***CONFERENCIA SOBRE EL DIGIMUNDO***
Por CieloCriss
Capítulo cuatro --*El Pozo de Chocolate*--
Se había puesto las pantuflas al revés sin haberse dado cuenta hasta comenzar a subir los peldaños de la escalera.
-¡Si serás despistado, Koushiro! - se dijo a sí mismo, practicando la comunicación intrapersonal - Siempre te pasa lo mismo con los zapatos hogareños...
Hizo el cambio necesario y siguió subiendo mientras un bostezo largo y flojo lo acogía, como si fuera inevitable.
Estaba algo confundido, la noche anterior estaba seguro de haber tenido una visión rara, o al menos uno de esos sueños donde sólo recuerdas lo incoherente... pero ¿Acaso hay sueños que gocen de completa coherencia?... Izumi lo dudaba. Lo extraño era sentir esa inquietud, no era curiosidad, era más bien agobio.
"Había una especie de ángel... un humano de cabellos largos, entre blancos y grises... y con unos ojos de expresión algo fría... ¿Y qué hacía él en mi sueño?... es posible que se trate de una versión extraña de Angemon, así como Blackwargreymon lo es Wargreymon, aunque ese sujeto tenía una vitalidad mística, supongo que no hay miradas tan reales e intensas en los sueños, y eso justamente es lo que me inquietó"
Iba absorto en sus pensamientos y no se dio cuenta de que casi choca contra Yukito, el jovial y anteojudo amigo de Touya.
-Buenos días Koushiro-kun, ¿has tenido una buena noche?
Izzy se asustó unos segundos pero no mostró esa faceta, alzó la mirada sin reconocer la voz del hablante, y se encontró con Yuki. Por un momento le miró los ojos con una intensidad hasta grosera, lo había hecho por instinto, pero rápidamente cambió sus expresión por una de amabilidad.
-Sí, buenos días...
-Te ves agotado, Touya me ha dicho que el sótano es un tanto tenebroso.
-No me pareció; eso sí, es un lugar interesantísimo... hay muchos libros que quisiera leer.
-Kinomoto-san seguro y te los prestará si se los pides - aseguró Yukito, caminando al ritmo del pelirrojo hacia la cocina -; oye, ¿y cuándo nos cuentas tus aventuras del Mundo Digital?
-Cuando gusten y haya tiempo... no tengo mucha gracia para ese tipo de relatos, pero tengo un amigo que podría contarles todo con lujo de detalles.
-Ohhh, pues me encantaría conocerlo, todo eso me inquieta mucho - sonrió el joven; Izzy se sonrojó sin saber porqué. - Los Kinomoto han sido como mi familia, vivo con mis abuelos, pero éstos viajan mucho... ¡Mmmmmhhh! - dijo de pronto, cambiando el tema - ¿Hueles eso, Koushiro-kun?
Entraron al comedor, Sakura estaba sentada en el mueble con un plato repleto de delicioso desayuno.
-Ah, ahí estaban. - dijo el hermano mayor de la dueña de las misteriosas cartas - Siéntense para comer, que se hace tarde, recuerda que tenemos qué ir a trabajar, Yuki.
-Es verdad, casi lo había olvidado - dijo el pálido joven mientras empezaba a engullir con esa simpatía porcina que hacía suspirar a Sakura por esa aura especial.
-¿Yukito-san va a trabajar contigo, hermano?
-Ya oíste, monstruo, qué manía tuya la de hacerme parafrasear - renegó el hermano, acercándose a la mesa para poner el jugo recién exprimido.
-G-gra-cias - murmuró Koushiro, algo intimidado por la personalidad reacia del moreno Kinomoto.
-De nada. - dijo mientras se sentaba en su propia silla - Cómetelo rápido, porque frío no sabe bien.
-Mi hermano es un excelente cocinero, pero no iguala a papá.
-Al menos lo hago mejor que el monstruo.
A Izzy nunca le habían dado tantas ganas de tener un hermano como en esos instantes... anteriormente había sentido curiosidad por ser el hermano mayor, pero ahora creía que tener uno más grande sería más emocionante que andar tras un nene, como en el caso de Yamato y Taichi.
En quince minutos se despidieron. Touya y Yukito estarían trabajando en una pastelería según había dicho el último, y Sakura había prometido irlos a visitar después de terminar con sus cursos de verano.
-¿Tú no llevas cursos de verano, Koushiro-san?
-Ehhh, no. - respondió pensativo, mientras Tentomon y Kero volaban felices alrededor de los mismos, todavía jugaban al caballito-caballero. - En primaria íbamos a campamentos un par de días, pero ahora en la Secundaria estamos libres todo el verano.
-Mi escuela es un caso aparte, eso es seguro - lamentó la castaña de ojos verdes -; Aunque no todo será malo, conocerás a mis compañeros, y me dará gusto presumirte.
-¿Presumirme?, por favor, no hagas eso o me apenarás... yo sólo soy un chico corriente, de esos que hay en todas partes.
-Claro que no, Izzy es especial - gritó Tentomon, rondado como demente.
-No más que Sakurita - rugió Kero, como si fuera una competencia.
-Oye... y en cuanto a lo de Daiduoji-san, yo... creo que... quizás no fui muy cortés con ella, me exalté y seguro se ofendió por lo que dije... la verdad es que no me arrepiento de la información que le di, pero sí de la manera en la que se la trasmití y...
-Bueno, ¿entonces porqué no se lo dices a ella si estás arrepentido?
-Es que...
-Es lo más lógico, a Tomoyo le gustan las personas sinceras.
-Hablaré con ella...
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Rika tenía la mirada perdida en algo, pero por más que la miraba Tomoyo Daidouji, no podía saber qué era lo que observaba la mujercita. Era una chica hermosa, y sus ojos eran maduros y oscuros, como el tronco de los pinos, el cabello corto y ondulado lo traía domado gracias a la gorra escolar, y su sonrisa a la mitad le daban auge de chica responsable y seria.
-Has estado muy callada - dijo Rika dirigiéndose a Tomoyo - ¿Esperas a Sakura?
-Sí - respondió Daidoiji, sin su habitual alegría.
-¿Estás bien, Tomoyo? - indagó la alumna preferida del profesor Terada.
-Algo cansada, pero muy bien... Rika, ¿has oído hablar de los digimons?
Antes de que la interrogada pudiera responder, una chica se les unió. Tenía el cabello lacio y castaño claro, unos lentes enmarcaban sus ojos canelas y una sonrisa hasta cierto punto tenebrosa la acompañaba.
-¿A que no saben?
-Euuup, no, no sabemos - contestó Rica.
-¡Acabo de ver que Sakura viene con un chico!
Tomoyo frunció el ceño con recelo, ni Naoko, ni Rika, se dieron cuenta.
-¿Un chico?
-¡Ahhh, es que el chico está muy guapo!, me parece que lo he visto en algún lugar. Además, parece algo mayor que nosotras, ¿será su primo? ¿Querrá presentarlo?
-Va en la secundaria - intervino la chica de voz melodiosa.
-¿Cómo lo sabes? ¿Le conoces?
Para sorpresa de las amigas, Tomoyo puso cara de indignada y soltó un rugido de incomodidad, a las otras dos les corrió una gota de extrañeza por la cabeza.
-Es una persona muy antipática.
¿Tomoyo hablando mal de alguien?, eso sí que era novedad para las alumnas de Tomoeda.
Segundos después apareció Sakura, usando sus veloces patines de una hilera. Su agilidad al usarlos era admirable en todos los aspectos, incluso se podía apreciar gracia en cada uno de sus movimientos. Tras ella una chico de ojos negros y nervios indudables, trataba de seguirla a paso de ruedas con unos patines gigantes que seguro eran del hermano de Sakura. Patinaba con algo de torpeza, pero al menos no se había caído tantas veces.
-¡Mira Koushiro, ya llegamos! - anunció Sakura con una exclamación alegre "qué bueno que mi hermano no usa sus patines, así se los pude prestar a Izzy"
-¡Sakura, estas cosas no frenannnn! - gritó el acompañante, como si estuviera desquiciado, el control se había esfumado de su afectado rostro, y desgraciadamente, la velocidad iba en aumento.
"Creo que ya recordé porqué no los usa mi hermano..." reflexionó la niña "¡Uppps, no tienen frenos!"
Koushiro fue a estrellarse contra unos arbustos, su acompañante, y las chicas que los veían a lo lejos, se acercaron.
-¡Ay no, es mi culpa!, perdóname - rogó Sakura.
-Saquémoslo de ahí - dijo Naoko, con ojitos de corazones.
"Debí haber filmado esto" pensó Tomoyo, extrañamente concentrada en algo desconocido.
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-¿Seguro que estás bien?
-Gracias, chicas - respondió, mientras observaba que estaba rodeado de féminas bastante agraciadas.
-¡Ya recuerdo quién eres! - recordó Naoko, la de lentes - ¡Koushiro Izumi!
-Sí, ése su nombre, ¿cómo lo supiste Naoko? - preguntó Sakura.
-¿Y cómo no voy a saber quien es si soy admiradora de todo lo que tenga que ver con digimons?, ¡todo eso es más emocionante que los cuentos fantasmales!
-Ayyy, no menciones esas cosas - rogó Kinomoto.
-Hay unos digimons-fantasmas llamados Baguemons, yo quiero uno - informó Naoko - ¡Sería fantástico tenerlo!... he leído mucho sobre el Digimundo y sueño con ser una niña elegida; hace poco sacaron una revista que hablaba de todos los elegidos registrados, dicen que desde el inicio del año el 10% de los niños tienen digimons... Oye Izumi-san, ¿me das tu autógrafo?
-Puedes llamarme Koushiro, y no, no me siento capaz de dar un autógrafo, me da algo de vergüenza...
-Anda, no seas malo...
-Acepta, Koushiro - pidió Sakura, mientras guardaba los patines de ella y su amigo.
-Está bien. Y en cuando dijiste Baguemons, quisiste decir Bakemons.
"Presumido" pensó Tomoyo, sintiendo remordimientos fugaces por pensar así de ese pelirrojo.
-¡Qué bien!, ¡tengo el autógrafo de Izumi!
-Amigas, les presento a Koushiro Izumi... Koushiro, ellas son Rika Sasaki y Naoko Yanagisawa, a Tomoyo ya la conociste ayer.
-Mucho gusto - dijo reverenciando.
-Koushiro está ayudando a papá con una Conferencia sobre el Mundo Digital, y me hizo el favor de venir para que nos hable sobre los Digimons, fue muy buena idea, ¿verdad Tomoyo?
-Como tú digas, Sakura.
De nuevo se escuchó su voz algo hostil, a Sakura no le gustaba ese comportamiento en su amiga.
-Oh sí, DI-GI-MONS... que verdad quiere decir "DIrigiendo-GIgantes-MONStruosos" - intervino una voz muy simpática -...Todo comenzó en los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, cuando Hércules debía enfrentarse a los Gigantes con forma de monstruos... y se dice que él solo se fue dirigiendo hacia la pelea... acabó con las bestias, pero las partículas de los mismos germinaron en la tierra, y según la novela de Julio Verne "Viaje al centro de la Tierra", ahí se formó el Digimundo, donde ahora los gigantes han pasado por un largo proceso de evolución y...
-¡Es el colmo contigo, Yamazaki! - regañó otra recién llegada, que era una jovencita peinada con dos colitas agradables - Por favor, no le hagan caso, ya no sé qué hacer para callarlo.
Sasaki Rika y Daidouji Tomoyo habían escuchado con una cara de conformismo alegre, Kinomoto estaba con los ojos abiertos en forma de pelota, seguro creyéndose el cuento, e Izzy se había puesto la mano en la barbilla.
-Creo que este niño nunca ha ido al Digimundo - juzgó.
-¡Sí!, un largo proceso evolutivo del cual los Tentomons son lo más preciado de la cadena de digimons - agregó Tentomon , que llegaba del cielo junto a Kerberos - ¿Verdad Izzy?...
-Ya sabía yo que tenía razón... - sonrió Yamazaki - Lo ha dicho un digimon de verdad.
-...
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-Sakura, tienes un digimon muy hermoso - juzgó Chiharu.
-Qué extraño, no había escuchado hablar sobre Keromon - opinó Naoko, revisando su revista "Digi-Fan", volumen 5.
-Hay algunas especies que no están registradas en esos libros - informó Izumi, mintiendo como un profesional - ; por ejemplo, los digimons legendarios no son nombrados, tampoco los piximons... cada vez que voy al Digimundo tengo la oportunidad de encontrar nuevos digimons.
-¡Qué listo! - volvió a fanatizar Naoko, se notaba que estaba atenta a los encantos de Koushiro, quien no se daba cuenta de nada. - ¿Y qué clase de digimon es?, bueno, yo sé que Tentomon es vacuna y es insecto, su ataque es el Hyper-trueno, pero ¿Qué características tiene un Keromon?
"Esta mocosa hace muchas preguntas" renegó internamente el gran Kerberos. Estaba sentado en el hombro de Sakura, y extrañamente se sentía feliz, pues gracias a los digimons ya no tenía que pasar gran parte de su vida escondido en las mochilas de su ama.
-Emmm, honestamente acabo de conocer a Keromon, pero prometo investigar.
-Eso estaría muy bien.
-Será muy interesante tener el privilegio de saber más de los digimons. - opinó Rika, con su voz tranquila, que expresaba una paz interna muy especial - El problema es que no sabemos quién será el encargado de impartirnos el curso de verano, ¿y si ese profesor no accede a nuestra petición?
-Es verdad, no había pensado en eso - agregó Sakura, empezó a meditar el asunto con preocupación; Koushiro estaba en otro mundo, seguro preguntándose cosas sobre las cartas Clow, "o cartas Sakura" y todos esos misterios... el Mundo Digital no estaba de moda para él en esos momentos. - ; debí pedirle a mi papá un permiso o algo así ¡Ojalá no tengamos problemas!
Mientras caminaban, Rika sintió que alguien le tocaba el hombro con una sutileza caballerosa que no pasaba desapercibida para ella, que era una dama. Volteó hacia atrás y sus ojos le brillaron de forma magna al ver a su querido profesor Terada. ¡Lo echaba tanto de menos! Actualmente iba en quinto grado, y su felicidad escolar había quedado atrás, junto al cuarto período. Ahora lo tenía en frente y era palpable; su corazón retumbó, y como respuesta a toda esa ansiedad que explotó como cien caballos desbocados, emitió una dulce sonrisa, una de las más bellas que había mostrado al mundo.
No habló, alguien se le adelantó.
-¡Profesor Terada! - saludó Yamazaki - No esperábamos verlo por aquí... ahh, seguro y quiere oír hablar un poco sobre los digimons.
-En realidad vengo a impartirle el curso a quinto grado, la dirección me lo ha autorizado.
-Esa es una buena noticia, ¿verdad Rika? - dijo Chiharu, notando la turbación en su amiga, quien asintió lentamente, embelesada y muy feliz.
-Debo irme niños, nos veremos en el aula... será como en los viejos tiempo, ¿no lo creen? - antes de irse, giró su vista hacia Izumi, y rápidamente lo reconoció - ¡Pero qué veo, si es Koushiro Izumi! ¿O me equivoco?
El pelirrojo, asfixiado por ser conocido por tantos extraños, asintió algo apenado. Poco a poco la imagen del maestro fue entrando a su cabeza y se acordó de él.
-¿Profesor Terada Yoshiyuki?
-El mismo, muchacho. - se adelantó el maestro, sonriendo con amabilidad y reverenciando al joven - Pensé que no me había reconocido, Izumi.
-Se ve usted diferente.
-Han pasado... Err... ¿Cinco años?
-Sí.
-¿El profesor Terada conoce a Koushiro? - cuestionó la castaña de ojos verdes.
-Niñas, les presento a uno de los exalumnos más brillantes que he tenido. Antes de dar clases en la escuela Tomoeda, laboré en Odaiba... y le di clases a este joven... dígame Izumi ¿Sigue en el plantel aquél profesor tan gracioso?
-¿El profesor Fujiyama?, en efecto... además, también forma parte del club de computación.
-Y ese amigo tuyo... ¿Yagami?, sí Yagami, ¿has tenido contacto con él? Recuerdo que cuando fue mi alumno era un cabeza dura y traía unos googles raros, a mi juicio esos lentes le apretaban el cráneo y por eso no... ¡Por Dios!, es tardísimo - interrumpió su discurso al mirar la hora - Después seguimos hablando, Izumi. A todo esto ¿qué hace en el plantel Tomoeda?
-Viene de parte de mi papá, profesor. - improvisó Sakura - Quería ver si es posible que nos de una pequeña conferencia sobre el Mundo Digital, ya que es experto.
El apuesto docente dirigió una fugaz mirada a Rika y asintió al resto de los niños.
-Me parece buena idea, Kinomoto. Nos vemos en clase
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-... Eso ha sido todo, ¿alguna duda?, con gusto se las contestaré, de no ser posible inmediatamente, investigaré y mandaré la respuesta con Kinomoto - expuso Izzy, con la garganta seca, quería una botella llena de agua cristalina y pura. Tentomon y Kero rondaban por la clase y todos miraba asombrados, a excepción quizás, de Tomoyo y Sakura. Sobra decir que la mayoría alzó la mano.
¿Qué comen los digimons? ¿Desechan los alimentos? ¿Qué era la digievolución? ¿Cuántas etapas tenía un digimon y qué se podía hacer para lograr que creciera? ¿Cómo se obtenía un digihuevo? ¿Qué era el D3?... miles de cuestiones le llovieron a Koushiro, y miles de respuestas tuvo que dar, con la mayor paciencia posible. Cuando se estaba poniendo amarillo de la desesperación por la veinteava pregunta de Naoko, el profesor Terada habló:
-Niños, me parece que debemos dejar descansar a Izumi, no ha parado de hablar en 2 horas y no creo que esté impuesto ha hablar tanto - era verdad, Koushiro era sereno, y hablaba cuando era necesario.
-¿Y no podría venir mañana? ¡Es que el Digimundo es mejor que los cursos de verano!, aprendemos más, profesor - opinó una niña.
-Podría venir, estaré una semana por estos rumbos - respondió Izumi.
-Bueno, los cursos tienen que tomarse, pero creo que si usamos una hora para hablar de los actuales digimons no habrá problema. - juzgó Terada - Dejemos que Izumi vaya a tomar una largo receso, niños, y empecemos con el trabajo.
Más de 10 refunfuñaron, pero accedieron, porque querían conocer más cosas sobre los digimons. Cuando Izzy iba saliendo, Naoko gritó como loca y alzó un flamante D3 de color durazno, gimió con descontrol al ver aparecer un digihuevo en su butaca.
-¡Miren! ¡Un Digihuevo! ¡Apareció de repente! ¿Es mío Izumi-san? ¿Verdad que sí?
Ante tales chillidos todos se taparon las orejas, Terada hubiera querido sacar a la miope de ahí y mandarla castigar con los famosos baldes que usan los japoneses, pero tuvo que admitir que se asombró mucho por el suceso, nunca le había tocado presenciar algo así.
-En efecto, es tu digimon... soñaste tanto con tener uno, que quien te esperaba, decidió llegar a ti.
-¿Y qué es?
-No lo sé con precisión... habrá que esperar a que nazca. - contestó el pelirrojo, los demás miraban azorados, como si una mujer acabara de dar a luz.
Después de todo el revuelto del huevo de Naoko, de la huída de la misma para empollarlo de alguna manera en casa y de la retirada de Izumi del salón, la paz había vuelto al aula, pero los estudiantes soñaban con un mañana, y con la posibilidad de tener un impresionante Digimon en su poder.
"Me pregunto si yo podré tener uno" pensó Sakura "Es decir, además de Kero... jeje, pero si ni siquiera Kerberos es un digimon"
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Koushiro se sentó en una de las bancas, acababa de regresar del bebedero y la panza lucía ligeramente inflada. Eructó discretamente y esperó con paciencia a Tento y al muñeco amarillo.
-¿Las tienes? - preguntó al verlo aterrizar junto a su volador compañero.
-Así es, Sakurita me las prestó.
Los negros ojos le brillaron, parecía un maniático genio, de esos locos que han existido en la historia. Tomó el paquete y lo abrió, un escalofrío lo recorrió al sentir contacto con la primera... estaba a punto de ver cómo eran las cartas Sakura.
-¡Es increíble! - dijo embelesado, al ver la primera "El Viento"
-Esta es una de las más poderosas.
Le siguieron muchas más, Izumi hacía preguntas, Kero intentaba contestar. Al de cejas gruesas cada vez le temblaban más las manos, por otra parte, el guardián, cuyo signo era el Sol, estaba sintiéndose raro, de lo más extraño posible.
Fue en una de las cartas más simples cuando Koushiro dejó el paquete al lado suyo.
-La carta de "El Dulce"... - susurró, sintiendo que su cuerpo se movía como si presenciara un sismo.
-Sí. - respondió Kero, mucho más serio que desde el principio "¿Qué es esta presencia?" "¿Una carta Clow? ¡Imposible, ya las capturamos todas!"
Tentomon no comprendía qué pasaba, ingenuamente indagó:
-Oye Izzy, ¿qué es lo que dice Sakura cuando saca al espíritu de esa hoja?
-Es una carta especial, no una hoja... según recuerdo, Kinomoto dice: ¡Libérate!
Su frase fue clara, pero el mundo la escuchó como si hubiera tartamudeado por sílabas. Un intenso resplandor morado comenzó a salir de Koushiro, era un sentir intenso que le puso los ojos en blando, ¿qué demonios estaba sucediendo?
-¿Qué le pasa a Izzy? - inquirió el preocupado insecto digital.
-¡El mocoso tiene magia dentro de él! - rugió Kero, aterrorizado por esa manifestación "¿Pero qué clase de magia?"
Para sorpresa de los presentes, la luz de Izzy se metió en la carta Dulce y provocó que ésta se escapara...
-No es posible ¡Ha liberado a Dulce! - chilló Kero, sin saber cómo reaccionar.
Dulce salió de la carta y voló con felicidad por todo el lugar, con su varita comenzó a tocar el sitio... árboles de almendra, agua de chocolate, hojas de caramelo...
-¡Tenemos qué avisarle a Sakura! - ordenó Kero, aunque nadie lo oía. Dulce estaba endulzando la escuela, Koushiro con los ojos en blanco y el sentido en otro mundo, y Tentomon tratando de ayudar a su camarada.
El tierno muñequito con minúscula nariz, sacó el comunicador que Tomoyo le había proporcionado tiempo atrás...
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El Profesor Terada leía una reseña histórica sobre la era Meiji del Japón, minutos anteriores había mandado a Yamazaki por un balde con agua para limpiar el salón en el recreo, había por doquier unos polvitos raros, como escarcha o brillantina por la aparición del digihuevo. Sakura ni siquiera oía al maestro ¿Por qué tenía qué asistir tres días a esos patéticos cursos?, miró hacia atrás y su lindo rostro se entristeció... Shaoran ya no estaba en esa butaca, su sitio seguiría vacío mucho tiempo más. En esos instantes, un vuelco en el estómago deformó su realidad, y la antigua sensación de tener una carta Clow cerca volvió. Se tocó el pecho al tiempo en que sonaba su mini-celular.
Sin pensar en las consecuencias de su acto tomó el aparato y salió desenfrenada por la puerta principal.
-Kinomoto ¿A dónde cree que va?
-¡Es una emergencia, regreso en un momento!
-Yo iré por ella - mintió Daidouji, porque en realidad sólo quería seguirla.
-¡Hey, niñas! - renegó el profesor, sin seguirlas.
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Yamazaki Takashi subió la cubeta en la pila y abrió la llave del agua. Se entretuvo mirando el paisaje bobamente, y luego miró de nuevo el contenido del balde para checar cuánto faltaba por revisar. Se le abrieron los ojos por completo /cosa muy rara pero posible/ al ver que el líquido que estaba en el cilindro destapado era café.
-¿Lodo? - se dijo muy extrañado, observando con escrutinio el contenido.
Se acercó y olió, era un olor muy... ¿antojadizo?
Metió el dedo y lo zambulló. Al sacarlo se lo llevó a la boca y se deleitó un rato.
-Lodo no, CHOCOLATE - ahora metió la mano entera y comenzó a lamerla - ¡He hecho un descubrimiento!
Sonrió, algo sobrenatural le estaba pasando. ¿Por qué salió chocolate de donde debía salir agua pura y recién filtrada? El joven no analizó lo que dijo, salvajemente tomó dos baldes y los llenó, luego se dirigió al aula para mostrar su descubrimiento, ¡ya imaginaba la cara de Chiharu al ver lo que había pasado!, seguro y la chonguda nunca más lo llamaría mentiroso.
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Sakura llegó hasta Kero... la presencia la había guiado. Cuando vio a Koushiro como muerto viviente y a Kerberos persiguiendo a la carta Dulce con un empaque de sal que apenas podía, se asustó...
-¿Cómo? - se indagó, mientras sacaba su llave mágica y recitaba su conjuro. Tomoyo filmaba todo desde atrás.
Cuando el báculo llegó hasta ella, todas las cartas volaron a su mano, a excepción de la que estaba con Izumi. No entendía qué tenía que ver su pobre nuevo amigo en todo el relajo, pero se dio cuenta de que desgraciadamente la presencia venía justamente de Izzy. "¿Cómo es posible que él...?; no, Koushiro no podía tener esa presencia tan anormal" .
-Sakura, duerme a todos antes de que alguien vea a Dulce - mandó Kerberos.
-¡SUEÑO! - la carta obedeció y todos terminaron roncando, incluso la pobre Tomoyo, quien se quedaría sin su video.
La sal no le hacía efecto a Dulce, ¿por qué?, Sakura recordaba que Lee y ella así la habían debilitado.
Cuando comenzaban a desesperarse, Yue apareció frente a ellos, de nuevo con la mirada fría, lejana, y a la vez protectora.
-Dulce no está actuando... la fuerza proviene de él - dijo apuntando a Izzy.
-¡Yue, ¿qué dices?! - dijo Kero, que no se había convertido en el glorioso león para poder perseguir a la carta loca con más libertad.
-Hagan lo que les digo.
Sakura tragó saliva, se acercó al pelirrojo y Tentomon se interpuso.
-Mi deber es proteger a Izzy, ¡no permitiré que le hagan daño!
-Yo... no quiero... hacerle daño... - susurró la niña.
Yue se acercó a Tentomon y con sus poderes lo sacó de la jugada.
-¡Esa no era manera! - gritó Kerberos - Él sólo protegía a su humano.
-Echa la sal en él - mandó Yue, sin hacer caso de ningún comentario.
La dueña de las Cartas obedeció y vació la sal en el cabello despeinado de su amigo. En un instante los iris reaparecieron en los ojos y el resplandor salió de la carta y volvió a su creador... el joven dijo, como dominado por una enorme sabiduría: Regresa a la forma humilde que mereces, carta Sakura.
Dulce retrocedió como metal a un imán, y se metió en la Carta sin desobedecer, Koushiro se desvaneció y Yue, sin despedirse, se marchó volando. Sakura y Kero se quedaron con la boca abierta, sin saber qué decir.
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Yamazaki despertó en medio pasillo, no pudo explicar porqué se había dormido, pero recordó su descubrimiento con mucha ilusión. Corrió y se adentró a su salón, todos acaban de despertar.
-¡Profesor Terada, compañeros, he descubierto el pozo del Chocolate!
Se le quedaron mirando de forma fea, como si fuera un demente salido del manicomio. El niño se sentía seguro de lo que decía por lo que alzó triunfante las cubetas.
-El agua se volvió Chocolate, como en la leyenda de Hansel y Gretel... yo sabía que ese cuento era verdad... por eso me alegro de haber descubierto una fosa repleta de deleitante sabor, es mejor que una mina de oro negro, jeje.
-Yamazaki, ¿tienes fiebre? - preguntó el maestro.
-No profesor, aquí hay chocolate, ¡Vea! ¡Vea!
-No Yamazaki, mira tú - regañó Chiharu, caminado hacia su mejor amigo.
Agarró un puñito de agua y se la arrojó a la cara.
-Y dime ¿Qué es esto?
-¿Agua?
-Sí. basta de mentiras, ¡eres el colmo!
-Yo te juro que había chocolate, ¡les juro!
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Continuará...
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Notas: De nuevo pasó algo que no se esperaban ¿Verdad?, me estoy complicando la vida con esta fic y ya le agarré cariño, por eso aviso que no será tan corto como había supuesto. ¿Por qué le pasó eso a Izzy?, esa y más cuestiones se resolverán luego. Espero les haya gustado, les prometo actualizar pronto...
Este fic está dedicado a Zelshamada con mucho cariño.
Ahora sí que me despido, llevo prisa.
Atte, CieloCriss
