***CONFERENCIA SOBRE EL DIGIMUNDO***
Por CieloCriss.
Capítulo dos --*El ataque*--
POV Koushiro.
Talvez había llegado demasiado lejos cuestionando a esa chica, su nerviosismo ante mi descubrimiento pareció torturarla de tal forma, que sentí remordimientos... parecía como si hubiese descubierto su peor secreto. Me disgusté conmigo mismo por ser imprudente y me dispuse a disculparme, o por lo menos, a "arreglar" lo anteriormente dicho.
- Perdona... quizá hablé de más... mala costumbre de mi parte. Si no quieres decirlo no tienes porqué hacerlo; en realidad todos guardamos secretos y no está bien que los saques a relucir con un extraño – De nuevo hablaba por hablar, y mi mirada no dejaba de ver al muñequito amarillo, que tenía vida y no era un Digimon.
¿Qué podría ser?, no lo entendía, y mi analizador no lo tenía registrado. De cualquier manera debía calmar a esa niña, no me gustaba verla tan perturbada, temblando y riendo como si no hubiera pasado nada.
Tentomon volaba a mi alrededor y esperaba mi actuar, y entonces, cegado por el llanto de una chica, decidí mentir... y claro que ella se daría cuenta de mi mentira, pero eso no importaba, quería romper el vínculo de presión que había creado... a veces la curiosidad estaba a punto de matar al gato.
- ¡Ya sé! – desvié, viendo a Kero – Es un "Keromon".
-¿Keromon? – cuestionó rápidamente Sakura, dudando de mi deducción.
-Oh... es verdad – me ayudó Tentomon – No son muy comunes, pero les he visto.
Y entonces el ambiente se dulcificó de sobremanera, justo como lo había previsto. Mi interlocutora asintió tres veces y señalando a su Kero repitió lo que Tentomon había dicho: Oh, sí... ¡Mi Keromon!, no son muy comunes, pero yo tengo uno.
Keromon era menos ingenuo a pesar de su mirada graciosa. Me analizó fijamente, como si yo estuviera consciente de mi mentira, me sentí incómodo y rápidamente le quité los ojos de encima.
- Entonces, ¿Me contarás más sobre el Mundo Digital? – me preguntó. Era una niña muy linda, y se notaba en sus facciones que posiblemente era curiosa.
Estaba claro que no sabía nada de los digimons, Keromon se veía igualmente interesado por mi narración, así que no me hice esperar.
-Ya debe haberte hablado un poco tu padre sobre el tema. Icluso, si tienes un digimon como "Keromon", supongo que éste debió decirte algo – ahh, me traicioné al reírme de ellos, fue una risa discreta, yo no quería ser grosero con la pequeña Kinomoto.
-No en realidad... es decir, Kero no me ha hablado de eso. – admitió y sinceramente Kero no parecía muy comunicativo (¿estaría equivocado?).
-¿Será que lo acabas de conocer? – el ambiente se había vuelto a tensar, traté de no esperar respuesta y me adelanté – Descubrí el Mundo Digital cuando tenía 10 años... en esa ocasión seis amigos y yo nos vimos desparecidos de un campamento para acabar en un lugar salvaje, lleno de criaturas espléndidas y enigmáticas... ahí conocí a Motimon.
-¿Motimon?, pensé que tu este... digimon... se llamaba...
-¡Tentomon! – gritó mi amigo, teniendo una actitud algo fanfarrona.
-Tentomon es la digievolución de Motimon; así como Kabuterimon es la transformación de Tento... – La pobrecita de Sakura estaba muy confundida; y, como siempre que hablaba mucho del Digimundo con una persona ajena, terminaba concluyendo que la única manera de que entendieran eso era pasando una aventura. – Es muy complicado, lamento confundirme.
Kero volvió a mirarme con escrutinio, me dio un vuelco en el estómago y deduje que lo mejor sería dejar esa plática para después. Le pediría a Sakura-san que me llevara a donde me harían el favor de hospedarme.
Me puse de pie, Tentomon se acercó a mí e inspeccionó conmigo esa agradable casa. Por fuera estaba pintada de amarillo, era un lugar amplio y acogedor, con jardín, cuartos de tamaño grande y buena vibra en el ambiente. No se parecía casi nada a mi departamento, a excepción de en ambos sitios se respiraba muchas veces paz.
-¡Ay! – se quejó. – Soy muy descortés. Discúlpame, no te he llevado a tu habitación, siendo que debió ser lo primero que debí hacer.
Asentí algo agotado y tomé mi equipaje, que no era mucho. Cuando iba a guiarme a mi temporal aposento, el timbre sonó, y mi compañera se desvió para abrir.
Resultó ser otra niña. Entró presurosa y abrazó a Sakura como si no la hubiera visto en años, su rostro pálido y ojos azules se tranquilizaron mucho al mirarla sana y salva, pero ¿Acaso corría algún peligro?. Inesperadamente y antes de que mi anfitriona pudiera contestar, sacó una cámara de video y filmó a la castaña.
-¡Ah, Sakura!, quedé muy preocupada después de nuestra llamada – realmente me sentía incómodo y transparente ante esas niñas – El teléfono soltó chispas y se cortó la línea. Intenté llamarte de nueva cuenta, pero nunca pude comunicarme... ¡Pensé que algo malo pasaba!, y yo tenía que filmarlo y estar aquí.
La niña extraña miró a Kero, que flotaba en el aire, después se fijó en la presencia mía y de Tentomon; sonrió... su sonrisa era serena y me pareció amigable, los residuos de su histeria se habían enterrado en lo más profundo de su respiración, o al menos eso pensé en esos instantes. Palideció un poco, y apagó su aparato filmador.
Apuntó con su índice a Tentomon.
-Entonces, ¿Es una nueva carta? – opinó, acercándose.
-¡¡NO!! – chilló Sakura, con ademanes torpes, otra vez estaba tensa – Es un Tentomon, es decir, un Digimon.
-Pero.. ¡Y Kero! – parecía admirarse de que el peluche dorado estuviera mostrándose con vida, sonreí nuevamente y quizá de forma un tanto maliciosa.
-Soy un Keromon – se apresuró a agregar el mentado Kero. La de cabello negro ni siquiera dudo un poco en lo que dijo el osito, de alguna manera parecía tener entera confianza en él.
-Aún así me intranquilizó la llamada cortada.
-Posiblemente se deba a que Tentomon y yo llegamos. – dije, sin esperar a que me presentaran a la niña – Los Digimons causan cambios en la electricidad, y Tentomon tiene ataques eléctricos. En ocasiones sus bases de datos se desprenden y producen cambios en los electrodomésticos, computadores, entre otros. Así que lamento haberlas asustado.
Sakura me sonrió con candidez, miró directamente a mis ojos y dijo:
-Ella es mi mejor amiga, Tomoyo Daidouji. – entonces volteó hacia la chica – Él es Koushiro Izumi, ha venido de visita para ayudar a mi padre en una conferencia sobre el Digimundo.
Me sentí más aliviado al ser presentados, Daidouji y Kinomoto insistieron en ofrecerme té y esta vez no me pude negar. Estaba muy bien atendido, siendo sincero, y me sentía cómodo la mayor parte del tiempo. También me mostraron el lugar donde dormiría. Era un sitio raro y al principio noté cierta turbación en Sakura, como que no deseaba dejarme en ese lugar.
Había muchos libros, era una biblioteca. Se había hecho un hueco para mi poner un futón y un buró con lámpara. Era tenebroso y acogedor al mismo tiempo.
-Debes estar cansado, te dejaremos para que descanses – dijo Sakura, con ligero rubor en su rostro. – Mi hermano y papá llegarán esta noche, junto con Yukito-san, otro invitado.
-Quiero mostrarte lo nuevos diseños, Sakura – advirtió Daidouji, enarcando la ceja y suplicando en silencio que su amiga aceptara.
-Tienes razón, vamos a eso – agregó suspirando – Estoy segura de que en otra ocasión Koushiro-san nos contará sobre el Mundo Digital y los Digimons.
-Por supuesto, cuenten con ello – respondí, brindándoles una sonrisa.
-Mira, Koushiro, aquí hay libros muy interesante – dijo Tentomon, sacando uno. Yo olvidé a las niñas y cogí el libro, era sobre Arqueología antigua.
--
Quince minutos bastaron para que terminara de instalarme. En todo ese tiempo había estado ojeando varios libros, pero no había leído. Ese sitio no parecía parte de la casa y llegué incluso a tener algo de temor. Miedo efímero, porque sólo me turbé un par de veces en ese sótano. Tentomon había hecho una pirámide con los libros, eso se le hacía a él más interesante que ponerse a leer.
Abrí mi computadora, estaba seguro de que si imprimía algunos archivos el Señor Kinomoto podría estudiar más cosas y se confundiría menos que si yo le hablaba horas sobre las cosas técnicas del Digimundo. Ahora era todo muy diferente, y honestamente, extrañaba mucho los viejos tiempos, en los que los digimons eran un secreto mío y de mis amigos. Teníamos una misión, y era llevar al hombre por la vereda correcta para que conocieran al Digimundo y sus habitantes, de ninguna manera aceptaríamos conflictos creados por el ser humano mismo por no entender y nos atribuiríamos la tarea de enseñar o instruir.
Había seres muy abiertos, como el Señor Kinomoto, y me sentí aliviado cuando me pidió que lo ayudara... en parte fue porque el que me estaba ayudando sería él, ya que era un profesor respetado y su explicación sería mucho más creíble que la de un chico de 13 años como yo.
A lo lejos se escuchaban murmullos, eran exclamaciones de gozo por parte de Daidouji-san sobre el vestuario de Sakura, su voz aguda atravesaba las paredes hasta llegar a mi tímpano, y me entretuve buen tiempo oyéndolas, eran más chicas y parecían tener una vida sencilla y feliz. Sakura estaba muy apenada siempre que Tomoyo hablaba de su belleza extraordinaria, y no dudé en que había cierto auge de idolatría.
Estaba mal de la cabeza porque me comportaba como un mitotero, no debería estar oyendo a las niñas.
Es que, la verdad, todas las mujeres eran un enigma, y mis amigas eran prueba de ello.
Un ligero temblor sacudió mis pensamientos y la pirámide que había hecho Tentomon se destruyó.
-¡Ay, no! – se quejó.
Pero yo no tuve tiempo para quejarme de los libros que habían caído de los estantes a mi futón, mi Terminal-D había sonado y eso, sumado a lo del temblor, no me daba buena espina.
Era una llamada de auxilio y Ken era el portador de ella. Al parecer un digimon salvaje se había infiltrado al mundo Real sin permiso y estaba causando estragos. Rápidamente me incorporé, por la expresión de mis rostro Tentomon me siguió y salimos de esa habitación.
-¡Koushiro-san!, ¿Estás bién? – interrogaron al unísono las chicas.
-¿No sentiste el temblor?
No las oía con la atención que reclamaban, sino que miraba mi digivice con angustia y extrañeza, pues la bestia salvaje se dirigía hacia esta casa.
-Tenemos qué salir de aquí – les contesté, pero no entendieron.
-El Temblor ya cesó, fue muy ligero – insistió Daidouji-san, angustiada por mi expresión.
Yo no tenía tiempo de explicarle la situación a dos niñas que no sabían nada del Digimundo, así que no pensé mucho y salí de la casa, para esperar que el Digimon apareciera. De alguna manera presentía que algo no estaba bien, y quizá tenía razón, pues parecía que el enemigo nos seguía.
Era un Kokatorimon, un desagradable Kokatorimon, sin me permiten agregar. Su aspecto de pollo malo era hasta cierto punto repugnante, no podía volar por la forma de sus alas, pero las batía como si en cualquier momento pudiese comenzar el vuelo.
Sakura y Tomoyo salieron momentos después, y horrorizadas vieron al monstruo que se disponía atacar.
-¿Qué es eso?
-Es un Kokatorimon – contesté, con sangre fría. Ese Digimon jamás podría enfrentar a mi MegaKabuterimon al mismo nivel. – Es un Salvaje y quizá se perdió en nuestro mundo, por eso está confundido.
Pero no parecía nada aturdido y el malvado digimon medía muy bien sus ataques. Había, en sus ojos, cierto rasgo de malicia que no me gustaba distinguir... recordaba que uno de ellos, hacía mucho tiempo, me había puesto a asolear adrede y había quedado más que tostado.
Por unos instantes me pareció que Sakura metía la mano en su pecho y sacaba un **dije**, pero no le presté importancia. Cuando hizo eso, el Kokatorimon comenzó a graznar y a lanzarse directo a Kinomoto... me asusté un poco porque ella no tenía digimon con qué defenderse.
-¡Tentomon, digievoluciona! – ordené a mi camarada, quien obedeció y comenzó a cambiar de aspecto.
Corrí hacia las niñas y las jalé hacia mí, de modo que la gallina tuvo que desviar el ataque. Tomoyo filmaba con una paz rara, inadecuada, según mi parecer, y Sakura seguía agarrada de su pecho, sosteniendo algo. Tentomon se convirtió en Kabuterimon y comenzó a contraatacar con cautela, tratando de no causar destrozos.
-"Electroshock" - gritó, con su voz y apariencia cambiada.
-¡Oh, Dios mío! – chilló Sakura - ¿Ese es Tentomon?
-Ahora es un Kabuterimon, su etapa adulta. Él digievoluciona cuando es necesario, luego vuelve a ser el de siempre, pero si pierde energía, regresa a ser un Motimon, ¡Oye!, que no te asuste su aspecto, es el digimon más noble que existe, te lo aseguro
La vi interesada, y eso me dio gusto, Daidouji seguía filmando.
Sin embargo no podíamos permanecer en ese vecindario o acabaríamos con todo y quizá hasta nos demandarían.
-¡Kabuterimon! – grité - ¡Tenemos qué cambiar el lugar de la pelea!
-¡Buena idea, Koushiro-san! – me gritó una voz que me parecía familiar.
Del cielo, volando junto a Stigmon, apareció Ken Ichijouji, antiguo Kaiser y ahora portador del emblema y digiegg de la Bondad. Traía consigo una computadora negra que era similar a la mía, exceptuando por el color, claro. Lo saludé amablemente y Stigmon lo dejó en tierra firme. Sakura veía todo y no entendía, volteé hacia ella y dije:
-Es Ken Ichijouji, un amigo mío y un niño elegido.
Asintió de forma torpe, Tomoyo dejó de filmar.
-He oído hablar de él, es un niño genio.
Ken se ruborizó, no le gustaba que la gente recordara eso, pero se sentía halagado. La llegada de Ichijouji era muy necesaria, su digivice era un D3 y podía abrir la puerta libremente. Si ese Kokatorimon era un desorientado lo regresaríamos a donde pertenece sin seguir luchando.
Preparó su computadora mientras Stigmon y Kabuterimon peleaban. Las mirada atónicas de la niñas nos acompañaban, y una vez lista la laptop miré a Ken y él asintió.
Pero sucedió algo inesperado, el Kokatorimon entendió lo que íbamos a hacer y desvió el ataque de nuestros digimons para dirigirse nuevamente a Sakura. Otra vez me pulsó el pecho de la preocupación, pues no podía protegerlas.
Tomoyo se refugió en Sakura y ésta, llena de temor e incertidumbre, con el miedo de quien que debe revelar un secreto, sacó de su pecho un cordón, de donde colgaba una llave.
Comenzó a decir unas palabras, la llave se volvió un báculo, y deduje que el confundido era yo y no ella. Kero volaba cerca de ella, con rostro serio.... y Tomoyo había alcanzado a decir que lamentaba que su amiga no tuviera puesto uno de sus trajes.
--
Continuará...
--
Notas de la Autora: ¡Por fin el segundo capítulo!, tanto tiempo bloqueada con el fic y por fin he decidido entrar de lleno en el proyecto... mil disculpas por la espera, ojalá esta parte haya sido de su total agrado. ¿Por qué ese Kokatorimon se empeña en atacar a Sakura?, ¿Descubrirán su secreto?, ¿Qué pasará con Keromon?. Usaré en el desarrollo distintos tipos de narración, esta vez fue en primera persona a viva voz de Izumi.
Este fic está hecho a partir del final de 02 /sin el epílogo, claro/. Hace pocos meses que la Tierra se unió al Digimundo y los elegidos tratan de lograr el equilibro. También está ubicado al final del Anime de CC Sakura, cuando Shaoran regresó a Hong Kong y Sakura terminó de sellar las cartas Sakura /y se resolvió la trama ^^/.
Está dedicado a Zelshamada, con mucho cariño. También le agradezco a Jessie que me animara a continuarlo, ya que lo tenía abandonado.
Por favor, no se olviden del Review, o si no, escríbanme a mi e-mail: cielocriss@graffiti.net
