ADVERTENCIA: ¡Hay escenas subidas de tono en este capítulo! (Siempre Lemon, nunca inlemon) ԅ(≖‿≖ԅ)

Joke's on you, Shota! Capítulo 11: Todo mundo tiene un secreto.

Advertencia: Escenas Lemon en este capítulo (っ˘ڡ˘ς)

En toda su existencia Aizawa Shota había leído muy pocos libros infantiles. Desde pequeño había demostrado gran inteligencia y se había aplicado con ahínco a los estudios. Jugaba poco o nada con chicos de su edad y prefería los juegos de estrategia; era muy común verlo jugar con su abuelo alguna partida de Go por las tardes.

Y ahora estaba allí, en la cama del hospital totalmente enfrascado leyendo un cuento infantil que era completamente absurdo de la época en que los quirks no existían. Era acerca de una niña con fuerza sobrehumana y que vivía completamente sola y a su modo. Ni siquiera tenía moralejas que pudieran enseñarle algo a los niños que la leyeran, sino que validaban la irreverencia de la protagonista.

Pero no podía parar de leer.

En cada episodio le parecía visualizar a la niña, no pelirroja cómo la describía el libro sino con el cabello verde cómo la menta. En especial en el capítulo dónde la pequeña niña va por primera vez a clases y acaba con la paciencia de la profesora.

Se quedó hasta tarde leyendo las historias y horas más tarde le entró el sueño y cerró el libro.

Quién quiera que le hubiese obsequiado ese libro a Ms. Joke había encontrado, sin duda, un parecido entre la protagonista, Pipi, y ella.

Y eso le molestaba porque quería decir que se trataba de alguien demasiado cercano que era capaz de poner una dedicatoria diciendo que amaba la sonrisa de Ms. Joke por sobre todas las del mundo. Se preguntó si habría sido alguna ex pareja de años atrás y por qué Ms. Joke seguía soltera; cualquier mujer querría una pareja que fuera capaz de expresar sus sentimientos cómo en aquella peculiar dedicatoria. Y Shota también pensó que tanto ese libro cómo la persona que se lo obsequió debían de seguir siendo muy importantes en la vida de la heroína de la sonrisa, pues de no serlo ¿Por qué ella tendría ese libro entre las cosas que tuvo consigo en el hospital?

Shota frunció el ceño. No sabía por qué estaba pensando de más esas cosas, no tenía lógica el hacerlo. Él y Ms. Joke no tenían nada más en común que haber sido héroes en prácticas en una misma área y después fueron docentes en escuelas para héroes. Ella era todo esplendor y él más bien oscuridad. Y si bien él había admitido que la mujer le gustaba, la había alejado siendo un patán. Pero se repetía a sí mismo que era lo correcto, que no podría atraerla al círculo de la desgracia que su presencia irradiaba. Ni a ella ni a nadie más.

Dejó el libro en la mesita al lado de la cama y apagó las luces. Suspiró largamente mientras veía el cielo nocturno por la ventana, se podían apreciar las estrellas titilantes y la luz de la luna. Pensó en sus alumnos, en sus colegas, en la pequeña Eri. Aún tenía que determinar si volvería a la enseñanza. Quería pensar que siendo docente había preparado a otros a ser más precavidos, a usar la lógica y a ser dignos de llamarse héroes. Pero también se culpaba por no haber visto las señales de que Midoriya era el heredero de All Might. Se había equivocado una y otra vez con ese chico; pensó que sería un lastre y había salvado a mucha gente, héroes incluídos.

Había dudado de él por inercia al ver su incapacidad de controlar su quirk, pero viendo los pasos agigantados que daba su alumno debió haber sospechado. No era la primera vez que le ocurría; en el pasado había subestimado a "The Crawler" quién se llegó a convertir en una leyenda suburbana frente a sus ojos y ahora era un héroe profesional en América.

Sin duda EraserHead también podía ser un poco idiota.

Poco a poco fue quedándose dormido. Se sentía demasiado cansado y tenso por los pensamientos recurrentes de no ser lo suficiente para nadie, de fallarle a todos. Había tenido un día difícil, demasiado.

Tuvo un sueño turbulento y nebuloso dónde podía ver a Ms Joke despojándose del leotardo negro, llamándolo a hacerla suya.

Despertó violentamente cuándo sintió un peso encima suyo.

Pudo apreciar la silueta de la heroína conejo sobre él, con la bata médica a medio quitar, sentada sobre él, frotándose contra su erección. No llevaba la parte de abajo de la ropa de hospital.

¡Sssshhhhh! —lo calló Rumi poniendo la mano sobre la boca de Shota —Vengo a cobrarte lo de la tarde, Eraserhead —dijo escrutándolo con la mirada y sonriendo con seguridad.

Shota no se movió. Sabía perfectamente a qué se refería Rumi.

Ya sabes cómo es esto, Eraserhead —dijo Rumi en voz baja —Voy a soltarte y no harás escándalos, lo menos que quieres es que vengan las enfermeras y todo mundo se entere ¿Cierto?

Shota asintió. Rumi podría destrozar su propia reputación y no le importaría arrastrarlo con ella. Apenas su boca fue liberada, pudo hablar.

¿Qué demonios te pasa por la cabeza, Miruko? —preguntó Eraserhead en voz baja.

Oh, nada. Sólo que me obligaste a pasar un rato desagradable con ese doctor y creo que un momento agradable contigo podría balancear las cosas —Rumi comenzó a frotarse contra la virilidad de Shota — Cómo en los viejos tiempos…

Llevaban un par de años teniendo sexo casual cuándo se daba la oportunidad. Pero eso no era muy seguido debido a la agenda tan estrecha de ambos; pues Shota era profesor de la U.A con cada vez más exigencias que cumplir para guiar a sus alumnos y Rumi era una heroína profesional del más alto rango; siempre ocupada y con una tenacidad increíble. Todo había empezado cuándo cerraron el segundo caso en el que les había tocado trabajar juntos, ellos echaban chispas de tensión sexual desde la primera vez que colaboraron y en esa ocasión habían decidido acostarse; Shota por mera lógica para resolver la tensión y Rumi por puro instinto.

Y les había resultado bastante bien. Ninguno estaba buscando amor o una relación; sólo eran revolcones de ocasión que les servía cómo válvula de escape y eso les funcionaba a la perfección; no había sentimientos involucrados, sólo actividad física y necesidades que satisfacer. Nada más, nada menos.

No estaba orgulloso de ello. Era un pequeño, sucio y vergonzoso secreto que Shota llevaba guardando desde hacía tiempo; no era un hombre de moralidad intachable cómo hacía creer al mundo.

A pesar de estar cansado, Shota le subió la bata médica para tener acceso a los muslos de Rumi. Ya tendría tiempo de fustigarse mentalmente a sí mismo más tarde, pero su cuerpo le pedía liberar tensión con urgencia. La escasa luz que entraba por la ventana le dejaba ver el detalle de su vello púbico platinado.

Rumi seguía frotándose contra la virilidad de Shota sobre la bata de éste, incitándolo, apoyando firmemente sus prótesis sobre el colchón. A ambos les costaba todavía adaptarse pero la necesidad era imperiosa. Habían sido semanas de mucho estrés y al parecer los dos habían tenido sacudidas emocionales en los últimos días; ambos necesitaban esto.

Shota corrió la bata para liberar los senos de Rumi, amasándolos con fuerza. A ella no le molestó, le gustaba rudo.

Sin marcas esta vez… —le dijo Shota en voz baja al sentir un suave mordisqueo en su hombro.

¿Eh? Antes no te molestaba…—respondió Rumi con una risita socarrona —Tienes tantas cicatrices… ¿Qué tanto da una marca más?

Shota gruñó. En el fondo sabía que la heroína conejo tenía razón —No dejes marcas en zonas visibles.

¡A veces eres tan mojigato! —rió Rumi rodando los ojos —No te preocupes, no dejaré rastros que dejen en mal al profesor más correcto de la U.A… Aunque sabes que yo no tengo ese problema, puedes morderme todo lo que quieras.

¡Bendita socarronería de Rumi! ¡Bendita su lascivia y la desfachatez que la acompañaban! Era lo que Shota necesitaba para olvidarse de sus preocupaciones al menos por un rato.

Sin detenerse a pensarlo, Shota se prendó de los turgentes senos de Rumi, lamiendo y mordisqueando sus pezones con desesperación, tomándola del talle para acercarla más a él, imaginando que ese suave y cálido pecho era de una heroína sonriente de verdes cabellos. Rumi suspiró ante el contacto y contuvo un jadeo al sentir cómo Shota chupeteaba sus pezones y frotaba su piel con frenesí.

Las manos de Rumi corrieron la bata médica que servía de barrera entre la virilidad de Shota y se frotó con más intensidad contra él al descubrir que llevaba bóxers debajo. Con gran habilidad bajó la ropa interior de Shota hasta sus muslos. A diferencia de ella, Shota era más pudoroso.

Él podía sentir la humedad de la heroína conejo sobre suyo y su miembro, altivo y duro reaccionaba ante la fricción.

Entra ya… —Lo animó con voz rasposa, mordisquéandole el oído. Era una mezcla de orden y súplica que a Shota le resultaba explosiva.

No hizo falta pedirlo dos veces. Shota tomó a Rumi de la cintura para elevarla un poco y así poder penetrarla por fin. Se deleitó con su interior empapado y caliente mientras sus manos se atrincheraban en sus caderas, tironeando un poco de su esponjosa cola de conejo.

El resultado fue tal cómo esperaba; ella se revolvió encima suyo, extasiada. Ese era un punto débil que había descubierto en uno de sus primeros acostones. Shota le tapó la boca de inmediato para evitar que soltara algún gritito obsceno.

Rumi le lanzó una mirada incendiaria cuándo movió sus caderas en respuesta, disfrutó ver al héroe borrador morderse los labios para obligarse a sí mismo a guardar silencio también.

La luz de la ventana sólo perfilaba las siluetas de ambos; eran dos amantes desesperados por desfogarse, por contacto humano y caricias indecentes. No tenían más que ofrecerse que aquellos encuentros furtivos dónde lo único que necesitaban el uno del otro eran esas oleadas de placer que los azotaban cuándo daban rienda suelta a sus instintos más bajos, incluso Shota se aventuró a imaginar que a quién tenía entre sus brazos era la mismísima Ms. Joke.

En la habitación se escuchaban los suspiros contenidos en la piel del otro, el sutil rechinido de la cama por el vaivén de los amantes. Shota estaba esforzándose por adentrarse más en la heroína conejo; apretujó sus nalgas y mordió sus senos con desesperación, causándole espasmos que él pudo sentir en su virilidad.

A su vez Rumi enterraba las uñas en la espalda de Shota en señal de que estaba a punto de correrse y eso lo incentivó a aumentar la intensidad de sus embates y caricias.

Apenas Rumi alcanzó el orgasmo Shota salió de ella para correrse sobre su vientre, que había quedado descubierto durante la faena. Se quedaron unos minutos así, mirándose entre las penumbras, sudorosos y jadeantes. Rumi podía ver mucho mejor que otros en la oscuridad; era parte de su quirk de conejo. Podía distinguir los mechones de cabello húmedo cubrir los ojos de Shota, la mueca que el placer había cincelado en su rostro; las nuevas cicatrices de la última batalla; los pectorales marcados por el ejercicio constante. Eraserhead no estaba nada mal bajo ese traje de héroe que más bien parecía un pijama y su desempeño en la cama era digno de presumir; muchas heroínas lo pensarían dos veces antes de mirarlo por sobre el hombro si supiesen de lo buen amante que era.

Bien, Eraser… —sonrió Rumi con altivez, reclinándose hacia atrás, sin pudor a exhibirse. —Supongo que vendré a verte en otra ocasión; escuché que estaremos un tiempo por aquí…

Recovery Girl no puede ayudarnos más; y tenemos que esforzarnos en manejar las prótesis —dijo Shota jadeando pero frotando los muslos de Rumi.

Si, eso ya lo tengo asumido… Aunque no está de más el poder tener un descanso cómo ahora. ¡Ah, qué falta me hacía! Sigues siendo tan bueno cómo recordaba.

Siempre es un placer… —respondió Shota sintiéndose un poco orgulloso del halago y recargándose en la almohada, exhalando profundamente.

El placer fue mío —rió Rumi con cinismo —En especial porque al entrar ya estabas más que listo, hasta pensé que habías anticipado que vendría, pero estabas completamente dormido. Sea lo que sea que soñaste, lo agradezco. Nos ahorró tiempo. ¿Con quién soñaste? ¿Quizás con alguna de las Pussycats? ¡Oh! ¡No me digas que fue alguna de ellas la que te trajo esas flores! —preguntó Rumi, un poco burlona señalando los tulipanes en la oscuridad. —¡Qué ternura!

Shota hizo una mueca de incomodidad y soltó un gruñido, tensándose de nuevo. No le gustaba hablar de esas cosas, en especial con ella. No eran amigos; sólo amantes de ocasión. —No es asunto tuyo.

¡Oh! ¿Toqué una fibra sensible? —Rumi ladeó la cabeza fingiendo inocencia, haciendo que sus lacios y largos cabellos de plata se mecieran sobre su semidesnudez y luego rió —Ya no te enfurruñes y pásame un pañuelo desechable.

Shota extendió la mano derecha hacia la mesa y tiró el libro junto a la caja de pañuelos desechables. Maldijo en voz baja, aún no se acostumbraba a no poder percibir la profundidad de dónde se ubican los objetos por la falta de su ojo.

Ya lo hago —Rumi se estiró y tomó impulso para bajar de la cama. Se escuchó el choque metálico de su prótesis al contacto con el piso. Shota pudo apreciar que ella podía moverse con más libertad que él; no era de extrañar pues la heroína conejo era varios años más joven a comparación suya y tenía una agilidad y fuerza más allá de lo humano. Recogió las cosas del piso y las puso en la mesa; aprovechó de limpiarse la piel, regalándole a Shota la vista de su trasero. —¿Y este libro? Creo que ya estás bastante grandecito para los cuentos, Eraser…

El ceño de Shota se frunció ante la interrogante de su amante porque no tenía una respuesta lógica para respaldar el por qué tenía el libro allí. En silencio se subió la ropa interior y el pantalón del hospital. Mientras tanto, Rumi estaba inspeccionando con curiosidad el bolso que se encontraba también en la mesa. —Deja eso, Miruko…

¡No seas aguafiestas!

Ese bolso no es mío…

Sí cómo no… —Rumi sacó el sostén deportivo y lo colocó sobre su pecho —¿Es acaso es algún fetiche secreto tuyo, Eraser?

Eso pertenece a otra persona. Tengo que conseguir a alguien que se lo entregue.

¿De quién es? —Rumi se fue de hombros cuándo vió la expresión de Shota. —¡Bah! Sea quién sea deben gustarle mucho los pasteles para usar perfume con olor a mantecada… No me extraña que sea Copa D…

Ahora Shota tenía un dato más en su mente referente a Ms. Joke, cortesía de Rumi.

¿Podrías dejar eso en dónde estaba de una puta vez?

¡Uy, Don Moralidad anda de mal genio! —Rumi se balanceó con ritmo juguetón, aún con la prenda sobre su bata —¿No quieres que me la ponga mientras lo hacemos de nuevo?

Shota demoró unos pocos segundos más de lo que hubiese querido en procesar la indecente proposición de Rumi.

Ni se te ocurra —respondió Shota con voz ronca. No deseaba cruzar esa línea. Una cosa era fantasear en secreto con Ms. Joke y otra muy diferente que otra persona usara su ropa mientras lo hacían.

¡Aguafiestas! —bufó Rumi dejando la prenda en el bolso —¿No te aburres de ser siempre tan correcto?

¿Y tú no te aburres de romper las reglas todo el tiempo?

¡Obvio no! —dijo Rumi volviendo a la cama y sentándose al lado de Shota —El mundo ya tiene muchos soldados perfectos y correctitos cómo tú, Best Jeanist, All Might…

Y mira cómo acabamos… —dijo Shota con una mueca irónica en el rostro.

¡Hey! Todos sabemos que los héroes tenemos una alta posibilidad de morir peleando o en el mejor de los casos, sobrevivir con piezas menos. Creo que estamos del lado correcto de la balanza. —Rumi dió un golpecito a su prótesis del brazo —Esto incluso es una mejora, no seas llorón.

En silencio Shota contempló la sonrisa llena de seguridad de Rumi; ella era imprudente, visceral, completamente irracional. Pero tenía esa valentía que la hacía seguir adelante frente a cualquier adversidad. Se preguntó si quizás se debía a que estaba un poco demente.

Ven acá, chica conejo —la llamó haciéndole una seña con el dedo índice y Rumi dió un suave brinco en la cama para quedar sobre él —¿No querías una ronda más?

¡Oh, por Dios, si! —Exclamó Rumi, divertida —Será mejor que sea rápido antes de que los enfermeros hagan su patrullaje.

Vaya que tenías todo planeado.

No tienes idea de lo que es pasar el celo hospitalizada.

Puedo hacerme una idea.

Dudo mucho que lo sepas, Eraser. —Rumi le mordisqueó los labios antes de sacarse la parte de arriba de la bata —Es parte del paquete de "Todo lo que hace un conejo".

¿También marcas territorio haciendo pipí y heces?

Rumi le soltó un coscorrón que Shota con facilidad logró evitar tomándola de la muñeca. Permanecieron un momento así, echando chispas por la mirada antes de continuar con otra ronda de placer que ambos necesitaban con desesperación: Rumi por la demanda de su cuerpo en pleno apogeo hormonal y también al igual que Shota, para desfogarse de toda la tensión que llevaba acumulando a lo largo de su vida.

Veinte minutos después Rumi se escabulló sigilosamente hasta su habitación, dejando a Shota tan agotado que éste apenas pudo acomodarse la ropa de nuevo antes de caer en el profundo sopor del sueño.

No supo más de sí mismo hasta la mañana siguiente cuándo Nao lo despertó.

¡Gracias a Dios que despertó! —exclamó el enfermero llevándose una mano al pecho por la impresión de ver cómo Shota abría su ojo de imprevisto y lo miraba fijamente —Estuve a punto de llamar al equipo de urgencias, pensé que se había muerto…

¿Qué tienen en este hospital contra el buen dormir? —murmuró Shota incorporándose lentamente en la cama, con gran pesar.

Lo siento, es que ya son casi las diez de la mañana y debe desayunar; recuerde que salió con un peso debajo del promedio en el último chequeo.

Shota hizo una mueca de desgano. Desde niño había tenido una complexión delgada pero le molestaba admitir que en estas semanas había perdido más masa corporal sin contar obviamente su pierna. La última batalla le había afectado en muchos niveles.

Con delicadeza Nao puso la bandeja frente a él, era un desayuno rico en proteínas y nutrientes. Shota agradeció la comida y empezó a comer. Nao lo dejó desayunar tranquilo y cuándo regresó se sintió contento de ver que Shota había terminado la comida.

Aizawa-san, es momento de salir un rato; sé que usted es un poco más de permanecer en las penumbras por su trabajo, pero es importante que salga a tomar aire fresco y sol.

Shota asintió; era consciente de que tenía que poner de su parte para poder recuperarse. En años anteriores ya había tenido regaños del equipo médico de la UA, en especial de Recovery Girl por sus bajísimos niveles de vitamina D. Lo menos que quería es que la anciana se la pasara sermoneándolo cuándo la viera de nuevo; ella le recordaba un poco a su abuela y le tenía un gran afecto. Le había prometido que haría lo posible para recuperarse por su cuenta antes de que ella intentase usar su quirk en él.

Luego de un rato Nao llevó a Shota en una silla de ruedas hasta las áreas verdes del hospital; habían sido reconstruidas en su gran mayoría a una velocidad increíble. La administración del hospital consideraba que si bien eran tiempos difíciles, tenían que hacer lo posible para que las instalaciones estuviesen en óptimas condiciones para mantener una excelente calidad de atención a todos sus pacientes; la guerra era inminente pero deseaban que las personas hospitalizadas empezaran a recuperarse con tranquilidad.

Nao dejó a Shota junto a unas bancas dónde dos ancianos estaban jugando una partida de Go! En un extremo estaba un hombre de mediana edad, alto, con una serie de espinas en las sienes. Y del otro lado se encontraba Gran Torino, que tenía su bastón al lado y una bolsa de papel de estraza.

Los miró jugar la partida en silencio; estaban muy concentrados en sus jugadas, en especial Gran Torino. Pero el hombre de las espinas le ganó con mucha facilidad. Gran Torino felicitó con entusiasmo a su rival quién agradeció la partida antes de marcharse y Gran Torino se quedó en la banca, mirando confundido el tablero cómo tratando de comprender la jugada con la cuál lo habían derrotado.

No ocupaste las libertades… —dijo Shota finalmente.

¿Las libertades?

Se le dice así a las secciones que están vacías y están junto a un grupo de tus piedras. Mira —Shota replicó la jugada añadiendo las fichas que Gran Torino había perdido y le mostró cómo debía moverlas.

¡Ya veo! Este juego tiene muchas más reglas y trucos de los que pensé… —asintió Gran Torino y miró a Shota —Gracias, Eraserhead. No pareces del tipo al que le guste este juego.

Tú tampoco y hénos aquí —respondió Shota —Aunque a tu edad ya deberías ser un jugador con experiencia. Este es un juego de viejos.

Creo que ambos estamos fuera de nuestros respectivos tiempos —rió Gran Torino y se acomodó en la banca para ver el paisaje. —¿Cómo vas con tu recuperación?

Lento. Tú te ves más repuesto que yo.

Palos y piedras pueden hacernos daño, pero hay cosas que pueden dañarnos mucho más.

Shota lo miró en silencio y siguió la mirada del anciano hasta dónde se encontraba el hombre de las espinas junto a una mujer mayor de cabello recogido en una larga trenza, estaban sentados en una banca más lejos, él había cortado una flor y se la había entregado en silencio; ella sonreía cómo si se tratase del regalo más precioso del mundo. Era una escena muy dulce y a la vez hiriente.

Sé que debió ser muy difícil pelear contra Shigaraki… —empezó Shota.

Oh, eso no fue lo difícil, Eraserhead… Lo difícil fue enfrentarme a mis propios errores.

No es tu culpa; Gran Torino. Tú respetaste la voluntad de Nana Shimura.

Debí haber respetado mi propia voluntad entonces…

¿De qué hablas?

Siempre tuve dudas sobre Kotaro, sobre si era mi hijo o no. Pero Nana aseguraba que no lo era. Yo decidí creerle; aunque en ese momento habían comentarios de que él y yo nos parecíamos mucho… Conforme el peligro fue más inminente por el poder del One For All y la sobre de All for One Nana tomó la decisión de enviarlo lejos y nos hizo jurar a All Might y a mí que no lo buscaríamos y luego fue tan tarde… —Gran Torino soltó un fuerte suspiro y sacó un mechón de cabello blanquísimo de su bolsillo —Y ahora, tras todos estos años pude salir de esa duda.

Shota se quedó de piedra. Estaba siendo testigo de una importante confesión.

¿Ese es el cabello de Shigaraki?

Si, es el cabello de Shimura Tenko, mi nieto.

¡Imposible!

Créelo, Eraserhead. Apenas tuve fuerzas pedí que hicieran una prueba para confirmar si éramos parientes. No hay duda; es mi nieto. Esa criatura despiadada es mi nieto. Y yo fuí el más cruel por dejarlo solo.

Shota se preguntó el por qué Gran Torino le estaba contando aquello; ellos no eran realmente cercanos; pero luego miró a la pareja de ancianos a lo lejos y lo comprendió; Todos los contemporáneos de Gran Torino ya no existían. Seguramente habrían muerto en servicio y los más afortunados ya de viejos.

All For One es el único cruel. —sentenció Shota con firmeza; recordando el destello de Oboro entre las tinieblas —A él no le importa nada más que él y su deseo de conquistarlo todo. No tiene respeto por nada. Ni vivos ni muertos.

Gran Torino miró a Shota prestando atención en cómo estaba apretando los puños sin darse cuenta. El anciano había vivido lo suficiente cómo para reconocer cuándo alguien era hermano del mismo dolor.

No puedo culpar de todo a All For One —suspiró Gran Torino negando con la cabeza. —Yo también tengo culpa en esta historia. Tuvimos un desliz en una noche de copas cuándo ella ya estaba casada. Pero ella aseguraba que el bebé era de su esposo. Cuándo a él lo asesinaron, Kotaro nació prematuro por la impresión o al menos eso pensamos; debí haber insistido en conocer la verdad y hacerme cargo de criar a Kotaro aún en contra de la voluntad de Nana… Quizás así se hubiesen evitado todas estas desgracias; quizás Tenko nunca se hubiese convertido en Shigaraki. —Tomó la bolsa de papel y la puso en su regazo con melancolía —Quizás podría compartir con él los taiyakis que tanto le gustaban a su abuela…

Fue el turno de Shota para contemplar ahora a Gran Torino con tristeza, comprendiendo en silencio que todos llevaban un pasado que acarrear; Gran Torino, Endeavor, Hawks, All Might, Present Mic, él mismo. Todos habían amado y perdido; ya fuera amigos, colegas, alumnos y familia en el trayecto. Raro era el héroe que no había sufrido una pérdida a lo largo de su carrera. Se quedó meditando con los dedos entrelazados.

Sé lo que es pasar noches enteras pensando en las cosas que pudimos hacer diferentes en el pasado —empezó a hablar de pronto, manteniendo su vista en los árboles frente a ellos, donde había un grupo de mujeres y niños conversando —Los remordimientos, los caminos que nos hubiesen llevado a otro punto en nuestras vidas o que hubiesen mantenido con vida a otros… Pero eso al final de cuentas no es lógico ni productivo; lo mejor es pensar en lo que se puede hacer ahora…

¿Crees que haya alguna oportunidad de hacer algo a estas alturas?

Shota pensó en posibilidades; en el camino de la redención que sonaba muy a fantasía pero en el que Midoriya creía fervientemente. Él no compartía esa creencia aunque muy dentro tenía la esperanza de que Shirakumo volviera a ellos, pero había tantas variantes: ¿Qué pasaba si volvía pero tenía sólo sufrimiento?¿Que pasaría con su familia, que lo habían llorado y sufrido desde su funeral? ¿Quién le diría, en caso de que recuperara su identidad, el conteo de daños y muertes que él ocasionó bajo el influjo de All For One? El caso de Shigaraki podría haber sido similar. Fuese como fuese, el lavado de cerebro al que fueron sometidos por AFO había sido intenso y a profundidad; aún sin los detalles de cómo había sido posible no podía sino impresionarse y llenarse de terror ante tal habilidad.

No lo sé. —dijo Shota de pronto —Pero si hay alguna oportunidad de salvarlo, jugaré todas mis cartas para traerlo de vuelta. A ambos.

Lo último en esa frase no le era desconocido a Gran Torino. Shota se refería a Kurogiri, que no era otro que Oboro Shirakumo; el antiguo compañero de clases de suyo y de Present Mic.

Kurogiri había cuidado de Shigaraki y manifestaba cierta preocupación por él en las entrevistas que habían tenido. Era una cruel y retorcida conexión entre ambas historias que le hacía pensar que AFO había urdido hasta el más pequeño detalle para torturarlos una y otra vez mediante sus seres queridos.

No soy tonto, Eraserhead… Sé que no existe algo así cómo un final feliz en este mundo lleno de desgracias y maldad; sólo hay pequeños periodos de felicidad que no podemos sino apreciar y valorar. Es sólo que… He llegado a un punto de mi vida en el que no puedo seguir impávido ante la gente que me rodea, lamentándome por lo que no fue.

Ante los ojos de Shota, Gran Torino se veía profundamente cansado, pero con una chispa de esperanza en los ojos mientras miraba al horizonte y le ofrecía la bolsa de taiyakis calientes.

Estás muy parlanchín hoy. —dijo Shota tomando un taiyaki y dándole un pequeño mordisco.

Estos días me han dado mucho que pensar y aunque no soy tan callado cómo tú, creí que no debía guardarme esto más tiempo. Iba a hablar contigo anoche pero estabas algo… ocupado.

Unas migajas de taiyaki se fueron por el camino equivocado, provocándole un furioso ataque de tos a Shota que se había puesto rojo de pies a cabeza y no precisamente por la falta de aire. Gran Torino soltó una carcajada y le dió unas cuantas palmadas en la espalda tratando de ayudarlo a pasar la tos.

Tranquilo, muchacho. Eres joven y es entendible, todos hemos tenido nuestras aventuras, el cuerpo de no es de piedra, bueno a excepción de Cementoss quizás.

Shota maldijo su suerte, recriminándose mentalmente el haber sido tan descuidado. Su reputación estaba en juego y todo por seguirle la corriente a Rumi. Se había dejado llevar por el calor del momento y la necesidad que se había generado en su cuerpo el darse cuenta de que Ms. Joke le gustaba, quizás demasiado, para su propio bien. Ahora tenía a alguien que sabía de sus andadas clandestinas.

No sé de qué hablas.

Si, creo que yo tampoco —respondió Gran Torino sonriendo de medio lado y dándole un gran mordisco a su taiyaki.

En ese momento los nervios de Shota estaban crispados. Si iba a decir algo, no pudo hacerlo porque vió a Bruno acercarse a ellos.

El hombre de cabellos grises y sonrisa afable se dirigió a ellos con paso ameno y rápido, haciendo un saludo con las manos.

Buenos días —dijo Bruno haciendo una reverencia al estar cerca de ellos. —Espero que hayan tenido una buena noche.

Algunos más que otros —Gran Torino dejó escapar una pequeña sonrisa de burla a Eraserhead y luego miró a Bruno —¿Tú quién eres?

Bruno le devolvió una sonrisa confiada al anciano; ya sabía de la manía de Gran Torino de evadir su realidad fingiendo demencia.

Soy su psicólogo designado por el gobierno, Gran Torino. El que le envió los taiyakis esta mañana. Y los de toda esta semana. —respondió Bruno con tranquilidad y sin perder la sonrisa.

Son unos buenos taiyakis —dijo Gran Torino dándole otra mordida al taiyaki que había empezado.

Me alegra que le gusten. Los pido en un local que aún sigue en pie y que conocí en mi época de estudiante.

Pues yo me alegro que siga en pie, son muy buenos —aseveró Gran Torino con una sonrisa melancólica.

Yo también, pero creo que subiré un par de kilos si sigo comiéndolos —bromeó Bruno dándose una palmada en el estómago.

Fueron interrumpidos por los guardias que escoltaban a un muchacho bajito, de cabello castaño con cola y orejas de ardilla que llevaba un maletín en una mano y una bolsa en otra. Se veía sumamente nervioso.

¿Un mensajero de los villanos? —murmuró Gran Torino intrigado.

Lo dudo, no habría llegado tan lejos. —respondió Shota mirando fijamente al desconocido.

Bruno ya se había acercado a él dando un par de zancadas, con un gesto de sorpresa y preocupación.

Dr. Diermissen, este chico se apostó en recepción y repetía su nombre una y otra vez.

Está bien, lo conozco. Rain ¿Qué ocurre? —Bruno se inclinó para ver bien su rostro, pues era muy bajito y delgado a comparación suya. Estaba hablando en inglés.

El muchacho le mostró tímidamente el maletín.

Oh… Pero pudiste haberme llamado al celular para regresar por él…

Rain sacó del bolsillo de su pantalón un celular que Bruno reconoció de inmediato y de manera inconsciente se tanteó sus propios bolsillos.

¡Ooooh!¡Soy un despistado! No sé qué haría sin tí, Rain… ¡Gracias! —Bruno acarició la coronilla de Rain, quién movió las orejas gustoso.

También traje esto —habló finalmente Rain, en inglés y con una dulce voz, mostrándole una bolsa reutilizable que parecía a punto de reventar —Para tus pacientes.

¿Puedo compartirlo también con el personal del hospital?

¡Si! —asintió animado Rain —hice mucho de todos modos y le invitaré a los vecinos.

Oh; eso es nuevo…

Me gusta aquí, la gente no trata de tocarte y son muy respetuosos.

Ya veo —respondió Bruno con una sonrisa de comprensión —¿Puedes volver solo a casa?

Si, pediré un taxi.

El muchacho se despidió de Shota y Gran Torino, que permanecían sentados observando la escena, con una reverencia que demostraba inexperiencia pero un intento sincero de ser cordial. Bruno siguió a Rain con la mirada hasta que ya no pudo verlo, iba acompañado de los guardias así que estaba tranquilo de que no correría peligro.

Parece que es más despistado de lo que aparenta, doctor —dijo Gran Torino acabándose su taiyaki y entrelazando los dedos de las manos sobre el estómago en un gesto de placidez por el pequeño festín que había tenido.

Aún sufro de Jetlag —respondió Bruno con una sonrisa —He tenido una semana ocupada desde que llegué.

¿Cree que fue buena idea traer a ese niño a un país en guerra? —preguntó Shota de pronto con un tono inquisidor.

Oh, Rain no es ningún niño, se los puedo asegurar. Aunque se ve muy joven, es un adulto hecho y derecho. Nunca lo había visto tan seguro de algo cómo cuándo insistió en acompañarme a Japón aunque no sepa nada del idioma; hasta temí que me pidiera el divorcio si me negaba a traerlo.

Entonces Shota observó el anillo en el dedo anular de Bruno y se sorprendió de que estuviese casado con otro hombre. No era homofóbico, simplemente le había tomado por sorpresa que un hombre claramente originario de Alemania, dónde existía una férrea homofobia predominante, aceptase abiertamente su relación con otro hombre sin tapujo alguno.

Dicen que ser pareja de un doctor requiere tener paciencia y voluntad férrea —dijo Gran Torino —aunque eso también se dice de las parejas de los bomberos y de los héroes profesionales.

¡Muy cierto, Gran Torino! —asintió Bruno con el dedo índice —Aunque creo que en toda relación se requiere paciencia, temple y aceptación. En fin, quería comentarles que ayer me asignaron formalmente una oficina en el hospital así que las sesiones serán allí, pero el horario sigue siendo el mismo para cada uno.

Shota miró de reojo a Gran Torino y asintió. Bruno se despidió con una perfecta reverencia y se alejó en un dos por tres gracias a sus largas piernas, saludando a uno que otro paciente que lo encontraba a la distancia.

No sabía que estabas en terapia con Bruno.

No hemos hablado en varios días, aunque tampoco es un secreto. Está tratando no sólo a héroes sino también a las víctimas de estrés post-traumático. De pronto el gobierno decidió prestarle interés a la salud mental de los héroes. Ojalá lo hubiésemos tenido en mis épocas.

Shota asintió, él había pensado lo mismo. Se les pedía a los héroes que fueran perfectos y que soportaran todo en silencio.

El mundo está en crisis, las personas también.

Siempre hay crisis; es sólo que ahora todo nos ha rebalsado, Eraserhead. Pero nunca es tarde para encausarnos.

Quizás… —respondió Shota sin ánimos de entrar en discusiones; él sabía elegir sus batallas. Decidió cambiar el tema sin más —¿Y cómo vas con tu recuperación?

Lento pero seguro; Recovery Girl no pudo ayudarme más en esta ocasión.

A mí tampoco, estuvimos cerca.

¿Cuándo empiezas la terapia física?

No será pronto, debo subir peso también.

Oh, come más entonces —lo apuró Gran Torino señalando el taiyaki.

Shota dió otro mordisco al taiyaki y en silencio continuó escuchando la plática de Gran Torino sobre tiempos antiguos, masticando con lentitud, no le gustaba comer a las prisas. Un rato después habían empezado una nueva partida de Go! dónde Shota demostró su basta experiencia en el juego ante la sorpresa de su colega.

No fue hasta una hora después que se despidieron y Shota fue llevado a su habitación de nuevo por Nao, dónde apenas quedó sólo trató de sopesar un poco la confesión de Gran Torino sobre Shigaraki. Realmente había sido una bomba y se sintió mal por el viejo; había dedicado su vida entera a proteger a la gente y a cambio había perdido a sus seres queridos, siendo partícipe indirecto de la creación del sustituto de All For One y prácticamente quedando en el olvido hasta que Deku lo buscó y salió voluntariamente de su exilio. Debía ser una pesadilla para Gran Torino enfrentarse a su pasado. ¡Ahora entendía por qué el anciano había estado tan preocupado de traer de vuelta a Shirakumo!

Soltó un gran suspiro en señal de frustración. No podía evitar pensar que su futuro podría ser muy parecido. Él ya lo tenía asumido desde el inicio; sería un héroe solitario desde las sombras y entregado a su labor, encontrando la muerte quizás en aras del deber. Era lo único que tenía y a lo que se había aferrado casi la mitad de su vida. Pero ahora contemplando el panorama que tenía frente a él lo embargaba un gran desazón que no terminaba de comprender.

Shota meditó un rato más hasta que empezó a sentirse un poco abrumado y fastidiado. Trató de revisar los archivos que había recibido sobre los datos de los villanos que habían podido capturar pero no lograba concentrarse en la pantalla del notebook. Luego de un rato decidió despejarse un poco navegando por internet. Cerró el notebook y tomó su celular, recostándose en la cama. Revisó sus mensajes y deslizó la pantalla hasta llegar al antiguo y empolvado chat con Ms. Joke. Sin saber muy bien por qué, revisó la última conversación.

Ms. Joke: Yo-hoo! Eraser ¿Que hay del entrenamiento entre academias? ¡Espero que sea pronto!

Eraserhead: Eso tendrá que esperar, Joke. Estamos en medio de una misión importante y de alta complejidad.

Ms. Joke: ¿Eso quiere decir peligrosa, verdad?

Ms. Joke: ¿Eraser? Espero que salgas bien librado de esto ¡Aún tenemos una cita pendiente y crear una hermosa familia que siempre ría feliz!

La respuesta de Shota había sido de 5 días después.

Eraserhead: Las familias están sobrevaloradas, Joke.

Ms. Joke: Jajajaja, veo que tu sentido del humor sigue intacto, Eraser. ¿Estás bien?

Eraserhead: Si. Estoy ocupado, yo te avisaré para coordinar el entrenamiento entre clases.

Ms. Joke: ¡De acuerdo!

Pero Shota nunca le volvió a escribir.

Con todos los eventos que siguieron, lo último que tuvo en mente fue entrenar con la clase de aunque sí había estado tentado a escribirle por otra razón. Había tenido dudas respecto a Eri porque no estaba acostumbrado a sobrellevar a niños pequeños y le constaba que Joke era un alma afín a los infantes, la había visto en acción cuándo patrullaban las calles de Naruhata y los niños parecían entenderse con ella fácilmente; pero la presencia de Nemuri le hizo descartar la idea de manera inconsciente pues hasta el momento había sido suficiente ya que la heroína +18 se preocupaba genuinamente de la pequeña Eri, incluso le había obsequiado el preciado kimono de su niñez para el próximo Matsuri. Pero ahora con su muerte ¿Qué otra adulta estaría cerca para ser ejemplo y guía para Eri? Pensó de inmediato en sus alumnas pero ellas si bien estaban ya preparadas para el duro mundo de la lucha por la paz, seguían siendo unas niñas.

Sabía que tenía que hablar con Nezu sobre el futuro de Eri; debido a la rapidez de con la que había escalado todo el asunto de All For One no habían conversado sobre lo que la niña necesitaba; se habían concentrado solamente en su entrenamiento para ayudarle a controlar su poderoso quirk.

Buscó el contacto de Mirio y le escribió para preguntarle por Eri. La respuesta fue muy rápida.

"Eri está estudiando mucho Aizawa-sensei. ¿Cuándo podremos ir a visitarlo? Eri pregunta siempre por eso. Quiere verlo"

Seguido a eso vió la foto que Mirio había adjuntado. La pequeña Eri sentada frente a una mesa, practicando su caligrafía, sumamente concentrada.

Empezó a teclear la respuesta.

"Aún no es el momento para que me visite, es peligroso. Estás haciendo un buen trabajo; Mirio. Sigue así. Gracias por cuidar de Eri"

Acto seguido dejó a un lado el celular y se tumbó en la cama. En el fondo lo que más le pesaba era que la niña lo viera y se impactara por su deplorable estado. Sabía que los niños cargaban con mucho más de lo que los adultos creían.

Entonces recibió un mensaje de Present Mic.

Present Mic: Hey Eraser! Sorry! Hoy no voy a poder pasar a verte. Encontré a alguien que me ayude con Sushi mientras tú te recuperas y atenderá a Sushi hoy.

Shota alzó las cejas sorprendido. Sabía muy bien que Hizashii no tenía ni la menor idea sobre el cuidado de gatos y le preocupaba que alguien ajeno se hiciera cargo del minino que había sido la adoración de Nemuri. Tecleó una respuesta veloz.

Eraserhead: ¿Es alguien confiable?

Present Mic: Totally! Es alguien de la confianza de Nemy y del propio Sushi, Don't Worry!

Shota se frotó el cuello y asumió que quizás se trataría de algún veterinario o algún etólogo.

Eraserhead: Ok, cuéntame qué tal resulta. Y no hagas que RecoveryGirl gaste sus poderes en tus rasguños.

Bostezó y se quedó dormido casi de inmediato.

Volvió a tener un sueño del pasado.

Shota siendo un infante bajito y delgaducho yendo al baño a medianoche, tamboleándose por el pasillo. Un ruido lejano puso fin al silencio nocturno y Shota caminó de puntitas hasta la puerta que daba al patio y se asomó por la ventana que estaba a un costado. La puerta principal estaba desvencijada y había un grupo de hombres tirados en el piso, retorciéndose y cubriéndose el rostro. El único que permanecía de pie era un hombre bajito, de barba recortada en candado y cejas espesas; el cabello entrecano recogido en una larga trenza. Shota quedó helado cuándo los penetrantes ojos azules de ese hombre se posaron en él. Era cómo estar frente al mar en invierno.

En ese momento Shota despertó con la respiración agitada y el corazón desbocado.

Le costó unos segundos recordar en dónde estaba.

Se incorporó lentamente y entonces escuchó cómo tocaban la puerta.

Adelante.

Aizawa-san debo llevarlo a la oficina del Dr. Bruno —explicó Nao al entrar y acercó la silla de ruedas a la cama —¿Se encuentra bien? Se ve un poco pálido. Más de lo habitual.

Estoy bien —Shota se giró en la cama para pasarse con cuidado a la silla.

Nao lo llevó con suavidad y diligencia por el pasillo hasta llegar a la oficina de Bruno. Shota se sorprendió de ver que más que un consultorio, parecía el recibidor de una casa occidental; con muebles, mesa y una pequeña cocina donde estaba una tetera a punto de hervir.

Siéntete cómo en casa, Aizawa-san —sonrió Bruno dándole la bienvenida y Nao llevó a Shota hasta el sofá de tres piezas.

Con una reverencia Nao se despidió y salió de la habitación. Bruno sirvió dos tazas de té caliente y acercó un gran platón de galletas a la mesa. Shota aceptó el té y se sorprendió por el sabor dulce y cítrico que le resultaba agradable.

Este sabor…

¡Oh! Es té de frutos rojos con grosella —sonrió Bruno dando un sorbo a su propia taza. —Es una mezcla reconfortante y da energías. ¿Gustas probar una galleta? Son caseras, Rain las hizo.

Shota miró las galletas que tenían forma de caras de animales; conejos, zorros, perros, gatos y ratones. Tomó una galleta con forma de gato y la mordisqueó.

Está deliciosa —reconoció saboreando la galleta. Podía apreciar el sabor de la mantequilla en ella. —Su esposo tiene talento, Bruno.

Rain se pondrá feliz de escuchar eso. —respondió Bruno tomando una galleta con forma de ratoncito. —Hizo una tonelada, así que puedes comer todas las que gustes.

Gracias.

Cuéntame, Aizawa-san ¿Cómo te sientes hoy?

Estoy pensando en dejar de enseñar —declaró Shota sin tapujos, recordando la conversación con Mic el día anterior.

Bruno alzó las cejas por la sorpresa.

Oh, eso es una pena… El director Nezu me había dicho que usted es uno de los mejores profesores de la U.A y que es muy comprometido con su labor ¿A que se debe la decisión?

Shota dejó la taza en la mesita que estaba en el centro de la sala y suspiró.

Creo que no puedo ayudar más a mis alumnos, menos en esta condición —explicó haciendo un ademán con sus manos para señalarse a sí mismo —Ya no soy el mismo que era, ni siquiera podré volver a ocupar mi don a la misma capacidad que antes.

Bruno asintió en silencio para indicarle a Shota que continuara.

Mis alumnos ya son considerados héroes hechos y derechos; no tengo más que enseñarles a estas alturas.

¿Qué edades tienen tus alumnos?

Rondan los 16 años la mayoría…

Son bastante jóvenes aún. ¿Qué te hace pensar que no te necesitan? Seguro tienes mucha experiencia para compartirles. A esa edad uno necesita un guía.

¿Tú crees?

Por supuesto, una lesión no es motivo para alejarte de todo lo que conoces, Aizawa-san; pero si consideras que necesitas un periodo de descanso; puedes tomartelo. De hecho es algo que recomendaría totalmente… Has pasado por mucho estrés en estos últimos meses ¿No es así?

Mmmmh —Shota carraspeó un poco. Había sido un año caótico. —Lo meditaré un poco.

Claro, tómate tu tiempo. ¡Ah, si quieres puedes recostarte en el sofá! La idea es que te sientas cómodo.

Shota lanzó una mirada al sofá en el que estaba sentado. Era de tres piezas pero se notaba que era de origen extranjero pues era larguísimo.

Estoy bien así, no te preocupes.

Sólo era para que lo supieras. —sonrió Bruno —Nao me dijo que despertaste más tarde de lo habitual. ¿Estás bien? ¿Pudiste descansar?

Mejor que otros días, si —respondió Shota luciendo su mejor cara de póker. No quería tocar el tema de Rumi ni por asomo.

Me alegra saber eso.

¿De qué hablaremos hoy?

De lo que tú quieras. ¿Qué te pareció la hamburguesa de ayer?

Estaba buena, pero el postre fue lo mejor.

Bruno sonrió bebiendo un poco de té —Si, en ese lugar tienen algunos postres muy buenos para ser un local de comida rápida.

Por lo visto sabes mucho acerca de locales de comida.

Es algo así cómo una afición; me gusta encontrar lugares donde sirvan comida deliciosa. Tengo hasta una lista con las especialidades de cada uno. ¿Tú tienes alguna afición, Aizawa-san?

Umm… —Shota se rascó la barbilla, pensativo. —Creo que el oficio de héroe no me deja tiempo para esas cosas, desde que estaba en la academia cómo estudiante me dediqué sólo a entrenar y después me enfoqué en el trabajo.

Pero ¿No hay nada que hagas en tu tiempo libre solamente porque te guste hacerlo?

Buena pregunta —Shota tomó otra galleta con forma de gato y la miró por un momento en silencio. —Me gustan los gatos, así que suelo tomar fotografías de gatos o de objetos que parezcan uno.

¡Qué específico! —Sonrió Bruno —¿Y tienes alguno de mascota?

No, sería irresponsable de mi parte.

¿Por qué lo dices?

Ya lo sabes, la vida de un héroe es demandante…

Bueno, pero hay héroes que incluso han llegado a formar familias; está el ejemplo del Héroe estadounidense "Captain Celebrity"

Los hay con suerte.

Creo que es un poco de suerte y un poco más de poner de su parte —sonrió Bruno dando un trago a su té. Era de dominio público que la vida de Captain Celebrity había sido un torbellino de infidelidades tras otro por lo que su esposa, harta de esa situación, le había puesto una demanda con divorcio incluído. No había sido hasta un tiempo después que se reconciliaron tras el nacimiento de su hija y Captain Celebrity había sentado cabeza definitivamente, parando con sus correrías. —Todas las relaciones, ya sean de trabajo, con mascotas, familia, amor o amistad requieren dedicación… Y hablando de eso ¿Que hay de la pregunta que se nos quedó en el tintero ayer?

La expresión de Shota era de sorpresa, claramente no se había puesto a pensar mucho más en esa pregunta dados los eventos que siguieron esa noche. Tomó entre sus manos la taza de té y miró el líquido rojizo antes de hablar. Le recordaba al color de los ojos de Eri.

A decir verdad no pude pensar mucho en eso a profundidad; pero creo que si, ella fácilmente podría haber encajado con mis amigos porque es muy parecida a ellos: Siempre me veo arrastrado por sus locuras y suelen ser demasiado escandalosos. Creo que el que desentona ahí soy yo; soy una nube gris en ese escenario lleno de color. Una mancha gris en un cuadro lleno de colores vívidos puede arruinar una pintura.

Bueno, hay tonalidades de gris que suelen ser muy agradables. —Bruno tomó un mechón de sus propios cabellos y añadió riendo. —O al menos eso solía decir mi mamá.

Shota no pudo sino soltar una risita.

No entiendo por qué siempre me veo rodeado de personas escandalosas que me complican la existencia.

Hace tiempo circula en internet la frase "Adopta a un introvertido"—empezó a explicar Bruno mientras comía una galleta —Mucha gente suele generar apego con personas que son introvertidas y tienen la necesidad de cuidarlas.

No creo que yo sea una persona tímida para que me vean de esa manera. —respondió Shota un poco ofendido.

No, para nada. Se tiende a confundir la introversión con la timidez, es un error común. Una persona introvertida puede tener un carácter firme pero disfrutar más los momentos a solas o con pocos amigos. Casi siempre les cuesta expresar sus pensamientos más profundos.

Ok, creo que si soy, quizás, algo introvertido. —admitió Shota cruzándose de brazos —Pero eso no explica el por qué pululan a mi alrededor.

Oh, pueden ser muchos factores. Quizás han visto algo bueno en tí o quizás les recuerdas a alguien de su pasado, efecto halo le dicen. No podría asegurarlo con certeza pero creo que puede ser más por lo primero.

Una oleada de calor acudió súbitamente al pecho de Shota y las palabras de Ms. Joke se le hicieron presentes.

"Me enamoré de tí cuando te ví alimentar a los gatitos abandonados detrás del minimarket…"

Quizás simplemente les falta un tornillo —soltó Shota tratando de que no se le notara el sonrojo.

Si, puede ser…

¿Está bien que digas ese tipo de cosas?

Bruno se encogió de hombros —¿Lo está? Creo que a todos nos faltan algunos tornillos y si no, deben estar algo flojos.

Shota sonrió de medio lado ante la franqueza de Bruno. Nunca había esperado escuchar a un psicólogo decir algo así pero le agradaba.

Entonces, si recapitulamos, ella tiene en común con mis amigos la falta de tornillos.

Y quizás alguna otra cosa más.

¿Qué cosa?

Te quieren —sonrió Bruno levantándose del sillón para ir por la tetera y así darle un poco de espacio a Shota. Tampoco quería abrumarlo. —Eso pude verlo en tu amigo ayer. Se nota que te tiene mucho aprecio.

Mic siempre es así de entusiasta, desde la academia.

Entonces se conocen de casi toda una vida.

Toda una vida y un par de muertes —respondió Shota con ironía.

Bruno regresó con la tetera y se sirvió otra taza de té para después sentarse en el sofá, mirando a su paciente.

Se dice que en los momentos difíciles se conoce a los verdaderos amigos.

Shota recordó los escenarios difíciles en los que Hizashii lo había acompañado, empezando por acercarse a él en primer lugar para ser amigos.

« "Adopta a un introvertido" » pensó de inmediato mientras en su mente desfilaban un montón de escenas dónde Hizashii se tomaba la libertad y confianza de tratarlo cómo si se conocieran de toda la vida, haciendo que la soledad no fuese tanta. Luego, tras la muerte de Shirakumo, Hizashii trataba de estar cerca aunque Shota se mostrase más apático que antes, cumpliendo sólo por cumplir los deberes de la academia. Hizashii tenía una personalidad histriónica y alegre, para él era fácil hacer amigos a dónde sea que fuera y tenía un gran don para cautivar al público. Shota había optado por retomar su objetivo original, que era llegar a ser un héroe de bajo perfil para no lidiar con los medios.

Eran tan diferentes pero aún así, tras todos esos años, Hizashii jamás le había faltado, ni en Naruhata cuando fue la violenta y sanguinaria batalla en la que The Crawler, aquél vigilante ilegal, lo terminó arrastrando ni cuando empezó su camino como maestro. Insistía en visitarlo o sacarlo de su claustro incluso estando en recuperación. Ahora con una pierna y un ojo menos, el rubio había estado más pendiente de él que antes. Shota entendía ahora que la muerte de Nemuri había calado hondo en Hizashii; mucho más de lo que había creído.

Creo que… entonces debo empezar a ser un mejor amigo para Mic — declaró Shota de pronto.

¿Por qué lo dices?

Estos meses Mic y yo hemos sido presas del pasado y hemos revivido una y otra vez la muerte de Shirakumo —Shota entrelazó los dedos de sus manos y Bruno reconoció en la postura un retraimiento. Era obvio que el héroe borrador no deseaba entrar en detalles sobre la muerte de su amigo de la adolescencia y él tampoco iba a preguntar —Fue muy impactante y doloroso para ambos; pero Mic siempre ha estado tratando de animarme al respecto, incluso ahora tras la muerte de Midnight en la batalla reciente…

Midnight era la amiga que mencionaste ayer ¿Cierto?

Si… —la voz de Shota sonó rasposa y titubeante —Ella también era nuestra amiga desde la academia.

Lo lamento mucho Aizawa-san —respondió Bruno con verdadera aflicción. —¿Quieres hablar de ella?

¿Qué puedo decir? Era una mujer fuera de serie; no le importaba mostrarse tal cual era, ya sea con su físico o manera de ser.

Midnight, Midnight…. —Bruno dió unos golpecitos en su mejilla como tratando de recordar algo —¿Era conocida cómo la heroína +18, cierto?

Esa misma —asintió Shota.

Siempre creí que era muy empoderada y liberal para los estándares de Japón, sin ofender, Aizawa-san. En las entrevistas parecía que expresaba siempre lo que sentía.

Lo hacía… Y a veces era condenadamente molesta, metiéndose en asuntos que no le incumbían —sonrió Shota —Pero siempre se preocupaba por nosotros, desde que era nuestra sempai en la academia. Ella y Mic prácticamente me arrastraron a la U.A. Ella incluso presentó una recomendación sin mi consentimiento…

Oh, era la buena influencia del grupo…

¿Quién lo diría, verdad? —Shota terminó de tomar su taza de té —Ella era cómo una muy, muy, MUY irritante y molesta hermana mayor para mí, pero para Mic era algo más. Y ahora él está tratando de ser fuerte frente a su pérdida. Y aún así trata de animarme.

Eso es lo que suelen hacer las personas que nos quieren, Aizawa-san…

Pero yo tengo idea de cómo hacerlo sentir mejor, esas cosas no son mi fuerte. Y creo que hablar con él sobre ella sería aún más doloroso para él; la manera en la que murió fue terrible —Shota se llevó la mano, que ya temblaba, a la boca con angustia —Esos malnacidos villanos abusaron de ella hasta matarla. Mis alumnos la encontraron ya sin vida… Ella no merecía morir…Ellos no merecían verla así…

En ese punto las lágrimas de Shota caían a borbotones. Nunca había dicho eso en voz alta, ni él ni Hizashii tuvieron el valor de conversar entre ellos sobre los detalles del atroz fallecimiento de Nemuri.

Toda esa información era considerada cómo clasificada y los testigos tenían prohibido divulgarla. Pero tenía confianza de que Bruno seguiría su juramento. Había sido desgarrador ver a la familia de Nemuri en el funeral lamentándose por no haber hecho las paces con ella en vida.

Era de dominio público que Midnight fue censurada en su debut cómo heroína por andar prácticamente desnuda y gracias a ella se reguló el uso de los trajes en los héroes, Lo que sólo Shota y Mic sabían era que los padres de Nemuri, avergonzados por el comportamiento despreocupado y falto de pudor de su hija menor, prácticamente la habían desterrado de sus vidas y nunca tuvieron la oportunidad de reencontrarse con su hija pródiga.

Bruno dejó que Shota sacara la frustración y el dolor que tenía guardado. Se notaba que el héroe Eraserhead se había devorado a Shota Aizawa, dejándole un margen muy pequeño en su propia vida para ser él mismo, sin la faceta de héroe. Era algo mucho más común de lo que uno creería. No trató de calmarlo o contenerlo; era necesario que él dejara salir lo que le dolía e interrumpir el proceso sería contraproducente porque volvería a cerrarse en banda.

Minutos después los sollozos fueron perdiendo intensidad y la respiración de Shota comenzó a calmarse. Fue entonces cuándo Bruno le acercó en silencio una caja de pañuelos desechables y Shota los tomó de inmediato para limpiarse el rostro.

¿Te sientes mejor?

No estoy seguro de si esto pueda catalogarse cómo mejor.

Un desahogo nunca viene mal, Aizawa-san. No tiene nada de malo dejar salir lo que sientes… Sé que en la sociedad japonesa existe un hermetismo inherente y cómo te dije ayer, cuando acumulamos tanto estrés o dolor, terminamos explotando.

Shota sabía que Bruno tenía razón, tanta razón. Sabía de héroes que habían tomado decisiones irracionales a causa de la frustración, ira o dolor. Y eso había solo acarreado más problemas a gran escala.

¿Que podría hacer yo para hacer sentir mejor a mi amigo? ¿Está bien que no hablemos sobre ella así cómo así? —Shota miró fijamente la mesita del centro del recibidor —A decir verdad; sobre Shirakumo jamás hablamos hasta ahora que ocurrió cierto incidente…

Bruno miró a Shota y pudo reconocer un dejo de remordimiento en su rostro.

Bueno, Aizawa-san, no todas las personas son iguales. Lo que te haga sentir mejor a tí puede ser diferente para tu amigo. Pero tú lo conoces desde hace tantos años y seguro sabes muy bien qué tipo de cosas lo animarían.

A la mente de Shota llegó una visión terrible que lo hizo palidecer.

El karaoke no es lo mío, la verdad.

No tienes que cantar, puedes simplemente ser compañía.

¿Alguna vez has escuchado cantar a ese hombre?

No, pero por tu expresión estoy entre intrigado y temeroso —rió Bruno y mordisqueó una galleta con forma de conejo —¿Tan malo es?

Preferiría escuchar cómo rechina un portón oxidado durante horas. En serio.

Bueno, puedes empezar por alguna otra cosa. Tampoco es idea de que termines estresándote.

Shota le dió la razón asintiendo mientras sacaba otra galleta.

Él iba a buscar ayuda para cuidar a Sushi, quizás debería ayudarlo un poco más con eso.

Bruno ladeó el rostro y amuzgó la mirada demostrando que no había comprendido.

¿Tiene que cuidar su alimentación? Debe de ser horrible que a un japonés le prohiban comer sushi…

Y aquí Shota sonrió.

No, se trata del gato de Midnight, el que intenté rescatar en la academia. Ella lo adoptó.

¡Aaah! ¡Ahora comprendo! —sonrió Bruno ahora. —Creo que tengo que pulir un poco más mi japonés.

Creo que lo hablas bastante bien —reconoció Shota —No es tu culpa que Midnight le pusiera nombre de comida al pobre gato.

¿Qué nombre le hubieses puesto tú?

A la mente de Shota vino el fugaz recuerdo de la plática con The Crawler cuándo éste había encontrado un gatito abandonado en medio de Naruhata y el sermón que él mismo le había dado.

No podría ponerle nombre porque no hay manera de que me lo hubiese llevado a casa… —divagó el héroe borrador un momento.

Bueno, en el supuesto caso de que hubieses tenido un impulso incontrolable, irracional y titánico de llevártelo ¿Que nombre le pondrías? Me lo puedes contestar otro día si quieres.

Si, sería lo mejor, me cuesta mucho imaginar ese escenario. —admitió Shota.

Bueno, lo dejaremos anotado para la próxima semana, no te preocupes. Puedes incluso contarme cómo hubieses cuidado al minino por tu cuenta.

Me siento cómo en el colegio cuándo encargaban deberes —Shota imaginó de inmediato a Mina, su peculiar y vivaracha alumna que era la primera en rechistar cuándo tenían deberes o clases extra; que no era cómo si no los necesitara.

Bueno, no lo veas cómo un deber en sí, sólo cómo un ejercicio para reconectar contigo mismo en lo que descubres cómo hacer sentir mejor a tu amigo.

Shota miró a Bruno por un momento y luego agarró una galleta para llevarsela a la boca.

¿Tienes algunas recomendaciones sobre eso? ¿Qué harías tú en mi lugar?

Y Bruno, que ya estaba comiendo también una galleta, respondió después de pasarla a toda prisa, tapándose la boca graciosamente y luego respondió la pregunta.

Bueno, tratándose de un amigo cercano trataría de acompañarlo y escucharlo, si es que quiere hablar, claro, hasta que saque lo que sea que tenga atorado entre pecho y espalda; aunque sea algo muy doloroso. Puede variar de persona a persona cuánto tarde en sentirse mejor, pero una vez que empieza a expresarse puede ser liberador. Igual llevaría pañuelos porque el tema del duelo puede ser complicado y doloroso, aunque puede ser que no quiera hablar al respecto pero sólo el hecho de que estés con él lo reconforte…

De inmediato Shota pensó en que en esos dos días había llorado cómo nunca en muchos años. Ni siquiera con la inesperada presencia de Shirakumo volviendo de entre los muertos había llorado con tanta intensidad ya que había tratado de contenerse frente a Mic y el resto. Pensó que quizás se debiese a la influencia de Bruno. No se dió cuenta de cuánto tiempo permaneció en silencio mirando a Bruno mientras este pasaba las galletas con el resto de su té.

¿Dije algo que te hiciera sentir incómodo? —preguntó Bruno luego de un prolongado silencio por parte de Shota.

Fue ahí cuándo Shota salió de su ensimismamiento y negó con la cabeza y jugó con la taza vacía. —No, para nada… Pensaba que es tan extraño para mí el poder llorar tan fácil estos días ¿Estás seguro de que no tienes un quirk?

Bruno negó con la cabeza y rió un poco antes de comer otra galleta.

Me dedico a guiar a mis pacientes a encontrarse consigo mismos y a ayudarlos a resolver sus conflictos internos; digamos más bien que es una habilidad adquirida.

De eso si que sé…

¿Si?

Con un quirk cómo el mío era necesario desarrollar otro tipo de habilidades.

Bueno, considero que tu quirk es bastante poderoso. Borrar los quirks de otros te puede dar una enorme ventaja.

No lo creas; tiene sus limitantes, además tuve que desarrollar un estilo de batalla y un equipo acorde para poder defenderme de ataques físicos.

Suena a mucho trabajo… —Bruno dió un silbido de admiración.

No tienes ni idea. El mundo de los héroes es competitivo a niveles extremos y se le da más valor a los quirks "Poderosos" a nivel físico o de ataque.

No debiste tenerlo fácil entonces, tu quirk si bien es poderoso, por sí mismo no representa un ataque cómo tal. Debió requerir mucho esfuerzo el llegar a dónde estás.

Muchísimo. Entrené día y noche para mejorar en este sistema que prioriza los quirks llamativos y de ataque.

Ya veo… ¿Tus alumnos también tienen quirks de ese tipo?

Algunos —reconoció Shota —Realmente me hubiese gustado que las pruebas de admisión hubiesen requerido algo más que fuerza; pero es lo que la U.A exige.

Parece bastante injusto —suspiró Bruno —Eso pasa constantemente en el sistema educativo de muchos países: Hacen pruebas estandarizadas donde se desperdician muchos talentos.

Y que lo digas… Algunos no pasan esas pruebas o son relegados a otras categorías donde deben de sortear el encasillamiento y eso es casi lapidario. Es muy difícil sobresalir así. Espero que algún día, si todo esto pasa, puedan cambiar este sistema arcaico para forjar héroes.

¿Eso lo has planteado a la U.A?

Todos los años sin excepción; incluso lo expresé en el festival deportivo al que Mic me arrastró mientras me recuperaba.

¡Oh! ¡Entonces eras tú quién dijo algunos comentarios mordaces! —sonrió Bruno señalando a su paciente —recuerdo eso; generó una interesante discusión por internet sobre educación y quirks. Muchos opinamos que los dones fuertes requieren también mucho trabajo y sobretodo manejo de estrategia. Mencionaban mucho al muchacho que hacía lavado de cerebro. Sin duda tiene un gran potencial. ¡Y los aparatos que creó esa muchacha! Es increíble para su edad. Ojalá tengan mayores oportunidades en el futuro.

Escuchar eso le produjo una pequeña satisfacción a Shota. Ese festival deportivo había dado mucho de qué hablar, no sólo por los alumnos de su clase sino por los de la clase de apoyo y de estudios generales. Creía firmemente que todos merecían una oportunidad.

Ella también pensó lo mismo.

Ella ¿Quién?

La…—carraspeó —...Dama de los tulipanes —explicó Shota con una sonrisa melancólica y algo irónica —Se encargó de azuzar los ánimos del público, criticó bastante duro a la U.A por haber desperdiciado el quirk de Shinso.

¿Qué tan duro?

Nos llamó "Estúpidos descriteriados que no son capaces de ver a un héroe en potencia ni aunque lo tuviéramos enfrente" —Sonrió Shota con sorna. había sido bastante acertada ya que él también había cometido errores en el pasado sobre potenciales héroes: Izuku Midoriya y The Crawler.

Una sonora carcajada salió de la garganta de Bruno.

Perdón, Aizawa-san, pero creo que esa mujer tiene bastante carácter según lo que describes.

Cuándo no hace chistes irracionales, si. Estuve leyendo un libro que me recordó a ella.

¿En serio? ¿Qué libro?

Pipi CalcetasLargas.

Bruno soltó una risita al escuchar el título.

Por lo que has dicho de la Dama de los Tulipanes, creo que entiendo el por qué Pipi te recordó a ella.

Estoy completamente seguro de que fue justo así de niña: Revoltosa y llevada a sus ideas.

¿De dónde sacaste ese libro? No te ves del tipo al que le gusten los cuentos para niños, sino textos educativos y técnicos…

En ese momento Shota se mostró dubitativo pero procedió a explicarle a Bruno lo que Nao le había contado sobre la estancia de Ms. Joke en el hospital y del bolso olvidado. Omitió por supuesto que había tenido entre sus manos la ropa interior de Ms. Joke y de sus desvaríos mentales sobre un encuentro sensual con ella. Pero si le habló acerca de la dedicatoria, eso sí, con cierto aire de molestia que no pudo disimular y que trató rápidamente de dejar atrás hablando sobre el peculiar y extraño libro.

Por supuesto que Bruno notó los cambios de voz de Shota al hablar de esa mujer, de cómo explicar que ella había estado dos semanas a la espera del rescate le acarreaba cierta angustia y remordimientos, también apreció el pequeño rubor en la pálida piel de Shota al explicarle el por qué Nao había pensado que Ms. Joke y él eran algo más que colegas. No pudo pasar por alto el tema de la dedicatoria pues Shota se tensó de inmediato al mencionarlo. Era demasiado fácil para el ojo entrenado de Bruno el leer el estado de ánimo de Shota aunque él tratara de mantener la calma.

Por lo visto debe ser algo muy importante para ella si alguien se lo trajo hasta el hospital para que lo leyera mientras se recuperaba. —En ese momento pudo ver un microgesto en el rostro de Shota que demostraba cierto fastidio —Pero creo que lo mejor sería entregar el bolso lo antes posible… ¿Has pensado en cómo lo harás?

No, pero ya pensaré en algo. Lo más fácil sería escribirle y enviarlo por paquetería… No sé si quiera verme luego de… lo de ayer. Fuí un patán.

Bueno, uno nunca sabe. Espera unos días, escríbele y vé cómo fluyen las cosas. Quizás ella te responda que eres un digno profesor de la U.A —Bruno se ajustó los lentes con una sonrisa un poco burlona.

Shota sonrió de medio lado y asintió —No puedo rebatir eso; es verdad. Ya me ha pasado antes; no veo el valor de las personas o su potencial hasta muy tarde.

De los errores se aprende, Aizawa-san —Bruno se apoyó en el antebrazo del sofá sin dejar de mirar a su paciente —Lo importante es hacer algo con ese conocimiento. ¿Qué quieres hacer tú al respecto?

Durante un momento Shota pudo repasar varias etapas de su vida, incluso un vistazo fugaz a su infancia. Él había tenido su cuota de metidas de pata, todas con consecuencias que le afectaron el resto de su vida.

Deseo mejorar.

Es un buen comienzo, aunque algo vago. Cuéntame en qué quieres mejorar.

Ser un amigo digno de los que me consideran uno, para empezar…

Me parece bien ¿Pero no olvidas mejorar para alguien en específico?

¿Para quién?

Para ti mismo, por supuesto. Muchos tenemos un poco de esa mentalidad de héroe de querer dar lo mejor para otros, pero se nos olvida que la persona a la que más le debemos es uno mismo. Aizawa-san… Porque para ayudar a otros, debemos ayudarnos primero a nosotros mismos… ¿Qué es lo que tú deseas lograr en la vida? Si no fueras héroe ¿A qué te dedicarías?

Desde que tengo memoria he querido ser héroe —respondió Shota con seguridad.

Entiendo ¿Y desde que edad recuerdas eso?

Era una buena pregunta. Shota trató de hacer memoria un momento.

Creo que desde que tenía unos 10 u 12 años.

¿Y antes de eso no te gustaba algo más en particular? Yo quería ser astronauta a los cinco años, pero también chef.

Shota se quedó en blanco mirando un momento en la mesa para concentrarse, buscó en su memoria, pero estaba nebuloso. Trató de poner énfasis en su infancia y de las cosas que le interesaban en aquella época; pero todo lo llevaba a recuerdos de él tratando de entrenar en el parque o alguna zona boscosa, antes de eso no podía evocar memorias claras salvo pequeños recuerdos con sus abuelos. Parpadeó un par de veces antes de mirar a Bruno.

Ahora que lo mencionas… Me cuesta recordar claramente esa parte de mi vida. —expresó Shota contrariado.

Oh…—Bruno se ajustó los lentes con interés — ¿Qué recuerdas?

La casa de mis abuelos, básicamente…

¿Cómo eran ellos?

Viejos, para empezar. Chapados a la antigua pero bastante afectuosos.

Comprendo, en general los abuelos pueden ser bastante cercanos a los nietos —Bruno sonrió con nostalgia por su propia familia —¿Eran tus abuelos maternos o paternos?

Shota arqueó las cejas con un gesto de sorpresa.

Yo… no estoy seguro… —Su cabeza empezaba a dar vueltas y él se frotó las sienes en búsqueda de paliar el intenso malestar.

¿Ellos aún viven? —se aventuró a preguntar Bruno.

La pregunta hizo que algo en Shota se agitara con violencia. Por un momento se quedó mirando a un punto aleatorio en la mesa, sin mirar realmente. Estaba esforzándose por recordar pero su memoria no estaba cooperando en nada. Sólo recordaba pequeños momentos que fueron felices y familiares cuándo no era más que un chiquillo, pero por más que trataba, no había más recuerdos de años siguientes.

Debería saberlo ¿Verdad? —la voz de su garganta salió pastosa y quebrada. La mirada que Shota le lanzó a Bruno estaba llena de angustia y terror. La sensación de incertidumbre y pánico que estaba teniendo era similar a la que tuvo cuándo supo que algo horrible le había pasado a Shirakumo.

¿Y recuerdas dónde vivían?

En la frente de Shota se estaban formando perlas de sudor frío mientras su mente estaba trabajando al máximo para encontrar la información. Pero todo estaba borroso y oscuro. Sus manos comenzaron a temblar descontroladamente.

Tampoco… tampoco recuerdo eso…

Y antes de decir algo más, Shota Aizawa se desplomó sobre el sofá, presa de una espantosa convulsión. Bruno presionó con urgencia el botón de asistencia para llamar a los enfermeros.

—-

Continuará.

Notas de la autora: Lamento mucho, mucho, mucho la demora en actualizar, aunque no lo crean este fic lo tengo muy presente entre todo lo que aparece en mi mente para escribir; he estado avanzando este capítulo todo este tiempo.

Estos últimos meses han sido difíciles pues uno de mis perritos ha estado con tratamiento (carísimo, por cierto) por lo que he tenido que trabajar más horas de mi turno normal; tuve crisis de angustia y de llanto durante un par de meses pero no quise dejar de trabajar porque uno cómo quiera…. ¿Pero y las criaturas? (Diría que ya do quiedo sed adulto pero si no, no podría pagar los gastos) Hubo hasta ansiolíticos de por medio; recetados por un profesional de la salud, por supuesto (Recuerden amigos, no se automediquen y busquen ayuda profesional) y estas semanas he podido tener un pequeño respiro cómo para poder terminar y editar este capítulo hasta quedar satisfecha. (No tienen idea de cuántas veces reviso cada texto jajaja 눈_눈…. ¡Mi peor crítica soy yo!)

Sé que quizás no sean cosas que a los lectores les importe; las escribo porque algún día re-leeré esto y será una prueba de que tengo que salir adelante, porque la vida no es estática. Todo cambia, todos cambiamos.

Hablando de cambios, ¿A que no se vieron venir lo de Rumi y Shota? (N'ombre, a veces soy una cosa pero bárbara….¡Y ni saben lo que se me ocurrió hace semanas! ಠ‿ಠ )

Y si, estamos empezando a desviarnos del camino de la estabilidad emocional y del manga (aunque lo estoy leyendo y obvio tomaré algunos elementos de ahí porque #Fanfic).

Seguiré escribiendo mientras pueda, no se preocupen. Mi meta es poder continuar con este fic, pero también con mi historia original (que sé que jamás tendrá tantas visualizaciones; pero es algo que me hace feliz, recuerden hacer siempre lo que les haga felices sin dañar a otros ^^ ) ya que no quiero dejar nada botado. ( (Ծ‸ Ծ) Y no es broma, me acaba de llegar un newsletter de cómo ser escritor constante jajaja )

Por cierto, esta semana tengo que llevar a Sombra al Vet, así que manden buenas vibras. (ᵔᴥᵔ)

ᕙ(⇀‸↼‶)ᕗ Si llegaron hasta aquí, les mando un abracito. Recuerden tomar agua y comer bien. Perdón por el mucho texto. ᕙ(⇀‸↼‶)ᕗ

Espero que hayan disfrutado este capítulo ^^

¡Hasta la próxima! (-̀ᴗ-́)و ̑̑ ¡PLUS ULTRA!