CAPÍTULO VI
UN SECRETO
A pesar de que la soledad era algo cotidiano en ese lugar y aún sabiendo que no había nadie merodeando que pudiera poner al descubierto sus clandestinos encuentros, pacientemente la futura soberana de Urano esperaba a que la oscuridad de la noche dominara el ambiente.
Por su parte y caminando por entre los preciosos jardines que rodeaban su nacarado castillo, la princesa de Neptuno levanto la mirada hacia el cielo, observando que desde las lejanías las estrellas habían acudido para hacerle compañía.
Fue así que a penas la noche llego, oculta entre las sombras que aquellos altos muros le ofrecían, la rubia princesa de Urano la observaba en silencio, admirando a cada paso su belleza.
"Es tan hermosa", pensó al verla inclinando la cabeza ante las cristalinas aguas.
La aguamarina, dejando de fingir que no se había percatado de su presencia, dibujo una sonrisa en sus labios y entonces elevo su dulce voz; "¿Por qué te ocultas?... ¿Por qué me espías?"
Sabiendo que no podría continuar con su juego, la alta dama por fin emergió, quedándose a prudente distancia de ella; "¿Mi presencia es demasiado obvia?"
La Neptuniana se acomodo los cabellos que tiernamente y a causa del viento habían caído por su fresco rostro; "Aún y desde la lejana distancia puedo sentir que me observas"
"¿Te incomoda?"
La princesa negó con la cabeza y entonces en su espejo contemplo la azulada mirada de la princesa del viento; "Para nada, ahora sé que no estoy sola. Pero por favor ven, con aspirar tu aroma del aire no me basta. Acércate aún más para que pueda verte con claridad", pidió hablándole a la negra silueta.
La mujer obedeció y caminando hacia ella, se detuvo ante un frondoso árbol; "¿Así esta mejor?", haciendo una corta reverencia, le hablo.
"Es mil veces mejor. Sabes que no me gusta que te ocultes. Sabes que siempre estoy dispuesta a hablar. Ahora por favor vamos a caminar", con un ligero ademan le indico el arenoso camino.
La rubia Uraniana asintió siguiendo sus menudos pasos; "¡Qué maravillosa noche!"
"¿En algo son diferentes a las de Urano?, ¿Son más hermosas?"
La joven asintió; "Si, son diferentes. Y debo reconocer que estas son mucho más interesantes y bellas", contemplando como ese precioso cabello se movía ante el toque de su elemento, suspiro.
"¿En qué lo son?", con las mejillas totalmente encendidas, la protectora de Neptuno cuestiono.
"En que para nada son tan oscuras. Aquí hay mucha luz y sobre todo una inmensa paz", replico la futura soberana guardando para si misma lo que pensaba sobre ellas, y es que la verdadera diferencia radicaba en que ahí no tenía su agradable compañía.
"Puedo imaginarlo"
"Me gusta el aroma salado que del ambiente se puede aspirar"
"Me pasa lo mismo, sin embargo debo decir que desde hace tiempo su aroma ha cambiado y mucho. ¿No lo percibes?", pregunto observando los carnosos labios de su compañera.
"Quizás, aunque supongo que es la costumbre", replico sonriéndole, y es que el viento estaba impregnado con su propio perfume.
La exquisita forma en la que sus labios se arquearon, puso aún más nerviosa a la hermosa aguamarina; "No, no es tu imaginación ni tampoco es la costumbre. Es algo más", dijo y entonces dirigió la mirada hacia el cielo.
"¿Cómo serán los anocheceres en ese lugar?", pregunto Urano refiriéndose a la hermosa Luna.
"Supongo que deben ser muy hermosos, pero no hay comparación con estos", contestó dirigiéndole una gentil mirada. "Hay algo que no me has dicho… ¿Qué opinas de la joven Princesa?. Es decir, cada vez que hablas de ella, puedo percibir un algo que me ocultas"
Ante su pregunta la rubia princesa asintió; "Pienso que es muy bonita, mas no hermosa"
"¿Qué no se supone que es lo mismo?", pregunto Neptuno mientras se acomodaba el cabello que el perfumado viento había vuelto a despeinarle.
"Para nada, lo bonito y lo hermoso son conceptos nada parecidos", expreso la otra.
Cubriéndose los labios, la aguamarina no pudo evitar reír un poco; "No te entiendo"
"Todo depende de los ojos que la ven. Por ejemplo, dime tú, ¿Qué piensas de ella?"
"Que es hermosa"
"¿Lo ves?, tenemos ideas diferentes"
"Ya entiendo… pero ¿Sabias qué esta enamorada?"
"¿Si?, ¿De quien?", sobresaltada Urano preguntó y luego desvió la mirada, como fingiendo que no le importaba.
"Así es, de un joven príncipe. Los he visto en mi espejo. Son muy felices", dijo esperando que su reflejo apareciera ante ellas.
"No, no lo sabía", molesta la rubia murmuro y luego con fuerza apretó su puño.
Ante esa extraña actitud, Neptuno fijo su marino mirar en ella "¿Es algo qué te moleste?"
"No, por supuesto que no, ¿Por qué habría de hacerlo?", sentándose sobre el arenoso suelo, extendió su mano para que la joven se le uniera.
"Pues me parece todo lo contrario", tomándola, la mujer se sentó a su lado.
Era cierto, a través de los años la Uraniana había desarrollado cierto cariño hacía la selenita, y fue que sabiéndose casi descubierta, fingió esa sonrisa; "Supongo que amar y ser correspondido debe ser algo maravilloso, ¿No?", contesto observando hacia las olas en calma.
"¿Me creerías si te digo que lo es?", la aguamarina cuestiono tomándole por el hombro para que se volviera y la contemplara solo a ella.
Ante sus palabras la rubia princesa de Urano rió un poco y negó con la cabeza; "¿En medio de esta soledad te has enamorado?"
La joven asintió satisfecha mirando hacia las nubes que por sobre su cabeza comenzaban a amontonarse; "Así es y aunque te cuente creerlo. En medio se está soledad y este silencio, amo a alguien"
"Eso es un imposible"
"No, no lo es"
"Entonces dime, ¿De quien lo has hecho?, porque para que sea posible siento que debes conocer a la otra persona", la rubia exclamo.
Ante sus palabras y su actitud, la aguamarina se reincorporo y frunciendo el entrecejo, molesta alzo la voz; "¿Piensas que soy una tonta?, ¿Piensas que no conozco lo suficiente a esa persona como para decir que la amo?"
"Siento que has mal interpretado mis palabras", en su defensa la protectora de Urano exclamó.
"¿Piensas que es imposible amar a una persona siendo que tú misma quieres a nuestra princesa?", aún molesta se dirigió a ella.
Urano frunció el entrecejo al mismo tiempo que se reincorporaba; "Yo jamas dije que la amara"
"No hace falta que lo hayas hecho, basta tu actitud para hacérmelo saber"
Comprendiendo que fingir no le serviría de nada, la rubia bajo la cabeza; "Entonces mas vale que lo admita, ¿verdad?, porque solo de esa forma podría entender lo que sientes, ¿no es así?"
"Nada ganas ni nada pierdes con admitirlo. Y yo... nada gano, pero si pierdo mucho con saberlo", murmuro como esperando que ella no escuchara lo doloroso que sus propias palabras le resultaban. "Todo esto me lo merezco por ingenua que soy, por pensar algo que no puede ser", dijo conteniendo su llanto.
La princesa Uraniana negó con la cabeza y con la misma sonrisa, coloco su mano sobre el hombro de la pequeña mujer; "¿Qué pensaste?, ¿Por qué dices que eres una ingenua?"
"Ignorame. Sin embargo considero que ya es hora de que aceptemos que ésta soledad a la que estamos condenadas, se debe a algo. No debería sentir esto", contesto y entonces comenzó a alejarse.
A prudente distancia, la rubia seguía sus pasos. "Espera, ¿Qué sucede?"
Enfadada, la princesa se volvió hacia ella y entonces alzo la voz; "Vete, ¿Qué no entendiste que no quiero volver a verte?"
Urano negó con la cabeza; "¿Por qué estas molesta?... ¿Por qué me echas de tu hogar?... ¿Por qué dices que eres una tonta?"
"¿Y aún lo preguntas?... te burlaste de mi. ¿No te basta para contestar tus dudas?"
"Yo no me burle de ti. Fuiste tú quien mal interpreto lo que dije"
La mujer detuvo su avance; "Pues aunque te parezca tonto y ridículo, ¿Por qué te es tan difícil aceptar mis sentimientos?"
"Entonces dime, ¿Quién es esa persona?"
"Te reirás si te lo confieso", sabiendo que sería un error decírselo, en sus labios selló su secreto.
"Entonces me sincerare contigo. Si, quiero a nuestra princesa, sin embargo mis sentimientos distan de ser tan profundos como los tuyos, y me doy cuenta de ello por como defiendes tu amor"
Esas palabras trajeron consigo cierta paz al corazón de la bella Neptuniana; "¿Lo ves?, en medio de esta soledad y desde la distancia se puede amar"
"Si, se puede querer. Porque para amar hay que conocer que piensa el otro", con gentileza le acaricio las mejillas.
Ante el roce de sus suaves y perfumadas manos, la aguamarina se estremeció. "Urano, será mejor que regreses a tus dominios. Lamento mucho haberte distraído con mis cosas"
"Te he confesado mi secreto. Ahora es momento de que me digas ¿A quien quieres?"
"No, no puedo decírtelo", expreso mordiéndose los labios para no gritarlo.
Urano sonrió y en ese punto acerco su rostro al de la mujer, como buscando en sus ojos la respuesta; "Tu solo silencio me lo ha dicho. Se trata de ese príncipe al que nuestra princesa ama, ¿Verdad?. Es por eso tienes miedo a admitirlo ¿No es así?"
Herida a causa de esa maldita torpeza, la princesa de Neptuno frunció el entrecejo; "Urano, será mejor que te vayas y no vuelvas. Con nuestra presencia solo nos estamos haciendo daño"
"Tienes razón. Disculpa mi impertinencia. Juro que no volveré a molestarte"
(Castillo Miranda)
Pensativa a causa de la actitud que la Neptuniana había tenido hacia ella, la rubia Uraniana pasaba sus horas sumida en un amargo desvelo.
"Ha sido estúpido de mi parte el haberme entrometido en algo que no era de mi incumbencia. Ahora y a causa de mi torpeza nos he condenado a esta mutua soledad"
Fue entonces que cerrando los ojos y recordando el tierno roce de sus manos, su nerviosa sonrisa y sus sonrosadas mejillas al hablarle, que aquella idea asalto su cabeza; "¿Será posible?", agitada se reincorporó de su cama. "No, no puede ser"
Así pues y con esa duda sembrada en su pecho, en medio de las sombras que envolvían los pasillos, se abrió paso y llegando hasta el océano, dejo que sus olas la engulleran y la llevarán a dónde la aguamarina estaba. Y es que necesitaba saber que misterio se guardaba en el corazón de aquella preciosa mujer.
Notas de autor;
Neptuno bien obvia y Urano que no entiende tanta indirecta.
En el anime no hubo mucha interacción por parte de nuestra pareja favorita, así que aquí esta el capitulo de hoy con recuerdos de esa vida pasada.
Kaiohmaru; Me satisface el haber alegrado en algo tu viernes.
Michelle; Gracias por seguirme.
Isavellcota; Ay si, que nos regresen a esa Haruka coqueta :(
Kyoky; :O, no fije que no te respondí, perdón :(. En esta versión de cristal si me hubiera gustado que nos mostraran como es que se reencontraron, no nos queda de otra que imaginar como fue.
