CAPITULO 2

Marianne despertó junto con sus amigas en la habitación que compartían Meyra, Navery, Lily y Febes.

Bajaron a desayunar. El gran comedor estaba abarrotado de gente, de a poco fue vaciándose a medida que los alumnos terminaban de desayunar. Llegaron Sirius, James, Remus y Peter.

-Se les pegaron las sabanas, eh?- Bromeó Marianne.

-Es que en la noche fuimos con la capa inv...- Comenzó Peter, cuando Sirius le pegó un codazo.

-¿Qué, Peter?- Pregunto Meyra interesada.

-Na..nada..-

Marianne y Navery se miraron y suspiraron. Peter era un chico gordito y de estatura baja. No hablaba mucho, solo tenía de amigos a Sirius, Remus y James. Que incluso algunas veces, no lo trataban como si fueran sus verdaderos amigos.

-Vamos a transformaciones- Anunció Navery.

Antes que se levantaran Lily fue a saludarlos y diciéndole a James que quería hablar con el. Navery se puso muy celosa. Esto hizo que Sirius tenga celos por Navery.

-¿Y esa pelirroja quien se cree?...Hola chicos!! Hola chicas!! James puedo hablar un minuto contigo?..BAH!- Dijo parodiando la forma en la que Lily había actuado. Aunque era normal. Navery al estar celosa exageraba.

Marianne estaba al borde de soltar una sonora carcajada. Para su suerte encontró algo que le quitó al alegría.

Llegaron al salón de transformaciones. La impartía McGonagall, una joven profesora, muy exigente.

Entraron y se acomodaron en sus asientos. James y Lily , Navery y Sirius, Meyra y Marianne, Remus y Peter.

Llegó McGonagall y comenzaron a trabajar. Marianne trabajaba con Meyra, ella era muy estudiosa, aunque nunca se olvidaba de divertirse....A su lado se encontraba la fila de los de Slytherin. Lucius Malfoy se acercó y le susurró al oído a Marianne.

-¿Qué pasa sangre sucia? ¿Tu amiguito James te ha dejado por Evans? ¿Otra sangre impura cómo tú?-

-Pero por que no te callas mal nacido- Sin quererlo había gritado. Malfoy no se contuvo y también comenzó a gritar. De pronto los dos se percataron que McGonagall los estaba observando despectivamente.

-¡20 puntos menos para cada casa!- Gritó furiosa. –Vuelvo a escuchar una palabra de ustedes dos y tendrán una detención-

-Este idiota me hizo perder puntos..- Murmuraba Marianne.

-Ya ya...no te lo tomes así, si le das mas importancia él va a conseguir lo que quiere, fastidiarte, si?-

-Si..ah, Meyra..-

-Si?-

-¿Crees que haya algo entre James y Lily?-

Meyra levantó la cabeza para ver unas mesas hacia delante a James y Lily trabajando.

-No lo se, se que son amigos, pero de ahí a otra cosa no lo se..-

Marianne miró hacia las mesas de Slytherin. Pudo ver a Snape trabajar con un chico que no conocía.

Pareció como si él supiera que lo estaban mirando, por que volteó y pudo ver a Marianne.

Ésta desvió la mirada rápidamente.

Snape le parecía el chico más frío que conocía, bueno, en realidad no lo conocía si no fuera por esas clases, nunca había hablado con el, pero sus ojos fríos, su aspecto sombrío.. .

La clase de transformaciones terminó. Ese día tuvieron cuidado de criaturas mágicas, historia de la magia, adivinación, y un par de materias más que cada uno elegía, por desgracia, a última hora, tenían pociones con Slytherin.

-¿Pero por que me hacen esto?..Empiezo el día con ellos y lo termino igual!- Decía James constantemente.

Bajaron a las mazmorras y se adentraron en el frío salón de Pociones. Lleno de calderos, tenía un aspecto lúgubre, y más con el profesor que la impartía, además su favorito era Snape. Era muy bueno en pociones, pero aún así era un fastidio ver tanto favoritismo. Siempre favorecía a los de Slytherin (era su antigua casa) y les quitaba puntos a los de Gryffindor por cualquier cosa. Ese día sería el peor día para todos. Aunque no del todo...

Cuando llegaron se sentaron en sus habituales lugares. Cuando el profesor llegó, anunció que no soportaba la rivalidad entre Slytherin y Gryffindor, y que por eso ahora trabajarían de a dos, durante el resto del año, alguien de Gryffindor y de Slytherin. Los de Gryffindor se pusieron como locos a protestar, por eso les quietaron muchos puntos.

El profesor estaba armando las parejas, mientras decía que serían por todo el año.

Navery miró a Marianne, quien estaba sentada con ella.

-Demetriev, con Goyle..Potter, con Malfoy..Black, con Cravee..- Así fue Armando parejas, a Meyra le tocó con Remus por que no había mas personas de Slytherin (supuestamente). "Y a mi?...preferiría trabajar sola, si, talvez me dejará trabajar sola, por eso no me asignó ningún compañero..antes de trabajar con un Slytherin"

-Arodaños, oh! Me había olvidado de usted!- "Aquí viene nuevamente.." Pensó Marianne cansada. –Marianne Alba Arodaños...¿Quién eligió ese nombre?-

-Mis padres..- Dijo resignada. Ya veía venir otra humillación, el año pasado era con James, Sirius y Remus, ahora serían con Navery, Meyra y ella? Esperaba que no...

-Bueno, Alba..- Dijo tratando de molestarla. Generalmente a la gente no le gusta su segundo nombre. Por suerte a ella si. Pero no lo hizo notar.

Snape, que estaba a unos asientos mas adelante que ella, volteó a verla, luego siguió son su trabajo. Aunque Marianne estaba mirando al profesor esperando que la siga humillando, pudo ver lo que hizo Snape.

-mmm...¿Qué alumnos quedan?-

Efectivamente solo quedaba uno. ¿Acaso era una broma? Snape.

-Ve con Severus, a ver si el señor Snape puede instruirla mejor en lo que se refiere a la materia pociones, por que no veo muy buenas calificaciones..-

Marianne se dirigió a donde Snape estaba sentado solo. Tomó asiento mientras que el profesor escribía los ingredientes de la nueva poción para realizar.

"...Rayos, que aburrimiento..espero que se le de por hablar..bueno, en realidad, a quien le importa si Snape habla o no? Espero que si habla no sean insultos por que le daré flor de bofetada...no..contrólate Marianne, ni siquiera ha abierto la boca y tu ya le quieres pegar.." Pensaba Marianne.

En la clase se escuchaba un murmullo, todos estaban tratando de realizar la difícil poción.

Mientras que Marianne cortaba los ojos de escarbato y disolvía el pus de armadillo, Severus estaba leyendo los siguientes pasos y cortando unas ramas de "Bleritsenias" (planta mágica..).

-Arodaños ¿Terminaste con el pus de armadillo?- "Arodaños? No! Odiaba que la llamen por su apellido!.."

-Si, pero no me llames así, odio cuando la gente te llama por el apellido- Severus la miro y frunció el ceño.

-¿Acaso me estas pidiendo que te tuteé?- Dijo con un dejo de diversión en su voz.

-Claro que no!..bueno, lo que te estoy diciendo es que odio que me llamen por mi apellido, así que supongo que al fin y al cabo es lo mismo, pero no te quise decir eso exactamente por que..- Ella siguió hablando dando explicaciones para que quede claro que no le había pedido tutearse.

-¿Acaso no paras de hablar, Alba?- Preguntó Snape riendo. "...¿Severus Snape sonriendo? Eso si que no se lo hubiese imaginado nunca...¿La había llamado Alba? ¿Acaso prestó atención cuando el maldito profesor dijo su nombre completo? No, Marianne, deja de pensar en el idiota que tienes al lado.."

-Al menos hablo, tú nunca hablas, Snape-

-¿Me estas diciendo que quieres que te hable?- Preguntó al igual que antes.

-No!..¿Por que interpretas mal las cosas?...-

-Solo preguntaba, si quieres hablar hablaremos....-

-Pero yo no dije que..- Comenzó de nuevo Marianne. "¿Quién se creía Snape? Como si ella necesitara que le hablen y tuteen!..aunque trabajar con la misma persona en todo el año y no hablarse..."

Siguieron trabajando mientras que Snape introducía en el caldero los ingredientes.

-Listo..-

-eh? ya? Snape, tengo que admitirlo..vaya...cuando dijeron que eras bueno en pociones...mira! Nadie mas la ah terminado!- "Acaso le dijiste que era bueno en pociones? Marianne reacciona!!!"

-¿Yo te llamo Alba, y tú me llamas Snape?-

-¿Me estás diciendo que quieres que te llame por tu nombre?- Preguntó Marianne haciendo lo que había hecho Snape antes.

-No- Dijo cortante.

-Yo creo que si, pero ni siquiera se como es tu nombre...-

-Severus Snape-

-Bueno, Severus, ¿Qué haces siempre que terminas las pociones antes que los demás?-

-Leo-

-Que entretenido...-

Se quedaron en silencio unos momentos, hasta que llegó el profesor a ver la poción, le dio todo el crédito a Snape, y Marianne parecía pintada. Sabía que si le hablaba a Severus lo insultaría por no decir que ella también la había hecho, prefirió quedarse callada.

La clase terminó. Se levantaron de sus mesas y cada casa se junto con sus usuales compañeros.

Antes de que Marianne pudiera guardar sus cosas llegaron Malfoy Cravee y Goyle.

-No!! Sev!! Lo lamento por ti, estar con esta sangre sucia a tu lado todo el año..pobre de ti..vamos sangre impura, que ensucias cada vez más el banco de Severus-

-¡¡Pero por que no te callas Malfoy!!- Dijo antes de salir del aula. Sus amigos ya habían salido del aula. "Genial, ¡gracias por esperarme!..".

Estaba caminando hacia la sala común, cuando alguien le toco el hombro. Volteó y vio a Snape.

-eh..olvidaste esto..- Dijo él y le entrego una hoja, era en la que había anotado todos los ingredientes de la poción.

-Gra..gracias Severus...- Le respondió. Un silencio incómodo de apodero de ellos hasta que Snape habló.

-Bueno..debo ir a la torre norte para astrología..Adiós Alba..-

-Adiós..-

Cada uno volteó y se dirigió hacia donde tenía que ir, Marianne estaba caminando sumergida en sus pensamientos, cuando alguien le tocó el hombro nuevamente.

Ella se volteó sonriendo.

-¿Severus?- Cuando volvió la vista pudo ver que se trataba de su amiga Meyra.

-¿Quién?- Preguntó ella sorprendida.

-Eh..no..nada...- Contestó un poco roja.

-Marianne, ¿Acaso escuche el nombre de ese idiota de Slytherin?-

-Es que antes me había detenido en el pasillo para darme una hoja que me había olvidado y..-Dijo más roja que antes. "¡Piensa rápido Marianne! Algo , algo..." -¿Y a ti como te va con Remus?-

-Es muy bueno conmigo, pero solo somos amigos..-

-Vamos, ¡yo ya eh visto como te mira!-

-No es verdad!..-Dijo Meyra con un tinte rojo en sus mejillas.

-Como sea, vamos-

En la sala común todo estaba tranquilo, Meyra se puso a hacer unas tareas con Remus mientras que James, Sirius, Peter y Navery jugaban un juego de adivinación.

-¿Qué es esto?- Preguntó Marianne que acababa de llegar.

-Son cartas mágicas, no son como las muggles, ven si quieres puedo tirartelas-

-mm..¿Y que hay si sale algo malo? Preferiría no enterarme..-

-¡¡Oh Malbi no le quites la diversión!!- Le dijo James. La llamaban así por una mezcla entre sus dos nombres.

-De acuerdo, ¿Qué tengo que hacer?- Dijo acercándose a ellos.

-Simple, deja que te tire las cartas..-

-¡Pero eso es como los muggles! ¿Nav que has tomado?-

-¡No es como los muggles! Estas cartas son mágicas, además..¿Has visto alguna vez una predicción muggle hecha realidad?-

-La verdad no..-

-Entonces siéntate y calla, ya verás que es lo mágico, cuando termine de tirartelas te lo diré- Navery comenzó a mezclar las cartas y luego formo cuatro montones.

-Bien..Dame tu mano Marianne- Ella obedeció y le dio su mano. Mientras que con la otra tomaba una carta de cada mazo, como le indicaba Navery.

Hizo muchas modificaciones a los mazos, al orden de las cartas, y al fin las volteó.

-mmm..¡si, lo tengo!- Gritó Navery. Tomó un libro muy grande y una caja negra.

–Ahora...- Buscaba con el dedo señalando las hojas. –Aja!..dice que tu amuleto será...¿Un anillo? ¡Oye, A mi nunca me ha tocado un anillo!-

-¿Qué?- Preguntó Marianne sin entender nada.

-¿Ves estas palabras?- Le dijo acercando el libro. Ella asintió. –Debes decirlas apuntando con tu varita a la caja, y luego al abrirla estará tu amuleto, algo pasará con ese amuleto, ya sea que se te rompa, tendrás que tener en cuenta como se rompió, por que o por quien fue roto, si se te pierde, en donde te diste cuenta, y esas cosas...ese amuleto será la llave para aclarar alguna duda, o formular otra...¿entiendes?-

-eh..si..creo que si..- Tomó su varita, pronunció las palabras y abrió la caja. Allí, como había dicho efectivamente Navery, había un anillo dorado con unos grabados negros en runas. Era muy bonito.

-Que lindo...-Dijo Marianne observando el anillo.

-¡A mi nunca me tocan cosas lindas!- Dijo Navery decepcionada.

-Bueno, si no les molesta voy a hacer mi tarea y a dormir..-

-De acuerdo, pero...¡¡préstale atención al anillo!!..-

-Si..ya..- Dijo poniéndoselo en el dedo del corazón (el de al lado del índice) de su mano derecha. –¡Bien! ¡Ahora tengo cinco anillos! ¡¡Mi número favorito!!- Todos la miraron con cara de cómo si ella estuviera loca, siempre creía en las cábalas, las premoniciones, los avisos, etc etc.

-Si..y me dicen a mi...- Dijo Navery.

-¡Con ustedes no se puede decir nada!- Dijo Marianne resignada. –Me voy, adiós- Cuando pasó por al lado de Meyra ésta la tomó del brazo la jaló hacia ella y le susurró al oído:

-Adiós "Severus"- Marianne se quedó helada. "¡No! ¡Ahora nunca se olvidara de lo de el pasillo! ¿Por qué justamente Meyra tenía que escucharme? ¿Tengo tanta mala suerte como para que justo ella, la persona con mas memoria en Hogwarts me escuche?".

Marianne le dirigió una sonrisa sarcástica y se alejó rogando por sus adentros encontrar a Meyra sola y aplicarle un hechizo desmemorizante.

Llegó a la habitación, se cambio la ropa rápidamente y se recostó en su cama.

"¿Qué le pasaba con el idiota de Snape?...bueno, no era como ella pensaba, al hablarle en pociones fue muy inteligente y tenían el mismo humor....sarcásticos....pero..no, no podría ser..hacia una horas que lo había "conocido" realmente...Severus era simpático dentro de todo...si no estaba con esos amigos suyos...podría haber dejado la tarea había olvidado y así sacarme un cero..además nunca la había insultado...¿Qué? ¿¡Qué estas pensando Marianne!?..¡¡Contrólate!!.."

Sin darse cuenta entró en un sueño profundo con sus pensamientos dando vuelta en su cabeza.

A la mañana siguiente despertó muy temprano y con un terrible dolor de cabeza. ¿Tantos pensamientos le habrían hecho daño?. Miró su reloj. ¡¡Seis y media de la mañana!!. Decidió darse una ducha y luego salir a la biblioteca para terminar un pergamino de tarea de transformaciones.

Salió de la sala común y se dirigió a la biblioteca con su pelo castaño aún húmedo. Saludó amablemente al bibliotecario y se dirigió directamente a la sección de animagia, tenía que hacer un informe sobre el peligro y las consecuencias que trae ser animago.

Tomó un par de libros y se sentó.

Comenzó a leer y luego desvió sus pensamientos en Sirius. Black estaba constantemente coqueteándole a Navery, pero no solo a ella, si no que también a Susan, Hanna, Rita, y a más chicas de Gryffindor y algunas de otras casa. Era muy atractivo, pero aún así... .

Sin darse cuenta tenía la vista fija en cualquier punto menos en el libro, cuando algo la hizo desconcentrarse.

-Buenos días Alba- Saludó una voz tras ella. Marianne volteó, aunque ya sabía de quien era esa voz.

-Ho..Hola Severus- Tartamudeó Marianne.

-¿Qué haces?-

-Solo mi tarea de transformaciones-

-Tarea de Aritmancia, pero no me refería a eso, ¿No es muy temprano aún?-

-Eh..si, pero no podía dormirme, y antes que quedarme en la cama mirando el techo..- De pronto Marianne cayó en la cuenta de algo, "¿Estaba charlando con Snape?".

-Ya lo creo, es mejor aprovechar el tiempo...¿Necesitas ayuda?- Dijo Severus señalando los pergaminos.

-eh..bueno..- Dijo pensándolo un momento. -No me vendría mal una mano..- Le respondió finalmente. Severus comenzó a ayudarle y en pocos minutos terminó su trabajo.

-Genial, dos pergaminos en lugar de uno, McGonagall va a idolatrarme- Comentó en broma. Comenzó a charlar con Snape, con su brazo apoyado encima de la mesa y su rostro apoyado en su mano, lo escuchaba cuando hablaba, mientras que observaba sus ojos negros y penetrantes.

Sin darse cuenta se hicieron las siete y media, ya alumnos comenzarían a llegar al gran comedor a desayunar, y talvez a la biblioteca. Por desgracia llegó alguien de su casa.

-¡Hey, Marianne!- Gritó Lily acompañada por Hanna. Cuando Marianne volteó pudo ver las caras de asombro de las dos chicas.

-Tengo que irme- Le dijo Severus, comprendiendo la situación. –Mis compañeros de seguro ya se levantaron y deben preguntarse donde estoy-

-Si, claro, eh..Adiós nos vemos en pociones- Dijo sonriendo Marianne.

-Nos vemos-

Marianne posó su mirada en el libro.

Juntó sus cosas, Lily y Hanna ya se habían marchado. Fue hacia el gran comedor, donde estaban todos sus compañeros de Gryffindor de su curso.

-Hola- Saludó cuando llegó.

-Marianne, ¿Dónde estabas?- Preguntó Sirius.

-Haciendo la tarea de transformaciones, me levante temprano y aproveché el día-

-¡Ah! ¡Pobre Marianne, en la biblioteca por la mañana!- Dijo Navery.

-Claro que no..- Interrumpió Hanna. Marianne la lanzó una mirada suplicante a Lily, quien estaba sentada junto a Hanna, Lily le pegó un codazo a esta, pero por desgracia, Hanna aún así hablo...

-Estaba con compañía..¿No es cierto Marianne?-

-¿Con quien estabas?- Preguntó con curiosidad James.

Meyra miró a Marianne, ella ya se imaginaba por su rostro de pánico.

-N..no estaba con na..nadie- Logró decir.

-¡Oh, vamos Marianne!, ¡Ahora no me hagas quedar como una lunática!-

-Hanna, no se de lo que hablas- Le respondió Marianne con una mirada fría.

-¿Ah no? ¿No les cuentas a tus amigos las amistades que tienes con Slytherin?- Hanna había iniciado una guerra. Se las pagaría.

-¿Slytherin?- Dijeron calmadamente Remus y James. Aunque odiaban esa casa, eran los más maduros de todos los chicos de su curso, y entenderían perfectamente que Marianne haga las amistades que quiera.

-¡¿Slytherin?! ¿¡Estabas con alguien de Slytherin!?- Bramó Sirius.

Navery y Meyra ni siquiera hablaban, luego hablarían con Marianne a solas.

-Cállate Black, yo no te digo nada por que estás con las inútiles de Hufflepuff- Le dijo enojada Marianne.

-¿Con quien estaba Marianne?- Preguntó loco Sirius.

-¡¡Basta!! ¡¡Estoy con quien se me da la gana!! ¡¡¿Y por lo menos podrías tener la delicadeza de hablar conmigo a solas en vez de gritarlo en medio del comedor para que todo Hogwarts se entere?!!- Gritó Marianne y salió como un huracán hacia la sala común.

-Bueno, ya, ¿Con quien estaba?-

-Con..- Comenzó Hanna, cuando observó como Severus Snape salía también del comedor. Miró rápidamente a Lily y esta le negó con la cabeza: -Ahora no pensaras que cada vez que no los ves tú, están juntos, por favor, tal vez estaba ayudándola con la tarea enserio-

-¡Claro! ¡Ayudarle a alguien a hacer su tarea sin siquiera mirar los libros!-

-Oigan, ya basta, Marianne puede hacer amistad con quien quiera- Dijo Navery enojada. Meyra y Navery, naturalmente defenderían a Marianne, y además les caía muy mal Hanna.

Sirius comenzó a interrogar a Hanna, pero cada vez que Hanna iba a decirlo, Lily interrumpía y hasta se ponía a gritar.

-¡¡Vamos a hablar con Marianne, me han dejado con mucha intriga!!- Dijo Navery.

-Si, a mi también- Mintió Meyra, por supuesto ya sabía de quien se trataba.

Salieron del gran comedor, mientras que Marianne hablaba...

-¿Te cause problemas, eh?- Sonrió Severus. Marianne no podía creer que ese era Snape.

-No, es que..-

-Yo se que no les caigo muy bien a Potter, Black y esos, a mi tampoco me caen bien esos idiotas, que quede claro, no se la verdad ni siquiera como me caes bien tú siendo amiga de esos..- Dijo Severus. Cuando se dio cuenta lo que había dicho paró en seco. ¿Había hablado demasiado?

-Eh...si también me caes bien, y tampoco puedo entender por que siendo amigo de Malfoy...- Dijo dedicándole una sonrisa.

-Nos vemos en clase, antes que vengan tus amigos, perdón por causarte problemas Alba..- "¿Le parecía a ella o le gustaba decir su nombre?, las pocas veces que había hablado con el, la llamaba Alba."

Cuando llegó a la sala común tras ella corrían Meyra y Navery. Pararon en el retrato de la dama gorda, y jadeando le dijeron.

-Ma...ri...anne...-

-¿Qué?- Preguntó ella.

-Entremos- Le dijo Meyra.

Ya en la sala común subieron a la habitación por sus cosas, en poco minutos tenían encantamientos.

-¡¡Marianne!! ¡¡No nos aguantamos la intriga!! ¿Con quién estabas?- Preguntó Navery muerta de la curiosidad.

-Eh..Bueno..eh...con...Severus..-

-¿Quién?..ese nombre me suena....Oh....no..- Dijo Navery mirando a Marianne con los ojos muy abiertos. –¿El nariz ganchuda, pálido, pelo grasiento?-

-Si- Dijo Meyra. –Ese es Snape, ¿no?-

-Bueno, puedes juntarte con quien quieras Marianne, sabes que ese idiota no nos cae para nada bien, y menos sus amigos, y..- Comenzó Navery.

-Yo también decía lo mismo, pero no es como ellos, al menos cuando está solo, es más, creo que es simpático..-

-¡Aj Deja de hablar bien de ese Slytherin que se me ponen los pelos de punta! ¿Pero tienes algo con él?-

-¡¡¡Claro que no!!!- Gritó Marianne.

Sus dos amigas rieron. –Bueno, ya, no era para que te pongas así..-

-Vamos, tenemos encantamientos..-

Las chicas bajaron. Y en la sala común estaban Remus y Sirius.

-Hola- Saludaron ellas.

-¿Vamos a encantamientos?- Dijo Remus.

-Si- Respondió Meyra.

-¿Marianne puedo hablar contigo?- Le dijo Sirius.

-Si...- Dijo mirando a Navery interrogándola. Navery se encogió de hombros y salió junto a Meyra y Remus.

-¿Qué pasa Sirius?-

-Eh..yo..lo siento..-

Marianne sonrió y aceptó sus disculpas. Cuando estaban por salir de la sala común, Sirius le dijo:

-Pero me ha quedado algo....¿Con quién estabas?- Marianne lo miró sorprendida y por sus adentros agradeciéndole a Lily, de seguro ella había impedido que Hanna le contara a Sirius.

-Con Snape- Soltó Marianne de una vez por todas.

-¿¡¿¡¿Qué?!?!?- Gritó Sirius MUY fuerte. -¿Y QUE HACIAS CON ESE IDIOTA?-

-¡La tarea Sirius! ¡La tarea!-

Sirius salió rápidamente por el retrato y se encontró a James y Lily charlando. Sin preguntarse si interrumpía algo o no comenzó a contarles a gritos que Marianne los traicionaba haciendo amistades con el enemigo.

-¡¡Pero tú estas enfermo!!- Dijo Lily. Marianne en ese momento salió del retrato para ir a encantamientos.

-¡Marianne! ¡Espérame!- Le gritó.

-Si, claro Lily- Dijo deteniéndose, cuando Lily llegó hasta ella las dos se encaminaron para el salón de encantamientos. Mientras Sirius le hablaba a James.

-¡¡Puedes creerlo!! ¡¡Snape!! ¡¡El amigo de Malfoy!!-

-Sirius, yo creo que le estás dando mucha importancia y..-

-¡¡Tonterías!! ¡¿Ahora de seguro le cuenta todo sobre nosotros así Malfoy podrá jodernos la vida mas de lo que lo hace no?!, ¡¿O no me digas que van a ser noviecitos y en lugar de estar con los de su casa estará todo el tiempo con los de Slytherin?!-

-Sirius, me gustaría que puedas escucharte a ti mismo, deja de decir esas cosas, sabes que Marianne nunca haría eso, y si lo hace, es su decisión, ahora estamos llegando tarde a encantamientos, vayámonos- Dijo entre riendo y furioso.

Cuando Marianne llegó le echó una mirada de odio a Hanna. Luego de eso la clase de encantamientos fue muy aburrida.

-¿Qué tenemos ahora?- Preguntó Meyra.

-Pociones- Respondió Sirius mirando de reojo a Marianne.

Lily lo notó y habló a Sirius: -¡Ya basta Sirius!-

-¿Qué?-

-Sabes lo que quiero decir-

-Lily, no me vas a decir que no te molesta que ella vaya y...-

-¡¡Basta!!- Le cortó Lily.

Se dirigieron a pociones mientras que Sirius y Lily seguían discutiendo por lo bajo.

Cuando entraron la mayoría de los de Slytherin ya se encontraban allí. Marianne observó como a regañadientes todos se sentaban con el compañero que le había asignado el profesor la clase pasada.

-Hola Severus- Le saludó mientras se sentaba.

-Hola Alba-

Comenzaron a hablar igual que en la biblioteca, mientras que los que estaban tras ellos sentados miraban atónitos.

-Silencio- Dijo el profesor cuando llegó, esa o "cállense" o más sinónimos eran su forma de saludar. –Hoy vamos a trabajar con la poción de rejuvenecimiento- Todos se miraron sorprendidos, esa era una poción muy difícil.

-Si, se lo que están pensando, pero no esa poción, si no una para cambiar solamente el aspecto, no la mentalidad- A continuación comenzó a escribir en la pizarra los ingredientes, mientras que Marianne los copiada, Severus ya estaba haciendo lo que tenía que hacer con ellos.

-¿No es una poción muy difícil?- Dijo Marianne.

-No para mi- Dijo sonriendo. "¡Esa sonrisaa! Ya me estoy acostumbrando...¿Qué diablos me pasa?"

-Entonces explícame como hacerla por que no entiendo ni medio de lo que esta escribiendo este hombre en la pizarra-

Luego de eso Severus pasó a explicarle la poción mientras que la realizaban.

Terminaron primero que todos.

-¡Oh! Sin duda, sabía que el señor Snape terminaría antes que todos- Dijo el profesor nuevamente, sin notar a Marianne. A ella no le importó.

-De seguro que la poción esta excelentemente realizada- Miró el caldero. –Señorita Alba, pruébela-

-¿¡Qué!?- Preguntó Marianne abriendo mucho los ojos.

-Ya me escuchó- Dijo fríamente, Marianne pensó que sería mejor beberla, si no le reprobaría todo el año. Tomó lo que parecía ser un baso, pero con la forma de un caldero muy pequeño, y Severus le sirvió. Respiró hondo y bebió un poco de la caliente y asquerosa poción.

En unos minutos Marianne volvió a tener 13 años.

El profesor hizo un movimiento de varita y apareció un espejo. Marianne se miró, mientras que también Severus la observaba. Miró su reflejo en el espejo. Y para frustración del profesor, soltó una carcajada.

-¿Qué es lo gracioso?-

-Nada, disculpe profesor, es solo que verme con el aspecto de mis 13 años me da cierta diversión-

-10 puntos menos para Gryffindor, ahora en 5 minutos el efecto pasará- Marianne volvió a sentarse al lado de Severus que la seguía observando.

-¿Qué?- Preguntó Marianne.

-Tu aspecto es muy...-

-¿Muy?- Dijo pensando que le diría feo, tonto, etc.

-Tierno- Respondió tan bajo que solo ella lo pudo escuchar. Marianne no sabía si reírse a carcajadas o darle las gracias, así que se limitó a sonreírle.

Luego de cinco minutos Marianne volvió a su aspecto de 17 años.

-Al fin, era muy extraño hablarte con el cuerpo de una pequeña-

-¡Quisiera verte a ti en esa situación, ya te imagino a los 13 años!- Le bromeó.

-Ya lo creo-

Marianne volteó y pudo ver a Meyra sentada con Remus...de la mano...

Por reflejo le dio un codazo a Severus y el volteó y vio lo que Marianne trataba de decirle.

-Veo que el licántropo ya consiguió novia..-

-¿El qué?- Preguntó Marianne.

-No, nada- Severus rápidamente comenzó a hablar de otro tema.

Terminó la clase y se despidió de Snape para ir con Meyra. Ésta les contó a ella y a sus amigas que Remus y ella eran novios, mientras Remus se lo contaba a James, Sirius, Peter.