Disclaimer: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Notas: Esta es una colección de drabbles sin relación entre sí que decidí escribir como colaboración al SNSmonth2022. Tendrá pequeñas historias tanto Narusasu como Sasunaru, y en cada capítulo indicaré las respectivas advertencias y si es SN o NS.

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Prompt 20: Half of my soul / blush (SN)

Advertencias: Omegaverse, fluff.

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Conoció a Sasuke en la universidad.

No cursaban la misma carrera, pero sí compartieron una que otra clase de relleno.

El joven alfa era bastante popular al inicio, debido a su atractivo. Muchos intentaban acercársele, pero su actitud distante y reservada mantuvo a sus compañeros apartados de él. Nadie sabía cómo acercársele y relacionarse con él.

Al Uchiha no parecía molestarle, en realidad lucía bastante cómodo sin socializar más de lo necesario. Que Naruto y él fueran asignados a un proyecto en parejas que duraría todo el semestre fue solo una obra curiosa del destino. Juntar al chico más conversador de la clase con el más apartado fue aparentemente la manera que tuvo su profesor de retarlos a ambos a que salieran de su zona de confort. Bueno, más a Sasuke, porque Naruto podía adaptarse sin problemas a cualquiera de sus compañeros.

Al principio, Naruto pensó que no le agradaba. El pelinegro hacía mala cara cuando hablaba de más, o se quedaba viéndolo por largo rato con una expresión conflictiva en el rostro. Cuando Naruto le preguntaba algo, sus respuestas solían ser cortas y algo bruscas, y el alfa normalmente lo evitaba si podía.

Bueno, no podía caerle bien a todo el mundo, eso era un hecho, pero debía hacer el esfuerzo de que su relación funcionara por lo menos hasta el final del curso. No podían cambiar de parejas y ya tenían el trabajo algo avanzado, así que no les quedaba de otra que lidiar el uno con el otro.

Imaginen su sorpresa cuando un día, así de la nada, Sasuke se apareció en su punto de reunión con unos pastelillos y se los tendió sin decir ni una sola palabra.

—De naranja te gustan, ¿no? Cómetelos. —le indicó con algo de brusquedad, incluso llegó a parecer una orden, pero Naruto estaba tan confundido que no pensó en el tono de su voz.

— ¿Por qué? —fue todo lo que pudo preguntar, anonado con la bolsa de pastelillos en la mano. —Creí que no te agradaba.

Sasuke no le contestó, simplemente se encogió de hombros y evitó mirarlo.

Sacando uno de los pastelillos, le dio un mordisco y casi gimió por lo dulce y delicioso que estaba. Estaba tan distraído con eso, que casi se le pasa por alto la repentina pregunta del Uchiha.

— ¿Por qué crees que no me agradas? —Sasuke lo observaba por el rabillo del ojo, su ceño levemente fruncido.

Naruto parpadeó, sorprendido por la pregunta.

—Es que, bueno… Supongo que tenía la impresión de que pensabas que era fastidioso. —como todos los demás, pensó, pero decidió no decirlo en voz alta.

—No creo que seas fastidioso.

Entonces se le ocurrió que tal vez Sasuke no lo odiaba, sino que no sabía cómo relacionarse con él.

Tenía sentido, ¿cierto?

El alfa nunca había sido grosero con él. Sí, tal vez era un poco tosco al hablar y no lo hacía tan a menudo, decía las cosas directamente y parecía algo incómodo si otros se le acercaban mucho, pero, ¿y si era así porque no sabía como relacionarse con otras personas? ¿Y si en realidad era algo tímido? Esa actitud fría y distante tal vez solo fuera un enorme malentendido y nadie hasta el momento había sido capaz de descifrar lo que su comportamiento realmente significaba.

Naruto decidió en ese momento que descubriría los misterios detrás de Sasuke Uchiha y que le ofrecería lo que el alfa parecía necesitar: un amigo.

Enamorarse de él no fue parte del plan.

Y Sasuke no le era indiferente.

Pronto descubrió que las veces en las que el Uchiha se apartaba no eran por desagrado, sino porque no sabía cómo reaccionar, y menos si la situación indicaba algo más que la simple amistad.

No se sorprendió cuando Sasuke le dijo que nunca había estado en una relación con nadie, y entonces tomó la determinación de dejaría que Sasuke se acostumbrara a él poco a poco. No le molestaba llevar las cosas con calma, aunque si era honesto era la primera vez que lo hacía. Tal vez por eso sus relaciones anteriores no duraban mucho, porque no se daba el tiempo de conocer bien a su pareja.

Con Sasuke era diferente. Sentía que se complementaban. Poco a poco, su relación iba creciendo y la necesidad de estar juntos lo hacía también.

En lo que se refería al amor, Sasuke era inexperto, así que Naruto se deleitaba cada vez que lo veía avergonzarse por tomarlo de la mano o por decirle cosas como lo mucho que le gustaba pasar tiempo con él.

¿Cómo un alfa podía ser tan adorable?

La primera vez que lo besó en la mejilla, vio como sus mejillas se coloreaban de un bonito color rosa. Lo mismo ocurría cuando Naruto lo abrazaba de improviso y cuando comenzó a presentarlo a sus conocidos como su novio.

Oh, pero la ocasión en que logró ponerlo rojo hasta las orejas fue a simple causa de un despiste de su parte.

Llevaban saliendo alrededor de un año cuando, como era costumbre, Sasuke le ofreció una cajita llena de alguno de sus dulces favoritos. Naruto le había insistido en que no era necesario que siguiera regalándole cosas, pero el alfa se mantenía bastante reacio a detenerse.

Sin pensar, Naruto tomó la caja, que esta vez contenía algunos dangos, y le sonrió.

—Gracias, alfa.

Vio a Sasuke abrir los ojos desmesuradamente y dar un paso hacia atrás antes de que todo su rostro se encendiera como sirena de emergencia. Incluso sus orejas estaban rojas a más no poder.

Naruto no lo comprendió al inicio, ni siquiera se había percatado de la palabra que había dicho hasta que, con una voz temblorosa poco característica de él, Sasuke le preguntó: — ¿C-Cómo me llamaste?

Parpadeó una, dos, tres veces, y entonces fue su turno de enrojecer.

Alfa.

Lo había llamado alfa inconscientemente y ni se había dado cuenta, como si fuera natural.

Aunque era una palabra genérica para referirse a uno de los tres subgéneros, también tenía una connotación muy íntima si se la usaba para referirse a una pareja. A veces, incluso las personas casadas evitaban decir la palabra por su profundo significado.

Y él acababa de decirla sin pensar, solo se le había escapado de los labios.

—Yo… Eh-, bueno…—comenzó a tartamudear. Pero no quería disculparse por llamarlo así, y no quería negarlo tampoco. Era casi natural, ya su lado animal había aceptado a Sasuke como su alfa y había sentido la necesidad de expresarlo sin darse cuenta. — ¿Te molesta? —inquirió con cierta timidez.

Nunca había llamado alfa a ninguna de sus parejas anteriores. Era algo nuevo y exhilarante. No quería que Sasuke se ofendiera o pensara mal de él, no era una palabra para usarse con cualquiera.

Pero Sasuke no respondió su incógnita, sino que le contestó con otra pregunta.

— ¿Lo dijiste… de verdad?

Y puede que haya sido un pequeño desliz, pero Naruto se dio cuenta de sí, sí lo dijo de verdad. Pero en lugar de responder, asintió torpemente con la cabeza, optando por no mentir y algo temeroso por si esto fuera demasiado para Sasuke. Su relación aún era muy nueva y no quería estropearla.

—Entonces… No me molesta.

O tal vez no. Tal vez los sentimientos de Sasuke eran tan profundos como los suyos, como si ambos hubieran encontrado un sitio al que pertenecer en el otro.

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