ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

Johnson por su parte investigaba el taxi y la renta del auto que la joven señora Andrew había contratado, por lo que se tenía rentado por varios días, incluyendo viáticos, alimentos y todo lo necesario para el chofer, más este no dejaba escrito donde se localizaba la unidad, sin embargo, la administración garantizaba que el auto poseía sistema de radar y estaban localizándolo ya que había contratado la señorita Candy Mc Bride, asegurando que era una emergencia localizarla, ella era actual empleada de confianza de la cadena hotelera del señor Andrew. - Si, me urge, la señorita Candy Mc Bride es como de la familia, tengo que entregarle información personalmente. - En unas horas tendremos la ubicación exacta, señor Johnson. No olvide darle nuestros saludos al señor Andrew. - Por supuesto, de su parte. Espero la información completa y sobre todo la ubicación final para entregar un paquete con urgencia.

William por su parte, estaba muy conmovido con el médico ginecólogo de su esposa, como lo había atendido y aseguraba que era urgente sacar de trabajar a su mujer luego de no darse cuenta que estaba embarazada, además que ya tenía casi cuatro meses, por lo que ese estrés bien podía perjudicarle a su salud y por ende a la de su embarazo. Por lo que el rubio coincidía plenamente con lo que le solicitaba, más al enterase que él era el esposo de la paciente.

- Comprendo doctor, todo esto es mi culpa, hemos estado auditando los hoteles y ella… solo lo hace para ayudarme. - Si, pero un hijo es muy importante, su embarazo es un regalo que no todas las madres tienen, además debo añadir que ella lo tomó seriamente, aunque se molestó mucho al principio de mis exigencias, pero al final salió muy emocionada, más creo que no le agradé, por eso le recomiendo a esta ginecóloga, ella verá que su esposa sea tratada con mas delicadeza; y nuevamente señor Andrew, mis sinceras felicitaciones, un esposo debe estar involucrado en el embarazo de su mujer, estoy convencido que usted será un gran padre.

- Gracias doctor, le juro que hare mi mejor esfuerzo y le aseguro que mi mujer no moverá ni un solo dedo sin que me dé cuenta. - Eso espero. Ella goza de buena salud y su embarazo se encuentra muy avanzado, solo si ella tiene alguna molestia pudiera notarlo, con ello cuidarla más. - Por supuesto. Aquí le dejo mi tarjeta, para cualquier cosa que surja y recuerde tiene usted un fin de semana en el hotel de los Ángeles, para su familia completamente todo incluido y bajo mi cortesía. El ginecólogo agradecía el regalo inesperado del futuro padre omitiendo algunas cosas para que lo sorprendiera su esposa, pues suponía que ella debía decirle que estaba embarazada, así que siendo más cortés el padre, había posibilidades para que no se pareciera a la enfurecida e histérica madre.

William salía con la información de a quien había contratado como enfermera, este llamaba a la oficina que daba el servicio del personal, donde le informaban que estaría fuera con la señorita Mc Bride todo un fin de semana, viajando a las montañas en una casa en el bosque, contaba con cobertura su número de celular, solo que de momento debía estar pausado por el trayecto del viaje. - Muchas gracias. Me da gusto que mi esposa tenga el servicio de una agencia tan profesional, espero que no solo sea el fin de semana y se contrate por mayor tiempo. - Si, lo mismo dijo la señora Mc Bride, que es posible que la contrate durante todo el embarazo, todo depende de su trabajo y su buen desempeño. - Gracias.

William entregaba el celular de la enfermera a su guardia de seguridad, este indicaba la ubicación donde iba viajando y como podía ser manipulado, mientras que Johnson aseguraba que en un par de horas tendría la información de la unidad que manejaba el chofer, ya que este pertenecía a los hoteles; sin cantar victoria, Albert sonreía con cierta satisfacción, por fin tendría a su esposa ubicada y no la dejaría escapar, sabía más de lo que se hubiera imaginado y ni Johnson ni ninguno de sus sobrinos tenía la información privilegiada de ser el primero en enterase de que sería padre en un periodo menor a cinco meses, al final el esfuerzo había valido la pena.

Desde su ubicación enviaba datos para las personas que habían adquirido recientemente y que se unirían a cada hotel como auxiliar de la coordinadora de eventos, estas se harían cargo de todo lo que hacía su esposa, supervisadas por ella si lo deseaba, no le dejaría tener el menor de los berrinches y además le daría una cuenta especial con muchísimo más disponibilidad de efectivo que los montos ganados en un mes dentro de los hoteles, su tarjeta ilimitada, su pasaporte y todo estaría cuando ella firmara los documentos legales como su esposa y con los apellidos correspondientes y no el sustituto que trataron de falsificar los Legan, sino el real Mac Connery.

Candy por su parte, estaba encantada viendo la casa por dentro, tenía tanta sobriedad, amplitud y sobre todo la elegancia que nunca se imaginó en un lugar tan lejano y austero, el bunker que servía para una emergencia estaba equipado perfectamente, así como la habitación principal contaba con una cama enorme y el material de cada detalle era de primera calidad, al parecer una simple mansión escondida y olvidada poseía mucho más por dentro de lo que la misma inmobiliaria aseguraba, la enfermera se presentaba con un vaso de agua y sus vitaminas, así como ayudarla a darse un baño para descansar ya que había tomado sus alimentos.

- Encontraste una habitación extra. - Si, abajo cerca de la cochera hay una habitación doble para los choferes, tiene cuatro camitas bien ordenadas. - Vaya, que interesante. Y… ¿para el servicio? - No aquí dentro solo esta su habitación de usted y la sencilla que parece de invitados es más pequeña y cómoda - Ocupa esa habitación, deja al chofer en la parte de abajo y no olviden cenar. - Gracias señora, por favor descanse, debió ser muy agotador en viaje. - Si tengo mucho sueño.

William llegaba asombrado por lo que se había dado cuenta en el trayecto, estaba en su casa de campo, aquella en la que vivió por tanto tiempo y en la que se aislaba para no estar con los paparazis tras de él. Ella deseaba comprar la casa que él había vendido a la inmobiliaria, no podía creer su suerte, por lo que ver a los guardias saludándolo y reconociéndolo fue realmente muy agradable, asegurando que Candy Mc Bride era su esposa, le dieron pase inmediato sin aviso.

Continuara...


Mil gracias por sus comentarios en cada capítulo de esta historia que va volando por completarse.

Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar

por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa