Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
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Ochenta y cuatro
Algo dentro de mí ha cambiado; una parte de mi composición química básica ahora es completamente diferente desde que pasé tiempo con Bella.
Y ni siquiera es solo el sexo, aunque saber que me hundiré en ella nuevamente, espero muy pronto, ayuda.
No, creo que es el hecho de que sé que hay alguien que se preocupa por mí, pero no tiene por qué hacerlo. No como mi familia, que está obligada a amarme. Ni siquiera como Angela, con quien he construido una conexión a lo largo de los años simplemente al estar forzados al mismo espacio, obligados a trabajar juntos en proyectos y construir una especie de camaradería, y resultó que también nos llevamos bien.
Bella podría haber decidido que no me quería en cualquier momento. De hecho, me atrevería a decir que casi lo hizo unas cuantas veces. Y, sin embargo, sigo recibiendo mensajes de texto de ella durante todo el día una vez que se despierta. Todavía me quiere cerca. Y ese conocimiento me hace comportarme de manera diferente. Sosteniendo mi cabeza un poco más alta, caminando un poco más derecho.
… Porque debo valer algo más allá del alcance de mi trabajo si ella me quiere.
Bella: Me costó mucho dormir sin ti en mi cama.
Sonrío ante su texto, ignorando efectivamente el sujeto en la pantalla de mi computadora.
Edward: Supongo que deberíamos hacer algo al respecto pronto, ¿eh?
Bella: Ojalá. Trabajo hasta la hora de cerrar esta noche. Estoy a punto de ir al trabajo ahora, pero tengo mucho sueño.
Tengo esta necesidad que se asienta en mi pecho de mejorar las cosas para ella. Una con la que no estoy familiarizado y que no puedo ignorar.
Así es como termino caminando hacia el bar donde trabaja Bella, con dos cafés en la mano; uno para mí y para ella un brebaje helado que he visto pedir a Bella un par de veces.
No me doy cuenta de lo inquieto que estoy sin ella hasta que mis ojos la encuentran en el bar, de pie detrás de la barra limpiando vasos y botellas para prepararlos antes de abrir.
Está vestida de manera más informal hoy, todo su cabello recogido en la parte superior de su cabeza en un moño desordenado que hace que las marcas que dejé en su cuello se destaquen, incluso si trató de cubrirlas con maquillaje. Cuando las luces se apaguen por la noche, nadie se dará cuenta, pero me gusta que ahora no haya dudas de que ella pertenece a alguien. Es decir, a mí.
Además, no es como si yo no estuviera luciendo el mismo tipo de marcas.
Su sudadera está recortada, y sus vaqueros son altos y le quedan ajustados alrededor de su trasero, pero son más holgados en las piernas, e incluso si se supone que debe vestir casual hoy, se ve más sexy que cualquiera que vaya a entrar al bar esta noche.
―No abrimos hasta dentro de una hora ―grita por encima del hombro.
Estoy a punto de decirle que debería tener más cuidado cuando veo que el tipo grande que estaba vigilando la puerta el otro día sale de la parte de atrás. Me hace sentir mejor saber que no está sola.
—Menos mal que el único servicio que busco es el que sale de tus labios —bromeo, acercándome a la barra.
Bella se da la vuelta, su amplia sonrisa destroza cada cosa tensa dentro de mí.
―¿Qué diablos acabas de decir? ―La versión chafa de Jax Teller comienza a dar un paso hacia mí, pero Bella se apresura a empujarlo hacia atrás.
―Tranquilo, James. Este es Edward. ¿El tipo del que le estaba hablando a Vick? ¿Mi novio?
El tipo me mira de arriba abajo como si hubiera algún mundo en el que yo sería una amenaza para él, luego asiente y se dirige hacia atrás.
―Tu novio, ¿eh? ―Solo tengo tiempo suficiente para dejar nuestros cafés antes de que Bella se lance hacia mí con toda su fuerza. De alguna manera tengo los reflejos correctos para atraparla y levantarla, sus piernas envolviéndome mientras toma mi rostro y me besa como si hubiéramos estado separados durante años.
Tropiezo hacia atrás un par de pasos, pero me las arreglo para mantenernos erguidos, mis manos en su culo como si fuera su puto dueño.
Supongo que, en cierto modo, lo soy.
Joder, sí.
―¿Tienes algún problema con eso, Cullen? ―pregunta Bella cuando finalmente se aleja.
―Ningún puto problema.
Hacemos totalmente esa cosa de pareja cursi en la que nos miramos a los ojos durante un minuto sólido, sonriendo como idiotas.
―Te traje café porque dijiste que estabas cansada. Pero tengo que volver pronto al trabajo.
―Estúpido trabajo ―se queja, y la coloco en la parte superior de la barra, por lo que soy libre de tocar sus otros lugares. Como ese par de pulgadas entre la parte inferior de su suéter y la parte superior de sus vaqueros, o la piel de su muslo asomándose a través de las rasgaduras que noto, ahora que se dio la vuelta.
Alcanza su café mientras mis labios besan su cuello, consiguiendo mi dosis antes de tener que dejarla.
―¿Cómo supiste qué ordenar? ―Mierda.
―¿Conjetura afortunada? ―Me encojo de hombros, mordiendo el lóbulo de su oreja para distraerla.
―Eres jodidamente perfecto ―suspira, inclinando el vaso hacia atrás para tomar un sorbo.
Perfecto... el agente del FBI asignado para vigilar cada uno de tus movimientos, pero en su lugar se enamoró de ti... es lo mismo.
Lo juro, verla beber no debería ser tan excitante, pero ciertamente lo es. No es de extrañar que solo unos minutos alrededor de ella me tenga duro como el acero, especialmente después de consolidar el título de novio.
―Joder, ¿alguna vez dejaré de desearte? ―gimo en su cuello, mi lengua se arremolina alrededor de su pulso acelerado.
―Espero que no. Ve a cerrar la puerta.
Me enderezo de inmediato, sorprendido por lo que está insinuando.
―¿Aquí? ¿Ahora?
Bella asiente, mordiéndose el labio, sus párpados pesados y ansiosos.
―¿Pero qué pasa con James?
―Él y Vick me lo deben, con la cantidad de veces que los he sorprendido.
Estoy congelado tratando de procesar la información, tratando de descubrir cómo la diminuta y pequeña Vick es capaz de manejar al enorme James, además de entender el hecho de que Bella quiere follarme en su lugar de trabajo, cuando agarra mi polla dura a través de mis pantalones y borra cualquier pensamiento además de nosotros dos.
―Edward ―advierte, acariciando mi eje.
No hace falta que me lo diga dos veces.
