1. SORPRESAS



Privet Drive era un lugar tranquilo habitualmente, pero en el habían cosas extrañas que se intentaban tapar.

Y es que Harry Potter vivía allí, donde en aquel momento meditaba sobre lo que había ocurrido anteriormente.

El había escapado de las garras de Voldemort, quien, después de trece años, había vuelto, con una poción en la que tomaban parte un hueso de su padre (de Voldemort, claro), carne de uno de sus vasallos y sangre de un enemigo, sangre de Harry Potter.

Pero debía animarse, ya que aquel día era su cumpleaños; aunque no se debía emocionar por el regalo de los Dursley, sus tíos, si que debía hacerlo por los demás regalos, que se los habrían mandado sus amigos de Hogwarts.

En Hogwarts era donde se sentía como en su casa, ya que sus padres habían sido asesinados por Voldemort cuando estaba en la cima de su poder.

Entonces fue cuando, al querer matar a Harry, su madre se puso delante para protegerle, y, aunque había muerto, Voldemort volvió a alzar la varita hacia Harry, pero la maldición rebotó, haciendo que Voldemort muriese.

"Pero ahora ha regresado", peso Harry, tumbado en su cama por la noche.

De repente, una farola de Privet Drive alumbró tres lechuzas, que iban directamente a su ventana.

Una de ellas era Hedwig, su propia lechuza, que le traía una carta, las otras dos eran: Pidwidgeon, la pequeña lechuza de su amigo Ron Weasley y una lechuza que Harry adivinó que era de Hogwarts.

Abrió la carta de Hogwarts, donde le daban información sobre los libros de aquel curso. Harry tardó en darse cuenta de que llevaba una nota de más en la que ponía:



Señor Harry Potter:

Es un placer concederle a usted la Orden de

Merlín, segunda clase, al haberse enfrentado contra Voldemort.

Harry se alegró mucho y abrió la carta de Ron:

Querido Harry:

Feliz cumpleaños, el regalo que te doy es con ayuda económica de Fred y George, que, por cierto, no se de donde han sacado tanto dinero. Espero que te guste.

Ron

Harry desenvolvió el regalo y vio un reloj con el dibujo de una snitch perseguida por un buscador en el centro. Además, las varillas cambiaban de color.

-¡Guau!-Dijo Harry, sorprendido, colocándoselo.

Aunque vio que no tenía hebilla, al acercárselo se le adapto perfectamente a la muñeca y se quitó el antiguo reloj, que llevaba por costumbre para después abrir la carta de Hedwig, la cual era de Hermione:

Querido Harry:

Te deseo un feliz cumpleaños y que mi regalo te guste; pero no solo eso: ¿querrías ir a visitarme a mi casa para lo que queda de verano?

¿A que no sabes que? Al leer la carta de Hogwarts, leí que me han hecho… ¡prefecta!

Por si acaso vienes, vivo en Londres, en la misma calle que el caldero chorreante, el numero 9.

Espero que vengas y que tus tíos no te depriman.

Besos:

Hermione

P.D.: Llámame por teléfono si te dejan:

962 411 155

***

Al día siguiente, Harry se levantó temprano para desayunar:

-Has tardado mucho-le dijo tía Petunia en un tono que no aceptaba disculpas.

-Lo siento-dijo Harry rápidamente-Tío Vernon, ¿puedo ir a casa de una amiga mía para lo que queda de verano?-añadió.

No sabía como, pero vio los pensamientos de su tío: si no le dejaba ir, Harry escribiría a Sirius, así que Vernon aceptó:

-Está bien, puedes ir-respondió finalmente tío Vernon-.

-Gracias, tío. Esa amiga mía me dijo que se lo comunicara por teléfono ¿puedo llamarla?

-Tienes cinco minutos.

Así que Harry se fue hacia el teléfono y llamó a Hermione:

-¿Diga?-Al parecer se había puesto su madre-.

-¿está Hermione?-dijo Harry.

-Sí, ahora se pone. ¡Hermione, es para ti!

-¿Diga?-se había puesto Hermione.

-Soy yo, Harry-dijo este-.

-¡Ah, Harry! ¿Qué? ¿Te dejan?

-Sí ¿Cuándo voy?

-Mañana a las cinco y media de la tarde iremos a por ti, ¿vale?

-Vale.

-¡Cuelga ya!-dijo tío Vernon.

-¡ahora!-dijo Harry-Hermione, me llaman para que cuelgue, adiós.

-adiós, Harry.

Harry volvió a la cocina y le dijo a su tío que irían a recogerle al día siguiente.

Se terminó el desayuno y fue hacia su cuarto, donde una lechuza le esperaba allí, con una carta que parecía ser de Sirius.

Querido Harry:

¿Cómo estás? Yo estoy bien escondido en casa de Lupin, pero el día de tu cumpleaños estaremos en casa de una amiga mía. Espero que te guste mi regalo.

Harry lo abrió y vio que se trataba de un libro en el que, con letras doradas, la portada lucia:

Guía de todos los hechizos existentes

-Guau, Sirius.

Harry fue a enviarle una carta diciéndole que iría a casa de Hermione y que le había gustado mucho su regalo, pero vio que hedwig se internaba en la casa de la señora Figg.

De repente se acordó de que había olvidado abrir el regalo de Hermione, fue hacia donde estaba y lo abrió: Era un equipo para jugar a quidditch, el cual llevaba una nota:

He estado ahorrando mucho tiempo para regalártelo, seguro que te gusta.

-Guau.

Harry iba a irse a casa de la señora Figg para preguntarle por hedwig, así que se vistió rápidamente y se dirigió hacia su casa.

-¿Qué quieres, Harry?-dijo la señora Figg.

-Quería preguntarle si ha visto pasar por aquí una lechuza blanca-dijo Harry-.

-Pues sí, y le ha dejado una carta a Sirius, que está aquí.

-¿de verdad?-Harry estaba sorprendido por que no se sorprendiera al haber visto una lechuza con una carta y al tener a Sirius, su padrino, en casa.

-Hay algo que nunca te he dicho: soy bruja.

Harry se quedó estupefacto ante aquella declaración.

-¿y cual es su nombre?

-Arabella Figg.

-Dumdledore habló de usted a finales del curso pasado y dijo algo de un antiguo grupo, ¿a que se refería?

-Verás, Harry: Yo, Mundungus Fletcher y Remus Lupin éramos, en las épocas de poder de Voldemort, los tres mejores aurores de la época. A eso se referiría.

-Vale.

-¿sabes que? En realidad soy tu madrina-Harry se quedó aún más estupefacto- .

-Demasiadas sorpresas para tan poco tiempo-murmuro Harry-.

-¿de verdad?-dijo Arabella, que había oído a Harry

-Sí: primero Hermione, una amiga mía de Hogwarts, me invita a pasar el resto del verano con ella, después, me entero de que usted es bruja y ahora me entero de que usted es bruja-respondió Harry rápidamente-.

-Ya veo, una conversación entre madrina y ahijado-dijo Sirius, que acababa de llegar a donde estaban-.Bueno, me iré.

-¡¡Sirius!!-dijo Harry-.No hace falta que te vayas, si quieres, puedes quedarte.

-Vale.

El resto del rato se lo pasaron contando "batallitas" de los padre de Harry, pero no duró mucho, ya que tía Petunia llamó a Harry para comer.

-¿Dónde estabas?-le preguntó tía Petunia.

-En casa de la señora Figg, de visita- respondió Harry-.

-Pues ya irás luego. Ahora come.

-De acuerdo.

***

A la tarde del día siguiente, Harry estaba impaciente por la inminente llegada de Hermione.

-¿Cuándo vendrán?-preguntó tío Vernon impaciente

-Me han dicho que a las cinco y media-respondió Harry

-Pues ya son casi ¿como vendrán?

-Lo más normal es que en coche, ya que los padres de esa amiga mía son normales.

Tío Vernon se quedó desconcertado

-¿y cómo es eso?

-Su caso es un poco raro: son los que tienen padres normales y ellos son…ya sabéis.

-De acuerdo.

De repente se oyó un ruido de un coche que se acercaba en la tarde antes silenciosa.

-Serán ellos-dijo Harry-.

Y era así: de repente el ruido paró y Harry se fue a abrir la puerta.

-¡Hola, Harry!-dijo Hermione.

-¡Hermione!

-Bien, ¿tienes el equipaje?

-Sí, aquí esta.

Hermione ayudó a Harry a llevar el equipaje y hedwig al coche.

-Adiós-le dijo Harry a sus tíos, pero no obtuvo respuesta.





¿Qué os ha parecido? Pues es mi primer fic.

A mí me gusta mucho, y espero seguir mejorando.

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