JUGUETES
Pareja: Fred / George / Angelina
Acababan de cerrar su tienda de artículos de broma y ese fue el momento en que George decidió interrogar a su hermano. No iba a comentar nada en un principio cuando notó que Fred estaba en algo nuevo, pero pasaron los días y los días y no lo incluyó en ese proyecto que tenía. Estaba harto.
—¿Se puede saber en qué te has metido ahora y por qué no me incluyes?
—No sé a qué te refieres.
—No estoy bromeando, hace días que no me dejas entrar al taller, pero estoy harto. ¿Qué te traes entre manos?
—Bien, vamos —. Dijo Fred en un suspiro y arrastró a George al taller de la trastienda —. Uno ya no puede planear sorpresas a gusto —masculló.
Cuando llegaron al escritorio de Fred, George pudo ver qué estaba lleno de objetos con diferentes formas, ninguno más grande que una Snitch y sin duda muy extraños a su vista, de igual manera había muchos pergaminos con diversas anotaciones.
—Estoy preparando esto para Angie.
—Sabed que si volvemos a probar una broma en ella nos arrancará las pelotas, y no sé tú pero a mí me gustan donde están.
—No es una broma, idiota. En realidad lo preparo para Angie y para ti… para nuestro aniversario.
—Oh.
Hacía cerca de dos años que ambos tenían una relación con Angelina Johnson, ex compañera de la escuela y la mujer más maravillosa que conocían. Y sí, la relación era de ellos dos con ella.
Su familia se sorprendió un poco cuando se los contaron pero al final terminaron por aceptarlo y todos estaban bien con ello. El final de la guerra puede poner en orden las prioridades de las personas y que casi murieran en ella hizo ver a todos los miembros de la familia que no importaba con quién salieran, sino que realmente se amaban.
—Se suponía que sería sorpresa, pero como no te puedo ocultar nada y no dejas de insistir vas a tener que ayudar.
—Ok… ¿Qué se supone que estoy viendo? —dijo George señalando todo lo que había en el escritorio.
—Juguetes sexuales —respondió Fred —. Juguetes sexuales muggles. Estoy intentando hacer versiones mágicas —explicó.
—¿Cuándo conseguiste juguetes sexuales muggles? ¿Qué hacen exactamente? Es decir, me hago una idea general pero por qué hay tantos y… son muchas las preguntas que tengo ahora.
—Ahhhgg… prometí no decir nada pero ya da igual. ¿Recuerdas que acompañé a Harry a comprar algo para el Hurón? Pues me llevó a una Sex Shop y ahí encontré estos —señaló su escritorio —. En realidad hay infinidad de cosas más, Harry y la chica de la tienda me dijeron para qué sirven y muchos de ellos requieren de electricidad y por eso no funcionan en el mundo mágico. Lo que Harry compró no lo necesita pero no te diré que es porque eso es asunto de él y del peliteñido.
Decidí comprar algunos y experimentar para usarlos contigo y con Angie, pero hasta ahora no logro hacer que funcionen correctamente en un ambiente mágico, lo que me ha llevado a pensar que sería mejor hacer una versión mágica en lugar de modificar los muggles.
Aunque claro hay otro que no necesitan de nada para funcionar ya que son manuales, por decirlo de alguna manera pero a esos aún no sé que modificarles o si sería buena idea como regalo de aniversario.
Todo lo anterior fue dicho mientras Fred movía y señalaba algunos de los juguetes, piezas sueltas, y sus notas.
Había notado de pociones, hechizos, diferentes materiales que se podían usar de forma segura en el cuerpo. Todo muy complicado a simple vista, y por lo que George sabía de su hermano, lo era.
Ellos no eran estúpidos como muchos de sus ex maestros pensaban, solo que sus intereses iban fuera de lo común. Pero cuando se les venía una idea a la cabeza nada se las podía quitar.
—Veamos qué podemos hacer.
George fue por la silla de su propio escritorio y regresó para tomar asiento junto a Fred y revisar sus notas. Eso iba a ser tardado. Por suerte aún tenían al menos tres meses para su aniversario.
Les tomó casi los tres meses completos pero lo tenían. Habían hecho sus propias versiones de algunos artilugios sexuales. Les costó pero lo lograron… tenían sus regalos de aniversario, los demás lo retomarían apenas pudieran porque había un mar de posibilidades y seguro a Angie le gustarían también.
El día del aniversario llegó y coincidió con un fin de semana, por lo que decidieron colgar un aviso en su tienda diciendo que reanudarán sus labores hasta el lunes siguiente.
Amanecieron envueltos entre besos y caricias, una sesión de sexo mañanero fue lo primero en la lista.
Luego de una ducha y el desayuno llegó la hora de los regalos y ahí estaba, el primer vibrador mágico.
Cuando se lo enseñaron a Angelina, al principio no entendió lo que era pero luego de qué le explicarán qué era y como usarlo no dudó en estrenarlo esa misma noche, durante la cena.
El artilugio era pequeño, no más grande que una Snitch, pero no era redondo, sino más bien como un cilindro, como una bala había dicho Fred.
Estaba hecho de diversos materiales fusionados que aseguraban eran seguros para ser introducidos en el cuerpo y también le explicaron que lo podía usar sobre su clítoris, introducido en su vagina o en su ano e incluso ellos lo podrían usar, pero tenían que tener una higiene ejemplar. Hasta le enseñaron hechizos que utilizaban los medimagos para mantener todo esterilizado.
Pero la parte de la vibración, esa era la que más le sorprendió. Habían creado unos hechizos, dos ya estaban en el artilugio de manera permanente solamente tenían que tocarlo con la punta de la varita y decir "tactus link" para que a distancia se pudiera controlar.
A partir de ese momento si tocaba la varita con un dedo comenzaba la vibración, cada toque que se le daba a la carita con un dedo aumentaba la velocidad hasta un máximo de cinco y se reiniciaba la escala, por otra parte si se tocaba con dos dedos la vibración paraba.
Y más aún, se podía hacer con dos varitas a la vez. Desconocían si se podía con más y si tenía un límite, pues en ese proyecto no involucraron a nadie más. Para desactivar el juguete tenían que tocar nuevamente el artículo con la varita y decir "nema veze".
Angelina estaba emocionada. Nunca antes un regalo había tenido tanto tiempo de explicación pero sin duda estaba intrigada y esperaba con ansias estrenarlo.
Fueron a cenar a su restaurante favorito. Antes de salir activaron el juguete con las varitas de los gemelos al mismo tiempo y ella se lo puso para presionar su clítoris.
Afortunadamente esperaron a que estuviera sentada y con la protección del mantel largo que ocultaba sus piernas para comenzar con las vibraciones.
Las personas que estaban en el lugar solamente podían ver a tres adultos charlando y cenando, pero estás tres personas estaban más que exitados con la situación.
Angelina estaba empapada, las vibraciones se alternaban entre intensas y leves también se detenían sin previo aviso, todo muy discretamente, tanto que no podía saber cuál de los gemelos era el que activaba el juguete, la mantuvieron al borde del orgasmo, no sabía cómo es que estaba haciendo para no rendirse a ello y dejarse llevar por el éxtasis sin importar quién la viera.
Los gemelos por su parte, sabiéndose los causantes del placer de angelina tenían sus erecciones a tope, no se tocaban a ellos mismos para que no sospechen los demás comensales pero sabían que cuando se levantarán tendrían que hacerse un hechizo de glamour para disimular las.
La cena pasó y regresaron a su apartamento, apenas aparecieron en la sala angelina se lanzó a un gemelo, George, y lo comenzó a besar mientras sus manos se apresuraba a desvestirlo. Fred se puso tras ella para hacer lo mismo.
Cuando llegaron al primer orgasmo de la noche aún se encontraban en la sala, solo que enredados sobre la alfombra.
Meses después se inauguró la sección exclusiva para adultos de Sortilegios Weasley, obviamente se encargaron de probar y aprobar cada nuevo artículo y solo Angelina era la indicada para señalar si cumplía con los estándares de calidad.
NOTA:
Es súper tarde, pero aquí está.
Gracias por leer.
makonhi potoya, por alguna razón no me habían llegado las notificaciones de tus review, pero grasa por leer y espero te esté gustando.
