GUÍA DE CHICAS
CLUB DEL ENTRETENIMIENTO:
-Akaza Akari: Nuestra querida protagonista. Tercer año.
-Yoshikawa Chinatsu: Nuestra linda yandere. Tercer año.
-Segawa Hikari: Cabello marrón ondulado hasta los hombros. Ojos marrón claro. Primer año.
-Aoyama Kokoro: Pelo negro liso hasta un poco más abajo de los hombros. Ojos azules con un tono parecido al del pelo de Himawari. Primer año.
CONSEJO ESTUDIANTIL:
-Furutani Himawari: Presidenta del consejo. Tercer año.
-Hideki Nanami: Vicepresidenta del consejo. Cabello azul claro y liso, hasta la cintura. Ojos verde claros. Segundo año.
-Umeki Tsubasa: Una chica que va a la misma clase que Nanami. Segundo año.
-Hiroki Hotaru: Cabello marrón claro, liso, hasta un palmo más abajo de los hombros. Es amiga de Himawari, Sakurako, Akari y Chinatsu. Sabe que existen Yui, Kyouko, Ayano y Chitose, pero nunca las ha visto. Primer año.
-Miyamoto Yukiko: Amiga de Hotaru, que va a su misma clase. Primer año.
OTRAS:
-Ohmuro Sakurako: Quedó fuera del consejo al conseguir Himawari la presidencia de este. Tercer año.
Hacía unos cuantos días que Hikari y Kokoro se habían unido al Club del Entretenimiento. Los primeros días las nuevas se esforzaban por dar una buena imagen y se centraban sobre todo en hacer té, dedicando muy poco tiempo a vaguear o a hacer otras cosas. Sin embargo, aunque Chinatsu también hacía té y ayudaba a sus kouhais siempre que se lo pedían, al ver que incluso ella dedicaba bastante tiempo a otras cosas, como leer manga, jugar a cartas u otras cosas, ellas también se fueron relajando y dedicando menos tiempo al té.
Uno de esos días, todas las chicas menos Akari estaban en el club. Hikari, tras un rato de no verla, preguntó por ella.
–Chinatsu-senpai, ¿dónde está Akari-senpai?
–No lo sé. Dijo que tenía que ir a algún sitio para traeros alguna sorpresa, pero no me dijo qué era.
Eso llamó la atención de las nuevas.
–¿Una sorpresa? – Preguntaron al unísono.
Chinatsu asintió. Las nuevas se miraron entre ellas.
–¿Qué crees que será? – Preguntó Kokoro.
–Ni idea. – Respondió Hikari.
Justo en ese momento entró Akari con una bolsa en la mano.
–Buenas tardes, chicas. – Dijo con su sonrisa habitual.
–Buenas tardes, Akari-senpai. – Dijeron las de primer año. Después Kokoro siguió sola. – Chinatsu-senpai nos ha dicho que nos has traído una sorpresa.
Akari asintió con una gran sonrisa y sacó de la bolsa dos tazas de té con los nombres de Kokoro y Hikari.
–¡Tachán!
–¡Wow! – Exclamaron las dos kouhais entusiasmadas.
–Tomad. – Dijo Akari extendiéndoles las tazas hacia ellas, las cuales cogieron con mucho gusto.
–¡Nuestras propias tazas! ¡Qué ilusión! – Dijo Hikari muy feliz. – ¡Muchas gracias, Akari-senpai!
Kokoro asintió, como reafirmando lo que dijo Hikari.
–¡Gracias, senpai!
Las mejillas de Akari se pusieron algo rojas, feliz de ver a sus kouhais tan contentas por ese regalo y de que la llamaran senpai.
–Ejejé. No hay de qué. Sois miembros de este club, así que necesitabais vuestras propias tazas.
Chinatsu se sumó a la conversación.
–Ahora que ya tenéis vuestras propias tazas ya se puede decir que sois oficialmente miembros del Club del Entretenimiento.
Eso extrañó a Kokoro.
–¿Eh? ¿Pero no lo éramos ya?
–Bu-Bueno, sí, pero… Es algo simbólico.
–Pero no tiene sentido. Ya lo éramos antes. Que no tuviéramos tazas no hacía que no lo fuéramos.
–Bueno, ya, pero…
Chinatsu apartó la mirada. No sabía qué decirle a Kokoro. Hikari intervino.
–Kokoro-chan, no seas aguafiestas.
–No soy aguafiestas, solo digo la verdad.
Hikari suspiró.
–No le hagáis caso, ella es así.
–¡Oye! – Exclamó Kokoro algo molesta por ese comentario.
–Vamos, vamos, no os peleéis. – Intervino Akari. – ¿Qué os parece si brindamos para celebrar que ya tenéis vuestras propias tazas?
Eso hizo que Kokoro se calmara y asintiera sonriendo, junto con Hikari.
Yuru Yuri: La nueva generación
Nuevos miembros
–¡Salud!
Las cuatro chicas brindaron con sus tazas y bebieron un poco del té que había preparado Chinatsu
–Ah… Qué delicioso… – Dijo Hikari.
Kokoro asintió.
–Espero algún día poder llegar a preparar un té tan bueno como este.
–Si practicáis duramente y os esforzáis seguro que lo conseguiréis. – Dijo Chinatsu.
Kokoro asintió con entusiasmo. Acto seguido, Chinatsu volvió a hablar.
–Bien, ¿jugamos a algo?
–¡¿Qué ha pasado con lo de practicar?! – Exclamó Kokoro completamente descolocada.
–Ya tendréis tiempo de sobras para esto. No hace falta que os entestéis mucho en eso.
–Es justo lo contrario de lo que acaba de decir… – Pensó Kokoro sin acabarse de creer lo que acababa de oír.
–Vamos, jugar también es divertido. – Dijo Akari alegre. – Empeñarse en hacer algo todo el rato no es bueno. También es necesario desconectar de vez en cuando.
Kokoro dudó unos segundos.
–Bueno… Supongo que tienes razón.
Akari asintió y se levantó.
–Chinatsu-chan, prepara algún juego, yo voy a buscar algo en la nevera. ¿Queréis algo? – Dijo preguntando a sus kouhais.
–Esto… ¿Qué hay? – Preguntó Hikari.
–Ah, buena pregunta. Voy a mirarlo. – Respondió Akari, haciendo que a Hikari le saliera una gotita de sudor.
Akari fue hacia la nevera. El año anterior las chicas habían decidido comprar una mini nevera, similar a la del consejo estudiantil. Era principalmente usada por Kyouko, que la llenaba de helados de ron con pasas, impidiendo usarla para nada más. Y habían decidido situarla cerca de la entrada, a un lado del armario donde se guardaban los utensilios del Club del Té (era el único lugar donde había un enchufe).
Akari abrió la nevera, viendo principalmente algunos polos que ella misma y Chinatsu habían puesto allí los días anteriores, así como otras cosas frías. Sin embargo, Akari se extrañó al ver algo más al fondo de la nevera. Quitó lo que había delante para poder verlo bien, sorprendiéndose un poco al ver que era un helado de ron con pasas.
–¿Un helado de ron con pasas?
Desde la sala, que estaba cerca, Chinatsu contestó.
–Tal vez Kyouko-senpai se olvidó de comerse el último que quedaba. No debí fijarme al poner las cosas en la nevera el otro día y quedó atrás.
Akari lo cogió para ver la fecha de caducidad.
–Vaya, caduca dentro de dos días. Deberíamos comérnoslo ya. – Akari regresó a la sala. – Hikari-chan, Kokoro-chan, ¿os gusta el helado de ron con pasas?
La primera contestó.
–La verdad es que no lo he probado nunca.
–Yo tampoco. – Añadió Kokoro.
–¿Por qué no lo probáis? – Las animó Akari. – A Kyouko-chan le encantan.
–¿Kyouko es una de las chicas que formaba parte de este club el año pasado? – Preguntó Hikari.
–No solo formaba parte del club, ella formó el Club del Entretenimiento. Fue idea suya utilizar esta sala vacía para formar el club.
–Ya veo… Bueno, voy a probarlo. – Hikari abrió la tapa y sacó la cuchara de plástico que venía dentro, envuelta en otro plástico para que no se manchara. – Bueno… Itadakimasu…
Hikari cogió un trozo del helado con la cuchara y se la llevó a la boca. Tras un par de segundos, con la cuchara aún en la boca, una sombra azul cubrió su rostro. La chica bajó la cabeza, impidiendo ver sus ojos, pero se podía ver como si estuviera temblando, preocupando a las demás.
–Hikari-chan, ¿estás bien? – Preguntó Akari.
Esta asintió levemente.
–S-Sí… L-Lo siento, es que…
Hikari tiró la cuchara sobre la mesa y se levantó rápidamente para ir corriendo al baño donde escupió el helado de forma exagerada, haciendo que todas lo oyeran y les saliera una gota de sudor en la sien. Kokoro miró el helado con algo de desconfianza.
–¿Tan malo está?
Kokoro cogió la cuchara tomó algo de helado con ella. La chica se quedó mirando la cuchara con algo de desconfianza. Tras unos segundos, tragó saliva y se la metió en la boca. La chica abrió los ojos y puso una expresión difícil de describir.
–¿Tampoco te gusta? – Preguntó Akari.
Kokoro se sacó la cuchara de la boca.
–B-Bueno, tiene un sabor raro… No sé cómo definirlo. – La chica se comió otra cucharada. – Es… Diferente a cualquier cosa que haya probado.
Aunque la expresión de Kokoro no era de que estuviera probando algo bueno, más bien lo contrario, tomó otra cucharada. Y otra. Y otra, y otra…
Cuando Hikari regresó, con una expresión como si estuviera agotada, miró a Kokoro, que estaba comiendo el helado.
–¿Cómo puede gustarte eso? – Preguntó Hikari.
–No me gusta. – Dijo Kokoro sin parar de comer.
Hikari se quedó en plan WTF?
–Pero si te lo estás comiendo.
–Solo porque tiene un sabor raro. No es que me guste. – Dijo mientras seguía cogiendo más cucharadas y comiendo.
A las tres chicas les salió una gota de sudor. Kokoro siguió cogiendo cucharadas hasta que un momento, al llevarse la cuchara a la boca ya no había nada. La chica, sorprendida, miró la tarrina, viendo que estaba vacía.
–¡¿Ya se ha acabado?! – Exclamó sorprendida. – ¿No hay más?
Akari, aún con una gota de sudor (como las demás) contestó.
–Este era el último.
–¿Y aún dices que no te gusta? – Preguntó Hikari con los ojos entrecerrados.
–¡No me gusta! ¡Es que el sabor es raro, por eso quiero probarlo!
–Bueno, podemos comprar más.
–¡Sí! ¡Qué bien! – Exclamó feliz Kokoro, haciendo que Akari y Chinatsu se quedaran igual que Hikari.
Kokoro entonces se dio cuenta de algo.
–Esta cuchara…
Las demás miraron a Kokoro con curiosidad.
–¿Qué pasa? – Preguntó Chinatsu.
Kokoro puso intencionadamente una expresión y un tono de voz erótico y se llevó la cuchara a su labio inferior.
–Hikari-chan también ha comido de ella… Es como un beso indirecto…
–¡¿Qu-Qué dices, pervertida?! – Exclamó Hikari claramente alterada.
Kokoro le dio un suave beso a la cuchara.
–¡No la beses!
Rápidamente Hikari le arrebató la cuchara a Kokoro y la partió por la mitad.
–¡Ah! ¡Mi beso indirecto con Hikari-chan!
–¡Deja de decir eso!
Por su parte, Akari y Chinatsu se miraban la escena con una sonrisa forzada y una gota de sudor en la sien.
–¿Qué está pasando? – Preguntó la primera.
–No lo sé…
Mientras, Himawari estaba llevando unos papeles del almacén a la sala del consejo estudiantil, para actualizar los datos ahora que había comenzado un curso nuevo. Al pasar por delante de su aula se encontró con que Sakurako estaba saliendo de ella. Hoy era su turno de limpiar el aula, por lo que no había salido hasta ahora. Himawari intentó dirigirse a Sakurako.
–Sakurako…
–Calla. – Dijo Sakurako molesta. – No me hables.
Sakurako dio media vuelta y se puso a andar.
–¿Todavía estás enfadada? – Preguntó Himawari algo molesta mientras empezaba a andar también para que no se fuera. – Te dije que te presentaras como vicepresidenta.
Sakurako se detuvo y se giró para encarar a Himawari.
–¡Yo no quiero ser la vicepresidenta! ¡Quiero ser presidenta! ¡Y si no fuera por tu culpa aún seguiría formando parte del consejo estudiantil!
–¡¿Qué dices?! – Himawari empezaba a molestarse. – ¡La idea de cambiar el reglamento fue de Hideki-san, y te recuerdo que además de mí también votaron a favor Sugiura-senpai e Ikeda-senpai!
–¡Me da igual lo que hicieran ellas! ¡Tú sabías que yo quería ser presidenta del consejo estudiantil! ¡Apoyaste esa medida expresamente para expulsarme del consejo estudiantil!
–¡Deja de decir tonterías, Sakurako! ¡La aprobé porque Hideki-san me convenció de que era lo mejor!
–¡Cállate! ¡Fui la segunda más votada! ¡Obtuve incluso más votos que Hideki-san! ¡Si no hubierais reformado el reglamento ahora sería vicepresidenta!
–¡Precisamente por eso te dije que te presentaras como vicepresidenta, ¿es que no lo ves?! ¡Sabías que no podías ganar contra mí, y aun así te presentaste como presidenta solo para competir conmigo! ¡Aunque no hubiéramos reformado el reglamento hubieras sido la segunda más votada, por lo que habrías sido vicepresidenta, no presidenta! Si lo hubieras aceptado ahora serías vicepresidenta, pero como te presentaste como presidenta quedaste fuera. La culpa de eso es únicamente tuya. – Sakurako apretaba los dientes y creía que en cualquier momento podría empezar a llorar de rabia. – Deberías haber dejado tu orgullo de lado y aceptar que no había ninguna posibilidad de que fueras presidenta.
–¡Sí que la había! ¡Lo hubiera sido si tú no te hubieras presentado!
–¿Y dejar que tú fueras presidenta? Eres una irresponsable, una perezosa y una inmadura. No estás capacitada para ser presidenta. Hubiera sido una irresponsabilidad por mi parte no presentarme y dejar la presidencia del consejo estudiantil en tus manos. Soy mejor presidenta de lo que tú podrías haber sido, y lo sabes. La culpa de quedar fuera del consejo estudiantil es tuya, así que deja de tocar las narices.
Sakurako, llena de rabia, no aguantó más y gritó con todas sus fuerzas:
–¡BAKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Después dio media vuelta y se fue corriendo. Himawari suspiró y después terminó el camino que le quedaba hasta el consejo estudiantil, donde estaba Nanami, revisando unos papeles. Cuando Himawari hubo dejado sobre la mesa lo que llevaba, Nanami se dirigió a ella.
–Furutani-senpai, estaba revisando los papeles de inscripción a los clubes y me he dado cuenta de algo.
–¿De qué? – Preguntó Hima.
–He visto que Segawa Hikari y Aoyama Kokoro se han unido a un club llamado Club del Entretenimiento. ¿Qué es eso?
–Ah, eso. Es un club que está en la sala del antiguo Club de la ceremonia del Té.
Eso sorprendió a Nanami.
–¿Qué? ¿Por qué están en la sala del Club del Té?
–El Club del Té se disolvió hace años por falta de miembros, así que la sala quedó vacía, por lo que Toshino-senpai decidió utilizarla para crear su propio club.
–Eso no está bien. No pueden ocupar una sala que está destinada a otro club. ¿Y si el Club del Té consigue miembros suficientes para reabrirse?
–Entonces supongo que no tendrían ningún problema para abandonar la sala.
–Pero esa sala es para el Club del Té. No pueden utilizarla así sin más.
–Nadie ha reclamado esa sala, por lo que no veo el problema. – Nanami iba a decir algo más, pero Himawari siguió. – Si nadie reclama la sala no hay ningún inconveniente en que la utilicen. Si alguien la reclama ya se lo haré saber para que la abandonen, ¿de acuerdo?
Nanami, a regañadientes, aceptó.
–Está bien…
–¿Algo más? – Preguntó Hima.
–Sí, ¿qué actividades hacen en ese club?
–Ah, eso… – Himawari no sabía muy bien qué decirle a Nanami. – Bueno, básicamente hacen cualquier cosa que se les ocurra.
–¿Qué? – Exclamó Nanami descolocada.
–Bueno, a veces terminan sus deberes si no han tenido tiempo de terminarlos en clases, a veces leen mangas, juegan, ayudan a dibujar doujinshis para la Comiket… Bueno, ahora ya no porque Toshino-senpai ya no está, pero hasta ahora era habitual…
Nanami no daba crédito.
–Espera, espera, para el carro. ¿Estás diciendo que utilizan esa sala para divertirse?
–Bueno, supongo que lo podrías decir así, sí.
–¿Pero esto qué es? – Preguntó Nanami molesta, y Himawari lo notó. – ¿Cómo puedes permitirles hacer algo así?
–¿A qué te refieres?
–Ese club no hace ninguna actividad productiva. Solamente se limitan a perder el tiempo. Tú lo sabes y aún así sigues manteniéndoles el permiso para utilizar la sala del Club del Té. ¿Cómo puedes permitirlo? Deberías cerrarles el club.
–Oye, eso no es necesario. No están haciendo mal a nadie. La sala está desocupada.
–No es problema de la sala. No importa dónde lo hicieran. Ese club no tiene ninguna actividad. Debe ser clausurado.
–Creo que estás exagerando. – Dijo Himawari.
–¿En serio? – Se quejó Nanami molesta. – La normativa de la escuela dice claramente que los clubes deben realizar actividades productivas y cuyos progresos puedan ser demostrados en el festival cultural.
–Pero la normativa de la escuela también dice que no es obligatorio formar parte de ningún club. – Replicó Himawari.
–Pero ellas han formado su propio club, que no tiene esa finalidad.
–Si el problema es ese, no lo tomes como un club oficial, solo como un grupo de amigas que se juntan y han decidido poner un nombre a la sala en que lo hacen.
Nanami estaba flipando.
–¿En serio? ¿De verdad crees que el problema es ese? ¡Están utilizando una sala de un club!
–Una sala que nadie está reclamando. – Dijo Himawari un poco más fuerte, ya que se empezaba a cansar de esa discusión con Nanami. – Es como si estuviesen utilizando un aula vacía.
–Eso también sería ilegal si hacen un club que no cumple las normas de la escuela.
–La sala del Club del Té es solo su lugar de reunión. Si no tuvieran esa sala harían lo mismo en su casa.
–¡Pues que lo hagan en su casa, pero no en la sala de un club!
Himawari empezaba a perder la paciencia.
–¡Pero la sala está desocupada! ¡¿Qué más te da que la utilicen?!
–¡Es la sala del Club del Té! ¡No tienen derecho a apropiarse de ella y más si no realizan ninguna actividad! ¡Ese club debe ser clausurado!
–¡Ya es suficiente! – Gritó Himawari, sorprendiendo un poco a Nanami. – No están haciendo ningún mal, así que no voy a clausurarles su club, ¿entendido? – Dicho esto, Himawari se dirigió a la puerta. – Voy a buscar más papeles. – Dijo antes de salir de la sala y cerrar la puerta.
A Nanami le molestó mucho la actitud de Himawari. No compartía para nada su opinión. Para ella, el Club del Entretenimiento estaba ocupando ilegalmente la sala del Club del Té y además no estaba realizando ninguna actividad. Nanami lo tenía claro: El Club del Entretenimiento tenía que ser clausurado.
