Día 21: Decadencia
Tagiru frunció el ceño, sintiendo como de a poco podía escuchar unas voces a su alrededor. Además, una luz le molestaba los ojos.
El niño hizo una mueca, entre incómodo y agradecido al ya no sentir su cuerpo flotar y flotar, sino que recostado en algo suave y firme.
La luz que molestaba sus ojos fue tapada por una sombra, por lo que Tagiru hizo otra mueca, y, con cuidado, abrió apenas sus ojos, cansado y un poco desorientado.
Al abrirlos, se topó con Gumdramon, quien lo miraba con sus ojos verde brillando, mientras tapaba la luz de la habitación de Taiki. Al ver a su amigo despierto, el dragón se mordió el labio, tratando de luchar con las lágrimas de alivio.
-… ¿Gum…? ¿Gumdramon…?- murmuró Tagiru, cansado y confundido.
Después de haber estado en semejante pesadilla, el ser su compañero lo primero que vio al abrir los ojos hizo que su corazón saltara de alegría, sintiendo como su entusiasmo volvía a él.
-¡GUMDRAMON!- Tagiru se sentó de golpe, abrazando con fuerza al dragón morado- ¡El de verdad! ¡El Gumdramon de verdad! ¡Sí, sí, sí!- sonrió, restregando y restregando su mejilla con la del digimon.
-¡S-Suéltame…! ¡T-Tagiru…! ¡Suéltame…!- gruñó Gumdramon, indignado y sonrojado, pero el agarre del niño era demasiado firme, impidiéndole liberarse del abrazo.
-¡No quiero~!- Tagiru restregó más su mejilla, sin controlar su felicidad por al fin ya no estar solo.
-¡C-Chico googles! ¿Te sientes mejor?- escuchó el niño, por lo que, sin soltar a su compañero, miró a su lado para ver a un sorprendido Jack agachado en el piso, sosteniendo a una cansada Kokoromon.
-¡J-Jack!- parpadeó confundido Tagiru- ¡AH! ¡K-Kokoromon! ¡¿Q-Qué le pasó?!- soltó a Gumdramon y gateó hacia la liebre, para ver mejor a su amiga.
La digimon naranja estaba claramente cansada, aferrándose a su mano derecha, tratando de aguantar el fuerte dolor punzante que sentía en su palma.
-T-Tagiru… T-También despertaste- la V-mon femenina abrió apenas sus ojos para ver a su amigo- Q-Que alivio… Al menos los tres ya están bien…- sonrió costosamente, pero cerró los ojos, aguantando otra punzada de dolor.
-¡Kokoromon-sama!- se les acercó Gumdramon, mirando preocupado a su amiga.
Tagiru frunció el ceño, confundido y nervioso. Miró la cama de la habitación, para ver a Yuno ayudando a un desorientado Taiki a sentarse, mientras ChibiKamemon y Wisemon observaban al joven, preocupados.
-Tranquilo, debes descansar un poco- le pidió Yuno a su hijo, nerviosa pero de igual forma aliviada al verlo despierto- Tagiru-kun, también debes descansar- lo miró, también aliviada de ver que él estaba bien.
-¿Descansar…?- Tagiru la miró más confundido, notando como Taiki se tapaba el rostro con una mano, pálido, tratando de orientarse.
El niño miró a Yuu, quien también se había sentado con ayuda de un aliviado Damemon, respirando entrecortadamente, como si hubiera corrido una maratón.
-Wisemon-kun, te encargo a mi hijo un momento- le pidió Yuno al mago, al ver que Yuu estaba teniendo más dificultades para recuperarse.
El digimon mago asintió y ayudó él a sostener a Taiki, por lo que la mujer se acercó y agachó junto al rubio para acariciarle la espalda y tomarle una mano, indicándole cómo debía inhalar y exhalar para así calmarse.
-¿Q-Qué pasó…?- se confundió Tagiru con toda la situación- ¿A-Acaso todos tuvieron un mal sueño?- sugirió.
-Fue un digimon-kame- le dijo ChibiKamemon, dándole palmaditas en el brazo a Taiki, queriendo reconfortar a su amigo.
-¿U-Un digimon…?- tragó saliva Taiki, confundido pero atento a la situación.
-MetalFantomon, para ser más precisos- le explicó Wisemon, colocando su mano en la frente de Taiki, verificando así que no tuviera fiebre, haciendo parpadear al niño al notar que el digimon estaba preocupado a ese punto por él- Atrapó a todos los niños en la ciudad en sus peores pesadillas, y estuvo alimentándose de estas-
-La Jefa y Cuernomon fueron a detenerlo, y aunque dejó de comer las pesadillas, todos los niños siguen atrapados en ellas- continuó Jack, sosteniendo con más cuidado a su hermana menor- Kokoromon pudo liberarlos, pero…- bajó las orejas, preocupado.
-T-Tranquilo… E-El virus no se ha extendido…- aseguró la digimon naranja, cansada y sumamente adolorida- T-Taiki… Taiki, perdóname… N-No tengo el poder para liberar a todos los niños que están sufriendo horriblemente… Perdón…- miró costosamente al joven, arrepentida por no poder haber hecho más.
-Kokoromon…- murmuró Taiki, preocupado.
-¡No diga eso, Kokoromon-sama!- le dijo Gumdramon.
-¡ESO MISMO! ¡Kokoromon, nos has salvado!- asintió Tagiru, decidido, y aunque estaba pálido y aun nervioso por la horrible experiencia vivida, estaba recuperándose rápidamente- ¡Si no fuera por ti, aún estaría solo y solo y solo y SOLO…! ¡Me salvaste, Kokoromon! ¡Descansa! ¡Déjanos a nosotros el patearle el trasero digital a ese digimon!- le pidió.
Kokoromon lo miró, sonriendo cansada, pero no pudo aguantar más el dolor y terminó inconsciente, preocupando a sus amigos.
-Hiciste un gran trabajo, Kokory. Estoy orgulloso- le dijo Jack a su hermana, abrazándola con cuidado.
-Gracias a ella el control de MetalFantomon en ustedes tres ha decaído, pero no es suficiente para despertar de sus pesadillas al resto de los humanos menores de edad de la ciudad- aseguró Wisemon, serio, a lo que Taiki frunció el ceño, nervioso- No mientras MetalFantomon esté consciente-
… Una pesadilla…
¿Una simple pesadilla?
Oh, no.
Lo que él vivió dentro de esa oscuridad no había sido una simple pesadilla. Uno de sus mayores temores había sido presentado frente a él, y no pudo hacer nada más que llorar al ver el sufrimiento y el dolor que esa grotesca criatura padeció…
… Si así fue su pesadilla… ¿qué otros horribles sueños estarán viendo los demás niños en la ciudad? ¿Qué temores estarán presenciando? ¿Qué recuerdos y traumas estarán reviviendo en medio de una oscuridad en la que nadie los iba a salvar…?
Decir que era horrible era decir poco y él lo sabía.
Taiki reaccionó cuando sintió la manita de ChibiKamemon en su mejilla, limpiándole una lágrima, por lo que miró a su amigo.
-Shoutmon está con la Jefa… pero estoy preocupado-kame- admitió el pequeño.
El joven lo miró, comprensivo, y le acarició la cabeza.
Pero, al igual que Tagiru, reaccionó al escuchar el llanto de Yuu.
-¡T-Tranquilo, Yuu! ¡Respira! ¡Está todo bien!- le dijo Damemon al rubio, quien lo había abrazado y comenzado a llorar con gran tristeza y dolor.
-¡D-Damemon…! ¡Damemon…!- hipó Yuu, con los ojos fuertemente cerrados, llorando amargamente, sin querer soltar a su amigo.
Estaba vivo…
Damemon estaba vivo…
El niño lloró con más fuerza, al recordar con temor aquellos cadáveres que, si bien fueron provocados por aquel horrible digimon… ¿quién no le aseguraba que así quedaron los digimon que murieron por su culpa…?
El dolor y el miedo aun eran demasiado para el rubio, quien abrazó con más fuerza a Damemon, quien lo miró con los ojos brillosos, queriendo calmar a su amigo pero sin saber cómo.
-Tranquilo, Yuu-kun. No tienes que aguantarlo- aseguró Yuno, acariciando con suavidad la espalda del niño- Si quieres llorar, hazlo. A veces esa es la mejor forma para hacer desaparecer el dolor. Eso, eso…- le dijo, sonriéndole maternalmente y con comprensión.
Tagiru miró a su amigo, sorprendido y nervioso al verlo llorar de esa forma.
… ¿Qué tan horrible habrá sido esa pesadilla…?
El niño apretó sus puños, enfurecido.
-¡Jack!- Tagiru miró a la liebre, quien dejó de mirar preocupado a Yuu, confundido, levantando sus orejas al escuchar llamarlo- ¡¿Puedes llamar a los demás digimon de Jäger?!- le pidió.
-¡¿Ah?!- se confundió Jack.
-¡Necesitaremos de su ayuda si queremos darle una paliza a ese MetalFanto no sé cuanto!- Tagiru se levantó, decidido- ¡No me importa que genial y cool suene el nombre de un digimon! ¡Si se atreve a lastimar a mis amigos, le daré una paliza que le hará ver estrellas! ¡¿No es así, Gumdramon?!- miró a su compañero.
-¡SÍ!- rugió decidido Gumdramon- ¡No le perdonaré todo lo que ha hecho!- aseguró.
-¡¿Estás con nosotros, Taiki-san?!- Tagiru miró a su amigo, decidido.
-…- Taiki cerró los ojos, aferrándose a las frazadas, y respiró hondo, calmándose-… Sí… No puedo darle la espalda ni a Yuu, ni a los demás niños que deben estar sufriendo un tormento a causa de ese monstruo- aseguró, abriendo sus ojos gris oscuro, sumamente serio y enojado, sobresaltando a Tagiru, Gumdramon, ChibiKamemon y a Jack.
… Ver a Kudou Taiki enojado… era sumamente aterrador…
