CAPITULO 5
Los años pasaron, Severus Snape se encontraba en Hogwarts, como todos los años.
Harry, Ron y Hermione estaban por entrar al gran comedor, en su quinto año.
Hermione estaba discutiendo con Ron, como de costumbre. Harry, por su parte, se preguntaba quien sería el nuevo profesor que impartiría Defensa Contras Las Artes Oscuras. De pronto chocó con alguien.
-¡Lo siento!- Dijo una mujer. Era castaña de ojos marrones y llevaba una túnica negra.
-No hay problema- Contestó Harry.
-¿Podrían decirme donde esta el gran comedor?- Muchas cosas habían cambiado en Hogwarts.
-Si, es esa puerta- Le indicó Hermione. –Soy Hermione Granger, ellos son Harry Potter y Ronald Weasley- Le dijo señalando a cada chico.
-Muchas gracias, encantada, mi nombre es Marianne Arodaños, y seré su futura profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras- Dijo al ver que llevaban las túnicas de Hogwarts, y el escudo de Gryffindor, les dedicó una sonrisa y se fue. Luego se percató...Harry..Harry Potter! El hijo de James y Lily!!..no lo podía creer...¿Cómo no se había dado cuenta antes? Era idéntico a su padre...
Marianne estaba muy feliz, Dumbledore le había ofrecido el puesto de profesora en Hogwarts, eso le traía muchos recuerdos. "¿Habrá algún viejo alumno dando clases como yo?" Se preguntó a si misma. Estaba a punto de abrir la puerta para entrar al comedor, cuando encontró a la profesora McGonagall y a un hombre hablando cerca de ésta, en realidad discutiendo.
-¡Profesor, insisto en que no puede quitarle puntos cuando siquiera han comenzado las clases!- Decía McGonagall.
-Minerva, después me pregunto yo por que los Gryffindor no tienen respeto alguno por los demás-
Marianne escuchó esto y le dieron ganas de pegarle al sujeto. Estaba de espaldas a ella. La profesora McGonagall la vio y saludó con la mano indicándole que entrara. El hombre se dio vuelta, y Marianne pudo ver su rostro.
Se quedó helada, no podía articular palabra. No lo podía creer. Era Severus Snape.
Marianne no habló si no que se dirigió rápidamente al comedor. Se sentó cerca del lugar de la profesora McGonagall.
Luego de unos minutos Snape entró. Ni siquiera la observó, se sentó en un asiento al lado de Dumbledore.
Marianne trató de desviar sus pensamientos. Recordaba las veces que ella había estado sentadas en esas largas mesas, las veces que había visto a los profesores en esas mesas..ahora ella era uno de ellos. Comenzó a recordar y recordar, pero ahora lo único que podía pensar era que Severus Snape, después de años de no haberlo visto, estaba allí, a unos pocos metros de ella.
La profesora McGonagall entró con los alumnos de primero en fila tras ella.
La ceremonia de selección no cambiaba, el sombrero seleccionador estaba cada vez más viejo y roto. Hacía mucho que no veía Hogwarts.
Cuando terminó Dumbledore se levantó y comenzó a hablar, sobre lo que podían y no podían hacer los alumnos, que ese año volvía el Quidditch, y al final de todo:
-También quiero presentarles a su nueva profesora de defensa contra las artes oscuras, la señorita Marianne Alba Arodaños- Todos aplaudieron a su nueva profesora, Marianne se sonrojó un poco. Más cuando notó a Severus.
Desde su asiento pudo ver que el abría mucho los ojos, sorprendido. Mientras que se inclinaba hacia delante para ver a Marianne. Ella lo miró y le sonrió. Luego desvió la mirada a su plato, que al mismo tiempo que Albus Dumbledore daba un aplauso, se llenaba de comida.
Terminó la cena, Marianne se dirigió a Dumbledore.
-Disculpe, profesor Dumbledore..-
-Oh! Marianne, eres una ex alumna, por favor, llámame Albus-
Ella le sonrió y le preguntó donde estaba su habitación.
-Esta al lado de tu despacho en el tercer piso, justo al lado, a la izquierda-
-Gracias, iré a recostarme, mañana tengo que dar clases bien temprano, gracias por..-
-No hay de que- Le dijo sonriendo.
-Adiós, buenas noches-
Se dirigió a la salida del comedor, notó que Snape ya no estaba allí.
Estaba por llegar a su habitación, había muchos alumnos en los corredores, sin contar a los fantasmas y a algunos profesores.
-Alba..- Sonó una voz tras ella. Marianne volteó entre nerviosa, feliz y triste.
-¡Severus!- Dijo ella. –Cuanto tiempo...-
-Si, mucho..-
Se sentía un poco incomoda con Severus en ese momento, hacía mucho que no se veían, en realidad, desde el último día de clases de séptimo curso. Y lo único que podía pensar al ver sus ojos. Eran en sus besos....
-No has cambiado nada..- Dijo Marianne mirándolo.
-Tú si, no te había reconocido, bueno, me parecías familiar, pero no supe que eras tu hasta que Dumbledore le dijo..-
-¿Quién diría que nos encontraríamos nuevamente?-
-La verdad nunca me lo habría imaginado- Dijo el. De pronto la mirada de Severus se posó en el cuello de Marianne. Esta lo notó y tocó su cuello, donde estaba la cadena de oro con la pequeña piedra amatista. Le sonrió a Severus, quien no podía creer que aún la conservara.
-Nunca me he olvidado de ti...- Le dijo por lo bajo ella.
-Créeme que yo tampoco- Marianne al escuchar esto notó como su cuerpo se estremecía y su corazón latía fuertemente.
-¿Sigues siendo....-
-No, ya no sigo ese camino- Dijo el, sabiendo que Marianne se refería a ser mortífago.
-Severus, creo que me iré a dormir, mañana es mi primera clase, y no quiero estar dormida-
-Entiendo, hasta mañana en el desayuno-
Marianne entró a su habitación, había una cama bastante grande, un baño, un escritorio, una mesa de noche y un armario. También había una ventana que dejaba ver los terrenos de Hogwarts y una parte del bosque prohibido.
Sus cosas ya estaban allí, así que solo se cambió y dejó su ropa en la silla del escritorio. Se metió entre las sabanas y cerró sus ojos. Estaba muy emocionada por el encuentro con Severus, no podía creerlo, quien diría que se encontraría con justamente, Severus Snape. ¿El recordaría cuando estuvieron juntos?..¿Habría tenido más mujeres en estos años?..¡¡Severus ya no era mortífago!!..Sin darse cuenta se quedó dormida. Como una noche, con una sonrisa en su rostro.
Se levantó muy emocionada a la mañana. Exactamente a las siete y media. Se puso una túnica negra pero con capa azul oscura.
Llegó al comedor donde había algunos alumnos, pero solamente de los profesores, estaban Dumbledore y Snape.
Saludó a los dos y se sentó. Dumbledore miraba a Severus de reojo. Había sido el director de Hogwarts cuando ella era alumna, por lo tanto, sabía de la relación que había tenido con Snape, ya que en el colegio se había divulgado lo de "Un Slytherin y una Gryffindor".
-¿Cómo estás Marianne?- Le preguntó Dumbledore mirándola a ella.
-Muy bien, gracias- Dijo sirviéndose un poco de jugo y unas tostadas. Conversaron animadamente, Severus no le despegaba la mirada a Marianne, ésta lo notó y se puso muy nerviosa. Dumbledore solo observaba con mirada risueña la situación.
-Lo siento, debo irme para las clases, me toca con...Gryffindor y Ravenclaw, de quinto año-
-¿En que piso está tu salón?-
-Cuarto-
-La acompaño profesora Arodaños- Le dijo Snape. –Claro, si no le molesta-
-N..no- Respondió Marianne. ¿Por qué la llamaba Profesora Arodaños si ayer la había llamado Alba?.
-Severus, por favor, dejemos de lado las formalidades, además, si no me falla la memoria, tú y Marianne eran compañeros, ya los habré visto yo juntos..-
-Si Albus- Le cortó Snape antes que siga hablando, Marianne estaba un poco roja.
–Esta bien, de acuerdo, ¿Vamos Alba?-
-Claro- Los dos se dirigieron hacia fuera del salón. Pero antes que pudieran salir una lechuza llegó y se posó en el hombro de Marianne.
-Nóshe!- Dijo acariciando la lechuza.
-¿Qué?- Preguntó Severus.
-Es el nombre de mi lechuza- Sacó de la pata de la lechuza la carta que tenía amarrada y la lechuza voló nuevamente.
-Espera Severus, tengo que leer la carta-
-Si, no hay problema-
Marianne abrió la carta:
Querida Marianne:
Hija, te comunico que tu abuelo llegará a Hogwarts para ayudarte con las clases mañana por la noche.
Espero que no te moleste esto, Dumbledore pidió que Mundungus vaya. Además creemos que es por otros asuntos derivados a la Orden Del Fénix. Ya te contará el de eso.
Esperamos que hallas tenido un buen viaje.
Pásatelo bien en Hogwarts. Tu padre y yo estamos orgullosos de que seas profesora. Dinos si has encontrado ex compañeros. ¿Cómo está Minerva? Mándale saludos de mi parte.
Cariños
Mamá
-¿De quién es?- Preguntó con naturalidad Severus. Marianne rió por el comportamiento de él. Y le contestó:
-De mi madre, dice que mi abuelo llegará mañana, para ayudarme a impartir las clases-
-Oh, ¿Mundungus?-
-¿Qué? ¿Cómo conoces a mi abuelo materno?-
-Asuntos de Hogwarts..- Dijo él.
Marianne frunció el seño y se dirigió con Snape al cuarto piso.
-Aquí te dejo- Le dijo Marianne al llegar al salón. –Nos vemos luego Severus-
Entró al salón, la mayoría de los alumnos ya se encontraban allí.
-Buenos días- Saludó Marianne. Eso de ser profesora era nuevo para ella. La clase la saludó. Pudo ver a Harry, Ron y Hermione y les dirigió una sonrisa. Rompió un poco el hielo. Los de Ravenclaw la miraban sin hablar, así que no se preocupó.
-Hoy, en nuestra primera clase, vamos a hablar de los dragones, de sus distintas razas y sus características, ¿Alguien puede nombrarme alguno?-
Hermione levantó su mano.
-¿Si?-
-El Galés Verde Común- Dijo ella.
-Muy bien, Hermione, 5 puntos para Gryffindor, el Galés Verde es un dragón de pura raza, armoniza con la hierba exuberante de su tierra natal, aunque anida en las montañas altas, en donde se han establecido las reservas para su preservación, sus huevos son de un color marrón tierra con manchas verdes, ésta raza es de las menos problemáticas, ya que prefiere cazar ovejas, y evita a los humanos, excepto si se lo provoca-
Satisfecha pudo ver como los alumnos tomaban nota. Pasó toda su clase hablando de los dragones.
En un momento, cuando estaba por acabar la clase, alguien tocó la puerta.
-Disculpe por interrumpir su clase, profesora- Dijo entrando Snape.
-No tiene importancia, igualmente ya terminaron- Se escuchó un movimiento de pergaminos y más cosas, mientras la clase comenzaba a guardar sus cosas.
-¿Cómo te ha ido Alba?- Le preguntó ya a su lado.
-Muy bien, gracias, vimos lo dragones, parece que les gustó-
-¿Con qué curso tienes ahora?-
-Oh! No con ninguno, por que mi abuelo Mundungus- Marianne pudo notar la mirada de Harry (quien todavía seguía guardando sus cosas junto a sus dos amigos) al decir ese nombre. -Dará clase a los cursos de tercer, sexto y séptimo año, y yo daré a segundo, cuarto y a quinto-
Severus asintió.
-Mañana tengo clase con Slytherin, que fastidio- Dejó escapar ella.
-¿Fastidio?- Preguntó Snape.
-Si, sabes como son los Slytherin-
-No olvides que yo también fui a Slytherin-
-Si, y yo también fui a Gryffindor, "Minerva, después me pregunto por que los de Gryffindor no tienen respeto alguno por los demás", ¡ Por favor!- Dijo imitando como había hablando él anoche. Snape la miró sorprendido y rió.
-Aún no puedo creer que este hablando contigo- Le dijo el. Marianne sintió que nuevamente el corazón le latía con fuerza.
-Yo tampoco, Severus- Sin poder contenerse al impulso, lo abrazó. Severus respondió (al principio un poco torpe, ya que no se lo esperaba) al abrazo.
-Marianne..- Llamó alguien que estaba entrando al aula. Severus y ella se separaron rápidamente y vieron a Dumbledore.
-¿Llego en el momento equivocado?-
-No, esta bien, Albus- Le dijo Snape.
-Mundungus llegó, adelantó el viaje-
-¿Ya está aquí?-
-Si, está abajo, también hay otra persona más que creo que te gustará ver-
Marianne miró confundida a Severus. Este se encogió de hombros y se dirigieron con Dumbledore hacia el gran salón.
-¡¡Abuelo!!-Gritó Marianne al verlo, y a un hombre de espaldas charlando con el.
Corrió y lo abrazó. Luego de saludar a Dumbledore, presentar a Snape, y de más. Mundungus Fletcher le dijo:
-Marianne, quiero presentarte a alguien, él es Remus Lupin- Marianne abrió mucho los ojos. No lo podía creer. Nunca nadie más había hablado con Remus, ni siquiera Meyra, ya que el decía que siendo un hombre lobo no podían seguir viéndolo.
-En..Encantada..- Dijo Marianne estrechando la mano de Remus.
-Bueno, ya conoces a Severus, Remus- Habló Dumbledore. –Remus fue profesor hace unos años-
-Ya veo..- Dijo Marianne. No cabía de su emoción.
-¿Señorita Arodaños, podría indicarme en donde está mi habitación?- Le dijo Remus. Marianne miró a Dumbledore.
-Segundo piso, a la derecha- Indicó este. Marianne se marchó con Remus, siendo observados por Snape.
-Así que tu eres el famoso Snape del que tanto ha hablado mi nieta hace algún tiempo- Habló Mundungus cuando Marianne y Remus ya no estaban en la vista de ellos, mirando fijamente a Snape.
-Supongo- Dijo nada más Snape. –Si me disculpan, tengo clase- Se marchó.
-Oh! Vamos Mundungus, déjalo tranquilo, Severus es un buen hombre-
-No dudo, Albus, que si se ha ganado tu confianza es por eso, pero aún así no quita lo que le hizo a Marianne, no me gusta verla con el, prefiero a Lupin, el si que es buen hombre-
-Quieras o no, eso no lo decidirás tú-
-¿Ya ha llegado Arabella?-
-No, aún no, mañana por la tarde, con Sirius-
-De acuerdo-
Mientras tanto, Marianne charlaba con Remus.
-No puedo creerlo! Estoy muy feliz Remus! Hace tanto tiempo que no te veía..-
-Lo mismo digo Marianne- Dijo abrazándola. -¿Cómo has estado todo este tiempo?-
-Bien, como se puede estar, tú?-
-Igual- Y le sonrió. –Ven, tomemos algo en mi habitación-
Entraron, pero antes de que Remus pudiera cerrar la puerta. Harry llegó gritando.
-¡¡Profesor Lupin!!-
Remus volteó emocionado y feliz. –Buenas tarde Harry-
-¿Qué..hace en Hogwarts?-
-Asuntos que, desgraciadamente, no puedo compartirlos, pero no importa, ¿Cómo están Ron y Hermione?-
-¿Remus, Sabes algo de Sirius?- Dijo llegando a la puerta Marianne, además para ver por que Remus tardaba tanto en entrar. Vio allí a Harry.
-Oh! Marianne, este es Harry Potter, Harry, ella es Marianne Arodaños, creo que será tu profesora..-
-Si, ya nos conocemos- Sonrió Marianne.
-Marianne y yo íbamos juntos al mismo curso en Hogwarts-
-Perdón, no quiero entrometerme en sus asuntos, pero...- Comenzó Harry; Luego le susurró algo a Remus en el oído.
-Será mejor que pases-
Los tres entraron a la habitación de Remus, se sentaron en una pequeña mesa en donde había cuatro sillas.
-Marianne, sabes que Harry es el hijo de..-
-Por supuesto, es igual a su padre, como no saberlo-
-¿Usted conoció a mi padre?- Preguntó Harry anonadado a Marianne.
-Si, como dijo Remus, íbamos al mismo curso-
-Harry me preguntó si conocías a Sirius, te ha escuchado preguntarme por él hace unos minutos, Harry, ella fue amiga de James y Lily, también de Sirius...ella sabe que Sirius no fue el culpable de matar a tus padres...-
-Esa rata hipócrita, siempre tan estúpido, callado, inútil...-Comenzó Marianne.
-Ya ya Marianne, el tiempo no puede volverse atrás, cálmate- Desde ese momento a Harry le comenzó a caer muy bien Marianne.
-Sirius vendrá, por unos asuntos que tiene que arreglar con Dumbledore, y..-
-Por la orden del fénix- Interrumpió Harry. Remus lo miró sorprendido.
-¿Cómo...?-
-Escuché a la profesora decir..-
-Marianne, por favor- Dijo ella.
-Esta bien, escuche a Marianne decir que su abuelo Mundungus vendría, y también escuche que Arabella Figg vendría por la tarde, viniste tú, solo me faltaba Sirius, para completar la lista de nombres que había dicho Dumbledore el año pasado mientras yo estaba en la enfermería, también se lo que está haciendo el profesor Snape y...-
-¿Qué esta haciendo Severus?- Preguntó Marianne a Remus rápidamente.
-¿Severus?..aún no lo has olvidado...- Dijo el sonriendo. Marianne se sonrojó. –Como sabes, el es ex mortífago, está infiltrándose entre mortífagos para averiguar cosas a Dumbledore-
-Aún no entiendo..¡¡Los traicionara!!, no pueden..-
-¡¡Severus no nos traicionara!!- Gritó Marianne. Harry la miró con cuidado. –Lo..lo siento Harry, discúlpame, no quise gritarte..-
-Esta bien, tal vez tengas razón, si Dumbledore confía en el, es por algo- Dijo Harry.
-No, definitivamente no lo has olvidado- Dijo Remus mirando el cuello de Marianne, donde estaba la cadena con la piedra. Ésta la ocultó dentro de su túnica para que Remus dejara de verla.
-Calla Remus- Harry rió. Pareció comprender lo que quería decir Lupin. -Bueno, me voy, te veré luego, Adiós Harry-
Los dos saludaron, mientras se quedaron hablando.
-No sabía que mi padre había tenido más amigos que yo no conocía..-
-Pues están...Meyra...Navery, Marianne, ellas eran las chicas más simpáticas, junto a Lily, de Gryffindor de nuestro curso, solo que cuando acabamos Hogwarts cada uno siguió su camino, yo, Sirius, y James nos dedicamos a la orden del fé...-
-¿Mi padre también?-
-Si Harry, también tu padre..Meyra y Navery se fueron al exterior a estudiar, Marianne se quedó aquí, Lily se casó con tu padre..-
-¿Qué quisiste decir con que Marianne no lo había olvidado a Snape?- Preguntó Harry. Estaba muy entusiasmado con conocer a una amiga más de su padre y de su madre.
Remus sonrió. –Espero que Marianne no me odie...ella y Severus fueron novios en séptimo curso-
-¿Qué? ¿Con Snape? Sobre gustos no hay nada escrito…- Remus estalló a carcajadas.
-Si, lo se, ¿Increíble no?, el profesor de pociones los puso a trabajar juntos, de allí salió todo, pero, según contaba Marianne, o mejor dicho, Alba- Harry lo miró confundido. –Snape siempre la llamaba por su segundo nombre, Alba...según lo que contaba, no parecía Severus, era completamente diferente a lo que es hoy, aunque aún así era como ahora..aunque sea un poco...yo creo que el es tan frío ahora por eso, primero por seguir los pasos de su antiguo profesor de pociones, segundo, por ser ex mortífago, y tercero, por Marianne, Snape al ser seguidor de Voldemort ponía en peligro la vida de Marianne, ella es hija de un muggle y una bruja, y por eso tuvieron que separarse..aunque ella no quería, no le importaba que Severus sea mortífago, pero aún así Snape no quería ponerla en peligro...-
-¿Ese era Snape?- Preguntó Harry incrédulo.
-Si...mañana vendrá Sirius, llega a ver a Marianne hablando con Snape y se pondrá como loco, el nunca aceptó que Marianne sea amiga, novia, o siquiera que se junte con un Slytherin...no sabes como se ponía...-
Remus fue contándoles sucesos del pasado, también las bromas que se hacían entre Meyra, Navery y Marianne, y Remus, James, y Sirius. Harry se sorprendió mucho al saber que Marianne también era animago.
La tarde transcurrió sin problemas. Al otro día Marianne estaba charlando con Remus y Snape en el comedor.
Harry les había contado todo lo que Remus le había dicho (incluyendo lo de Marianne y Snape) a Hermione y Ron. Los tres miraban de vez en cuando hacia la mesa de profesores. En ese momento, entró una mujer anciana, con un perro negro a su lado.
-¡¡Canuto!!- Gritó sin querer Marianne. Harry que estaba atento a su mesa miró a Remus y luego a la anciana con el perro.
-¡¡Hermione, Ron, es hocicos!!-
Marianne fue corriendo y saludó a Arabella Figg (Madre de McGonagall), y le dio unas palmaditas al perro negro.
¿Un perro en Hogwarts? Se preguntaban muchos alumnos.
-¡Remus! ¡Severus!- Gritó Marianne entusiasmada. Cuando llegaron el perro lamió a Remus, y lanzó un gruñido a Snape. -Ya, canuto, no seas así de tonto-
-Veo que han encontrado a Arabella y su perro- Llegó Dumbledore sonriente. –Vamos a mi despacho-
Cuando llegaron al despacho de Dumbledore Sirius se transformó en humano. Marianne corrió a abrazarlo.
-¡¡Sirius!!- Dijo entre sollozos.
-Marianne! Que extraño! ¿Qué cosa es el destino, no?-
-Si-
-Bueno, aclararemos las dudas- Dijo Dumbledore. –Minerva, Marianne, ustedes saben de la orden del fénix..- Las dos mujeres asintieron. –De acuerdo, Severus está infiltrándose entre los mortífagos para conseguirnos información- Remus miró a Marianne recordando lo de la tarde anterior y rió por lo bajo. –Sirius, Arabella, Mundungus, Remus y yo, seguiremos como en los viejos tiempos, cuando Severus reúna la suficiente información como para poder actuar lo haremos, por lo pronto tenemos que proteger a Harry, es el heredero de Godric Gryffindor, como lo era James, Voldemort, al ser el de Slytherin, quiere matarlo, por eso debemos estar mas alertas que nunca-
-Albus, ¿Y qué si este nos traiciona?- Dijo Sirius mirando con asco a Snape.
-Creí que el año anterior habían acabado con su enemistad, por lo que veo nadie podrá nunca hacerlo, yo confío plenamente en Severus, Sirius, si Snape pusiera en duda tu fidelidad, yo no lo escucharía, así que haré lo mismo contigo-
Sirius bajó la cabeza un poco apenado. Dumbledore tenía razón.
-Espero que no tengamos ningún problema, Remus, diremos que estas ayudando con sus clases a Marianne, y Mundungus darás otros cursos, Arabella, reemplazarás a Hagrid como profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas, el ha ido con los gigantes para negociar con ellos antes que Voldemort, Sirius, serás simplemente el perro de Arabella-
Todos asintieron y poco a poco salieron del despacho, luego quedaron Marianne, Remus, Sirius, Snape, Dumbledore y Mundungus.
Dumbledore estaba tratando que Sirius no lance miradas gélidas a Snape, y viceversa. Mundungus llamó aparte a Marianne. Estaban saliendo del despacho, Sirius estaba en su forma de perro, y Remus lo conducía a su habitación. Snape charlaba con Dumbledore. Mundungus y Marianne estaban justo tras Severus y Dumbledore.
-Toma, Malbi, mira lo que te traje, te extrañaba mucho- Dijo sacando de un canasto un gato blanco de ojos negros.
-Severus! lindo!- Gritó ella. Snape volteó confundido y sorprendido:
-¿Sucede algo?-
-Eh?..no, solo le hablaba mi gato- Marianne se sonrojó muchísimo, Dumbledore rió (Se notaba que trataba de no soltar una carcajada). Remus no pudo contenerse y rió a carcajadas, Sirius solo gruñó. –si me disculpan, voy a mi despacho, tengo que preparar una clase....- Dijo ella rápidamente y se dirigió a paso rápido a su despacho. Remus seguía riendo a carcajadas, por lo que se ligó el canasto (En donde Mundungus había traído el gato) en la cabeza por parte de Marianne cuando pasó por su lado.
Severus, aunque ninguno de los presentes podía creerlo, también sonrió.
Cuando Lupin llegó a su habitación, seguía riendo. Entraron Sirius y el, Sirius se transformó en humano nuevamente. Al escuchar como reía Remus el también rió. Alguien entró de improvisto a la habitación. Sirius se asustó, pero cuando vio de quien se trataba su corazón calmó:
-¡¡Harry!!-
-Sirius- Dijo abrazándolo. -¿Cómo has estado?-
-Muy bien- Pudo observar como Remus se limpiaba las lagrimas de sus ojos. -¿Qué le pasa?- Preguntó Harry. Remus paró de reír y le contó todo a Harry sobre el gato de Marianne y lo que había pasado. Harry también estalló en carcajadas.
-No se que le ven de gracioso, además, Harry ni siquiera sabe que...-
-Si sabe, yo se lo conté lo de Marianne y Severus, y también como te ponías tu-
-¡Remus!- Dijo Sirius haciendo ademán de pegarle. –No me parece bien que Marianne haya venido como profesora, ¡¡Ahora estará cerca de ese idiota!! Y sin mencionar que aún parece que lo recuerda, como actuó hoy, con lo de su gato, y también me fije que tenía el collar ese que le había regalado el...-
-Sirius, déjala tranquila-
-¡No, Remus! ¿Qué no entiendes? ¡Es Snape! ¿No te acuerdas?-
-Si, recuerdo los tiempos de Hogwarts, y tú decías exactamente lo mismo..."¡Es un Slytherin! ¡Es amigo de Malfoy!" etcétera etcétera-
-Bueno, acéptalo, ¿Te gustaba que se junte con el?--No, pero ella puede hacer lo que quiera-
