Hola!! perdon si tarde, es que no me funcionaba para entrar a ff.net!! :/
Bueno, acá está el capi 16, estoy ya con el 17.
Muchos besossss
Mari
PD: me parece que tengo una obsesion con las páginas webs jejeje ¡¡hice una de Alan Rickman!! la dire es: http://ar.geocities.com/alan43d40 :)
CAPITULO 16
-¿Tan recia conmigo?-
-Dime que quieres y ya- Dijo nerviosa. Alex se acercó pero Marianne se alejó de inmediato. -¡No te me acerques!-
-¿Por qué?- Preguntó con tono inocente.
-Sabes muy bien por que-
Alex se tomó el brazo izquierdo mirando al suelo e hizo una mueca de dolor, que luego desapareció cuando miró nuevamente a Marianne.
-¿Sabes que los mortífagos ya vienen?-
-No te tengo miedo-
-Pues demuestras lo contrario- La tomó del brazo bruscamente y la atrajo hacia él.
-Si me muerdes te arrepentirás para toda tu vida- Le amenazó Marianne. "Si claro cómo si eso le haría cambiar de opinión".
-Ya hice muchas cosas de las cuales tendría que arrepentirme para toda mi vida, una más no es mucha diferencia- Tomó el rostro de Marianne, e hizo que mire hacia arriba. Mientras que veía el cielo oscuro de la noche, sintió un profundo dolor en el cuello, los colmillos cortantes estaban clavados en el. Se parecía a un beso fogoso pero brusco, y acompañado con dos punzadas dolorosas a causa de los colmillos.
En ese momento Alex cayó encima de Marianne, ya sin morderla, tocándose la espalda maldiciendo.
-¿¡Qué rayos..!?- Los dos pudieron ver un venado brillante, no era normal, que los observaba fijamente. –¡TÚ, ANIMALEJO INMUNDO!- Gritó Alex enojado. Apuntó con su varita al venado y susurró: -¡Crucio!- Un rayo se dirigió al venado, éste no se movió en lo más mínimo y el rayo le llegó hasta su cabeza. Pero no pasó absolutamente nada.
-¿¡Qué!?- Alex estaba sorprendido y molesto. Comenzó a echarle diferentes maleficios al animal, pero no sucedía nada, era como si absorbiera los rayos, Alex se cansó, bajó su varita y tomó la de Marianne, hizo los mismos hechizos, sin resultado alguno.
-¡Deja al animal!- Le gritó ella. -¡Y devuélveme mi varita!-
-¡Tú cállate!-
El venado se acercó tranquilamente a los dos, y se detuvo frente a Alex. De su cornamenta salieron rayos de distintos colores hacia Alex, quien cayó de rodillas gritando y gimiendo. Parecía que todos los hechizos que había absorbido, los estaba utilizando contra Alex....Marianne observó el venado, luego se detuvo en la...
-Cornamenta- Dijo sin poderlo creer. Alex seguía en el suelo, los maleficios ya habían cesado, y el venado emitió mucha luz, más que la de antes, cegándolos completamente. Cerró los ojos un minutos, cuando sintió que la luz cesó los abrió nuevamente, el venado ya no estaba.
-¡¡Frietchen!!- Se escuchó una voz aguda. -¡¡Levántate ahora mismo idiota!!-
Alex se levantó difícilmente y miró a un hombre con capa negra que cubría su rostro.
-Nott, ¿Dónde estabas? ¿Dónde están los otros? ¿Qué..-
-Deja de preguntar, ¿Qué demonios te pasó?-
-¡No lo se! ¡Un..un ciervo me atacó!- El hombre se quitó la capucha, se notaba molesto.
-¿Dices que un animal te derrotó?-
-¡NO! ¡NO ERA UN SIMPLE ANIMAL!-
Se escucharon unos pasos entre los árboles y cuatro personas llegaron donde estaban ellos, tres mortífagos a los cuales no se les veía la cara, y otra persona a la cual llevaban a la fuerza..
-¡¡Sirius!!- Gritó Marianne. Quiso acercarse pero cuando se movió el mortífago llamado Nott le apuntó con su varita.
-Ni se te ocurra, sangre sucia- Luego apuntó a Sirius. -¡Crucio!-
Observó el espectáculo más horrible que podría haber visto, su amigo se retorcía en el suelo del dolor gritando.
-¡Ya déjalo!- Dijo ella llorando. Otro mortífago se acercó a Marianne y le susurró:
-¿Cómo estás, sangre impura?-
-¡Malfoy!- La voz, ese arrastre de palabras..le era inconfundible.
-¡Que bien, ya me reconoces!- Contestó sarcásticamente. –Crucio-
Otra vez.....por tercera vez ese dolor del Cruciatus, no podía soportarlo y se echó a llorar. Pudo ver que otro mortífago se le acercó a Malfoy y le susurró algo al oído. Lucius molesto cortó el hechizo, luego observó a otro mortífago y le habló de manera superior: -Goyle, ¿Dónde está el cuerpo?-
-¿Del niño de cuarto?-
-Si, el admirador de Potter- Al escuchar ese apellido Marianne volvió a prestar atención a la charla, aún arrodillada en el suelo con la mirada hacia abajo y respiración agitada.
-Está en la sala común de los Gryffindor, se llevarán una linda sorpresa al despertar-
-Bien-
Nott, Malfoy y Alex se reunieron susurrando, mientras que Goyle y el otro mortífago, cada uno estaba cerca de Sirius, y de Marianne. Ella sintió que alguien le chistó muy bajo. Volvió la vista hacia arriba y miró al mortífago.
-¿Qué demonios quieres?- Preguntó con lagrimas en los ojos. El mortífago miró hacia donde estaban Malfoy y los otros, quienes estaban muy sumergidos en una conversación acerca de Colin Creevey. Marianne no podía creer que habían asesinado a Colin... –Te pregunté que quieres-
-Alba..- Habló por lo bajo. Marianne dio un pequeño salto pero aún así se quedó en el suelo.
-¿Severus?-
La calló chistando nuevamente. –¿Ves mi reloj?- Ella observó la mano de Snape, en la cual tenía un reloj.
-Si-
-Quítamelo, es un traslador, cuando marque en punto te llevará al despacho de Dumbledore, toma a Black, solo con que se toquen él también se transportará- Marianne asintió y luego Snape le dijo tristemente:
-Perdón por lo que haré ahora- Luego en voz alta dijo: -¡Estúpida sangre sucia! ¡Deja de llorar!- La tomó bruscamente del brazo y la levantó a la fuerza, la llevó junto con Sirius dejándola caer en el suelo al lado de éste. Nott, Malfoy y Alex lo miraron en silencio. –Arodaños quería escapar-
-Mantenlos vigilados-
Goyle no dejaba que Sirius mueva ni un músculo, Marianne miró el reloj, que tenía escondido en la manda de su túnica. 10 segundos...5...3...2....Tomó a Sirius del brazo y al segundo sintió cómo se trasladaban, mientras que unos mortífagos gritaban: -¡Se escapan!-
Cayeron en dos sillas sentados, y frente a un escritorio, se encontraba Dumbledore escribiendo unos pergaminos.
-¡Sirius! ¡Marianne!- Dijo sorprendido. -¿Qué les sucedió?- Pudo ver los rostros de pánico de los dos.
-¡Los mortífagos! ¡Mataron a Colin Creevey!- Dumbledore se levantó muy serio.
-¿Cómo sabes eso?-
Marianne le explicó en dos palabras todo lo que había sucedido.
-Sirius, hazme el favor de llamar a los Aurors- Él obedeció y se encaminó hacia la torre norte.
Dumbledore estaba por salir del despacho, cuando Marianne habló:
-Profesor...Alex me mordió- Dos lagrimas recorrieron sus mejillas y Dumbledore retrocedió hacia ella.
-Vamos Marianne, ve a la enfermería, tengo que ir al bosque prohibido-
Ella asintió y se dirigió hacia la enfermería. Escuchó a Sirius venir gritando a Dumbledore que los Aurors ya estaban yendo al bosque, pero que un grupo no podía entrar a la sala común de Gryffindor, por que la Dama Gorda no se encontraba en el retrato.
Cuando llegó a la enfermería abrió la puerta pesadamente, Madam Pomfrey se encontraba casi dormida cerca de una camillas. Marianne le tocó el hombro tímidamente.
-¿Si?- Dijo ella despertándose. –Oh, buenos días profesora, me he quedado dormida según parece-
-No, buenas noches- Respiró hondo ante la mirada de confusión de Madam Pomfrey.
-¿Cómo buenas noches?- Miró la ventana, efectivamente el cielo estaba oscuro.
-Son las dos y media de la madrugada, lo que sucedió fue que...- Le contó todo lo que había pasado en el bosque, y también el por que estaba allí.
-¿TE HA MORDIDO?-
-Si..- Comenzó a llorar de nuevo. "¿¡Por qué!? ¡Ahora se convertiría en vampiro!".
-Recuéstese en la cama, beba la poción que hay allí- Dijo señalando una frasco. –Se dormirá, así le podré hacer una pruebas, llamaré a la mujer que estudia vampiros-
Marianne estaba por decir algo. –Haga lo que le digo, Marianne-
Hizo caso y mientras que la enfermera salía de allí, se dirigió hacia una camilla y bebió la poción.
-¡Despertó!- Escuchó la voz de Amira a su lado. Abrió los ojos completamente y pudo verla sonreír ampliamente. -¿Te sientes bien?-
-Si a esto se le podría llamar bien..- Madam Pomfrey se acercó a ella, ya era de día por lo que Marianne se sintió molesta con la luz del sol. Se tapó más con una sabana y luego recordó. -¿Me convertiré en vampiro..no es así?-
Para su sorpresa, Amira y la enfermera sonrieron.
-No, llámalo un milagro, magia, suerte, lo que sea, pero no te convertirás en vampiro-
-¿QUÉ? ¿ENSERIO?- Preguntó sentándose.
-¡Si! Te explicaré- Comenzó Amira. –Lo más común y razonable sería que si te conviertas en una vampiresa, pero...no lo se, te hemos echo todas las pruebas, y...no hay resultado de que te conviertas en vampiresa, no tienes sangre de vampiro, nada..-
-¿Sucedió algo extraño cuando el vampiro te mordió?- Preguntó Madam Pomfrey.
Marianne lo pensó un poco... "No, no había sucedido nada..solo...".
-¡Cornamenta! ¡Cornamenta me salvó!- Gritó emocionada. -¡No se como, pero él lo hizo! ¡Se que él me salvó!-
-¿Quién?-
Se dio cuenta que no podría contarles que el..¿Fantasma de James en su forma de venado la había salvado? Ni siquiera ella comprendía lo que había pasado, solo sabía que estaba bien.
-Nada, un venado, un venado atacó a Alex..-
-Pero aún así te mordió- Dijo Amira señalando dos marcas en el cuello de Marianne.
Madam Pomfrey salió de la enfermería para avisar a Dumbledore que ya había despertado, y Amira siguió hablando.
-Marianne, dime la verdad ¿Qué sucedió?-
-Escucha..tómame por idiota, demente, lo que quieras, pero creo que...no se...James Potter me salvó...- Amira abrió mucho los ojos.
-¿James Potter? ¿El que era compañero tuyo? ¿El padre de Harry Potter?-
-Así es, en forma de venado-
Amira iba a decir algo pero la puerta de la enfermería se abrió y por ella entraron Dumbledore, y Sirius.
-¡¡Marianne!!- Gritó Sirius abrazándola.
-¡Sirius! ¿Estás bien?-
-Si, claro, que suerte que tú también lo estás-
-¡Que suerte que hemos tenido de que no te conviertas en vampiro Marianne!- Luego miró a Madam Pomfrey y a Amira: -¿Podrían dejarnos solos con Marianne, si no es problema?-
-No, claro que no es problema-
Las dos mujeres se marcharon. Sirius habló:
-Marianne, ¿Qué sucedió exactamente antes que yo llegara? Por que..- Respiró hondo y miró a Dumbledore: -Me..pareció ver algo..algo con forma de..venado entrar al bosque prohibido..por eso yo también entre..y me descubrieron los mortífagos..-
Ella les contó a Dumbledore y Sirius lo de Cornamenta, los dos se quedaron igual de sorprendidos.
-¡Por merlín Marianne! ¡Él te salvó de que no te conviertas en vampiro!-
-Si, no se como pero..¿Qué le diremos a Madam Pomfrey?-
-De eso me encargaré yo- Sonrió Dumbledore con sus ojos brillantes.
-¿Qué pasó con los mortífagos?-
-Escaparon- Respondió Sirius pesadamente.
-¡Vamos Sirius! ¡Por lo menos Marianne está bien!- Le animó Dumbledore, aunque se podía notar que él tampoco estaba contento.
-Si es cierto- Sonrió ampliamente.
-¿Y...Colin?-
-Murió- Dijeron los dos al unísono.
-Oh..no..- Marianne se llevó una mano al rostro. -¿Por qué un niño de tan corta edad tenía que morir?-
-Él adoraba a Harry, lo mataron para advertirnos..están más fuertes que nunca..-
-¿Has visto a Harry, Sirius?-
-Si, claro, pero ahora está muy mal..ni siquiera Ron y Hermione pueden consolarlo..-
-Pobre Harry..-
En ese momento Snape entró a la enfermería.
-¡Severus!- Gritó Marianne sonriendo. Él se acercó, la tomó del rostro suavemente y la besó en los labios.
-¿Estás bien?-
-Si- Le dedicó una sonrisa. Le dio otros besos en la boca, y en la mejilla, luego le dijo mirándola un poco triste: -Perdóname Alba-
-¿De qué? Severus no me hiciste nada-
-Snape nos traicionaste- Escuchó la voz de Sirius.
-¿Qué?- Preguntó volteándose él.
-Lo que has escucha..-
-Sirius- Habló muy serio Dumbledore. -¿Acaso olvidaste quién salvó a ti y a Marianne?-
-¡Pero puede ser una estrategia! ¡Creevey murió! ¡Él podría habernos dicho que iban a asesinarlo!-
-¡Malfoy lo mato! ¡Yo no lo sabía! ¿Crees que no lo hubiera dicho, Black? ¿Crees que me gustó haber tirado al suelo a Alba, y ver como le aplicaban un Cruciatus?-
-Es exactamente lo que...-
-¡BASTA SIRIUS!- Gritó Marianne. -¡Piensa lo que quieras, pero las idioteces que dices no cambiaran nada! ¡Al contrario, empeoran todo!-
Se hizo un silencio en la enfermería, Sirius miró hacia el suelo.
-Lo..lo siento- Luego miró a Snape. –No creo que nos traiciones-
Marianne se quedó perpleja, con el orgullo de Sirius, y el orgullo de Snape, nunca llegaban a nada, pero ahora Sirius parecía un cachorro bajo la lluvia.
-Esta bien- Contestó Snape secamente.
-Dejemos descansar a Marianne y..- Comenzó Dumbledore.
-No, por favor, quiero ir a ver a Harry, y a Navery, ¡Ya he descansado!-
Luego de veinte minutos de discutir, ellos salieron, Marianne se vistió con su ropa y se marchó de la enfermería. Antes de salir pudo ver que había una bufanda gris y verde en la mesa al lado de su camilla. Corrió y la tomó llevándosela, era la que le había dado Madam Rosmerta, así se la daría su dueño o dueña.
Snape la esperaba afuera, la acompañaría hasta el retrato de la sala común de Gryffindor. En el camino mientras bajaban unas escaleras, Snape miró la bufanda que tenía Marianne en sus manos.
-¿Qué haces con una bufanda de Slytherin?-
-Madam Rosmerta me la dio, dijo que la había olvidado un alumno en la última visita a Hogsmeade-
-¿Y de quién es?-
-No lo se- Snape le quitó la bufanda y la miró.
-Eres tan observadora- Le dijo riendo. Le mostró que, cocido en una punta de la bufanda, con letras pequeñas y negras, decía: DRACO MALFOY.
