Outtake 4/5:

Edward

Jodido Cristo. El sexo con Bella es una delicia.

En serio. Creo que soy adicto.

Tengo un problema de adicción y lo peor es que no me importa.

—Así, amor, justo ahí —Bella gime debajo de mí. La tengo en cuatro y tengo una vista impresionante de su culo y puedo ver perfectamente cómo mi polla entra entre sus pliegues.

Es una vista maravillosa. Podría vivir aquí por siempre.

Estoy tocando un punto sensible con la punta de mi miembro, aparentemente, porque Bella se deshace en mis brazos y devuelve mis estocadas con ahínco. La estoy sosteniendo con fuerza mientras ella chilla debajo de mí y, maldita sea, sus paredes están aprisionándome jodidamente bien.

En serio, está prácticamente ordeñando mi polla; obligándome a ir más adentro cada vez. No se detiene y es tan delicioso que casi duele.

—Sí, bebé, joder me encanta cómo me aprietas — mascullo agitado. Ni siquiera sé en qué momento comencé a hablar sucio; seguro que fue en un momento entre nuestra primera vez y nuestras últimas veces, cuando cogimos tanto que no podíamos parar.

Es que, maldición, se siente tan bien.

¿Cómo pude pasar diecisiete años de mi vida sin hacerlo?

Aunque creo que no se sentiría igual si no fuera con Bella. Sí, eso lo veo muy posible. Bella toma cada aspecto de mi vida y lo mejora mil veces más.

—Ya casi, bebé. Más rápido — pide gimiendo.

Aumento la velocidad de mis estocadas, porque al amor de mi vida se le da todo lo que pida, y con mi mano izquierda jalo de su cabello, provocando que se arquee más hacia mí, lo que hace que llegue mucho más profundo. Que la trate de esa manera un poco más brusca le encanta, por lo que siento cómo sus jugos se escurren aún más entre sus muslos.

Joder. Bella es sucia.

Soy un bastardo afortunado.

No pasa mucho tiempo cuando siento que sus paredes me aprisionan y ella grita, temblando debajo de mí. La fuerza de su éxtasis arranca el mío, por lo que con unas cuantas estocadas más suelto un gemido lastimero y me vengo dentro de ella.

La vista de mi semen escurriendo y saliendo de Bella casi hace que me ponga duro instantáneamente de nuevo, pero lo ignoro. Tomo una gran inhalación y me recuesto al lado de mi novia, abrazándola y besándola mientras ella se acomoda en mis brazos, subiendo su pierna en mí como tanto le gusta.

Se pega como estrella de mar a mí y sin decirme una sola palabra, se queda dormida.

.

M

.

Le tapo la boca a Bella cuando lanza un gemido lastimero debajo de mí y le frunzo el ceño, entre divertido y excitado.

—Perdón— gime en mi mano—. Más rápido, bebé, por favor.

Son las dos de la mañana y Bella está escondida en mi cuarto. Se escapó de casa ya que Renee no estaría por su trabajo, y terminó entre mis sábanas antes de que yo fuera capaz de decirle que no era una buena idea.

Esme y Carlisle están en el piso de abajo durmiendo. Y yo estoy aquí arriba con la polla enterrada en el coño de mi muy excitada novia. Se siente tan caliente, húmeda y apretada que las ideas coherentes han desaparecido por completo de mi cabeza.

Sólo hay una bruma de placer intensa que no se borra con nada.

¿Así se siente el cielo? ¿o es el infierno?

Mi codo izquierdo está recargando al lado de la cabeza de Bella ya que con esa mano estoy tapando su muy ruidosa boquita. Le encanta maldecir.

Y yo adoro que lo haga.

Pero no en ocasiones como esta.

Con mis caderas hago vueltas a su alrededor y empujo más dentro, produciendo que ella suelte un chillido lastimero. La miro en advertencia antes de finalmente destapar su boca y la beso, enterrando mi lengua en lo más profundo de su garganta mientras mi miembro hace lo mismo en su coño.

Siento que en esta posición no estoy llegando tan dentro como quiero, así que tomo sus piernas y las levanto, poniendo cada una de ellas en mis hombros. La vista del cuerpo sonrojado y sudado de Bella debajo de mí es una delicia, lo que hace que aumente la velocidad con la que la estoy atracando.

En esa posición no tardamos mucho en llegar, pero no me puedo mover para callar sus gritos, así que cuando se viene ella pone su propia mano en su boca y se muerde a sí misma, poniendo los ojos en blanco por el placer. La sola imagen de ella de esa manera lanza una corriente eléctrica en todo mi cuerpo y me vengo justo después de que ella lo hace.

Quito sus piernas de mis hombros y me tiro sobre Bella, tratando de no recargar todo mi peso en ella. Aún sigo dentro, por lo que siento los ligeros espasmos de su coño recorrerme.

—Me encantas. — anuncio adormilado.

—Tú a mí también, bebé— responde, empujando mi pecho con sus pequeñas manos. Cuando salgo de ella me siento raro, solo, pero no me da mucho tiempo a pensar en eso porque se recuesta sobre mí y nos tapa con una sábana.

» Duerme. Te hablo en dos horas para que me lleves a mi casa antes de que tus papás se den cuenta de que estoy aquí.

No me lo pide dos veces y cierro los ojos completamente cansado. Vale la pena todo el desvelo.

.

M

.

Auto.

Sexo

En

El

Jodido

Auto.

Bajo la mirada a mi regazo y me toma de todo mi autocontrol no venirme en ese momento. Bella tiene mi polla enterrada en la garganta y lo único que puedo ver es la bonita y sensual parte trasera de su cuello.

Estoy agarrando su cabello en una desordenada coleta y puedo sentir el fondo de su garganta en la punta de mi miembro. Ella lame, chupa y, jodido Cristo, succiona como una puta profesional.

Suerte para mí, estamos perdidos en algún recoveco entre el bosque y la ciento uno. Originalmente esto sólo era un paseo para el prado, pero una cosa llegó a la otra y, bueno, ¿quién soy yo para negarme?

La carne es débil. Especialmente la mía.

—Para, amor— me cuesta mucho conseguir el suficiente control para poder hacer que Bella levante su cabeza hacia mí—. Me voy a venir si sigues así. — advierto.

Ella frunce el ceño.

—¿Y qué tiene?

Río entre dientes, divertido al ver a su frustración. Oh, es que a Bella le gusta chuparla. De verdad; es su actividad favorita.

Y aunque normalmente no me niego a complacerla, sé que si me vengo ahora me tomará al menos otros quince minutos estar listo para el segundo round y no quiero eso.

Sonrío y sin decirle nada me alzo el pantalón y el bóxer desordenadamente y salgo del auto, cruzándome hacia el lado del pasajero. Abro la puerta y jalo a Bella hacia afuera, recargándola en el coche con las palmas de sus manos apoyadas en el cristal.

Está usando una falda caqui que la hace ver más bonita y adorable de lo normal, pero no le presto mucha atención a ese hecho.

Levanto la falda y hago su panty de lado, bajándome a mí mismo la ropa lo suficiente el proceso también. Entonces, de una estocada dura estoy dentro de ella.

Mmh. Casa.

Está terriblemente húmeda, como siempre, así que no le duele. En cambio, gime y se retuerce en mis brazos del placer.

—Oh, sí, amor — chilla conmocionada. Me encanta ese sonido.

Comienzo a moverme detrás de ella. Creo que tengo un fetiche; me encanta estar detrás. A Bella no le importa mucho, lo disfruta bastante, de hecho.

Una de mis manos está clavada en el hueso de su cadera para poder tomar impulso y la otra la dirijo al frente, dispuesto a buscar su botón del placer.

Esto tiene que ser rápido y yo ya estoy en el borde, pero no quiero venirme sin que ella disfrute también. Estamos en el exterior, después de todo. Alguien podría venir y preferiría que, si nos encuentran, fuera con mis pantalones en el lugar correcto, gracias.

—Sí, bebé, justo así — Bella se derrite en mis brazos cuando siente cómo retuerzo su clítoris entre mis dedos. Ella es tan jodidamente sensible y me encanta.

—Muévete conmigo, nena — pido entre jadeos y ella obedece, devolviéndome las estocadas. Está tan mojada que nuestros choques resuenan húmedos en el bosque y, joder, eso es tan caliente.

Ni siquiera me molesta el hecho de que su panty me está rosando terriblemente. Eso tal vez me cause problemas al rato, pero el momento no me importa.

Unos minutos más y ella toma la cima, exprimiéndome el proceso. Con tres descargas termino dentro de ella y apoyo mi frente en su hombro. Estoy sudando a pesar de que el día está bastante fresco.

—Te amo — le digo.

—Yo también te amo, bebé.

Sonrío y me limpio antes de acomodarme los jeans, dejando que ella haga lo mismo. Tomo la mochila con la comida del picnic del asiento trasero y luego su mano y comenzamos a caminar hacia el prado.

Ahora que lo pienso, técnicamente no tuvimos sexo en el auto, sino afuera de.

Tal vez deberíamos repetir. Y esta vez, no equivocarnos.


Sí, bueno; desde el momento uno quería escribir un lemmon más fuerte para esta historia, pero todos los capítulos se me hacían tan románticos que no hallaba en dónde acomodarlo u.u Así que ha venido a mí en forma de Outtake, jaja.

El siguiente Outtake es el último y sí, es el de James.

¿Qué les parece? ¿Merece review?