Disclaimer: Los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi.
PARTICIPANDO EN INUTOBER2020 Sparkle Spell DÍA#19 .
3. EN EL INFIERNO
BANKOTSU
Bankotsu sonrió arrogante. Al reencarnar, se había olvidado por completo de lo que su alma vivió tras la muerte.
El inframundo.
Mira, que si querías llamarlo el infierno, el no te detendría. Si bien era cierto que no se encontraría con una tortura constante, si que tenía que pelear en todo momento para que su alma no sucumbiera ante la podredumbre junto con las demás.
Los humanos, cansados de la existencia eterna, simplemente se dejaban devorar entre sí, o eran arrastrados por los guardias del inframundo a un vórtice al que no planeaba acercarse.
Bankotsu acababa de pelear con un lobo guardián, a pesar que no logró terminar con el demonio, si que pudo escapar de él. Le dolía el cuerpo. ¿Cómo era posible que aún tras la muerte tuviera aquellos problemas humanos?
—Maldito, Naraku —pensó mientras caminaba sin prisa en la oscuridad.
En todo el tiempo que llevaba ahí, no había encontrado su putrefacta alma. ¿Acaso había logrado su plan? En tantas ocasiones soñó con que llegara a ese lugar junto a él para despedazarlo con sus propias manos.
Aunque tenía que admitir que lo que encontró le dejó la misma satisfacción. No tenía idea de cómo funcionaba el tiempo en el inframundo. Después de unos cuantos días vagando entre las tinieblas, se encontró con el alma corrompida de Renkotsu.
—¡Miserable basura! —emocionado Bankotsu detuvo su andar. El pasillo por el que creía andar no era más que paredes llenas de cuerpos apilados unos sobre otros, carentes de personalidad o vida.
No sabía bien de dónde provenía la poca iluminación que le permitía ver el rostro de las personas ahí, pero lo reconoció de inmediato. Se encontraba en la parte baja de la pared, retorciéndose como lombriz intentando salir de esa muchedumbre.
Bankotsu se agachó en cuclillas hasta quedar a la altura de su ex-compañero y apreció con más detenimiento sus ojos blancos y perdidos.
—Débil —le susurró —. Tu alma es una miseria en vida o en la muerte —Bankutsu esperó un momento, para ver si aquella alma reaccionaba al escuchar su voz, pero no era así.
Pasó su mano por su cabello, frustrado con la situación. La verdad, le hubiera gustado tener compañía aunque fuera del miserable que lo había traicionado. Hubiera sido un ancla para mantenerse cuerdo en ese lugar.
—Yo me sentí en el infierno con tu traición —le confesó al cuerpo que ahora se mantenía inerte, sabiendo que no lo podría escuchar —. Ahora disfruta el tuyo.
Bankotsu se puso de pie, decidido a continuar, pero una juguetona voz le detuvo su andar.
—¡Ay, hermanito! —reconocería ese grito chillón a kilómetros de distancia—. No debería alegrarme que estés aquí, pero la verdad es que si lo hace.
Con una alegría llenándole el pecho, Bankotsu elevó la mirada a la alta montaña de cuerpos. Sobre ella, Jakotsu se encontraba sentado en pose elegante y lo miraba con alegría.
—¡Hola!— le sonrió Jakotsu al ver que su hermano ya lo observaba.
—¡Pedazo de infeliz! ¿¡En dónde carajos estabas metido!?
El tiempo pasó en el mundo exterior, pero en el inframundo fueron cientos de años. Quien diría que dos almas resistirían tanto, sólo con la compañía del otro.
Fue en un momento, una oportunidad cuando lo vieron. Bankotsu reconoció a aquel ninja que hace años conoció, sobre su espalda llevaba a una pequeña y seguía al hermano del Inuyasha.
Junto a su hermano los siguieron de manera cautelosa. Observaron como Sesshomaru se dispuso a pelear con el guardián del Inframundo, aquel que manejaba el vórtice de las almas y de un golpe de espada, lo terminaba.
Estaban emocionados, hace tiempo que no disfrutaban ver la pelea de alguien más. Pero cuando Sesshomaru colocó su espada en el suelo y los cuerpos comenzaron a rodearlos, se extrañaron. ¿Acaso esos tres no estaban muertos?
Fue cuando una luz blanca comenzó a salir de la espada. Ambos hermanos lo sintieron de inmediato, haciendo que giraran a verse el uno al otro con la misma pregunta.
Paz. Sentían paz.
Sonrieron alegres, apreciando su futuro destino, dejándose llevar por la purificación de almas.
Quiero que disfruten de mis historias como yo lo hago con muchas de las de ustedes. Dejen sus sugerencias en sus comentarios.
Muchas gracias.
