Saintober 2022 - Día 20

.

Prompt: Sol

Personajes: Argol, Asterión, Dio y Misty.

.

SOL

.

Puerto Escondido, México

.

Las playas de Puerto Escondido recibieron a cuatro amigos que decidieron dejar Grecia para gozar de unas merecidas vacaciones. Dio había cotizado el viaje hasta Cancún ya que deseaba conocer lugares como la Riviera Maya o la isla de Cozumel, sin embargo el presupuesto no daba para tanto teniendo que buscar un sitio menos costoso.

—Este lugar es magnífico —Misty estaba encantado por la casa rentada cuya vista al mar lo volvía un sitio perfecto para pasar unos días—. Muero por bajar a la playa así que ¿podrían darse prisa en desempacar? —exigió molesto a los otros tres que estaban dentro de la casa

—Tranquilo, amigo. La arena y el mar no se moverán de su sitio —Argol salió a la terraza vistiendo su ropa de playa también listo para la diversión observando al impaciente Misty tomar asiento.

—Lo sé, solo estoy ansioso por estirar las piernas luego de quince horas de vuelo y Dio prometió que este lugar está lleno de diversión.

—Lo está —Dio apareció un momento también listo para salir en cualquier momento observando a sus dos amigos colocándose un par de gafas oscuras—, este sitio les encantará.

—Y bien, ¿qué esperamos? —Asterión se veía mucho más animado que sus colegas exigiendo que salieran de la casa ahora mismo— Vamos amigos, las playas mexicanas nos esperan.

La casa rentaba estaba a muy pocos pasos de Playa Zicatela, la cual estaba llena, no obstante había restaurantes y hoteles lujosos en el alrededor. El sitio al que llegaron se encontraba retirado de la playa principal localizada en el centro de la ciudad. Dio prefirió mantenerlos lejos del ajetreo de la playa pública pues el exceso de personas y los molestos vendedores no los dejarían gozar del tiempo en paz.

Qué mejor que las playas ubicadas más al sur de la ciudad.

Los cuatro llegaron a la playa cargados de todo lo necesario para pasarlo bien el resto del día acomodando sus sombrillas, toallas, bebidas y demás a pocos pasos del hermoso mar delante de ellos. Así mismo, el potente sol brillaba sobre sus cabezas sintiéndose sumamente fuerte.

—¡Y bien, que esperan!

Ni tardos ni perezosos corrieron hasta el mar nadando durante un largo rato bajo los rayos del sol.

—Creo que deberías usar bloqueador solar, amigo —Asterion le entregó la botella con filtro de 50 a su buen colega quien lo observó con detenimiento—. Creo que no le hará bien a tu piel el sol que hace.

—Tienes razon en eso, aunque no quisiera que mi piel se bronceara. Me gusta mi tono natural de piel —repuso Misty secándose el cabello mientras tomaba asiento bajo una palapa—. Por lo visto Argol y Dio no tienen problemas con el sol —señaló a ambos hombres quienes estaban sumamente cómodos en los camastros a su lado.

—Estamos acostumbrados a los rayos del sol —respondió Argol bajando sus gafas oscuras a la altura de su nariz buscando el tarro con cerveza preparado que estaba a su lado—, de hecho este clima no es nada.

—En eso tienes razón —indicó Dio—, este sol está muy agradable. En la zona donde vivía el calor y el clima alcanzaban una temperatura de casi 40 grados. Pero ustedes no estan acostumbrados, amigos. Sugiero que uses el bloqueador solar.

—Si, o terminarás rojo como un camarón —finalizó Argol.

Misty no hizo mucho caso a los consejos dados de buena fé indicando que lo usaría más adelante. Tras descansar un poco más, tanto él como Asterión se dirigieron al mar nuevamente. Ese primer día en la playa le parecía magnífico esperando los siguientes ya que estaba deseoso de recorrer todas las playas de la ciudad.

—Dice Dio que mañana iremos a una playa nudista —comentó Asterión algo preocupado—, no me agrada mucho la idea, siendo honestos.

—¿De verdad? Yo muero por poner un pie ahí. Prefiero nadar sin ninguna molesta prenda de por medio, pero entiendo que para ti es incómodo. Creo que no estás acostumbrado a eso.

—Tienes razón —en ese momento, Asterión noto que un par de hombres algo mayores los observaba con interés a unos cuantos metros de ahí—. Esos hombres nos están mirando —indicó algo preocupado.

—Ya los vi —respondió Misty— y vienen hacia acá.

Los dos hombres se aproximaron a ellos con intenciones de sostener una charla casual con ambos jóvenes quienes los miraron sorprendidos. En realidad, Asterión buscaba el modo de zafarse mientras que Misty estaba realmente complacido por los halagos que le dedicaban y la buena disposición de ambos sujetos. Estaba claro que esos dos buscaban algo más que una simple charla casual.

—Es la primera vez que los vemos por aquí —comentó uno acercándose a Misty lentamente.

El danés se giró sobre sí mismo deseoso por que sus otros dos amigos estuvieran pendientes de eso y fueran en su rescate, si esos dos sujetos veían que eran cuatro, quizás, se marcharan de ahí. Asterion observó a los otros dos y, efectivamente, Argol y Dio estaban pendientes de Misty. Sabían que su amigo francés se derretía ante los halagos, los hombres de cuerpos torneados y las invitaciones.

—Somos turistas, es la primera vez que visitamos esta playa —Misty decidió charlar con uno de ellos, el que le pareció el más agradable— ¿Y que me dices de Ustedes?

Argol no quitaba la vista de aquella escena.

—¿Crees que estarán bien?

—Esos dos parecen un par de sugar daddys en cacería, deberíamos acercarnos para ahuyentarlos —respondió Dio mientras ambos se ponían de pie.

Asterion se sintió menos tenso al ver que sus dos amigos se aproximaban a ellos, cosa que los dos hombres mayores aprovecharon para extenderles una invitación a una "fiesta" en su casa de playa.

—Es esta noche, vengan y lo pasarán muy bien.

—Gracias por la invitación —respondió Misty cortésmente—, es seguro que vayamos. Nos veremos más tarde.

Apenas los dos sujetos se retiraron de ahí Misty recibió una ola de reprimendas de sus tres colegas.

—Amigo, no podemos aceptar ese tipo de invitaciones así nada más —indicó Argol algo molesto—, no conocemos a esos sujetos. Que tal que tienen malas intenciones.

—Si, de ninguna forma iremos a esa fiesta —intervino Asterion.

—Hay que ser más desconfiados.

—Oh vamos chicos, no soy tan ingenuo. Sé que esos dos no estaban invitándonos a una simple fiesta. Solo quería sacar provecho a la situación, no tiene nada de malo.

Los cuatro regresaron a las palapas que ocupaban pasando el resto de la tarde en la playa hasta que cayó el sol. Fue entonces que Misty recordó la botellita de bloqueador solar siendo ya demasiado tarde pues, para esos momentos, la piel le ardía intensamente notando delante del espejo que sus hombros, brazos y espalda estaban rojos como tomate.

—¡Esto es horrible! —se decía triste— ¡No podré lucir mi cuerpo mañana en la playa nudista! No puedo salir así en público —añadió al borde del llanto.

—Calma amigo —Dio sacó de su maleta varios productos incluyendo una botella azul con una crema corporal sumamente espesa y grasosa además de un poco de talco y otra botella con aloe vera—, te aplicaré los remedios de la abuela y quedarás como nuevo.

—Si, gracias.

Al día siguiente Misty se sentía mucho mejor pero ahora lucía un tono de piel bronceado y algo café ocasionándole mucha tristeza por lo que, a petición suya, fue que la visita a la playa nudista de Zipolite, quedaría reprogramada para después ya que el joven no deseaba salir así. Los cuatro aprovecharon el tiempo para conocer la ciudad, los mercados de artesanías así como agendaron un recorrido para ver a las ballenas.

—Qué les parece si vamos a cenar y a bailar al restaurante que está justo frente a esta casa —propuso Asterión secundado por todos los demás.

—Si, por favor —respondió Argol sumamente alegre—. Tengo muchas ganas de bailar toda la noche.

—Está bien —dijo Misty alegrandose un poco—, también tengo deseos de bailar.

—Bien, pues que esperamos.

Así los cuatro bajaron al restaurante en cuestión encontrando una mesa disponible y un gran ambiente en el interior pues, al estar prácticamente en la playa, podían sacarse los zapatos sintiendo la arena fresca en sus pies.

Aunque las sorpresas no acabaron ahí ya que, tal y como sucediera más temprano, uno de los dos sujetos mayores que abordaron a Misty en la playa, estaba ahí incordiando al chico nuevamente para molestia de los otros tres quienes le lanzaron miradas perforantes que indicaban que se alejara de su amigo.

—Misty no aprende —decía Asterion bebiendo un poco de su vaso colorido lleno de fruta y una sombrilla de papel—, debería ser más desconfiado.

—Quien diría que hay tantos viejos verdes en tu país, amigo —dijo Argol casi irónico al oído de Dio quien solo lanzó una risita.

—Los hay en todas partes, pero esta es la primera vez que reparas en ello.

Un momento después, Misty volvió tomando asiento delante de ellos.

—Bien pues, he conseguido que el sujeto con el que hablaba nos invite la cena —anunció encantado.

—¿A cambio de qué, amigo? —preguntó Argol observando a su amigo fijamente.

—A cambio de nada Argol, apenas pague la cena nos largamos de aquí. Ni de broma me iría a la cama con un sujeto como ese —finalizó arrugando el rostro en señal de asco.

Y así terminaba el primer día en la playa de Zicatela. Los cuatro lo pasaron muy bien y, a pesar de todo, la cena estuvo grandiosa junto con la velada acompañada por música y baile.

.

FIN