CAPÍTULO XCIX
HACIA UN NUEVO FUTURO
(Sussex)
Habiendo concluido sus pendientes, hacía la media tarde el rubio abandono su oficina, indicándole al cochero que lo llevara a la residencia que hacía ya tantos años Katherine les había designado como su nuevo hogar.
Fue así que luego de un corto trayecto arribó he ingresando en el amplio recibidor, contempló a su amada de pie ante las flores que esa mañana había recibido.
"¿Te gustan?", pregunto él mientras dirigía sus pasos hacia ella.
"Y mucho, mi amor. Gracias", contesto contenta y luego le echo los brazos al cuello.
Envolviéndola en un amoroso abrazo, Haruka la beso en los labios. "Me alegra. ¿Sabes?, ya casi he concluido esa negociación. En cuanto todo este en orden, partiremos rumbo a Japon"
"Siempre es bueno regresar, así que será mejor que me vaya dando prisa con el equipaje"
"Y Harumi, ¿Dónde esta?", extrañado porque no había acudido a saludarlo como era su costumbre, Tenou cuestiono.
"Ocupada", fue la corta respuesta que la mujer ofreció.
"¿En qué?, frunciendo el entrecejo, fue la pregunta que siguió.
Ante la mueca que se había dibujado en su rostro, Michiru rió un poco; "Lo sabes, mi amor", dijo mientras señalaba con su dedo.
"No me digas que..."
"Así es", contesto su esposa asintiendo.
El rubio resoplo y dirigiendo sus pasos de forma que no llamara la atención, comenzó a recorrer aquel pasillo hasta que encontrándose de pie ante la puerta de la cocina, la abrió de golpe como queriendo sorprender a quien se encontraba ahí.
"Se cuidadoso, estas tirando toda la mezcla", riendo Harumi señalo.
"Buenas tardes", saludo el rubio mientras que con paso firme ingresaba.
"Buenas tardes, señor", correspondieron las personas del servicio.
Ante su presencia, Harumi se volvió para con él y luego beso su mejilla; "Hola, papá"
"Buenas tardes, señor", dijo el ruborizado chiquillo de cabellos castaños, quien le hacía compañía a su hija.
"¿Qué hacen?", pregunto como fingiendo no saberlo.
"Panecillos, señor. Harumi, perdón, su hija me enseñaba a cocinarlos", titubeante contesto. Así que esperando agradarle al padre de la joven que amaba, le ofreció uno; "Por favor pruebelos y dígame si lo hice bien"
Tomándolo, desconfiado y sin quitarle la mirada de encima, Haruka lo llevo a sus labios y dándole un mordisco, asintió; "Les hace falta un poco de chocolate, pero para ser la primera vez que cocina, esta bien"
"Papá, ¿Recuerdas el primer pastel que me dejaste decorar?"
"Como olvidarlo, lo hiciste para el cumpleaños de tu madre", orgulloso reconoció.
"Preparamos una sorpresa para ella. Qué bonito día, ¿Verdad?", recordando la celebración, la rubia suspiro.
"Lo fue"
"Papá, ¿Verdad qué no te molesta que le haya pedido a Robert que se quede a comer con nosotros?"
"Por supuesto que no. Con su permiso", el rubio contesto y luego abandono la cocina.
Quedándose a solas, Robert exhalo; "Por lo que veo no le agradado al señor Tenou, ¿Verdad?", preocupado se dirigió para con la chiquilla.
"Por supuesto que le agradas. Pasa que papá es un tanto desconfiado", riendo un poco la joven respondió.
Por su parte Michiru se unió a su esposo y entrelazando su brazo con el suyo, reanudaron su conversación.
"¿Y bien?"
"Estaban cocinando panecillos"
"Él es un buen muchacho, de buena familia y aunque no lo diga, esta interesado en tu hija"
"Y por lo que veo ella no le es indiferente"
"Así es. Sin que nos hayamos dado cuenta se ha convertido en una mujer... Ahora dime, ¿Estas celoso?", pregunto la aguamarina con tono divertido.
"Por supuesto que no, Michi", pensativo replico.
"¿Entonces?, ¿No confías en tu hija?"
"Confió en ella, pero no en ese pollo. Ahora debo reconocer que por fin entiendo a la señora Matsuko", contesto recordando la actitud que la anciana solía tener para con él, luego en sus labios dibujo una sonrisa.
(Rusia)
Y así como el tiempo transcurrió con total naturalidad para los Tenou, del mismo modo sucedió con los Nikoláyevich.
Fue así que orgulloso de su hijo Matvey, Fiódor Nikoláyevich, el regordete marinero que en las calles de Tokio había conocido a Haruka, lo observaba recordando en su valiente imagen a él mismo.
"Te vas", expresó limpiándose el llanto.
"No estés triste, padre. Qué a donde vaya los llevo muy presentes"
"No estoy triste, es solo que el tiempo se me ha escapado", dijo y luego acaricio el negro uniforme de su hijo; "Aún recuerdo la primera vez que me embarque. Tenía tu misma edad"
"Hijo, sabes que la vida de un marinero no es fácil. Encontraras muchos peligros", Olya, su madre, le recordó.
"Lo sé, madre. Pero te prometo que pese a todo no olvidare escribir"
"Hermano, por favor tampoco olvides lo que padre nos dijo", su hermana una vez más se lo pidió.
"Hermana, el nombre de Haruka es algo que nunca olvidare, papá nos ha hablado hablado tanto él, que desde hace mucho tiempo y sin conocerlo lo quiero como si fuera nuestro hermano mayor", contesto sabiendo de esa amistad que a lo largo el tiempo y pese a la distancia, su padre había logrado mantener con ese joven, a quien amaba como si se tratara de su hijo.
"Ahora vive en Sussex, si pasas por ahí no olvides saludarlo"
"Lo haré, padre"
En ese momento un oficial a fuertes gritos llamo a los jóvenes reclutas a embarcar.
"Es hora, tengo que irme", expreso Matvey y luego beso las mejillas de sus padres y hermanos.
"Adiós"
"No olvides escribir"
"No lo haré", contesto el chiquillo y sin ver atrás para no retractarse de su decisión, abordo el navío.
"Mi abuelo, mi padre, yo y ahora mi hijo sigue el mismo camino. Y sin duda en un futuro mis nietos y luego sus hijos lo harán. Ahora espero que a donde Matvey vaya, encuentre gente buena", expreso el hombre sin saber que algún días sus palabras se cumplirían.
(En algún lugar de Japón)
Habiendo cumplido lo que siendo un niño se había propuesto, es que a través de la ventanilla del carruaje el pelinegro Aino contemplaba la arboleda que rodeaba aquel hermoso camino.
"Estamos por llegar", anuncio el cochero.
"De acuerdo", contesto mientras que de nueva cuenta se perdía en la imagen de aquellos hermosos paisajes.
Fue entonces que por fin y en lo alto de la colina contemplo la imponente construcción.
El carruaje avanzó un poco más hasta que por fin se detuvo y descendiendo de él, Takeo observo aquel rostro tan familiar que impaciente le esperaba.
"Buenas tardes", saludo al mismo tiempo que ante él se quitaba el sombrero.
"Buenas tardes y sea bienvenido, doctor Aino", contesto Kenta, quien hacía ya varios años había sido admitido para trabajar en aquella institución, el cual había sido uno de sus grades sueños cuando joven. "¿Cómo estuvo el viaje?", pregunto y luego estrecho su mano.
"Bastante tranquilo. Los campos que rodean el hospital son por demás hermosos. Sin duda alguna ofrecen un excelente ambiente para los pacientes"
"Así es, pero ¿Esta listo para comenzar a trabajar cuanto antes?"
"Por supuesto que si, doctor"
"Entonces vamos para que le muestre el complejo, pero antes dígame, ¿Cómo esta la familia?"
"Bastante bien, de nuevo soy tío", orgulloso contesto.
"Si que las cosas cambian, hace ya mucho que no veo a mi hija. Desde que ella se caso y yo vine a trabajar aquí, pocas veces nos hemos encontrado", Kenta expreso y empujando aquella puerta, Takeo por fin pudo contemplar los blancos y limpios pasillos del hospital. "Por favor, venga conmigo. Como le decía en mis cartas, esta es una institución que recibe a personas de todo estrato social. Funciona de forma tripartita, lo que significa que una parte de los tratamientos la paga el estado, otra las donaciones, y otra las personas que pueden pagar por aquellos que no pueden costear su estancia"
"Es una gran labor la que así se lleva a cabo"
"Así es, aunque es demasiado triste porque algunos pacientes aún teniendo familia, son abandonados a su suerte... de este lado atendemos a los pacientes varones, de aquel a los pacientes con algún padecimiento mental. En el otro edificio se atienden a los niños y del otro lado a las mujeres"
"Entiendo"
En ese punto Kenta respiro profundo y volviéndose para con él, fijo su mirada en la suya; "Ahora necesito de toda su discreción"
"¿Perdón?"
"Ya entenderá. Los mismo me ocurrió cuando lo conocí", expreso el medico y empujando la puerta, ambos ingresaron en la amplia, limpia y privada habitación.
Fue que ahí y recostado sobre la cama, reposaba un hombre de cabello cano, ojos hundidos y miembros inertes. Por su terrible aspecto daba la impresión de que se trataba de un esqueleto.
"Buenos días", saludo Kenta mientras se ocupaba de revisar sus signos.
El paciente observo al joven medico y entonces abrió los ojos lo más que pudo, sus mejillas se empalidecieron y sus esfuerzos por moverse resultaron inútiles. Y es que ese fresco rostro y esos negros cabellos le habían recordado a alguien.
"¿Qué le sucedió?", cuestionó Aino ante su lamentable estado.
"Como le decía, necesito de toda su discreción. Así lo pidió su familia por su seguridad"
"De acuerdo"
"Se llama Saburo Katsumoto, tiene poco más de sesenta años y hace casi veinte fue dado por muerto. Al parecer un ladrón lo sorprendió por la espalda, vaciándole su revolver y dejándolo en este lamentable estado"
"¿Dado por muerto?", aún sin comprender Aino cuestiono.
"Así es, su familia cree que no se trató de un ladrón, sino de un ajuste de cuentas. Y es por su seguridad que está en este lugar. Ante todos es un hombre muerto"
"Entiendo", comprendiendo que hacer preguntas estaría por demás, se quedaría con muchas dudas.
"Como podrá darse cuenta, los seis tiros no le arrancaron la vida, pero si hasta el habla. Nos escucha y puede vernos, pero es todo. Cada hora debemos moverlo con el fin de que su piel no se ulcere y acabe en infección"
"¿Qué hay de su familia?"
"Tiene una esposa y dos hijos que ya son adultos, pero a decir verdad en el tiempo que he estado aquí, no he tenido el placer de conocerlos. No vienen a visitarlo, pero si pagan su estancia"
Ante esas palabras Takeo no pudo evitar expresar; "¿Qué hizo este hombre como para que lo hayan dejado en este estado?, pero sobre todo, ¿Qué hizo como para que hasta su familia lo haya abandonado?"
Empalidecido y deseando poder huir de lo que él consideraba un monstruo, ansioso Saburo observaba al pelinegro.
"¿Sucede algo, señor Katsumoto?", cuestiono el joven sabiendo que imposible le sería obtener una respuesta.
Y es que en el demacrado rostro de ese maltrecho hombre se podía adivinar el terror que el nuevo medico le infundía.
"Será mejor que lo dejemos descansar", Kenta recomendó.
Fue así que ambos abandonaron la habitación, continuando en el pasillo su interesante conversación.
"Supongo que no debió haber sido un hombre muy bueno y la prueba de ello es que hasta sus hijos no quieren verlo, sin embargo aún le queda un amigo, que aunque no viene a visitarlo, dos veces al año y de forma anónima dona dinero juntó a una carta que de manera muy amable nos pide leerle"
"Debe estimarlo mucho"
"Es lo que pienso. Sus cartas a veces vienen de Japón, otras de Europa, algunas de América, pero siempre escritas por la misma persona. En ellas su benefactor nos pide que por favor hagamos todo lo posible por mantenerlo con vida. Qué pese a todo pronóstico debe continuar viviendo", Kenta dijo lejos de imaginar el verdadero significado de cada palabra.
Y es que contrario a lo que Isao había creído, aquella noche Saburo Katsumoto sobrevivió a su ataque, no porque corriera con suerte, más bien quizás se debía a que de alguna forma debía pagar el daño que no solamente le había hecho a la aguamarina, sino a todos aquellos que le rodearon.
Por otra lado Kenta, Takeo y por sobre ellos Katsumoto lejos estaban de imaginar que ese anónimo benefactor no era otro más que Haruka, quien hacía quince años había dado con su paradero.
En esos veinte años de matrimonió, de los labios de Haruka tan solo una mentira había escapado para con su esposa. Y es que él era el único que sabía que ese infame sujeto continuaba con vida. Era debido a ello que a la aguamarina siempre le había dicho que él jamas regresaría, mas no porque estuviera muerto, sino porque estaba imposibilitado para hacerlo. Y fue porque debía continuar con la mentirá de su muerte, que en su momento no se atrevió a contradecir a Isao.
Que irónica puede llegar a ser la vida, y es que cuando hirió a aquella chiquilla, él se había burlado de su acción mientras que ella había terminado hundida en un profundo dolor del que pudo escapar. Y ahora, ahora que ella era feliz, él estaba en ese horrible estado, reflexionando y arrepintiéndose de cada uno de sus actos. Su castigo no solo era estar en a cama viendo como poco a poco la vida se le escapaba sin poder hacer nada para cambiarlo, sino que estaba condenado a ver a Takeo, cuya sola imagen le infundía terror. El joven Aino, quien era el vivo retrato de Isao, sin saberlo en silencio se había convertido en su verdugo.
(Sussex)
Contentos, el rubio y la aguamarina observaban a la joven pareja, la cual y bajo la sombra del árbol disfrutaba de los postres que previamente habían cocinado.
"Me recuerdan a nosotros", trayendo a la memoria aquellos días de su juventud, Michiru suspiro.
"Tienes razón"
"¿Sabes?, el otro día me hizo una pregunta que en su momento yo le hice a mi madre"
"¿Qué?"
"Me pregunto como es que supe que tú eras el hombre indicado para mi. Y yo le respondí que que simplemente lo sentí", echándole los brazos al cuello lo beso en los labios.
"Esta enamorada, en cualquier momento nos dará esa sorpresa... Y ahora que la veo tan contenta, imposible me fue no recordar nuestros encuentros en la panadería, el parque y la colina", Haruka sonrió.
"No olvides tu habitación", agrego la aguamarina ante el travieso recuerdo de aquellos días.
"Cuando volvamos a Tokio podemos pedirle a Lita que nos permita ocuparla, luego de tanto tiempo será divertido pasar unos cuantos días ahí", en voz baja dijo a su oído.
"Acepto su invitación, señor Tenou. Incluso ahora mismo he tenido una muy buena idea"
"¿Qué idea?"
"Dudo mucho que este año Harumi nos quiera acompañar. Si es así no podemos dejarla sola, así que la enviaremos a casa de mi madre. Entonces tú y yo podremos celebrar nuestro aniversario en esa habitación y sin que nadie nos moleste. ¿Qué te parece?"
"Me encanta su propuesta"
"Recuerdo bien que ahí inicie una pintura bastante interesante. Así que ¿por qué no concluir ese desnudo", juguetona Michiru cuestiono.
Sin duda Haruka hubiera respondido, sin embargo los distrajo la juguetona risa de su pequeña.
"¡Dioses, mi amor!. Comenzamos a oler a abuelos", señalo la aguamarina al ver que el joven besaba la mano de la rubia.
"Tiene sus ventajas, serás una abuela joven y hermosa"
Ante sus palabras la mujer no pudo evitar reír; "Mi amor, cada día me vuelvo más vieja, en cambio tú te vuelves más interesante y guapo. Basta con ver como te miran las amigas de tu hija"
"No es verdad, estamos en igualdad de condición. Pero aún no me has dicho una cosa"
"¿Qué?"
"Que si el día de mañana nos convertimos en abuelos o en bisabuelos, ¿Seguirás amándome como ahora?"
Ante su pregunta Michiru negó con la cabeza; "Por supuesto que no te amare como ahora, y eso es porque te hoy te amo más que ayer y mañana te amare más que hoy, pero ¿Qué hay de ti?. En tu próxima vida, ¿Volverás a amarme?"
"Eso te lo prometo, no importa que suceda ni que se interponga, a donde sea que nuestro nuevo destino nos lleve, yo te he de encontrar"
"Entonces yo te prometo que no importa que nos sobrevenga, juntos hemos de estar una y un millón de veces más", la aguamarina antes de volver a besarlo.
¿FIN?
Notas de autor;
Así es, todo este tiempo Saburo estuvo vivo y en esa condición. ¿De verdad creyeron que había muerto sin pagar lo que le hizo a tanta gente?
Es en los capitulo 68, 77 y 78 deje pequeña migajas de ello. Fue por eso que cuando Harumi se perdió y Michiru creyó que había sido Saburo quien se la había llevado, que Haruka le aseguro que era un imposible. Y es porque el ya sabia que estaba en ese estado. Ahora juzguen ustedes, ¿Estuvo bien o mal su actuar?.
No crean que me olvide de Saiko, pasa que en la vida real es así. A veces el villano se sale con la suya y ella es uno de esos casos. Quizás algún día le toque lo suyo.
Próxima semana les traigo el epilogo y hablaremos sobre su reencarnación, curiosidades de esta historia y demás.
Fatima Aiveth Gonzalez Plascencia; Gracias por las recomendaciones. Me alegra mucho que te gustara.
Isavellcota; Es cierto, esta historia tuvo de todo, lo bueno y bonito es que salieron a delante.
Michelle; Ella al igual que Isao jamas pensaba en los demás. Fueron casi dos años de historia, me emociona no haber fallado jamas.
Kaiohmaru; Katherine es una mujer mu buena que demostró toda su bondad en esa acción para con Isao. Michiru es más que feliz.
Kyoky; No te preocupes por no haber seguido esas pistas, será muy obvio que cosas conservaran de esta vida. No del todo dejaron su casa, y que de cuando en cuando vuelven a ella y por cierto, no piensen que Michiru se olvido de Am y sus alumnos.
