by Sensei Agot Scorpion
Episodio 2: Reminiscencias de un lejano Pasado
-Es que sencillamente se me hace difícil creerlo, yo lo admiraba era uno de los mejores del grupo, tan fuerte que quizás podria vencerme y ahora...trabaja para el gobierno Meiji, vendió su alma y es aliado del destajador!--dijo frustrado Okita Souji, recordando al que fuera su amigo y compañero de batallas.
-Ya cálmate Okita, tu tambien tendrás la oportunidad de vengarte como la tendré yo.
Un extraño ser apareció tras una puerta del salón e interrumpió las cavilaciones de Okita.
-Tiene razón Omuro-san, ya me vengare.
Durante el Bakumatsu Okita Souji fue el capitán de la primera división del Shinsengumi; Hajime Saito fue en numerosas ocasiones su compañero de batalla. Conforme fue transcurriendo la guerra trabajaban juntos más a menudo y sostuvieron duelos en múltiples ocasiones con "el ultimo y más poderoso espadachín". Algunos meses antes de la batalla de Aizu el joven Okita considerado el más fuerte del Shinsengumi y además uno de los más queridos, estuvo al borde de la muerte durante una batalla. En medio de la marea de la guerra y dada su tuberculosis fue dado por muerto y se le rindieron honores. Para esos momentos dentro del Shinsengumi los lideres eran Hijikata y Saito, pues Kondou Isami habia sido capturado por los Ishinshishi. Pero un hombre que en ese momento escapaba del Japón rescato a Okita de la batalla pues era alguien a tener en cuenta y muy valioso.
Enfermo de tuberculosis y cercano a la etapa terminal fue llevado a Europa por Omuro Kokusaikatsu, pero la más avanzada medicina del viejo continente pudo salvarle la vida a Okita-kun. Una amistad similar a la que le unió a sus "casi-hermanos" Kondou, Hijikata e Inoue surgió hacia su salvador y se unió a él en su búsqueda de venganza y reconquistar el país. El regreso se produjo luego de 12 años, en los últimos meses de 1879, cuando ya la amenaza Shishio habia sido superada y el ejercito realista estaba muy vapuleado.
Pero los dos hombres no regresaron solos pues les acompañaban ciertos aliados, como Frederic Scheleswig un miembro de la desaparecida Sociedad de los Caballeros Negros. Los dos meses siguientes se emplearon en la formación de un grupo de soldados para iniciar la nueva revuelta.
Marzo 3, 1880. Kenshin Himura se ha recuperado de su herida y se encontraba reposando en el Dojo Kamiya cuando unas visitas inesperadas llegaron. Se trataba de Hajime Saito y su amiga Misao Makimachi.
-Como saben el grupo Oni sigue activo y nos han llegado reportes de que en Okayama y Akamagaseki han estado sucediendo sucesos extraños--dijo Misao explicando a medias la causa de su visita.
-De quienes se trata Chica Comadreja?--pregunto Sanosuke.
-Yo te lo explicare, si la chica Comadreja me lo permite.
-ARGH dejen de ponerme apodos par de odiosos, son insoportables!!!--dijo con los ojos casi saliéndose de sus orbitas y la cara roja de ira.
-Cálmate Misao-dono y escuchemos a Saito--conciliadoramente Kenshin trato de caldear los ánimos.
-Bien, se trata de Barcos extranjeros y han ubicado algunas personas en Kyoto pero como no han hecho nada sospechoso no tenemos motivos para apresarlos. Sin embargo esto resulta muy sospechoso luego del ataque que recibimos.--explico Saito aprovechando los conocimientos que le daba la amplia red de espionaje del gobierno.
- Crees que fuerzas extrajeras pretendan invadir el país Saito?
- No lo creo Himura, porque eso en que justifica el ataque hacia ti?
- Eso es cierto, no tiene explicación pues Kenshin no tiene enemigos fuera de la nación. Aunque no sé tu Saito...--dijo maliciosamente Sanosuke.
-Cabeza de chorlito cállate y deja hablar a los mayores--dijo indiferentemente Saito.
Ahora era Misao quien reía y Kenshin detenía como podía a Sanosuke que andaba furioso. Pero antes de que Saito pudiera continuar con su relato entro en la habitación Kaoru acompañada de Yahiko y Megumi.
- Hola Kenshin, ya te sientes mejor?--pregunto Megumi.
- Si, Megumi me he estado sintiendo muy bien gracias--dijo sonriendo el samurai.
- Si pero...sabes de que hablo.--dijo en un apenas audible susurro
- Kenshin ya saben que es lo que pasa?--inquirió Yahiko.
- Si me permiten continuar, los chiquillos, los estúpidos y las chicas mamífero podré explicar lo que venia diciendo.
Todo el grupo miraba con cara de querer destruir a Saito, pero este seguía de lo más calmado mientras sacaba un pitillo de la cajetilla de cigarrillos y lo encendía con parsimoniosos movimientos. Mientras Kenshin solo sonreía y se encogía de hombros.
- Bien, ya puedo continuar?
-Adelante Saito, habla.
- Pues bien, las embajadas de todos los países extranjeros en Japón han negado tener conocimiento de la causa de la presencia de múltiples inmigrantes en estos momentos. Han llegado cerca de 3000 gaijins en menos de tres semanas, es decir una semana antes del incidente que sufriste. Según nos informa nuestra red de informantes estos extranjeros apoyan a un líder extremista local que esta reuniendo una armada pero desconocemos donde y los detalles de sus planes. Es muy poca la información que se ha filtrado y tenemos en alerta a varios de nuestros agentes especiales ex-juppongatana para mantener vigilada la situación.--dijo antes de darle otro jalón a su cigarrillo y exhalar el humo con toda calma.
- Por nuestra parte--continuo Misao-- hemos descubierto algunos detalles tambien. Dentro del grupo de extranjeros hay unos cuántos luchadores de elite provenientes de distintos países. Unos alemanes, un italiano, un árabe, y tambien un chino.--puntualizo para cerrar el listado de sospechosos.
-Bueno, eso es bastante sospechoso. Tendremos que hacer algo al respecto, pero Saito nombraste a ex miembros del grupo Shishio. Quiénes son los que están alerta?
-Estan alerta Henya por sus habilidades para volar, pero solo como espía. Cho que esta a mi mando, y tambien esta actuando Fuji pero solo como reserva pues nos parece algo excesivo. Tambien participa Saiduchi, planeando estrategias en caso de alguna confrontación. Ahh y olvidaba un detalle Batousai, el grupo se hace llamar los "Espadas Celestes", que es como llaman a su líder.
- Espadas celestes?--pregunto Sanosuke
- A que se refieren con eso?--salto Kaoru con curiosidad.
- Bueno, existía una leyenda acerca de unas legendarias espadas dobles que eran de un tono azul pálido y le otorgaban a quien las usaba un gran poder. Se decía que eran un poco más largas que las katanas y que eran casi irrompibles.-- dijo un poco sorprendido por el titulo que usaba el líder del grupo misterioso.
- Esto es demasiado extraño para mí, quizás sea muy joven pero me huele muy mal todo este asunto y aun no explica porque atacaron a Saito.
- Eso no es cierto Yahiko--dijo Misao con un tono misterioso-- el grupo Oniwabanshu investigo algo más que quizás el gobierno no sepa, pues en este grupo vimos a un sujeto muy parecido a Soujiro. Viste una chaqueta azul celeste con las puntas blancas y pantalón celeste...
- Shinsen...--dijo quedamente Batousai sin dar crédito a lo que oía
- Shinsengumi, así es Batousai y creo saber cual es la causa del ataque hacia mí--completo Saito antes de continuar-- probablemente se trate de Souji.
- Kenshin, eso no puede ser si todo el Shinsengumi murió. En la batalla de Aizu murieron los últimos, solo se habia salvado Saito!--dijo sorprendida Kaoru.
- Yo creí que todos los lobos de Mibu habían muerto, como es esto posible?--dijo Megumi, pues ella venia de Aizu y vivió en carne propia la ultima batalla del temido grupo. En los momentos en que perdió a su familia.
- Y no es esa suficiente razón para actuar Saito? Debemos ver que se puede hacer.
- Himura el gobierno ha estado muy alerta ante cualquier circunstancia tonta que surja desde los múltiples problemas acaecidos pero no podemos atacar sin que estos tipos den señal de hacer algo en concreto y además no estamos seguros de sus intenciones.
- Souji, Okita Souji. Pero eso aun no me da un motivo cierto de porque te atacaron--dijo Kenshin aunque tenia un presentimiento de la causa.
- No tengo idea, pues nuestra relación era muy buena. Además él no es capaz de una acción tan baja como atacar por la espalda. Lo más sospechoso de todo es como sobrevivio, lo dimos por muerto dada su enfermedad y que no le vimos al finalizar el combate.
- Oye Saito, pero yo le justifico que quisiera matarte pues eres un lobo insensible--dijo con un ojo medio cerrado Sanosuke y una sonrisa irónica.
- Chiquillo estúpido, cuando aprenderás a cerrar la boca cabeza de chorlito--soltó el miburo con displicencia .
Luego de esto Yahiko se levanto con una mirada extraña y se acerco a Misao
- Oye fea, y que paso con Aoshi? Ya té presto atención? Pues yo creo que no pues te hubiera acompañado para evitar que te lastimaras, sabiendo lo torpe que eres...
No termino la frase cuando Misao habia saltado dándole una patada violentísima en el rostro, iniciando los dos una de sus peleas interminables con insultos y todo lo demás; mientras que Kaoru solo se llevaba la mano a la cabeza y Kenshin los miraba curioso.
- Oye Kenshin--susurro Sanosuke en el oido del pelirrojo--no crees que esto es algo repetitivo? Este escritor no tiene ni idea de la originalidad!
- Tienes razón Sano, pero al menos aun no hacen uno de los chistes con la comida de Kaoru. Ya sabes lo mal parado que salgo cuando usan esos comentarios.
La conversación tomo otros derroteros y Saito no hacia más que pensar como era posible que ese idiota halla sido su mayor enemigo y ahora viviera en esa jaula de locos.
Pronto las discusiones y las peleas fueron interrumpidas pues todas las miradas se posaron en los dos veteranos del Bakumatsu, quienes se quedaron mirando hacia el exterior del Dojo repentinamente. Sanosuke siguió con la mirada a los dos hombres que instantes después se levantaron y se dirigieron a la entrada. De repente todos abrieron sus ojos asombrados al ver irrumpir en el patio del Dojo a cerca de cincuenta hombres armados con rifles y espadas.
- Y bien caballeros quienes son ustedes?--pregunto con ironía Saito, muy seguro de conocer la respuesta.
- Y porque entran así en este lugar?--dijo Kenshin para luego tomar la katana por el mango.
- Oh, disculpen mi falta de cortesía--tomo la palabra un joven que pareció entre el pelotón--les traigo un mensaje señores.
- Y, se puede saber quien diablos eres?--pregunto Sanosuke apretando los puños.
- Disculpen nuevamente mis modales nuevamente señores. Me llamo Chan Wuzong, guerrero de la China al servicio del señor "Espadas Celestes" y del señor Schleswig de Alemania. Quien por cierto tiene un asunto pendiente con usted señor Himura--dijo sonriente el joven agresor.
Justo en ese instante antes de que Chan continuara una voz grito...
- Y yo tambien tengo un asunto pendiente contigo Wuzong!
Como un violento soplo de aire aparecio un jovencito que se puso frente al chino con desafiante actitud.
- Pero si es...--dijo sorprendido Sanosuke.
- Que ese no es Soujiro Seta?--inquirió intrigada Misao Makimachi.
-Quien?--pregunto Kaoru.
- Oh señorita Kaoru, señor Himura, disculpen la molestia. Y que bueno es volver a verlos--dijo el joven de la perenne sonrisa antes de ponerse serio encarando a Wuzong.
- Soujiro pero que haces aquí?
-Si jovencito, que rayos haces aquí? La policía te busca por todo Japón.
- Saito-san tambien es un gusto verlo, pero de momento me traen asuntos personales..
Instantes después Soujiro desenfundaba una espada que llevaba al cinto encarando a Chan. Pero para sorpresa de todos los que conocían al dulce asesino esta era una Sakabatou. De un salto Sanosuke se arroja sobre los soldados golpeándolos con fuerza antes de que usen sus armas. Kenshin y Saito siguen su ejemplo y cortan los rifles de los soldados en cuestión de segundos, pero mientras Ken deja desmayados a sus contrarios Saito los ensarta con su espada sin piedad alguna.
Misao derriba a un par de soldados mas mientras Kaoru y Yahiko toman sus armas y enfrentan a otros tantos rivales dejándolos fuera de servicio. Al cabo de unos diez minutos todos yacen derribados, o bien muertos bajo la espada de Saito o simplemente heridos por el Shinsengumi y la ninja Oniwabanshu. Luego la atención de todos se volvió hacia los dos jóvenes que combatían a una velocidad impresionante.
Los ataques se sucedían uno tras otro y los aceros de las espadas sonaban constantemente al chocar entre si. Y aunque pareciera una locura la velocidad de Soujiro se veía igualada por la de Chan, cosa que sorprendió a Kenshin pues la técnica de este individuo era muy similar al Tenken del chico Seta. Saito tampoco podía ocultar su asombro ante la habilidad de los dos jovencitos, pues podria decirse que sus velocidades eran capaces de hacerlos invisibles. Pronto las vestiduras de los dos chicos se hallaban un poco rotas por los ataques que se propinaban el uno al otro en rapida sucesión; pero una voz hizo que el duelo se detuviera.
El hombre que alzo su voz para detener el combate era de una apariencia un tanto extraña, llevaba un bigote muy poblado y usaba turbante. Al cinto llevaba un arma muy curiosa; una espada curva y de hoja muy ancha.
- Hey niño deja ya de jugar que tenemos que irnos!--dijo el hombre.
- Esta bien viejo lo que tu digas; y Soujiro después continuamos jugando te parece?
El hombre que se llama Utman Ali-Al-Masek, lugarteniente en el grupo de "Espadas Celestes" arrojo una bomba de humo y un cuchillo que paso rozando la oreja de Kenshin para clavarse en una de las paredes externas de la casa de la señorita Kaoru. Segundos luego los hombres desaparecieron de la vista de todos, menos de Misao que por ser ninja conoce esas técnicas de escape.
Ya caldeados los ánimos Kenshin toma la palabra.
-Que fue todo esto? Y que haces tu aquí Soujiro?
-Bueno, pues...
-Ya lo sé! Esta planeando volver a retar a Kenshin!--dijo exaltado Yahiko señalando con el dedo a Soujiro.
-YA CALLA YAHIKO--dijo exaltada Kaoru que indignada se levanto con cara de pocos amigos y golpeo a su estudiante en la cabeza con mucha fuerza.
El estudiante de Kendo cayo pesadamente con los ojos girándole y la boca abierta.
- Jajajaja que ordinaria eres Kaoru, no se como le gustas a Kenshin--dijo Megumi mientras le salían orejas y cola de zorra.
- Oroooo? Quieren calmarse un poco?
- Ahora explícanos--dijeron a un tiempo Sanosuke y Saito
- Hey no repitas lo que digo!--volvieron a decir juntos
- Les explicare, como saben hace ya casi dos años nos enfrentamos y decidí vagar por todo el Japón al igual que Himura-san. Primero fui a las tierras del norte y al cabo de un tiempo reuní algo de dinero para el viaje en barco al sur de Japón.
- Y eso a que viene al caso?--interrumpió Misao.
- Déjalo continuar Misao-dono--dijo el samurai pelirrojo.
- Pues bien, desembarcamos en el puerto de Okayama y me puse a buscar un modo de vivir. Un par de dias después de haber llegado unos ronin que ahora eran ladrones atacaron la pequeña ciudad y decidí intervenir. Los vencí y los entregue a las autoridades locales; y por eso uno de los policias locales me invito a quedarme en su casa. Era una familia de pescadores y por algo de trabajo me daban techo y comida, eran gente muy amable y me trataban muy bien. Luego al cabo de un mes empezaron a llegar algunos barcos con gente muy sospechosa y sacaron a la gente de sus casas, la policía local los enfrento y el joven oficial que me dio asilo en su casa fue asesinado, tambien su padre, madre y esposa. Pude salvar a los hijos del matrimonio joven y a la hermana de mi benefactor pero nada pude hacer por los demás. Enfrente a Chan con mis puños y mi Shukuchi pero no pude hacer mucho pues el tambien usaba algo muy similar y no tuve oportunidad. Por eso tuve que huir y deja a los chicos que salve con el resto de la gente del pueblo que escapaba del lugar. Me hice con una katana y le quite el filo del lado de atacar en casa de un herrero del poblado más cercano al lugar de la masacre. Seguí a Chan y resulto que venia hacia Tokio, cual no es mi sorpresa al ver que se dirigía a este lugar.
-Ya veo, así que esa es la razón de que no recibiéramos noticias del puerto de Okayama hace meses. Sospechábamos que esa era la causa pero el ejercito no puede ir a investigar en los actuales momentos.
-Bien leeré la carta que nos dejaron esos seres, les parece?--pregunto Himura.
Todos asintieron con el gesto y Saito simplemente inclino los ojos aprobatoriamente, para luego encender el que fue su quinto cigarrillo seguido y el ultimo de la cajetilla.
" Distinguidos señores: Sanbatai Kumichou Saito Hajime y Hitokiri Batousai Himura.
Primero que nada mis respetos, pues han cumplido cabalmente con su "justa labor" de defender la pacifica era Meiji. Les dirijo este reto para que vengan a Kyoto, escenario de sus antiguas disputas durante el Bakumatsu a enfrentar a algunos de los hombres de mi grupo. El grupo de las "Espadas Celestes", se propone la conquista de Japón y el inicio de una nueva revolución.
En Kyoto les esperaran Konrad Smoliensk, el guerrero Nogi Yawata y el que fuera el Capitán número uno del Shinsengumi, Okita Souji.
PD: Intente no morir Himura-san pues deseo ver el poder del actual Seijuro Hiko y su Hiten Mitsurugi.
Kokusaikatsu "Espadas Celestes" Omuro"
¿Que sucederá ahora que muchos recuerdos y personas del pasado regresan? ¿Y porqué razón el cabecilla de la nueva amenaza llama a Kenshin "Seijuro Hiko"?
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Notas del Autor: Este episodio ha concluido, y trae a muchos recuerdos del pasado de nuestros héroes. Marca el regreso de Soujiro, ahora como parte de los chicos buenos; muestra además a Okita antiguo rival de Kenshin y amigo de Saito y por ultimo saca a relucir un misterio en cuanto al enemigo de Kenshin en Europa y un hombre que ha llamado a Kenshin como el heredero de la escuela Hiten Mitsurugi.
El episodio tambien tiene serias diferencias con respecto a su antecesor número dos del fic; pero en si conserva la esencia de la trama del fic anterior y el avance con respecto a la trama es bastante, pero dejando los necesarios misterios por resolver. Ahora procedo a aclarar ciertas cosas, la raíz del apellido de "Espadas Celestes", es decir Kokusaika, es una palabra en japonés que quiere decir Internacionalización o apertura internacional pero viene a ser lo mismo. La razón de usar para el apellido esta palabra la descubrirán más adelante pues es uno de los secretos y tiene mucha lógica refiriéndose a la vida de este hombre. Espero que les haya gustado que en este episodio se derramo un poco de sangre cortesía del miburo pero aun no empezamos con lo bueno.
