como una canción de cuna, emitida por una voz cálida…

Confundido, el joven miró al frente suyo, en donde se retorcía aquel monstruo compuesto por los cuerpos deformes de sus compañeros. Se sorprendió al ver como una neblina comenzaba a surgir y a borrar lentamente a esa criatura de su campo de visión.

-¡E-Espera…! ¡Shoutmon…!- se asustó Taiki, pero no insistió más al ver como el rostro sin ojos y deforme de su compañero, entremezclado grotescamente en ese cuerpo, mostró una leve sonrisa…

… Como si fuera feliz de ser eliminado…

Al ver desaparecer a esa criatura, el joven no pudo evitar unas lágrimas, consciente que eso había sido lo mejor… pero aun así…

… Aunque fuera una ilusión o no… el solo imaginar a Shoutmon o alguno de sus amigos sufrir… y él sin poder hacer nada más que llorar…

… Solo quería despertar…


-Perdón… Perdón…-

Eso era lo único que podía decir Yuu, aferrándose al cuerpo inerte y ensangrentado de Damemon, sintiendo una mezcla de terror, pánico y culpa. Los cadáveres de los cientos de digimon que murieron por sus acciones se retorcían lenta y grotescamente, mientras se arrastraban hacia él, murmurando débilmente su nombre…

Una y otra vez…

… Recordándole que él era un asesino…

Pero el rubio abrió levemente sus ojos anegados en lágrimas, al no solo escuchar una voz cálida resonar entre esa oscuridad ensangrentada y esos cadáveres que no podían encontrar consuelo, sino que al notar como una suave niebla había aparecido de la nada, absorbiendo lentamente a los cadáveres de todos aquellos digimon…

Yuu abrió sus ojos, sorprendido, ignorando sus lágrimas, sintiendo…

… Sintiendo que esa curiosa niebla no solo era cálida… sino que tranquilizaba su propio corazón…

… Y le permitiría salir de esa horrible pesadilla…