Flourite

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Era raro que se encontrase sola en la casa... Setsuna había ido a echar un vistazo a las Puertas del Tiempo y asegurarse de que todo anduviera en orden, Haruka estaba en su acostumbrado paseo dominical por una de las autopistas que rodeaban Tokio; y Michiru se encontraba en el deportivo... mejor dicho, estaba en el salón de música a un lado del deportivo.

Alegó tener que estudiar un par de cosas, para no verlas obligadas a tener que llevarla. Ellas también necesitaban tiempo para sí mismas, y no quería un ser estorbo en ningún momento. La casa era sólo para ella... y ya había hecho un par de travesuras por ahí... se comió los postres (preparados por Makoto un día antes) de Haruka y Setsuna, Michiru alcanzó a comerse el suyo antes de irse. Se robó unos dulces importados que Haruka escondía bajo su colchón.

También necesitaba tiempo para ella misma... y lo aprovechaba al máximo...

Pero, ahora estaba descansando, mirando por el ventanal de la sala el azulado cielo de la tarde. Era extraño que aún estuviera en el cuerpo de una niña de doce años... cuando hacía no bastante tiempo que se transformó en la Dama 9, con un cuerpo como de veinte años... y, después de eso, en Sailor Saturno... y, enseguida, en un bebé... para crecer demasiado rápido y recuperar la forma normal que tenía antes... Hotaru Tomoe de doce años...

Cierta ocasión, alguien le preguntó si se sentía rara cambiando de cuerpo a cada rato, no recordaba quién se lo preguntó, pero sí la respuesta que le dio...

... que no sentía nada extraño, al menos no psicológicamente... junto con su cuerpo, su mentalidad cambiaba; bueno, no era que cambiara, sino que se adaptaba a la situación... Un poco difícil de explicar, pero así lo dio a entender a esa persona que le preguntó.

Era raro, sí, pero nada como para sufrir un infarto o algo parecido...

De repente, se acordó de su padre... y se preguntó qué estaría haciendo...

Aveces lo extrañaba, sólo algunas veces, por que Haruka, Michiru y Setsuna le daban amor y cariño hasta asfixiarla... A todas las quería mucho... a su papá Haruka, a su mamá Michiru y a su mamá Setsuna... Haruka la sonsacaba y le apoyaba sus caprichos, como un buen padre... Y Michiru y Setsuna siempre le reprochaban que andaba malcriándola... Se preguntó, sin querer, cómo podrían amar tanto a alguien que podría destruir el mundo completo con sólo desearlo...

Su único ataque para eso servía... para destruir... Y, a veces, solía odiar su poder... Lo bueno, es que las pocas veces que lo había usado era para ayudar... para destruir, no lo bueno, sino lo malo que amenazaba la paz de las personas... para eso era, para destruir el mal...

Para eso era la guerrera de la destrucción... Sailor Saturn...