Hospital de Tokio

En la sala de espera, Rin junto con sus hijas se encuentran muy ansiosas y preocupadas por las condiciones en las que se encuentra Kaede. Sobre todo Rin, quien no solo siente tristeza o preocupación, también nervios pues después de tanto tiempo por fin vería a su abuela… lamentablemente en condiciones no deseadas.

El vuelo fue bastante rápido, Rin junto con sus mellizas llegaron en plena madrugada a Tokio y consiguieron un hotel cerca del hospital. A la castaña poco le importaba si en algún momento se tendría que cruzar con el padre de sus hijas, después de todo la ciudad es muy grande, sería una gran ironía que eso pasara… ¿Cierto?.

Por suerte Rin tiene a sus buenos amigos en Kioto para poder cuidar de su negocio, Jakotsu, Shiori y Bankotsu, este último no quería que la castaña volviera a Tokio, pero ella logró tranquilizarlo…

Flashback…

La castaña empaca con mucha prisa la ropa que necesitará usar y Bankotsu la observa desde la entrada de la habitación recargado en la puerta.

—Deberías de tranquilizarte Rin…

—¡No puedo!— vociferó dándose la vuelta para verlo —¡Mi único familiar está enfermo Ban!— el moreno se acercó a ella para abrazarla.

—Lo se… pero ten mucha fe en que se recuperará… y cuando lo haga… podrías traerla a vivir contigo aquí en Kioto…— la castaña se separó de el sin ser brusca.

—Sera su decisión Ban… es más…— le sonrió cálidamente —Se que estás preocupado, pero el padre de mis hijas no podrá encontrarme de la noche a la mañana, el tiene una familia… y yo no le importo… — pensar en eso le llenaba de tristeza, pero ya era tiempo pasado, ella ya había superado eso, e incluso al punto de olvidarse…

—Tienes razón… soy demasiado tonto, tu preocupada por tu abuela y yo pensando en otras cosas ¡Que idiotez!.— la castaña río ante el comentario del moreno.

—No te preocupes Ban, se que me quieres mucho y es lógico que temas por eso…— respondió para luego abrazarlo —Tu hermano Jakotsu se hará cargo de la boutique, también te pido eso a ti ya que eres nuestro administrador… por favor Ban.— el moreno le dio un beso en la frente y la abrazó más fuerte.

—Claro que si preciosa… yo me haré cargo…

Fin del Flashback.

Sin ellos, no se atrevería a dejar en manos de alguien más su boutique… aquella empresa pequeña que ha luchado por años y con el tiempo abrirá otras sucursales…

Una enfermera de cabellera negra se puso frente a ellas con algunos papeles en las manos, Rin junto con sus hijas la miraron e inmediatamente se pusieron de pie

—¿Usted es la señora Yamanaka, cierto?— preguntó.

—Así es, soy la nieta de Yamanaka Kaede.

—Me da gusto conocerla, disculpe la demora pero el doctor la estaba atendiendo, lamento decirle que su abuela… está en muy malas condiciones… pero ella está despierta y quiere verla, ha estado preguntando mucho por usted…

—Entiendo… —saber las condiciones en la que se encuentra su abuela le dolía tanto el corazón —Iré a verla…

—Adelante… sus hijas también pueden pasar… solo por esta ocasión…

—Muchas gracias— respondió en un tono muy apagado.

La castaña junto con sus hijas se dirigieron hacia la habitación que les dijo la enfermera, al llegar… se encontraron con una Kaede demasiado débil. Rin no pudo contenerse más y se tiró a llorar como una niña… después de tanto tiempo la volvía a ver pero en esas condiciones tan deplorables.

—A… abuelita…— llamó mientras se acercaba a ella y la tomaba de la mano aún llorando.

Kaede al ver a su nieta convertida en una hermosa mujer, comenzó a llorar rápidamente, había sido una tonta al tratarla y juzgarla mal en el pasado, pero ahora, por fin, después de tanto tiempo la volvía a ver… su amada nieta… su querida Rin…

—Mi… niña…— dijo la anciana con dificultad —Estas aquí…

—¡Abuelita perdóname yo…!

—No Rin… yo debería disculparme por tratarte de esa manera hace dieciséis años, yo… yo quería comunicarme contigo pero me enfermé con gravedad y… ahora estoy aquí…

—¡No te preocupes abuelita, no fue tu culpa, fue mía por decepcionarte y hacer caso omiso a tus consejos!— cerró los ojos con dolor —Fui una irresponsable…— Kaede le acarició la mejilla.

—Mi niña… con el tiempo me di cuenta de la horrible persona que fui contigo… seguramente sufriste mucho y yo…— la anciana cerro sus ojos sacando más lágrimas —Yo no estuve ahí para ti… para apoyarte ni para ayudarte, tus padres y tu abuelo deberían de estar decepcionados de mi…

—No abuelita… el tiempo que tú me cuidaste, fuiste una gran mujer conmigo y yo no te pagué bien… fui una tonta al creer… en un hombre que me ofreció mucha felicidad…

—Rin…— llamó —Donde está tu hijo o hija… lo quiero ver… —la joven entre lágrimas asintió con la cabeza y llamó a sus mellizas.

—Abuelita… ellas son Towa y Setsuna… mis mellizas… —miró a sus hijas —Towa, Setsuna, ella es la abuela Kaede…

—¡Mucho gusto!— saludó Setsuna con mucha cortesía, dando una reverencia.

—¡Hola abuelita!— está vez fue Towa saludando con una simpática sonrisa.

—Son tan lindas Rin…— la anciana detalló la cara de sus bisnietas, pensó que tal vez estaba loca pero… esas niñas se parecían mucho a… —Soy tan afortunada de poder mirar a mis bisnietas por última vez, aunque… —Kaede miró a Rin —Quiero preguntarte algo hija… a solas… por favor…—la castaña entendió y pidió con amabilidad a sus hijas que se retiraran. —Dime una cosa Rin… se muy bien que Kohaku no es el padre de esas niñas, un día lo busqué y pregunté por ti y el no me supo responder… solamente me dijo que el no es el padre del niño que esperabas… ahora dime Rin… ¿Quién es el padre?.

En ese instante los ojos grandes de la castaña se llenaron de lágrimas nuevamente, sabía que este día llegaría, no obstante recordar todo lo que había pasado la llenó de tristeza y coraje. Todas aquellas promesas y palabras por parte de Sesshomaru solamente fueron mentiras…

—Abuelita… ellas… son hijas de mi profesor… Taisho-Sensei…— confesó. La anciana abrió los ojos atónita, entonces no estaba loca al ver ciertos rasgos de esas niñas con ese profesor. De inmediato Kaede se enfureció, pues ante la confesión de su nieta comenzó a imaginarse lo peor.

—¡¡Rin!!— la tomó con fuerza de la mano —¿Acaso el…?, ¿Qué fue lo que pasó realmente? ¡¡Rin!!.— le dolía pensar en esas posibilidades. Rin negó con la cabeza ante las preguntas de su abuela.

—Yo… el no hizo nada de eso… verás, cuando entré en primer año lo conocí ya que el era mi profesor de matemáticas… me sentí fuertemente atraída por el y creo que se aprovechó de eso, pues durante tres años mantuvimos un noviazgo dentro de la escuela a escondidas… y… En mi último año escolar, me enteré que estaba esperando un hijo de el…— sonrió irónica —Me puse tan feliz pensando en que cumpliría su promesa, el dijo que… cuando finalizara la preparatoria yo… nos casaríamos— pensar en esos recuerdos era realmente doloroso —Justamente el día de la graduación yo pensé en decirle que seríamos padres pero… el me confesó que solo me utilizó, un hombre maduro como el nunca se fijaría en una mujer como yo y… se iba a casar e incluso el tendría un hijo con ella… el era un profesor que solo buscaba sexo… abuelita— llamó mirándola con dolor —Fui una tonta e inmadura— se acercó más a la anciana y la abrazó —¡¡Perdóname!! ¡¡Perdóname abuelita!!.

—¡¡No hija!!— la anciana la abrazó aún con las fuerzas que le quedaba —¡¡Yo debí escucharte en un inicio!! ¡¡Te amo hija y estoy tan feliz que estés aquí conmigo siendo una gran mujer!!— ambas lloraban con mucha fuerza. Kaede tomó a su nieta del rostro para que la mirara. Rin tenía los ojos llenos de lágrimas y rojos —Hace poco… me impresionó ver qué cada quincena me llegaba dinero de la nada en la tarjeta y un día tu… me enviaste un mensaje con tu número telefónico y contándome cómo te fue en todo este tiempo… cuando leí ese mensaje mi corazón brincó de felicidad… pensaba llamarte pero dudaba… no sabía que decir, y justamente el día que decidí llamarte de verdad… me sentí mal y al siguiente día ya estaba aquí… hija…— la anciana comenzó a toser con mucha fuerza —Te amo… y estoy tan feliz de ti… gracias por ser una increíble nieta, que por desgracia yo no supe valorar… gracias por darme a dos increíbles nietas… tan lindas y sanas, cuídalas mucho y escuchalas siempre… te amo hija…— Kaede dejo de toser y sus ojos se cerraron lentamente, tenía una leve sonrisa en el rostro…

Rin se alarmó, comenzó a sacudir a su abuela pero ella ya no se movía, en seguida unas enfermeras llegaron junto con el doctor y amablemente le pidieron a Rin que se retirara para ellos poder hacer su labor. Con lágrimas en los ojos y mucha angustia, la castaña se retiró y sus hijas la abrazaron para brindarle apoyo. Minutos después el doctor salió con un semblante serio y negando con la cabeza.

—Señora Yamanaka…— llamó el médico y Rin sentía irse en un agujero profundo —Ya no pudimos hacer nada, la señora Yamanaka Kaede ha fallecido —el médico se reverenció y se retiró del lugar.

Rin no pudo soportar más y estalló en lágrimas con lamentos, su abuelita, el único familiar que le quedaba había partido de este mundo y con ella todos los recuerdos que pasaron juntas… su madre, su padre los había perdido en un accidente, su abuelito falleció del corazón y… su querida abuela Kaede… también partió de este mundo, era doloroso, pero lastimosamente era algo que debía pasar tarde o temprano, pues no somos eternos en este mundo.

—¡¡Nooooo abuelita!! ¡¡Nooooo!! —Towa y Setsuna sostenían a su madre, les dolía verla así. Rin se recargó en sus hijas, agradecía tenerlas en estos momentos a su lado…

Era difícil pero… era parte de la vida…

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Un mes más tarde…

Después del fallecimiento de Kaede, Rin decidió que cremarían el cuerpo de su abuela para enterrar sus cenizas en la casa en donde solían vivir. Junto con sus hijas, permanecieron por unos días en Tokio en lo que hacían trámites de documentos, pues Kaede dejó un testamento. En ese tiempo las gemelas se acostumbraron rápido a estar en la gran ciudad, les encantaba las grandes tiendas, variedades que había, y sobretodo por los lindos uniformes que utilizaban en las preparatorias. Rin también comenzó a acostumbrarse a estar en Tokio, dieciséis años sin pisar la ciudad en la que fue su hogar y la vio crecer, tenía miedo de quizá… encontrarse a el pero… tarde o temprano lo tendría que enfrentar, aunque no sería sencillo pues la ciudad es bastante grande y sería una gran coincidencia verlo en alguna parte.

Towa y Setsuna se acostumbraron tan rápido que todos los días molestaban a su madre con quedarse a vivir en Tokio, Rin le gustaba la idea pero pensar en la boutique la dejaba en un enredo. No obstante las gemelas eran más listas y lograron convencerla, diciendo que ella podría poner otra boutique en Tokio ya que tiene el suficiente presupuesto. Rin se rindió… le daría ese gusto a sus hijas, no solo por ellas claro, si no porque así su trabajo sería más conocido…

La familia Yamanaka no tuvo vacaciones, sobre todo Rin, quien además de estar en movimiento por los documentos de su abuela, también se hacía cargo de la mudanza y el cambio de escuela para sus hijas, era terrible pero también tenía ayuda por parte de las mellizas, lo cual agradecía rotundamente.

—Hijas… a partir de ahora viviremos en Tokio… espero que nos vaya muy bien… "(sobre todo que el no nos encuentre)"— pensó nerviosa.

Las mellizas estaban muy felices, una nueva vida en Tokio comenzaría para la familia Yamanaka.

—Esto es increíble mamá, ya ansío entrar a la escuela— expresó Towa muy emocionada, mientras daba brinquitos de felicidad en la sala de su nueva casa. Su hermana menor la miró burlona.

—Solo esperemos que no te metas tanto en problemas Towa— comentó sarcástica.

—¡Eso no será así Setsuna!— las mellizas comenzaron un duelo de miradas, pareciera que sus orbes dorados quisieran estallar en llamas. Rin exhaló cansada, sus hijas nunca se han peleado pero no todo es perfecto a veces, si no es Towa quién provoca a Setsuna es la misma Setsuna que provoca a Towa.

—¡Niñas ya basta!— vociferó Rin, regalándoles una mirada llena de severidad. Las mellizas comprendieron y se disculparon con su madre.

—¿Cómo dices que se llama la escuela en donde estudiaremos mamá?— preguntó Setsuna cambiando el tema.

—Es la preparatoria Kurama, muy buena por cierto, y es por ello que la elegí— les guiño el ojo —También porque tienen un hermoso uniforme.

Towa y Setsuna chillaron de emoción, lo fascinante de las escuelas en Tokio eran sus hermosos uniformes, sin duda alguna las jóvenes se divertirán. Las clases comenzarían dentro de una semana, y las mellizas se encontrarán con varias sorpresas…

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En otra parte de Tokio.

Antigua mansión Taisho.

Ya era de noche, y un visitante inesperado tocaba las puertas en la que alguna vez fue su hogar, viéndolo crecer y también viendo las desgracias por las que pasó su padre. El albino estaba muy cansado, las clases pronto empezarán con un nuevo siclo, y las cosas en la empresa automotriz siguen bien, pero lleno de trabajo, por fortuna su mano derecha Jaken se hace cargo y lo ayuda siempre.

Sesshomaru es bien recibido por el mayordomo de esa casa, quien lo recibió con una elegante reverencia y un amable "buenas noches". El albino de igual forma agradeció y entro en el que alguna vez fue su hogar. Si hermano Inuyasha junto con su hija iban saliendo del despacho entre risas y abrazos, una imagen muy hermosa entre un padre y una hija.

—Inuyasha— llamó Sesshomaru y de enseguida su medio hermano lo atendió, regalándole una sonrisa.

—Hermano que sorpresa…— el albino menor se acercó hasta el mayor y le regaló un abrazo fraternal siendo correspondido. —Tiempo sin vernos ¿Qué has estado haciendo?.

—¡Hola tío Sesshomaru!— saludo una jovencita muy parecida a Inuyasha. Sesshomaru asintió.

—Hola Moroha. Oí que eres una chica muy inteligente y por ello te elevaron hasta segundo año de preparatoria ¿Es eso cierto?— preguntó fingiendo no estar enterado. Su sobrina Moroha cursará el segundó año de preparatoria teniendo tan solo catorce años de edad, pues su coeficiente es tan alto que incluso podría terminar la preparatoria si quisiera, pero ella eligió ir con calma para poder experimentar.

—¡Así es tío Sesshomaru!— afirmó con orgullo —Tu única y querida sobrina Moroha es muy inteligente, espero que usted no me de clases ¡Digo!— corrigió —Que usted y yo nos encontremos por casualidad en los pasillos de la escuela Kurama.

—Hump— el albino sonrió ante las ocurrencias y gestos que hacia su graciosa sobrina —Descuida Moroha, es probable que no te de clases aunque— la miró con seriedad —En cualquier momento seré tu profesor y no será sencillo Moroha.

—¡Ay no me diga eso tío!.

Ambos hermanos comenzaron a reír, por la reacción de la azabache. Sesshomaru dejó de sonreír y pensó "ya tiene bastante tiempo que no me río" no era sencillo, pues vivir con una mujer a quien no amas y solo sientes obligación y lidiar con varias cosas era realmente agotador.

—Hija— llamó Inuyasha —Ve con tu madre, hablaré a solas con tu tío Sesshomaru en el despacho.

—Bien. Los dejo solos, adiós tío Sesshomaru— la joven se despidió con una reverencia para luego subir las escaleras y poder ir a dónde su madre estaba.

Inuyasha junto con su hermano ingresaron al despacho, pero Sesshomaru antes de entrar, miró el cuadro de su madre fallecida el la sala de la mansión, extrañaba hablar con ese cuadro y contarle todas las estupideces que le ha pasado, aunque sea soló una cosa material que no lo escuche.

—¿Vas a entrar o no?— preguntó Inuyasha sentado en su escritorio. Sesshomaru asintió e ingresó cerrando la puerta tras de si.

—Disculpa. El cuadro de mi madre me distrajo.

—Ay hombre, te he dicho que si tanto amas ese cuadro te lo lleves.

—Me encantaría, pero ese cuadro pertenece aquí y aquí se quedará.

—Muy bien, como digas, todos los días se mantiene limpio, siempre le pido a los sirvientes que lo limpien bien.

—Te lo agradezco Inu… cambiando de tema… ¿Cómo ha estado papá? Disculpa por no cumplir mi tarea como hijo y cuidarlo en estos días pero he tenido varios contratos de la empresa automotriz, también está mi profesión y…— exhaló cansado —Hakudoshi es un problema, le encanta pelear y siempre lo llaman en la dirección de la escuela— Inuyasha odiaba ver a su hermano así de agotado, pues al parecer los problemas nunca acabarían con el.

—Hermano, no te preocupes, papá está en muy buenas manos, yo tampoco tengo tiempo a veces y por ello contraté a buenas enfermeras— exhaló —lo único malo es de que papá no despierta, ya lleva así varios años y… los doctores siempre me tratan de convencer en desactivar los aparatos…

—¡Mierda!— exclamó enojado —No entiendo hasta cuándo acabará todo esto…— Inuyasha miró a su medio hermano.

—No lo sé hermano… no lo sé…— contestó en suspiros cansados —Zero también ha sido muy paciente ¿Sabes? Siempre que puede va a visitar a nuestro padre y le lee cuentos… ella siempre lo ha amado…— su medio hermano solo lo miró con una ceja alzada.

—Así es… pero pierde su tiempo, si papá no le hizo caso en un inicio, menos ahora que ambos ya están ancianos…— escupió con un toque de desagrado.

—No entiendo hermano, siempre te ha desagradado Zero… ¿Por qué? Incluso no te gusta que valla a ver a papá… ¿Es a caso por…?.

—No…— interrumpió —Simplemente hay algo en esa mujer que no me agrada. Cuando era niño, siempre la vi tan misteriosa y por alguna razón siento que nosotros le desagradamos… ¿Será a caso por qué mi padre se fijó en su mejor amiga de universidad?.

—¿De que hablas Sesshomaru?.

—Es cierto, tu no conoces bien la historia. Verás, cuando Zero iba en la universidad, conoció a mi madre y se hicieron buenas amigas, pero su amistad se rompió cuando el hombre del que estaba enamorada Zero, es decir nuestro padre, se fijó en mi madre… es por ello que… a veces pienso que por ese motivo no le agradamos Inuyasha. Y cuando mi madre murió, papá se casó con tu madre, bien pudo darle una oportunidad a Zero… pero no lo hizo…

—Bueno… recordemos que tú madre Sesshomaru era una mujer extremadamente hermosa… quizá por eso eres guapo hermano— ambos rieron ante ese comentario —Pero Zero también no se queda atrás, ella aún teniendo la edad que tiene es muy atractiva así que… algo debe de tener esa mujer para que nuestro padre no se fijará en ella… y si…— afirmó el albino menor muy pensativo —Hay algo en esa mujer que es un misterio… su sonrisa burlona, su carácter sarcástico y su forma de tratarnos… si que es muy misterioso. Siendo sincero tampoco me agrada en lo absoluto, trato de ver el lado positivo con esa mujer pero es imposible… siento que esconde algo…

—Yo también lo creo hermano…— ambos albinos se quedaron por varios segundos en silencio, pensando el lo misteriosa e incomoda que es Zero… no obstante, Inuyasha interrumpió el silencio con un chasquido de garganta captando la atención de su medio hermano.

—Cambiemos de tema Sesshomaru, dime ¿Cuál es el motivo de tu visita? pasamos a tantos temas que me olvidé de preguntar— en el escritorio se encontraba una botella de wiski y dos vasos de cristal. Inuyasha tomó uno y comenzó a servir para luego darle a su hermano.

—Hmph…— sonrió cansado —Solamente vine a visitar… estos días han sido muy estresantes. Quiero distraerme— contestó para luego comenzar a tomar la bebida.

—Bueno, de ser así bebamos hasta cansarnos hermano. No es fácil lidiar con una familia, una empresa automotriz y la profesión— alzó su copa hasta chocarla con la de su medio hermano —¡¡Salud!!.

—¡Salud!— dijo con una media sonrisa y bebiendo aquel fuerte alcohol.

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Dos semanas después...

Un nuevo siclo escolar ya había comenzado en varias escuelas. En la preparatoria Kurama varios profesores y alumnos ingresan para dar inicio un nuevo siclo lleno de retos y temas muy interesantes. Por otra parte en la dirección de la escuela, el director Mioga plática muy a gusto con el nuevo profesor de inglés, un hombre alto, moreno, orbes verdes, pelirrojo y atractivo.

—Muy bien Osamu-Sensei, espero que sea agradable su estancia en esta humilde preparatoria— el director dio una reverencia y el pelirrojo hizo el mismo acto en forma de agradecimiento.

—Muchas gracias director Mioga, daré todo de mi para preparar a los jóvenes de esta institución.

—Espero que así sea. Todo lo necesario ya lo tiene, me gustaría que conociera está escuela así que platique con un profesor para que me ayudara en esa labor— Kirinmaru negó con la cabeza un poco apenado.

—No hay necesidad de eso director Mioga, no quiero quitarle el tiempo a otros profesores— Mioga rió.

—¡No se preocupe por eso Osamu-Sensei! Taisho-Sensei tiene los primeros módulos del día libre y el aceptó gustoso.

—¡¿Taisho-Sensei dijo?— vociferó impresionado —"(Hmph… quien lo diría, mi objetivo me presentará la escuela… que ironía…)"— pensó.

—Así es, el vendrá en unos minutos…

La puerta de la dirección sonó y Mioga sabía de quién se trataba, en seguida gritó un "adelante" y la puerta se abrió dejando ver a un hombre muy apuesto a pesar de su edad. Kirinmaru frunció el ceño, sabía de quién se trataba, era el, Taisho Sesshomaru, el hombre que tiene una amistad y familiaridad con la asquerosa familia Ozaki.

—¡Taisho-Sensei que bueno que ya está aquí!— expresó Mioga —El es Osamu Kirinmaru, el nuevo profesor de inglés.

Sesshomaru miró al pelirrojo como si fuese alguien tan insignificante, pero a la vez tenía un fuerte presentimiento, algo no le gustaba de Kirinmaru. Por otra parte, el pelirrojo lo miraba con sarcasmo, no podía creer que fuera una ironía estar frente a la persona que será su objetivo para dañar a la familia Ozaki. Ambos se reverenciaron para saludarse.

—Es un placer conocerlo Osamu-Sensei, espero que su estancia en esta preparatoria sea de lo mas agradable.

—Muchas gracias Taisho-Sensei. De igual forma es un placer conocerle, espero que podamos llevarnos bien como buenos compañeros maestros…

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Mientras tanto, en los pasillos de la preparatoria Kurama Towa y Setsuna vestidas con sus respectivos uniformes color negro con rojo, buscaban un tanto desesperadas el salón en donde comenzarían sus clases.

—¡Ay Setsuna ¿Dónde estará el salón que nos toca?!— preguntó Towa muy preocupada.

—Calma Towa, hay que preguntar— la castaña miró el horario escolar —Nuestra primera clase es de Química…

Mientras las mellizas seguían viendo el horario escolar de su grupo, una chica azabache corría a toda prisa chocando y pidiendo disculpas con los alumnos que caminaban en el pasillo. Los nervios de la joven estaban de punta, pues era la única de catorce años en una preparatoria con chicos más grandes que ella. Por ir caminando tan distraída, chocó nuevamente con otro alumno, o en este caso alumna. Muy apenada, Moroha se reverenció.

—¡Disculpa iba tan distraída!— exclamó. Towa la miró y le regaló una sonrisa cálida.

—No hay problema— dijo —Aunque ¿Me podrías decir en donde está el salón de Química para los de segundo H?, Mi hermana y yo somos nuevas y no sabemos dónde queda— vociferó nerviosa.

—Bueno yo…— respondió nerviosa —Es que yo también soy nueva y busco el mismo salón con los del mismo grupo de segundo año

—¡¡Que emoción!!— exclamó Towa —Entonces somos compañeras ¿Por qué no lo buscamos entre las tres?.

—No hay tiempo que perder Towa— interrumpió Setsuna comenzando a caminar —Debemos de encontrar ese salón…

—¡Si!— contestó la albina. Luego miró a Moroha —¡Vamos!.

—¡Claro con mucho gusto!— vociferó la azabache comenzando a caminar junto con la albina.

Por muy extraño que pareciera, Moroha notó que esas jóvenes tenían un cierto y raro parecido con su tío Sesshomaru, sobre todo a la madre de este, recordando aquel cuadro que está en la sala de su casa. Al final negó con la cabeza, posiblemente esas chicas eran algún sosias de su padre a algo así.

El trio de chicas bien pudo preguntar fácilmente a cualquier estudiante que caminaba en el pasillo por el salón de Química para los de segundo año, pero no lo hicieron, más bien recorrían la escuela explorando y admirando sus instalaciones. Sorprendentemente a Setsuna no le desagradaba en lo absoluto, pues ella también disfrutaba del recorrido, al fin y al cabo aún quedaba tiempo. Ninguna de las tres podía soportar hasta el recreo, la curiosidad de las chicas no tenía límites.

Mientras caminaban por el patio de la preparatoria, la albina se dio cuenta que aún no se habían presentado como tal, así que detuvo sus pasos y con ello a su hermana y a su nueva amiga Moroha, porque si, Towa ya consideraba a la azabache su amiga, sorprendentemente se sintió muy familiarizada con la joven y es por eso que la trató con confianza. A Moroha también le pasó lo mismo, no solo encontró ciertos parecidos de esas niñas con su tío Sesshomaru, también se sintió muy familiarizada con ambas.

—Por cierto…— dijo Towa un poco nerviosa —No te he preguntado tu nombre. Más bien no nos hemos presentado— dio una reverencia —Mi nombre es Yamanaka Towa, tengo dieciséis años y soy la hermana mayor de Setsuna, somos mellizas. Mucho gusto— la albina se ergio y miró con una sonrisa a la azabache.

—Soy Yamanaka Setsuna y soy la hermana menor de Towa… lo demás no hace falta decirlo, somos mellizas y tenemos la misma edad— contestó la castaña con su característica seriedad de siempre

—Mucho gusto Towa, mucho gusto Setsuna— de igual forma se reverenció para poder presentarse con educación —Soy Taisho Moroha y tengo catorce años, mucho gusto— Towa abrió la boca impresionada al escuchar el apellido y la edad de la azabache. Setsuna también estaba impresionada pero solo por la edad, ya que el apellido pues… nunca lo ha escuchado.

—¡¿Taisho?!, ¡¿Catorce?!— vociferó la albina —¡¿Eres de la poderosa familia Taisho, verdad?!— preguntó muy entusiasmada —¡¿Y también tienes catorce?! Eres muy joven para estar en segundo año de prepa.

—Si, eres muy joven, supongo que debes de ser una genio— dijo Setsuna.

—Así es, Setsuna tiene razón, mi coeficiente es alto y es por eso que cursaré el segundo año de preparatoria ya que en primero se ven cosas básicas en la rama de estudio— respondió muy casual —Y si Towa, soy una Taisho…

—¡Genial!— exclamó la albina. Setsuna miró con el ceño fruncido a su hermana.

—¿Quiénes son los Taisho Towa?— preguntó confundida.

—¡¿Qué?!— Towa miró a su hermana muy sorprendida. Moroha solo río —¡Los Taisho son una familia con dos increíbles empresas, la automotriz llamada "AutosTaisho" y la famosa empresa de telas "Kimi", por lo que sé, la primera empresa que mencioné le pertenece al mayor de los Taisho, y la segunda a…— miró a Moroha y ella asintió.

—Así es, a mi papá— dijo con orgullo.

—¡Genial Moroha!.

Las tres chicas seguían platicando mientras caminaban, de pronto la más callada de las tres, es decir, Setsuna, miró su reloj de mano y notó que solo faltaban cinco minutos, se alarmó pues solo han estado perdiendo el tiempo, ya después tendrían tiempo de platicar.

—¡Chicas!— llamó la castaña —¡Ya hay que irnos al salón, el tiempo se acaba!.

—¡Ay no!— respondieron Towa y Moroha al mismo tiempo con frustración.

Las tres chicas comenzaron a correr hacia el edificio en donde se encontraban los salones, al momento de entrar notaron que ya no había alumnos caminando en los pasillos, ahí se dieron cuenta que si perdieron bastante tiempo platicando y explorando la escuela. Las tres caminaban de un lado a otro nerviosas, ¿Ahora como encontrarían el salón? Lo único que quedaba era encontrar un prefecto, pero para colmo no había uno en ese momento.

Por otra parte, un hombre guapo y albino iba caminando de lo más normal en los pasillos del edificio escolar, por suerte el recorrido que le dio a Osamu-Sensei ya había acabado, y daba gracias a eso, pues no fue nada cómodo para el. De pronto, sus orbes dorados visualizaron a tres jóvenes caminando sin rumbo alguno en los pasillos, supuso que tal vez estaban perdidas o las sacaron del salón. Sin más se acercó a ellas y pudo darse cuenta que entre ellas estaba su sobrina Moroha, no la llamaría, solo se acercaría a ella y le preguntaría nada más.

Towa, instintivamente se dio la vuelta y se topó con una mirada seria y dorada, lejos de atemorizarse, sonrió calmada y se acercó a Sesshomaru, quien al ver aquella joven albina sonriente, extrañamente se sintió muy familiarizado, e incluso cálido… una sensación que no supo cómo describir… y al ver a la otra joven castaña que iba tras la albina… se sintió de la misma forma tan indescriptible.

—Buenos días Sensei— saludó Towa con una reverencia —Somos nuevas y no sabemos dónde está el grupo 2-H—

Sesshomaru estaba completamente atónito… sentía que su cuerpo no quería reaccionar por alguna extraña razón. Ver a esas dos jóvenes…

CONTINUARÁ…

Si el capítulo te gustó, que bien me alegro mucho ;)