Ni Sailor Moon o sus personajes me pertenecen, todo es propiedad de Naoko Takeuchi. La historia está echa para entretener al lector.
«Ya se nota el otoño» podía leer en el pie de foto, cosa que la hizo sonreír pues en la imagen se observaba a la mujer de cabellos cenizos abrazándose a sí misma. Su fleco se asomaba del gorro que llevaba puesto, parecía muy abrigada para el clima y eso la hacía mofarse de la persona que le enviaba el mensaje.
Negó levemente con la cabeza, estaba pensando responderle que era demasiado exagerado estar tan cubierta puesto que lo mínimo eran 11 Celsius. La chica de cabellos aqua debía estar a 15 Celcius y no era tan exagerada como la misma Haruka. «¿Cómo demonio le hiciste para sobrevivir al invierno en Japón? Te recuerdo que acá hay nevadas Haruka y no lloro como tú».
Bloqueó el celular pues hasta ese momento escuchó la voz de Setsuna que le contaba algunas cosas de su trabajo.
—Michiru Kaioh ¿qué te tiene tan distraída?
—Nada —acarició a Tako.
La de ojos granate la miraba examinando cada movimiento de su amiga, la conocía bastante bien y se daba cuenta que desde su viaje a la playa Michiru parecía estar más hermosa que de costumbre. Además, la había encontrado sonriendo al celular en más de una ocasión y eso era demasiado extraño. La bioquímica no era una persona amargada, pero ni a sus conquistas les dedicaba tanta emoción como en esta oportunidad.
—¿Entonces su nombre es "nada"?
—Setsuna todo está bien, no es nada.
—Aja, claro y yo ayer tuve una orgía con un grupo bastante variado de gente.
—Qué idiota —se carcajeó.
—Desde el verano pasado te noto cambiada.
—¿Para mal?
—No Michiru, para bien… en realidad no podría valorarlo en ese par de categorías —remató—. Te ves más tranquila, reluciente…
—¿Despampanante y perfecta? Es decir, hermosa —interrumpió a su amiga que negó levemente y luego se rio del buen humor de Kaioh.
—Sí, todo eso ególatra.
—Lo sabía, estás enamorada de mí.
—Tremenda bichota que eres Michiru.
Las mujeres comenzaron a reír por la respuesta de la mujer de ojos granate, es que realmente regresar de Mooloolaba Beach la había traído calma a su alma, a su vida, a ella misma. Pero ¿cómo podía explicarle a Setsuna que de la nada se había encontrado a Haruka Tenoh y que habían estado juntas todas las vacaciones?
—¿De verdad tienes que regresar?
—Me temo que mis vacaciones se terminarán pronto porque me estoy quedando sin dinero —la de ojos verdes hizo una pausa—… estúpido viaje a Tailandia. No hubiera gastado en ese lugar, hubiera venido directamente a esta playa.
—Para qué te encontré si te debo dejar tan rápido —dijo cual niña y Haruka sonrió, luego tomó su barbilla delicadamente.
—Ey, siempre puedes venir a España.
—¿Tú no irías a Japón?
—Claro, yo planteaba la posibilidad de que busques un vuelo a Madrid y termines tus vacaciones a mi lado.
—¿Quieres que yo te conquiste? —dijo juguetona.
—Quiero que hagamos locuras juntas.
—Y la locura es que yo vuele a España de forma improvisada porque me reencontré con la mujer que rompió mi corazón hace años.
—No actúes como cría Michiru, danos la oportunidad —tomó sus manos.
—Odio que hables en tu lengua madre… pero seguro me pides que vaya por la forma en la que tomas mis manos.
—Michi… entiendo si esto para ti ha sido una de esas cosas que pasan y se quedan en los viajes.
—No es eso Haruka, pero… no nos veo un futuro juntas. Yo no tengo planes de vivir fuera de Tokio, tú no quieres regresar a Japón y una relación a distancia es…
—Estúpido, lo sé —rascó su cabeza, lo sabía porque era bastante… siete horas es un mundo de diferencia, porque Haruka iría durmiendo y Michiru despertado. ¿Por cuánto tiempo hablarían?
—Difícil, no es estúpido.
—Lo sé…
Haruka miró al horizonte, en ningún momento dejó de tomar la mano derecha de Michiru y la mujer de ojos azules la observaba en todo momento. Buscaba un indicio de que la chica de cabellos cenizos estuviera molesta, pero no parecía ser el caso.
—¿Qué? —regresó su atención a Kaioh.
—¿Te lastimé con lo que dije?
—No, agradezco que seas honesta conmigo… estaba pensando que, si yo me voy en un día, ¿por qué no disfrutamos del tiempo que estaremos juntas? No hablemos de ese tema tan complicado, después de que acordemos algo.
—¿Qué?
—No tengamos una despedida triste como la de hace años —la besó.
Y eso fue lo que las chicas hicieron, disfrutar del tiempo que les quedaba juntas… Paseos por la playa, buscar conchas en la arena para Michiru, mientras que Haruka gustaba más de coleccionar piedras. Solamente recogía las blancas, hasta que la de ojos azules encontró una oscura, se la mostró a Tenoh que sonrió.
—Me la llevo.
—Pero esas no te gustan.
—Quiero un recuerdo tácito de nuestro verano juntas, llevo muchos en la cabeza… me faltaba el físico.
—Ah… —se le acercó y rodeó su cuello con sus brazos— este también es un buen recuerdo físico —la besó.
—Este me gusta más.
—No me olvides Haruka, yo jamás lo haré —se acurrucó en el pecho de la rubia.
—Jamás… porque…
—¿Por qué?
—Te amo.
«Ahh…» otro suspiro más de Kaioh y Setsuna perdería la cuenta, de vez en cuando su mente regresaba a esas vacaciones en Australia. Lo sabía porque su suspiro no era uno triste, era ese de una persona enamorada y no entendía la razón que le impedía a Michiru contarle lo que había pasado.
—Lo curioso de todo esto es que te fuiste a una playa en Australia ¿no?
—Sí —respondió apresurada ante la cuestión de su amiga.
—Pero regresaste con fotos de la puerta de Alcalá, la plaza Mayor y la fuente de Cibeles.
—¿De qué hablas?
—Usagi me enseñó tus publicaciones bloqueadas para mí, Minako y Rei.
—¿Tengo a Usagi en Facebook? —la habían pillado… estúpida Haruka y sus palabras, ya hasta pensaba como ella.
—Y sí —respondía burlonamente Setsuna.
—Lo que pasa es que… las busqué en internet y las subí, porque siempre he querido ir a la estúpida ciudad de Madrid.
—Oh, eso es bastante creíble.
—Pues sí.
—Lo curioso amiga, es que Usagi me las mostró y… —Setsuna sacó su celular de su bolso y comenzó a buscar la imagen. Instantes después le mostró que en todas ellas aparecían las dos abrazadas, en la puerta de Alcalá Haruka besaba tiernamente su frente mientras la abrazaba.
—¡Haruka! —le gritaba antes de que la susodicha entrara al aeropuerto—… tú ganas, quiero cometer esta locura a tu lado, estamos igual de locas ¿no?
—… —sonrió— ¿tienes billete de avión?
—Obviamente.
—Bueno… pero no quiero que vayas a Madrid.
—¿Qué dices? —no de nuevo.
—No quiero que vayas si no lo dices.
—¿Qué?
—Vamos cobarde, dilo.
—No sé que quieres que diga —la miró frustrada.
—Romperé tu billete si no lo dices.
—Mi mirada cambió al conocerte, dejé a mis amigas de lado sin darme cuenta… en este momento de mi vida no te estaba buscando y chocamos en el trayecto. Tú y yo nos complementamos, las cosas no son perfectas entre nosotras y no lo serán. Equivocarse es lindo porque aprendemos, los errores son placeres porque sin ellos no crecemos… placeres iguales a tus besos.
—Tú y yo… me agrada como suena ¿nos vamos?
—Tonta —le sonrió.
—Lo único que necesito es que me mires Michi.
—No dejaré de hacerlo —se colgó del brazo de la de ojos verdes.
«Cuando estoy contigo no miro el reloj» Setsuna leía la publicación de su amiga, esa que había ocultado con tanto recelo. «Paso los días y los meses pensando en tu olor» esa era la respuesta de Haruka.
—Alguien está enamorada de un par de "ojitos lindos".
—¿Te estás burlando de mí? Ok, después de muchos años estoy haciendo cosas que no creí que volvería a hacer. Hace tanto tiempo que no escribo "buenos días" o…
—O… —sonreía Setsuna.
—Te amo —ocultó su rostro con sus manos—… tomar a Haruka de la mano desde Mooloolaba se hizo una adicción y no sé como estamos haciendo que esto funcione a pesar de las siete horas que nos separan.
—¿Qué te dice Tenoh?
«Me parto en dos sin ti» le mostró uno de los últimos mensajes de la rubia y Setsuna no pudo dejar de mirar el nombre, el dichoso apodo estaba allí "ojitos lindos". De nuevo, no pudo contener la risa que le provocaba ese par.
—Ya, basta de burlarte, estoy enamorada de Haruka. Sí, estaba perdida y conecté con ella… encontrarme con esa persona que puso mi vida de cabeza fue… como volver a nacer. Sabes que me importaba un bledo los demás y no me interesaban, pero con ella es diferente. Cada que me sonríe es dejarme llevar de ella, no hay otra como Haruka… quiero comprarle flores para que su casa esté perfumada cada que llegue a ella.
—Mi vida —sonreía Setsuna.
—Quiero que sus ojitos me miren toda la vida —se puso roja y se dejó caer en el sillón.
—Qué lindura Michiru.
—¿Cómo puede ser esto? Yo no quería una relación seria.
—Pues termina con Haruka.
—Nunca más en tu bendita vida vuelvas a decir esas cosas del mal.
La chica de cabellos verdes comenzó a reírse más, de verdad que eso era algo inesperado. Michiru de nueva cuenta abría su corazón, ¿cómo demonio se había encontrado a Haruka Tenoh en Australia?
—¿Cómo es que se volvieron a ver?
—Verás… —pero el celular de Michiru comenzó a sonar y en la pantalla la foto de Haruka y ella besándose apareció, Setsuna ocultó sus labios detrás de su mano—. No te burles, diablos.
—Hola amor — aparecía la imagen de Haruka en la videollamada.
—Hola.
—¿Y esa seriedad?
—Pues… no es seriedad, es que ya sabes... Tako es muy celoso.
—El gato, es un poco raro ¿no?
—Así son los gatos Haruka.
—¿Tampoco hay un "mi amor"? Vamos, que me he portao mal ¿o qué ocurre?
—No quiere sonar cursi al lado de su mejor amiga.
—Setsuna ya nos pillaste en la movida. Mi amor, te da pena, eso es bastante lindo.
—No, no me da pena. Setsuna se burla de mí.
—Es porque le gusta joder.
—Es una gilipollas ¿se dice así mi amorcito?
—Excelente pronunciación Michi.
—Aprendí de la mejor.
—¿Qué me dijo Haruka?
—Solamente que eres su mejor amiga.
—Ah ya, me había preocupado, es decir gilipollas es amiga.
—Por supuesto, que tú también lo pronuncias bien.
—Haruka —decía Kaioh— ¿sucede algo?
—Pues… hay algo que debo hablar contigo, no quería hacerlo por una llamada tradicional y como no te puedo ver en persona decidí que lo mejor sería hacerlo por este medio.
—No me espantes Haruka.
—Sabes que te amo demasiado y que no me arrepiento de haber tomado la decisión de intentarlo con mi corazón. Es que… la situación en la que vivimos es muy complicada, desearía poder abrazarte, besarte o ya sabes tía, hacer el amor contigo. La cosa es que no se puede porque estamos en continentes diferentes y a miles de kilómetros.
—Sí… — Michiru miró a Setsuna que también le regalaba la misma tensión y miedo que los suyos comenzaban a desprender.
—Creo que es momento de pensar de forma racional Michiru, estoy cansada… cansada de vivir lejos de ti. Lo siento Michi, no puedo más…
—Descuida, yo entiendo, no tienes que explicar nada.
—Antes de que sea tarde y sin querer me parta en millones… decidí que… al demonio con Madrid, al demonio mi trabajo acá. Me voy inmediatamente a Tokio, porque no puedo estar lejos de ti, quiero que seamos solamente tú y yo, no España, Japón y nosotras.
—Eres una imbécil Haruka, pensé que me estabas terminando.
—Perdóname Michi, no era esa mi intensión.
—Espera… ¿vas a dejar tu trabajo?
—Lo dejé.
—¡Estás loca!
—Tú también.
—No mi amor, es diferente… dejarás todo, debes pensarlo bien.
—Solamente quiero acariciarte de nuevo, no quiero más y no me importa más.
—¿Dónde estás?
—Debo cortar Michi.
—Haruka Tenoh, responde.
—Nos vemos pronto.
—¡Haruka!
Pero fue demasiado tarde pues la chica le había colgado, Michiru miró a su amiga. No tenía miedo de ver de nuevo a Haruka, es más no estaba comenzando a entrar en histeria porque eso quería decir que su relación era más seria de lo que esperaba. Lo era claro, pero estaban lejos y por momentos no se sentía como tal… sí, estaba feliz de saber que Haruka deseaba estar a su lado, pero no se había puesto a pensar que lo mejor era llegar a Japón con un trabajo, no una propuesta, con el empleo.
—¿No te da gusto?
—Por supuesto, pero llegará sin dinero.
—¿No te preocupa la vivienda?
—Obviamente lo hará conmigo, se lo diré en cuanto llegue.
—Wow —se sorprendió y sus ojos se abrieron, Michiru no blofeaba.
«Olvidé decirte que te envié un paquete» leía la chica en voz alta «no creo que tarde en llegar, te amo».
—Ves, me envió su ropa porque seguramente sabía que estaría bien con eso.
—¿Por qué no puede vivir con su familia de Tokio?
—Porque quiere vivir con el amor de su vida —respondía con rabia.
—¡Uy qué carácter! Ve que el timbre está sonando.
Michiru seguía mirando a su amiga con algo de molestia, pero estaba preocupada por la decisión tan precipitada de Tenoh.
—Buenas tardes, gracias por… —decía Michiru al abrir la puerta, pero se quedó callada al sentir que un par de brazos la rodeaban y estuvo a nada de gritar —¡cariño! —gritó al reconocer el aroma y correspondió el abrazo.
—Sorpresa.
—Haruka ¿cuándo llegaste?
—Hace un par de horas.
—Mi amor ¿ya comiste? ¿tienes hambre?
—No, pero podemos ir a comer.
—Haruka —se apartó y luego le sonrió —¿por qué te precipitaste?
—Enloquecí, solamente me pesaba la distancia, renuncié… le dije a mi padre que ayudaría a mis abuelos en su florería y… antes de que saliera el sol ya estaba montada en el avión. Yo simplemente quiero estar a tu lado, que me veas como ahora para sentirme viva de nuevo. Madrid ya no era tan bella, porque la verdadera belleza estaba en Tokio.
—¿Tus abuelos te aceptaron para trabajar con ellos?
—Claro.
—Mi amor, estás muy loca… pero…
—Viviré con ellos, no te preocupes, en lo que consigo un lugar.
—¿No vivirás conmigo? —dijo fingiendo tristeza— Creí que desearías bailar conmigo por las noches más de 200 canciones.
—No quería ser abusiva.
—¿Por qué serías abusiva?
—Michiru te amo, pero sé que necesitarías tu espacio.
—¿Quién necesita espacio cuando sabe lo que quiere? Siempre le pedí a dios que me hiciera una persona feliz, lo hizo… luego le pedí que me enviara un mensaje para saber que estoy en el camino correcto, reencontrarte y estar contigo fue su respuesta. Contigo aprendí que los momentos lindos nunca cuestan, como cuando me regalas tu mirada y el sol su puesta.
—Mi amor, eso es… lo más lindo que me han dicho.
—Pues si vives conmigo, escucharás más cosas lindas… vestidas y desnudas.
—Kaioh —se puso roja—… te amo tanto.
—Yo también te amo.
—Odio ser el mal tercio —se quejó Setsuna.
—No lo eres, de hecho, podría decirte que eres mi "Pepe grillo"— comentó Michiru.
—¿Por qué?
—Te lo dije, mi camino estaba un poco perdido… tus regaños me ayudaron a enderezar mi camino, con algo de ayuda de ojitos lindos. Hoy estoy segura de la relación que quiero al lado de Haruka por tus regaños y su rechazo.
—Lo siento Michi —dijo Haruka.
—Yo no —contestó Setsuna—. Me alegra verte más centrada y no por salir con Haruka, sino porque realmente te encontraste Michiru. Uno aprende de los errores, corregirlo es de sabios y eso eres amiga.
—¿Entonces nos vas a invitar la cena para festejar nuestra relación?
—Pues que gilipollas me saliste.
—¿Cómo? —se reía Michiru.
—No creas que no sé lo que significa realmente esa palabra, hace mucho que Haruka me la enseñó.
—Mi amor —reprochaba Kaioh.
—Me atrapaste Michi… de todas formas Setsuna sigue invitando la cena.
—Oigan a estás tipas.
—Que mala eres —hacía un pequeño puchero la de ojos azules.
—Ya… vamos… ¿qué quieren cenar las enamoradas?
—Soba —se emocionaba Haruka.
—Conozco un buen lugar —Michiru comentaba.
—Eso me da miedo —la cara de Setsuna daba risa.
—Tú y yo… —suspiraba Michiru.
—Tú y yo — repetía Haruka.
—Ay dios, que cursis —se burló Setsuna.
—Amargada — bromeaban las chicas.
Fin.
Chicos apenas tuve el tiempo de escribir, estas semanas son las pesadas por el trabajo y la escuela, pero me hago el tiempo cuando puedo.
Pasemos a los comentarios que amablemente me dejan.
RoshellBrieff: es lo lindo de los fics románticos ¿no? Ja ja ja, la verdad es que desde el principio quería que eso sucediera, pero como siempre los personajes toman vida y escriben su historia. El final lo tenía pensado, pero de nuevo no se parece nada a lo que esperaba al principio.
MichiruAsami: disculpa que escriba mal tu usuario, pero por alguna extraña razón al subir el capítulo desaparece. Muchas gracias por leer la historia y odio decirte que no he podido leer tu actualización. Quiero morir ja ja ja, pero lo haré el fin de semana, lo prometo y comentaré. Lo juro.
E.I nygma: exacto, eso es lo que buscaba con Michiru, que fuera una desvergonzada que en algún momento notara que no lo hacía por libertad sexual, sino porque no quería sentir nada. Ahora que está en paz con ella no necesita a nadie, puede vivir perfectamente sola, pero una pareja no está mal, pues comparte lo mucho que se ama con la otra persona. Comparte su felicidad y eso le basta, no un "para siempre", sino un "lo que estemos juntos".
Muchas gracias, tío Benito "Bad Bunny", por inspirarme para esta historia y Roshell me inspiró en otra, ya veremos como la desarrollamos. Primero me voy a concentrar en terminar las otras dos historias que tenemos en pausa por esta.
Les pido por favor que tengan paciencia, pronto reanudaré esas historias ja ja ja, pero he estado algo ocupado e inspirado con esta que al fin terminó. Gracias a todos los lectores, incluidos los ninjas. Nos leemos pronto.
