Outtake 2/5:
Primera visita
Edward
Ayer por fin tuve el valor de invitar a Bella a mi casa para que conozca a mis papás; aún somos amigos, pero llevo varios días maquinando cómo hacer para que podamos llegar a otro nivel. Nuestros encuentros no pasan de los abrazos y las tomadas de mano , aunque yo me muero porque podamos besarnos ya. Sin embargo, estoy consciente de que no haré nada hasta que ella no sea mi novia.
Nunca he besado a nadie. Mi lista de amores hasta antes de Bella es prácticamente inexistente y la verdad es que no me molesta. Yo nunca antes tuve suerte con las chicas.
Mi físico mejoró bastante cuando me mudé, la verdad. Antes del verano en que llegué a Forks no estaba tan mal, por supuesto, pero tuve mi temporada de frenillos y algo de acné. Eso ciertamente no es el estándar de guapo para las chicas en Phoenix.
Bella preguntó varias veces la razón por la cual mi familia se mudó. No he querido esconderle nada, pero creo que contar esa clase de cosas de mi pasado en la escuela se siente un poco fuera de lugar, así que por eso he aplazado esa conversación hasta hoy. No más secretos, no con ella.
Todo lo que puedo pensar es que tengo a la chica. Bella es la mujer más bonita que he visto alguna vez: bajita, curvilínea de los lugares correctos, con el cabello largo, marrón y rizado y unos ojos tan bonitos y profundos que me cuesta bastante no perderme en ellos cuando me mira directamente. No puedo creer que tenga tanta suerte porque parece devolver mis sentimientos. Estoy prendado, perdido, encandilado y demás solo por ella.
—¿Y bien? ¿A qué horas piensas irte para recoger a Bella? ¡Llegarás tarde!— mi mamá entra de sopetón a mi habitación sin siquiera tocar y pego un respingo porque me sacó de mi bruma amorosa.
Esme estuvo particularmente feliz cuando se enteró de que llevaré a una nueva amiga a la casa. Ella ya conoció a Emmett y se enamoró de él. Creo que está emocionada porque por fin comienzo a mostrar habilidades sociales, incluso aunque sea con pocas personas.
Ruedo los ojos.
—Mamá, casi me provocas un infarto— me quejo y separo mi silla gamer de mi escritorio, rodando un poco a través de la habitación. Ciertamente me arden un poco los ojos porque llevo horas jugando, pero es sábado y LOL no puede esperar.
» Iré en una hora, aún no es tiempo —explico.
Esme cruza sus brazos en jarras sobre su pecho.
—Bueno, pero no vayas a ir tarde por ella, la primera impresión es importante— me recuerda—. ¡Y báñate, pareces un vagabundo!
Boqueo sorprendido ante su perorata y me echo una mirada en el espejo que está pegado en la puerta de mi habitación. No parezco un vagabundo. Bueno, tal vez un poco, pero…
—Me ofendes, mamá— replico divertido—. ¡Ya me bañé! Sólo que no me he peinado.
—Deberías usar gel. Te verías tan guapo si…
—Mamá— la interrumpo—, ¿no estabas haciendo algo de comer para Bella?
Esme entrecierra los ojos hacia mí.
—Bien, te dejaré solo —dice, caminando hacia la puerta y desapareciendo detrás de ella antes de gritarme una última advertencia—. ¡Pero deja de jugar porque en serio se te hará tarde!
Ruedo los ojos. Mamá, qué poca estima me tienes.
Cuarenta y cinco minutos más tarde estoy montado en el auto de camino a casa de Bella y Dios, vaya que estoy nervioso. Sé que su mamá estará ahí.
No es como que Renee y yo nos llevemos mal, de hecho, es todo lo contrario. Es demasiado buena conmigo tomando en cuenta que me conoció por haberme quedado dormido en el sofá de su sala con su hija entre los brazos. Eso, en lugar de hacerla enojar, aparentemente la hizo feliz. Aunque yo había estado muy avergonzado.
Estaciono en el camino de entrada y salgo del auto, caminando casualmente – o al menos eso es lo que quiero fingir – hasta la puerta. Puedo ver a Renee mirarme a través de la cortina por la ventana, así que mantengo mis manos en los bolsillos hasta que toco el timbre. Un segundo después, ella abre la puerta y soy recibido por un par de amables ojos azules.
—Hola, Renee —sonrío, mostrando toda mi dentadura y tratando de no actuar como un rarito—, vine por Bella.
—Hola, Edward. Bella está allá arriba, pero no debe tardar —me dice. Juega con la puerta, moviéndola de lado a lado, antes de continuar hablando—. Pasa, pasa. ¿Quieres algo de tomar?
—No, así estoy bien, gracias.
Me dirige hacia la pequeña sala y me siento en el sillón más grande, mientras que ella toma la pequeña mecedora. Por supuesto, el silencio no dura mucho. Con Renee siempre es así.
Me sorprende lo hablador que a veces me pongo con ella, ya que normalmente no soy del tipo parlanchín, pero quiero agradar.
—Bella me dijo que tu mamá la invitó a comer.
—Sí, mis papás se mueren por conocerla porque hablo mucho sobre ella —contesto rápido, sin pensar mucho en ello. Apenas puedo aguantar el calor que sube por mi cuello y Renee ríe ante eso.
—Ah, el amor joven —suspira y casi parece que se pondrá a cantar. Me muerdo el interior de la mejilla para evitar mi mueca divertida—. Aún recuerdo cuando Charlie y yo comenzamos a salir.
Bella no me ha contado demasiado sobre su papá y tampoco es como que la haya presionado. Sólo sé que murió hace más que un par de años, y que ella no está del todo bien desde que eso sucedió.
Abro mi boca para contestarle a Renee, pero Bella baja a trompicones de las escaleras y me echa una mirada rápida. Luego, pone cada mano en un lado de su cadera.
—Ed, ¿por qué estás todo rojo? —dice como si nada—. Mamá, ¿ya lo estás avergonzando?
Renee no se ve ni un poquito culpable.
—Esta vez no dije nada, cariño. Fue todo él —guiña en mi dirección y me río asintiendo porque es verdad. Sí, bueno, no es mi culpa. Es una reacción natural de mi cuerpo, ¿está bien?
—Eres incorregible —Bella rueda los ojos y luego me ofrece su mano—. ¿Nos vamos?
Tomo su mano y dejo que me dirija hacia la salida, con Renee pisándonos los talones. Se despide de mí, pidiendo que vuelva a visitarla cuanto antes, y acepto rápidamente. Renee siempre hace sentir en casa, y me acepta a pesar de que Bella y yo aún no tenemos una relación formal. Eso cambiará en los próximos días, aunque aun sigo pensando en lo que tengo que hacer para que suceda.
Esme nos está esperando en la entrada de la casa cuando Bella y yo llegamos. Está bastante emocionada por conocerla, así que la primera media hora la acapara hasta que soy capaz de abrirme paso de ella diciendo que quiero mostrarle el lugar a Bella. Ella acepta a regañadientes y sigue con sus cosas.
—Perdón por eso —río cuando subimos al segundo piso—. Le caes demasiado bien, ¿sabes?
Los ojos de Bella brillan curiosos.
—Ah, ¿sí?
—Sí, ya sabes. Como que me la paso hablando de ti —admito, encogiéndome de hombros y tratando de restarle importancia, aunque por dentro mi corazón se acelera. Ella me mira con la boca abierta y parpadea.
—¿En serio?
—Sí —acepto tímido, y pasamos a la sala de estar del segundo piso—. Te presento mi lugar favorito.
Bella mira el lugar con asombro y de nuevo me siento pequeño, aunque en el buen sentido. Los ventanales hacen que la luz entre a raudales por la habitación, y la pared repleta de libros nos queda de lado.
—Wow, es muy bonito aquí —dice. Mira los sillones de color cereza durante unos segundos, pero luego su vista se centra en el piano de cola en medio de la habitación—. ¿Tocas?
—No lo suficientemente bien —admito—. Esme sí. Está enseñándome desde hace algunos años.
—¿Algún día tocarás para mí?
—Sí, lo haré —le digo. La promesa se firma en mí mente y puedo verme a mí mismo los próximos días, eligiendo una canción para ella y ensayándola hasta que me salga bien.
La expresión de Bella se enternece y camina hacia uno de los sillones, sentándose y palmeando el lugar a su lado.
—¿Sabes, Ed?
—¿Qué sé? —pregunto cuando ella se acurruca a mi lado. Disfruto la sensación, y mis dedos juegan con sus rizos de forma distraída.
—Yo también me la paso hablando sobre ti.
*M*
—No sé cómo me sentía allí, ¿sabes? Mamá y papá estaban de los nervios todo el tiempo, pero yo… era un terreno neutral, creo —explico. Bella está sentada en mi silla gamer y se mueve ociosamente de un lado a otro, mientras que yo permanezco en la cama, hablando de mí mismo. Eso es algo que no me gusta hacer, pero por ella es soportable.
» Sólo sé que cuando vivía en Phoenix era muchísimo peor que ahora —me encojo de hombros, tratando de restarle importancia a mis recuerdos, pero la parte trasera de mi cabeza late, recordándome cosas que no quiero—. Todo el mundo me molestaba y bueno, cuando vas en una escuela a la que asisten tres mil alumnos más eso puede volverse… molesto. Si lo digo de manera amable. Nadie me prestaba atención, así que no tenía sentido quejarse.
—Eso es terrible, Ed —los ojos de Bella arden con compasión y frustración por mí. Quiero decirle que no necesito de su lástima, pero me contengo. La dejo sentir todo eso, porque sé que si la situación fuera al revés yo sentiría lo mismo por ella.
—Lo importante es que me mudé, ¿no? —digo, tratando de fingir una sonrisa—. Aunque aún me siento un poco culpable por obligar a papá a buscar otro trabajo y a mamá a dejar a sus amistades.
—Ellos harían todo por ti. Te aman demasiado.
—Lo sé —asiento a sabiendas—. Y es que aparte…
Para de moverse y me mira curiosa.
—No lo sé, es sólo que estoy muy feliz de estar aquí —sonrío. Sus ojos brillan contra los míos.
*M*
—Charlie murió cuando tenía trece años —Bella me dice después de un rato de silencio. Le he preguntado sobre él y cuando vi su rostro incómodo le dije que no necesitaba contarme nada, pero ella se negó—. Éramos muy unidos, fue muy difícil para mí. Todo el mundo dice que cambié desde que él se fue y tienen razón, no he sido la misma desde entonces.
—Lo siento mucho, Bella —susurro, pasando una de mis manos por el lateral de su cara. Ella sonríe tristemente y se inclina hacia mi contacto, lo que hace que una sensación de revuelo se agrande en mi estómago de una forma que no ha sucedido antes. Se siente correcto.
—Está bien, ¿sabes? Ha pasado mucho tiempo —dice encogiéndose de hombros, pero se ve más como un gesto forzado que como algo real—. Recuerdo que él me llevaba a todos esos viajes de pesca y pensaba que eran horribles, pero ahora que lo pienso me doy cuenta de que fue algo bueno, tanto para él como para mí. No siento que no haya disfrutado a mi papá, porque sí lo hice. Nos conocíamos de todo; él era mi mejor amigo. No había nada en el mundo que yo no quisiera contarle.
Sonrío ante su recuerdo feliz.
—Estoy seguro de que sí.
—Y era muy hablador, ¿sabes? Pero sólo conmigo, porque con otras personas era inusualmente callado.
—Eso suena como tú.
Se ríe.
—Sí, ¡era exactamente como yo! Creo que lo heredé o algo así —me mira tímidamente. Mi mano aun sigue en su mejilla, así que se frota contra ella y siento el calor recorrerme el brazo—. Lo extraño mucho.
—Lo sé —coincido, y aunque no puedo comprender lo que siente porque nunca he pasado por una pérdida, puedo intentarlo—. Pero sé que él estaría feliz de verte ahora.
Suspira.
—Todo lo que hago es con el pensamiento de hacerlo sentir orgulloso.
—Lo haces, Bella. Y-yo…—paro y trago en seco, inseguro de decir mis siguientes palabras—. B-bueno, creo que eres maravillosa. Eres amable, bonita y nunca había conocido a nadie que se asemeje a ti. Tu papá debe estar muy orgulloso, donde quiera que esté.
Sus ojos brillan contra los míos.
—¿De verdad crees todo eso?
—No lo creo. Lo sé —aseguro.
Ella se acerca contra mí y su rostro está bastante cerca de lo que está el mío. De repente, me siento nervioso. Cuando baja la mirada hacia mis labios me pregunto si quiere besarme y Dios, espero que quiera, porque yo lo deseo. Lo quiero.
Estoy cerrando los ojos cuando un grito nos interrumpe.
—¡Edward, Bella! —la voz de Esme que viene desde las escaleras hace que saltemos en nuestro lugar y mi mano cae de su cara. Siento la pérdida de contacto casi enseguida y extraño la calidez—. ¿Quieren comer? ¡Ya está todo listo!
Bella me sonríe tímidamente y no vuelve a acercarse a mí. De alguna manera lo entiendo, nuestro momento ya fue interrumpido y también quiero que nuestro primer beso sea especial.
—¡Ya vamos, mamá! —contesto en un volumen algo fuerte para que me escuche y luego le hago un ademán a Bella para que nos levantemos. Le ofrezco mi mano—. ¿Vamos?
Asiente, enredando sus dedos con los míos.
—Vamos.
Espero que les haya gustado, esta fue la primera vez que Bella fue a casa de Ed «3 No la puse desde el punto de vista de Bella en primer lugar porque creía que era mejor que Edward lo explicara.
¿Qué les pareció? ¿Merece review?
¡Nos leemos luego!
