Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, ojalá sea de su agrado la historia.
Habían pasado unos meses, los suficientes como para que Scorpius dejara de morir tan pronto en los entrenamientos de Alex, pero no los suficientes para llegar a tener un cuerpo tan marcado como el chico, aunque claro que su cuerpo estaba marcado, muchos de los tipos habían comenzado a verlo de forma que no le agradaba, el único que no parecía darse cuenta era precisamente, el único que quería que lo notara.
—Aun no comprendo que sigue siendo tan interesante en tu cabeza, que te sigues distrayendo con facilidad –lo reprendió Alex.
—Muchas cosas, para ser honesto.
—James –lo nombró Alex, haciendo que el castaño levantara la vista hasta ellos –por favor –pidió –pon orden con este rebelde.
—Es tuyo, te dije que…
—Poner orden en tus subordinados es tu obligación, además el miedo puede ponerlo alerta.
—No cuentes conmigo.
El castaño se alejó, siendo seguido por varios de sus hombres, aquella negativa que se unía a muchas antes previamente lo hicieron sentirse mal ¿por qué de la nada lo rehuía tanto? ¿Cómo iba a concretar su misión de volverse cercano? Y más cuando Kaplan iría a verlo en dos días.
—Creo que le caigo peor de lo que antes le caía –suspiró Scorpius.
—Posiblemente aun no te perdone lo de su hermana.
—Es cierto.
Aquella posibilidad lo golpeó, ni siquiera se había disculpado con él por golpearlo y menos porque su atrevimiento no le había dejado ni siquiera un rasguño, suspiró y continúo con su entrenamiento, hasta que Alex se aburrió y lo mando a la mierda.
Scorpius avanzó hasta la celda de James, que estaba recostado sobre su litera y leía uno de los libros más gruesos que había visto él y que no leería jamás por diversión y ocio, por mucho tiempo libre que tenían.
— ¿Qué rayos quieres? –Bufó.
—Disculparme contigo –informó nervioso –eso es lo que quiero.
—No recuerdo alguna trasgresión de tu parte.
—Por lo de la foto de tu hermana –le recordó, así que James lo observó por encima del libro, nada feliz.
—Además, con lo de la chica…
—Dijo que fuiste… suavecito, pero que no estuvo tan mal.
—Supongo que te lo dijo, ¿no? –Cuestionó.
—Mejor vete, antes de que me hartes y termines colgado en tu celda, como tu antiguo compañero –bufó.
El trayecto a su celda fue aburrido, hacía mucho tiempo que no pasaba nada interesante, así que cuando escuchó gritos pidiendo ayuda, se arrepintió de una, pasar por ahí en esos momentos, y dos, pensar que un poco de diversión sería mala idea.
Luchó contra cada una de las advertencias que le había dado Alex, Gregor y las amenazas de James, sobre que su grupo no se metía en asuntos de otros grupos, a menos que les afectara de alguna forma.
La celda estaba casi llena, y aun había hombres esperando en el pasillo, con una sonrisa gigante en el rostro mientras se estimulaban viendo lo que pasaba dentro de la celda, una vez que sus ojos grises capturaron la escena no pudo despegarla de ahí.
Kaplan ya le había dicho que ingresarían nuevos reclusos y que evitara que se unieran a James, pero solo ver a ese tipo siendo doblegado como él, casi a punto de ser violado, hizo que aventara a los que estaban en su camino.
—Yo que tú, le quitaría las manos de encima, Peter.
—Oh, el niño bonito está celoso, porque encontramos su reemplazo, chicos –sonrió y el resto de sus simios rieron con él.
—Es mejor que te marches, Malfoy –advirtió Peter –esto no es tu asunto, ni de James.
— ¿Me pregunto qué opinará si le digo que dijiste eso? Deidad, Peter dice que las cosas que pasan en Azkaban, no son asuntos tuyos.
—Las reglas ya estaban hechas incluso antes de que James o yo pisáramos esta u otra cárcel, así que mejor…
—Déjalo ir, si él estuviera en esto porque quisiera, no me entrometería, pero… pidió que lo dejaran.
—Mira –Peter se puso de pie y avanzó hasta Scorpius –puede que Takhon te hiciera un cuerpo más bonito –lo acarició del pecho –que seas secuas de la mano derecha de James, pero no tientes a tu suerte.
—Veamos entonces, iré a decirle a James, y que él juzgue lo que me estás diciendo, sabes lo que opina de que alguien inferior, se tome atribuciones con sus hombres –le sonrió.
—Deja al muchacho, o que uno de tus hombres vaya por James –lo retó.
—Vámonos, muchachos –soltó irritado Peter –las cosas no se quedarán así, ¿lo comprendes?
La mirada del rubio se dirigió al chico que estaba sentado en el suelo, con el trasero desnudo, le regresó la mirada con gratitud, así que Scorpius se sentó en la cama, y con un gesto le dijo que podía arreglarse el uniforme.
—Gracias –musitó.
—No agradezcas, yo hubiese dado todo porque alguien acudiera a mi auxilio cuando me ocurrió a mí –se encogió de hombros –Scorpius Malfoy –extendió la mano.
—Michael Diggory –lo saludó con una sonrisa.
—Mucho gusto, Michael, y deberías tener un poco más de cuidado, y si quieres protección, sin duda tendrás que unirte a un bando, pero ten en cuenta, que la gran mayoría, te pedirá sexo a cambio de protección.
—El sexo no es el problema, siempre y no sea entre varios y forzado.
—Ah, es que eres… de esos.
—Eres de esos también ¿no?
—No –se apresuró a negar.
—Homofóbico, me refería.
—Ah, no es solo que… bueno…
—Sí, soy gay, y lamento que salvaras a un rarito, cuando pensaste que era un macho hecho y derecho –suspiró.
—Bueno, es que… yo realmente no lo sé –suspiró.
—Si estás dudando, es porque lo eres, créeme, nadie duda lo que sabe.
Scorpius pasó toda la noche en la celda del nuevo, la charla fue tan amena y genial, que no le molestó que Michael le coqueteara abiertamente, las horas se le habían ido tan rápido realmente.
—Eres realmente guapo –comentó Michael inclinándose hasta él para besarlo.
—Te busca James –la voz de Gregor hizo que Scorpius se tensara, así que se alejó y notó al hombre sonriéndole –buenos gustos, amigo.
—Basta –soltó incómodo Scorpius –dime ¿sabes para qué?
—Sí, y trae a tu nuevo novio.
—Rayos –musitó el rubio.
Gregor, Scorpius y Michael caminaron hasta la celda de James, el nuevo recluso estaba un poco nervioso, nadie le había dicho nada sobre cómo eran las cosas en Azkaban, pero tomando en cuenta su bienvenida, no eran tan buenas como pensó que eran.
—Aquí están –informó Gregor.
—Gracias, Gregor, puedes irte.
—Pero Deidad… -la mirada seria de James interrumpieron sus protestas, le dedicó una mirada de disculpa a Scorpius y se marchó.
—Peter no tarda en llegar, así que dime tu versión de forma rápida.
—Iban a violarlo, no los dejé…
— ¿Usando mi nombre? –Elevó una ceja.
—Sí, Deidad, lo lamento –bajó el rostro.
—Dime, ¿Cuánto tiempo tienes aquí en Azkaban? –Preguntó tranquilo.
—Casi un año –informó viendo al piso.
—Sabes cómo funcionan las cosas ahora, ¿no, niño bonito? –Cuestionó Peter.
—Basta, Peter –soltó James levantando la mano, haciendo que se callara el tipo –pero contesta.
—Sí, sé que no debí meterme, pero… no pude evitarlo, simplemente no lo pensé dos veces antes de…
—Es hombre de Alex, dejaré que él lo discipline, ¿feliz, Peter?
—Sí, Deidad –sonrió observando al nuevo.
—En cuanto a ti…
—Lo quiero para mí –interrumpió Scorpius a prisa –estuve investigando con los demás, y puedo tenerlo si lo permite, Deidad.
—Hasta donde yo sé…
Scorpius jaló a Michael hasta él y lo besó, tan apasionado como no había besado a una chica con anterioridad, incluso a él le sorprendió bastante que fuera capaz de montar semejante espectáculo delante del gran homofóbico James Potter, aunque se suponía que él respetaba siempre y cuando no lo involucraran a él.
—Pues lo soy ahora –informó agitado –eso puedes agradecerle a Peter –bufó Scorpius.
—Sabes que no puedes salvar a cada chico nuevo que entre, ¿verdad? –Cuestionó irritado James.
—Claro que lo sé.
—No puedes hacerlo, James, es solo un capricho del niño bonito, no eres tan estúpido ¿o sí? –Soltó colérico, así que el castaño lo observó con aburrición –yo, lo lamento, Deidad, me exalté, pero este Malfoy ahora se paseará por todo Azkaban sabiendo que tiene su favor, ha estado interviniendo en asuntos que no, ¿Quién no le dice que es un infiltrado?
—Pues si es un infiltrado, sabe lo que les pasa ¿cierto?
—Q-Qué les pasa –tragó saliva.
—No es uno –golpeó el hombro de Peter –el nuevo es mascota de Malfoy, y por lo tanto de Alex, cualquier cosa, lo arreglas con él, no me interrumpas más por asuntos sin sentido.
La cara de Peter se descompuso por la furia, pero no dijo nada, la mirada que les dirigió a Scorpius y Michael fue una clara amenaza, pero decir algo podría afectar el estado de ánimo de James, que había estado tranquilo, y no quiso arriesgarse.
—No te quedes ahí, tan feliz –dijo James, llamando la atención de los otros chicos –aun así, Alex tendrá que disciplinarte por romper las reglas, ya te hemos dicho muchas veces como funciona Azkaban.
—Sí, Deidad, una vez más, disculpa.
La mirada de Scorpius se desvió del castaño y le sonrió a Michael cuando éste lo sujetó de la mano, provocando una pequeña arritmia en su pecho.
James observó la escena frente a él, si bien Zoé ya le había dicho que el rubio era de esos raritos, verlo aceptarlo tan abiertamente le sorprendía, y no de buena manera, él realmente no tenía problemas con los hombres raros, siempre y cuando no se metieran con él, pero no podía evitar enfadarse nada más de tener a Malfoy siendo tan cariñoso, con un tipo que había conocido apenas unas horas atrás, Peter tenía razón y Scorpius estaba encaprichado con el nuevo, igual que Gregor se obsesionó por Scorpius cuando llegó, pero entonces, ¿por qué no le permitió a uno de sus más leales hombres tener a Malfoy para él y sí dejó que el rubio tuviese una mascota?
—Lárgate de aquí –ordenó enfadado.
—Vamos –dijo el nuevo, arrastrando a Scorpius hasta él –muéstrame Azkaban.
Los dos se alejaron, normalmente Malfoy hubiese regresado la mirada, como pidiéndole permanecer cerca de él, y éste hubiese dedicado una mirada enfadada para que se marchara, pero en esta ocasión se fue sin más, molestando a James, ¿por qué le enfadaba tanto que el tipo fuese un rarito y encontrara una distracción? No podía comprenderlo, estaba fuera de sus capacidades eso.
Intentó por todos los medios distraerse y permanecer en su celda, pero no pudo evitarlo, mientras caminaba al patio, pudo notar la mirada enfadada de Peter en su dirección, pero no le interesaba para nada, una vez que el aire golpeó su rostro y meció sus cabellos se tranquilizó un poco, pero de inmediato sus ojos se percataron de él, Malfoy estaba riendo con Gregor y Alex, mientras su mano sujetaba la del nuevo recluso, los demás parecía que lo habían aceptado sin más.
—Bienvenido, pensé que dijiste que no tenías ánimo de estar afuera –soltó Alex, divertido.
—Creo que no tengo que darte explicaciones de mis decisiones, ¿o sí? –Cuestionó de mal humor –o díganme, ¿alguno de ustedes piensa que tengo que darles explicaciones?
—No, deidad –dijeron la mayoría en unísono.
—Es bueno que lo entiendan.
Se quitó la playera y avanzó hasta la barra, tenía que sacar todo ese enfado como diera lugar, y qué mejor que ejercitarse, dos de sus hombres se colocaron a los lados para cuidar que nadie se atreviera a algo mientras estaba distraído, pero no era como si no pudiese arreglárselas él solo.
Después de unas cuantas repeticiones y que fue teniendo que esforzarse más, pudo bloquear todo a su alrededor, y aprovechó ese espacio en blanco en su mente una vez generado, para poder dedicarse a pensar en las cosas que pasarían una vez que le quitaran el caso a su padre, ¿qué tipo de persona sería el nuevo detective? Esperaba que fuera un estúpido más.
—Y bien, ¿por qué te metieron a Azkaban? –Cuestionó Alex al nuevo.
—Drogas.
—No te ofendas, pero ni siquiera tienes una apariencia como para merecer una prisión de máxima seguridad.
—No quise hablar, así que precisamente por mi aspecto, el detective a cargo de mi investigación dijo que no sobreviviría ni media hora en Azkaban, que hablaría cuando la prisión terminara conmigo.
—Creo que no consideró que había un ángel guardián, ¿no, Scor? –Se burló del rubio.
—Yo solo quería librarlo de la bienvenida de Peter, lo demás no estaba en mis planes –se burló.
James observó sobre su hombro, el rubio y el nuevo se estaban besando, aquella escena llenó toda su mente de ruido negro, sin duda aquello era más poderoso que él mismo, lo superaba, hacía que Malfoy le agradara cada vez menos.
Se giró cuando notó que Alex había notado que estaba pendiente de lo que estaban hablando y estaba ocurriendo, así que se alejó, aquello no iba a ser suficiente para tranquilizarse.
—Vaya, parece que hoy la Deidad no ha recibido suficientes plegarias, está de mal humor, ¿se estará terminando su reinado?
James sonrió y observó a Peter. —Dame una razón más y…
—Yo que tú, tendría cuidado con el nuevo y Malfoy, ¿no crees que se dio muy rápido esa relación? Solo verlos, es como si ya se conocieran de toda una vida –se burló.
—No me interesa –gruñó.
—Pues debería, parece que se están ganando a tu mano derecha, Potter, no te sorprenda que te traicione, y mira que te prefiero a ti, que a Malfoy llevando este lugar.
—Si sabes algo, es mejor que lo digas ya.
—Saber, no sé nada, pero parece que Alex no te deja tocar a su mascota, y cada día va a ir quitándote más, y no serás libre de mandar ni castigar a tus hombres.
—No sé por qué odias a Malfoy, después de todo, te lo diste, ¿no?
—Pero lo quería para mí, quizás no lo comprendas, porque lo tuyo son las chicas, pero… es un desperdicio el verlo ahí, la bienvenida fue conjunta, son las reglas, pero… después de eso, lo quería para mí, noche tras noche, siendo mío, pero repito, no te pido que lo entiendas, Alex me quitó esa posibilidad.
