Holaa !guaaaa!! ya esta terminando ;_; snif..

Bueno, el capitulo final...bahh en realidad espues viene otro capitulo que es el epílogo con el futuro (Con Adonai y Abigail ^^') ah! saben que cada nombre tiene su significado? (de abigail y adonai) en el cap 20 los voy a poner.

Espero que les guste este capitulo, hice lo que pude para imaginarme MAS O MENOS lo que sería toda esta cosa de la orden del fenix.

Muchos besos.

Mari

Review plis!!!.

pd: La pelicula de Alan Rickman "Sensatez y Sentimientos" (bueno, no es de él, quiero decir qeu actua) , la daban el jueves (que la vi ese día por primera vez) el domingo (que tambien la vi) y el lunes. El domingo me levante a las 11:20 am y la daban a las 5 pm, entonces la vi, y despues en la noche no me podía dormir, me puse a leer y eran las dos de la mañana (me levanto a las 6:30 am para ir a la escuela) y entonces pienso "¿A que hora pasaban el lunes la peli?" a las tres de la mañana..me quede viendola, y terminño a las 5 y algo jejee y no dormí por que si no no me levantaba despues y hoy (lunes) dormi una siesta de dos hroas, o sea, q solo dormi eso, saben como voya caer dormida hoy? jeje..bue..dejo de hablar...

CAPITULO 19

-¿Vamos?- Preguntó Snape en la habitación.

-Si, acompáñame a la biblioteca, luego vamos a caminar- Se escuchó un trueno seguido por el ruido de la lluvia más fuerte que antes. –Trelawny siempre con sus predicciones tan acertadas- Bromeó Marianne.

Salieron de la habitación y se encaminaron hacia la biblioteca.

Los pasillos estaban muy oscuros, apenas alumbrados por una luz tenue.

Al llegar a la puerta de la biblioteca, Snape sacó su varita y apuntó con ella al cerrojo.

-Aloho...-

-Severus- Marianne le quitó la varita y luego se la devolvió cuando ella giró la perilla de la puerta y ésta se abrió sin ningún problema. -¿Por qué la gente antes de intentar respuestas fáciles a sus problemas, hace las cosas difíciles?-

Snape refunfuñó y los dos se adentraron a la biblioteca.

-¿Qué quieres exactamente aquí?-

-Quiero buscar información del Séralus-

-¿¡Para eso hemos venido hasta aquí a esta hora!?- Preguntó desconcertado.

-Si, y cállate que despertarás a todo Hogwarts- Caminó entre dos bibliotecas y encontró lo que quería. "Todos los animales mágicos que comienzan con la letra S, por Janice Stoff".

Una vela se acercó flotando hacia la mesa y se posó en ella. Marianne se acercó a la mesa, sin sentarse en ella, y abrió el libro.

-Sa...Se…Sen…Sep...¡Séralus!- Luego leyó por sus adentros:

"Séralus: Éste animal es una especie de sangre fría, habita en las montañas, y bosques.

Su cuerpo es el de una serpiente, y posee alas de cóndor. Existen dos especies de Séralus, la primera es el Priserlus, desde los tres meses pueden llegar a tener un largo de 3 metros (acompañando el crecimiento de sus alas), la longitud máxima de los adultos son los 6 metros. Cuando anidan, dejan sus huevos en un lugar con agua y fuera del alcance de la luz solar. No cuidan el nido, abandonan rápidamente este, ya que los huevos producen un olor a putrefacción ahuyentando a los intrusos, mientras que, un veneno producido por el Séralus dueño del nido mata a cualquier ser mágico que se acerque y tenga contacto con el.

La segunda especie se la llama Doserus, tiene un tamaño pequeño, raramente mide más de un metro. Al igual que la otra especie, no dan ningún cuidado a su nido, pero en lugar de incorporarle alguna protección, lo que hacen es construirlos cerca de arbustos, o lo más escondidos posible.

Los dos tipos de especies por igual, varían en el color, pueden ser amarillos, verdes, rojos, azules y negros.

Sus alas siempre son blancas o negras, y sus ojos rojos.

Viven casi todo el tiempo en soledad, generalmente no se encuentran más de tres Séralus juntos.

El vuelvo de éste animal mágico es muy lento y rara vez se los ve en el aire, generalmente lo hacen cuando están por morir, vuelan hacia la montaña más alta para que los Séralus que aún viven no ingieran su cuerpo. También emprenden vuelo para emigrar y cuando no encuentran alimento en tierra. Si se cría y se domestica, puede ser una exótica mascota".

-¿Terminaste?- Sonó una voz a su lado.

-¿Tan impaciente eres Severus?- Respondió sin quitar la vista del libro.

Sintió dos brazos en su cintura y luego bajar hasta sus piernas.

-¡¡Severus no!!- Le gritó cuando Snape la levantó cargándola. -¡¡Bájame ahora!!-

Para evitar caerse lo primero que se le ocurrió fue entrelazar sus piernas en la cintura de Snape, aferrándose a sus hombros.

-Oh..bueno- Dijo Snape observando las piernas de Marianne en su cintura, ella solo rió y comenzó a besarlo. Cuando para Marianne, las cosas se estaban poniendo interesantes, se escuchó un grito:

-¿¡QUIÉN ESTÁ AHÍ!?-

Los dos se sobresaltaron, y Snape dejó caer a Marianne al suelo.

-¡Eso dolió!- Protestó frotándose la espalda en el piso.

-Lo siento- Le dijo por lo bajo ayudándola a levantarse. –Vamos rápido, si no, Filch...-

-¿Profesores?- Miraron a su izquierda y pudieron ver al celador junto con su gata tras él. A pesar de que la única luz que alumbraba a Filch era la de un candil, pudieron ver su cara de confusión. -¿Profesor Snape? ¿Pro..-

-Se ha escapado un alumno, ¿Ha visto a Potter?, llevamos horas buscándolo- Interrumpió Snape a Filch rápidamente. Marianne miró a Snape enojada "¿Por qué tiene que echarle la culpa justamente a Harry?".

-¡Oh! ¿Un alumno está en los pasillos a estas horas?- Filch levantó una ceja. -¿Por eso están...?-

-Nos serviría de mucha ayuda que usted también comience una búsqueda con...su gata-

-No hay más que decir, Potter aparecerá en un abrir y cerrar de ojos profesor Snape-

Dicho esto dio media vuelta y salió velozmente de la biblioteca.

-¿No soy un maestro del engaño?- Marianne casi se parte de la risa al escuchar decir eso a Snape.

-Si, claro, entonces 'maestro del engaño', ¿No íbamos a los terrenos?-

-Te engañé-

-¿Qué?-

-Solo bromeo, vamos- La tomó de la mano y caminaron lentamente hasta las afueras de Hogwarts.

Apenas salieron del castillo, el frío de la noche llegó hasta chocar con ellos.

-¡Me congelaré!- Marianne se ajustó la capa y se alejaron completamente del castillo.

Estuvieron caminando un buen rato, mientras Marianne hablaba sin parar y Snape casi no pronunciaba palabra.

-¿Te ocurre algo, Severus?-

-¿Qué estás investigando con tanta dedicación?- Le preguntó mirándola.

-¿Qué? ¿Investigando?-

-Si, Alba, a veces entro a la habitación y guardas todos los pergaminos, o te pasas la mitad del día en la biblioteca, ¿Hay algo qué..?-

-No es nada importante, es...pura curiosidad..-

-¿Sobre qué?-

-¿Acaso no puedo tener mis secretos?- Marianne sonrió.

-No conmigo- Le dijo Snape también sonriendo. –En fin, no te obligo a que me digas nada, no te preocupes, pero..hay algo que quería decirte...-

-Dime-

-Bueno, en realidad quiero preguntarte..-

-¿Qué quieres preguntarme?- Snape se detuvo y miró a su alrededor nervioso. Ella lo miró confundida y también miró a su alrededor en busca de algo. -¿Qué pasa, Severus?-

-¿Te...eh..tú...quieres..- Miró serio a Marianne. Le encantaba la expresión seria de Snape, siempre la conservaba, y aunque eso talvez lo hacía verse frívolo, duro, severo, a ella le parecía que lo hacía más..interesante. -¿Quieres casart...? ¡¡Aj!!- Gritó tomándose el brazo izquierdo fuertemente. Luego de un segundo su rostro se puso tenso. –¡No! ¡Hay que avisar a Dumbledore!-

-¿Qué? ¿Severus?-

-¡Vamos, rápido, corre!- La tomó del brazo y comenzaron a correr hacia el castillo.

Marianne aunque no entendía nada de lo que pasaba corrió lo más rápido que pudo tras él. Subieron las escaleras rápidamente, llegaron al despacho de Dumbledore luego de decir la contraseña a una estatua.

Marianne iba a tocar la puerta del despacho pero Snape la abrió.

-¡Albus!- Dumbledore se encontraba en su escritorio, con un pensadero en sus manos "Ya sabía yo que no podía faltarle un pensadero".

-¿Severus? ¿Marianne?- Miró por encima de sus anteojos de medialuna y apartó el pensadero. -¿Qué ocurre Severus?-

Snape sacó su varita y apuntó con ella a su brazo: -Diffindo- Su túnica se rasgó en la parte del brazo y le mostró la marca tenebrosa a Dumbledore. –Ya vienen, tienes que sacar a los alumnos de aquí, ahora-

-¿Todos ellos?-

-Todos, los dementores, vampiros, mortífagos, Voldemort, ¡todos! ¡hay que salir de aquí!-

-¿No estarás hablando enserio?- Dijo sin querer Marianne.

-Muy enserio- Le respondió Snape.

-Vamos- Dumbledore se levantó y los tres salieron del despacho. Le indicó a un fantasma que se dirigiera con los Aurors, y a otros con los profesores.

-Ya sabes que hacer Snape- Él asintió y le dijo a Marianne que lo acompañe.

Bajaron escaleras y escaleras, hasta que llegaron a su habitación.

-¿Severus qué tienes que hacer?- Le preguntó viéndolo buscar algo en la mesa de noche. Sacó una máscara de color blanco y se la mostró, Marianne la tomó, observó un segundo a Snape que volteó y comenzó a ponerse una túnica negra con capucha.

Ella seguía mirando la máscara, y se lo ocurrió una idea, la idea más loca que había tenido hasta ahora. Tomó su varita y con unos movimientos y apenas un susurro otra máscara idéntica apareció en sus manos. La escondió rápidamente debajo de la sábana y siguió mirando la anterior máscara. Snape se la quitó de las manos, se subió la capucha tapando casi todo su rostro, luego se puso la máscara blanca.

Los dos se quedaron en silencio por unos minutos, la imagen de Snape vestido cómo un mortífago le causaba escalofríos. Levantó un poco la máscara y besó a Marianne continuamente. Se separó de ella y la tomó por los hombros.

-Te..amo- Le dio otro beso. –Mucho-

-Yo..yo también..pero..¿Por qué actúas así? ¿Qué pasa?-

-¿Sabes que ahora estoy yendo a luchar 'junto' y contra mortífagos, vampiros y otras criaturas?-

-Si..-

-Por esa razón, quería decirte eso, así lo sabrás..-

-Ya lo se- Marianne le sonrió. –Pero no hables así, mañana verás que todo estará normal-

-Eso espero, pero para que lo sepas..-

-¡Severus, no hables así!-

-Vamonos, ¿Recuerdas la habitación en donde nos reunió Dumbledore para comunicarnos de los vampiros?-

-Si..-

-Tienes que irte allí, lleva a Lupin y a Black, también si quieres a tus amigas Aurors-

-¿Qué tiene esa habitación?- Preguntó intrigada.

-Tu ve allí, en diez minutos no quedará ni un solo alumno en éste colegio- Marianne lo miró aterrada. –No por los mortífagos, lo digo porque Dumbledore ya tenía planeado éste día, se irán a un pueblo mágico con todos los profesores, excepto Lupin, Black, tú y yo-

-Pero aún no entiendo bien..-

-Debo irme con los mortífagos-

Salieron de la habitación, pudieron ver que unos pisos más arriba todo Hogwarts estaba moviéndose. Los alumnos tras los prefectos, y los prefectos recibiendo indicaciones de profesores.

-¡¡Marianne!!- Sirius le gritó desde unas escaleras. Mientras bajaba, Snape se despidió de ella y se marchó. -¡¡Malbi!!- Sirius la tomó del brazo sin decir nada y a ella no le quedó otra opción que seguirlo a donde iba.

Subieron unas escaleras sin pronunciar palabra. Marianne notó que ya casi no quedaban alumnos en Hogwarts, o por lo menos ella no veía más de a un grupo de Hufflepuff que estaban saliendo en ese momento.

Llegaron hasta la habitación que le había dicho Snape, y entraron. En ella estaban Remus, Meyra y Navery.

-Hola Malbi- Saludaron los tres al mismo tiempo, lo que hubiera provocado risas si no estuvieran en esa situación.

Marianne no se atrevía a preguntar que estaba sucediendo a Sirius ni a Remus, Navery y Meyra, a juzgar por sus rostros, tampoco sabían lo que pasaba.

-Sirius- Habló Remus luego de diez minutos de silencio en los que cada uno parecía meditar internamente. –Cierra la puerta con un hechizo-

Él asintió y con unos movimiento de varita cerró la puerta. Marianne salió de su meditación y corrió hasta la puerta.

-¡No la cierres! ¡Antes déjame salir!-

-¿Qué? Estás loca, tú te quedaras aquí con todos nosotros-

-No-

-Mira Malbi, me cuesta aceptar que ames a ese..a Snape..pero no voy a permitir que te vayas en medio de todo esto solamente por él-

-¿Y qué es exactamente todo esto?-

-¡Será cómo una guerra!- Gritó Meyra casi llorando. –Por favor, Sirius, Remus, no vayan- Se escuchó un estruendo y todos se sobresaltaron.

-Ya vienen- Dijo Sirius apagando las luces con la varita, quedaron alumbrados por la luz de la luna que entraba por la ventana de la habitación.

-Sirius, ¿Qué te sucede?- Preguntó Navery.

-Harry...¡Harry no está! ¡Acaba de decírmelo Dumbledore!- Gritó alterado.

-¡Qué cierres con un hechizo la puerta no les impedirá entrar!-

-¡Cállate Meyra, no critiques a Sirius!- Gritó Navery.

-No es hora de pelear- Habló Remus. Se acercó y cerró la gran ventana. –Sirius, cálmate..-

-¡No puedo calmarme! ¿Entiendes que Harry desapareció? ¡Tendría que estar donde están todos los alumnos, pero no!-

Se escuchó otro estruendo más fuerte que el anterior y todos miraron hacia la puerta.

-Oh no..oh no...no..no..-

-¡Vayan, vamos!-

-Sirius no podemos dejarte so..-

-¡Dejen de hacerse los heroicos y váyanse!- Gritó enojado. –Por favor-

-Tiene razón, vamos, Meyra, Navery, Marianne, hay que salir por la ventana, tenemos las escobas-

-¡No!-

-¡Estás loco!-

-¡No me iré!-

Remus les alcanzó las escobas que estaban dentro de la habitación mientras se escucharon unos gritos desde fuera.

-Vamos- Se subió a una escoba y le indicó a Meyra que suba tras él. –No te dejaré sola- Le aclaró al ver la cara de ella. –Luego volveré, Sirius- Meyra subió y luego Navery montó a otra escoba mientras que Marianne hacía lo mismo en la suya. Abrieron la ventana, Remus pateó el suelo y voló fuera, Navery corrió hacia Sirius, lo besó y luego voló hacia fuera. Marianne miró hacia atrás y observó a Sirius.

Se bajó de la escoba y se dirigió a su lado, éste la miró desconcertado.

-¡Ve con Navery, Meyra y Remus! ¡Si no tendrás que ir sola!-

-Hay algo que debo decirte Sirius-

-¿Qué es tan importante como para que tengas que decirlo justamente ahora?-

-Sirve sin James- Él se quedó un segundo en silencio, luego habló confundido:

-¿Qué..qué cosa sirve sin...?-

-La orden del fénix, no se bien cual es el hechizo que utilizaron, pero se que si encuentran a Harry sería como sustituto de James-

-¿Cómo sabes qué..?-

-¿Crees que nunca se me ocurrió abrir libros de la enorme biblioteca de Hogwarts para averiguar algo? Sabes que soy muy curiosa-

-Si, pero no me imaginaba que tanto-

-Ahora lo acabas de comprobar- Le sonrió. Sirius estaba boquiabierto.

-Pero Harry..-

-¡Sirius, Harry debe estar aún en Hogwarts!-

-¡Eso es lo que me preocupa!- Luego lo pensó un segundo. –Espera un momento...¿Dijiste que la orden del fénix sirve sin James si lo reemplaza Harry?-

-Si-

-Tengo que salir de aquí, tú vete en la escoba, si te apuras podrás alcanzar a Remus y...-

-No, yo tengo que hacer otra cosa-

-¿¡Qué!? ¡¡Marianne por favor!! ¡¡Vete!!-

-¡¡Sirius no quiero irme de Hogwarts!! ¡¡Abre esa puerta, ahora!!-

-¡No!-

Marianne sacó su varita y apuntó a Sirius amenazadoramente.

-Ábrela, ahora-

-¿Qué? ¿Me atac...?-

-¡¡Expelliarmus!!- Aunque no había mucha distancia entre Sirius y la pared, chocó con ésta fuertemente y cayó al suelo sentado. –Ábrela, ahora-

Él se levantó y la miró desconcertado.

-Pero...¿Qué vas a hacer? Te acompañaré-

-De acuerdo, vamos a mi habitación y te mostraré-

Sirius abrió la puerta con el contra hechizo y salieron rápidamente. Para su suerte no había ningún mortífago en esos pisos de Hogwarts aún. Tuvieron que ir por unos pasajes que solo Sirius conocía por que recordaba el mapa del merodeador. Llegaron a la habitación de Marianne en silencio y escondiéndose.

Ella apenas entró buscó en el armario una túnica.

-¡¡Diablos!! ¡No tengo una túnica con capucha negra!!-

-¿Una de Snape?- Preguntó Sirius, aún sin comprender que quería Marianne.

-¡Es verdad!- Buscó en unos cajones y encontró lo que buscaba. Comenzó a desabrocharse la capa que llevaba y Sirius volteó rápidamente sonrojándose:

-Está bien que seamos cómo hermanos, pero..

-No seas tonto, nada más iba a quitarme la capa, me pondré la túnica encima, me quedará grande así que da igual-

-Oh, bueno- Sirius volteó y miró cómo Marianne se subía la capucha casi tapando su rostro. -¿Qué quieres hacer?-

Ella no le contestó y revolvió un poco las sabanas. Tomó la máscara y miró a Sirius.

-No soy mortífaga, me haré pasar por una-

-¿¡Qué!? ¡¡ESTAS LOCA!!, ¡¡DAME ESA MÁSCARA NO IRÁS A NINGÚN LADO!!-

-¡¡SIRIUS, LO HARÉ ,QUIERAS O NO!!-

-Por favor, Marianne, no hagas cualquier locura-

-Sirius, es enserio, déjame-

Él se acercó a Marianne y para sorpresa de ésta, la abrazó fuertemente.

-Marianne, acabo de comprobar que estás definitivamente loca-

-Gracias- Bromeó ella.

Escucharon un grito, sin entender lo que había dicho, pero aún así se separaron y miraron nerviosamente la puerta.

-¡Tenemos que irnos, ahora!-

-Pero..¿Y si están fuera?-

-No podemos quedarnos aquí por que nos encontrarían, así que tenemos que arriesgarnos, es ahora o nunca-

-Entonces...ahora-

Marianne y Sirius salieron corriendo de la habitación hasta una estatua que estaba a unos metros. Sirius murmuró unas palabras y la estatua se movió para dejar ver una puerta trampa en el suelo.

Se adentraron en ella y continuaron corriendo por un pasadizo oscuro. Casi en el final, se dividía en dos caminos.

-El de la derecha es para ir hacia los terrenos, y éste es para llegar dentro de Hogwarts-

-Adiós Sirius - Le dio un beso en la mejilla y se adentró en el pasillo derecho.

Se colocó la máscara y corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a ver una pequeña escalera que llevaba a otra puerta trampa en el techo.

Subió y abrió la puerta. Pudo ver que se encontraba en los terrenos de Hogwarts, a unos pasos del bosque prohibido. Salió, cerró la puerta trampa, cuando pudo ver una luz entre los árboles del bosque. "Vamos Marianne, no tengas miedo, no tengas miedo", se dijo a si misma. Caminó lentamente y se adentró en el bosque.

Dificultosamente apartaba las ramas de los árboles, y miraba hacia todos lados en busca de alguien o algún animal mágico, con su varita en la mano.

Observó nuevamente la luz, que cada vez estaba más cerca. Se detuvo en seco cuando escuchó una voz.

-¡Traidor! ¡No lo niegues!-

-¡No soy ningún traidor!- Su corazón dio un salto al notar que esa era la voz de Snape.

-Frietchen tenía razón, nos traicionabas, ¿Cómo si no, Dumbledore llevó tan rápido a sus alumnos fuera de Hogwarts? ¿Cómo..SI SUPIERA QUE IBAMOS A ATACAR?-

-Ya cállate Malfoy-

-Severus..Severus..pensé que éramos amigos..-

-¿Por qué? Si no mereces que te llame amigo-

-Vaya..parece que has cambiado en todos estos años....¿Acaso Hogwarts te ha ablandado?-

Marianne se acercó más, escondiéndose entre los arbustos, cuando sintió que algo le amarraba el pie.

-¡Diffindo!- Gritó asustada, y la raíz de una planta mágica se cortó dejándola libre.

-¿¡Qué!? ¿¡Quién está ahí!?- "¡Ese es Alexander Frietchen!".

Buscó algún lugar en donde esconderse, pero alguien la había tomado del brazo.

-¿McLie?- Preguntó él. Marianne no respondió, pero luego habló rápidamente:

-¡Si!-

-Lumus- Alex alumbró el rostro de Marianne con su varita. –Quítate la máscara, McLie-

-Ya déjala Frietchen, terminemos con esto de una vez- Alex volteó y miró a Malfoy.

Marianne también lo miró, y recordó a Draco. Tuvo una sensación horrible al reflexionar que él era el padre de Draco. Alex se dirigió junto con él y le dijo muy serio:

-Yo quiero hacerlo, déjamelo a mi-

-Cómo quieras, pero te advierto que si algo llega a salir mal, yo mismo te haré un cruciatus-

-Ya cállate Malfoy y ve-

-Te lo advierto Frietchen, no arruines el plan, si no Lord Voldemort te matará-

-Iré en diez minutos al castillo con los otros, te lo aseguro, esto será fácil-

-Adiós- Miró a Marianne que seguía parada mirándolo. –McLie, no tendrías que estar tú también en el..-

-Déjala que se quede aquí, da igual- Dijo Alex interrumpiéndolo. Lucius solo lo miró, dio media vuelta caminando y se perdió entre los árboles. Alex miró hacia todos lados, para asegurarse de que no había nadie allí. -¿Qué tal has estado, Marianne?- Le habló resaltando su nombre. Ella se quedó en silencio, y luego se quitó la máscara. Pudo ver que Snape la miró sorprendido.

-Así que me reconoces- Dijo fríamente ella.

-Por supuesto, no podría perdonarme olvidar tu voz- Snape se levantó rápidamente y Alex le apuntó con la varita. Marianne levantó la suya hacia Alex, pero antes que pudiera pronunciar palabra, él levantó su mano libre con la palma en el aire, y la varita de Marianne voló a sus manos.

-¿Qué? ¿Cómo has hecho eso?- Preguntó desconcertada.

-Poderes que nos ha dado Lord Voldemort a los vampiros, Marianne, que tú tendrías si no fuera por que...-

-¿No quiero convertirme en vampiresa?- Terminó por él la frase.

-Déjala, ¿No querías matarme a mi, Frietchen?- Habló Snape.

-Eso es exactamente lo que haré- Señaló a Snape con la varita.

-¡¡No!!- Gritó Marianne.

Alex volteó a mirarla.

-¿Qué pasa corazón? ¿No quieres que le suceda nada a Snape?-

-¡Tú no me llames 'corazón', y no le harás nada!- Dijo acercándose a Alex.

-Cállate de una vez, te dije más de mil veces que él ponía en peligro tu vida, te lo he dicho una y otra vez..pero no me hiciste caso, y mira en donde éstas ahora, vestida cómo mortífaga, en el bosque prohibido lleno de criaturas, mortífagos y vampiros-

-No te importa lo que yo haga o deje de hacer-

-¿Cómo lo sabes? ¿Y si te dijera que si me importa? Mira, por eso mismo, te haré el favor de sacar a éste- Señaló a Snape con la cabeza. –De una vez por todas de tu vida- Apuntó nuevamente a Snape con su varita y dijo: -Crucio-

Snape comenzó a gritar de dolor mientras que se agachaba.

-¡Basta!- Marianne le pegó un codazo a Alex en el estomago y corrió hacia Snape, cuando estaba por tocarlo sintió como si una fuerza invisible la llevara al lado contrario de Snape. -¡Deja de usar esos poderes!- Gritó enojada.

–Crematus- Siguió Alex. Snape gritó más que antes y Marianne miró asustada.

-¡¿Qué le estás haciendo!?-

-Un hechizo de la invención de mi señor Lord Voldemort, hace sentir que tu piel se quema-

Marianne le pegó una muy fuerte bofetada a Alex y rompió en llanto: –Ya déjalo- Él no hizo caso y le aplicó otro Cruciatus a Snape. –Por favor, déjalo-

-¡¡Marianne!! ¡¡Snape!!- Escuchó a Sirius. Y luego lo vio salir desde unos arbustos con la varita en alto. –¡¡Expelliar..!!-

Alex levantó su mano con el puño cerrado rápidamente en dirección a Sirius, y luego lo abrió. Sirius salió despedido en el aire y chocó contra un sauce. Alex hizo el mismo movimiento que había echo para tomar la varita de Marianne y se la quitó a Sirius.

-¡¡Sirius!!- Gritó Marianne. Quiso correr hacia él cuando Alex la tomó del brazo.

-Tú, no te vas a ningún lado- Posó su mano en el pecho de Marianne, y ella sintió cómo si su corazón se contrajera, una sensación de que algo le oprimía el pecho y le impedía respirar. Cayó de rodillas tomándose el cuello, y exhaló pausadamente hasta sentirse mejor.

Levantó la vista y pudo ver que Alex se acercaba a Snape con su varita en alto, pensó dos segundos, y arriesgándose a que su idea resultara o no, se levantó y gritó:

-¿¡Sabes qué!?- Alex se sobresaltó y la miró. -¡Eres un idiota!- Levantó su puño cerrado en el aire al igual que lo había echo él anteriormente, y luego lo abrió señalándolo.

Alex salió despedido en el aire y chocó contra un roble, quedando inconsciente.

Lo único que pudo hacer Marianne en ese momento fue mirar su mano asombrada y sonreír. -¡Funcionó!- Gritó incrédula. -¡Si! ¡Funcionó!-

-No funcionó- Escuchó la voz de Sirius apenas imperceptible y pudo ver que Alex se estaba levantando. Marianne corrió hacia él y posó su mano en el pecho de Alex, quién se arrodilló y comenzó a respirar dificultosamente.

-¿Qué..cómo...?- Fue lo único que podía decir.

-Aprendo rápido, Alex- Posó su otra mano en la frente de Alex y éste cayó desmayado.

-¡Marianne!- Ella fue corriendo hacia donde estaba Sirius. –Devuélveme mi varita, Frietchen la tiró allí junto con la tuya y la de Snape- Asintió, buscó las varitas en el suelo, y fue hacia Snape, quién se estaba levantando.

-¡Alba!- Marianne lo abrazó y comenzó a llorar. -¿Por qué viniste? ¿Qué hacías vestida cómo mortífaga? ¿Qué..-

-¿Puedes dejar de preguntar cosas?-

-No, quiero preguntarte algo, ¿Cómo..-

-¿¡Cómo hiciste eso!?- Interrumpió Sirius.

-Eso era lo que quería preguntarte- Dijo Snape. Marianne miró a Sirius aún abrazada a Snape y les contestó:

-Alex había dicho que Lord Voldemort les había dado poderes a los vampiros, y si se los dio antes de que me mordiera, talvez además de todos los síntomas, me hubiese pasado los poderes, que nunca usé, por que no sabía que los tenía, fue una estupidez, pero lo pensé y acerté- Sirius y Snape se quedaron con la boca abierta mirándola.

-Vayan a la casa de los gritos, Malbi conviértete en ga..-

-No puedo convertirme embarazada Sirius, explotaría por que mis hijos no pueden convertirse-

-Oh no, es cierto...entonces vayan a la antigua cabaña de Hagrid los mortífagos no se imaginarán nunca que hay alguien allí, Snape si te encuentran no dudo que te torturen por traicionarlos..-

-¿Y tú a donde vas?-

-Yo..tengo que irme...adiós- Sin decir nada más salió del bosque apartando las ramas delante de si.

-¿Estás bien?- Le preguntó a Snape.

-Si, pero aún sigo sin poder creer lo que hiciste, estás totalmente loca, ¿Y si algo salía mal?...¿Por qué lo hiciste?-

-¿Quieres saber por qué hice esto? ¿Por qué me arriesgué tanto? ¿Por qué vine hasta aquí?-

-Si, ¿Por..-

-Simplemente por que te amo- Snape le sonrió.

-Yo también te amo-

-Pero que conmovedor- Sonó una voz detrás de ellos.

-Otra vez tú, Malfoy-

-Sabía que éste idiota no podría cumplir con su trabajo, ésta es la clase de incompetentes que se unen al lado oscuro sin merecerlo- Miró a Alex tendido en el suelo y luego miró a Snape. –En cambio tú podrías haberte ganado una gran importancia en el lado oscuro, Severus, ¿Recuerdas cuando decidimos unirnos?-

-Decidí borrar esos momentos de mi memoria- Le respondió fríamente.

-También se unirían Nott, que ahora realmente me sorprende que sea tan inteligente, más de lo que yo pensaba, debo decir, Goyle y Crabbe, claro que tú estabas con ésta sangre sucia- Miró a Marianne. –Y pusiste en duda tu deseo de unirte, un poco de persuasión de parte de todos fue lo suficiente cómo para convencerte, ¿No es así?-

-Basta Malfoy-

-Cállate sangre impura, no dije que hables, estás frente a un Malfoy, ¿Sabes?- Antes de que él pudiera seguir hablando Marianne gritó roja de furia.

-¡¡Eh estado frente a un Malfoy mucho mejor de lo que eres tú, deberías abrir un poco los ojos y ver lo que tienes antes de que sea tarde!!- Luego aclaró: -No lo estoy diciendo por ti, si no por el bien de otra persona-

-¿Qué quieres decir?-

-Tú sabrás- Malfoy la miró enojado y levantó su varita.

-Dije que estabas frente a un Malfoy- Marianne lo miró confundida. –Imperio-

'Inclínate, estás frente a mi, un Malfoy' Escuchó una voz en su cabeza.

Marianne se inclinó y se arrodilló. Snape quiso levantarla pero ella se negaba.

'Dime a que te referías con lo que has dicho antes'

-A tu hijo-

Malfoy se quedó en silencio unos segundos.

-¿¡Mi hijo!?-

Ella se levantó rápidamente y tanto Snape como Malfoy se sorprendieron.

-Si, quieres hacer a Draco cómo tú eres y..-

-Nunca llames a mi hijo por su nombre, ¿Acaso no te enseñaron educación? ¡Oh! Lo olvidaba, los sangres impura siempre son..-

-¡No la llames así de nuevo, Malfoy!-

-Severus...da pena ver lo que pasó contigo..¿Sabes algo?-

-¿Qué?-

-Desde que me enteré que la sangre sucia estaba embarazada, se cayó a pedazos mi imagen de ti, se que has estado solo por mucho tiempo, pero jamás pensé que te rebajarías tanto, ¿Quién diría que no podrías ver nacer a tus hijos?-

-¿A qué te refie..-

-A que nunca nacerán- Apuntó a Marianne con la varita, Snape se puso frente a ella pero Marianne lo corrió a la fuerza. –Avada ke..- Ella levantó su puño en el aire y luego lo abrió. Malfoy salió despedido y su varita voló a la manos de Marianne.

-Yo creo que si- Dijo ella viendo a Malfoy inconsciente. -Me está gustando esto de los poderes- Volteó y abrazó a Snape.

-Por algo eres de Gryffindor– Le dijo él. Ella sonrió y luego le dijo:

-Severus, confieso que..jamás pensé que alguna vez en mi vida iba a tener tanto miedo- Una luz muy fuerte comenzó a penetrar en el bosque por las ramas de los árboles y un fuerte viento movía sus ramas y levantaba polvo de la tierra. Si supiera que estaban en Hogwarts, hubiera pensado que allí había un helicóptero con demasiada luz.

-¿Qué..es eso?- Snape señaló al cielo. Marianne miró y se quedó con la boca abierta.

-Es..creo..que..-

-La..¿Orden del Fénix?-

-Si- Sonrió y vieron que había un fénix color fuego agitando sus alas, pero no era del tamaño normal de un fénix, si no que era enorme. –Vamos, rápido-

Se abrieron paso entre las ramas y corrieron para salir del bosque. Cuando estaban casi al pie de los terrenos normales, Snape la detuvo.

-Quedémonos aquí, no nos verán-

-De acuerdo- Se agacharon y observaron el fénix. Su cola estaba formada por cinco rayos rojos, que salían desde las puntas de unas varitas. Los dueños de ellas eran Dumbledore, Mundungus, Arabella, Sirius, y Remus. -¡Falta..Harry! ¡Harry tiene que ir en lugar de James! ¡Vamos tenemos que encontrarlo!-

-¡Estás loca! ¡Te quedas aquí!- Snape observó un poco los terrenos y señaló un lugar.

-¿Qué Severus?-

-¿No lo ves?- Marianne observó buscando algo y se detuvo en un hombre pequeño que tendría que estar en Azkaban, Peter Pettigrew; que sostenía a un chico.

-¡Harry!-

-¡Tú puedes hacer algo!- Le dijo Snape.

-¿¡Yo!? ¿¡Qué puedo hacer!?-

-¡Los poderes!- Gritó como si fuera obvio. -¡Úsalos! ¡Ahora!-

Marianne asintió y señaló con su mano a Harry y luego la dirigió en dirección a Dumbledore y los demás. Se sorprendió cuando Harry pudo separarse de Peter y comenzó a correr hacia los otros. Un mortífago estaba por tomar a Harry nuevamente, Marianne levantó su puño y luego lo abrió, al instante el mortífago salió despedido en el aire. Peter tenía dos varitas en su mano, sea cual sea la de Harry, Marianne señaló las varitas, cerró su mano, y luego señaló en dirección a Harry.

-¡Mi mano es cómo una varita!- Dijo sorprendida. Aunque Harry no comprendía nada tomó una de las dos varitas y se acercó a Sirius, quién comenzó a hablarle rápidamente.

-¿Qué tiene que hacer Potter?- Preguntó Snape.

-Por favor que lo logre..-

-¿Qué tiene que lograr?-

-Él reemplaza a James, no se que es lo que tiene que hacer, pero..espero que todo resulte bien-

Harry levantó su varita y murmuró unas palabras. Marianne observó, que delante del fénix, en el suelo, había un hombre parado levantando su varita con una serpiente en sus hombros.

-¿Ese es..?-

-Lord Voldemort- Su corazón dio un salto.

Un rayo rojo salió de la varita de Harry y se unió al fénix cómo lo estaban los otros rayos. El ave comenzó a abrir y cerrar sus alas en la misma posición y unos rayos dorados envolvieron a Lord Voldemort, mientras que él invocaba maleficios y algunos mortífagos a su alrededor. Por alguna razón nada de lo que les hicieran a Harry, Dumbledore, Remus, Arabella y Sirius les dañaba. Luego de unos minutos que se hicieron eternos, la voz de Lord Voldemort resonó por todo Hogwarts.

-¡Volveré, Harry Potter! ¡Slytherin vencerá a Gryffindor de una vez por todas!-

En un parpadeo la luz dorada aumentó y rodeó a Lord Voldemort. Comenzaron a despedir muchos rayos dorados desde las alas del Fénix. Una luz blanca cubrió todo el lugar y cegó a Marianne. Se escucharon algunos gritos desesperados, maldiciones y maleficios. Tuvo que agacharse por que la luz blanca no parecía solamente luz, si no que la hacía sentir extraña cuando llegó a ella. Unos segundos después los gritos cesaron y también la luz. Levantó la vista, el fénix ya no estaba. Harry y los demás estaban tendidos en el suelo, otros de pie, parecían exhaustos. Pudo ver que no había rastro de ningún mortífago, vampiro o dementor. Tampoco vio a Lord Voldemort.

Snape y Marianne salieron completamente del bosque y fueron hacia ellos.

-¿Marianne?- Preguntó Mundungus. -¿Qué haces aquí?-

-¿Harry, cómo pudiste..cómo..las varitas..Pettigrew..y.-

-Ella fue- Dijo Snape señalándola. Marianne no sabía si había echo lo correcto así que le pegó un codazo. -¿Qué?-

-¿Marianne? Pero si ella no estaba...-

-¡Claro! ¡Usaste tus..tus..eso que te dio el vampiro!-

Algunos de los presentes no entendían nada, excepto Snape, Sirius y Dumbledore.

-Vamos dentro- Dijo Dumbledore sonriendo.

–Al fin acabó- Suspiró Harry. Arabella lo miró:

-No dudo que Voldemort no vuelva a Hogwarts, pero por ahora le hemos dado una buena lección-

Todos sonrieron y se dirigieron al castillo.

Pasó el tiempo que quedaba de clases, los alumnos ya estaban nuevamente instalados en Hogwarts unos días después del ataque. Ya habían terminado las clases y ese día los alumnos y profesores volverían a sus hogares.

-¡Malbi!- Entró Navery a su habitación mientras ella estaba guardando las últimas cosas. -¿Terminaste?-

-Si, casi...hay Nav estoy nerviosa, no se que me dirá mamá-

-Meyra te había dicho que vayas unos días y les cuentes todo, ya se los has dicho por carta pero cuando te vean personalmente...- Navery se detuvo y sonrió al ver la cara de preocupación de Marianne. –Se podrán más felices de lo que dicen por carta-

Marianne le sonrió. –Eso espero, una vez viví con mi pareja, pero fue por muy poco, ahora es distinto, bueno..supongo que le quedará aceptar que haga mi propia familia, no?- Navery se había puesto nerviosa. -¿Qué pasa Nav?-

-MevoyavivirconSirius- Aunque lo había dicho rápido, entendió perfectamente lo que había dicho.

-¿¡¡Enserio!!? ¡¿Con Sirius?!- Gritó Marianne alegre. Navery asintió. -¡No puedo creerlo! ¡Que genial!- Las dos se abrazaron cómo si fueran dos adolescentes.

Se sentaron y comenzaron a hablar. Navery viviría en una casa en un pueblo, mágico, por supuesto.

-¿Y tú donde vivirás?- Le preguntó.

-A que no sabes, convencí a Severus de vivir en un lugar muggle, que está muy cerca de Hogsmeade, así que yo podré seguir viviendo cómo siempre viví y él tendrá un lugar mágico a poca distancia.

-Genial- Luego se detuvo y miró su reloj. –Oh no, otra vez, éste reloj nunca funcionará cuando quiero-

-¿Quieres que te preste el mío?-

-Está bien- Navery iba a caminar hacia la mesa de noche donde Marianne señaló, pero el reloj voló hasta las manos e Marianne y ésta se lo entregó a Navery. -¿Te quedarás con esos poderes?-

-Por supuesto, algo bueno que me dio Alex, hay que aprovecharlo- Navery rió.

-Y pensar que yo te lo presenté- Dijo preocupada.

-Ya de dije que no fue tu culpa, ¿Quién iba a imaginarse que un Auror que estaba entre nosotros iba a ser un vampiro y además de todo mortífago?-

-¿Qué habrá sido de él?-

-Ni lo preguntes Nav, no lo invoquemos-

-Insisto en que tendrías que quedarte cómo profesora-

-No, quiero vivir tranquila por lo menos hasta que Abigail y Adonai crezcan, dicen que nadie ha roto con la 'maldición' del puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras-

-Si, es cierto...en fin..¿Decidiste el segundo nombre de Adonai?-

-Severus lo eligió, Adonai Ezio Snape-

Tocaron la puerta de la habitación y Sirius se asomó.

-Oigan mujeres, que raro hablando, vamos que se partirán los trenes, tenemos que viajar en el de profesores-

-De acuerdo, ustedes vayan, nos vemos en el tren-

Sirius y Navery la saludaron y salieron de la habitación.

Luego de unos minutos Marianne también salió y caminó por los pasillos de Hogwarts buscando a cuatro personas.

-¡Harry!- Él, Hermione y Ron voltearon. Se dirigió hacia ellos corriendo. –Quería despedirme-

-¿Qué? Pero si nos veremos el próximo año- Dijo Hermione.

-No, temo que no seguiré en Hogwarts-

-¡Te dije que nadie podía romper la maldición!- Gritó Ron.

-Si, creo que tampoco yo pudo romperla, espero que les toque un buen profesor el año siguiente, eh?- Les guiñó un ojo y los tres sonrieron. –Que tengan unas excelentes vacaciones, ya saben, si quieren decirme algo, manden un mensaje con el profesor Snape-

-Adiós profesora-

-Si, adiós, la extrañaremos-

-Gracias-

-Adiós Marianne- Le dijo Harry. –Gracias por todo- "James..James..siento que estoy hablando contigo cuando hablo con Harry..".

Cuando terminaron de despedirse siguió caminando y encontró a la persona que buscaba.

-¡Draco!- Le gritó. Draco, Crabbe y Goyle voltearon.

-Nos vemos en el expreso- Les dijo a sus dos guarda espaldas. –Hola, yo pensaba que ya te habías marchado- Le sonrió.

-¿Pero cómo has pensado eso? ¡No me iría sin despedirme!- Para sorpresa de Draco Marianne lo abrazó, pero luego de unos segundo Draco también la abrazó fuertemente. Algunos alumnos que pasaban por su lado en esos momentos no entendían absolutamente nada.

-Gracias- Le dijo él. –Y perdón por..-

-Ya has pedido disculpas miles de veces por lo que hizo tu padre, es él, tú padre no tú, no tienes que pedirme disculpas por nada-

-Pero aún así...-

-Sabes que no te podré ver en las vacaciones, ¿Imagínate si se enteraría tu padre?-

-No quiero imaginármelo- Dijo preocupado. –Perdón...pero..te molestaría si..¿Puedo escribirte?- Marianne rió.

-Por supuesto, no tienes que ni dudarlo, si tienes algún problema, o simplemente estás aburrido, escríbeme-

-¡Vamos, alumnos!- Vociferó Hermione, la prefecta de Gryffindor. -¡El tren se irá!-

-Granger ya deja de gritar- Le dijo Draco. Ella lo miró, le dirigió una sonrisa cínica y se marchó dando media vuelta.

-Trata de no pelearte tanto con ellos- Él lo pensó un segundo.

-Haré lo posible-

-Muy bien, tengo que irme, tú también, a menos que quieras quedarte en Hogwarts-

-Está bien, ¿Puedo saber cuando nazcan..-

-Claro, te enviaré una carta- Luego recordó algo. -¿Te gustan las serpientes?-

-¿Qué? Si, ¿Por qué?-

Marianne tenía una bolsa de estambre en su mano y se la entregó a Draco. -¿Lo quieres?-

Draco abrió la bolsa y se llevó una gran sorpresa.

-¡Un Séralus!- Miró a Marianne sonriendo. -¿Enserio puedo quedármelo?-

-¡Claro! ¡Es tuyo!-

-Gracias-

-De nada, Adiós Draco-

-Adiós-

Se dirigió al expreso en donde viajaban los profesores, entró y abrió algunos compartimientos. "¿Dónde está Severus?" . Abrieron una puerta delante de ella casi pegándole en la cara, si no fuera por que tenía su pie un poco más adelante..le hubiera partido la nariz.

-¿Y qué haces tú aquí?- Snape rió. –Te he estado buscando por todo el tren, ven- Entró al compartimiento y Marianne lo siguió. Se sentó frente a él y quedaron en silencio unos segundos. El tren comenzó a marchar y aún ninguno de los dos había pronunciado palabra.

-¿Sucede algo?- Habló Marianne. Snape le tomó la mano y comenzó a juguetear con el anillo de Marianne, que le había dado Navery hace muchísimo en ese juego de cartas.

De tanto mover el anillo terminó saliéndosele a Marianne y se le cayó. Snape lo levantó y se lo entregó de nuevo. -¿Severus?-

-¿Quierescasarteconmigo?- Marianne escuchó esas palabras y se quedó sin decir palabra mirando a Snape. -¿Alba?- La llamó al ver que no hablaba.

-¿Me estás pidiendo que me case contigo?- Fue lo único que pudo decir.

-Si..pero..si aún no quieres, si todavía no..-

-Si- Lo interrumpió.

-¿Si?-

-¡Si! ¡Claro que quiero, tonto!- Se inclinó hacia él y le dio un beso en los labios.

-Te amo-

-Yo también te amo-

---------

Me salio largo eh!! (el capitulo!! el capitulo!! jeje) espero que les haya gustado!!.