Harry Potter le pertenece a JK Rowling

Pareja: Scorpius Malfoy y Rose Weasley

Capítulo 14: Confesión Arruinada.

Rose Weasley estaba observando a lo lejos a Scorpius Malfoy. El rubio sonreía al ver a su mejor amigo en una cita. Si Albus Severus Potter estaba en una cita con una mujer en Hogsmeade. La había llevado a comer helado mientras sus ojos marrones brillaban al ver el lugar tan llamativo en el que se encontraban, Lottie Elwes limpió la mejilla del joven Potter que se había manchado de helado.

Rose estaba decidida a acercarse.

Desde que eran unos niños de 11 años Scorpius había mostrado interés en ella, pero desde que salieron de Hogwarts hacia poco más de un año, Scorpius había dejado de insistir en ser algo más que un amigo para ella.

Y eso le dolía aunque no lo reconocía públicamente. ¿A dónde se había ido su amor por ella? ¿Acaso se había aburrido de ella? ¿O su desprecio fue demasiado grande que lo hizo finalmente desistir?

Ella no había podido perderlo. ¿O si? Ella no podía quedarse sin su querido Rey Escorpión. Estaba reconociendo demasiado tarde que le gustaba Scorpius, más que gustarle estaba enamorada de el.

Pero sus genes Weasley habían sido más fuerte que los genes Granger, así que había actuado exactamente igual que su padre Ron con su madre Hermione, aunque estuvieron casados por muchos años, Rose podía reconocer que Ron se había equivocado en algunas ocasiones con Hermione.

Debía hacer algo antes que Scorpius se enamorara de alguien más. Debía ser ella quien le dijera lo que sentía, aunque cabía la posibilidad que el rubio despreciara a la pelirroja.

Lo único que se le ocurrió hacer en aquel momento donde estaba segura que lo estaba perdiendo, escribió una carta donde revelaba sus verdaderos sentimientos por el rubio, incluso le compró un ramo de flores y chocolates.

Rose Weasley se preguntaba si alguna vez su padre trató de arreglar así las cosas con su madre. Debía encontrar el momento adecuado para acercarse a el.

Scorpius se sentó en el banco de piedra que adornaba el parque al cual habían ido hoy. Aunque era una salida de amigos sabía que sería el día en el cual Albus se le declararía a Lottie, lo cual le alegraba a Scorpius sabía que los dos se querían. Le alegra mucho ver a su mejor amigo amar y ser correspondido por aquella mujer.

Desde que salió de Hogwarts había tomado su distancia con Rose, y no porque la hubiera dejado de querer pero entendió que su actitud de los años pasados era demasiado pesada con la joven. Quizás ella se sentía incomoda mientras el le juraba amor eterno cuando le enviaba las cartas de amor, o aquella vez que la invitó a salir y lo único que consiguió fue que Rose lo observara con lastima mientras lo rechazaba públicamente.

Escogió darle su espacio, al final estaba claro que no le iba a corresponder, Scorpius había decidido irse de viaje un tiempo había un mundo que quería explorar antes de seguir sus estudios mágicos. Albus sería un auror como su padre, pero a Scorpius le interesaba trabajar en el ministerio, pero antes de dedicarse por completo a su proyecto laboral quería ir al mundo Muggle.

Quizás para su regreso ya habría olvidado por completo a Rose, o quizás Rose sintiera algo por él. Lo que pasara primero estaría bien para él.

Cerró los ojos sintiendo como el viento lo relajaba ante la nueva vida que le esperaba su viaje estaba programado para dentro de dos meses.

Rose se acercó tratando de esconder todo lo que llevaba detrás de su espalda, las flores, los chocolates y la carta. Podía haberlos enviado por medio de una lechuza pero su intención se podría malinterpretar sobre todo si la carta se caía, y solo recibía los chocolates y las flores. Scorpius podría pensar que cualquiera otra chica se los había enviado.

Sobre todo esa tal Polly Chapman. Ella estaba interesada en Scorpius desde sexto año. Pero antes que pudiera pararse enfrente a él con éxito, aparecieron unas cabras en la plaza, una de las mismas mordió el papel donde Rose llevaba las flores, haciendo que las mismas cayeran al suelo, las cabras comenzaron a comerse las mismas mientras que Rose trataba desesperada de evitarlo, consiguiendo que una de las criaturas le hiciera caer a la fuente, toda su ropa quedó completamente empapada mientras buscaba la carta y los chocolates.

Vio la caja flotando sobre el agua para finalmente hundirse en la fuente. Definitivamente los dulces no habían quedado íntegros después de eso. La carta era lo único que había quedado de lo que tenía planeado entregarle.

-¿Rose? ¡Oh por…! ¿Te encuentras bien? Preguntó preocupado el rubio al verla empapada de los pies a la cabeza, ¿Se habría caído en la fuente?

No supo que decirle, se sonrojó al ver que el estaba preocupado por ella.

-Scorpius… En realidad, yo… yo… No pudo seguir hablando puesto que estornudó dos veces frente al rubio.

El chico de ojos grises se quitó su suéter colocándolo sobre los hombros de Rose, no sabía que le había pasado pero era mejor llevarla a su casa, Albus comprendería que su amigo se había ido cuando el le explicara que pasó además había notado que Lottie le correspondía los sentimientos a su mejor amigo. Colocó su mano sobre la frente de Rose.

-Tienes fiebre. Te llevaré a tu casa, antes de que te resfríes más. Exclamó para finalmente colocar su mano en la cintura de Rose.

Rose aprovecho el momento para deslizar la carta en el bolsillo de Scorpius, pero el universo conspiró contra la pelirroja ese día ya que al final cuando ya estaba en su habitación se dio cuenta que la carta seguía con ella mientras que a Scorpius le había dado la lista de las compras de la semana.

-¡Oh no! ¡Soy un desastre! -Sollozó abrazándose a si misma- ¡No! Fue mi primer intento pero no el último. Prepárate Scorpius Malfoy porque mañana lo volveré a intentar.

Scorpius sonrió al sacar al papel de su bolsillo, le pareció divertido leer la lista de compras sobre comida, pero quién se la habría colocado en la ropa. ¿Rose lo habría hecho? ¿Por qué Rose lo haría? ¿Acaso se le iba a declarar?

Bueno le daría tiempo. 2 meses nada más, quizás si ella sintiera algo por él se la llevaría consigo al viaje si no ella debía esperarlo hasta su regreso. Mientras tanto se seguiría riendo de la carta, ¿Acaso era un nuevo lenguaje de amor?