Parte II
-Uno de los automail se ve bastante bien, Winry – Dijo Pinako tranquilamente llevándose un pedazo de carne a la boca – Con un par de ajustes más, podremos ponerlo a la venta por un precio razonable.
La aludida se sobresaltó, miró a la mujer por un par de segundos y luego regresó la mirada hacia su plato, todavía no podía mirarla a la cara sin sentir vergüenza de lo que había sucedido hacia un rato, y aunque Pinako no haya sacado el tema todavía, lo mejor sería seguir el hilo de la conversación que había iniciado… de cualquier manera, era la primera vez que cualquiera de los tres decía una palabra en toda la cena.
- ¿De verdad? – Respondió sorprendida – Nunca los ponemos a la venta al menos que hayan pasad revisiones más.
-No hay mucho que revisar en este, quedó realmente bien – Contestó la mujer manteniéndose imperturbable – Llegará el momento en que no necesitarás que yo los revise.
Aquello sin duda animó mucho a Winry, fuera de toda la situación incómoda que los rodeaba a los tres en ese momento, su abuela le estaba haciendo saber que sus habilidades como mecánico de automail cada día eran mejores, al punto que sus trabajos ya no necesitarían el chequeo final de Pinako.
-Gracias, abuela – Se limitó a decir ella tras una sonrisa.
Winry estuvo a punto de agregar algo más, pero se sobresaltó cuando sintió como Ed tomó su mano y la apretó con la suya sobre la mesa. Al girarse hacia su novio este le sonrió tímidamente, ella sabía que él no era de los que demostrasen su afecto en público – El alumno empieza a superar al maestro.
-Lástima que tu no pudiste hacer lo mismo con Izumi Curtis – Soltó Pinako manteniéndose imperturbable.
Ed de inmediato frunció el entrecejo y miró a la mujer – ¿Qué se supone que quieres decir con eso, vieja?
Era la primera vez que le hablaba directamente a la anciana desde que se había dirigido hacia él en el baño, dejándolo completamente expuesto junto con Winry, sin embargo, no fue hasta que ya había hablado en que Ed recordó la vergüenza que aun sentía por el incidente, y desvió su mirada de nuevo hacia su plato de comida… ¿Por qué la mujer no simplemente abordaba el tema y acababa con aquella tortuosa espera?
-Lo siento – Masculló Ed retirando lo que dijo.
Winry se dio cuenta del cambio de su novio, aunque no había que ser un genio para averiguarlo, ya que ambos seguían igual de avergonzados desde el momento en que escucharon la voz de Pinako detrás de la puerta del baño. Para Winry la espera también se había hecho eterna, pero su abuela había decidido hablar sobre el automail y el entrenamiento de Edward, antes que abordar aquello que tenía tan incómoda a la pareja.
Pinako levantó la vista de su plato y miró a ambos jóvenes sonrojados y sin atreverse a mirarla a los ojos, aquello ya estaba resultando ridículo – ¿Les pasa algo?
Ed miró incrédulo a la mujer mientras que Winry, cansada de la incertidumbre, tomó aire profundo y miró a la anciana – ¿No vas a decirnos nada, abuela?
El chico no estaba emocionado por tener esta conversación, y aunque si temía de lo que pudiera hacerle o decirle Pinako, estaba tan nervioso como Winry, y por eso ni siquiera protestó cuando fue su novia quien decidió sacar el tema, ya que ambos estaban a nada de un ataque de ansiedad.
Pinako no respondió al instante, ya que junto con finalizar su cena había decidido sacar su legendaria pipa y con toda la calma del mundo decidió encenderla y darle un par de caladas bajo las miradas nerviosas de la joven pareja, quienes sentían que se les saldría el corazón en cualquier momento.
La mujer dio otra calada a su pipa y volvió su vista hacia ellos – ¿Sobre qué?
Los dos la miraron completamente incrédulos… ¡¿Es que acaso se lo habían imaginado?! ¿Cómo es que Pinako estaba tan tranquila y estuviese actuando como si de verdad no estuviera ni enterada?
-Ya sabes… – Dijo Winry aun nerviosa y avergonzada, el tener que decirlo se sentía diez veces peor que cuando ocurrió – Lo del baño.
Pinako le dio otra calada a su pipa – ¿Sucedió algo con el baño?
Winry no tenía idea de lo que tramaba su abuela, pero no había forma de que ellos se hayan imaginado cuando la mujer se dirigió al chico. Sin embargo, ella no tuvo la oportunidad de seguir indagando de forma superficial, debido a que su impaciente novio se le adelantó.
- ¡Demonios, vieja! ¡Nos encontraste juntos en la ducha hace solo un rato! ¿No piensas decirnos nada? – Explotó Ed sin medir sus palabras.
No fue hasta que todo aquello salió de su boca en que él se dio cuenta de la magnitud de sus palabras, y al girarse para ver la sonrojada cara de novia y la mirada de pocos amigos que le dedicó, estaba seguro de que más tarde lo reprendería por ello… y no le sorprendería que hubiese una llave inglesa de por medio.
Pinako se acomodó en su silla y luego se dirigió al rubio – Ah, entonces si estabas ahí adentro, Edward.
El aludido se sonrojó notoriamente y abrió la boca, desconcertado – ¿Lo tenías en duda?
-Si, pero acababas de aclarármelo – Respondió Pinako dándole una calada a su pipa.
Winry y Ed se miraron sonrojados y completamente avergonzados… ¡acababan de exponerse cuando Pinako ni siquiera estaba segura de sus suposiciones! Ni siquiera sabían de qué forma continuar aquella conversación, si valía la pena seguir exponiéndose, o si lo mejor sería esperar a que Pinako abordara el tema directamente sin darle demasiado detalles, y si los reprendía, pues simplemente aceptarlo.
Sin embargo, la anciana se mantenía imperturbable – Bien, y ya que estamos todos en el mismo barco… ¿Cuánto tiempo más creyeron que no me daría cuenta?
-Abuela – Dijo Winry sintiendo los colores subiéndoseles a la cara – Sé que no está bien… pero Ed y yo solo lo hemos hecho un par de veces.
- ¿Creen que no sé sobre las escapadas nocturnas de Ed desde que volvió del Oeste? – Contestó la mujer tranquilamente.
La pareja creía que su alma dejaría sus cuerpos en cualquier momento con toda la información que Pinako estaba soltando como si fuese un tema de conversación usual a la hora de la cena, y aunque Winry trataba de sobrellevar el tema con su abuela lo más ligero posible, su novio no era el ejemplo de la delicadeza.
- ¿Tienes ojos en toda la casa, vieja bruja? – Dijo Ed bruscamente sintiendo sus mejillas sonrojadas.
-No necesito tenerlos – Respondió la mujer tras una calada a su pipa – Si querías mantenerlo en secreto hiciste un pésimo trabajo haciendo tanto ruido con tu automail por las noches, Edward.
Ed se maldijo a si mismo por su falta de delicadeza tanto al movilizarse de su cuarto al de su novia, como también cuando a veces en medio de algún intenso besuqueo, Winry lo empujaba a su cama haciendo que esta sonara por el peso del automail en su pierna. Y ahora que lo pensaban, no habían sido el ejemplo de la discreción y tenía mucho sentido que Pinako los haya descubierto con tanta facilidad.
Ambos jóvenes bajaron la mirada completamente avergonzados y sin ningún tipo de argumento para debatir a la mujer, sin embargo, ella no dejaría la conversación hasta disipar todas las dudas.
-Bien, niños – Dijo Pinako de forma irónica, ya que sabía que el pasar del tiempo no había sido en vano – Supongo que a este punto no tengo que profundizar mucho sobre de dónde vienen los bebés ¿verdad?
-Abuela, ya hemos tenido esta conversación – Respondió Winry sin atreverse a mirarla.
-Tú y yo si – Contestó la anciana dirigiendo su vista hacia el joven – Ed, les hablé a ti y a Alphonse de lo básico porque se fueron de casa muy jóvenes.
Ed se sonrojó – No fue necesario que profundizaras en el tema… Sé lo suficiente.
-Quiero pensar que sabes lo que es la protección – Dijo la mujer levantando la ceja sugestivamente y desviando la mirada hacia su nieta – ¿O ya estás embarazada, Winry?
- ¡Abuela! – Replicó la chica con ganas de que la tierra se la tragara – ¡No lo estoy!
-Maldita sea ¡Sé lo que es un condón y como se usa, vieja! ¡gracias por tu preocupación!
-No me malentiendan, niños – Dijo Pinako completamente tranquila dándole otra calada a su pipa – No es como si no quisiera conocer a sus hijos algún día.
Ed se tensó ante esta confesión y desvió la mirada, cosa que para Winry no pasó desapercibido, especialmente porque la expresión de su novio ya no era simple vergüenza con Pinako, sino que daba la impresión de que él preferiría evitar el tema… ¿acaso ella se estaba perdiendo de algo?
-No estamos preparados aun para eso, abuela – Se limitó a responder Winry un poco más seria de lo habitual – Es muy pronto.
-He de suponer entonces que quieren ir paso a paso – Respondió Pinako mirándolos inquisitivamente – ¿Cuándo será?
Esta vez fue Ed quien levantó la vista – ¿De qué hablas?
-Pues de la boda – Dijo con naturalidad mientras volvía a darle una calada a su pipa, sin embargo, al ver la cara de confusión de los jóvenes, fue mucho más directa – No me dirás que aún no le has pedido matrimonio, Edward.
Las mejillas de Winry se incendiaron mucho más y dirigió su vista hacia su novio. Si bien, Ed le había propuesto matrimonio antes de irse al Oeste, de una forma demasiado alquimista y peculiar, y ella había aceptado con la promesa de que volverían a verse. Sin embargo, desde el regreso de Ed, aunque la relación se haya establecido un poco más y llevado a otros niveles, ellos no habían vuelto a sacar el tema y esto ya había preocupado antes a Winry, pero no había sido capaz de decir algo al respecto para no incomodar a su novio… aunque si había llegado a preguntarse si acaso él se había arrepentido.
-Como dijiste, estamos llevando la relación paso a paso – Respondió Ed rápidamente sin voltearse a ver a Winry.
La chica no quitaba su vista de él y sintió como un nudo se formó en su estómago, su expresión era de las más serias que haya visto y eso solo reforzaba su teoría… quizás si estaba arrepentido.
- ¡Están durmiendo juntos, Edward Elric! – Exclamó Pinako levantando por primera vez la voz en toda la noche – No permitiré esos comportamientos en esta casa.
- ¡Abuela! – Winry creía que la conversación ya podía rayar en una pelea, y no iba a pasar si ella podía evitarlo.
- ¡Estás siendo dramática! – Respondió de inmediato el chico– Winry y yo seguimos siendo los mismos.
- ¡Edward! ¡Basta!
-Los crie como si fuesen hermanos, no como una pareja – Dijo Pinako seriamente ignorando las protestas de su nieta – Por lo que debemos tener reglas si todavía no piensan casarse.
- ¿Piensas decirme como llevar mi propia relación? – Desafió el rubio.
- No tengo ningún problema con su relación ¡pero no dormirán juntos hasta que establezcamos algunos límites, Edward Elric!
- ¡No me dirás cómo debo llevar las cosas con Winry solo porque no estamos casados aún! – Y sin dejar que Pinako dijera algo más, Ed se levantó de la mesa casi sin probar un bocado y se dirigió hacia el segundo piso de la casa mascullando algunas maldiciones entre dientes.
-Ed… – Fue lo único que alcanzó a decir Winry, viendo como desaparecía escaleras arriba.
El olor de humo de la pipa hizo que la chica volviera su atención hacia su abuela, quien lucía mucho más calmada que hacía unos minutos – Que novio más dramático tienes.
-Ninguno debió gritarle al otro – Encaró la chica, aunque no se sentía del todo cómoda defendiendo en parte al ex alquimista.
-Aunque no me creas ahora, trato de evitar que ambos cometan errores de los que se arrepientan más adelante – Dijo Pinako mirándola de reojo – Eres mi nieta y a él lo conozco desde el momento en que nació y lo he criado como a otro nieto… Solo quiero lo mejor para ambos.
-Lo entiendo – Respondió Winry resoplando – Aunque no creo que estemos preparados para el matrimonio, aún.
Pinako bufó – Nadie lo está, simplemente te lanzas a ello si estas lo suficientemente enamorada de ese imbécil.
Aunque pudo haberse reído ante las palabras de su abuela como en otras ocasiones cuando insultaba al chico, justo ahora tenían un peso diferente considerando como Ed había reaccionado ante toda la situación del matrimonio y los hijos que planteó Pinako. El recuerdo de aquella pedida de matrimonio en la estación de trenes tras teorías alquimistas se sentía lejana y casi como un sueño, porque en este momento, Winry dudaba que Ed siguiera deseando darle la mitad de su vida, aunque ella por supuesto, siempre estaría dispuesta a darle la mitad de la suya y más.
-No intenten mentirme de nuevo, Winry – Dijo Pinako tranquilamente para luego darle una última calada a su pipa – Aunque si lo hacen, igual lo sabré.
Y Winry jamás lo pondría en duda de nuevo.
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N/A: ¡Hola a todos por aquí! Espero que estén teniendo un bonito día.
Tengo que empezar agradeciendo a todos los que decidieron darle una oportunidad a esta historia y se han dedicado a leerla y/o dejarme al menos un comentario, no tienen idea de lo feliz que me puse al ver las reacciones ya que es mi primera historia para FMA.
Espero que les haya gustado la segunda parte de esta pequeña historia donde vemos un poco más de interacción con Pinako, a quien, por cierto, no se le escapa nada, y justo es este capítulo el que le da razón al Summary de esta historia. Además, vemos un poco de tensión entre Ed y Winry que por supuesto la veremos mas a fondo en el siguiente capitulo.
De nuevo, gracias a todos por el apoyo y nos leemos en el siguiente.
Un abrazo enorme.
ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction y Wattpad; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.
