ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

Candy había estado haciendo tantos eventos que no se había percatado de que aquella luna de miel de casi tres semanas si la había dejado embarazada, tal vez inconscientemente no quería averiguarlo, porque sabía que él no deseaba que ella esperara un bebe, ahora se encontraban separados, desde que la dejo en ese departamento no lo había intentado localizar, se había dedicado a trabajar y buscarse un hogar para manejar desde ahí su vida, sin que nadie la rechazara de nuevo, sabía que ya no soportaba eso de que fuera relegada cuando era adulta y fuerte, no iba a permitir que le volvieran a rechazar, antes bien lo haría ella, ¡ni un rechazo más!

Recordaba el día que había perdido a su madre había partido frente a ella, cuando la atropellaron aquel diciembre hacía tantos años; el hombre que la vio con duda solo clavó su mirada duramente y firmó para encerrarla en ese instituto, sin volverlo a ver. Una imagen que pensaba haber olvidado pasaba en esos instantes de meditación, había recordado el rostro del hombre que fue su padre, lo había visto una sola vez, era Gerald Mac Connery quien la mantuvo todos esos años olvidada en el internado sin permisos de salir, solo hasta ahora que se hallaba en el hospital su mente había liberado aquel triste recuerdo, cuando vio morir a su dulce madre frente a ella, luego ese hombre que aseguraban era su padre, tenía la tez blanca, era muy alto y de mirada fría, claramente se sentía defraudado al verla, nunca más la había ido a visitar, desde entonces Ludivina se hacía cargo de todo cuanto de ella se trataba, sobre todo dinero, dinero y más dinero.

Estar en el hospital por segunda ocasión fue que la hizo volver en un "pensamiento nostálgico" al instante en el que vio a su madre por ultima vez, ella estuvo en un hospital por horas hasta la llegada de su padre legal, ¡era su padre legal! Lo habían mandado llamar exclusivamente a él.

Su madre yacía recostada en una camilla en una habitación blanca de la cual nunca más despertó, luego de tantos años olvidado en sus recuerdos, aquellos donde jamás recupero el amor de una madre, tan frágil con los ojos cerrados, cubierta con una tela blanca, por lo que hallarse en una camilla la hizo sentir una tristeza que no pensaba que ella guardara en su corazón, todo lo que había dejado en su niñez, estaba en un hospital. Las lágrimas se dieron cita y ella tocaba su vientre sin saber que había alguien ocupándolo desde hacía tanto tiempo. -¡Mi bebe! ¡Te prometo que nadie te va a rechazar! ¡Te lo prometo!

Como estaba en espera recordaba como por fin iba a salir por ser mayor de edad del internado y convenientemente resultaba que aquel hombre nunca fue su padre, dejándola en una incertidumbre enorme pensando que ¿había su madre, tenido otro amante? Legan era un hombre de tez morena bronceada, de bigote abundante de mirada obscura el cual supuestamente era su padre, sus medios hermanos se parecían entre ellos, al igual que ella debía parecerse a alguien, pues pertenecía a otra familia, lo triste o coincidente fue ese convenio matrimonial, casualmente la reconocía para casarla con William Andrew, un supuesto hombre mujeriego y particularmente había sido obligado a casarse con ella, con el temor de haberla dejado embarazada, la dejo en un departamento durante dos días y tres noches, lo espero hasta que se alejó al ver que no iba a volver, quedando claro que imaginarse de que fuera él quien la buscara y a la fecha no lo había hecho, quizás al pensar si estaba o no en la espera de un bebe, ella no se había quedado para saber si la querría de nuevo, ya no sería rechazada por nadie más, ni su primer padre, mucho menos el último, su marido o quien fuera, ella no enfrentaría otro rechazo, ahora tendría un hijo, o tal vez una hija, por lo que ese hogar que él construyo sería muy conveniente para formar un recuerdo para su hijo del que fuera su padre, el cual ya tenía poco más de cuatro meses de no ver, los mismos que su hijo yacía creciendo en su vientre.

- Disculpe señora Mc Bride, la asistente envió a su trabajo la hoja de incapacidad que no puede trabajar en una semana - ¿una semana? ¡por Dios! tengo una agenda llena, el fin de semana hay tres eventos.

El medico quería amonestarla por escuchar esa respuesta, la miraba despectivamente al no procurar su salud y la de su bebe, por lo que respondía bastante radical, - Si, me imagino que su agenda ha estado tan ocupada que no se dio cuenta que ya tiene un bebe en camino, ahora si me lo permite pasaremos a ver cómo está ese fantasma que lleva en su vientre y que hasta ahora le da señales a su madre de vida, creen que los niños son de hule y no sienten, todo lo que usted hace, come, dice y sufre, se lo pasa a su hijo, si usted cree que estando dentro lo cuida, no es suficiente, el padre debe saber que su hijo lo necesita.

Candy se quedaba en pausa, ella hubiera querido que su padre también estuviera a su lado, pero no fue así, no iba a permitir que el medico defendiera su punto sin saber que ese hijo era suyo y de nadie más, si su marido no lo quería, ella le amaría por los dos, así le consiguiera un padre ficticio a su hijo no le faltaría nada. - Permítame hare una llamada. El doctor sabía de esa clase de madres que por trabajar olvidan cuidar de sus hijos, la miraba con desprecio y dirigiéndose a la enfermera confirmaba, - Señorita enfermera, en cuanto tenga lista a la madre olvidadiza, la lleva a realizar la ecografía, ojalá que a su hijo no se le olvide que está dentro de una madre que lo ha relegado por una agenda ajustada y ahora una llamada.

Continuara...


Gracias por sus comentarios en cada capítulo, espero este les dé mucho por imaginar. Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa