Saintober 2022 - Día 19

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Prompt: Bosque

Pareja: Giste x Shura

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BOSQUE

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El Santuario

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La cabaña estaba ubicada en medio de los bosques ya que, las amazonas no solían habitar sitios tan a la vista de los demás, muchas de ellas preferían la protección de sitios más alejados y, casi, inaccesibles. Geist decidió no compartir la cabaña con otra persona puesto que, lo que más le agradaba, era su privacidad y espacio individual lejos de los ojos curiosos aunque, esa noche no deseaba quedarse sola en casa así que, sin perder tiempo, se atavió con sus ropas de entrenamiento saliendo de la cabaña.

La tarde estaba por caer así que, estaba segura, de que lo encontraría en su sitio de entrenamiento.

Sin perder tiempo se aventuró a otra parte lejana de la zona boscosa deseando encontrarlo en medio de los altos bosques y la soledad. Le era indispensable que ambos estuviesen solos ya que, caso contrario, no podría charlar con él como necesitaba hacerlo. Corrió por el sendero desierto por varios minutos hasta que, el camino, la llevó hasta una zona de entrenamiento desierta. Ella sabía que Shura se refugiaba en ese lugar cuando necesitaba estar a solas.

También sabía que el joven no tenía muchos amigos y que prefería la soledad a la convivencia forzada con sus colegas dorados.

A pesar de todo, a Geist le gustaba ese hombre, todo en él le parecía atractivo pese a su personalidad cortante y distante. No importaba que fuese tan arisco y distante de las demás personas, ella estaba segura de que podría ganarse su simpatía.

Lo encontró en dicho lugar, muy cercano a los bosques, sentado por un momento bajo los árboles, parecía estar inmerso en sus pensamientos sin prestar atención a nada a su alrededor. Sin embargo, un sonido proveniente de los árboles lo puso en alerta prestando toda su atención al enemigo o lo que pudiera aparecer detrás de él.

—Así que eres tu de nuevo, amazona —dijo en voz alta sin moverse de su lugar ni un poco—, pensé que ya te habrías aburrido de solo verme entrenar.

—Si, soy yo. He vuelto.

—Hace días que no te había visto por este lugar, ¿qué buscas?

—A ti. Quería charlar sobre algo —indicó lo mejor que pudo ya que su corazón latía con rapidez y mucho se alegraba de que él no pudiera ver lo sonrojada que estaba bajo su máscara.

Ya llevaba cierto tiempo observándolo durante los entrenamientos y combates en el coliseo. Todo comenzó cuando un caballero de plata retó al santo dorado a un enfrentamiento informal de rutina. El compañero estaba deseoso por medir fuerzas con el caballero dorado sin pensar en las consecuencias, fue así que Shura se presentó puntual en el coliseo, haciendo realmente poco, para callar la boca al prepotente mocoso de plata que había osado interrumpir sus actividades de ese día.

—Espero que, después de esto, hayas aprendido a no meterte con un caballero dorado —le dijo cortante con actitud prepotente retirándose de ahí.

Eso le gusto mucho a Geist, se había topado con sujetos como él en otras ocasiones, no obstante algo tenía Shura que lo volvía diferente deseando verlo en combate una segunda vez. Pasados unos días sin tener noticias de aquel hombre, fue que llegó hasta sus oídos la noticia de que Shura tendría otro enfrentamiento, esta vez contra uno de su mismo rango.

—Esta vez será contra el león Aioria —dijo uno de los asistentes sin quitar los ojos del coliseo.

Era la primera vez que Geist veía un combate como ese, bien había presenciado como Shura se enfrentaba a otros, pero jamás lo había visto combatir contra otro caballero dorado así que mantuvo la vista fija en los movimientos del caballero del décimo templo sin descuidarlo ni un minuto. Todo de él se quedó grabado en la memoria de la chica incrementando su interés no solo por verlo en combate sino en conocerlo también.

—Shura tiene fama de ser un sujeto pesado y de pocas pulgas —le decía Argol luego de aquel combate.

—¿Tu crees que es de esos a los que no les agrada que otros se acerquen?

—Por supuesto, es muy selectivo con la gente a su alrededor. No se necesita ser un genio, siendo honestos, solo míralo. En sus ojos se nota lo prepotente que es, destila superioridad. Vamos, no es un sujeto al que uno quisiera preguntar la hora siquiera.

—Creo que eres demasiado duro —dijo Geist riendo un poco a todo lo dicho por su mejor amigo.

—¿Ah sí? Si piensas que exagero, intenta hablar con él y verás como en dos segundos se dará la vuelta dejándote con la palabra en la boca.

Y eso era lo que Geist haría apenas tuviera oportunidad.

Le costó un poco, pero luego de varios días fue que la amazona descubrió donde entrenaba, aprovechando la oportunidad es que decidió quedarse un poco más y espiarlo. Aquel coliseo abandonado estaba ubicado en medio de los frondosos bosques que rodeaban el santuario, rodeado por un agradable silencio que era perfecto para sostener una charla privada sin los oídos curiosos de nadie. De hecho, a la joven le resultaba curiosa la afición de Shura por la privacidad y el silencio pues ella era aficionada a estar con sus amistades y rodeada de personas.

—Es increíble que pueda estar a solas por horas y horas sin hablar con otras personas —se decía apenas él terminó de entrenar sin reparar en que el santo dorado había notado su presencia.

—¿Qué haces aquí amazona? —la voz de Shura.

—Ahm, nada. Solo te miraba entrenar —respondió serena aproximándose lentamente.

—¿Y eso por qué? —preguntó el santo dorado sin entender— ¿estás tratando de copiar mis técnicas?

—Claro que no. Ni tus técnicas ni tus movimientos, solo me gusta observarte mientras entrenas. Te vi en combate en el coliseo contra mi compañero de plata y el león dorado, estuviste impresionante.

—Vaya, qué directa —respondió Shura extrañado—. Creo que nadie me había dicho que mis entrenamientos le resulten interesantes.

—Es porque no te habías topado conmigo —dijo Geist sin más—, siempre soy honesta y directa. No pretendo molestarte, solo quisiera verte entrenar, eso es todo.

—¿De verdad? —le resultaba algo complicado saber si ella mentía o no ya que llevaba puesta esa horrorosa máscara que usan todas las amazonas del Santuario, así mismo le resultaba difícil saber qué clase de persona era— ¿cuál es tu nombre?

—Soy Geist.

—Si, he oído de ti —respondió sin darle más importancia volviendo a sus actividades.

Fue así que Shura tuvo público los siguientes días y una temporada después. No charlaba mucho con ella solo le gustaba observarlo, por razones aún desconocidas que deseaba indagar esa tarde.

Sin embargo, la chica desapareció tan de repente como salió de la nada el primer día que la vio y no volvió a saber de ella en las siguientes semanas. Esa tarde Shura estaba en el mismo sitio sentado bajo un árbol esperando que algo interesante sucediera, hasta que ella apareció de pronto.

—Hace días que no te había visto por este lugar, ¿qué buscas? —preguntó algo molesto deseando saber donde se había metido su única espectadora a la que había tomado cierta simpatía.

—A ti. Quería charlar sobre algo —dijo ella de pronto tomando asiento a su lado.

—Adelante, soy todo oídos.

—Creo que me gustas —fue directa y al grano dejando a Shura sin saber qué hacer o cómo reaccionar ante tal revelación—. Imagino que es inesperado y no espero que digas nada al respecto.

Shura se mantuvo en silencio ya que no se imaginó que le diría algo así, no lo vio venir siendo honestos.

—Bueno… casi no nos conocemos —respondió honestamente—, solo apareces de la nada y me observas, pero jamás me has hablado sobre ti, solo sé tu nombre.

—Creo que hay tiempo de sobra para conocernos más, ¿no crees? No hay ninguna guerra a la vista y podríamos aprovechar y así saber un poco más el uno del otro.

—¿Por qué te atraigo? —Shura la observó fijamente por un momento y, aun debajo de esa odiosa máscara, sabía que le sería difícil responder algo así, de todos modos, se aventuró a preguntar esperando la respuesta.

—Ya te lo he dicho, me gusta verte entrenar.

—Lo sé, pero ¿qué más? Eso no es suficiente para llamar la atención de nadie.

—Como estás tan seguro —preguntó ella—, bien dices que no sabes casi nada sobre mi. Entonces, aún no sabes por qué me atraes. Pienso decírtelo, claro está, solo quiero que sea en el momento adecuado.

—Vaya, y… ¿ cuándo será eso?

—Cuando sea el momento oportuno, no debes ser impaciente.

—¿Cómo sé que dices la verdad? —inquirió con mucha desconfianza sin apartar la mirada de ella— ¿que esto no es más que un capricho o un arrebato?

—No imaginé que fueras tan desconfiado.

Se quedaron en silencio por un momento escuchando como el viento agitaba la copa de los árboles cercanos. Geist lo observó por debajo de su máscara mientras que Shura hacía lo propio buscando las respuestas en la barrera que lo separaba del rostro de la joven.

—No sé qué decir —Shura apartó la mirada meditando por un momento—, creo que necesito más tiempo.

—Siendo así, toma el tiempo que necesites.

Nuevamente lo desarmaba y, estando a punto de marcharse puesto que la charla le resultaba demasiado extraña, fue que ella se aproximó rápidamente sacándose la máscara. Lo siguiente que el caballero dorado vio fue el rostro de la joven a unos milímetros del suyo robándole un beso.

Un prolongado beso que terminó por desarmarlo por completo.

—Esto…

Ella se colocó la máscara de nuevo poniéndose de pie quedándose un momento delante de él.

—Vendré mañana a verte entrenar, ¿de acuerdo?

—Pero, ¿solo me besaste y nada más? —inquirió casi decepcionado.

—Si, ¿no crees que es suficiente por esta tarde?

—No lo sé… yo… —respondió turbado y sorprendido.

—No pensarás que iba a dormir contigo ahora mismo. Tendrás que esperar para que eso suceda —indicó divertida esperando su reacción.

—Bueno si, pero todo esto es inesperado. Me tomaste por sorpresa completamente. Entonces, ¿vendrás mañana?

—Aquí estaré.

Shura la vio alejarse por el camino mientras que él hacía lo propio tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir dibujando una sonrisa en sus labios.

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FIN