Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

Pareja: Neville Longbottom y Hermione Granger.

Capítulo 17: Beso En La Mano

Neville estaba emocionado, era su primer viaje a Hogsmeade, le hacía mucha ilusión ir con sus amigos al lugar iría con Harry, Ron, Luna, Ginny y Hermione.

Hermione.

La chica de sus sueños. La persona por la cual se hallaba irremediablemente enamorado, desde el primer día en el expreso de Hogwarts, cuando le quiso ayudar a buscar su mascota, un pequeño sapo llamado Trevor que le había regalado su abuela.

Fue la primera en brindarle su amistad sincera. Desde ahí quedó encantado con sus ojos marrones y su cabello castaño, aunque solía llevarlo desarreglado.

El chico de trece años estaba emocionado de poder ir con todos a aquel lugar.

Finalmente se subieron a las carrozas que los llevarían hasta el lugar destinado. Harry se sentó con Luna, Ginny y Ron se fueron sentados detrás de ellos y Neville se sentó junto a Hermione.

Sabía que sería un buen día para disfrutar con sus amigos.

Jugaron en la nieve, tomaron chocolate caliente y observaron a los mayores degustar del Whisky de fuego de manera clandestina, incluso rieron al ver a Ron comer unos chocolates, embarrado hasta el mentón de los mismos. Hermione regañó al pelirrojo que solo le ignoró sin dejar de comer.

Incluso Harry Potter se estaba divirtiendo el día de hoy, dejando de lado las preocupaciones siendo un adolescente normal. Adolescentes, eran al final de cuentas.

Deciden que volverán a jugar con la nieve, de pronto Ron lanza una bola de nieve hacia Hermione quien logra colocar su mano derecha frente a ella, logra proteger su cara más no su mano.

Neville es el primero que se le acerca al ver que se ha lastimado. Le acaricia con ternura, sin pensarlo le da un beso donde puede notar el raspón que le dejó el hielo al golpearla.

Hermione se sonroja por el contacto de los labios de Neville en su lastimada mano.

Al fondo Ginny reprende a Ron por ser demasiado brusco con la castaña ahora deberían volver para que la enfermera pudiera comprobar que ella estaría bien.

Ron estaba en problemas, la pelirroja se encargaría de conjurarle un hechizo para que despertara cubierto de arañas desde la cabeza hasta los pies.

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Neville guarda muy pocos recuerdos de su niñez, de su adolescencia y juventud. No es que sean malos recuerdos, pero no son los mejores. Fue criado por su abuela que lejos de quererlo solo se dedicó a reprenderlo.

Sus años en Hogwarts fueron difíciles, aunque al final fue reconocido como un héroe de guerra. Vio a muchos amigos morir, vio a tantos enemigos caer, al final la paz había sido reestablecida.

En sus recuerdos guardaba el único beso que le dio a Hermione su gran amor de la niñez. Aún significaba mucho para él, aunque ya no lo era en aquel sentido romántico.

Al final Hermione se había casado con Ron Weasley y el se había casado con Hannah About.

Pero Neville no se arrepentía de haberla amado, ella fue la primera persona que le hizo sentir como su corazón latía con fuerza, siempre tendría un lugar especial en su vida.

Neville ahora es profesor en Hogwarts, es el padrino de Albus Potter, el segundo hijo de Harry y Ginny. Aún no tiene hijos con Hannah, puede que algún día los tenga.

Cierra los ojos recordando a la castaña vestida de blanco mientras caminaba hacia el altar para casarse con el pelirrojo. Neville hubiese querido tener ese lugar tan privilegiado con ella. Ver sus ojos marrones brillar por el y para él.

Pero el solo sería el amigo de Hermione. Aunque en sus sueños de aquellos años podía imaginar con libertad que era con el con quién se casaba Hermione, con quién tenía dos hijos, el que le apoyaba en su carrera como ministra.

El que besaba su mano y le apoyaba en cada momento de su vida.

Al menos así fue hasta que se enamoró de Hannah.

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Neville sostenía a la pequeña bebé en sus brazos, su hija había nacido, y el la amaba tanto. Su otra pequeña descansaba en los brazos de su madre.

Gemelas de cabello castaño como el suyo.

-Su nombre será Hermione, y nuestra otra pequeña se llamara Alice. Susurra Hannah mientras ve a su esposo y a su hija con ternura, a su bebé recién nacida la estrecha en sus brazos maternalmente.

-¿Estás segura que así quieres ponerle? Pregunta Neville sin entender porque le quiere poner ese nombre. Podía entender que le quisiera poner el nombre de Alice en honor a su madre, pero no entendía porque llamar a su hija menor así.

-Siempre me ha gustado ese nombre. Es la única respuesta que le puede decir.

Neville acepta que así se llame su hija más pequeña. Le da un pequeño beso en la mano, pensando en otra persona que llevaba el mismo nombre.

Quizás en su destino estaba escrito que solo podía tener una Hermione a la vez. Tuvo una cuando era joven pero solo fue su primer amor, aquel que no fue correspondido como hubiera querido.

Ahora tiene a una pequeña Hermione que amaba con todo su corazón, es su hija querida a quien el va a apoyar en cada momento importante de su vida.

Tiene a su pequeña Alicia y a su pequeña Hermione.

Piensa en las dos personas de quienes tomaron los nombres prestados. Alice Longbottom su querida madre que ya descansaba en paz junto a su padre Frank y Hermione Granger la heroína de guerra.

Vuelve a besar las manos de sus hijas, su Alice y su Hermione, pensando en las dos mujeres que fueron importantes en su vida y que lo seguirían siendo.

Las pequeñas bebés son amadas y queridas por sus padres.

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Hermione Longbottom sonríe porque al fin tiene edad para ir a Hogwarts junto a su hermana Alice. Esperan quedar en Gryffindor como su padre o en Hufflepuff como su madre.

Las dos están a punto de subir al expreso de Hogwarts pero antes de eso, Hermione corre, abraza a su padre para finalmente depositar un beso en la mano de él.

-Te veré en vacaciones, papi. Te escribiré una carta a la semana te quiero. Le dice para finalmente regresar al tren.

Neville sonriendo sabiendo que su pequeña Hermione será muy feliz en la escuela que tantas generaciones había conocido. Ve a sus hijas despedirse de él, toma de la mano de Hannah despidiéndose de ellas.

Al final esa pequeña Hermione se quedó en su vida para siempre. Sonriendo ante el recuerdo de la primera que conoció en su vida. La que sería el recuerdo de su primer amor.

Los dos tenían vidas perfectas.