Los personajes de Ranma no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro, solamente con el fin de entretener.


*Día 24: Naps*

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Como cada mañana al despertar con mi preciosa esposa nos dedicamos a besarnos y otras cosas más durante largo rato para luego ducharnos juntos y preparar el desayuno y el itinerario de nuestras clases.

Alrededor de las 9 llega al dojo el primer grupo de alumnos, un grupo de ancianos que disfrutan más de fortalecerse que el arte del combate pero adoran asistir a nuestra clase conjunta con Akane.

Para cuando el reloj marca las 11 finalizamos con los ancianos y es el turno de las mujeres, su edad ronda la nuestra y al ser un grupo numeroso decidimos dividirlas en dos, el primer turno me corresponde a mi.

A la hora del almuerzo atraco el refrigerador primero y me dirijo al comedor para comer como es costumbre con Akane, al entrar me extraña que ella no se encuentre pero si una bandeja tapada sobre la mesa, la destapo y descubro los diferentes platillos listos. Tomo asiento y atraco esta vez la comida aún sin la compañía de mi esposa, el estómago gruñe fuerte y no puedo evitarlo. Cuando finalizo luego de lavar los trastos salgo en busca de Akane a la habitación y al abrir la puerta la encuentro.

Está recostada durmiendo una siesta con una bonita sonrisa en su rostro y una sensación de tranquilidad que me apena profundamente despertarla para sus clases de la tarde, me acerco y besando su frente y acariciando sus cabellos me dirijo al dojo a retomar la actividad.

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Al siguiente día la misma secuencia se repite sólo que esta vez, Akane toma su siesta sobre mi regazo luego del almuerzo, su rostro vuelve a estar nuevamente iluminado y el calor que emite su cuerpo me lleva a sentirme soñoliento también, la tomo entre mis brazos y nos acurruco en el sofá estilo occidental que decidió comprar Akane hace poco tiempo.

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—Ranma puedes ocuparte de mis clases hoy? tengo algo que hacer.

—Claro Akane.

Por la tarde soy el encargado de mis clases y las de Akane, esos adolescentes hormonales que seguramente sólo asisten por ella, lo confirmo por las caras cuando me ven llegar en su lugar sin darle importancia comienzo mis estiramientos para ponerme al frente de una agitada tarde.

Luego de mi largo baño salgo en busca de mi esposa, desde que se asomó unos escasos segundos entre clases en el dojo esta tarde no supe nada de ella ni dónde estuvo.

Alcanzo mi habitación y la encuentro dormida nuevamente, con esa paz que tanto la caracteriza, es algo anormal en Akane, jamás se queda dormida ni toma tantas siestas seguidas pero a pesar de mi preocupación no parece ser algo malo. Me acerco y la cubro con el cobertor para prepararnos la cena.

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—Ranma puedes ocuparte de mis clases de la tarde durante un tiempo?. — pregunta al finalizar el almuerzo.

—Si Akane pero por qué no puedes impartirlas tú?

—Simplemente estoy algo cansada necesito dormir — bosteza y se dirige a la cocina para regresar con una bandeja con té y algunos dulces.

—Hay algo que no me estás diciendo y eso me preocupa.

—Quédate tranquilo — me pasa mientras una taza de té y se acomoda sobre mi regazo nuevamente para otra de sus siestas.

—No prefieres ir al cuarto o al sofá?

—Mmm si, será más cómodo, puedes llevarme?

—Claro preciosa — la tomo en brazos y me recuesto con ella en el sofá con su cabeza descansando en mi pecho.

—Ranma, tengo algo importante que decirte — siento su ligero cuerpo removerse al hablar.

—Ajam — estoy algo adormilado por la calidez que desprende su cuerpo.

—Me oyes? — habla acariciando mi rostro suavemente.

—Si Akane, estoy atento.

—Estoy embarazada.

—De acuerdo — suspiro satisfecho cerrando mis ojos unos segundos cuando al instante soy consciente de lo que ha dicho y me incorporo.

—Akane…— mi voz tiembla al hablar, bajo mi vista para encontrarme con sus encantadores ojos mar de chocolate.

—Si Ranma, seremos papás.

La abrazo con fuerza contra mi pecho y desplazo mis labios hasta los suyos para fundirnos en un beso.

—P…pero cómo? — logro articular al separarnos.

—Es necesario que te explique cómo? — su tono ya no se oye para nada adormecido.

—No me refería a eso, se muy bien cómo, es decir… cómo supiste — termino algo nervioso.

—Al parecer no es normal tomar tantas siestas, bueno cuando una está embarazada sí, por lo que me acerqué al doctor el otro día y lo confirmé.

—A partir de ahora dormirás todas las horas que quieras, yo me encargaré de todo en el dojo y la casa — beso su frente y una gran sonrisa inunda mi rostro cuando nuestras miradas se encuentran — seremos papás, de un pequeñito o pequeñita, te amo Akane.

—También te amo Ranma — mi esposa suspira y percibo como su respiración se vuelve más lenta y profunda y sé con certeza que se ha quedado dormida pero esta vez ya tengo el conocimiento que lleva en su vientre a nuestro heredero durmiente.

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¡Hola! Creo que a ustedes también les gustó leer sobre ellos como pareja de recién casados tanto como a mí por eso mismo recurri varias veces a relatarlos en estas situaciones cotidianas :)

En otra historia nos enteramos de la llegada del tercer hijo de la pareja, pero se imaginan cómo fue la noticia de la llegada del primogénito? (bueno primogénita porque en esta línea temporal de shots su primer hija es Haruko), un momento muy dulce.

Hasta el próximo :)