Hola!!! aquí el capi 15!!! =) espero que sigan leyendo, y si no siguen bue ;) =P.

Muchos besos

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ah! y también con mis amigas de ff.net hicimos una página de nuestro fic CAZADORAS DE CUARENTONES http://ar.geocities.com/lascazadoras

Suerte

Mari

PD: gracias x los reviews! aunque son pocos a mi me alegran el día!.

CAPITULO 15

Algunas mujeres bufaron por no haber conseguido el ramo, mientras que Marianne pensaba por sus adentros que se los habría regalado.

Navery observó donde estaban Snape y Sirius, pegándole un codazo a Marianne.

-¡Creo que Sirius se ha tomado una botella de hidromiel entera!-

-¿QUÉ?-

-Si, solo míralo- Marianne volteó y pudo ver a Sirius riendo cómo loco, junto a Snape, que ni siquiera ella sabía que significaba la expresión de su rostro en ese momento.

-No creo que sea solo la hidromiel- Contestó Marianne enojada.

-¡Marianne se va a casar! ¡Marianne se va a casar!- Comenzó Navery. "¡Ojalá le hubiese caído a ella el ramo!".

Le echó una mirada furiosa y al instante Navery paró de hablar.

-¿No te vas a sacar una frotogafía con nosotros?- Preguntó Remus.

-¡Siempre se toma una foto de la que le cae el ramo y su pareja, con los casados!- Dijo Meyra riéndose. -Y es fotografía Remus-

Marianne sonrió nerviosamente "¡Lo que me faltaba! ¡Una foto!". No quería por ningún motivo hacer enojar a Meyra, ¡Era su día especial!.

-Llama a Snape, creo que estaba por allí con Sirius-

-Si, claro-

Navery seguía riendo levemente y acompañó a Marianne.

-Ehh..Severus...ven por que....nos vamos a tomar..una fotografía con Remus y Meyra-

-Si..- Fue lo único que respondió. Sirius estalló en carcajadas, Navery ya había dejado de reír y miraba enojada a Sirius.

-¡No se por que tomaste la botella entera!- Navery lo jaló del brazo y se fueron.

Cuando se tomaron la fotografía Snape sonrió forzadamente y luego todos se separaron.

Navery llamó a Marianne y le dijo algo al oído: -Creo que deberíamos irnos, me parece que sería mejor que la familia de Remus y Meyra cenen sin nosotras, es un compromiso invitarnos, pero si les decimos que no, no se molestarán-

Marianne lo pensó un poco: -Si creo que tienes razón- Luego le dijo muy bajo en el oído: -Además tengo mucha sed, ya sabes, los síntomas, ¡En cualquier momento muerdo a alguien!- Lo último lo hizo en broma.

-Le diré a Mey que no vamos, si quieres puedes ir despidiéndote de todos, tenemos que ir a la chimenea del bar que está allí- Dijo señalando un lugar.

Se marchó y Marianne se dirigió a saludar a algunos familiares de Meyra y Remus.

-¿Ya nos vamos?- Preguntó Sirius acercándose a ella.

-Si- Le dijo en tono indiferente mirando hacia el cielo.

-¿Qué te pasa ahora?-

Marianne volteó y miró a Sirius que estaba con una sonrisa en los labios.

-¿Muy gracioso, eh? Si el ramo no fuera importante para Mey, te haría comértelo con espinas y todo en éste mismo momento-

Sirius quitó la sonrisa de su rostro y luego habló muy serio: -Malbi tengo que hablar después contigo- A Marianne le sorprendió que Sirius hablara tan serio, así que dejó de discutir: -Está bien, talvez con Navery íbamos a..-

-No, solo contigo por favor, sin Nav-

-¿Sucedió algo malo?-

-No te preocupes, después hablaremos-

En ese momento llegó Navery y Marianne guardó silencio "¿Qué querrá Sirius?".

-¿Vamos Sirius?- Preguntó ella.

-Si, claro- Le dedicó una sonrisa a Marianne. –Nos vemos en Hogwarts Malbi-

Los dos cruzaron la calle y entraron en un bar situado en la esquina.

-¿Alba, vamos?- Sonó una voz tras ella.

-Si ¿Te despediste de Mey y Remus?- Snape rió.

-¿Qué soy un niño al cual educas? Claro que me despedí-

-Entonces vamos-

Bajaron las escaleras y se disponían a cruzar la calle. Marianne llevaba el ramo en su mano izquierda mientras estaba sumergida en sus pensamientos "¿Qué demonios le habría sucedido a Sirius?", Snape la tomó del brazo repentinamente atrayéndola hacia él y se escuchó el freno de un auto muggle.

-¡Fíjate por donde caminas idiota, la calle no es tuya!- Le gritó un hombre desde un auto enfadado. Se sintió muy molesta por que las luces del auto le daban directo al rostro.

-¡Ve y lávate la boca imbecil!- Le contestó tapándose levemente los ojos y terminando de cruzar la calle. El auto siguió y Snape le habló:

-Estás distraída, ¿Te ocurrió algo?- "Se ve tan lindo cuando se preocupa por mi".

-No, es que me extrañó algo de Sirius, es todo-

-¿Qué pasó con Black?-

-Me dijo que quería hablar conmigo, pero lo dijo bastante..serio..no se si preocupado-

-Ya hablaras, no tienes que preocuparte ahora- Entraron al bar, se adentraron en un pasillo y rápidamente sacaron sus varitas:

-Aparecius-

Otra vez la sensación de desarme, "¡Como odio aparecerme!". En un abrir y cerrar de ojos, se encontraba en una mesa de las tres escobas.

Pude ver que en esa misma mesa estaban Sirius, Navery, Arabella Figg y su abuelo.

-¿Qué? Yo pensé que íbamos a aparecernos en Hogwarts-

-Cuantas veces ha dicho Meyra- Habló Navery. –Que no podemos..-

-Aparecernos en Hogwarts, si es verdad, se me olvidó-

-¿Vamos?- Preguntó Arabella. –Nos espera un carruaje que nos llevará directo a Hogwarts-

-Vayan ustedes, tengo que hablar con Marianne- Dijo Sirius.

Todos se despidieron, Marianne le dio un beso a Snape y ellos se fueron hacia el carruaje.

Sirius pidió una copa de hidromiel para él, y Marianne una cerveza de manteca.

-¿Qué pasa Sirius?-

-Marianne tengo que hablar contigo-

-¡Habla ya!- Sirius rió y luego habló:

-Estoy preocupado-

-¿Por qué?- Preguntó confusa. -¿Pasó algo con Nav?-

-No, con Nav está todo bien, más que bien- Sonrió ampliamente. –La que me preocupa eres tú-

-¿Yo?- Rió ella viendo cómo Sirius se apartaba el pelo de sus ojos claros, se había cortado el cabello cuando habían atrapado a Peter y podía ir libremente por cualquier parte, pero aún así se lo había dejado por debajo de las orejas y algunas veces le molestaba. -¿Y por qué te preocupo?-

-No me vas a decir que no tienes miedo de que Frietchen ande suelto por allí-

-No digo que no tengo miedo, pero en Hogwarts..-

-Ya entró a Hogwarts, y hasta se podría decir que Voldemort- Al decir el nombre algunas personas los miraron, Sirius habló más bajo: -el-que-no-debe-ser-nombrado entró, para abrir la cámara de los secretos, y también Malfoy-

-Eso lo se..pero ahora con los Aurors..-

-¡Él era un Auror y sin embargo también mortífago!-

-¡Sirius baja la voz!- Les trajeron las bebidas y observó al hombre que se las había dejado.

-¡Alex!- Lo tomó del brazo, él volteó y Marianne pudo ver el rostro confundido del hombre rubio de ojos castaños. –Lo siento..me confundí de persona..- Se disculpó avergonzada. –Ya estoy alucinando, mejor no hablemos de eso Canuto-

-No Malbi, espera, tenemos que hablar-

-¿Qué más quieres hablar?-

-¿Te..vas a casar con Snape?- Marianne bufó.

-¿Cómo crees?-

-Te cayó el ramo-

-Si, pero generalmente si los dos quieren se casan, Severus no quiere casarse, si supieras cómo reaccionó cuando le dije que Meyra y Remus se casaban-

-¡Bah! ¡Los hombres tenemos miedo a casarnos, no es que no queramos!- Marianne rió pensando: "Y tú lo dices". En ese momento una niña pequeña, de unos siete años, se acercó a su mesa, jaló la manga del vestido de Marianne y le susurró algo al oído. Marianne sonrió divertida mientras que Sirius no comprendía nada.

-Pregunta si eres Sirius Black-

-Si, soy yo- Dijo él confundido.

-¿Me..me das un autógrafo?- Sirius se quedó perplejo y torpemente le firmó un papel a la niña.

-Gracias- Respondió feliz.

-De na..nada-

-¡Vaya Sirius! ¡Que fama te has echo!- Los dos rieron un buen rato, ya imaginándose el 'Club de Fans de Sirius Black'.

-¿Nos vamos?- Preguntó Marianne. –La verdad que tengo mucho sueño, y mañana tengo que dar clases-

-Claro, vamos-

Madam Rosmerta los detuvo antes que se vayan, y le entregó a Marianne una bufanda: -Profesora, en la última visita que hicieron aquí, un alumno se la ha olvidado-

-Gracias- Sonrió.

Pagaron y luego salieron del lugar. Hacía un frío que congelaba hasta los huesos, aprovechando se puso la bufanda. Gris y verde, no sabía que Slytherin podía ser tan distraído o distraída para perder la bufanda.

Subieron a uno de los carruajes y no tuvieron que decir nada, que ya se había puesto en marchar. Había un pequeño "cartel" en el interior con letras brillantes que decían: 'HACIA HOGWARTS'.

-Marianne, llegamos- Escuchó la voz de Sirius, sin darse cuenta se había quedado dormida. –Te acompaño hasta tu habitación- Ella asintió aún un poco dormida. Se soltó completamente el pelo y se quitó los guantes. Sirius hizo lo mismo con su corbata y se quitó el saco ya que estaban dentro de Hogwarts (Aunque hacía frío igualmente).

Bajaron unas cuantas escaleras, se encontraron con la señora Norris quien los miró con recelo. Cuando estaban por bajar otra escalera, antes que pisaran el último escalón, la escalera se movió haciéndolos caer sentados.

-¡Oh no! ¡Se está moviendo de lugar! ¡Que fastidio!- Dijo Sirius.

Cuando la escalera se acomodó nuevamente el final daba a una puerta de madera muy vieja y con dos antorchas a su lado.

-¿A dónde da esa puerta?-

-No tengo idea- Respondió Sirius observando por donde podrían volver. –No podemos subir, por que tendríamos que irnos hasta el quinto piso-

-Bueno, no hay manera, ¿Vamos por aquí?-

-Claro..- Sirius tomó una de las antorchas y abrió la puerta. Había un pasillo muy oscuro, muchas armaduras y estatuas.

-Me resulta familiar-

-¿Qué demonios es esto?- Dijo Sirius observando el techo, por lo que chocó con una estatua de un hombre con cabeza de gato. -¿Quién es el artista de éstas cosas?-

-¡¡SIRIUS!!- Gritó Marianne viendo la estatua.

-¿Qué? ¡Me has asustado!-

Marianne se acercó a la estatua, apuntó con su varita y dijo:

-sarodaedorem- El 'Hombre-gato' extendió su mano. Sirius se echó un poco hacia atrás y mirando confuso a Marianne tartamudeó:

-¿Qué..qué hiciste?-

Ella no respondió si no que se limitó a tomar lo que en ese momento le entregaba la estatua con su mano extendida. Un cuaderno muy viejo lleno de polvo.

-¡El diario de las merodeadoras!-

-¿Qué? ¿Qué cosa?-

Ella seguía mirando asombrada el sobre sin responderle a Sirius, luego lo miró y sonriendo maliciosamente dijo:

-¿Creíste que nosotras nunca guardábamos secretos? ¿Se creen que ustedes solos sabían hacer aquel hechizo?-

-¿Qué hechizo?-

-Será mejor que salgamos de aquí, ahora te contaré- Murmuró otras palabras y la estatua volvió a su posición inicial. Salieron del pasaje y subieron algunas escaleras hasta llegar a la biblioteca. Estaba muy oscura, y no se escuchaba ni el más insignificante ruido.

Se sentaron en una mesa e instantáneamente una vela encendida flotó hacia ellos posándose en la mesa.

-¿Y bien? ¿Qué es esto?- Preguntó Sirius impaciente, se notaba que lo comía la curiosidad.

Marianne y Sirius se acercaron para poder leer los dos, ella abrió el cuaderno y una luz roja los cegó por un momento. La luz disminuyó y se encontraron con un cuaderno viejo, con hojas de pergamino vacías y gastadas.

-¡Wow! ¿Es todo? ¡Que lindo juego de luces!- Se burló Sirius.

-Cállate-

Unas letras amarillas comenzaron a aparecer en el pergamino, Sirius se quedó con la boca abierta al ver lo que decían:

¡Tú! ¿Qué haces husmeando en nuestro diario?

Oye desconocido, si no eres digno de leer esto, ve cerrando éste cuaderno,

Por que de lo contrario una maldición caerá sobre ti..

Ahora bien, si estás autorizado..

¡Gira la página en lugar de quedarte ahí con tu boca abierta!

Las merodeadoras

Miró a Marianne, quien sonreía ampliamente.

-¿Las merodeadoras?-

-¿Vas a dar vuelta la página o qué?- Sirius hizo caso y volteó la página. En ella se formaron nuevamente una letras, ésta vez en rojo.

¡Hey! ¿Sigues husmeando? ¿Tanto te llama la atención nuestro diario?

En fin...éste es el diario de las merodeadoras...

Otras letras aparecieron, esta vez de color negro.

¡Aquí les habla Nevosa!

Me presento, soy Nagata..

¿Y yo qué? Me llaman Esmera,

¿Por qué soy la última? A mi me dicen Colmilla..

¿Quieres saber los secretos de las merodeadoras?

Canuto está cada día más guapo

¡Que dulce que es Lunático!

¿Lunático? ¿Dulce? ¡Pero si Cornamenta es un amor entonces!

Por favor, saben que el mejor es mi serpiente de sangre fría..

¡Si, claro Colmilla! ¡Ni siquiera es de Gryffindor!

¿Y? Mejor no hables Nevosa

¿Pueden dejar de pelear? ¡Intento leer!

Ya Nagata, déjalas..no hay caso..

Las palabras se desarmaban y armaban, pero luego formaban siempre otra oración:

¡Allí vienen!

Pero esto es un secreto...los merodeadores no pueden saberlo..

Es cierto, no pueden saber que tenemos un diario..

¡Entonces dejen de hablar por que Colagusano nos está viendo!

¡ADIÓS!

Sirius cerró el diario, Marianne tenía los ojos llenos de lagrimas reteniéndolas.

-Así que ustedes tenían un diario..-

-Si..- Marianne suspiró.

-¿Por qué aquellos apodos?-

-A Navery siempre le decíamos Nevosa, sabes que cuando se transformaba en ave su blanco se confundía con la nieve, Meyra era una gata naranja, por eso Nagata, a mi Colmilla, por que cuando tomaba mi forma de gato una vez mordí a un chico de Ravenclaw por molestar a Peter- Dijo pesadamente. –Y a Lily le decíamos Esmera por sus ojos, eso las distinguía de todas-

-Que ingeniosas-

-Por supuesto, ¿Qué más se podía esperar de las merodeadoras?- Dijo riéndose.

-¿Puedo mostrárselo a Remus?-

-Mañana se lo mostraremos, también a Nav y Mey que vuelve la otra semana-

-¿Qué?-

-La luna de miel, tonto-

-¡Oh! ¡Es cierto! ¡Y yo tengo que suplantar a Remus!- Luego recordó algo. –También tendré que suplantarte a ti, ¿De cuantos meses estás?-

-Seis-

-¿Ya han pasado más de seis meses? ¡No se te nota nada!-

-Sirius..tengo un hechizo..- Le dijo sorprendida de que Sirius no se diera cuenta, éste se puso rojo y rió: -Eh..si...ya lo sabía..era una broma..-

Se escuchó un ruido en la biblioteca, y alzaron sus varitas. Sirius le indicó a Marianne que esperara con su mano, y avanzó hasta sintió una pequeña brisa pasar por su lado.

Sonrió y dijo más tranquilo bajando su varita:

-Creo que ya se lo que..-

Marianne casi grita cuando sintió una mano que le tapaba la boca y una tela cubrirla desde atrás. No pudo voltear a ver quien era, la persona la sostenía con tanta fuerza que hasta lastimaba. Sirius comenzó a gritar su nombre, ahora no parecía nada tranquilo: -¡¡Marianne!! ¡¡No juegues así!! ¿¡Dónde estás!?-.

Comprendió todo. Sirius había pensado que era Harry con la capa invisible, pero definitivamente no era Harry quien había cubierto a Marianne con la capa.

En la biblioteca había una gran ventana, a su lado una escoba muy vieja.

-Locomotor mortis- Susurró la persona mientras le quitaba la varita, Marianne ya sabía quien era, había aprendido a fijarse en las voces de las personas, y esa le era inconfundible. Seguían tapándole la boca, pero esta vez los dos estaban subidos en la escoba vieja, sentía que sus piernas no estaban, a causa del hechizo.

La escoba emprendió vuelo, Marianne se aferró a esa persona, por más que no quisiera, era mejor eso que caer más de cuatro pisos hacia abajo sin que las piernas le responda y no teniendo varita.

El miedo la inundó cuando la escoba descendió en medio del bosque prohibido.

-Finite incantatem- Susurró quien la había traído hasta allí. Las piernas de Marianne pudieron moverse nuevamente y ella se levantó, quedando frente a frente con el sujeto.

-¿Me extrañaste corazón?- Preguntó él.

-¿Qué demonios quieres, Alex?-

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¿Soy mala, no? jejeje...bueno, los dejo así empiezo el cap 16! =P

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