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Capitulo 20
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Se levanta de la cama nerviosa con el corazón en la garganta, mira asustada a su alrededor y pone en marcha un plan, un tonto y absurdo plan, no cree que funcione de ninguna de las maneras posibles, pero tiene que intentarlo, se lo debe, sabe que no puede simplemente abandonarla, ella no tenía la culpa de nada; al final de cuentas era a ella a quien quería.
Antes de salir de la habitación se mira en el espejo, con la respiración acelerada y la mirada enloquecida, se mete dos dedos en la boca provocando el vómito, devuelve un poco solo lo suficiente para verse enferma y alarmar a los chicos. Con esta apariencia y con las náuseas presentes en su cuerpo se encamina hacia la sala; los chicos al verla llegar en ese estado se levantan enseguida.
-¿Se encuentra bien Sra.?
-No, tengo muchas... - No puede terminar la frase su cuerpo se dobla por las náuseas inducidas y el sabor en la boca, termina vomitando en la sala, normalmente lo aguantaría y correría hacia el retrete, pero necesita que se vea realista. Bartolomé se acerca a ella y la sostiene por si pierde de pronto la consciencia, Emerson frunce el ceño sin saber muy bien que hacer para poder ayudarla.
-Tal vez deberíamos ir al hospital. -Mientras dice esto va hacia la cocina por un vaso de agua.
-Sra. Lo mejor es que vayamos al hospital, esto puede ser una intoxicación o algo peor.
-Tome un poco de agua. -Emerson le acerca el vaso a los labios, Serena hace una mueca de asco, pero aun así bebe un poco.
-Vamos al estacionamiento. -Dice Bartolomé, lo que hace que Serena gima un poco, si bajan los tres juntos no podría escapar.
-Dejen que me cambie por favor, si llevo esta ropa sucia encima seguiré vomitando todo el camino, por favor. Podéis preparar el coche y esperarme en la entrada. -Intenta sonar muy enferma.
-Voy bajando para preparar el coche. -Dice Emerson y desaparece enseguida.
-Si quieres puedes ir con él Bart, no tardare mucho. -Comienza a caminar hacia la habitación.
-La esperare, puede desmayarse de camino hacia la entrada.
-Vale. -Camina muy despacio antes de desaparecer de su vista, dentro de la habitación mira alrededor, había perdido uno ahora necesitaba perder de vista al otro, se encamina rápidamente hacia el ropero y se cambia de ropa, una camisa negra larga y unos pantalones tejanos, se pone una chaqueta igual por si hace un poco de frío. Coge un poco de dinero en efectivo y lo esconde dentro de la chaqueta, también sus documentos, solo por si acaso, suspira con fuerza cuando Brownie se le enrosca en las piernas, se arrodilla y lo acaricia; seguramente sería la última vez que lo vería, sus ojos azules se llenan de lágrimas. Con un rostro destrozado por el dolor sale de la habitación.
- ¿Vamos? -Pregunta su guardaespaldas.
-Si, vamos. -La ayuda sosteniéndola un poco, cuando ya estaban llegando a la entrada, la rubia se mueve inquieta. - Que tonta, he olvidado el bolso con la tarjeta del hospital.
-Volveremos.
-El ascensor me está haciendo marear más, yo te espero aquí, si puedes subir por mi bolso, por favor. Esta en la entrada, es el negro.
- ¿Estará bien si la dejo sola? No se ve nada bien, parece que va a desmayarse en cualquier momento.
-Te prometo que estoy bien, aguantare todo lo que haga falta, pero no puedo subir contigo. -Lo mira desesperada.
-Está bien, no tardare nada. -La deja en la primera planta y el desparece dentro del ascensor, nada más las puertas se cierran y no puede observarla más, Serena echa a correr hacia aquel pasillo que había usado la última vez, no estaba segura de sí ahora había cámaras de seguridad, pero daba igual ya no volvería.
Consigue salir sin ser vista por ambos guardaespaldas, respira hondamente y echa a correr en dirección contraria a la fachada del edificio, no tarda mucho en ver un taxi, levanta la mano desesperada y se sube pidiéndole, casi exigiéndole que arranque, cuanta mayor distancia haya entre ella y los chicos, más difícil sería encontrarla.
- ¿A dónde la llevo?
-Solo aléjeme de la zona, no se preocupe por el dinero.
-Vale.
Cuando han pasado unos diez minutos respira más tranquila, hasta que el móvil comienza a vibrar, el primer nombre que aparece es el de Bartolomé, lo deja pasar, el segundo nombre la hace temblar de los pies a la cabeza, su Sr. Intenso está llamándola y ella no puede contestar, sus ojos comienzan a arder por las lágrimas contenidas.
-Perdóname amor, de verdad, lo siento. -Susurra muy suavemente.
Un mensaje con una dirección aparece de pronto frente a ella, abre el sms y le indica al taxista donde llevarla, mientras va avanzando el miedo comienza a inundarla. ¿Qué le haría ese tipo? ¿La violaría nada más atraparla? ¿La golpearía? Dios, su pobre bebe estaba en peligro, ¿Qué pasaría con su hijo cuando se diese cuenta de que estaba embarazada? No podría ocultarlo eternamente.
Otra vez el nombre registrado de su moreno aparece en pantalla, las ganas de responderle y explicarle lo que estaba pasando eran muy grandes, pero también sentía miedo por Mina; ese desgraciado la había pillado después de dejar su casa, a saber que cosas horribles le estaría haciendo, el trato era muy simple, un intercambio la una por la otra. Él había dicho que dejaría ir a Mina una vez ella se presentara.
El sitio era lo bastante alejado del centro de Barcelona, no demasiado, pero estaba en la periferia, una zona que no conocía de nada, traga saliva al bajar del taxi, sus manos tiemblan presas del miedo por lo desconocido, el siguiente mensaje que recibe es de ese bastardo indicándole otra dirección en la cual especifica que tiene que llegar caminando, según Google estaba a quince minutos, mira alrededor y comienza a caminar guiándose por el mapa.
Su móvil vibra contra su mano, continuamente, intenta ignorar las llamadas de su novio, tampoco había leído los mensajes que iba enviando, tenía miedo de acobardarse y suplicarle que vaya a buscarla, comienza a llorar mientras avanza hacia su infierno. Mientras se va acercando a su destino vuelve a mirar la pantalla del móvil, es débil, quiere leer las últimas palabras del hombre que ama, así que abre los mensajes de WhatsApp.
¿Qué está pasando amor? Los chicos me han dicho que estabas enferma y que de pronto has desaparecido.
¿Dónde estás cielo?
¿Estas bien? ¿Ha pasado algo malo? tienes que decírmelo por favor.
No hagas ninguna tontería amor, sea lo que sea, puedo solucionarlo.
¿Ese tipo se ha puesto en contacto contigo?
Deja que me encargue mi amor, no vayas.
No puedo perderte así, me voy a volver loco.
Te prometo que ya estamos cerca, no cometas ninguna locura.
Serena por favor, te lo suplico, no dejes que te atrape.
Te amo.
Las lágrimas caen sin poder contenerlas, fluyen como una cascada sin fin, no quiere ir, no quiere que ese tipo, sea quien sea le ponga una mano encima, tiene miedo, asco y repulsión por lo que podría pasarle. Sabe que, si intenta algo, preferirá la muerte. Cuando llega al sitio su corazón se salta un palpito, hay un montón de fábricas alrededor, o al menos eso parecen, son edificios enormes y alrededor no hay pisos ni casas, un lugar ideal para que nadie vea nada, su reloj marca las siete de la tarde, por la estación en la que están aún hay algo de luz natural pero ya está oscureciendo.
-Así que, realmente has venido, pequeño cisne. -Su voz no es ni gruesa ni muy aguda, un tono muy normal, ella se voltea para poder verle, no es sorprendente. Tal vez mida alrededor de un metro setenta, no es especialmente musculoso, pero se ve en forma, su cabello castaño claro y ojos verdes le hacen juego con su rostro, es guapo, pero tiene ese tipo de rostro olvidable, no hay nada demasiado destacable en él.
- ¿Quién eres? -Pregunta con toda la calma que puede aparentar.
- ¿De verdad, no sabes quién soy?
- ¿Por qué habría de saberlo?
-Papá... -Se acerca un poco a ella, lentamente, intentando simular que es un animal cazador y ella su presa. - ¿No te habló de mí?
- ¿Papá? -Retrocede un poco.
-Sí, nuestro querido padre. Veras él me contó una secretito que tenían ustedes dos, imagínate mi sorpresa al saber que mi hermana se había entregado libremente a nuestro padre, así que pensé... ¿Yo también soy de su sangre, no debería tener yo más derecho que cualquier otro?
-Eres... -Traga saliva intentando pasar la bilis que ha que subido por su garganta. - ¿mi hermano?
-Bingo. -Se ríe con fuerza. - Veo que nuestro padre no te hablo de mí. Veras mientras estaba con tu madre, también lo estuvo con la mía, somos medio hermanos si somos estrictos. Entonces pequeño cisne, porque no vienes conmigo libremente, será mejor para ti si no luchas.
- ¿Dónde está Mina? -Pregunta buscándola con la mirada.
- ¿Esa pequeña zorra chillona? -Alza una ceja, se acerca más a ella y la agarra de la muñeca con fuerza. - Deja que te la muestre, tuve que dormirla, porque la perra no dejaba de gritar.
- ¿La has matado?
-No cisne, solo dormido, mira. -La arrastra con fuerza hacia el interior de uno de los edificios, Serena mira su mano sobre la suya y sienta repulsión por dejar que la toque, intenta zafarse, pero es imposible, él solo hace más presión sobre ella.
Cuando llegan hasta donde esta ella, el hombre la suelta y deja que se acerque a su amiga, Serena se arrodilla a su lado y toca su rostro, puede ver como su pecho sube y baja, dejándola saber que está respirando, puede ver que tiene el labio roto y la mejilla enrojecida y volviéndose un poco de color azul.
-La has golpeado.
-Ya te dije cisne, la perra no dejaba de gritar, no podía permitir que nadie la escuche.
-Eres un animal asqueroso.
-No dirás eso cuando estes gritando por mi polla. -Se ríe con suficiencia, Serena solo tiembla ante la idea. - Bien, he dejado que la veas, la zorra se queda aquí. Tú y yo nos vamos de luna de miel, vamos.
-Soy tu hermana, ¿No te das cuenta de lo mal que esta esto? -Intenta razonar con él, la mirada de psicópata con la que la observa la deja saber que será imposible hacerlo entrar en razón.
-Exacto, eres mi media hermana, nuestro padre disfruto de ese coñito tuyo, y nuestro tío también. ¿Exactamente porque no habría yo de también probarlo?
-Ellos me violaron, era una niña. -Chilla histérica.
-Bien, como sea que lo hayan obtenido, ahora es mi turno.
La lleva arrastras hasta un coche completamente negro, la mete en el asiento del copiloto y le pone el cinturón de seguridad, mientras hace esto aprovecha para rozar sus pechos, se ríe al ver como se echa hacia atrás, alejándose de él todo lo que puede.
-Si haces alguna estupidez ahora, puedo llamar a alguien para que se encargue de tu amiguita, y te aseguro que él no será nada amable, puede que incluso disfrute un poco con ella antes de matarla.
-Ya me tienes, a ella déjala en paz.
-Me encanta que seas tan fiel cisne, estoy deseando que esa fidelidad me la muestres a mí.
Arranca el coche y comienzan a avanzar, ella no sabe dónde está, va leyendo los carteles, pero no tiene mucha idea de hacia donde la está llevando, hay un momento en que siente que están dando vueltas, casi como si avanzara y luego retrocediera. Llegado a un poco deja de intentar memorizar la ruta, no le servirá de nada, no sabe dónde están y además la penumbra de la noche no la ayuda mucho.
- ¿Por qué no duermes un poco cisne? Falta mucho para llegar a nuestro destino.
-No tengo sueño.
- ¿Segura? -La mira unos segundos y puede ver lo tensa y asustada que esta, su polla palpita por la excitación que eso le provoca, verla tan asustada y llena de pánico lo estaba poniendo muy cachondo. - Por cierto, no creas que soy idiota, dame tu móvil.
- ¿Para qué?
- ¿Para qué crees cisne? Ahora dámelo, cuando aún estoy siendo amable. -Serena le entrega el móvil, solo para ver como el tipo lo lanza hacia la nada. - Ese noviecito tuyo es demasiado controlador, quería darle un poco de esperanzas, ahora podrá llegar hasta aquí.
-Él seguirá buscando.
-Si, pero eso no quiere decir que vaya a encontrarte. Le enviaremos fotos no te preocupes, pero serán fotos muy sucias, puede que no le gusten.
-Estas enfermo.
-Entonces cisne, si no tienes sueño, podemos comenzar a jugar un poco. -La mira lascivamente. Serena se pone rígida en su asiento.
-Voy a dormir. -Nada más decir esto, cierra sus ojos e inclina su cuerpo hacia la ventana; mantiene los ojos cerrados con fuerza esperando que la ignore, se estremece al escucharlo reírse, pero al cabo de unos segundos la risa para y el vehículo continua en movimiento.
Durante toda la noche, iba dormitando un poco, a pesar de que intento con todas sus fuerzas no dormirse del todo, hubo momentos en que se quedó dormida, estaba demasiado asustada, pero también demasiado cansada como para mantener los ojos abiertos, y fingir que dormía tampoco ayudaba.
Su cuerpo dolía mucho, sentía la garganta seca y el labio le palpitaba con fuerza, abre sus ojos para encontrarse con la absoluta oscuridad, gime al intentar incorporarse y sentir el tirón de sus músculos, mientras se levanta siente algo duro detrás de su espalda, en la oscuridad toca lo que era y abre sus ojos al notar un móvil, recordaba que ese tipo le había quitado su móvil y lo había roto delante de ella, con lo que no podía ser el suyo, intenta desbloquearlo y suspira aliviada al ver que no tiene ninguna contraseña ni nada, es un móvil de pantalla táctil no demasiado moderno pero útil para pedir ayuda.
Nada más desbloquearlo frunce el ceño, apenas si hay app la única que se puede ver es la de WhatsApp, abre la aplicación mientras se levanta, comienza a caminar guiándose con la lampara del móvil, hay un solo mensaje dentro de la app.
Soy Serena, no estoy segura de que sepas porque te han atacado, pero ha sido por mi culpa, lo siento muchísimo, sé que es pedir demasiado. ¿Pero podrías ponerte en contacto con Darien? Este es su número, llámalo y él te ayudara en todo lo que necesites.
No he podido decirle lo del embarazo, no creo que vaya a poder volver a verlo. ¿Puedes darle la caja? Quiero que al menos tenga eso, intentare proteger a este bebe con mi propia vida.
Dile que lo amo muchísimo, y que siento en el alma lo que ha pasado, que me perdone por lo que he hecho, pero tenía que hacerlo.
Mina ahoga un grito de dolor cuando al caminar siente como su cuerpo protesta con fuerza, al salir del edificio, entorna los ojos, hay farolas encendidas lo que la ayuda a poder ver un poco donde esta, esta adolorida y aún traumada por lo que ha pasado, pero mientras estuvo con ese psicópata escuchó lo que pretendía hacerle a Serena, tenía que llegar con Darien cuanto antes.
Después de caminar unos diez minutos en dirección hacia unos edificios que parecían en la distancia pisos, un taxi aparece justo a su lado en la calle, casi grita del alivio, le hace señas y se sube al taxi, suspira por el dolor mientras avanza hacia su destino.
- ¿Está bien señorita, alguien le ha hecho daño? ¿No prefiere que la lleve a un hospital?
-Estoy bien, gracias, necesito llegar cuanto antes por favor.
-Está bien. -Acelera un poco más, por suerte es muy entrada en la noche por lo que el tráfico es casi inexistente, lo que ayuda que puedan avanzar con mayor rapidez. Aprovecha para llamar al número de móvil que ha dejado Serena en el mensaje, al tercer timbrazo le contesta.
-Darien, soy Mina, necesito hablar contigo, es urgente. -Gime y se mueve incomoda en su asiento.
-Mina, lo siento ahora no es un buen momento, estoy...
- ¿Desesperado? ¿Asustado? ¿Cabreado? . -Gruñe al sentir la tires de su labio. - Te puedo asegurar que yo también, ese tipo me ha usado para poder llevársela.
- ¡¿Qué?! -Grita sin poder contenerse.
- ¿Estoy yendo de camino a tu casa, estas allí?
-Si, no puedo hacer mucho más, mi hermano está investigando.
-Llegare en unos diez minutos.
-Te estaremos esperando.
Cierra los ojos un momento mientras el taxista avanza por la ciudad, se queda dormida, se sobresalta un poco cuando escucha un golpe en la ventana, un hombre grande, fuerte y cabreado la está mirando; sino fuera porque lo había visto cuando estaba tranquilo, ahora mismo estaría muy asustada. Observa como habla con el taxista y paga por el trayecto, ella le agradece al hombre y baja del vehículo, puede notar como el dolor el lugar de menguar solo se ha intensificado.
-Dios Mina, necesitas ir a un médico. -Observa con cuidado su rostro, aun así, su rostro no puede ocultar su nivel de enfado.
-Primero vamos a hablar, solo necesito ibuprofeno y descansar un poco.
-Vamos.
La ayuda a entrar al edificio y con toda la rapidez que ella puede caminar llegan hacia el ascensor y unos segundos después al piso.
-Por favor siéntate, voy a traerte algo para beber y la medicación.
-Te lo agradezco. - Va hacia la sala sin mirar con atención a su alrededor y se sienta con cuidado, solo cuando alza la mirada, se da cuenta de que unos oscuros azules ojos la están observando con atención.
-Hola. -La voz gruesa del moreno la saluda primero, se ve cansado y cabreado, frunce el ceño y voltea su cabeza, ¿no había ido Darien hacia la cocina? - Soy su hermano gemelo.
- ¿Qué?
-Soy su hermano.
-No sabía que tenía un hermano, lo siento, ha sido un poco la sorpresa.
-No importa. ¿Estas bien? -Frunce aún más su rostro al ver su magullada cara.
-He estado mejor.
-Puedo imaginarlo, ¿a qué te referías con eso de que te ha utilizado para llegar a mi cuñada? -Pregunta sin preámbulos.
-Vine a visitar a Serena ayer, cuando salí de aquí ese tipo me atrapo en un callejón y me metió en un coche, cuando desperté estaba en una especie de edificio abandonado, no estoy muy segura de que era, pero intente escapar y luche contra él, de esa forma me gane estos golpes, mientras me golpeaba digo lo que pensaba hacerle a Serena. -Se estremece visiblemente al recordarlo. - Yo, apenas si recuerdo algo, pero el coche era de color negro y mientras estuve con él, hablo de un sitio, no estoy del toda segura a que podía referirse, pero tengo la sensación de que pensaba llevarla hacia el mar.
- ¿Hacia el mar?
-Hablaba como un loco, como si en lugar de estar secuestrándola, se fueran de luna de miel, dijo algo de que aún no hacia buen tiempo, pero que ella disfrutaría de las vistas del mar.
-Voy a matarlo. -Gruñe con toda la rabia que siente en el cuerpo, respira para calmarse y pone frente a Mina un té, un vaso de agua y las pastillas.
- ¿Así que va a disfrutar de las vistas del mar, ¿eh? -Baja la mirada hacia el ordenador, y abre el mapa de Google.- ¿Cuántas probabilidades hay de que se quede en el país?
-Si es inteligente debería de huir todo lo lejos que pueda de mí.
-Exacto, eso solo nos deja una opción. Pretende cruzar la frontera y llegar a Francia.
- ¿Francia? Crees que se la lleve a donde, a ¿Paris? -Mina los mira confundida. - No puede ser, la llevara a un sitio donde ella no pueda pedir ayuda, una ciudad parisina no es una opción.
-No, pero el límite entre España y Francia suele ser menos habitado, hay pueblos pequeños y con casas alejadas la una de la otra, de momento es lo mejor que tenemos.
- ¿Pero, y si nos equivocamos? -Mira a su hermano desesperado.
-Si tan solo te hubiera enviado un mensaje al móvil, podríamos haber rastreado el GPS. A estas alturas ya se habrá desecho de su móvil para que no podamos seguirle el rastro.
-Esto es una locura, no está bien. -Se levanta nerviosa y poniéndose un poco histérica frente a los cuatro hombres. - Dejar de jugar a los detectives, tenéis que ir con la policía y explicar lo que ha pasado, ellos pueden hacer algo.
-Hemos ido, ¿Quieres saber lo que me han dicho? -La voz del moreno se siente como el hielo seco. - Que tengo que esperar por lo menos veinticuatro horas para denunciar su desaparición y que tal vez ese tipo no es un acosador, sino su amante, me han dicho que existía la posibilidad de que todo haya sido orquestado por los dos para escapar juntos.
-Dios. -Suspira y cierra sus ojos con fuerza, siente como las lágrimas llenan sus ojos. - Ese tipo está loco.
-Lo se. -Cierra con fuerza sus puños y se queda mirando la nada; ambos guardaespaldas mantienen la mirada seria y el cuerpo rígido, estaban muy cabreados consigo mismos por lo que había pasado.
-Si no me hubiera dejado atrapar, dios, si no hubiera venido. -Llora con más fuerza.
-No es culpa de nadie, él iba a utilizar a alguien con el tiempo, ha dado la casualidad de que fuiste tú, él conocía perfectamente a todos sus amigos, sus horarios, quienes estaban con ella. Sabía que la única forma de llegar a ella, era poniendo en peligro a alguien más.
-Se suponía que hoy iba a ser un día feliz para ustedes dos. -Las lágrimas continúan cayendo, pero su voz ahora suena un poco más calmada; no sabe si es lo mejor, pero ella se lo había pedido, con lo que por lo menos le debía eso, se levanta con cuidado del sofá. - Necesito mostrarte una cosa, ahora vuelvo.
Los hombres vuelven a hablar entre ellos, mirando las posibles rutas, de momento la opción de sacarla del país parecía la mejor y la más inteligente, él tipo no era un completo idiota, viendo como los había estado evadiendo hábilmente, su hermano comenzó a hacer unas llamadas para conseguir una furgoneta y un equipo de cinco personas más por si era necesario peinar más zonas.
-Iremos mi hermano y yo, ustedes dos y dividiré a los otros cinco en dos coches más, de esta forma tenemos más opciones.
- ¿A qué hora salimos?
-Dentro de tres horas. -Ve como su hermano golpea con el puño cerrado su costado. - Lo siento Darien, pero es lo más rápido que he podido conseguir el equipo. Además, me gustaría que nos demos una ducha antes de salir y preparar por lo menos un cambio de ropa, no sabemos cuánto estaremos ahí fuera.
-Está bien. -Cierra con fuerza sus ojos y se deja caer hacia atrás. La rubia aparece y se detiene unos segundos al ver el ambiente, con pesar se sienta junto al moreno, este al sentirla llegar vuelve a abrir sus cansados ojos.
-Ella quería prepararte la cena, tener una noche especial y después entregarte esto. -Se limpia las lágrimas saladas de sus mejillas. - Me ha pedido que te lo entregué yo, ya que ella...
El rostro del moreno se arruga del dolor en pensar en ella y no volver a verla, la rubia frente a él le entrega la caja, la toma con ambas manos y nota que apenas si pesa, el lazo azul marino es enorme y parece un regalo demasiado inapropiado para la situación, no tiene ánimo de abrirlo, pero puedo notar que es algo serio, cuando le quita la tapa a la caja siente como hasta la última gota de sangre escapa de sus venas, un gemido lleno de dolor y desconsuelo escapa de sus labios. El interior le destroza el alma.
-Ella me pidió que la visitara para traerle la prueba, no estaba segura y quería hacerse la prueba sin que nadie se enterara. Lo siento muchísimo.
- ¿Ella está embarazada? -Alza su mirada roja por el dolor y las lágrimas, su corazón se rompe un poco más al verla asentir con la cabeza.
-Ella me pidió que te entregara la caja y que te dijera que te ama muchísimo y que lo siente mucho, que hara lo que haga falta para proteger a vuestro hijo.
- ¿Cuándo te dijo todo eso? -Puede notar como poco a poco pierde la poca cordura que le quedaba.
-Me dejo un móvil con el mensaje en el.
-Dámelo. -Ordena sin ser amable, no está para ese tipo de cortesías convencionales. La rubia le entrega el móvil sin demora, todos en la sala pueden notar cuando encuentra el mensaje y comienza a leerlo. Su corazón se estruja mientras lee las líneas que había escrito.
Soy Serena, no estoy segura de que sepas porque te han atacado, pero ha sido por mi culpa, lo siento muchísimo, sé que es pedir demasiado. ¿Pero podrías ponerte en contacto con Darien? Este es su número, llámalo y él te ayudara en todo lo que necesites.
No he podido decirle lo del embarazo, no creo que vaya a poder volver a verlo. ¿Puedes darle la caja? Quiero que al menos tenga eso, intentare proteger a este bebe con mi propia vida.
Dile que lo amo muchísimo, y que siento en el alma lo que ha pasado, que me perdone por lo que he hecho, pero tenía que hacerlo.
-Voy a matarlo, voy a destrozarlo cuando lo tenga en frente. -Su voz ronca y llena de la más absoluta rabia se filtra en la mente de todos en esa sala.
-Darien, ve a darte una ducha y prepara ropa que nosotros haremos lo mismo, usaremos el baño general de la casa. Mantén la mente fría y piensa que lo más importante es recuperarla sana. Cuando lo tengamos la justicia se hará cargo de él, y si ellos no hacen suficiente, entonces nosotros lo haremos.
-Bien. -Desaparece por el pasillo con su corazón en las manos en forma de caja.
-Señorita, si quiere podemos llevarla al hospital o ir a dejarla a su casa.
- ¿No puedo ir con ustedes? -Lo observa esperanzada.
-No está en condiciones de ir a ninguna parte, debería ir al médico o como poco quedarse en cama descansando.
-Yo vi el coche, no vi la matricula, pero creo que podría reconocerlo.
-Estoy seguro de que sí, pero no es lo mejor, por favor agradecemos su intención sobre todo porque se ha visto involucrada en este altercado y ha terminado herida, pero lo mejor es que descanse, en cuanto sepamos algo nos pondremos en contacto con usted.
-Está bien, por cierto, yo si fuera Serena intentaría escapar a cada oportunidad que tuviese, sobre todo ahora, después puede que ya ni lo intente.
- ¿Por qué después no?
-Porque está embarazada, cuando su barriga sea grande no podrá hacer mucho, se le dificultara hacer cosas, ahora puede moverse fácilmente en unos meses eso no será así. Y cuando nazca el bebe. -Se queda callada y se lleva la mano al corazón. - Ese tipo puede usar al bebe para retenerla. Tenéis que encontrarla ahora.
-Esa es la idea, no volveremos sin ella.
-Gracias. -Se levanta del sofá. - Debería irme a casa, muchas gracias por recibirme.
-Te llevare a casa.
-No hace falta, cogeré un taxi, tenéis que preparaos para salir y no creo que estes en condiciones de conducir, intentar dormir un poco mientras vais de camino.
-Bajare contigo.
Los chicos se turnan para ducharse mientras Jack baja con Mina, tardan un poco en conseguir un taxi por la zona en la que están, mientras esperan la rubia le da su número de móvil para que puedan hablar con ella para lo que sea necesario.
-Por favor infórmame de cualquier cosa que vaya pasando, aunque sea una tontería, por favor. -Abre la puerta del taxi.
-Te escribiré no te preocupes.
-Gracias.
La observa marcharse y suspira con fuerza, necesitan ponerse en marcha cuanto antes, ese bastardo ya les llevaba ventaja, la única esperanza que tenía es que su cuñada fuera lo bastante lista para ir retrasando el viaje todo lo que pueda y con un poco de suerte que dejase pistas de si seguían el camino correcto.
Por lo pronto se daría un baño rápido, se cambiaria de ropa y esperarían a los coches que venían por ellos, eso y vigilar a su hermano, no creía que haría nada estúpido como atentar contra su propia vida, no mientras hubiera esperanzas de encontrarla, pero no estaba completamente seguro de dejarlo solo, tenía miedo de que perdiera su mente e hiciera alguna tontería. Un hombre enamorado y destrozado podía ser una cosa jodidamente mala.
-Mierda, un hombre enamorado y un futuro padre. -Golpea la pared que tiene a su lado. - Como ese bastarde lastime a mi cuñada o mi sobrino, lo destrozare yo mismo, me encargare de hacerlo llorar por su propia muerte, lo que le hare será tan malo que preferirá que lo matemos.
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Nota de Autora:
No se si estaba entre vuestras opciones, que fuese su hermano, su familia esta jodida así que pensé en aprovechar ese punto.
No queda nada para el final.
Espero que os guste el capítulo, nos leemos.
