by Sensei Agot Scorpion
Episodio 4: La Lucha de Kyoto (2)
Luego de la breve escaramuza del Kenshingumi y la policía de Kyoto con el pequeño grupo terrorista todos se dirigieron a la que seria su casa en su estancia en la antigua capital del archipiélago nipón, obviamente el restaurante y posada Aoya. Este lugar era el refugio espacioso y agradable del antiguo Oniwaban de Kyoto, los protectores secretos de la ciudad que más sangre había visto correr en la historia del Japón. El pelirrojo Himura miro la entrada del establecimiento con un aire de nostalgia y alegría, estaba agotado y no quería esperar para saludar a sus amigos y tener un buen descanso... que iluso suele ser él poderoso samurai.
Kenshin entro con paso seguro al establecimiento, siendo seguido por sus hambrientos y entusiastas compañeros. Tan pronto puso un pie dentro se encontró con un autentico desastre y puso su tradicional cara de idiota y diciendo una y otra vez OROOOO. De una lado a otro correteaba Misao atendiendo ordenes vestida pulcramente con su uniforme de camarera pero con su natural desfachatez y pegando gritos a diestra y siniestra pues al parecer ese día el establecimiento estaba atestado de gente. Omasu y Okkon salían con platillos y más platillos y en la cocina Kuro y Shiro cocinaban y cocinaban como descontrolados ante la mirada divertida de Okina que solo impartía instrucciones a todos. Al ver que ni les habían notado al entrar y con las tripas exigiendo alimento Sanosuke no se controlo y dejo escapar un sonoro alarido...
-WEASELLLL GIRLLLLLL!!!!!! Ea Weasel Girl, tu comadreja AQUÍ ESTAMOS!!!
Al escuchar ese molesto insulto la joven Okashira salto como resorte para ver al culpable de semejante ofensa, pues estaba apunto de saltarle encima al culpable y hacerlo añicos...
-Quien demonios se ATREVE!!!! ¿¿Eh??¿¿ Himura, Kaoru??? ¡Que sorpresa amigos!
La chica salto sobre sus amigos y les dio un fuerte abrazo sin importarle los reclamos de los clientes que exigían que se les atendiera. Saludo con displicencia a Sanosuke y luego tomo a Yahiko por la cabeza y le alboroto el pelo con fuerza; cosa que por supuesto Yahiko no tomo a bien. Pronto el resto del grupo de Aoya se unió a Misao a saludar a los camaradas que hacia tanto tiempo no veían. El anciano Okina, al cual no se le escapa nada, miro con curiosidad a Soujiro que permanecía en pie sonriente pero como fuera de lugar. Lanzo una mirada interrogativa a Himura pero este solo asintió sonriendo, lo cual fue suficiente explicación para el enjuto y experimentado ninja.
-¿Y que los trae por aquí Kenshin?—pregunto Okina
-Cierto Himura, tenían tiempo sin visitarnos. ¿Cuál es el motivo de su visita?—dijo muy alegre la joven Misao
-Pues quisiera que fuera una visita social amigos pero no es así—dijo con una mirada seria en joven espadachín.
-¿Eso quiere decir que hay algún nuevo problema señor Himura? –interrogo Shiro.
-Creo—se adelanto Kaoru—que lamentablemente es así.
-¿¿Lamentablemente??—dijeron en coro los seis Oniwabanchu—¡¡Si ustedes no vienen no hay nada emocionante aquí!!
-¿Okkon podremos pelear de nuevo, no te emociona?—le dijo muy contenta Omasu a su colega.
-¡Claro! Y si el problema es realmente grave quizás... quizás veamos a.... HIKO SAMA!!!
Una gran gota apareció en las cabezas de todos los presentes. Luego de que cada quien fue situado en su respectiva habitación y una vez cerrado el restaurante el grupo se pudo reunir a charlar animadamente. Kenshin esperaba poder hablar con Aoshi a quien tenia tiempo sin ver, mas específicamente desde el conflicto con Enishi unos meses atrás. El ambiente era muy alegre en el Aoya como lo era siempre que los amigos de Tokio les visitaban. Para variar un poco Misao peleaba con Yahiko y Sanosuke reía a más no poder, esta vez reía junto a alguien inesperado. Kuro y Shiro cantaban alegremente y Kaoru departía con las chicas mayores del grupo Oni. Con mucho cuidado Kenshin y Okina abandonaron la reunión y fueron al encuentro de Aoshi quien aun no regresaba del templo donde iba cada día. Las calles de Kyoto se empezaron a teñir de violeta mientras el atardecer llegaba a su fin y los dos amigos caminaban al encuentro del genio Oniwabanchu Shinomori Aoshi.
-¿Qué tan grave es el problema esta vez Himura?—pregunto esta vez en un tono serio el anciano.
-No se la dimensión del problema real, pero probablemente sea un riesgo tan grande como el enfrentado durante el conflicto con Shishio. quizás mayor—soltó un tanto preocupado el zanahoria.
-Me he enterado por la red Oniwabanchu de sospechosos movimientos en el sur del país, barcos extranjeros de dudoso origen, ninguna visita diplomática ni comercial. Lo cual es bastante extraño ¿Tiene esto que ver con el problema de los terroristas de esta mañana?
-así es, pero lo de esta mañana solo fue un juego, una especie de reto. Al parecer estos nuevos sublevados están buscando en principio eliminarnos a Saito y a mi y desconozco las razones que tengan para eliminarme a mi.
En una esquina dos calles más adelante un humillo muy fino se dejaba colar a través de los labios de un hombre vestido de azul, estaba apoyado junto al muro de una amplia casa de estilo japonés clásico. Vestía guantes y llevaba en bandolera una notó, tenia los ojos entrecerrados y escucho la conversación de los dos hombres que se acercaban.
-No se a que conduzca todo esto Okina, sinceramente empiezo a cansarme de tantas luchas. Solo deseo estar con Kaoru en paz...
-En definitiva tus gustos se deterioran con los años—murmuro en mientras soltaba el humo de su cigarrillo a través de la nariz el miburo.
-¿¿Saito?? ¿¿Qué haces aquí??
-¿Acaso un hombre no tiene derecho a fumarse un cigarrillo en paz en la entrada de su casa?
-Saito-san como siempre usted aparece en los momentos menos esperados.
Segundos después otro hombre vestido con un gi azul cerrado hasta arriba camino hacia los tres sujetos que charlaban, tenia unos ojos azules y fríos como el hielo. Su presencia irradiaba tranquilidad, pero a la vez inspiraba algo de temor. Ya no era aquel del largo sobretodo y la saya inmensa donde ocultaba sus dos armas de combate, pero aun así era un personaje de temer.
-¿Me puedo unir a la conversación?—dijo Aoshi con un tono de voz totalmente neutro.
-Por supuesto Shinomori—dijo con una media sonrisa antes de dar otra bocanada a su pitillo el lobo del mibu.
-Himura, bienvenido una vez más. ¿Qué te trae por aquí en esta ocasión?
-Aoshi—dijo Okina—quizás tengas que desempolvar las dos kodachis y la vieja gabardina.
-Así es Aoshi, lamento tener que pedirte esto pero una vez más el país esta en peligro y si quieres ayudar te lo agradecería.
-Una vez más los Meijis demuestran ser incompetentes y acuden a los guerreros para defender su frágil equilibrio. Este gobierno tan debil no ha dado la talla de su responsabilidad.—dijo cortante Aoshi.
-La causa de esta debilidad del gobierno es Shishio, el haber eliminado a Okubo le quito uno de sus mas grandes patrimonios al estado -dijo Kenshin mientras pensaba lo duro que había resultado para él la muerte primero de su líder directo Katsura Kogoro y luego del honrado Toshimichi Okubo.
-¿Irónico que yo trabaje para el gobierno no Shinomori?—dijo con doble intención el uniformado—Pero esta vez el problema requiere una actividad encubierta para evitar un posible conflicto internacional, asi que nada como una buena acción al más puro estilo Shinsengumi, cazar al enemigo en silencio y eliminarlo.
Esas palabras resonaron un poco en los oídos de Kenshin que le soltó una mirada nada halagüeña a Hajime Saito; Okina solo se encogió de hombros sin saber que decir y Aoshi suspiro por lo bajo entrando de nuevo en su habitual mutismo. Tras unos momentos más de conversación se separaron, Saito entro de nuevo a su casa a cenar en compañía de su familia y los demás volvieron a Aoya. Eran alrededor de las 9pm y ya estarían preocupados por ellos, aunque resulta un poco tonto preocuparse por gente como esta.
-¿Así que fueron derrotados? Era de esperarse -dijo Kokusaikatsu con fria calma
-¡¿Era de esperarse?! No puedo creérmelo aun ¿Una partida de vagabundos y unos policías mediocres vencen así de fácil al grupo de asalto numero 3 y dices que era de esperarse? Entiendo quien es ese Himura ero eran demasiados hasta para él ¿Y ese Saito? ¿O el tal Sanosuke? ¡Unos improvisados! -bramo el socio alemán de Kokusaikatsu, el señor Schleswig.
-¿Improvisados? No tiene ni idea de lo que dice -dijo con los ojos cerrados Okita Souji apoyado contra una columna del lado derecho del salón- Hajime Saito fue el único del mi grupo que sobrevivió con bien a todas las batallas que disputamos y no como un cobarde sino en la vanguardia ¿Que le dice eso a usted? Y si hay gente peleando hombro con hombro junto a él no han de ser improvisados tampoco.
El alemán que había perdido los estribos se controlo un poco, y respiro recuperando su habitual talante inconmovible y dirigió una mirada a Kokusaikatsu que mal que bien era el líder de toda aquella operación, cosa que en el fondo no dejaba de molestarle un poco. Frederic Schleswig era un elegante hombre, su cabello castaño le caía en flequillos sobre la frente y llevaba un sable y un revolver en bandolera. Su gran porte le hacia destacar entre todos y era un líder entre la casi destruida Sociedad de los Caballeros Negros.
-Estemos claros en un punto señor Schleswig -tomo la palabra Omuro Kokusaikatsu- Agradezco mucho su ayuda en los momentos en que me encontré mal, pero si algo conozco es a mi país, y conozco al suyo. Se que sus soldados están perfectamente capacitados para operaciones de combate. Pero tenga en cuenta que lo que hemos estado haciendo escapa de su nivel pues es actividad de terrorismo y guerrillas. Sus soldados como los de aquí están listos para una confrontación de batalla abierta y directa. Con la ventaja de su mejor tecnología y quizás una mayor fuerza física ,claro esta, no hay nada que los diferencia de los soldados japoneses. En cambio los hombres que auxiliaron a la policía son sujetos fuera del montón. Esos seres sobrevivieron a cruentas situaciones y enfrentaron a virtuosos guerreros y no esta demás recordarle que Kenshin Himura derroto a guerreros virtuosos de su país con un estilo que me es muy conocido y que es sin lugar a dudas "el más poderoso" hasta ahora. No subestime a nuestros rivales. Además esto fue solo un calentamiento.
-Estoy claro en ello, pero no esta en mi naturaleza aceptar una derrota por mínima que sea -respondió el germano- pero esta afrenta de nuestros rivales me la cobrare caro
El líder de la conspiración inclino ligeramente la cabeza hacia el alemán, aprobando sus palabras
-Espere a mañana señor Schleswig, espere a mañana -dijo Souji con un brillo en los ojos, su espíritu de lucha le hacia hervir la sangre.
-Si, mañana será un buen día -dijo sonriendo a medias el alemán.
-Si vencemos mañana será un gran acontecimiento, pero aun andamos jugando, no ha llegado el momento de mostrar todo nuestro poder, pero nada impide mostrar un poco -dijo "Espadas Celestes"- ¿No es así Nogi?
En ese momento un cuarto hombre entro en el recinto, era corpulento y muy alto, llevaba el cabello cortisimo, casi rapado, tenia ojos rasgados pero profundos y penetrantes. A pesar de aquello parecía ser un tipo más bien irreflexivo, más del tipo violento que del astuto.
-Así es exactamente señor, mañana unos cuantos caerán ante mi -dijo el hombretón mientras apoyaba en su hombro un enorme mazo forrado de púas.
-Otro tanto digo yo, caballeros -dijo otro ser más que en ese momento entraba a la sala y se sentaba en un sillón mullido a la derecha de su jefe germano.
-Te veo muy animado Konrad, espero que elimines a muchos mañana por el bien de la causa -le dijo Schsleswig a su subordinado.
Konrad Smoliensk era un sujeto delgado, más bien larguirucho, rubio de ojos azul cielo, el estereotipo de su pais. Nacido en los Países Bajos, mejor conocido como Holanda, aquel guerrero era un ingeniero y militar, hijo de un Caballero Negro, y por ende Caballero Negro "hasta la muerte" como solía decir su padre y también su abuelo. El saber que sus aliados habían sido vencidos y sus actividades descubiertas solo por la derrota en Japon de tres de sus mejores miembros le hacia hervir la sangre y se unió a Frederic Schleswig una de las cabezas visibles de la organización que aun no había sido atrapado y que buscaba el desquite con los nipones.
Por su parte el inmenso, de casi dos metros, Nogi Yawata era un luchador de Kempo que estuvo bajo la protección de Kokusaikatsu desde que era un niño, el joven Nogi se crió oculto en las montañas bajo el ala protectora de viejos aliados de Omuro. Para cuando su benefactor volvió Nogi decidió que era hora de hacer pagar a los Meiji por la muerte de su familia ¿Y que mejor manera que uniéndose a su maestro?
El sol se levantaba una vez más anunciando un nuevo día cuando Kenshin despertó, vio que Kaoru ya estaba despierta y le miraba mientras se arreglaba. La mirada de ella mostraba la gran preocupación que tenia. Sabia que Kenshin debía combatir pero temía por su seguridad, aun siendo el tan fuerte no podía dejar de temer; las palabras de Megumi cuando la lucha con Shishio resonaban en su cabeza una y otra vez y luego de la lucha con Enishi no estaba muy segura de que él pudiera enfrentarse a gente tan poderosa. Himura la miro de soslayo y entendió perfectamente lo que pasaba por la cabeza de la chica Kamiya, se acerco a ella y la tomo por los hombros.
Los cálidos ojos turquesa del samurai miraron largamente a la joven mujer y guiado por un impulso se acerco a ella repentinamente. Sus miradas se encontraron y ella se ruborizo totalmente, se pego al cuerpo delgado e incluso débil de Kenshin y le abrazo con fuerza. Él correspondió a abrazo de la mujer y luego se soltó y con su mano derecha tomo el mentón de la mujer y se acerco a ella. El corazón de ambos latía muy rápidamente casi a punto de colapsarse y morir dulcemente. Kaoru sentía el calor del aliento de Kenshin cerca de sus labios, pero el samurai se detuvo súbitamente muy sonrojado y Kaoru bajo la mirada entristecida.
-¿Kenshin...
El samurai puso un dedo en los labios de la mujer, para que no hablara. Kenshin dio en ese momento un largo suspiro, el corazón le retumbaba, aun cuando maduró muy rápido siendo apenas un niño en las cosas del amor era un total inexperto. Su único amor antes de aquel, su única pasión, su única vez, se le habían esfumado hace muchos años, Kaoru era para el un tesoro... y no quería perderla, quizás por eso nunca había llevado las cosas más lejos pero ya era el momento ¿O no?
-Kaoru, yo... -dijo el samurai apenado y con temor similar al de la cercanía de la muerte, solo que mucho más dulce- yo quiero decirte algo desde hace mucho tiempo y no me he atrevido -Una nueva pausa, Kenshin estaba muy tenso, no porque temiera un rechazo, pues Kaoru también le amaba, pero era un sensación irrefrenable y que todos han vivido alguna vez ante la presencia del verdadero amor- Kaoru dono lo que pasa es que yo... te amo.
Al oír aquello Kaoru salto a los brazos de Kenshin, las lagrimas bajaban profusamente por sus mejillas, lagrimas de alegría de una alegría que por tanto tiempo le fue esquiva y que ahora al fin se revelaba, en forma de unas simples palabras, pero que tanto había esperado escuchar.
-Lo se Kenshin, lo se. Y yo también te amo
Los dos se abrazaron y se dieron al fin aquel beso tanto tiempo esperado. Despues de eso Kenshin la tomo por los hombros y le prometió que regresaría como siempre y que protegería el Japón, por ella, por Yahiko, por todos sus amigos, y su futuro juntos en aquel país bienamado. Luego salió con la Shinichi Sakabatou rumbo a una nueva batalla en su vida. Al salir respiro el fresco aire de la mañana de Kyoto, el límpido azul del cielo auguraba un buen día, de pronto alguien se paro a su lado.
-¿Al fin lo hiciste no es asi? -le dijo el luchador con la palabra malo en la espalda, Sanosuke Sagara
-Así es -respondió Kenshin con una amplia sonrisa, no podía ocultar su felicidad.
Un sujeto delgado venia caminando a su encuentro con un cigarrillo colgándole de los labios, parecía que se le fuese a caer y miro a los dos hombres parados en la entrada del Aoya.
-¿Listos para partir? -pregunto el Miburo.
-Por supuesto -respondió una juvenil voz desde atrás de Kenshin y Sanosuke, Soujiro estaba preparado.
-No dejare pasar esta oportunidad -dijo otra voz, fría como el acero templado, Shinomori Aoshi había decidido participar.
-Y nosotros no nos quedaremos atrás -dijo Misao escoltado por el grupo Oniwabanchu en pleno enfundado en sus trajes de batalla.
-No seremos menos nosotros -dijo Yahiko acompañada de Kaoru que también había vestido para ir a la lucha.
-¿Pero Kaoru? -pregunto el samurai x
-Kenshin, no me quedare aquí, iré a luchar -dijo muy segura la joven Kamiya
-Una vez más me toca ir acompañando a un grupo de niños -dijo Saito encogiéndose de hombros- al menos son mejor que unos cuantos que conozco ¿Listo Sagara?
-¡¡¡YA TE DIJE QUE NO LLAMARAS... -no completo la frase el luchador parpadeando sorprendido- ¿Como me dijiste?
-¿Preferirías que te llamara por tu segundo nombre estúpido?
-Eso si sonó más como el viejo Saito de siempre -rió Himura- Bien si no puedo evitar que vengan pues prepárense a dar lo mejor de si.
Todos asintieron y Okina se despidió de ellos, se quedaría a coordinar la defensa de la ciudad. Corrían rumores de una tropa acantonada en las afueras de la ciudad y era mejor llamar a todos los contactos del grupo ninja para estar preparados a ante eventuales incursiones enemigas.
-Ya el general Yamagata esta preparando un grupo de soldados para apoyarnos en la batalla Himura, nos han informado nuestros espías que el enemigo ha preparado un grupo medianamente numeroso a las afueras dela ciudad. Ese Kokusaikatsu se propone apoderarse de Kyoto, pero pareciera que no fuera en serio -informo Saito
-¿Dices que puede que sea solo un juego? -pregunto Yahiko
-Yo creo que solo nos provoca, quiere jugar con nosotros pero ya vera -dijo Sanosuke haciendo sonar las coyunturas de sus manos- que equivocado esta, nadie afectara a Kyoto.
-¿Que les parece si nos desplegamos para ver que movimientos planea el enemigo? -propuso Misao- Los espías de los Meiji son buenos, pero nada como un ninja para esto.
-Ya lo tenia pensado comadreja, procede, es lo más prudente. Nos reuniremos con Yamagata al oeste la de ciudad, vamos a obligarlos a replegarse para alejarlos lo más posible de Kyoto.
-Si, eso es lo más importante. Kyoto ya ha visto demasiada sangre correr en su historia y no debe ver más
Los Oniwabanchu se dispersaron a gran velocidad, al parecer la inactividad no los oxidaba y sus cualidades ninja seguían incólumes, detalle que hizo sonreír a Aoshi pues aun en los tiempos actuales y aun con su declinar el grupo era aun el protector histórico de Kyoto y así seria mientras viviera al menos uno de ellos con vida. El resto siguió la caminata y pronto se reunieron con un contingente de unos 200 soldados que caminaba hacia una colina en descampado. Las tierras de siembra de las afueras de la ciudad habían sido evacuadas, por suerte la cosecha ya se había llevado a cabo pues seria la ruina de los campesinos si sus tierras era arrasadas, como se esperaba durante la confrontación.
El respetable Yamagata Aritomo miraba por sus binoculares, oteando el horizonte, lejos podia ver al grupo enemigo. Eran unos tres mil soldados quizás más, y segun inteligencia eran ronin, desertores del ejercito japonés, europeos y chinos ¿Que piensa Kokusaikatsu? Era la pregunta recurrente del general ¿Acaso quería desangrar el país y entregarlo a extranjeros? Aquello le mosqueaba al limite, una cosa es apertura otra muy distinta era permitir que extranjeros formaran una fuerza de ataque en la nación. Al menos estaba claro que aquello era "casual" y que los gobiernos europeos nada sabían de aquella incursión de sus ciudadanos para tomar Japón e incluso ofrecieron ayuda. La respuesta tajante del militar y por ende la de los débiles políticos que no se atrevían a retar al héroe de guerra (y uno de los pocos lideres decentes en el gobierno Meiji) "No, los problemas internos de Japón deben ser resueltos por los japoneses. Y si se producen como es de esperarse, muertes entre los ciudadanos europeos serán tomados por invasores y por tanto no queremos problemas con los gobiernos extranjeros. Quienes sean apresados se entregaran a sus respectivas naciones"
Esa era la única actitud posible ante aquel problema que afectaba las relaciones diplomáticas, y por suerte los embajadores europeos en Japón así lo entendieron. El representante holandés fue el primero en aprobar que si un ciudadano de esa nación eran encontrado entre los invasores, no habría piedad con él ni en Japón ni en Europa. Actitud que fue seguida por el resto de los embajadores. Pero nadie había dicho nada de China, el enemigo ancestral del Japón, eso ya escapaba de la diplomacia y podría conducir a un conflicto internacional*
Al ver llegar a Himura y a Saito no pudo evitar esbozar una sonrisa sincera, aquellos dos eran lo mejor de lo mejor en Japón. Uno de ellos un entrañable amigo y el otro un antiguo rival y hombre de honor, dos patriotas fieles a sus creencias, la clase de hombres que se necesitaba.
-Himura-san, una vez más volvemos a importunarte. Discúlpame viejo amigo -dijo Yamagata.
-Señor Yamagata, no se preocupe, mi país me necesita una vez más y no puedo evitar acudir. Además este problema me atañe personalmente -dijo muy serio Kenshin.
-Una vez más el pasado nos atrapa Kenshin, espero que al fin alcancemos la paz verdadera en nuestro amado Japón -respondió el general- Veo que todos tus amigos vinieron y serán de gran ayuda, se también que los Oniwabanchu fueron de avanzado a hacer de "batidores" y ver que tan duro será esto. Aprecio el apoyo pues no pudimos disponer de demasiadas tropas.
-Propongo señor -dijo Saito- que Himura, Sagara, Seta, Shinomori y yo salgamos de avanzada y rompamos las filas enemigas antes del ataque. Iremos a por los lideres y usted usara las tropas para hacer retroceder al enemigo.
-Justo en eso había pensado si es que están dispuestos a hacerlo -dijo Yamagata.
-Me parece muy bien -dijo sonriendo Soujiro- pero esto lo hago por motivos personales, y aun así no matare a nadie, solo a Wuzong si él esta allí.
Yamagata miro con sorpresa a Soujiro Seta, pues sabia que era de los hombres de Shishio Makoto pero no tenia ni idea de que ese "niño" fuese el asesino de Toshimichi Okubo, y le maravillo que haya decidido seguir los pasos de Kenshin. Se dijo a si mismo que el muchacho podía ser muy útil y valioso. Saito por su parte aun tenia una cuenta pendiente con el chico por aquella muerte, pero la necesidad pone a las personas en posiciones muy extrañas y el chico era necesario.
-Convenido entonces, pero nosotros iremos con el ejercito en la segunda oleada -dijo la Okashira Misao que apareció de la nada en ese momento con sus ninjas, mientras señalaba a los mismos Oni y a Kaoru y Yahiko que andaban muy callados siguiendo el ritmo de los acontecimientos.
-Yo iré mejor con Misao -dijo Aoshi- no puedo permitir la quema de Kyoto, y hare lo posible por evitarlo.
- Muy bien Shinomori-san ¿Pero, Yahiko-chan no es muy pequeño para esto? -pregunto Yamagata con preocupación.
-No se preocupe por mi señor Yamagata, yo pude vencer a un Jupongatana de Shishio, a un miembro del grupo de los seis de Enishi Yukishiro, detuve por un rato al terrible Kujiranami y vencí a otro guerrero a las ordenes de Wu Heishin.
-Así que fuiste tu jovencito -dijo el hombre poniendo una mano en el hombro del chico de 12 años cumplidos- pues entonces si Kenshin Himura que a sus catorce se convirtió en el mejor Hitokiri y ahora es un héroe cree que es correcto ¿Quien soy yo para negarse a la ayuda de un valiente heredero de samurai? Solo trata de llegar a tu Genpuku con vida joven amigo
-¿Hum? Viviré y ganare señor -respondió con una reverencia el joven Yahiko.
Según las informaciones del grupo Oni el ejercito rival estaba conformado por unos 5 mil hombres y estaba dividido en dos escuadrones de dos mil miembros cada uno además de unidades más pequeñas conformadas por los mil hombres restantes. Las tropas eran principalmente desertores, chinos y europeos, además de un grupo de ronin y ninjas. Estaban dirigidos por un europeo en la parte táctica y en el frente estaría el fornido Yawata, por su parte Souji designado como líder de la operación estaba tranquilo en la tienda de campaña; parte del plan de ataque no le agradaba en especial la misión de los pequeños comandos que Omuro había pedido que se formaran, pero su pensamiento estaba en enfrentar a Saito y nada más.
Los momentos de tensa calma pasaron y de repente ambas tropas se confrontaban frente a frente. El grupo de "Espadas Celestes" ataco primero, una fila de soldados con rifles dispararon sobre las tropas rivales acompañados por una sucesión de disparos de cañón que hizo estragos en las primeras filas japonesas. Justo en medio de la confusión los grupos comando salieron disparados por los costados eludiendo a las tropas Meiji, su objetivo: La Quema de Kyoto.
Aritomo Yamagata no se amilano ante la potencia de fuego de su rival y preparo el contraataque, además noto la escapada de aquellos mil hombres, contingencia para la cual ya estaba preparado. Los fusileros japoneses respondieron al fuego enemigo y bajo idea de Yamagata, el joven Soujiro iría al frente usando su gran velocidad y cortaría los fusiles enemigos. La acción fue emprendida y el desnivel inicial fue eliminado.
Soujiro pasaba a gran velocidad entre las filas enemigas cortando fusiles, mientras por los extremos izquierdo y derecho entraron Saito y Kenshin respectivamente creando confusión entre las filas enemigas. En su accionar Saito elimino a 5 o 6 hombres antes de reencontrarse con Kenshin en el medio que simplemente dejo inconscientes a varios rivales; los dos hombres esperaban por una señal.
Los comandos corrían a gran velocidad hacia Kyoto, que se veía cercana desde el campo de batalla, eran ninjas y ronin los componentes principales del grupo invasor y apenas al llegar iniciaron el fuego. Las llamas se esparcieron rápidamente y pronto los extremos de la ciudad estaban en llamas. Con lo que no contaron ni Kokusaikatsu ni su grupo es que Yamagata tenia memoria, en dos ocasiones aquella estrategia se había intentado y en las tres se frustro. "Al parecer nadie tiene memoria histórica, y este Kokusaikatsu menos que nadie" había dicho el estratega aquel mismo día. Lo que no podía sospechar Yamagata era que aquello era solo una tentativa de ataque no una confrontación real y que "Espadas Celestes" previo aquel fallo en sus planes .
Ante los comandos aparecieron de repente dos mil oficiales de la policía de Kyoto y las poblaciones vecinas que cargaron furibundos sobre los pequeños grupos. La sangre empezó a bañar las calles de Kyoto una vez más, los disparos retumbaban en las calles y la ciudadanía cubierta por un muro defensivo de policías y coordinada por Okina el viejo Oniwabanchu empezó a detener los brotes de llamas que se desperdigaban veloces por las ciudad. Con este cambio en la situación los asaltantes optaron por retornar al grueso de su armada pero para su sorpresa por la retaguardia llegaron Aoshi, Misao, Okkon, Omasu, Shiro y Kuro los ninjas Oni seguidos de cerca por Kaoru y Yahiko, además de un centenar de hombres que Yamagata envió para cercar a los insidiosos comandos de Kokosaikatsu.
La batalla llevaba ya tres horas para aquel momento y Sanosuke fue el siguiente en entrar en acción. Corriendo hacia el frente el luchador uso Futae No Kiwami contra el suelo levantando una cortina de tierra, su ejemplo fue seguido por Kenshin que con su Do Ryu Sen desde su costado abrió una zanja en el suelo rompiendo las filas de los soldados rivales, mientras Saito y Soujiro que se habían reunido destruían parte de los cañones.
-Vaya al parecer los Japoneses no son malos en estrategia militar, pero esto dista mucho de estar decidido -dijo Smoliensk con seguridad- Yawata es tu turno, ve a la carga y dales un poco de su propia medicina- ordeno por ultimo Konrad.
Mirándolo con cara de pocos amigos Yawata Nogi asintió levemente y transmuto su rostro en uno de jubilo, tomando a una treintena de los mejores hombres se fue a las primeras líneas a toda velocidad. Mientas el japonés partía el holandés llamo a un subordinado que se fue cabalgando hacia un extremo del bosque circundante con un mensaje. El mensaje que volvería a inclinar la balanza en favor de los insurrectos, pues apostado en un costado de las tropas Meiji a un par de kilómetros estaba un segundo contingente de dos mil soldados.
Yawata emprendió la marcha a toda velocidad cargando sobre los Meiji y rompiendo sus filas, al igual que sus subordinados de elite, la acción tenia el mismo propósito que la ejecutada por el grupo de Himura momentos antes... desequilibrar y confundir. Decenas de soldados patriotas cayeron en el campo del honor cuando Sanosuke noto lo que sucedía, al igual que Kenshin y Saito que volvían a la retaguardia; pronto los tres guerreros se encontraron en el medio con Yawata.
-¿Y bien grandulón? -dijo Sanosuke haciendo sonar sus manos.
-¿Que te sucede mocoso quieres morir antes de tiempo? -espeto Yawata
-Supongo -dijo Saito sopesadamente- que tu eres de los lideres. Nogi Yawata.
-Así es Hajime Saito, también te conozco y tu rival te espera en otro lugar -respondio Yawata
-Muy cierto -añadió Sanosuke- Kenshin déjame a esta mole a mi, le partiré en dos con mis puños.
-¿Ah si? -dijo riendo a carcajadas el inmenso hombre- ¡Veremos miserable!
Kenshin asintió y fue todo lo que necesitaron ambos hombres, Sanosuke y Yawata empezaron a correr hacia afuera de la zona de combate uno junto a otro sin dejar de mirarse. Pronto recorrieron unos 50 metros afuera de la zona de confrontación y desde la colina donde estaba el centro del mando de los revelados Konrad pudo ver aquello.
-¿Que demonios? Ese inútil de Yawata dejo el combate para enfrentar a un imbecil. Souji al parecer ese tal Saito va hacia ellos -añadió de un grito Smoliensk .
-¿Que? Pues yo debo ir para allá -dijo Okita
-¡De que diablos hablas! ¿Quien dirigirá el combate? -dijo sorprendido el holandés
-Olvídalo, esto es solo un juego. Un simple sacrificio de un décimo de nuestras fuerzas, o al menos esas son las palabras de Omuro, yo no estaba de acuerdo pero el solo quería hacer que los Meiji se confiaran.
-¿Perderemos 7 mil hombres? ¿De eso se trata? -dijo pasmado Konrad Smoliensk
-Si, incluso Schleswig lo sabe y lo permitió. Lo único que importa aquí es nuestra batalla contra ellos -dijo el antiguo Ichibantai Kumichou del Shinsengumi.
Mientras Souji decía aquello por un costado llegaban las tropas extras que había mandado a llamar el holandés. Este movimiento tomo por sorpresa al flanco del ejercito imperial que tuvo que cambiar su formación ante el repentino cambio de estrategia del grupo "Espadas Celestes". Yamagata iba a caballo gritando a sus tropas que se reorganizaran cuando una nueva sorpresa llego desde atras de los Meiji, unos 500 hombres huían de Kyoto seguidos por la fuerza policial de la ciudad y el grupo ninja Oniwabanchu encabezado por Misao Makimachi y Aoshi Shinomori.
Con aquella acción estallo una batalla campal entre los inferiores en numero pero mejor armados insurrectos y los Meiji. Los cuerpos caían a granel y desprendiéndose a través del bosque pasaron Yahiko, Misao y Kaoru al encuentro de Kenshin y los demás que habían abandonado la batalla y se encontraban en un claro muy cercano. Yahiko llevaba las ropas un poco llenas de sangre, a consecuencia de una herida en el hombro y de la sangre de un rival a quien rompió la mandíbula con su Shinai; Kaoru por su parte también estaba algo golpeada y cansada luego de la veloz intervención del grupo en Kyoto, habían transcurrido cinco horas de combate y estaba agotada. Misao por su parte dejo a Aoshi luchando y al mando de los Oniwabanchu que repelían de la ciudad a los invasores mientras ella acompañaba a los otros dos, estaba muy perturbada pues... había tenido que matar por primera vez a un ser humano para defender la vida de Okkon.
Al cabo de un rato los tres jóvenes llegaron al claro, al mismo tiempo que llegaban ellos llegaban dos personas a caballo. Una se rezago un poco y estaba cubierta por una túnica negra y la otra parecía ser un europeo desde donde los vieron los chicos. Al llegar vieron que una confrontación estaba por empezar. En un lado del claro Saito, Kenshin y Soujiro estaban reunidos; el primero de los hombres con su sempiterno pitillo humeando un delicado humillo. En el centro un hombretón de cerca de dos metros acompañado únicamente por su inmensa maza con bola de hierro envuelta en púas se enfrentaba al luchador Sanosuke Sagara.
-¿Y bien gigante cuando empezamos? -inquirió con sorna Sanosuke
-No quieras apresurar tu muerte mocoso -respondió Yawata mirando hacia abajo al joven Sagara.
-Hey -se alzo una voz desde un costado- ¿No es acaso injusto que uno de los contendientes no venga acompañado?
El dueño de la voz era Konrad Smoliensk que venia cabalgando, y bastante detrás de él se veía una sombra negra oculta bajo uno de los árboles en un jumento del mismo color negro de la túnica que cubría al personaje. Pronto tres jóvenes voces llegaron también al lugar.
-¿Y supongo que no habrá problema si vienen más espectadores? -dijo en tono alegre Misao Makimachi
-Kaoru-dono, Yahiko y Misao ¿Están bien? -pregunto Kenshin
-Por supuesto Kenshin, solo vinimos a ver la lucha -contesto Yahiko sin darse cuenta de la significativa mirada que intercambiaron su maestra Kaoru y el samurai x.
Mientras Sanosuke y Nogi continuaban midiéndose con la mirada
-Vaya muchacho me sorprende que no estés temblando, lo siento pero te matare en honor a mi maestro Omuro -dijo confiado Nogi
-Eso lo veremos basura, deja de pensar que eres muy fuerte o Sanosuke Sagara tendrá que patearte-respondió con tono desafiante el luchador.
-¡Basta de charla! -grito Nogi Yawata mientras arremetía contra Sanosuke.
-¡Adelante! -respondió Sanosuke
Tomando su postura Sano espero la acometida de la inmensa bola de metal, antes enfrento una situación similar ante Shikijo de los Oniwabanchu y no era nada nuevo para él. Esperando hasta el ultimo momento esquivo el ataque y se giro sobre su propio pie para asestar una patada con el empeine en el rostro de su rival. Sorprendido, Nogi apenas atino a interponer la mano libre en la trayectoria del ataque, para luego hacer retroceder a Sano con un mandoble horizontal de su pesada arma. Lo embistió varias veces más pero Sano lograba esquivarlo fácilmente.
-¿Y bien eso era todo hablador? Con esa arma tan pesada jamás lograras golpearme -dijo Sanosuke muy confiado.
-¿Ah si? -sorpresivamente apenas dicho esto Nogi lanzo su arma con toda su fuerza hacia Sanosuke que ante el inesperado movimiento solo atino a retroceder un poco y fue arrastrado por la fuerza del impacto un par de metros.
Doblado por el dolor de las puntas que se incrustaron en su abdomen Sanosuke apoyo una rodilla en el suelo y respiraba dificultosamente.
-Jajaja ¿No que no te golpearía? Ese es mi ataque sorpresa de la maza voladora -dijo orgulloso de si mismo Nogi.
-Himura ese imbecil de Sagara no ha seguido mi consejo y en este tiempo no ha mejorado nada, no ha practicado la defensa que es lo básico. Sera mejor que yo luche contra... -Saito no termino pues Kenshin le hizo un gesto negativo y le insto a seguir viendo la lucha, que Yahiko y Misao seguían con marcado interés.
-Saito, él si te obedeció aunque a regañadientes, mira. -dijo Kenshin.
En aquel instante Nogi corría hacia el caído Sanosuke y lo atenazaba por el cuello, Sanosuke apenas conseguía respirar ante la tenaza de la mano de Nogi que acto seguido incrusto contra el suelo a Sanosuke. Lentamente se incorporo una vez más algo adolorido y miro desafiante a Nogi Yawata.
-¿Acaso eso es todo lo que tienes bola de músculos?-le reto- Anji Yukkyuzan habría barrido el piso contigo, no te emociones por haberme sorprendido.
-¿Que dices? ¡Voy a hacerte trizas!
Nogi se abalanzo sobre él de nuevo, pero Sanosuke lo esperaba y con un ágil salto eludió el brazo de Nogi y usando el suyo se abalanzo contra el cuello de Yawata y con la fuerza del salto lo hizo caer pensadamente contra el suelo.
-Maldito muchacho -farfullo por lo bajo Yawata- eso no me lo esperaba.
-Y ya te vienen más sorpresas -dijo relajado Sagara con las manos en los bolsillos.
Lo que siguió fue una sucesión de ataques tras ataques, el kempo de Nogi no hacia mella en Sanosuke que detenía los ataques del gran sujeto con relativa facilidad y respondía con patadas y golpes en la gran masa de músculo que era su rival.
El problema era que aunque consiguio conectar sus ataques efectivamente varias veces no habia hecho un daño real a su enemigo. Nogi repentinamente lanzo una gran cantidad de ataques que fueron retenidos por Sanosuke, de la misma manera que antes Saito detuviera los del joven Sagara antes de partir tras Kenshin cuando la amenaza de Shishio.
-Tenias razón Himura siguió mis consejos, pero el imbecil no utiliza su mejor arma contra este grandulón. Solo ese golpe de doble impacto podrá derribar a este tipo -dijo Saito
-Lo se Saito, pero algo debe estar planeando Sanosuke -respondió Kenshin.
-Tienes razón Kenshin, últimamente Sano ha entrenado mucho -interrumpió Yahiko- Algo se trae entre manos ese cabeza de chorlito.
-Así es -concordó Kaoru que estaba ensimismada observando el accionar de Sanosuke mientras Misao simplemente veía silente el espectáculo que se levaba a cabo ante sus ojos.
Alguien más observaba, desde los árboles y en su caballo Okita Souji miraba cada detalle de la pelea intranquilo, pues aunque la lucha parecía ir igualada notaba intranquilidad en su aliado Nogi y una fría calma en Sagara. Konrad también estaba intranquilo pues aquella lucha se extendía más de lo que él previo y las tropas sin guía no eran muy buen pensamiento aun cuando fuesen peones sacrificables.
-Nogi- grito- acaba con ese muchacho de inmediato!!
El grandulón volteo en dirección a la voz que le increpaba y asintió para luego lanzarse en una nueva andanada de golpes que esta vez si pudieron llegar a destino, o al menos algunos de ellos. Dos patadas al pecho y un uppercut hicieron trastabillar a Sanosuke que hasta ese momento con una impecable defensa había mantenido a distancia a su rival.
-Empiezas a ceder terreno estúpido -dijo Nogi recobrando su confianza.
-¿Eso crees? -dijo levantando el rostro Sanosuke, quien tenia una leve herida en un párpado y que sangraba levemente- Te llevaras una sorpresa infeliz.
Al decir aquello Sanosuke se lanzo en repentino ataque y lanzo un golpe al rostro de Nogi Yawata.
-¡Es Futae No Kiwami! -grito Yahiko emocionado
Okita se sorprendió del temerario movimiento pero se tranquilizo al ver el resultado de la suicida acción de Sanosuke. Nogi tenia apresado por el brazo derecho a Sanosuke deteniendo el golpe que al parecer fue muy lento. Levanto a Sanosuke y a un tiempo echo todo su brazo hacia atras para lanzar el golpe que seria el definitivo...
Con estrépito cae repentinamente el inmenso cuerpo de Nogi, y Sanosuke cae de pie e ileso junto a la inmensa humanidad de su rival. Saito dejo caer su cigarrillo al suelo de la impresión e incluso Kenshin parece no entender que sucedió puesto que no pudieron ver nada en el momento por la posición en que se encontraban.
-Te dije que te esperaba una sorpresa, mi golpe fue solo un señuelo. He perfeccionado Futae No Kiwami con ambas manos y eso más mi Sanjou No Kiwami me hacen imposible de vencer para un inútil como tu.
Pasado el estupor general el holandés Konrad Smoliensk dio un paso hacia adelante empuñando su arma.
-Al parecer es mi turno de luchar ¿Quien de ustedes me enfrentara?
-Yo -dijo Yahiko antes de dejar hablar a nadie más
-Y yo -dijo Kaoru dando un paso al frente.
-¿No me pensaran dejar afuera? -dijo Misao con una sonrisa de seguridad y decisión.
-Pero Kaoru-dono...
Una nueva lucha estaba apunto de iniciar y sin importar que dijera Kenshin ya los rivales estaban decididos. Y mientras aquella nueva lucha iniciaba, la batalla entre las armadas empezaba a decantar en favor de los Meiji que dirigidos por Yamagata en la estrategia y en el campo por los Oniwabanchu con Shinomori al frente parecían estar por decidir el destino de aquella primera escaramuza.
¿Que resultados traerá esta inesperada segunda batalla? ¿Se verán las caras Okita y Saito los dos mejores en el antiguo Shinsengumi?
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Notas: Hey! Un nuevo episodio de este fic que va a paso de tortuga, como todos mis fics últimamente. Lo primero a destacar es: La superficial narración de los combates entre tropas. La causa de esto es bien simple, y es que quise extenderme en las descripciones de los combates uno a uno. No lo consideren un deficiencia en mi nivel como escritor sino un error absolutamente voluntario y motivado principalmente por el deseo de terminar esta historia lo antes posible, quizás eso quite calidad a mi historia o quizas no, lo cierto es que no me interesan las descripciones de combates multitudinarios o al menos no en este fic.
* Los Chinos y los Japoneses han tenido muchisimos conflictos en su historia, siendo el más reciente el de finales del siglo diecinueve e inicios del veinte, guiado por el mismo Yamagata ademas, que poco despues se erigio en dictador del Japon mientras se reorganizaba efectivamente el gobierno. Esta posición la abandono luego sin ningun problema de por medio, lo que habla muy bien del famoso lider y explica el porque se le trata con tanto respeto dentro del anime y manga de Rurouni Kenshin. Hombre honorable en la fantasía y la realidad.
