Hola a todos! He aquí el siguiente capítulo que espero que les guste. Pronto vendrán más historias que espero les gusten pero bueno, mejor no hacerles perder el tiempo. Así puestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!
….
Capítulo 62.
Albóndigas.
Iván eran de los que amaban la comida, no le ponía peros a nada, bueno, quizás a la comida vegana de Mylene, pero podía tragárselo aunque no fuera su favorita.
Ese día era muy especial, era su aniversario de novios y había invitado a Mylene a un lugar el cual ella le contó fue de pequeña con su padre y al que siempre quiso regresar. Ahorró mucho dinero e hizo algunos pequeño trabajos para poder costear su cita y mucho más, quería que fuese lo más especial posible, incluso se puso una camisa y pantalón de vestir sólo para la ocasión. Mylene, estaba más que encantada, ¡se sentía en un sueño! E Iván también al verla tan linda en ese vestido café de tirantes con camisa blanca de manga larga estilo cottagecore.
-Este lugar es hermoso, tal y cómo lo recuerdo.- dijo viendo el sitio decorado con plantas y pequeñas luces haciendo alusión a un restaurante italiano.
-Espero que te guste, y por si acaso los chicos me ayudaron a investigar el lugar y supe que tienen buenos platillos vegetarianos.
-Oh, Iván, qué dulce de tu parte.
Los dos jóvenes esperaron con paciencia ser atendidos en su mesa, sin embargo, parecía que el mesero ni siquiera los había visto.
-Amm, disculpe.- intentó llamar Mylene pero el mesero hizo como que no la escuchó.- Disculpe.- esta vez fue más notorio que los estaba ignorando. Intentaron que el mesero les atendiese sin éxito hasta que Iván, furioso, se levantó de la silla y se interpuso en el camino del mesero.
-Hey, lo estamos llamando desde hace rato.
-Perdón, pero hay otros clientes por delante.
-Pero nosotros hemos estado aquí ya un buen rato.
-Hay clientes, y sin ofender, pero más importantes y con más clase.- prácticamente empujó a Iván para pasar. No lo podía creer, ¿de verdad los estaba ignorando? Mylene tomó el brazo de Iván, no muy contenta por el trato del mesero.
-Ven Iván, vamos a quejarnos en la entrada.
La pareja dejó la mesa y fue a la entrada donde estaba el encargado que fue quien los recibió afirmando su reserva.
-Disculpe.- llamó Mylene al señor que les recordó un poco al maestro de esgrima de Adrien.
-Buenas tardes, ¿qué tal su comida?
-Opinaría pero no hemos probado nada.- se quejó Iván aguantando las ganas de gritar.
-Hay un mesero muy grosero que nos ignora por completo y atiende a los demás clientes. Hemos estado esperando por más de media hora. También nos insultó diciendo que no tenemos clase.
El encargado pareció de repente haberse tragado una rana.
-¿Qué mesero es?
-Es uno delgado, rubio y de mala cara.- describió Iván y este pareció saber quién era en el momento.
-Les pido una disculpa, en unos momentos más otro mesero les atenderá, los guiaré de vuelta a su mesa.
Dejó a alguien más en la entrada y fueron a la mesa, pero grande fue su sorpresa al ver a otra pareja sentada en la mesa. Incluso el encargado pareció confundido.
-Muy buenas tardes, una disculpa pero esta mesa ya está reservada.
-Lo sentimos, no sabíamos.- dijo el varón y la mujer explicó.
-Lo que pasa es que un mesero nos acomodó aquí cuando le preguntamos si podíamos cambiarnos de lugar.- señaló al mismo mesero.
-Los acomodaremos en otra mesa, pero si necesitamos esta mesa que está reservada.- la pareja asintió sin problemas, moviéndose a un par de mesas de distancia y tras acomodar a las parejas y llamar a un par de meseros para atenderlos, llamó al mesero maleducado y lo llevaron a la parte de atrás.
La nueva mesera que les atendió fue muy amable, y les dio algunas recomendaciones de la casa. Mylene estaba de nuevo feliz y su sonrisa hizo que Iván se olvidase por completo de lo ocurrido con ese mesero de quinta, aunque pudo ver de reojo como el mesero caminó en largas zancadas a quién sabe dónde, casi empujando a uno de sus compañeros que le llamó la atención pero que ignoró. Se alegró mucho que le hubiesen regañado como era debido.
-¿Ya decidieron qué desean ordenar?
-Yo una pasta fettucini vegetariana y una lasaña de berenjena.
-Yo una carne al burro con una pasta con albóndigas.
-En unos momentos estará su pedido.- la mesera se marchó y Mylene le sonrió.
-¿Estás seguro que podrás comer todo eso?
-Admito que tengo mucha hambre. Pero si no puedo, ¿me puedes ayudar con las patatas?
-Claro que sí.
Iván le sonrió a su novia, aunque pudo ver por el rabillo del ojo de nuevo al mesero moverse en el fondo y desaparecer. Tuvo un extraño presentimiento…
Pronto vio a su mesera y a otra más llegar con los platos. Iván se estaba muriendo de hambre, ya casi podía saborear su plato gracias al aroma que despedía de mantequilla y hierbas. Notó que otra mesera se llevaba un plato de espagueti con albóndigas a otra mesa cercana, reconociendo a la persona en esta como Nadja Chamack que iba acompañada del presentador Alec.
-¡Qué bueno se ve!
-Y también el sabor es bueno.- escucharon a la pareja de la televisión expresarse y Mylene le sonrió dulcemente a su novio.
-Bueno, creo que es nuestro turno.
-Adelante, tú primero.
Tenía que admitir que era la primera vez que se le antojaba probar algo de la comida de Mylene, se veía muy bueno y verla saborear la comida con una gran sonrisa hacía que todo el esfuerzo valiera la pena. Pronto fue su turno, cortó la carne y la probó dejando de lado el espagueti por el momento, pero cuando su tenedor comenzó a rodar sobre la pasta un grito llamó la atención de todos los comensales y el personal. Nadja se levantó de su asiento horrorizada y gritando con fuerza, cuando el encargado llegó ella tenía una cara verde.
-¡¿Esto es acaso una broma de mal gusto?!- señaló su pasta con albóndigas, el encargado se acercó y su rostro cambió de color entre un verde y un blanco. Fue que en una de las mesas cercanas alguien gritó.
-¡Esas no son albóndigas! ¡Son ojos!
El encargado intentó calmar a los presentes, aunque todos habían escuchado aquello e Iván dejó caer el tenedor de la impresión, mirando su pasta con albóndigas con desconfianza. Hizo un esfuerzo descomunal para no vomitar.
-¿Iván? ¡Iván!- Mylene se había levantado preocupada. Era la primera vez que le veía tan mal pero no lo culpaba. Pronto vio una conmoción en el fondo aunque ella no pudo ver qué o a quién era al que estaban buscando.
…
El restaurante cerró por esa noche, pidiendo disculpas a sus comensales y ofreciéndoles la próxima reservación completamente gratis. Iván y Mylene también comenzaron a retirarse como todos los demás.
-Siento mucho que nuestra cita se arruinara.- dijo Iván en tono triste, incapaz de ver a su novia.
-No es tu culpa Iván, la verdad es que disfruté mucho todo y estoy feliz del gran esfuerzo que hiciste sólo para cumplirme este capricho.
-No es un capricho, Mylene, y haría lo que fuera para hacerte feliz.- las mejillas de la chica se sonrosaron sintiendo que caía más enamorada de él.
-Te amo Iván. Pero sabes, me pregunto quién habrá sido el culpable de algo tan horrible.
Estaban en la salida dejando sus datos para una posible devolución o futura reserva ya pagada cuando Iván vio a un mesero y a un chef llevar casi a rastras al mesero que los trató mal. Antes de pasar a lo que parecía la cocina, este se volvió y les dedicó una mirada llena de odio y resentimiento antes de ser empujado al interior donde los gritos fueron sofocados por la puerta.
La noticia se hizo pública y el mesero no sólo fue despedido, sino también arrestado. Alya sostenía el periódico en el salón y se los estaba leyendo a todos.
-La persona ya tenía varias quejas sobre su mal trato con los clientes, mostrando una actitud clasista y déspota. Y ese día, le llamaron la atención una vez más por lo que decidió vengarse de quienes se habían quejado, poniendo en el plato de albóndigas ojos de vaca. Ugh, qué cretino.
-Qué asco de tipo.- dijo Kim que se asomó desde su banca.- No sé cómo hay gente así.
-Es muy cierto, si no te gusta tratar a las personas mejor cambia de trabajo.- dijo Nino haciendo que todos estuviesen de acuerdo.
-De sólo imaginarme aquella desagradable escena…- Marinette parecía a punto de vomitar y Adrien asintió.
-Lo bueno que arrestaron a ese tipo y espero que pague por ello.
Todos asintieron aunque Iván estaba por demás callado, cosa que Mylene notó y lo sacó del salón quedando ambos apoyados en la barandilla.
-¿Te sientes mal?
-Yo lo vi.- dijo en un tono serio.- Yo lo vi moverse en el fondo y el plato que pidieron fue el mismo que yo pedí. Ese plato era para mí.
Mylene tomó su mano sintiéndolo temblar y se apoyó en él, no sabiendo qué decirle en ese momento. Quería abrazarlo y encontrar las palabras correctas para consolarlo, al mismo tiempo que estaba furiosa con tan horrible ser humano que arruinó su velada y la de muchos otros.
-Mylene…
-¿Mmhm?
-La pasta que probaste, ¿estaba buena?- ella hizo un amago de sonrisa.
-Sí, estaba buena.
-… ¿Puedes darme algunas sugerencias de platillos la próxima vez que vayamos?
Mylene asintió. Iván tardaría un tiempo en volver a pedir sus habituales platillos cárnicos, pero se recuperaría de la impresión. Aunque de algo se daría cuenta Mylene con el pasar de los años, aun cuando estuviesen casados, y es que Iván jamás volvería a pedir un plato con albóndigas en toda su vida.
…
Y… cuidado con hacer enojar al mesero! Jajajaja! Bueno, y espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas de temporada y en la próxima veremos a una valiente gatita pelear con un horrible fantasma, ya puestos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
