.

.

.

Capitulo 19

.

.

Iba a ignorar lo que vio en el reflejo del horno, de verdad que pensaba hacerlo, pero no pudo, no tenía la suficiente calma o paciencia para que fingir que no lo había visto, además su imaginación había comenzado a trabajar de más, había pasado de imaginar una tontería a terminar fantaseando que él tenía una aventura, lo cual era una verdadera tontería, pero entonces su cabeza le había dado unos cuantos motivos para que Darien se cansase y estuviese harto de ella; demasiado mandona, demasiado dramática, caprichosa, niña, la mayor parte de tiempo no estaba segura de que hacer con respecto a su relación; sabía a ciencia cierta que tenía que cambiar y mejorar, que el problema era ella y su absoluta desconfianza al mundo, no es que no estuviera justificado, pero él seguramente ya debía estar cansado de lo mismo.

Su cabeza comienza a doler por todos los pensamientos que pasan por ella, el agua fresca cae directamente en su cuerpo, quiere salir cuanto antes y hablar con él, necesita comenzar a madurar y hablar las cosas como una mujer adulta y no una adolescente asustada del mundo, cuando termina de ducharse se pone crema en todo el cuerpo y se lava los dientes, su novio ya estaba en la cama esperándola, se pone una bata de seda y entra al dormitorio mientras cierra la puerta detrás de sí.

-Te estaba esperando. -Su novio está sentado en la cama con el torso desnudo, por la tienda de campaña que puede notar sabe que está ansioso por ella, pero necesita una explicación razonable de lo que vio. Se acerca suavemente y se sienta frente a él, el moreno intenta estirar su mano y agarrarla, pero ella lo detiene.

- ¿Podemos hablar un momento? -Su rostro refleja una ligera preocupación y curiosidad.

-Claro amor, ¿Qué es lo que ocurre?

-Te vi, antes. -Entrelaza sus manos, Darien frunce el ceño sin entender lo que le está diciendo. - Cuando te pregunté por tu reunión, vi la cara que pusiste, como si me hubieras mentido sobre la reunión.

Su rostro palidece un poco, abre la boca unos segundos por la impresión y la vuelve a cerrar, lo había pillado, el rostro de la rubia se arruga por la preocupación esperaba que él dijera que era por otra cosa, pero por su cara podía decirlo; él le había mentido.

- ¿Es que... -Traga saliva y cierra sus manos en forma de un puño. - Acaso, ¿Hay otra mujer?

- ¿Qué? -Frunce pronunciadamente el ceño. - Por supuesto que no, no es eso.

- ¿Entonces qué es? -Se acerca un poco a él. - ¿Qué es eso que no quieres que sepa?

-Me reuní con mi hermano.

- ¿Sabe algo de ese hombre? -Abre sus ojos preocupada.

-No tienes que saberlo cariño, no hace falta, ahora estas segura en la casa.

Su cuerpo se enfría, siente como la sangre abandona su rostro y sus palmas comienzan a sudar frío.

- ¿Qué es lo que no debería saber?

- ¿Estas segura que quieres saber? No quiero que tengas más pesadillas.

-Creo que necesito saberlo. -En realidad no estaba segura, y sinceramente si ponía una mano en el corazón, no quería saberlo.

-Tu madre ha estado en contacto con tu tío, con ese bastardo. -Espera a ver la reacción de su mujer, ella pestañea sin entender muy bien lo que acaban de decirle. - Parece que está en la ciudad. -Puede ver claramente como su cuerpo se encoge de miedo. - Eh pequeña, ese gilipollas no se va a acercar a ti ni a veinte metros, ni siquiera sabe dónde vivimos, tranquila.

-Él lo sabe. -Se levanta de la cama y se abraza a sí misma, puede sentirlo, como su garganta comienza a cerrarse y que no puede respirar con normalidad, su corazón golpea con fuerza contra su pecho, escucha con claridad cada latido en sus oídos.- Él va a venir a por mí.

-Él no te tocara si su intención es seguir respirando. -Se acerca a ella, tiene miedo de perderla como aquella vez en casa de sus padres, lo mejor era calmarla un poco y entonces hacerla entrar en razón.

-Va a poner sus manos en mi cuerpo, y va a meter su... -Su cuerpo se dobla por las arcadas y corre directa al baño de la habitación, devuelve la cena entre lágrimas calientes por el dolor. Darien la sigue y la asiste mientras su cuerpo se calma; había aprendido que lo mejor era dejarla vomitar, su cuerpo se sentía mejor después, era una batalla que había dado por perdida hace tiempo, aunque debía admitir que últimamente su pobre mujer vomitaba más de lo normal; pero dada las circunstancias, debía de ser normal.

Después de limpiarse y lavarse la boca, el moreno la toma en brazos y la lleva a la cama, la tapa con la sábana y la abraza por detrás, sabe que así ella se calma más fácilmente.

-Amor, puedo jurarte que si ese animal pone una mano encima de tu cuerpo lo hare trizas.

-Moriré Darien, si vuelven a tocarme prefiero la muerte. -Murmura, unas lágrimas se escapan de sus azules ojos. - No quiero dormir, cuando cierro los ojos, los veo. No quiero seguir teniendo pesadillas.

-Estoy aquí cielo, siempre. -La abraza con mayor fuerza, ejerce presión sobre su cuerpo para calmarla un poco.

-Darien no me sueltes. -Susurra con los ojos cerrados.

-Nunca.

Envuelta en los brazos del hombre que ama, se queda dormida enseguida, el cansancio mental comienza a afectarla más de la cuenta, era un bucle sin final no quería dormir porque eso le provocaba pesadillas que no la dejaban descansar y cuando por fin despertaba se sentía demasiado agotada durante el día por el poco sueño que podía disfrutar, y así cada día; ese era el motivo por el cual no habían hecho el amor en la última semana; ella no estaba en condiciones de dejarse llevar por el placer, aunque lo necesitaba y quería sentir al moreno.

A media madrugada se le quito el sueño, no había soñado nada de momento, era más bien como una penumbra oscura, y la sensación de sentirse observada estaba otra vez presente, estira su mano y enciende una lampara que había comprado, era una cosita muy graciosa y bastante infantil, está hecho de silicona o eso cree, y tiene forma de ballena, le da un pequeño golpe y una cálida luz se enciende, mira alrededor buscando a sus pesadillas, por supuesto la habitación está vacía, los únicos que moran en ella son el moreno y ella misma; se relaja un poco, puede sentir como su novio se mueve al sentirla a ella moviéndose pero vuelve a relajarse y continua durmiendo.

Los minutos pasan lentamente y es evidente, ha perdido el sueño, suspira suavemente, no es la primera vez, tiene una gran facilidad para despertarse por las noches y luego no poder dormir, su estómago gruñe con fuerza, se sorprende al sentir mucha hambre, pero claro había vomitado la cena y puede que parte de la comida del mediodía; intenta salir de la cama sin despertar a su hombre y con cuidado se baja de la cama.

Encuentra a Brownie a medio camino a la cocina, seguramente al escucharla por los pasillos fue detrás de ella, abre la nevera y rebusca que comer, se le antoja algo de jamón y unas tostadas, enciende la tostadora y pone dos rebanadas de pan y espera a que la maquina le dé el pan recién tostado, saca el jamón de la nevera y busca algo para beber, sonríe al ver que tienen chocolate listo para poner en una taza. Está colocando el pan en un plato cuando la voz del moreno la hace dar un pequeño brinco.

- ¿Qué estás haciendo?

- ¡Joder! -Se lleva la mano al corazón. - Que susto me has dado Chiba, no puedes ponerte un cascabel o algo.

-Tal vez la que necesita un cascabel y una correa seas tú. ¿Qué estás haciendo?

- ¿No es obvio? -Le pregunta y se sienta en el taburete que hay en la isla del centro de la cocina. - Estoy comiendo.

-Puedo verlo, pero porque a esta hora, son las cinco de la mañana.

-Tenía hambre. -Se encoge de hombros y le da un mordisco a la tostada con jamón, gime de placer al sentir el contraste crujiente del pan y el sabor salado del jamón.

-Puedo notarlo. -Se sienta a su lado y bosteza.

-Vuelve a la cama, terminare esto e iré enseguida.

-Prefiero quedarme contigo. -Le sonríe, aunque puede ver como sus ojos se están cerrando por el sueño.

-No seas terco, tardare unos minutos.

-Esperare esos minutos. Me he sentido un poco traicionado cuando la luz de la ballena era lo único que me acompañaba en la habitación.

-Te estaba haciendo compañía en lo que yo volvía. -Bebe un poco de chocolate y da otra mordida.

-Me gusta más tu calidez. -Sus ojos azules la observan atentamente, está comiendo con ganas y eso le ha devuelto un poco el ánimo, no quiere verla enferma.

-A mí también me gusta más tu compañía. -Besa castamente sus labios. - ¿Ves? Ya he terminado, ya podemos volver a la cama para que duermas un poco más.

-Creo que me he desvelado, no siento sueño ahora.

-Tendrías que haber vuelto a la cama cuando te lo dije, mañana tienes que ir a trabajar.

-Quieres decir que en unas horas tengo que ir a la oficina, hoy puedo permitirme llegar un poco tarde. -Le sonríe de aquella manera que ella muy bien conocía. La acerca a su cuerpo y empuja sus caderas contra ella para que pueda notar la dureza de su erección, la rubia abre su boca y se sonroja un poco. - Aún no te he castigado por tu descaro de ayer, mira que mandar esas sucias fotos de tu coño siendo follado por ese juguete. -Sus manos masajean su culo contra él, restregándola contra su polla. - Eres una mujer muy descarada.

-Deja que me lave los dientes, espera. -Lo empuja y sale corriendo al baño de la habitación, el moreno se queda unos segundos congelado en su sitio y de pronto se ríe. La encuentra restregando con fuerza sus dientes con el cepillo y decide imitarla, no sabe porque, pero de pronto ha sentido un cierto morbo por hacer eso con ella, tal vez porque sabe lo que viene a continuación.

Ella termina antes que él y vuelve al dormitorio, el moreno continuo con la calma hasta que su mano se congela al escuchar un sonido de vibración, es muy tenue y apenas si se escucha, pero gruñe al imaginar lo que puede ser, escupe la pasta dental y se enjuaga la boca rápido, cuando entra a la habitación, la cálida luz de la lampara envuelve la habitación, pero no es eso lo que lo hace gemir en voz alta, sino al ver a su rubio tormento en medio de la cama con el dichoso juguete enterrado en su cuerpo.

-Joder preciosa, debería de ser mi polla no ese maldito juguete.

-Estabas tardando demasiado. -Apenas si puede hablar, su mano derecha guía con destreza el dildo haciéndolo entrar y salir de su cuerpo, estaba esperando que el moreno se acercara y se lo quitara y enterrara su miembro, pero él no se había movido de su sitio, frunce el ceño y se incorpora un poco casi esperando verlo enfadado, en su lugar encuentra a un hombre de casi dos metros y de su tamaño, masturbándose, su mano está trabajando en su sexo y ver eso la enciende demasiado, gime al verlo tocándose frente a ella, ella continua con su trabajo mientras siente como su vagina se contrae aún más y encierra con fuerza su consolador.

-Dios. -Gime con la voz ahogada. - Necesito... correrme.

- ¿Hay algo que te esté deteniendo, preciosa? -El sonido que sus cuerpos están produciendo por separado se escucha en el silencio de la noche, lo que los excita aún más. - Por mí no te cortes nena, después de tu juguete sigue mi polla.

-Oh Darien. -El nombre de su amado escapa de sus labios mientras su cuerpo se retuerce por el absoluto placer y las olas de orgasmo la acompañan enseguida. No tiene tiempo de reaccionar, en medio de su orgasmo el moreno se había subido a la cama y se había acercado a ella, cuando sus paredes habían comenzado aprisionar el dildo el moreno lo saco de su interior y en su lugar su dura y enorme polla ocupo su sitio, fue un reemplazo delicioso. Y lo fue aún más al sentir como el moreno comenzó a embestirla con fuerza, su cuerpo si apenas podía mantenerse cuerdo, la estaba enloqueciendo con cada golpe de sus caderas contra ella, un segundo orgasmo estaba llegando cuando sintió como la simiente caliente y abundante de su hombre la llenaba.

-Joder nena, me estas matando. -Gime entre gruñidos al sentir como ella lo ordeña con fuerza, cae rendido sobre su cuerpo y poco a poco siente como el sueño vuelve a él, antes de quedarse completamente dormido, los voltea dejándola a ella encima de él. - El señor conejo está invitado a participar en esta cama cuando quieras amor.

-Estoy deseando que se repita.

Nada más decir esto, ambos caen en los brazos de Morfeo, el placer los envuelve como un somnífero placentero, la sensación de dormirse después del sexo es simplemente exquisito, sin embargo, la mañana llega relativamente pronto, ambos se quejan cuando el despertador suena anunciando un nuevo día en la casa; Darien es el primero en abrir sus ojos, estira su brazo y apaga la alarma, puede sentir como la rubia se remueve entre sus brazos, apenas si tiene tiempo a reaccionar cuando ella se levanta corriendo y va directo al baño, se pone en marcha cuando escucha como está vomitando, otra vez.

Al cabo de un rato cuando ya se le han pasado las náuseas y está mejor de cara, la lleva a la habitación y la sienta en la cama observándola fijamente.

- ¿Estabas pensando en algo malo? -Pregunta con precaución, frunce el ceño al verla ponerse nerviosa y ocultar su mirada. - Por favor Serena, dime que pasa.

-Estoy preocupada Darien, ya lo sabes, cuando me estreso mi cuerpo apenas si puede retener comida, ya lo sabes.

-No se va a acercar a ti, te lo prometo. -Besa su frente.

-Lo sé, gracias. -Se levanta y lo abraza. - Deberías comenzar a arreglarte, sino llegaras tarde.

-Bien mi señora. -Sonríe. - ¿Quieres acompañarme en la ducha?

-Si hago eso, ¿promete portarse bien?

-Prometo portarme muy, muy bien.

No habían pasado ni diez minutos que los gritos de placer femenino se podían escuchar con claridad saliendo del baño, era obvio que su moreno se estaba portando muy bien, dándole todo el placer que podía con su boca y más tarde con su endurecido miembro.

El desayuno fue con bastante normalidad, sus ojos azul oscuro reflejaron la sorpresa el verla comer animadamente, por otra parte, era una cosa buena que no perdiera el apetito, a pesar de todo lo que estaba ocurriendo y de sus náuseas y vómitos constantes. La observa escribir con rapidez en su móvil, cierta curiosidad creció al darse cuenta de que ella estaba evitando que él mirase lo que ella escribía.

- ¿Con quién hablas tan secretamente? -Pregunta al verla poner el móvil con la pantalla hacia abajo.

-Con Mina, de nada importante, me ha dicho que me visitaría hoy. -Le sonríe mientras lo observa directamente.

-¿Y por eso no quieres que vea lo que escribes?

- ¿Te estas poniendo en modo novio celoso y desconfiado? -Alza una ceja, pero mantiene la calma.

-Simplemente digo que andas muy misteriosa. -Se encoge de hombros.

-No ando misteriosa. -Pone los ojos en blanco.

-Bien, bien. No es que no confié en ti cielo, solo pienso que estas ocultando algo.

-Cosas de mujeres Darien, nada que sea de preocupación. -Le acaricia la mejilla y se acercan para besarse suavemente, el moreno es quien rompe el contacto primero.

-Tengo que irme.

-Lo sé.

-No quiero hacerlo.

-Eso también lo sé. -Toma su mano. - Piensa en esto, entre más rápido te vayas, más rápido puedes volver.

-No estoy seguro que eso me consuele, me gustaría quedarme contigo todo el tiempo.

-Yo también quiero estar contigo mucho tiempo, puede que no las veinticuatro horas del día, pero unas doce horas al día creo que estaría bien.

- ¿Solo doce? -Abre su boca indignado.

-Yo creo que son bastantes. -Sonríe abiertamente.

- ¿Estas molestándome? -Entrecierra sus ojos, ella sonríe un poco más.

-Por supuesto que no, no me atrevería a hacerlo. -El moreno se la queda mirando fijamente esperando que se lance a reír a carcajadas de él, por supuesto la rubia lo intenta hasta el final, pero pasado un minuto comienza a reír.

- Esta noche cuando vuelva a casa voy a hacerte el amor lentamente, tan jodidamente lento que vas a llorar.

-No vas a poder hacerlo Darien, no te autoengañes cariño, no puedes. -Sonríe con suficiencia.

-Esta noche lo averiguaremos. -Se levanta del taburete y besa su frente. - Piensa en mí.

-Y tú en mí.

-Cada segundo del día. -Al final se va de la casa, sintiendo un poco de culpa por él poder salir de casa y ella no, aún lo estaba llevando más o menos bien; esperaba que ella aguantase un poco más, hasta que su hermano localizara al bastardo y lo pudiesen encarcelar o desaparecer. No le había dado más vueltas al asunto de ella escribiendo secretamente, estaba seguro que le había dicho la verdad, que su conversación era con Mina, el asunto de la conversación sería un misterio, hasta que ella quisiese contarlo.

Había terminado su tesis, por fin, ya estaba enviada y esperando el visto bueno de su profesora, sabía que estaba aprobada, la presentación no estaba segura que pudiese hacerla, no creía que Darien le permitiese salir por algo como eso, teniendo en cuenta que con la presentación del trabajo escrito bastaba para aprobar. Sí, desde luego no la dejaría salir por algo como eso; y no estaba segura de querer pelear por ese asunto, no era el fin del mundo y no era tan tonta como para arriesgarse por algo como eso.

Estaba preparando la comida cuando el timbre de la casa sonó, levanto la mirada de la tabla de picar y trago saliva, había estado muy nerviosa toda la mañana esperándola, se limpió las manos en el delantal y se encamino hacia la puerta.

-Hola. -Se abrazan efusivamente, Emerson está detrás de ambas mujeres. - Vaya grandullón, siguen aquí, eh.

-Sí, siguen aquí. Porque no vienes conmigo a la cocina, estoy preparando pasta a la carbonara.

-Claro. -La sigue y observa como el atractivo hombre comprueba que la puerta este bien cerrada y luego se va directo a la sala. - Veo que la seguridad sigue en nivel extremo.

-No solo la seguridad de la casa, sino yo misma, estoy enclaustrada en esta casa hasta nuevo aviso. -Cierra la puerta de la cocina y enciende el extractor de humo, para que no se escuche nada de la conversación. - He tenido que hablar con la clínica veterinaria e informar que no podre unirme a ellos.

-Mierda, lo había olvidado, lo siento mucho por ti.

-Está bien, es lo mejor, no puedo ponerme a llorar sobre la leche derramada, cuando esto termine encontrare otro sitio.

-O puede que no...-La mira significativamente. - He traído eso que me has pedido.

-Gracias. -Sonríe suavemente, se retuerce las manos nerviosa. - Estoy muy nerviosa por el resultado.

-No deberías, es decir la situación ahora mismo no es la más ideal, pero estoy segura que será una alegría.

-Lo será, sobre todo para él, lleva deseándolo todo este tiempo.

-Pareces bastante segura de que saldrá positivo. -Alza ambas cejas, Serena suspira.

-Tendría que haberme dado cuenta hace tiempo, llevo dos meses y medio sin regla, creía que era por el estrés, pero comencé a sospechar hace unas semanas, además las jodidas nauseas están cada mañana, es casi un milagro que Darien ni lo haya sospechado. He podido ocultarlo porque piensa que me pongo mala por todo lo que está pasando, pero te puedo asegurar que los vómitos de las mañanas no lo son.

- ¿Quieres hacerlo ahora o más tarde? -Se mueve emocionada en su silla, Serena se ríe.

-Creo que quiero hacerlo ahora, dejare cocinando la pasta y vamos a la habitación.

Ambas rubias se dirigen a la habitación principal, se encierran dentro y Mina saca la prueba de embarazo se la entrega a la otra rubia y esta desaparece en el baño del dormitorio, cinco minutos después aparece nerviosa.

- ¿Qué tal?

-Estoy esperando, le quedan dos minutos, creo.

Ambas mujeres vuelven a entrar al baño y se quedan mirando fijamente la prueba, esperando el tan ansiado resultado.

-Te veo distinta Serena, como más tranquila.

-Lo sé, me siento más tranquila, creo que algo ha cambiado dentro de mí en algún momento y no me he dado cuenta.

-Creo que has decidido ser feliz. Me alegro mucho por ti, te lo mereces.

-Gracias, lo único que necesito ahora es que toda esta situación de mierda se termine.

-Estoy segura de que se solucionara, ese tipo no va a esconderse eternamente, en algún momento la cagara y entonces ese sexy hombre tuyo lo atrapara.

-Si, seguro que lo hará.

Serena ahoga un grito de felicidad al ver el resultado, Mina es más ruidosa y salta por la alegría.

- ¡Dios, felicidades! ¡Serena, vas a ser mamá!

-Lo seré. -Sus ojos del color del cielo se llenan de lágrimas de alegría. - Creo que aún no puedo creérmelo.

-Es normal, estoy deseando que ya te crezca la barriga.

-Me voy a poner enorme. -Gime un poco, pero se ríe. - Deberíamos volver a la cocina, la comida no se hará sola.

-Si, y no queremos levantar sospechas de tus hombres desapareciendo tanto rato.

-Seguro.

-Por cierto, antes de volver a la cocina, te compré una cosita en caso de ser positivo, como no puedes salir y eso, pensé que te gustaría hacérselo saber a tu hombre de alguna forma especial, así que me tome el atrevimiento de preparar esto.

Le entrega una caja de color pastel azul cielo con un enorme lazo azul marino, dentro de la caja hay un par de zapatitos de punto de color blanco y un sonajero con un conejo en uno de los extremos, otra vez siente como sus ojos se llenan de lágrimas y no duda en abrazarla con fuerza.

-Muchas gracias Mina, de verdad, te lo agradezco. -Ambas se ponen muy emotivas.

-No ha sido nada mujer, piensa en ello como el primer regalo que le daré a tu hijo o hija, puedes poner dentro la prueba de embarazo, así puedes guardarlo para el futuro como un bonito recuerdo.

-Creo que hare un álbum con todo esto, me convertiré en ese tipo de madre que tiene una foto de cada cosa que hace su bebe.

-Sera completamente hermoso, dios, tú eres guapísima, ese hombre esta como quiere, tus hijos serán jodidamente hermosos. -Se ríe traviesa mientras la otra rubia aprovecha para esconder la caja dentro del armario, la deja junto con otras cajas que tiene en el ropero, de esa forma no llama la atención, rueda los ojos, el moreno normalmente no estaba al pendiente de su cantidad de ropa, solo de quitarla, pero no de lo que compraba.

-Vamos.

Pasan otra hora más hablando de todo un poco, de la universidad, del trabajo de Mina, de los chicos que esperaba poder ver pronto, tenía que llamarlos y hacer que la visiten, sería perfecto prepararía comida o encargaría y le daría las buenas noticias. No hablan nada del embarazo cuando se sientan a comer con los otros dos hombres y mantienen la conversación en temas más triviales y posibles escenarios del futuro, ambas rubias los sacan de la cocina cuando han terminado con el postre y el café, Serena en su lugar tomó un vaso de leche, algo que no llamo la atención ya que lo acompañó con un trozo de pastel de zanahoria que había hecho el día anterior.

-Creo que esta noche pediré la comida, así puedo preparar una buena velada y darle la noticia.

-Vamos chica, podrías esperarlo desnuda en la cama y para él será una excelente noche.

-No me des ideas tan sucias jajaja

- ¿Qué? -Se ríe con ella. - Él lo disfrutaría y encima con esa noticia, puede que lo vuelvas loco de felicidad.

-Estoy deseando decírselo, él realmente lleva pidiéndomelo hace bastante.

-No quiero ser inoportuna ni entrometida, pero... ¿Cómo paso?

-Veras Mina, cuando un hombre y una mujer se atraen mutuamente pasan cosas y sus cuerpos...

-No seas tonta Tsukino, sabes que no me refiero a eso. -Serena se ríe. - ¿No os cuidáis?

-Creo que, al principio, puede que él haya usado tal vez en una o dos ocasiones... -Intenta hacer memoria, frunce el entrecejo. - No, creo que no, él nunca ha usado preservativos.

- ¿Y qué hay de ti?

-Yo estaba tomando la píldora, pero la ginecóloga me recomendó hacer un descanso, demasiados años hormonándome.

-¿Y olvidaste decírselo a Darien?

-Bien, con respecto a eso, dejé las píldoras hace apenas tres meses. Se suponía que debía de ser muy difícil de que me quedara embarazada por todos los años que llevaba con ellas, la ginecóloga me digo que tardaría un tiempo largo en que mi cuerpo se limpie de todas las hormonas, sé que fue mi irresponsabilidad no tener otro medio anticonceptivo, pero vamos, creía que tendría un margen de unos seis meses por lo menos.

-Debe de tener un super esperma. -Se ríe a carcajadas. - O tu demasiado fértil, o simplemente ambas jajaja

- Lo sé, hace unas semanas Darien me compró unas pruebas de embarazo.

- ¡¿Qué?! Pensaba que él no sospechaba nada.

-No estoy segura de sí sospechaba algo, en aquel momento los síntomas apenas si estaban comenzando, pero me puse enferma y el farmacéutico dijo que la medicación que debía tomar si estaba embarazada no era recomendable. Por suerte para mí, Darien es tan dulce que compro otro tipo de medicación por si lo estaba, sin que se diera cuenta tome de esa, solo por si acaso.

-Pero, entonces, entiendo que no hiciste la prueba.

-Las tres pruebas, compró tres, no las hice. No de verdad por lo menos, moje el palito con agua del grifo. -Se lleva las manos a la cara. - Tendrías que haber visto su cara de decepción, pero en aquel momento no me sentía lo suficientemente fuerte como para aceptar que podía estar embarazada. Y sinceramente, ni siquiera se me había pasado por la cabeza.

-Está bien Serena, no pasa nada, ahora todo está bien, tú estás feliz por esto y él también lo estará. Todo va bien.

-Lo sé, gracias.

La rubia se queda unas pocas horas más y luego decide marcharse, quiere darle tiempo a Serena para que pueda decidir qué hacer, si preparar ella misma la cena o pedirla, y además arreglarse para su hombre, además seguramente necesita un tiempo a solas para pensar en cómo darle las buenas nuevas, y hacerse a la idea de que será madre.

Al final había decidido hacerlo ella misma, una cena fácil y rápida, chuletas de cerdo con patatas al horno, básicamente era marinar la carne y meterla al horno, se haría sola. Mientras la comida se hacía, ella se daba un baño en la enorme bañera, se quedó por lo menos cuarenta minutos sumergida en la cálida agua, cuando salió del cuarto de baño se puso ropa cómoda, aún faltaban dos horas para que llegase el moreno, se pondría el vestido cuando estuviese por llegar.

Mientras esperaba que pasaran los minutos, se había dedicado a googlear sobre cunas, ropa, carritos de bebe, chupetes, sonajeros, juguetes, toda clase de cosas que necesitaría para su primer hija o hijo, la felicidad que estaba sintiendo era demasiada, ni siquiera había pensado en su madre y en el desastre que normalmente la embargaba, porque se había dado cuenta de una cosa, su cabeza por fin había entendido algo, ella nunca sería como su madre biológica.

Ella daría su vida por el bebe que estaba creciendo en ella, no como su madre, ella sería una buena madre, amaría con toda su alma y corazón a esa pequeña criatura, desde el comienzo hasta el final, junto al hombre que amaba, ambos serían unos buenos padres, tenía la certeza que así seria.

Un mensaje aparece en su pantalla mientras está mirando ropa de bebe, su cuerpo se pone rígido al abrirlo y leerlo, la sangre abandona su cuerpo en menos de dos segundos.

.

.


Nota de Autora:

¿Qué os parece? Por fin!

Aunque ya sabíamos que iba a pasar, era imposible que no fabriquen un bebe con todo el sexo que tienen jajaja

Espero que disfruten el capítulo