Hola!! Bueno, aca está el capi 12, sorry si los estoy haciendo cortos últimamente!!..o si tardo, es que tengo mucho con el cole! =( GRACIAS por los reviews!!.....En especial a astartea a Lynn, (gracias, me dejan casi siempre review y eso me pone re feliz!!). Bueno, mejor dejo de hablar, acá está el capitulo 12 Ah! Para kamila (no se tu nick de ff.net), que entró al foro de la página, eso de no hacer sufrir a Marianne, bueno! Pero sin sufrimiento no hay alegrías!! ;). Chauu!! Besos!!
MARI
CAPITULO 12
-¿Severus?- Llamó Marianne nerviosa abriendo la puerta de la habitación.
Cuando entró Snape volteó enseguida y escondió algo detrás de su espalda.
-¿Qué pasa?-
-Nada, ¿Qué tienes ahí?- Le preguntó ella frunciendo el cejo.
Snape se acercó a Marianne y la tomó de la cintura, aún teniendo una mano tras la espalda.
-Tu regalo, feliz navidad- Le dio un beso suave en los labios y le entregó un libro grueso. Marianne pudo ver que en la tapa decía "Grecia para la Filosofía".
-¡¡Un libro de filosofía!!- Dijo casi gritando de la emoción. -¡¡Gracias Severus!!-
-Hay más..-
-¿Qué? ¿Qué cosa?- Parecía una niña pequeña con la ansiedad. Snape rió y sacó del bolsillo de su túnica dos papeles. Se los entregó a Marianne y esta leyó lo que decía en ellos.
-¡¡Un viaje a Grecia!!- Marianne abrió mucho los ojos y miró a Snape. -¿En serio? ¿Iremos a Grecia?-
-Si, una semana en Atenas-
-¡¡En Atenas!!- Snape asintió. -¡¡No puedo creerlo!! ¡¡Te amo!!- Le plantó un beso en los labios y luego corrió hacia la cama a abrir el libro. Se llevó una gran sorpresa cuando al apenas abrir una pagina, se proyectaron unas imágenes por encima del libro, como si fuera una televisión. En donde mostraba imágenes de toda Grecia.
Snape se sentó a su lado mientras que Marianne hablaba sin parar. Luego recordó lo de Alex. "¡No..no se lo puedo decir! ¡Me matará! ¡No quiero arruinar todo..!".
Luego de estar un rato en la habitación Marianne le preguntó que le había pasado en la mañana cuando llegó.
-Como suponíamos, los gigantes se unieron a Voldemort, en su gran mayoría..y los dementores, pero ahora otras fuerzas se le unieron..-
-¿Qué fuerzas?- Preguntó Marianne intrigada.
-Los vampiros-
Sus ojos se abrieron de par en par. -¿Vampiros? ¿Por eso tenías la túnica manchada de..sangre?-
-Si, impusieron la condición de que Voldemort les entregue algunos mortífagos, fue horrible..-
Marianne lo abrazó y estuvieron un rato hablando.
-Tenía que avisarte, ahora en cinco minutos nos reuniremos, algunos Aurors y profesores, ya que es navidad y no hay muchos alumnos-
Los dos salieron de la habitación, y se dirigieron al salón en donde se reunirían todos, decían que tenía propiedades mágicas, que no podrían ser escuchados por nadie que no esté en la habitación, y otras cosas, que aún Marianne, ni casi nadie sabía.
En el camino se sorprendió cuando Snape la abrazó de la cintura. Rara vez iban así por los pasillos, aunque ya todos se iban a enterar que tenían algo, por el viaje a Grecia, y por el embarazo. Aún así algunos profesores eran los pocos que sabían de su relación. Por eso cuando entraron al salón, se ganaron todas las miradas de la mayoría de las personas presentes.
Snape se dirigió con Marianne a hablar con Dumbledore, McGonagall y Trelawny. Pensó ir con Meyra y Navery, pero rechazó esa idea al ver que Alex estaba junto con ellas y más personas.
-¡Le dije, Minerva, que en los pasillos de Hogwarts renacía un viejo amor!- Chilló Trelawny a McGonagall. –Mis predicciones nunca fallan-
Remus Lupin se acercó mientras la profesora murmuraba algo como –Si claro..-.
-Creo que ya estamos todos, Albus-
Sirius también entró al salón en ese momento y cerró la puerta detrás de el.
Cuando todos estuvieron en silencio Dumbledore comenzó a explicar la situación que vivían los magos, comentó algunas noticias del profeta, y por último anunció que Voldemort estaba aliado a otras nuevas fuerzas. Marianne sabía que eran los Vampiros, pero aún así le dio un escalofrío cuando Dumbledore lo dijo.
-¿¡VAMPIROS!?-
-¿Cómo que vampiros?-
-¡No puede ser!-
Fueron las respuestas de la mayoría presentes.
-Por favor, somos gente adulta, ahora hagamos silencio, el profesor Snape, quien como sabemos está haciéndose pasar por mortífago, nos explicará algunas cosas-
Snape comenzó a explicarles lo que sabía, la condición de los vampiros de tomar algunos mortífagos, y que en los ataques tomarían a los muggles y los sangre impura; Pero todavía no sabían nada de cuando serían los ataques, como, en donde ni cuantos vampiros, mortífagos, dementores, ni gigantes habría.
Todos se preocuparon, el panorama no era muy agradable, y con todos esos seres mágicos y los mortífagos de su lado, Voldemort era más que peligroso.
Todos dieron sus opiniones, escucharon las ordenes de Dumbledore y se marcharon. Cuando Marianne salió del aula (Aún con Snape agarrándola por la cintura), la profesora Trelawny soltó un gritito y le dijo algo a la profesora McGonagall y Sprout.
-Oh mi dios, veo la muerte claramente, si..- Luego se llevó una mano tapándose los ojos. –Que tragedia, veo que es uno de nosotros, un profesor..oh! y todo por la causa de querer ayudar con el asunto del-que-no-deb...-
-¡¡Quiere callarse de una vez!!- Dijo Marianne volteando bruscamente dejando a Snape perplejo. Al igual que a Trelawny. -¡No hace más que predecir la muerte a todo el mundo, podría aprovechar sus "dones especiales" y brindarnos información útil en lugar de presagios absurdos de muerte!- Giró sobre sus talones, tomó a Snape del brazo y echándole una mirada fría a Trelawny siguió caminando. Pudo escuchar que la profesora se quejaba y decía cosas cómo: -Pobre mujer, no lleva bien esto, tiene que afrontar que tal vez en estos enfrentamientos se avecinan muertes..-. También escuchó que la profesora McGonagall reía de lo que decía Trelawny (Lo que molestó terriblemente a ésta).
-Te dije que era una vieja loca..- Le dijo Snape entrando en la habitación riendo.
-¡Me he dado cuenta!-
Marianne se adentró en el tocador, cuando salió Snape había abierto las cortinas dejando que el sol fuerte de la mañana entre a la habitación.
-Cierra un poco, Severus, me molesta el sol tan fuerte-
Él se encogió de hombros y cerró un poco las cortinas. Luego miró a Marianne.
-Estás pálida-
-Gracias- Le respondió ella sarcásticamente.
-Lo siento, no quise decir..-
-Está bien, no tiene importancia, ¿Pero enserio estoy pálida?- Preguntó ella tocándose el rostro. Snape asintió. En ese momento tocaron la puerta.
-Pase- Dijeron los dos a coro.
La puerta se abrió y Meyra y Navery entraron.
-Malbi, ven un segundo-
Se despidió de Snape y salió de la habitación junto con sus amigas.
-¿Le dijiste?- Preguntó Navery.
-No..- Dijo Marianne desviando la mirada de los ojos de Navery. -¡¡Me voy a Grecia una semana!!-
-¿A Grecia?-
-¡Si! ¿No es grandioso?-
-¡Si!-
-¡No es justo!- Dijo Navery un poco enfadada. -¡Ustedes se van con sus parejas de vacaciones y yo me quedo aquí sola!-
-Tienes a Sirius..- Le dijeron Meyra y Marianne al unísono, lo que provocó que Navery riera.
-Es cierto..¡Es verdad! ¿Por qué me estoy lamentando? ¡Una semana sin los libros de Meyra y sin las peleas con Marianne!-
-Que graciosa- Dijeron nuevamente al mismo tiempo las otras dos.
-¡Ya basta con eso de hablar iguales!-
-Marianne, una amiga tuya te está esperando abajo en el comedor, la verdad no tengo idea de quien es-
-Está bien, gracias-
Marianne bajó las escaleras. Cuando llegó al comedor pudo ver a Dumbledore hablar con una mujer, que al instante reconoció.
-¡¡Amira!!- Le gritó Marianne y fue corriendo hacia ellos.
-Hola Marianne, ¿Cómo estás?- Le saludó mientras la abrazaba, era una mujer con pecas, ojos castaños y pelo oscuro.
-Bien gracias, ¿Qué haces aquí?-
-Ya te enterarás-
Dumbledore le indicó donde estaba su habitación, y se despidió de ellas diciéndole a Amira que si necesitaba algo solo lo diga.
-¡No pensé que terminarías de estudiar tan rápido!- Le dijo Marianne mientras se dirigían a la habitación de Amira.
-Si, es que con esto líos del innombrable se restó un año de estudios, y tuvimos más exámenes, luego te contaré, ¿Y tú..?- En ese momento se escuchó un estruendo tras ellas. Pudieron ver una armadura desarmada en el suelo. Marianne sacó su varita y se acercó despacio a la armadura. Se agachó y Peeves salió gritando:
-¡¡¡Ja!! ¡¡¡Las asuste!!!-
Marianne se echó hacia atrás del susto, pero luego miró a Peeves enojada.
-¡Un Poltergeist!- Gritó Amira. -¡Déjame acabar con el! ¡Hace mucho que no veo uno!-
-No Amira, éste es de Hogwarts...¡¡Ya vete Peeves, o llamaré al Varón Sangriento!!-
-¡¡No pueden hacerme nada!! ¡¡No pueden hacerme nada!!- Cantaba él. -¿Y ésta quién es?- Preguntó señalando a Amira.
-¡Yo no soy "ésta"!- Respondió ella molesta.
-Ya Ami, no le hagas caso, es solo un molesto polter..-
-¡¡Jo!! ¡¡No me critique profesora!! ¡¡Por lo menos no salgo con el nariz ganchuda más odiado de Hogwarts!!-
Marianne rió y se marchó junto con Amira. Llegaron a una torre, y dijeron la contraseña al retrato en el cual se encontraba un hombre llamado Sir Cadogan.
Era donde estaban también las habitaciones de los Aurors. Cuando estaban por entrar a la habitación de Amira, una puerta se abrió y Marianne se quedó de piedra.
-Marianne- Le dijo Alex. -¿Qué haces aquí?-
-Es..estoy acompañando a una amiga..- Amira miró a Alex y frunció el cejo.
-Está bien, me preguntaba si...-
–Adiós- Le cortó Marianne rápidamente y tomó del brazo a Amira. Caminaron unos pasos y entraron a la habitación.
-Y dime, ¿Cómo se llamaba la academia en la que estudiabas?-
-Blutsauger-
-Debe ser interesante estudiar los Vampiros, no?- Amira asintió.
-¿Quién era ese?- Le preguntó.
-Oh no, te tendría que contar miles de cosas y..-
-Y yo tengo mucho tiempo- Marianne puso los ojos en blanco, se sentaron en la cama y comenzó a hablar rápidamente.
A la media hora de explicarle TODO lo que le había pasado, Amira lo único que hizo, fue reírse.
-¡¡Cómo puedes reírte!!- Dijo Marianne indignada.
-Discúlpame Mari, pero es que me da gracia todo el lío, aunque hay algo que no me da NADA de gracia, y es ese tipo Alex-
-A mi tampoco-
-¡Tengo hambre! ¿Por qué no vamos a almorzar? Ya son más de las doce-
-No tengo hambre en realidad, pero te acompaño, lo que si tengo mucha sed-
Salieron de la habitación mientras Marianne miraba para todos lados "Por favor, Alex no, Alex no..". Para su suerte no encontró a Alex en el camino.
-¿En donde duermes?-
-Ven, si quieres te muestro mi habitación-
-¿Con quién sales? Por que el Poltergeist dijo que..-
-Ya lo conocerás- Le dijo Marianne con una sonrisa.
Cuando entraron a la habitación Snape estaba recogiendo unos libros para salir.
-Severus, ésta es Amira, ella es..-
-Hola- Cortó Snape y se despidió de Marianne con un beso. –Nos vemos luego, no voy a almorzar-
No dio tiempo de decir nada y salió cerrando la puerta.
-Simpático tu novio eh..- Habló Amira luego de unos segundos de silencio.
-No se que le pasa, no es así normalmente- Le respondió Marianne queriendo creerlo también ella.
-Ahora entiendo lo que dijo el Poltergeist- Dijo Amira divertida.
-Cállate-
Marianne le mostró la habitación, luego se dirigieron al comedor.
Presentó a Amira a todos, y les comentó de su viaje a Grecia.
El día pasó rápidamente, y ya se encontraba en el aeropuerto muggle de Londres, junto a Snape, Remus y Meyra.
-¡Me encantan las culturas muggles!- Hablaba Meyra con Marianne. -¡No puedo esperar más para subirme a..ese..ese..!-
-Avión- Le dijo Marianne sonriendo. –No es la gran cosa, pero yo estoy acostumbrada a viajar en ellos y al mundo muggle....-¿Llevan la capa invisible?-
-Si, si Remus se transforma tenemos varias pociones, y para que la gente no lo vea Harry nos prestó la capa-
En ese momento escucharon una voz salir de los parlantes, que anunciaba el vuelo a Francia.
-¡¡Remus!! ¡¡Es nuestro vuelo, vamos!!- Dijo Meyra jalándolo hacia ella. Marianne rió y se despidieron de los dos. Quedaron solos ella y Snape.
-No se cómo me convenciste de viajar en ésta cosa muggle- Le dijo el un poco divertido.
-Oh..pero si yo tengo todo el control sobre ti- Contestó Marianne en broma. "Aunque bien sabes que es cierto.." Pensó riendo.
-Si, creo que tú ya estás tomando muchas decisiones- Le guiñó un ojo y se dirigieron con dos bolsos al avión que los llevaría hacia Grecia, ya que la voz de los parlantes había anunciado su vuelo.
Ya el avión había despegado, habían pasado diez minutos y Snape miraba por la ventanilla (Nunca había viajado en transporte muggle).
-Después dices que yo soy la fascinada con los muggles- Le dijo Marianne divertida, aunque la palabra "Muggles" la pronunció más bajo, por si alguien la escuchaba. –Voy un segundo al tocador, ya vuelvo-
Se levantó y entró en el pequeño baño del avión. Ya dentro sacó maquillaje y se delineó los ojos, cuando estaba por salir, la puerta se abrió repentina pero suavemente y Snape entró.
-¡Sal de aquí!- Dijo ella.
Él hizo caso omiso a Marianne y cerró la puerta tras de si. El baño era pequeño, por lo que quedaron a centímetros.
La abrazó por la cintura y la empujó, quedando así ella entre Snape y la pared.
-¿Qué vas a hacer?- Le preguntó ella frunciendo el ceño.
-Imagínatelo-
No le dio importancia a la cara de susto Marianne y la besó en el cuello.
Luego de unos minutos ella emitió un grito (No diré el por que, ni la causa de ese grito..) que interrumpió el poco silencio del avión.
Cuando salieron algunas personas que estaban cerca del tocador los miraron. Marianne se sonrojó y cuando se sentaron le susurró a Snape:
-Te dije que usaras el hechizo silenciador-
Él rió y enseguida comenzó a hablar de lo que harían cuando lleguen.
Mientras se preguntaba que haría Navery en ésta semana que se ausentaba, y que haría Meyra en las dos semanas junto con Remus en Francia.
El primer día pasó rápido y aburrido. Snape y Marianne se ocuparon de encontrar un lugar en donde permanecer la semana de viaje, pero fue muy difícil ya que los dos se quedaron sin palabras cuando les hablaron en Griego.
-No se que haríamos sin el hechizo traductor- Le dijo Marianne mientras esperaban en un restaurante.
-Si, es cierto, pero tendré que conseguir la manera de poder entender mejor, por lo pronto solamente podemos hablarle a la gente en otro idioma, no se cómo entender lo que dicen sin que nos vean apuntando con las varitas- Contestó Snape, no se preocuparon en hablar bajo, ya que allí casi nadie hablaba su idioma.
En ese momento un hombre les sirvió su comida. Cuando se retiró Marianne destapó una fuente, y al instante se echó hacia atrás.
-¡Ajo!- Dijo con asco. No sabía por que, pero no soportaba el olor del ajo.
-Si, ¿No te gustaban las comidas con sabor?-
-¡Pero no ajo!-
Snape puso los ojos en blanco y cambió el plato de Marianne por el suyo.
-Estás extraña últimamente-
-¿Extraña? ¿Cómo que extraña?-
-Si, no lo se..te conozco demasiado bien cómo para decir que algo te sucede-
Marianne negó apresuradamente con la cabeza y entornó otra conversación.
Los dos días siguientes recorrieron todos los lugares que les era posible.
Recibió una carta de Meyra, contándole un poco de su estadía con Remus en Francia.
"Querida Marianne:
¡No sabes el gusto que me da el poder escribiste desde Francia!. Llegamos hace unos días. Vamos a hacer tres paradas en nuestra estadía; El primer lugar al que llegamos es en Ajaccio, queda en una isla, obviamente ésta cuidad se trata de playa, pobre Remus, quiso darme el gusto.
Aquí en Ajaccio, me contó una guía turística muggle, que es la ciudad natal de Napoleón. Visitamos varias iglesias, y asistimos a algunas misas, en la primer misa en la que estuvimos, no entendíamos nada, y entonces utilizamos el hechizo para entender Francés (¡Quédate tranquila que nadie nos vio! ¡Por dios, soy Auror, querida!).
En estos días que quedan vamos a visitar el barrio de Ciudadela, e ir al museo de etnografía corsa, sabes que no me puedo dejar pasar ese gusto.
Cada día entiendo más porqué lo quiero tanto a Remus, dime: ¿Conoces a alguien más que aguante mi fascinación por la cultura muggle?.
Debo irme, porque ahora nos vamos a pasear por "El paseo de los Sanguinarios".
Saludos, Meyra.
PD: Remus te manda saludos, a todos los demás profesores, Dumbledore, Harry, Ron, Hermione, a Nav y Sirius (Cómo siempre él me dice todo a último momento)."
Mientras que Marianne estaba fascinada con Grecia, Snape comenzaba a interesarse un poco más por las culturas muggles.
En el avión, de regreso, luego de comprar muchos recuerdos mágicos y no mágicos, Marianne le preguntó:
-¿Por qué no te gustan los muggles?-
Snape meditó un segundo la respuesta y luego miró a Marianne.
-Nunca me agradaron, pero el tener que torturarlos y soportar el peso de ello me hace más desagrado hacia ellos-
Marianne prefirió callarse, Snape le tomó la mano.
-¿Qué te pasó?- Le dijo mirando su mano con pequeños cortes.
-No lo se, debe ser que cuando estoy dormida me muerdo- Rió sin ganas.
-Pero hasta te has cortado- Él frunció el cejo y miró a Marianne esperando una respuesta.
-No lo se, Severus, no se que hago cuando duermo-
Bajaron del avión, ya estaban de regreso, cuando estaba por pisar el último escalón, un hombre con túnica y con un crucifijo muy grande colgado en una cadena chocó con ella.
-Mil perdones- Le dijo calmadamente él. Marianne observó la cruz de la cadena y se quedó paralizada.
-¿Alba?- La llamó Snape, pero no obtuvo respuesta. -¿ALBA?-
Marianne lo miró con ojos llorosos, mientras que el hombre de la túnica la miraba con los ojos muy abiertos.
-¡¡Otro de ustedes!!- Le gritó a Marianne. -¡¡Deberías tener vergüenza de existir!!-
-¿Pero qué le pasa? ¡Cállese!- Le contestó Snape molesto y confundido. El hombre se acercó a Snape y le susurró:
-Ustedes no deberían vivir, son lo último que necesitamos ahora, lárguense tú y la vampiresa-
-¿Vampiresa? ¡Usted está loco!- Snape tomó del brazo a Marianne y los dos agarraron rápidamente sus bolsos para dirigirse nuevamente a Hogwarts.
En el tren ninguno de los dos pronunció palabra, Marianne estaba temblando, mientras que Snape se encontraba más serio que nunca.
Estaban por entrar a Hogwarts, pero cuando Marianne quiso abrir la puerta del castillo, una mano la detuvo.
-¿Qué pasa Severus?- Le dijo Marianne aún temblorosa.
-¿Qué te sucede? Vayamos a la enfermería, luego hablaremos-
Entraron, fueron por los pasillos en donde transitaba poca gente, estaban casi desiertos por la ausencia de la mayoría de los alumnos.
Marianne se adentró en la enfermería, y Snape le dijo que luego la vería.
Madam Pomfrey la saludó, le preguntó sobre sus vacaciones y charlaron unos minutos.
Atendió a Marianne, y le entregó una poción.
-Recuéstese en la camilla profesora, beba ésta poción y en unos minutos caerá dormida-
Ella le hizo caso y bebió la poción, como dijo Madam Pomfrey, se sumió en un sueño profundo.
Por desgracia esa no era la poción para dormir sin soñar...
Marianne soñó, recordando cuando la habían llevado los dos mortífagos a la Cámara Secreta, recordó cuando los dos mortífagos hablaban frente a ella, Lucius Malfoy y la otra persona, que no sabía quien era, solo había escuchado su voz..que ahora le parecía familiar. Repentinamente las imágenes cambiaron, y pudo ver a alguien que tenía la vestimenta del mortífago que no conocía, era él, pero en ese momento su cara no se encontraba tapada por la capucha, y estaba besándole el cuello...
-¡¡Alex!!- Gritó sin querer despertándose. Amira y Dumbledore, quienes se encontraban cerca de ella la miraron.
-¿Marianne estás bien?- Le preguntó Amira acercándose junto Dumbledore, se la notaba preocupada, y los ojos de Dumbledore no tenían el mismo brillo como de costumbre.
-¡¡Ya se quién es el otro mortífago!!- Dijo Marianne incorporándose en la camilla.
Dumbledore le hizo una seña, había tres o cuatro personas más en la enfermería.
-Luego hablaremos sobre eso, pero ahora hay algo más importante-
Marianne miró a Dumbledore confundida. Amira se acercó a ella y comenzó a hablarle en susurros.
-Marianne, creo que no te va a agradar mucho esto..- Miró a Dumbledore y éste asintió con la cabeza. –Cómo sabes, yo estudié los vampiros, y se perfectamente sus características y más..Snape nos contó lo que pasó en el aeropuerto muggle, y..bueno..creo que tienes síntomas de convertirte en vampiresa- Marianne iba a hablar pero Amira le hizo un gesto. –Pero no podemos estar seguros de nada, cuando un vampiro muerde a una embarazada, no tiene el mismo efecto, es decir..si el padre sería un vampiro, tu hijo o hija lo sería también, lo mismo que si tú eres vampiresa, pero si has quedado embarazada de un hombre común, mago o muggle, no podrías decidir tú si tu hijo tendría que ser vampiro o no, por que te mordieron luego de quedar embarazada, por lo tanto, tendrás los síntomas molestos, como sed de sangre, pocas ganas de comer, espanto a la luz, el ajo y...-
-Oh dios mío...- Fue lo único que pudo decir Marianne.
-Marianne- La llamó Dumbledore. –Ahora hay algo muy importante, necesitamos saber quien fue el vampiro que...-
-Me mordió- Terminó ella la frase pensativa. Se quedó un segundo mirando a la nada, luego los miró a ellos y les dijo: –Es cierto, cómo fui tan tonta..no fue un beso, fue una mordida..Alex, el Auror, Alex me mordió, él es también el otro mortífago-
-¿Alexander Frietchen?- Preguntó Dumbledore.
-Si, él me envió unas rosas en navidad- Al pensar lo que dijo se sonrojó, pero luego siguió hablando. –Y me besó, pero me mordió el labio-
-Espera un segundo- Le dijo Amira frunciendo el ceño. -¿De quién es tu hijo?-
-¡¡Amira por quién me tomas!!- Contestó Marianne enojada. -¡¡De Severus!! ¡¡Yo no quería besar a Alex, no tengo nada con él!!-
-De acuerdo, te creo, pero ahora, no se si otra persona te creerá-
-¿A qué te refieres?-
-A Snape-
