Saintober 2022 - Día 21

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Prompt: Luna

Personajes: Deathmask

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LUNA

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En alguna ciudad de Italia

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Deathmask tenía una cita esa bonita noche de luna llena, el joven no pudo evitar observar la enorme perla blanca sobre su cabeza cuando salio al patio trasero un momento a fumar un cigarrillo. Dio una profunda bocanada pensando en todos los planes para esa prometedora noche dibujando una sonrisa traviesa en sus labios.

—Debo darme prisa —se dijo lanzando una última bocanada apagando el cigarro y arrojándolo al basurero más cercano.

Antes de dirigirse al baño del primer piso, encendio el televisor observando las noticias por un momento. El noticiero de la noche dedicaba un espacio exclusivo a lo ocurrido en una zona comercial importante de una de las ciudades vecinas, se mencionaba que hubo una balacera dentro de uno de los más importantes restaurantes del complejo dejando un saldo de varios muertos. Aparentemente, la balacera fue a raíz de una disputa entre dos grupos de mafiosos.

Uno de ellos era el grupo dominante en la ciudad afectada y otro era un grupo basado en otra ciudad cercana. Deathmask observó los rostros de ambos sujetos con detalle esbozando una expresion de sorpresa, las cosas que sucedían esos días le hacían considerar dos veces el salir esa noche, pero le estaban esperando así que no podía retrasarse.

Sin más dejo el televisor encendido dirigiéndose al cuarto de baño.

Se atavio con un traje color negro de dos piezas, una camisa roja y una corbata oscura complementando su atuendo con una fragancia que le obsequiaron hacía poco tiempo, a su cita le agradaba el aroma de esa locion y la usaría justo para esa persona. Tras comprobar que su aspecto era el mejor, revisó la hora en su reloj de pulsera comprobando que aún iba con buen tiempo.

Regreso a la sala de estar dedicando otros minutos más al noticiero observando por última vez el rostro de ambos mafiosos cuya gente inició la balacera en el restaurante del centro comercial. Era el rostro de un hombre joven, quizás en sus veintes siendo ya la cabeza del mencionado grupo delictivo y que ya había sido titular de los diarios desde hacía cosa de un año más o menos.

Tras apagar el televisor fue que buscó el ramo de flores que llevaría, a su cita le agradaban esas flores así que, aprovechó el camino a casa, para hacer una escala rápida en la florería recogiendo el encargo. Deathmask había solicitado ese ramo por anticipado colocándolo con cuidado en el asiento trasero del auto.

—Esas son las mejores flores que vendemos. No encontrará otras iguales en ningún otro sitio de la región —decía el dependiente muy orgulloso de la selección hecha por el cliente.

—Me alegra saber eso, ordenaré otro ramo más adelante —respondió el joven alegre pagando por el encargo.

Antes de salir de casa esa noche, Deathmask hizo una llamada por teléfono dejándole saber a su cita que estaba en camino y que lo esperara en la puerta principal de su casa, él pasaría llevando su automovil negro como siempre para dirigirse a su destino ese fin de semana.

—Estaré contigo en cosa de una hora más o menos —confirmo Deathmask tomando el ramo de flores que estaba en la mesa del comedor así como su backpack que también estaba por ahí.

Antes de llegar a su destino debía recoger unos chocolates que también mandó pedir con anticipación a una de las dulcerías de un prestigioso centro comercial. Así que, sin perder tiempo, dejó el ramo de flores en el asiento del copiloto y el backpack en el portaequipaje, no volvería a casa hasta el domingo por la noche así que debía llevar cambios de ropa.

—Bien, creo que no olvido nada —desvió la mirada por un momento hacía la brillante luna que lo acompañaría durante el camino antes de entrar en el vehículo encendiendo la radio buscando algo que escuchar durante el trayecto.

Se puso en marcha segundos después yendo por el camino hasta la avenida más cercana, debía dirigirse a uno de los restaurantes de la zona turística ya que debía llegar ahí puntual tal y como estaba programado. Decidió no fumar durante el trayecto a fin de que el aroma de su loción no se perdiera en medio del humo del tabaco, así mismo tampoco bajó las ventanillas del automóvil. Al observar la hora en el reloj del vehículo supo que necesitaba acelerar.

La zona turística se divisaba más adelante con sus restaurantes costosos e iluminación potente, así como amenidades que invitaban a cualquier persona a pasar por ahí y quedarse horas y horas gozando de la música y excelente ambiente ya fuese en pareja o en grupo.

Deathmask llegó al sitio en cuestión un momento más tarde estacionando su vehículo hasta el final de una larga fila de autos que estaban a lo largo de la concurrida calle. Tras sacar algo del portaequipaje emprendió el camino hasta la chocolatería a la que debía acudir a recoger su encargo pues no deseaba llegar a su cita con solo un ramo de flores.

El edificio de la chocolatería estaba justo a un lado de otro repleto de oficinas las cuales a esa hora estaban cerradas. Deathmask revisó su reloj de pulsera alzando la mirada un segundo después notando como la brillante luna llena le seguía los pasos, la emperatriz de la noche sería su cómplice en sus siguientes pasos. Pocos pasos antes de su destino, fue que entró por un espacio desierto entre ambos edificios buscando la escalera de emergencia yendo hacia el segundo piso el cual había estudiado a detalle antes de trasladarse hacia allá.

Su escondite sería un cobertizo en la azotea de ese edificio desde el cual tenía la mejor visión, la mejor vista hacia el costoso restaurante ubicado en la calle de enfrente donde debía esperar a que su "cita" llegara puntual.

Su objetivo de esa noche era, precisamente, el joven mafioso cuyo rostro apareció en los noticieros de la tarde.

La cabeza de un bando mafioso que le bloqueaba ciertas actividades al bando al que Deathmask pertenecía no quedando más que eliminarlo del camino. El asesino a sueldo había estudiado el estilo de vida, rutina y actividades del chico mafioso desde hacia semanas, lo conocía a detalle cuidado cada paso que daría esa noche observando desde las alturas de ese tercer piso como el automóvil del jovencito llegaba a la hora esperada.

—Vamos, date prisa —murmuraba impaciente observando todo desde la mira de su arma silenciosa de largo alcance, tomando todas las precauciones para que sus ropas no se ensuciaran ni de polvo ni de pólvora—, me esperan en otro sitio y no quiero llegar tarde.

El mafioso llego acompañado por dos bonitas chicas y un grupo de guardaespaldas armados los cuales ingresaron al establecimiento yendo al segundo piso para ocupar la mesa de siempre. Esa era la ventaja de las personas rutinarias, se decía Deathmask sin perder la paciencia en ningún momento manteniendo su postura.

Finalmente, el objetivo quedó justo delante de él dándole la espalda a la ventana abierta. Tal y como Deathmask deseaba, tras esperar un momento más fue que apretó el gatillo de su rifle del cual voló una bala diminuta desde el cañón del arma hasta atravesar la cabeza del chico mafioso el cual, en cosa de instantes, se fue de bruces contra la mesa haciendo que sus acompañantes comenzaran a gritar y los guardaespaldas a buscar frenéticos quien era el culpable.

Para esos momentos, Deathmask ya estaba nuevamente en la planta baja caminando despacio hacia la chocolatería a la cual entró como si nada cerrando el backpack que llevaba consigo dejándolo en el suelo, era afortunado por tener asignado rifle desmontable que pasaba desapercibido.

—Buenas noches —el dependiente salió al mostrador mientras el joven le entregaba un número de pedido y el pago por el paquete—, es una de las selecciones más finas traídas desde Bélgica, seguro le encantarán.

—Gracias, era justo lo que quería.

Tras pagar, salió del local yendo sin prisas rumbo al teléfono público que estaba al final de la calle para reportar la correcta ejecución del trabajo. Luego de eso, se dirigió a su automóvil escuchando la sirena de la policía en la cercanía. Aquello no le importaba ni le causaba sentimiento alguno, actuar con normalidad en una situación como esa era algo que se le daba bien así que, al llegar al auto, guardó el back pack cerrando el portaequipaje y, antes de subir al auto, reviso que su atuendo aun estuviera impecable subiendo al automóvil observando el ramo de flores y la caja de chocolates.

Ya tenía el obsequio consigo esperando a que a su cita real le agradara. Observó en su reloj de pulsera que iba con buen tiempo así que se puso en marcha justo detrás de otras personas que también se alejaban de la zona por razones varias.

Deathmask tenía una cita esa bonita noche de luna llena y no quería llegar tarde así que, tras observar a su redonda y brillante cómplice en los cielos, aceleró sin mirar atrás.

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FIN