Capítulo 5 | Bajo un hechizo
"Di que me amas… "
Sasuke.
En estos días que han pasado mi madre no ha parado de hablar sobre Sakura, diciendo cada que puede lo agradable que ella es, y lo bonita que le parece, y eso, hace que todos a nuestro alrededor sepan de la existencia de la escandalosa de cabello rosa, lo que es un poco incomodo, porque todos hacen preguntas un tanto innecesarias, y desean conocerla, pero, los entiendo, es inevitable no caer en el encanto de la chica, incluso yo, que he pasado muchos años observándole en silencio pienso que es increíble, y conocerla, poder hablarle, y escuchar sus locas ocurrencias ha resultado mucho mejor de lo que creí. Lo que no termina de agradarme del todo es que por todo eso, estoy justo ahora en mi habitación, a media tarde pensando en esa escandalosa chica, sé bien que tengo que detener mi cabeza por mi propio bien antes de que todo se vuelva un caos, sé bien que me siento atraído por la luz que su persona emite, pero pensar de más en ella y en todo eso solo terminara en algo mucho peor que hará que todas las cosas se terminen descontrolando todavía más. Pero por más que lo intento aun no consigo que mi cabeza deje de girar alrededor de ella, y de su ridícula y atropellada forma de hablar cuando se muere de nervios, o sus ojos que se vuelven brillantes cuando habla de cosas que le gustan, de cómo frunce los labios cuando algo no termina de agradarle, no puedo, porque incluso mi corazón se vuelve loco cuando ella me observa fijamente como si quisiera pretender que lee mis pensamientos.
Y les juro que quiero huir, desesperadamente quiero huir, porque siento que me he metido en un pozo muy profundo cuando me decidí a seguirle el juego con su tonta mentira, pero no puedo, no puedo huir, porque hay algo que me tiene atado de forma irremediable a ella ¿Qué es? ¿Es acaso por el aroma a cerezas de su cabello? ¿O por la forma en que camina y parece una niña pequeña? No lo sé, es que, a ciencia cierta no sé qué es lo que me mantiene atado pero en definitiva, por mucho que lo intento, no puedo dejar de pensar en ella. Joder, mis días se vuelven cada vez más caóticos, y ella se apodera de mis pensamientos y aprisiona mi mente, y ya no hay nada más, no puedo atender a nada más de lo que hay a mi alrededor, ni siquiera puedo recordar cosas que antes eran demasiado importantes, todo en mi mente se borra, y es sustituido por ella por su presencia, por su risa nerviosa, su dulce voz y sus bonitos ojos. Esto es demasiado cliché para mí, porque se siente como una de esas tontas películas que mi cuñada tanto disfruta, me siento, tontamente hechizado, y consumido por completo por ella, no importa hacía que dirección vea, porque solo está ella, no hay más, nada más.
De la misma forma, se siente satisfactorio y contrariamente insípido en un mismo momento ¿Por qué? Sea quizá la pregunta que desean hacer, la respuesta es sencilla, porque ella sigue teniendo sentimientos hacia uno de mis amigos, no, mi mejor amigo, porque encima de todo no podría ser otro sujeto, tenía que ser justamente el mismo idiota que ha sido casi como un hermano para mí, además, ella no deja de verme como el salvador de su dignidad y un amigo como el resto de los que le rodean. Jodido.
[...]
Desde hace poco más de tres días mi padre y mi hermano no han llegado a casa más que el tiempo justo para hacer cosas como comer y dormir, pues han sido absorbidos por el trabajo, lo que gracias al cielo ha hecho que ellos no digan nada sobre el molesto tema de la mata de cabellos rosa, y es que, así es su trabajo la mayoría de las veces, tanto que he estado acostumbrado casi toda mi vida a pasar todo el tiempo libre que tengo con mi madre, y al final no terminan habiendo conversaciones interesantes ni con mi hermano, ni con mi padre, gracias al señor que reina en los cielos, porque sería un tanto incomodo si ellos se interesaran en mí.
—Mi madre nos ha dicho que sales con Haruno Sakura —Menciona Itachi a mitad de la cena, yo solo asiento, no creo que realmente le interese mucho que es lo que estoy haciendo o no con mi vida, porque para él solo importa el trabajo, eso lo sé bien —¿Estás de broma no? —Pregunta con un tono un tanto despectivo.
—¿Por qué tendría que? ¿Es que acaso crees que ella no saldría conmigo? —Pregunto cabreado levantando la voz, dejándome llevar por lo molesto que ha sido su comentario, la verdad es que él y yo tristemente no tenemos la mejor relación de hermanos, a que sí, nos queremos, como lo hacen todos los hermanos y eso, pero en definitiva tenemos varios roces y puntos incompatibles que hacen que cuando nos ataquemos sean peleas a muerte, rara vez podemos coincidir.
—Sí, eso creo, porque esa chica tiene el mejor promedio de medicina a nivel nacional ¿Qué tendría que hacer alguien como ella contigo? — Y aquí vamos de nuevo. Mi hermano tiene una jodida obsesión con la excelencia, en su etapa de estudiante siempre procuro tener las mejores calificaciones y siempre quiere que todo lo que hace sea perfecto, que le salga mejor que a todos los demás, quiere ser el mejor en todo, y le parece por demás terrible que yo no sea ese tipo de personas que busca algo que no existe, así que debí suponer que por el promedio de Sakura hace que él la considere superior a mí por mucho. Es precisamente por eso por lo que no puedo aun comprender como un sujeto como ese puede estar a nada de casarse con alguien como Izumi, quien es literalmente todo lo contrario, ella con las justas puedo graduarse de la universidad, y es una despreocupada total, a ella le importa muy poco si hay miles de personas que son mejores que ella, porque solo quiere vivir libre y feliz.
—¡Por Dios! Esa niña ni siquiera es capaz de hacer su tarea de matemáticas por si sola —Me quejo, poniéndome de pie bastante enfadado, siento que las ganas de lanzarle todo el puré a Itachi a la pijama tan pulcra me invaden, porque seguro que no le agradará terminar completamente sucio, sin embargo, hay algo que llama más mi atención, paren el mundo un segundo —¿Cómo sabes de sus calificaciones? —Cuestiono, dejándome caer de nuevo en la fría silla en espera de una buena respuesta a sobre como sabe de su historia académica.
—La policía necesita de un cuerpo médico, y pensábamos que sería bueno darles la oportunidad a esos nuevos talentos —Explica mi padre de forma tranquila. Un cuerpo médico en la policía, supongo que esa es una de las muchas buenas oportunidades que a ella se le presentaran en su futuro, es demasiado dedicada, algo tontuela, sí, porque le sobra inocencia, pero es tan inteligente, digna de una completa admiración.
—¡Oh! —Exclama mi madre — Eso la pondrá contenta, además, ella es tan linda e inteligente, ella puso un par de hielos en mi pierna, evito que se inflamara de más —Termina por decir, los ojos de mi padre y hermano viajan en dirección a mi madre, mirándola con mucha confusión, sé que mi padre no ha dicho nada, pero es seguro que comparte la misma opinión que Itachi —¿Olvide decir que ella estuvo aquí hace un par de días? —Pregunta fingiendo inocencia. Itachi comienza a toser con desesperación, tal parece que mi pobre hermano no puede digerir correctamente su comida, pero claro, eso es algo que le pasa por ser lo que sigue de idiota ¿Qué si la merezco? Claro que sí, soy Uchiha Sasuke, y ella podrá ser tan inteligente y bonita como quiera, pero puedo defenderme completamente, al menos, es lo que supongo.
[...]
Ha pasado casi un mes entero desde que nuestra mentira inicio, siento que el tiempo se está pasando de nosotros demasiado rápido, me temo que cuando me quiera dar cuenta, los tres meses ya se habrán pasado, y ella y yo terminaremos quedando como solamente amigos, cosa que por alguna razón me molesta, me hace sentir jodidamente incomodo. Pero lo único que puedo hacer justo en este momento es sentarme a leer montones de libros algo aburridos con unas muy aburridas personas, mientras el tiempo continúa pasando sin tener piedad ni consideración con mis fervientes deseos de que se detenga justo ahora. El teléfono a mi lado vibra, trayéndome a mi tonta realidad. Es por demás extraño tener un mensaje de Sakura, pues lo último que ha dicho es que empezará exámenes, pero, supongo que de alguna manera se las arregló para enviarme… ¿Más problemas de matemáticas? ¿Qué es lo que se cree que es? ¿Por qué siempre tengo que estar resolviendo sus tareas de matemáticas? Empero, me temo que no tengo más opción que ayudarla una vez más, es lo único que puedo hacer por ella, así que, de nueva cuenta me dedico -por tercera vez esta semana- a resolver sus complicadas tareas de matemáticas, para regresar las respuestas en un nuevo mensaje, del cual no hay respuesta alguna por parte de ella, pero no creo que eso sea algo de lo que preocuparse de momento.
De lo que sí que debo preocuparme es de esa sensación creciente en mi pecho, las ansias y ganas de verla, ganas que quieren consumir mi cuerpo lentamente, ese absurdo deseo, que se extiende como fuego, uno que nace desde mi estómago y se extiende por todo, como si su ausencia quisiera arrasar con todo, una forma de necesidad un tanto inexplicable, algo que nunca en toda mi vida he sentido, y vaya que durante el último mes me he querido engañar creyendo que ese sentimiento nació por el simple hecho de que ella apareció frente a mí repentinamente, después de años de observarla de lejos, con una necesidad de ser protegida. Me quiero engañar creyendo que no hay forma alguna de que esto sea otra cosa, que mis sentimientos no son más que aquello que sentí desde el primer día, admiración, pero, incluso mi propio cuerpo me traiciona a causa de esa pelirosa, mis piernas me traicionan, pues cuando quiero darme cuenta las sorprendo tomando mi cuerpo para dirigirse en búsqueda de esa pequeña niña. En cuanto llego puedo verla saliendo por la gran puerta de la universidad, acompañada de Ino y otra chica castaña a la que desconozco, aunque tampoco me importa mucho quien sea, ni siquiera Ino me es de importancia, a quien por desgracia sí que conozco y con quien incluso creo que tuve algo parecido a una relación de amigos, mucho que menos me importan las miradas curiosas a mi alrededor, nada me es importante, solo me importa ella, no existe nada más que ella, quien me mira y dibuja una linda sonrisa.
—Sasuke-kun— Me llama con su dulce voz, para acercarse al final a mí, y enredar uno de sus pequeños brazos por encima de mi cuerpo, algo que se siente cálido, reconfortante, demasiado delicado, algo que, quizá para ella no significa nada, pero que para mí es el mundo entero dado a mi persona, quiero quedarme así cuanto más tiempo pueda. Pero esa magia se rompe, cuando ella se separa de mí para comenzar a mover una hoja frente a mis ojos, hoja en la que consigo ver su nombre, los problemas en que le ayude hace no mucho, y un perfecto 100, de momento pienso que ella es una completa estafadora, no se trataba de una simple tarea como hasta ahora, era un examen ¡Cosa que le saldrá muy caro! —Muchas gracias, Sasuke-kun— Dice, su sonrisa se hace todavía más grande, no sé en qué momento ocurrió, pero es evidente que ella me tiene a sus pies sin siquiera intentarlo, por Dios, me siento tan estúpido aquí de piedra sin poder decirle nada.
—Hinata, Naruto aquí— Grita a viva voz Ino, la mirada de Sakura se desvía detrás de mí, y su sonrisa desaparece en cuestión de segundos, por instinto hago lo mismo que ella, mirar a mis espaldas, donde los mencionados caminan en nuestra dirección tomados de las manos. Por impulso sujeto su mano, como si eso fuera a aliviar en algo el golpe emocional que acaba de recibir, ella me vuelve a sonreír, pero ya no es la misma sonrisa brillante que poseía hace unos minutos, ahora, parece triste ¿Qué es lo que puedo hacer por ella? Es lo único que puedo preguntarme.
Tristemente no hay mucho que pueda hacer frente a su corazón todavía muy roto, solamente puedo sacarla de este incomodo y terrible momento que solo la está lastimando —Te invitaré un helado por tu esfuerzo en el examen —Digo de repente, provocando que su atención se centre en mí, sus ojos vuelven a brillar de la forma tan peculiar en que solo ellos pueden hacerlo, ese que puede atrapar a las personas con mucha facilidad, y luego muestra una vez más su bonita sonrisa, sin rastros de tristeza.
—Oye, Sasuke-kun, deberías invitarnos a nosotras también, hicimos un gran esfuerzo igual ¿Cierto Mat? —Interrumpe Ino dándole un codazo a la castaña que se encuentra a lado de ella, quien asiente tímidamente a lo dicho por Ino. Ella seguro que es una de las tantas amigas que ese par tiene.
—Ino tiene razón Sasuke-kun, deberíamos ir todos, nos vendría bien —Le sigue Hinata, Sakura a mi lado asiente, manteniendo su sonrisa, de momento me parece que ya no se encuentra tan disgustada por lo que pasa a su alrededor, y por alguna razón no puedo negarme a su rostro lleno de emoción que ha puesto al final de la conversación, mi plan de alejarla de todos ha fracasado, porque no puedo decirle que no, en absolutamente nada.
En estas semanas he aprendido una cosa un tanto importante respecto a Sakura, solo le gustan los helados de menta, sí, ya sé que es una información por demás tonta, pero la he aprendido bien después de que tres veces seguidas dejara caer su derretido helado de menta sobre mis manos, no le gusta otro sabor, ni siquiera intenta probar algún otro sabor, es fiel a su gusto más grande. Son cosas demasiado banales, pero, puedo decir con toda seguridad que me siento mejor de conocer este tipo de cosas bobas sobre ella, porque de alguna manera me siento mucho más cercano de lo que soy por poseer esa información, sé que posiblemente todos sus amigos lo sepan, pero eso que importa, algo dentro de mí siente especial el hecho de que yo también conozca esa información. —Sasuke-kun, este helado es demasiado delicioso —Menciona, ella de momento me parece el ser más feliz con su helado, e incluso intenta en más de una ocasión hacerme probarlo, pero siento que no puedo hacer eso, porqué ese jodido es demasiado dulce y no soy especialmente fan de cosas dulces, aunque, ella sigue teniendo a mi cabeza demasiado mareada como para que pueda continuarme negando. Sí, es dulce, mucho más de lo que me gustaría, pero, por alguna extraña razón que no termino de entender no me es tan molesto como algunas otras cosas dulces que he probado a lo largo de mi vida, quizá sea por la bonita sonrisa que ella me regala cuando cumple con su objetivo de hacerme probar su helado, o el ambiente sumamente cálido a nuestro alrededor.
—Sakura-chan, Ino-chan ¿Trabajaran el día de hoy? —Pregunta Hinata, haciendo que vuelva de apoco a mi realidad, en la que todos ellos están a mi alrededor. Ino intercambia miradas con Sakura después de la pregunta, no dudo ni por un segundo que ellas sean de ese tipo de amigas que Izumi desea tener puesto que ella dice que son amigas que se comunican con miradas, honestamente desconozco como o sí en realidad funciona eso, pero según Izumi además de posible es normal entre mejores amigas.
Sakura suspira y luego le responde dulcemente a Hinata —No, hoy les toca turno a los chicos de preparatoria —
—Yo cumplí con mi último trabajo del mes el día de ayer —Responde Ino haciendo segundas, para que después ellas tres entren en una conversación que no es para nada de mi interés, simplemente porque no sé nada sobre organizar eventos, mucho que menos bodas, y pensar en verme involucrado en el asunto de la boda del par de tarados me es un verdadero problema, siento que sería todo un estrés, incluso el aire es tenso por el hecho de que Hinata ha pedido opinión de Naruto, y este simplemente se ha desligado de sus responsabilidades encogiéndose de hombros. Juro que hay veces en que no puedo entenderlo aunque me esfuerce, sé que quiere a Hinata, y aunque hay un cierto interés, se casa con ella porque realmente tiene sentimientos hacia su persona, pero ¿Entonces porque parece que le importa un comino lo referente a su boda? Vamos, aquí el jodido amargado soy yo, él no debería ponerse en posición indiferente del tema, al menos debería pensar en una forma educada de decirle que no quiere meterse mucho en esos temas. Sakura le sugiere a Hinata que hable con un tipo llamado Kankuro, -que por lo que recuerdo es hermano de su otra amiga rubia, la novia de Shikamaru- recuerdo que el sujeto organizo uno de los aniversarios de mis padres hace no mucho, pero, como ya dije, no pienso meter mis narices en asuntos que no son míos, por lo que prefiero reservarme mis comentarios sobre todo lo que se me viene a la cabeza. Hinata acepta la sugerencia, y Sakura únicamente le responde con una sonrisa.
La admiro, sí, sin duda alguna, admiro esa fortaleza de corazón que demuestra cada que le sonríe a Hinata, porque supongo que no debe pasarla muy bien ayudando a Hinata con los arreglos de su boda, y aun así, le sonríe y es amable con ella, en verdad es digna de admiración, yo en su lugar habría mandado todo al demonio sin importarme mucho quien saliera herido en el proceso, haría todo solo para no perderla, pero ella se obliga a dar la mejor de sus caras para no herir a quienes aprecia. Tiene una fortaleza en su corazón que ninguna otra persona podría tener. —Entonces, te daré su número para que concretes una cita con él y puedas arreglar todo — Sakura toma su teléfono, acción que provoca una extraña sensación de vacío y una repentina ausencia de la agradable sensación cálida que había en mi mano, pero ¿Por qué? No, más bien debería preguntarme ¿Cuándo? ¿Cuándo mis impulsos tomaron el control y termine sujetando su mano? ¿Cuándo empecé a sentirme vacío sin ella? ¿Por qué justamente tenía que ser ella?
—No puedo creer que realmente estés enamorado de Sakura —Me dice Matsuri -la amiga de cabello castaño de Sakura que recién conocí, vaya que se toman confianza- en cuanto los demás han entrado en otras conversaciones que nos han dejado a ambos por fuera.
—¿Por qué? —Pregunto sin más, sintiendo que esto va a terminar mal, porqué algo me dice que recibiré respuestas como las de Itachi, o alguna de esas tonterías sobre posiciones sociales, o cualquiera de esa basura sin importancia, porque no está de más decir que para mí nada de eso importa, solo importa que he quedo irremediablemente hechizado por Sakura.
—Conozco a los tipos guapos como tú, incluso de tu misma familia, todos tan inalcanzables, tan irreales, sin embargo, tú estás ahí sentado a un lado de Sakura, observándola como si en el mundo no existiera nada más —Exclama, los demás han pasado a prestar total atención a nuestra -muy a mi parecer- tonta conversación, porque no es como si fuera completamente discreta, estamos el uno frente al otro, ella técnicamente ha gritado lo que piensa. Y odio el hecho de que todos los pares de ojos estén sobre mí esperando a mi siguiente movimiento, porque incluso Sakura me observa con mucha más atención de lo que ha puesto antes, con sus mejillas teñidas de un suave rosa, aunque me gustaría pensar que eso es debido a mí, seguro que se debe al rumbo completamente inesperado que tomaron las conversaciones, porque así como yo, ella detesta ser el centro de atención.
—Matsuri tiene mucha razón, me pareces muy diferente al Sasuke que solía conocer, ese al que no le importan los sentimientos de los demás —Interviene Ino, mientras yo siento que muchas palabras se han quedado en mi garganta, volviéndose mis enemigas, ya que ninguna se atreve a salir de mi boca, encima ¿Qué es lo que se supone seria lo suficientemente bueno para decir?
—Es verdad Sasuke-kun, luces muy diferente desde que Sakura-chan y tú decidieron hacer todo más público —Murmura Hinata, y sus tan precipitadas conclusiones comienzan a ser un tanto fastidiosas para mí, es que simplemente no hay nada diferente en mí, y mucho que menos tiene que ver con Sakura ¿No? Y aunque así lo fuera ¿Tendría algo de malo? ¿Es que sí quiera han observado bien a Sakura?
—Sakura posee muchas cualidades, es mucho más bonita que cualquier otra, además es inteligente, y es tan inocente como una niña pequeña, ¿No creen que sea tonto no pensar que cualquiera podría caer a sus pies con todas esas cualidades? —Murmuro, arrepintiéndome en el acto, pues todas esas palabras han escapado de mí solamente porque sí como una reacción ante las muchas miradas curiosas de Ino, soy un tonto que no fue capaz de quedarse callado.
—Sasuke-kun —Me llama Sakura, pero me niego a mirarla, sintiéndome demasiado avergonzado por mis palabras, mucho como para si quiera ver sus ojos, además, creo que ella podría asesinarme de maneras lentas solo por lo que he dicho porque me da la impresión de que no le ha gustado para nada lo acontecido en los últimos minutos.
—Siento que Sasuke y Sakura serán los siguientes en casarse —Grita Ino, me atrevo a mirar, solo para descubrir el rostro de Sakura completamente rojo, admito que me parece una reacción un poco extraña, después de que se pasa todo el tiempo repitiendo que es bueno que no haya ningún interés romántico entre los dos, para que seamos buenos amigos en el futuro. Ella tiene extrañas formas de actuar.
[...]
Después de unos momentos demasiado incomodos por fin puedo salir de ese horrible lugar y respirar aire fresco —Tomemos algo, me voy a volver loco con todo esto —Sugiere Naruto, no le doy una respuesta, únicamente me dedico a seguirlo en silencio, por primera vez en muchos años coincido completamente con él, yo también estoy a nada de volverme loco, todo a mi alrededor está girando muy a prisa y me siento completamente confundido ¿Está bien que estas emociones tan confusas se instalen en mi corazón? El tipo raro de Sai y Shikamaru aparecen minutos después acompañados por un pelirrojo que si no mal recuerdo es el hermano más pequeño de los Sabaku no, el cuñado de Shikamaru -menudos líos en los que se mete Naruto siendo amigo de gente tan extraña- por lo que decido llamar a Neji para cualquier problema que se pueda presentar en el futuro, confío completamente en él y en su poder para calmar cualquier mala situación, siempre tengan un Neji a la mano.
El ambiente se pone bastante raro una vez deciden entrar a un pequeño bar y todos comienzan a hablar sobre sus respectivas parejas, mientras se dedican a ingerir alcohol como si jugo de uva fuera, para seguido quejarse de lo mucho que extrañan a sus novias y lo solos que se sienten sin ellas, me parece que solo son un montón de niñas lloronas, aunque muy en el fondo los envidio realmente. Siento envidia de ellos, que ya tienen a alguien a quien amar, extrañar, y que por sobre todo sientan lo mismo por ellos, pero saben, es que el amor es demasiado complicado, eso es lo que creo, el hecho de tener a una persona, que invada tus pensamientos día y noche, que además necesita atención de tu parte, que te hace mantenerte ocupado, que te hace bajar la guardia y que conoce cada una de tus debilidades, que te tiene en sus manos siempre, todo eso, es demasiado complicado, demasiado trabajo, no, no es algo que vaya para nada conmigo, yo no necesito nada de eso, no necesito meterme en más problemas, ni cosas que me distraigan de mis metas y ambiciones.
Extrañar gente no va conmigo.
—Mierda, siento que extraño a la molesta pelirosa —Susurra mi boca traicionándome ¿Por qué ha dicho eso? No, es una completa mentira, no hay nada que pueda extrañar de ella, ni su linda sonrisa, ni sus ojos brillantes, ni su característico olor a cerezas, mucho que menos su fea forma de mostrar la lengua cuando se está burlando de mí, no, no hay nada que pueda yo extrañar de ella… aun así, aunque intente engañarme, de alguna manera la extraño. Sí, me estoy engañando con el decir que no necesito nada de los problemas del amor, porque aunque no lo quiera ya estoy más que metido en el problema más grande del jodido mundo ¿Por qué? Porque uno no escoge cuando es que sucede, Izumi siempre dice que son cosas que simplemente pasan, que llega un día en que conoces a alguien y sin que te des cuenta ya estas a sus pies sin tener hacia donde correr, porque no hay forma alguna de que te escondas del destino.
Y yo lo supe desde la primera vez en que la vi, pero me asusté mucho y corrí, cobardemente me escondí, que digo, sigo muy asustado ¿Y sí ella es mi destino pero yo no soy el de ella? ¿Qué es lo que se supone que haré entonces? Cargar con un destino tan cruel me suena una opción por demás descabellada, después de conocerla, después de todo esto, alejarme sin más de ella sería como dejar ir una parte valiosa de mi vida. Quizá debí seguir corriendo en la dirección contraria lo más rápido que me fuera posible, quizá debí apresurar mis pies y dar media vuelta desde la primera vez, seguirme mintiendo a mí mismo y seguir diciendo que no podría haber ni una sola cosa que me gustara de ella, debí quizá quedarme como un desconocido para ella, quizá nunca debimos cruzarnos ni terminar enredados en unas cosas tan complicadas, no debí permitirme ser atrapado.
Hay muchas cosas que quizá debí haber hecho, y que no hice, y es porque aunque estoy asustado, y deseo correr, también estoy buscando mil maneras de permaneces atado a ella, irónicamente, no quiero irme, no puedo pensar en correr, quiero quedarme, sentir su aroma a cerezas, quedarme y poder comer tanto helado de menta como me sea posible, quiero quedarme y verla bailar al ritmo de las canciones de esa banda de chicas que tanto le gusta, quiero quedarme y seguir burlándome de ella cuando come hamburguesas y seguir bajo su hechizo, toda mi vida si es que me es posible. Estoy asustado de pensar que ella nunca se llegue a sentir así por mí, y esos pensamientos me revuelven el estómago, pero aun con eso, quiero quedarme con ella, quiero protegerla con ambas manos aunque se me vaya la vida en ello, quiero, por sobre todas las cosas verla feliz.
